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[Evento] Lo que el rio se llevó - Versión para impresión

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RE: Lo que el rio se llevó - Marvolath - 31-08-2024

Había sido demasiado cauteloso en su rodeo, y antes de llegar a estar a distancia de ataque el gigante descargó dos ataques, que si bien no eran tan potentes como los que había estado lanzando no dejaban de ser como troncos.

El felino salió despedido nuevamente, y aunque había conseguido evitar todo el daño estaba visiblemente herido. No aguantaría mucho más, y su enfurecido rival le estaba buscando a él para dejarle igual. No había tiempo que perder. 

En cuanto tuvo la mano que sujetaba la porra a mano atacó tan fuerte como pudo, tratando de desarmarlo y ganar una tan necesaria ventaja. 
Rompecoraza
CON101
CONTUNDENTE
Ofensiva Activa
Tier 1
No Aprendida
17
Costo de Energía
1
Enfriamiento
Dando un firme paso en el que el usuario buscará generar toda la potencia de impulso y una cierta inercia con la que golpeara con su arma sin compasión a su objetivo causando un [Empuje] de 5 metros.
Golpe Básico + [FUEx2] de [Daño contundente]


Sin dar tiempo a reaccionar, se dirigió al pequeño
- Nos enfrentamos a dos montañas hoy. Aunque pudiésemos con esta, no somos rivales para la grande. Y no creo ser capaz de librarte de sus garras si te atrapa... de momento. Sé sensato: corre hoy y lucha otra vez mañana. 

Se había comprometido a defenderlo, a ayudarlo. Y estaba muriendo. Podría recolocar huesos dislocados, entablillar los que estén partidos, y reducir los hematomas por contusiones. Pero no podía curar los lamentos, el alma misma que sentía que se le escapaba continuamente en este lugar infernal. 

Echó un nuevo vistazo a la gente singular que le rodeaba, al lugar en el que se encontraba, y repasó cómo había llegado hasta aquí. ¿Sería realmente un lugar infernal?  ¿Habría muerto sin darse cuenta en su travesía y ahora pagaba por... sus pecados?

Resumen



RE: Lo que el rio se llevó - Galhard - 31-08-2024

Personaje

El cuerpo de Galhard volvió aparecer entre la bruma de las montañas de los lamentos, lentamente cuanto más tangible se volvía más podía sentir como el frío de las montañas se clavaba en su cuerpo, una sensación irónicamente comparable a sentir su cuerpo en llamas. Estaba vivo de nuevo, por algún capricho del dichoso y retorcido Norfeo había vuelto a ese lugar, esta vez con una apariencia aún más absurda.

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Sin duda aquello era una pesadilla horrible de la que no podía despertarse, se veía obligado a participar nuevamente en aquel macabro juego, la primera reacción de Gal, en su forma Gnomo-felino fue el de palpar su cintura, encontrando en ella lo que esperaba, una bolsa y una nueva canica. 

Su siguiente reacción fue mirar a su alrededor, había aparecido apartado del lugar de su muerte y en la lejanía vio que todo había cambiado desde su muerte pues, el lugar ya no continuaba siendo el ring de la batalla y los sectarios de Norfeo se regocijaban de su victoria ¿Realmente aquel tiburón gyojin había logrado la hazaña de derrotar a Salazar en sus años de juventud? Por muy fuerte e intimidante que pudiera llegar a resultar aquel hombre tiburón en la cabeza de Galhard no cabía la posibilidad de que hubiera sido posible en un uno contra uno —Demonios... Debió derrotarlo con la ayuda de sus súbditos— Pensó en voz alta mientras observaba por última vez el panorama.

Con rapidez se echó las manos a la espalda comprobando con alivio que sus objetos seguían ahí, por fortuna el cazamariposas dorado también seguía entre sus pertenencias por lo que quizás tendría la victoria moral de poder dañar al tiburón con su mejor ataque. Armado con con una renovada esperanza de al menos poder hacer sangrar al tiburón, empezó a esbozar una estrategia para golpearle con sus recursos.


 
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Su primera acción fue empuñar sus tres cazamariposas, uno en cada mano, llevando por unos instantes el dorado y el de tier 1 en su mano derecha, y el de tier 2 en la boca mientras se propulsaba hacia Octojin a gran velocidad con el dial de propulsión, dejando atrás el mismo para armar su mano izquierda ahora libre con el de tier1.


San Tou
SAN300
SANTORYU
Pasiva
Tier 3
No Aprendida
Los usuarios de este estilo dominan el arte de luchar con hasta tres espadas, pero también dominan todas las etapas previas como el estilo de una y de dos espadas, por lo tanto, es habitual que según el transcurso del combate vayan luchando con diferente cantidad de espadas adaptándose a la situación.
Mientras uses Armas de Filo Balanceado, Armas de Filo Ligero, reduces 10 puntos la penalización en la Tasa de Acierto por utilizar dos o más armas.

—Ittōryū: Cuando el usuario utilice una única espada, concentrará todas sus fuerzas en ella, causando que sus ofensivas tengan una mayor intensidad, causando todos sus básicos y técnicas, empuñando una espada, obtendrán [Colisión] +20.

—Nitōryū: Empuñando dos espadas, el usuario buscará un combate más dinámico y ágil, buscando causar múltiples cortes con agilidad y obteniendo, por lo tanto, una mejora de +5 a su Tasa de Acierto, ampliará el rango de sus técnicas de espada en + 5 metros de distancia, y las realizará con +15 de Daño.

—Santōryū: El dominio por excelencia de este estilo al empuñar tres espadas simultáneamente, logrando liberar el máximo poder de la esgrima y expandiendo el alcance de los básicos y técnicas del usuario. Podrá concentrar sus ataques básicos (todos de los que disponga) en un único ataque concentrado que contará como Técnica y sumará todo su daño y buffs posibles. El usuario no podrá realizar ningún Ataque Básico durante esta acción. Adicionalmente, sus técnicas de 3 Espadas se percibirán con -5 a Reflejos, y las técnicas a distancia con espadas, no tendrán el penalizador habitual a TA por la distancia.


— Eshtilo de tres cazamariposas— Apretó los dientes con los que sujetaba el cazamariposas dorado —Oni Kiri Nyan...— Dijo con una onomatopeya forzada, pues la forma adoptada había degradado las habilidades lingüísticas del marine 

Oni Giri
SAN301
SANTORYU
Ofensiva Activa
Tier 3
No Aprendida
41
Costo de Energía
2
Enfriamiento
El usuario cruza sus brazos mientras mantiene alzada su o sus armas causando que pareza que se ondulan por el misma aura que el usuario desprende, tras lo cual da un [Dash] de 10 metros desplegando en abanico sus espadas cortando a todo el que se encuentre en el camino, efectuándose dicho tajo a +5 [Tasa de Acierto]. Santōryū: Si se utilizan tres espadas en la ejecución de esta técnica también golpeará a todo a 3 metros a cada lado del usuario durante el recorrido.
Golpe Básico + [FUEx2,6] de [Daño cortante]


El gnomo-neko salió disparado como una bala haciendo uso de su técnica con la esperanza de que si Norfeo se personaba con su presencia ante los supuestos ganadores él pudiera al menos dañar a octojin, el campeón parecía que había elegido como líder de sus sectario. Si Norfeo era testigo aquel acto de rebeldía y de kamikaze sería su "ofrenda" al caprichoso señor de la isla Onira

Vida: 380 / 400
Daño de clima
Energia: 154 / 190
-36 técnica

[198 de daño por la técnica de Oni Giri]



RE: Lo que el rio se llevó - Norfeo - 01-09-2024

El suave murmullo del viento recorrió las cumbres de las Montañas de los Lamentos, llevando consigo los ecos del pasado, de las victorias y derrotas que habían marcado ese paraje. Norfeo se encontraba en lo alto, superior, etéreo, casi, rodeado por la bruma densa que envolvía el paisaje.
Sus ojos, ya descubiertos del antifaz de seda, contemplaban a aquellos que habían superado lo imposible. Sentía el pulso de sus almas resonar a través del aire, una sinfonía de fuerza, resistencia y, sobre todo, de triunfo.

Qué encantador espectáculo han dado... — susurró con un tono entre burla y admiración. Las palabras parecían acariciar el aire como humo viciado, entrelazándose con las sombras del atardecer que admiraba desde su esférica habitación que se alzaba sobre la bóveda celeste.
Caminó con lentitud hacia el extraño artefacto que levitaba coronando el centro de la habitación, deslizándose entre las emergentes nieblas que constituían una suerte de manta, se dispuso a aclarar su voz, como un poeta presto a recitar una canción de amor. Su voz reverberaba a través de las montañas.

Sobrevivir aquí, en este paisaje de lamentos, es más que una simple hazaña. Es una declaración. Han logrado lo que pocos podrían siquiera imaginar... y lo habéis hecho con una elegancia que no pasa desapercibida —
Sus palabras flotaban en el aire, mientras una sonrisa juguetona se dibujaba en sus labios.

Os habéis ganado el derecho a existir bajo mi mirada, a caminar por este mundo con mi bendición... Disfrutad del triunfo, porque, aunque efímero, el sabor de la victoria siempre es dulce — comentó ocioso, con una mirada casi lasciva.

Norfeo levantó la cabeza hacia el cielo de su habitación, decorado por el movimiento de las nubes a través de la cúpula transparente y se dejó caer, sus sentidos en sintonía con el viento y los vítores que arrastraban la esencia de los vencedores. Su voz se desvaneció suavemente en el aire, como si la propia naturaleza quisiera envolverlos en su manto de reconocimiento.

Ah... Las Montañas de los Lamentos, un lugar digno para quienes han sabido cómo enfrentarse al abismo y salir de él con la frente en alto. Mis más sinceras felicitaciones... Qué maravilla de espectáculo han sido… Un placer absoluto— repitió para sus adentros, volviendo a colocar el antifaz sobre sus ojos, sonriente.
El eco de sus palabras quedó suspendido en la bruma, una caricia sutil que resonaba en lo más profundo de la montaña. 

La niebla, como un velo etéreo, pareció acunar las palabras de Norfeo, absorbiéndolas en su manto espeso. Desde su elevada posición, contemplaba cómo el día moría lentamente en las Montañas de los Lamentos, el cielo tiñéndose de un rojo oscuro, como si los propios lamentos quedaran grabados en las entrañas del crepúsculo. Sus ojos, ahora velados nuevamente por el antifaz de seda, podían percibir más allá de lo visible; sentía las vibraciones del aire, las tensiones de las almas aún temblorosas por el esfuerzo, por el sufrimiento.

Y ahora, mis queridos vencedores... — musitó, su tono apenas un susurro somnoliento, pero cargado de poder — ¿Qué haréis con este nuevo amanecer que se cierne sobre vosotros? El triunfo es un don efímero... Y la gloria, una amante caprichosa. —sentenció, con cierto tono de acidez.

Norfeo entrelazó los dedos con elegancia, sus manos descansando sobre su regazo. Se permitió un instante de reflexión, dejando que el silencio llenara el espacio entre sus pensamientos y la realidad. Disfrutaba del contraste entre la serenidad de su entorno y la intensidad de las emociones que sabía estaban latiendo bajo sus pies.

Que vuestro gozo no se torne en complacencia. Hoy sois dueños de las Montañas de los Lamentos, pero el destino siempre guarda nuevas pruebas... Como vuestros compañeros... — Su risa, suave y melodiosa, se perdió entre los ecos de la bruma.

Off



RE: Lo que el rio se llevó - Gautama D. Lovecraft - 01-09-2024

Desde el caprichoso deseo de Norfeo, sus vasallos y seguidores comenzaron a repartir palos a diestro y siniestro, arrasando y batiendo a los supuestos contrarios al dios, que aunque opusieran resistencia, eran totalmente barridos por arrolladora brutalidad de los tiburones gyojins. Era curioso como el miedo y los beneficios divinos que otorgó Norfeo, asentaron de manera impepinable su fe y el terror en sus seguidores, dentro de aquel escenario onírico, su influencia había crecido de manera exponencial con cada una de sus intervenciones, provocando de manera despectiva en nosotros, los sucios mortales, una conducta algo neurótica respecto a el y la figura divina que representaba.

La contienda se desarrollaba de forma bruta y aplastante en favor del bando al que pertenecía. Es cierto que desconocía las habilidades de los que nos íbamos a enfrentar, y lejos de realizar un informe detallado de cada cual, me valía con ver como se desarrollaban allí para comenzar a entretejer una forma de proceder. Los adversarios también presentaban cualidades dignas de admirar, y tan características como raras, por lo que, si no fuera por el don que otorgó Norfeo a cada uno de nosotros, aquellos que luchaban contra estos lo tendrían tan difícil como el resto de los mortales. Sin lugar a dudas, la bendición otorgó una enorme diferencia entre las 2 partes que generaba un contraste bastante positivo a nuestro favor. Determiné que no podía quedarme más de brazos cruzados, pese a que lo que menos tenía allí eran los brazos en dicha posición, pero había que intervenir para terminar con todo eso de una vez, finiquitar toda esta locura, y aunque me mostrara más o menos partícipe de continuar con la masacre, había que darle punto y final a todo este embrollo, concluyendo en que el fin, no justifica los medios.

- Es hora de entrar Carlito, prepara tu dial. -

Le dije a mi reencontrado hijo, o hijazo, viendo sus dimensiones, sabía por pura experiencia y sabiduría marcial que en una disputa, contar con un apoyo extra que emita 1 ofensiva más por otro flanco, garantizaba una ventaja primordial de cara a conseguir la victoria, por lo que, la baza de Carlito, vista como recurso, podía favorecerme en la balanza, pues en un supuesto 1 vs 1, contaba con superioridad y todo lo que ello conlleva, pudiendo acceder desde la más simple de las estrategias haciendo que 2 ataques procedan desde diferente flanco, hasta otras más elaboradas. Había culminado el calentamiento, y realizaba los últimos coletazos, me dispuse yo también a coger en mi mano el dial de destello, un invento útil que facilitaría mi acierto deslumbrando al objetivo que tuviera en frente. La figura de un anciano llamaría mi atención, así como sus 3 supuestas armas, quizá su apariencia no resultaba especialmente intimidante, pero su destreza con las armas que portaba y su ofensiva contra el tiburón blanco despejaba toda duda sobre como proceder, había que liquidarlo. Sin embargo, aún no sería el momento.

La intervención de Norfeo, de nuevo, se hizo presente en el lugar, interiormente, y con la venda de los ojos caída, sentí como hacía gala de su tono burlesco para dirigirse hacia nosotros. Un calor furioso recorrió mi interior, ahora que podía ver donde estábamos metidos, era capaz de ser consciente de lo que representaba todo esto y lo que significábamos para la deidad, un simple juego macabro. Sus palabras, sin embargo, ahora se dirigían como con agrado y complacencia, dedicándonos un reconocimiento por su parte que ensalzaba nuestros méritos dentro de su fanática diversión.

Cita:Os habéis ganado el derecho a existir bajo mi mirada, a caminar por este mundo con mi bendición... Disfrutad del triunfo, porque, aunque efímero, el sabor de la victoria siempre es dulce — [...] — Y ahora, mis queridos vencedores...  ¿Qué haréis con este nuevo amanecer que se cierne sobre vosotros? El triunfo es un don efímero... Y la gloria, una amante caprichosa. — [...] — Que vuestro gozo no se torne en complacencia. Hoy sois dueños de las Montañas de los Lamentos, pero el destino siempre guarda nuevas pruebas... Como vuestros compañeros... —

Estaba extrañado por aquel trato, y no confiaba en cada una de sus engañosas palabras que se hacían eco por todo el lugar. Interiormente, lo tenía calado, pese a mostrar hacia fuera la misma postura servicial que había estado haciendo de aquí atrás. Y así fue como entre varios ecos más, la resonancia del dios entre la bruma de las montañas desaparecería.

- Terminemos con esto cuanto antes... -

Me dije, Carlito también pudo escucharlo desde mi vera. Si el obsceno y tétrico dios quería espectáculo, lamentablemente habría que dárselo para terminar con toda esta pesadilla. Tocaba emplearse a fondo. Fijé mi objetivo, aquel viejo de larga barba y sombrero puntiagudo que desafiaba al tiburón cabecilla del grupo tras reaparecer. Tras su carga yo me lancé contra el grupo, y detrás de mí, la enorme masa amarilla que caracterizaba a Carlito, aquella especie de gnomo, cargó propulsándose en un artefacto que desconocía, y una vez llegó hasta donde parecía querer llegar, se deslizó con maestría alrededor de 10 metros hasta querer impactar contra el enorme tiburón. Justo al acabar su ofensiva, este misterioso gnomo, recibiría desde su lateral izquierdo trasero la mía.

Evasión del Mono
U25101
ÚNICA
Debuff
Tier 1
No Aprendida
10
Costo de Energía
1
Enfriamiento
Siendo un maestro del combate cuerpo a cuerpo, el usuario ejecuta una finta previa al golpe siguiente para hacerlo más certero, y provocar en su oponente una disminución de sus reflejos frente al ataque. A los ojos de este, verá como la ofensiva crea una falsa estela hacia otro flanco, que disminuirá su capacidad de reacción ante este momentáneamente. Se debe de encadenar junto a otra técnica o golpe básico para aplicar el debuff.
-5 Reflejos al adversario.

Bujaogen
HAS401
HASSHOKEN
Ofensiva Activa
Tier 4
No Aprendida
49
Costo de Energía
2
Enfriamiento
Mientras libera las ondas vibratorias el usuario buscará dar un golpe horizontal preciso en que arrastrará consigo todo lo que se encuentre a dos metros a su alrededor, pudiendo notar incluso como el suelo se resquebraja si entra en el alcance de 2 metros, buscando trazar un impacto directo en su víctima que la lance 20 metros causando [Empuje].
Golpe Básico + [FUEx2,8] de [Daño Contundente]

- ¡Bujao... GEEEN! -

Tenía una idea próxima de porque utilizar aquella técnica tan abrumadora. El suelo y un área de aproximadamente 2 metros alrededor de mí, se resquebrajaría debido a la potencia del ataque y las ondas que generó, y el enorme golpe que dañaría al gnomo de 3 redes, lo empujaría contra el tiburón hasta estrellarse contra este y dejarlo a merced de su fuerza brutal, pues cualquiera de los presentes en su sano juicio, querría tenerlo lo más lejos posible. Puede que quizá el empuje desmesurado lo llevara con tanta potencia que pudiera hasta dañar al tiburón, no sabía a ciencia cierta si la fortaleza de este sería tan eficaz como aparentaba ser y capaz de detener el lanzamiento del gnomo magullado.

Carlito llegó instantes después, ya que no alcanzaba mi velocidad, por lo que del mismo modo, quedaría fuera del rango de acción del cráter que generé alrededor de mí. Afiné mis oidos ante lo que pudiera acontecer, ahora estaba justo dentro de todo el meollo y no descataba nada dentro del ambiente hostil desde el que estaba inmerso, todo podía darse, y mejor estar preparado.

- Mantente atento Carlito, los compases finales de todo esto se acercan -

Le dije al grandullón amarillo para alertarlo, respondiéndome con un ligero balanceo de su cuerpo hacia el frente, confirmando su concentración y preparación. Era un activo a considerar allí, su poder también era temerario, y por suerte lo tenía de mi parte. Pegué mi espalda a la suya, mi orientación estaba focalizada hacia donde proyecté el impacto, y mi retaguardia era custodiada por Carlito. Estaba listo para dejarme los nudillos allí.

resumen y notas



RE: Lo que el rio se llevó - Asradi - 01-09-2024

Un retumbar lejano desconcentró a Asradi por unos momentos. No lo veía desde ahí, pero intuía lo que había podido pasar. Porque ese sonido atronador ya había acontecido más veces durante aquellos extraños sucesos. Algo más había desaparecido. Otro lugar había caído. La sirena, todavía sobre los hombros de Airgid, frunció el ceño y tragó saliva de manera sutil.

A su alrededor todavía se sucedía el caos y el desenfreno de la batalla. El aroma a la sangre esparcida por el área de combate, el ambiente pesado y la adrenalina todavía recorrían no solo a los demás, sino también ella podía sentirlo en los poros de su piel. Había visto como Octojin embestía con todo a su paso, en medio de su desenfreno sectario por Norfeo. Pero... ¿Esa irrefrenable fé era correspondida?

La voz del propio Norfeo le dió la respuesta.

Con cierto cuidado, y una caricia en el hombro de la rubia, Asradi se bajó de allí. Su mirada azul se alzó hacia los cielos nubosos, como si estuviese buscando algo. Un estremecimiento surcó todo su ser. Era una sensación que no era capaz de describir con palabras. Pero sí hubo un sentimiento que comenzó a bullir en ella y que, al final, dejó salir a través de su garganta y sus labios.

¿¡Acaso no es suficiente, oh Magnánimo Norfeo!? — A pesar del alto apelativo, había un ligero tono de ironía en él.

Estaba indignada. ¿Pretendía que, después de todo lo que le habían ofrecido, se matasen entre ellos? ¿Camaradas entre camaradas? ¿Hermanos contra hermanos? Sus ojos continuaban puestos en los cielos, como si desease atravesar las nubes con la mirada y llegar hasta donde el Onírico se encontraba.

¡Sangre ha sido derramada en tu honor! ¡Furor y fé hacia tí, Arquitecto de los Sueños, han sido los que han movido a tus adeptos! — La voz de la sirena resonaba por doquier, impregnada de ese poder que tenía en ella. — ¿No es suficiente acaso?

Asradi tomó aire por un par de segundos, la gélida brisa continuaba azotándola. Estaba habituada al frío, al provenir de los mares del norte. Pero ese frío no era habitual, no era normal. Algunos arañazos surcaron sus brazos, brotando ligeramente la sangre que se derramaba en preciosos hilos carmesíes por la dermis morena. Ignoró tal hecho.

Estaba absorta en su reclamo.

¿¡Por qué prescindir de tus hijos, Hacedor Onírico, que te han demostrado su valía!? — Miró unos segundos, de reojo, al resto.

Los labios de la pelinegra se apretaron. Metió la mano en la bolsa y extrajo las dos canicas que poseía. Las miró unos momentos y las apretó, durante un par de segundos, en la palma de su mano.

¿¡Porqué conformarse solo con uno cuando puedes tener adeptos que extiendan tu voz y tus deseos tanto en la tierra como en los mares!? ¡Contéstanos, pernicioso Ensueño!

La tonalidad azul de los ojos de Asradi habían tomado, ahora, una coloración gris tormentosa, como el ambiente que se había quedado.

¿Es esto, únicamente, lo que te importa? — Mostró las canicas a los cielos, como una especie de ofrecimiento. Y, acto seguido, las lanzó hacia el suelo, dejando que cayesen en el charco de sangre más cercano a los pies de Asradi, impregnándose en la espesa vitae como alguna especie de tributo. — ¡Te las entrego, Tejedor de los Sueños, y mi vida por la eternidad si es necesario! Pero no levantaré la mano contra aquellos que han estado hombro con hombro a mi lado. ¡Con mis hermanos y hermana!

Esa era su última sentencia. Había orgullo y decisión no solo en sus palabras, sino también en su mirada y en su voluntad.

Y ahí le esperaba, le desafiaba abiertamente. El cabello negro se deshizo de su trenza cuando una racha de viento le azotó, ahora ondeando libremente como una profunda marea oceánica. La figura de la sirena quizás no era muy imponente, físicamente hablando, pero había esa etérea belleza de las de su especie. Junto con la fuerza que desperdigaba en su mirada.

Los mares del norte le habían provisto de una recia y gélida voluntad. Se adelantó unos cuantos pasos, atravesando el campo de batalla, entre caídos y victoriosos. Era consciente que, con las palabras y el aliento de Norfeo, cualquiera podría volverse contra ella y darle una puñalada. Pero ella no haría tal cosa. Su caminar era decidido. Solo en un momento dado, se agachó para volver a agarrar las canicas que había tirado, manchando e impregnando sus dedos de sangre por igual, en una visión grotescamente hermosa.

Y volvió a alzar la voz de manera lírica. No era un canto como tal, sino una oda. Una petición que acariciaba los oídos tanto humanos como divinos.

Divino Norfeo, dios que no conoce el dolor,
Norfeo, ajeno a la angustia,
ven a favor de nosotros, ven feliz,
y dando felicidad, ¡gran Rey!
Mantén ante sus ojos la luz que se extiende ante ellos ahora.
¡Ven a él, te lo ruego, ven con poder para sanar!

Oh, Norfeo,
¡Reposo divino de todas las cosas!
¡La más gentil de las deidades!
Paz a la mente atribulada,
desde donde alejas los afanes de la vida.
Restaurador de la fuerza de los hombres.
cuando está cansado de las fatigas del día.


La voz de Asradi resonaba con esa hipnótica belleza a través de los ecos de las montañas, buscando llegar allá a donde los oídos de Norfeo el Magno pudiese escucharla. No mostraba miedo, no mostraba arrepentimiento. Solo arrojo. El arrojo propio de un habitante de los mares. Las escamas plateadas de sus piernas brillaban de manera sutil, pero con una inusitada belleza. Como si fuesen el reflejo albo de la luna durante una noche estrellada. La sirena era como un mar en calma que, en cualquier momento, podría encabritarse y mostrar su furia de manera caprichosa.

Durante su camino, mientras entonaba las gráciles palabras, no había mirado a ninguno de sus hermanos, tampoco a Airgid. Estaba enfocada única y exclusivamente en Norfeo, aunque no pudiese verle a la cara.

En todo su esplendor, Asradi se ofrecía abiertamente al dios.

Resumen


Características de combate


Stats Actualizados



RE: Lo que el rio se llevó - Atlas - 01-09-2024

Tal vez todo podría haber acabado bien si las cosas se hubiesen quedado como estaban. Aquellos tres sujetos no habían conseguido acabar conmigo pese a atacarme juntos y a traición. Podría haber intentado alzar el vuelo después de apartar al molesto tipo de la espada de mí y separarme de la tremendamente veloz mujer de pelo rubio. Sólo tenía que desplegar mis alas, batirlas con fuerza y elevarme hacia los cielos. Desde allí ya podría plantear si era más sensato retirarme o volver a descender sobre ellos para hacérselo pagar.

Pero como con tres no era suficiente, tuvo que unirse un cuarto. ¿Allí no había nadie más a quien seleccionar como objetivo, o qué? Había podido plantar cara a uno, a dos y a tres —no sin sufrir bastante desgaste, claro—, pero un cuarto sujeto no entraba dentro de lo que podía manejar en aquellos momentos de mi vida. ¿Que más adelante estaba seguro de que podría? Por supuesto, pero la vida era un camino y yo apenas acababa de comenzar a transitarlo.

El filo de mi naginata fue detenido por un individuo que, como todos los demás, apareció de la nada y sin venir a cuento para seleccionarme como su objetivo. No atiné a ver sus facciones, pero sí a escuchar lo que decía. ¿Que se retiraran? Mientras sus golpes se dirigían hacia mí —algo que, por otro lado, experimenté como a cámara lenta—, pude escuchar las palabras que ordenaban al resto del grupo que se retirasen. Esas palabras, que en apariencia pretendían iniciar un conflicto mano a mano entre dos contendientes, tenían cabida al principio de un supuesto duelo, no en la situación en la que estábamos.

Cuando alguien aparecía para rematar un trabajo que habían iniciado y desarrollado los demás, el gesto se convertía en justo lo contrario. De una acción noble —por llamarla de algún modo—, pasaba a ser una apropiación ruin de los méritos de otras personas. Ello, por otro lado, era congruente con cómo me habían enfrentado hasta el momento. Nada nuevo bajo el sol, en teoría.

Sus golpes percutieron en mí con tal fuerza que hasta la última fibra de mi ser se estremeció. Cada átomo de mi cuerpo vibró con violencia mientras las llamas se afanaban en vano por subsanar los daños que mi cuerpo sufría. En cuanto sentí el impacto supe que, al menos por el momento, había terminado para mí.

Sí, tal vez fuese injusto para los otros tres que aquel sujeto apareciese de la nada a última hora para apropiarse de los que debían ser sus logros... Pero quizás se lo mereciesen. Tal vez, y sólo tal vez, en el futuro podrían pensarse en optar por otros recursos que no fuesen simple y pura superioridad numérica para afrontar sus desafíos.
Resumen



RE: Lo que el rio se llevó - Drake Longspan - 01-09-2024

A los pies de la montaña, cerca del río, se había montado el Armaggedon, el apocalipsis biblíco o el fin de los tiempos. En lo alto, a medio transformar, Drake Longspan hablaba con una roca con forma ovoide con un cigarro en la mano.

Vaya movida Wilson. — Le dijo a la piedra mientras le colocaba un cigarro de liar en lo alto. — Si ya lo decía mi mánager: Soy malo para tu salud. Weedahaha.

La sangre llegaba al río, y el subidón de Drake al cielo. Le daba absolutamente igual todo, estaba asimilado a la roca y no sabía ni para qué, tampoco entendía porque tenía ese indicador en la cabeza y porque tenía un brote de paranoya que hablaba de que iba a vivir un día más. Su anestecia era local, general y sideral.

Entonces un cantico sonó; Longspan pensó en acompañar la canción con Beatbox pero el ritmo (Beat Por Minuto) de la lírica no coincidía con ningún estilo que hubiera practicado antes:

Oh, Norfeo,
¡Reposo divino de todas las cosas!
¡La más gentil de las deidades!
Paz a la mente atribulada,
desde donde alejas los afanes de la vida.
Restaurador de la fuerza de los hombres.
cuando está cansado de las fatigas del día.


No entendía nada, aquella canción tenía menos flow que un puré de verduras en un cumpleaños, y en su subjetiva y espesa opinión era más mala que pelearte con un rey marino a besos.
Dio una última mirada a su nuevo mejor amigo, la piedra Wilson y abucheó:

Boooh ¡Norfeo la chupa!

Tras dar su sosegada y argumentada crítica, pegó el último calo satisfecho del bien común que había logrado transmitiendo su opinión profesional.

Personaje



RE: Lo que el rio se llevó - Yoshi - 01-09-2024

Yoshiro logró acabar con su enemigo de un golpe... Que triste. El número en su cabeza aumentó y Octojin empezó a rezarle a Norfeo. La bestia de cabello rojo olfateo en búsqueda de alguien más y notó al pequeño gnomo con redes para cazar bichos ¡Una presa! Era momento de continuar con su matanza... O quizás no.

Norfeo hizo acto de presencia y como antes, solo dejó que su voz se esparciera por todo el lugar, felicitaba a todos aquellos vencedores perdonando su vida y regalandole sus bendiciones. Si, no dijo mucho, pero al menos los felicitó, la cosa es que mientras Yoshiro veía al cielo para oír a Norfeo, el Profeta se adelantó a quitarle su presa la cual estaba interesada en pelear contra Octojin ¡Que fastidio! ¡¿Por qué él?! ¡Yoshiro también era capaz de destruirlos! 

Ya estaba harto, si la gente solo le prestaba atención a Octojin por su número en la cabeza, Yoshiro le quitaría la cabeza para quedarse con su número ¡Y así la gente lucharía con él!

Pero antes de lanzarse a matar, la sirena empezó a reclamarle al cielo, el muchacho la miró extrañado, pedía no tener la obligación de pelear con sus compañeros ya que las canicas no tenían ningún sentido. Yoshiro la siguió mirando y luego a Octojin que debería estarse divirtiendo matando al enano, Yoshiro si quería matar al tiburón y al Profeta después pero... Oír a la chica empezar a rezar lo hacía sentir fuera de lugar.
¡Yo si quería! Bah... ya qué-refunfuñó y simplemente se quedó junto a su grupo, la sirena, la rubia y Byron. El pato comando se había vuelto a transformar en un pato pasifico y también se había acercado... ¿Estaría mal comerselo? Posiblemente...
De pronto alguien abucheó a la sirena por hablar con Norfeo, había insultado a su Dios así que-¡A tí si te puedo matar!-Yoshiro saltó a por él chaval y acumulando agua en su puño golpeó al sujeto con la misma fuerza que aquel robot para apreciar como explotaba.
Gyojin Karate Ogi: Buraikan
kgy801
GYOJIN KARATE
Ofensiva Activa
Tier 8
No Aprendida
98
Costo de Energía
4
Enfriamiento
El usuario concentra toda el agua del ambiente en su puño para amplificar la potencia de este y evitar que el golpe se propague, dado que la intención del impacto es íntegramente destruir a su oponente y que el agua penetre en su cuerpo destruyendo el mismo con el impacto. Si dicho golpe logra conectar causará una [Fractura] integral en todo el esqueleto de la víctima y le dejará una [Hemorragia media] interna.
Golpe Básico + [FUEx3,5] de [Daño Contundente]

Joki no Eikyo
kgy300
GYOJIN KARATE
Pasiva
Tier 3
No Aprendida
Las técnicas del estilo emplean el elemento agua en ellas, con lo cual serán capaces de golpear a los usuarios de Akuma no Mi que normalmente contarán con ciertas inmunidades tangibles con normalidad. Por otro lado, siempre que se encuentre en el agua o tenga una fuente de agua de al menos 10 litros a 30 metros, sus técnicas físicas basadas en la utilización del cuerpo causan +40 de Daño adicional y costarán -5 Energía (Hasta un mínimo de 5 Energía). Obtiene [Colisión] +50 en tus ataques cuerpo a cuerpo con el estilo.

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RE: Lo que el rio se llevó - MC duck - 01-09-2024

Mientras se alejaba Pato se detuvo, pues el viento dejó de transmitir los lamentos de los caídos para llevar una voz mucho más reconocible. Norfeo el Magno, el que estaba detrás de todo esto.
Al escuchar las palabras del Poeta Insomne, solo pestañeo, aunque sus palabras eran tan perturbadoras como reveladoras, pues tal y como lo supuso desde el principio, el dios había elegido que no quedará nadie quien le rezará, o mejor dicho, nunca fue su intención ser adorado, solo quería que combatieran eternamente para entretenerlo, eran un circo romano, ahogados en sangre, en su pequeña y sanguinaria fe a su egolatría.

Aún así, aún había posibilidades de que aquello terminará bien, tal y como demostró la joven cantante que dedicó una pieza artística de exquisito gusto, su música y su prosa eran mejores que los guturales y inhumanos rezos bañados en sangre del tiburón humanoide, aunque la joven también hacía ofrendas en sangre, así que… tampoco es que hubiera gran diferencia la verdad, solo era artísticamente más precioso y apreciable.

No como el estúpido que empezó a hacer estupideces, y empezó a gritar incoherencia tan lamentables que hasta el pato se le erizaron las plumas. Y no digamos cómo le sentaría eso al dios Norfeo, o al ególatra detrás de alguna clase de poder akuma o como fuera, el tiburón fanático. Mejor le transmitía el detalle de que anduviera con cuidado, o simplemente "no molestes"

—Uno intenta ser bueno… - dijo mientras quitaba el seguro de la escopeta- pero la gente no le dejaba. Uno ser… siempre debe haber algún cabronazo que intenta pisar a los demás.

El cuerpo se deformó para adquirir la apariencia de su forma Sabía, y apuntar con diligencia.

Estaba algo distante de su objetivo, pero era un tirador, nada que apuntar no le permitiera solventar, además el tipo estaba tranquilamente al lado de una piedra, así que más fácil imposible, sobretodo mientras el tipo hacía el payaso, apuntó tranquilamente, intentando ignorar el dolor que le causaba el frío en las articulaciones, para después disparar.

—a ver si con eso se calla …

Centrar Tiro
TIR201
TIRADOR
Utilidad Activa
Tier 2
No Aprendida
29
Costo de Energía
1
Enfriamiento
Apuntando con su arma hacia un blanco, centrando su atención y dejando de percibir bien sus alrededores durante la ejecución de esta acción salvo de su objetivo, el usuario centrara su atención completa en su objetivo, logrando encadenar junto a esta técnica alguna acción ofensiva contra su objetivo, adquiriendo su adversario una desventaja de [Reflejos] para reaccionar y la ofensiva tendrá un incremento de daño.
[-5 Reflejos] y +25 de [Daño]

Disparo Incapacitador
TIR101
TIRADOR
Ofensiva Activa
Tier 1
No Aprendida
22
Costo de Energía
1
Enfriamiento
El usuario lanzará un proyectil rápido, de hasta 8 metros extra, con su arma apuntando a una de las extremidades de un objetivo con el fin de dificultar el atacar del mismo al causarle [Derribo],
Golpe Básico + [DESx1,8] de [Daño perforante]

calculo de daño

información del personaje

Resumen



RE: Lo que el rio se llevó - Octojin - 01-09-2024

off rol


Joki no Eikyo
KGY300
GYOJIN KARATE
Pasiva
Tier 3
No Aprendida
Las técnicas del estilo emplean el elemento agua en ellas, con lo cual serán capaces de golpear a los usuarios de Akuma no Mi que normalmente contarán con ciertas inmunidades tangibles con normalidad. Por otro lado, siempre que se encuentre en el agua o tenga una fuente de agua de al menos 10 litros a 30 metros, sus técnicas físicas basadas en la utilización del cuerpo causan +40 de Daño adicional y costarán -5 Energía (Hasta un mínimo de 5 Energía). Obtiene [Colisión] +50 en tus ataques cuerpo a cuerpo con el estilo.


Sed de Sangre
U82001
ÚNICA
Pasiva Racial
Tier 1
No Aprendida
Los tiburones tienen un instinto predador que se agudiza al oler o saborear sangre. Para Octojin, este instinto se manifiesta de manera aún más intensa, alimentando su fuerza y ferocidad en combate cuando está en presencia de sangre fresca. Al ver/oler/saborear sangre en un radio de 40m el Gyojin obtiene un bono de +5 Fuerza y +5 Agilidad. Además, sus ojos se tornan rojos y su iris se vuelve más pequeño.

Consideramos que un enemigo derrama algo de sangre cuando sufra algún estado de Hemorragia o reciba daños cortantes o perforantes.


En las sombrías tierras de la Montaña de los Lamentos, Octojin, el máximo adepto de los Norfeicos, permanecía erguido entre los ecos de las pasadas batallas y las sombras de los enemigos caídos. Sus ojos, encendidos por la fe inquebrantable en su deidad, mirarían con una cada vez mayor determinación a los pocos que aún se atrevían a desafiar su propósito divino. En su corazón, no había lugar para la duda; la fé sobrepasaría por mucho a los infieles. Y solo había un camino posible, exterminarlos.

Mientras se encontraba arrodillado para ofrecer las canicas recogidas como tributo a su dios y esperaba una respuesta, esta se dio rápidamente. Norfeo hizo acto de presencia con un discurso atrevido y dijo algo que sorprendió al tiburón. Estaba, de algún modo, orgulloso de ellos por haber conseguido lo que había propuesto en un primer momento. Pero llegaba la hora de la verdad. Y solo uno de los Norfeicos merecería la gloria eterna. Aunque claro, si algo tenía claro el tiburón es que él sería el último en pie, un bastión de devoción en un mundo de herejía y traición.

Tras escuchar las palabras de su dios, el escualo guardó cuidadosamente las canicas en su bolsa, sellando así su compromiso con la causa divina. Con cada paso firme sobre la tierra ensangrentada de la montaña, Octojin se había reafirmado en su misión celestial. Primero, los infieles habían caído bajo el peso de su convicción. Luego, si fuera necesario, tendría que enfrentar a aquellos que una vez llamó aliados. La idea de combatir contra la rubia, Asradi y el profeta, entre otros, era un tormento para su espíritu, pero su devoción a Norfeo lo eclipsaba todo. Si ese era el deseo de su amado dios, así se haría, a pesar de la pronta resignación que sintió al oírlo.

En ese momento crítico, un nuevo adversario surgió, un segundo gnomo que, con un ataque sorpresa, intentaba quebrantar su fe. Qué extraño día, dos gnomos decididos a encontrar su fin. Aquello no se debía dar mucho. O quizá sí, pero para el habitante del mar desde luego era la primera vez.

Con un ágil movimiento, el habitante del mar se limitó a intentar posicionar las manos allá donde venía el ataque, con el objetivo de centrar todas sus fuerzas en sus manos e intentar frenar la ofensiva, sin embargo, su reacción fue más lenta de lo esperado y terminó recibiendo el ataque, pillándole completamente por sorpresa. El gnomo poseía una destreza que desmentía su tamaño, aunque quizá el gyojin le dio aún más valor dado su actual estado de fatiga. Su defensa no había llegado a tiempo, y pudo ver cómo un corte se producía en su cuerpo, creando un río de sangre que, si la batalla se alargaba mucho, poco a poco sería más caudaloso.

Aunque en un principio la lucha podría parecer que iba a ser feroz, pronto resultó ser breve, pues el profeta, fiel a su palabra y poder, acudía en su ayuda y derribaba al enemigo con un golpe decisivo.

Octojin se acercó al profeta, con sus ojos todavía ardiendo con la luz de la fe.

—Tu valor fortalece nuestra causa, pero el destino de los infieles no puede ser otro que la destrucción— le dijo, antes de acercarse al gnomo y asestarle un golpe a modo de gancho que era tanto un acto de fe como una advertencia, para seguidamente impactar en las partículas de agua que flotaban en el ambiente propagando su golpe. A su alrededor, el campo de batalla yacía en un silencio tenso, roto solo por el crujir de las hojas secas bajo sus pies y el distante gemido del viento.

Wanto Giri
KGY301
GYOJIN KARATE
Ofensiva Activa
Tier 3
No Aprendida
34
Costo de Energía
2
Enfriamiento
Un impacto ascendente en que el usuario buscará trazar un gancho mientras golpea el vapor que rodea a su objetivo para elevarlo por los aires del impacto causando [Empuje] hacia arriba un máximo de 10 metros con el fin de dejarlo expuesto mientras cae.
Golpe Básico + [FUEx2,6] de [Daño Contundente]


Karakusagawara Seiken
KGY501
GYOJIN KARATE
Ofensiva Activa
Tier 5
No Aprendida
63
Costo de Energía
3
Enfriamiento
Se trata de una técnica en la que el usuario no requiere con su golpe de hacer contacto directo contra su objetivo, puesto que él centra su golpe e impacto en las partículas de agua que flotan en el ambiente propagando su golpe en un área de 12 metros desde su posición expandiéndose como un cono de 180º hacia delante y arriba, barriendo con todo a su paso.
Golpe Básico + [FUEx3] de [Daño Verdadero]


Tras su ofensiva, y sin apartar la vista del gnomo, el escualo aguardaba respirando el aire frío de la montaña, sintiendo cómo la energía de Norfeo lo invadía, preparándolo para los enfrentamientos que aún estaban por venir. Octojin se erguía, un guerrero tocado por lo divino, listo para defender su fe hasta el último aliento, convencido de que ningún enemigo terrenal podría igualar el poder que Norfeo había depositado en él. Su corazón latía al ritmo de un tambor de guerra celestial, cada golpe era una plegaria, cada grito una exaltación del único dios verdadero que había elegido para guiar su destino.

Entonces escuchó las palabras de la sirena, que cuestionaba a su dios, y tras ello empezó a cantar, al igual que otro humano que había
aparecido de la nada, pero que ya estaba siendo atendido por el pato y el otro gyojin. Aquel acto de la sirena no podía considerarse otra cosa que no fuese una herejía. El tiburón procuró ponerse en el pellejo de la sirena antes de sentenciarla, pero pronto su fe cegó cualquier atisbo por ser empático. Entonces, elevando la voz, pronunció las que probablemente fueran sus últimas palabras, ya que solo quedaba tiempo para acciones.

—En la vastedad de este mundo corrupto y desprovisto de luz verdadera, solo la sublime presencia tuya, Norfeo, mi todopoderoso y magnánimo dios, infunde un propósito puro y celestial en nuestras almas errantes. Elevado
por encima de los mortales y las trivialidades de esta existencia efímera, mi devoción por ti, Norfeo, eclipsa todo pensamiento, cada susurro de duda, transformando cada batalla en un acto sagrado de fe inquebrantable. Oh, divino Norfeo, tu voluntad es mi guía, tu voz, el único cántico que resuena en el santuario de mi mente; por ti, la sangre se derrama, y por tu gracia, la victoria es asegurada. Ante ti, mi señor celestial, mi espíritu se postra en sumisión absoluta, renunciando a toda atadura terrenal para servirte con cada aliento, cada latido, cada gota de mi ser. Que mi fervor sea una ofrenda digna a tus ojos omnipotentes, pues en tu infinita magnanimidad y poder, encuentro mi razón de ser, mi único destino.

resumen


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