A pesar de no tener tanto interés en encargarme de planear los movimientos más óptimos para el avance de la tripulación no pude evitar sentir una pequeña satisfacción cuando noté que tanto Jack como Muzen veían con buenos ojos mi sugerencia. Jack mencionó la posibilidad de que la intención de Muzen al venir aquí era recabar información con respecto al descontento social. -¿Seremos tan suertudos como para que justo al momento de nuestra llegada se desate el caos entre la población?- pregunté en voz baja, hablando conmigo misma con algo de escepticismo.

-No tiene sentido ponernos a negociar de momento, si llegaste a pensar que con una simple pinta de cerveza sería suficiente como para una “limpiada de mástil” nos será casi imposible llegar a un punto medio. Así que ni “mástil” ni “jalea” hoy. Además he de recordarte que en alta mar es posible que yo pueda elegir entre más de uno de ustedes.- respondí de manera arrogante, más que nada por el hecho de que no podría disfrutar de una cerveza fría.

El hombre con el que estaba tratando Muzen parecía estar más interesado en dar un espectáculo sin preocuparse mucho por el tema de ganancias con las apuestas, algo inesperado de parte de alguien que manejaba un anillo de peleas clandestinas o al menos eso era lo único que había escuchado en las tabernas referente a la gente que se manejaba en los bajos mundos; “sólo les importaba ganar dinero”. –Confío en que Jack hará más que dar un buen espectáculo.- le dije a aquél hombre mientras le daba un par de palmadas en la espalda a nakama. –Y si le dejan usar la espalda entonces será un espectáculo incluso para nosotros.- continué creando más expectativa a las habilidades de Jack.

Me acerqué a la jaula en donde pelearía Jack, su rival aún no se hacía presente, pero la gente parecía estar más interesada en el siguiente combate. ¿Habría algo que Muzen o su conocido no nos hubieran dicho o simplemente la gente sentía curiosidad al ver que el manco era el elegido para pelear con la estipulación de que todo valía? Me acerqué a Muzen, hasta ponerme a su lado. –Podrías haber avisado antes cuál era el plan.- le dije en voz baja sin despegar la mirada de Jack, atenta a lo que sucedía a su alrededor ya que no estaba completamente segura de por dónde llegaría su rival. De reojo alcancé a observar como varios hombres volteaban a verme, no tenía el ego tan grande como para pensar que lo hacían por mi belleza además de que por ahí estaba una que otra mujer que definitivamente robaba más miradas, así que solo podía suponer que se trataba de mi arma de fuego. De manera lenta me aseguré de poner la culata en el piso mientras que cruzaba las manos sobre la boca del arma como había visto a uno que otro marine descansando su arma en el suelo.

No pude evitar soltar una risa cuando Jack mencionó que probablemente a alguno de la tripulación tenía gusto por los hombres, me parecía ridículo que a pesar de haber viajado con ellos durante un tiempo ya no había entablado tantas conversaciones tan profundas como para saber algo tan simple como su orientación. Tal vez algo en lo que tenía que trabajar o tal vez mantenerme aún al margen para que no hubiera oportunidad alguna de que se me saliera hablar de Dagan y así ponerlo en peligro revelando su existencia.

Dejando de preguntarme sobre un futuro incierto regresé al aquí y al ahora, en donde las apuestas estaban en todo lo alto. No pude evitar mostrar un rostro de asombro cuando vi que Jack se acercó a Muzen para entregarle su espada, probablemente podría contar las ocasiones que le había visto sin su “Bella Dama” con los dedos de una mano. –Creí que la pelea valdría todo, ¿por qué ha decidido subirse sin su espada?- le dije a Muzen en cuanto Jack se dirigió a la jaula. – Sorpresa o no, me parece que se está confiando demasiado al no llevar su arma. ¿Qué te parece si hacemos una pequeña apuesta entre tú y yo? Algo sencillo, si Jack pierde tú haces todas las tareas que me corresponden durante la primera semana en el mar y si gana entonces yo haré las tuyas ¿qué dices?- continué mientras le daba unos golpecillos con el codo a Muzen.

Antes de que entrara su rival Jack comenzó a desvestirse, dejando ver un físico que definitivamente engañaría a los presentes. Lo que sí hacía era contar la historia de un hombre que tenía mucho tiempo dedicándose a ser pirata. –Oye, creo que Jack se confundió con el tipo de actividad que va a realizar ahí. ¿Es esto a lo que se refiere la gente con hacer el amor y no la guerra?- bromeé con el peliblanco mientras esperaba a que apareciera el contrincante de Jack. No pasó mucho tiempo para que un hombre robusto se presentara ante él, mientras comía lo que parecía ser la pierna de un animal que no estaba siquiera cocinada, no necesitaba muchísima imaginación como para considerar que aquél hombre era un salvaje. Vi como utilizó el trozo de carne que tenía en las manos y se abalanzó sobre Jack, haciéndolo retroceder a los límites de la jaula que ahora se encontraba completamente cerrada.

Por solo una fracción de segundo sentí una especie de preocupación por Jack al ver que le había dado la espalda a rival para gritarle a Muzen que lo sacara de ahí, estaba a punto incluso de levantar mi rifle del suelo para prepararme para lo que se viniera pero al ver la sonrisa que se le dibujaba en el rostro caí en cuenta que se trataba de una jugarreta cuyo objetivo solo podía imaginar que se trataba de dar un espectáculo. –Anda quien diría que lo suyo realmente sería la actuación.- le dije a Muzen ahora con una sonrisa en el rostro sabiendo que nuestro nakama tenía todo bajo control. Aunque si Muzen decidía aceptar la apuesta entonces lo mejor para mí sería que Jack se dejará perder. -¡Corre Jack, trata de mantenerte con vida hasta que se canse de perseguirte!- le grité como si realmente estuviera preocupada por su bienestar, siguiendo así el tono de su actuación en la jaula.

-Bueno, tampoco dije que era un muy buen plan.- le dije a Muzen después de escuchar las palabras de Jack sobre lo difícil que sería correr de su rival estando en una jaula diseñada para, precisamente, que nadie pudiera escapar. Jack siguió tratando de convencer a su rival de que le tuviera piedad y que arreglaran las cosas de otra forma, no sabía cuánto tiempo podría aguantar verlo comportarse de esa manera ya que era una escena bastante graciosa, no podía esperar para regresar con todos y contarles sobre el comportamiento de nuestro carpintero favorito. Muzen, por su parte, seguía negociando con su contacto a pesar de que la pelea ya había comenzado. El hecho de que, a estas instancias, no estuviera completamente decidido qué es lo que pasaría con las ganancias de la pelea de Jack o si al final nos otorgarían la información que veníamos a buscar me desanimaba a pedirle a Muzen que me enseñara lo básico del bajo mundo; muchas conversaciones para al final no tener claro cuáles serían los resultados.

Unos pocos momentos después de hablar con su contacto, Muzen aventó el arma de Jack a la jaula. Si bien no conocía a profundidad a Jack tenía muy en claro que había tres cosas con las que no tenía que meterme; su ron, su barco y su “bella dama”. Volteé a ver a Muzen fijamente, sin creerme lo que había hecho, que aunque seguramente no lo hizo de mala fe podría apostar a que Jack no reaccionaría bien. Al estar en medio de una pela el que su arma volara por los aires terminó distrayendo a Jack haciendo que su rival le conectara un duro golpe en el pecho a pesar de que logró atrapar su arma. Las palabras que salieron de la boca de Jack directamente amenazaban a Muzen. –No creo que esté bromeando, en cuanto salga va a querer matarte.- le dije a Muzen mientras tomaba una silla y la alejaba de él, para después sentarme en ella. .

Quien debía enfrentarse primero a la furia de Jack era su rival en la jaula, cuyo panorama no era prometedor. De un golpe certero, chocando su espada con el arma improvisada de su enemigo, logró desestabilizarlo y después le gritaría a todos los presentes dejándoles en claro quién era el hombre más fuerte dentro de esa jaula. Lo que siguió después de Jack enfundó su arma fue algo para nada placentero de ver, se abalanzó sobre su rival y de una manera casi animal comenzó a estrellar la cabeza del pobre hombre contra el suelo, una y otra y otra vez hasta que solo quedó una masa amorfa que ni siquiera se mantenía en las manos de Jack. –Buah, de haber sabido que veríamos lo que hay dentro de las personas habría cambiado de lugar con el Doc.- dije cuando comencé a ver que el cráneo del hombre ya estaba abierto, para después bajar la mirada y evitar seguir almacenando esas imágenes en mi cabeza.

Cuando finalmente Jack terminó de darle rienda suelta a su furia con el contenido gelatinoso que estaba hace unos segundos escondidos en el cráneo del hombre se dirigió hacia la puerta de la jaula pidiendo que la abrieran para después dirigirse hacia Muzen con la espada desenfundada. Casi como si fuera un reflejo me paré de la silla y la giré dejando el respaldo en dirección a Jack, subí uno de mis pies a la parte de arriba del respaldo y otro apoyado en el asiento. Sabía que lo que estaba a punto de hacer no era propio de nakamas, pero no podía dejar que Jack y Muzen se enfrentaran abiertamente. -¡Jack, detente! ¡Por favor!- le grité mientras movía el cerrojo de mi rifle dejando el arma lista para disparar. No estaba segura si sería capaz de apretar el gatillo en caso de que Jack continuara con su avance pero la única otra manera de detenerlo sería poniéndome frente a él y estaba segura de que podría quitarme de en medio en un abrir y cerrar de ojos.