Una vez los piratas se han retirado, te enteras de qué estaba ocurriendo en el faro. Hugo había logrado hablar con el marine y descubrir que se sentía terriblemente culpable por haber obedecido las órdenes de su comandante de disparar contra sus propios camaradas. No era el único. Las reacciones de los marines ante los disparos de los piratas no habían sido sino un recordatorio de su culpabilidad por haber matado a sus amigos y compañeros de armas. La peor parte de este es que saber que, aunque hayan sido engañados por un traidor, han roto el código militar y el castigo que les espera no será piadoso. Y, desgraciadamente, no estás en posición de impedirlo sin convertirte tú mismo en un desertor o un traidor.

Hugo logró convencer al marine de que su superior era un traidor. En realidad, era un pensamiento que ya rondaba las mentes de la mayor parte de la compañía de Bryan y, cuando Hugo lo exteriorizó, muchos de los marines decidieron ponerse de su parte. Muchos, pero no todos. Hubo una corta refriega contra un escaso grupo de leales a Bryan que fueron apresados o murieron en el proceso. Desgraciadamente, una bala perdida alcanzó al recluta Hugo. Lo que podría haber sido una brillante carrera fue truncada en un instante. Afortunadamente, Hugo sobrevivirá, pero la bala ha destrozado su médula a la altura de las lumbares y lo ha paralizado de piernas. No volverá a caminar.

Por otro lado, el tirador que detuvo a Jim, el alférez de Bryan, no era otro que Albert, que siguiendo tus órdenes había buscado un lugar alto desde el que mantener vigilado el entorno. Joe estaba con él y juntos ayudaron a neutralizar rápidamente a los traidores.

De los cincuenta y dos marines de la compañía de Bryan, dieciocho murieron asesinados tras ser ejecutados por órdenes del comandante. La razón oficial dada a las tropas fue sedición e intento de deserción. El motivo real fue que habían descubierto los lazos del comandante con la banda pirata. De los treinta y seis restantes, cuatro murieron en ataques piratas. Otros tres fueron traidores que murieron al resistirse al arresto. Solo veintinueve de los cincuenta y dos marines salieron vivos de Punta Verde. De esos veintinueve, ocho formaban parte del pequeño grupo de leales a Bryan. Por su traición a la Marina, fueron sometidos a un consejo de guerra y condenados a morir en la horca. Los otros veintiuno, aunque habían ayudado a capturar a sus compañeros, fueron considerados igualmente culpables por la ejecución de sus compañeros y obedecer las órdenes de un traidor. Fueron expulsados de la Marina y enviados a una prisión militar como castigo por sus crímenes.

Una vez en el G-31, Orphelia te asegura que no sabía nada de la traición de Bryan y se disculpa por enviarte a una trampa. Palemane no se molesta en hablarte y si te diriges a él en algún momento, actúa como si no hubiese ocurrido nada y tu llamada de den den mushi nunca hubiese ocurrido.

A efectos de tu historial, la misión es considerada un éxito. Las tropas atrapadas han sido evacuadas y has destapado a un traidor. Sin embargo, no parece que nadie se sienta satisfecho con el resultado final. Bryan sigue vivo y fugado.

Tras la evacuación, no fue posible llevar a cabo el bombardeo naval. Las naves extrañas izaron banderas piratas tras tener la flota marine al alcance de los cañones y comenzaron una batalla naval. Mientras los navíos de guerra marines estaban ocupados, una pequeña y veloz goleta evacuó a Montazano y su banda. Parte de sus extraños vehículos, junto con su barco, tuvieron que ser abandonados en Punta Verde. Ahora mismo acumulan óxido en medio del islote.

Tras la huida de Montazano, la extraña flota pirata se retiró tan rápido como había aparecido, con las naves marines persiguiéndoles. No tienes más noticias de qué ocurrió posteriormente, aunque como mínimo cabe asumir que las naves marines siguen enteras. Si barcos de guerra de tal tamaño se hubiesen perdido, hubiese sido una terrible y sonada noticia, al menos en los cuarteles.

Y así finaliza el desgraciado episodio de Punta Verde.