Una vez más, desperté. Volvía a estar consciente y entero, en otro lugar diferente. Los pinos negros que me rodeaban y el terreno escarpado me hizo suponer que esta vez había reaparecido cerca del lugar de mi última muerte, o al menos no muy lejos. Inspiré hondo y retuve el aire para controlar mi pulso. Podía notar el flujo de emociones agolpándose: rabia, odio, desesperanza, impotencia... pero espiré lentamente y traté de vaciar mi mente. La falta de control sobre mis emociones me había llevado a mi fracaso anterior. El monstruo medusa había explotado mis puntos débiles porque el miedo me había superado. No podía permitir que ocurriera de nuevo.

Múltiples sonidos llegaban a mis oídos desde muchas direcciones. Batallas, gritos de guerra y de dolor, sonidos de armas y de cuerpos siendo heridos. La locura de Norfeo se había apoderado de todos. Aquí y allá, personajes extraños se mataban entre sí con ataques fieros y poderes sobrecogedores. Una vez más, me pregunté si realmente aquello era realidad o pesadilla. Si no estaba soñando y todo aquello carecía de sentido. La lógica hubiera dicho que sí, pero en el fondo, yo no creía realmente estar soñando. Todo era demasiado real. Lo que llevaba a la pregunta: ¿quién es Norfeo? ¿Qué ha hecho para traernos a aquí, lograr enloquecer a tantos y revivir a los muertos? Una vez más, decidí intentar lo que ya antes había fallado - ¡Norfeo, escucha mis palabras! - hablé hacia los cielos - ¿Por qué nos has traído a aquí? ¿Qué quieres de nosotros?

Miré hacia arriba, esperando una respuesta. Sobre mi cabeza volvía a haber un número uno, una mala señal que no me gustó nada. No quería atraer atenciones indeseadas otra vez antes de lograr la atención de quien realmente quería, Norfeo - Hay algún motivo por el que has hecho esto. Pero toda esta muerte,estos asesinatos deben parar. Dime qué buscas y te ayudaré a conseguirlo.

Y con tan solo un ataque su enemigo explotó desde dentro, era la primera vez que Yoshiro mataba a alguien pero no se sentiría mal, de hecho, al oler esa rica sangre fresca lo metió en modo frenesí como cualquier tiburón que ansía más comida. 

El muchacho miró al robot, su número bajó a 0 y él obtuvo un 2 nada mal, pero necesitaba más. Yoshiro salió corriendo hasta el resto de sus compañeros los cuáles habían estado divirtiéndose, había sangre por varios lugares y el número en la cabeza de Octojin había aumentado... Que rabia poseía más que Yoshiro ¿Por qué tenía la suerte de su lado? Ni modo.

Analizando el lugar para ver quién quedaba vivo de sus enemigos se encontró a alguien que parecía estar peleando con la chica rubia ¿Byron? Que raro, Yoshiro pensaba que estaba con Norfeo, quizás ya había terminado y bueno, la sirena también estaba, de hecho se encontraba cantando y ahí fue donde se dió cuenta.

Oh, entonces las voces en mi cabeza cuando lancé mi ataque eran por ella-sonrió emocionado, Norfeo le había regalado una fuerza monstruosa pero la sirena tambien era capaz de darle aún mas poder.

Yoshiro se acercó rápidamente, el enemigo se había rodeado de fuego para crear un par de alas, tras recibir un golpe de la rubia tomó su arma listo para atacar a Byron, lo que no contaba es que Yoshiro llegaría al rescate para golpear el filo de su arma con las partículas de agua del ambiente (dónde posiblemente el sudor de sus compañeros entre en juego) y Empujar a su enemigo 10 metros dónde quedaría Derribado para un golpe de gracia.

¡Atrás todos! Él ahora es mío-Yoshiro apenas había tenido diversión en toda esta masacre, quería un poco más de sangre en sus manos. Aunque... Posiblemente aquel sujeto ya estaba muerto.