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[T2] Sofocando los rescoldos de la Monarquía - Lobo Jackson - 03-11-2024 Reino de Oykot Día 27 de Verano del año 724, a las 07:53 En la Taberna del Largo - Ugh... Qué puñetas es ese ruido-gara... - Un tamborileo constante estaba retumbando en cada recoveco de su cerebro, lanzando ráfagas sonoras que martilleaban su cabeza con una migraña que latía con fuerza alrededor de su sien. Trató de abrir los ojos y sintió el peso de la falta de sueño intentando mantener sus párpados cerrados, sellándolos con el cemento de legañas resecas. Cuando al fin pudo mirar a su alrededor, con los ojos enrojecidos, recordó que se encontraba en la nueva Taberna del Largo. Su boca, completamente seca y pastosa, mantenía el sabor de los incontables licores y aperitivos que había estado engullendo a lo largo de dos días de festejo sin descanso. Su cuerpo entumecido y repleto de agujetas tampoco estaba en la labor de despertar, mandando señales de su agotamiento con punzadas de dolor que acrecentaban todavía más el repiqueteo mental que acosaba al mink. Lobo Jackson tenía una resaca de campeonato. - Vaya fiestón-gara... ¡Agh! La cabeza me está matando-gara... Necesito beber agua-gara... - Parpadeó un par de veces y trató de situarse. Tenía la parte superior del cuerpo echada sobre la barra de la taberna mientras que su mitad inferior estaba sentado en un taburete de madera, un asiento particularmente duro que le había dejado el trasero entumecido hasta el punto de que la cola le dolía al moverse. Miró perezosamente a su alrededor, pero en la barra sólo habían botellas vacías y jarras sucias. El resto de sus sentidos comenzaron a unirse a las protestas: su oído le recordaba que había más de una persona en la taberna gracias a los descomunales ronquidos de los parroquianos que dormían la mona, y el olfato le hacía saber que más de uno había echado la pota. El aroma de licor revenido, comida, humedad y sudor no aportaba bueno al malestar que le acosaba. Y aquel ridículo tamborileo sonaba cada vez más fuerte. Lobo Jackson utilizó toda su fuerza de voluntad para ponerse en pie, andando como abuelita dolida de ciática, y arrastró los pies hacia la cocina apartando botellas vacías, platos y camaradas con los pies. Allí vio un barreño lleno de agua y, sin pensárselo, metió la cabeza dentro como un jamelgo que llega sediento al abrevadero. Así se mantuvo varios segundos, bebiendo agua y lavándose el morro para terminar de despertar. Y aunque no le quitó el cansancio, sí le permitió pensar con claridad. ¿Pero qué era ese tamborileo? Al principio no estaba seguro, pero después de pasar un paño de cocina por sus orejas y limpiarlas de cera y mugre, reconoció el característico sonido de un tambor de marcha militar. Deshizo sus pasos y regresó al comedor, donde pudo ver varias caras conocidas sumidas en el apacible sueño que sólo el ron puede otorgar. - Esos sí que tienen un sueño pesado... - Pensó el mink, encaminándose hacia la puerta que daba a las calles de Oykot. El sonido provenía desde fuera y algo le decía que no se trataba de motivo de fiesta. El ritmo de ese tambor no invitaba a nada bueno. La luz del sol mañanero lastimó sus ojos en cuanto abrió la puerta, y tardó un par de minutos en acostumbrarse a la iluminación diurna que bañaba las calles de Oykot. Con la vista gacha, los restos de basura, cristales rotos, restos de comida y tela rasgada que ensuciaba la calle le hizo sonreír. Los últimos dos días habían sido una verdadera locura en la que los balleneros celebraron hasta que no pudieron mantenerse en pie, declarando que el 25 sería recordado como el Día de la Independencia y que se celebraría con música Pop mientras lanzaban fuguström al mar. - ¡Eh tú! ¡Revolucionario! ¡Anarquista! ¡Derrocador! - Una voz femenina y en exceso chillona proveniente de unos pulmones envidiables llamó su atención. Tanta vehemencia había en esas palabras que Lobo Jackson olvidó en lo que estaba pensando, acrecentando su migraña. Frente a él, una mujer ataviada con un uniforme de capitán de la Guardia Real acompañada por diez hombres de edades dispares le miraban fijamente. Los hombres estaban situados tras ella en formación cuadrada, el primero de ellos portaba el tambor de marcha. En cambio, la mujer blandía un sable de gala con el que apuntaba al mink. - ¡En nombre de nuestra amada reina, nosotros, los últimos leales, hemos venido a detenerte por la justicia! ¡Somos la voluntad de nuestra reina! ¡Su voz! ¡Su fuerza! - - ...¿Quién-gara? - Preguntó el lobo, llevándose una mano a la cabeza. - ¡Soy Venvendia! ¡Capitana de la Guardia Real de los leales a la reina! ¡Nosotros devolveremos el poder a la reina! ¡El trono volverá a recuperar su gloria! - Siguiendo el ritmo de sus palabras, el tipo del tambor hacía repiquetear el cuero del instrumento con un toque marchoso que por desgracia no era del gusto del mink. Lobo Jackson miró a su alrededor buscando a más gente, pero sólo eran aquellos once tipos contra él. Parecía que los balleneros y sus camaradas seguían durmiendo. - Oye, no es que me guste la idea de que reinstaures la Corona-gara, ¿pero no crees que es un mal momento-gara? - El mink se frotó los ojos. Los gases de la comilona y el bebercio se amontonaban en su vientre, saliendo con pequeños eructos que entrecortaban sus palabras. - Será mejor que os retiréis por hoy, que descanséis-gara... Id a vuestros hogares, con vuestras familias-gara, yo qué se, montad un partido político por Monarquía-gara. - La capitana Venvendia abrió sus ojos de par en par con indignación. - ¿Estás loco, revolucionario? La corona es el símbolo de Oykot desde tiempos inmemoriales. La corona, eterna y verdadera, forjada en el honor de generaciones que tú, en tu necedad y ceguera, has decidido desafiar. - Las palabras de la capitana resonaban con patriotismo, y su acento era la rabia. - - La corona que sostiene el orden, la corona que impone respeto, la corona que es guía, y madre, y patria. Sin la corona, el caos es lo único que queda. ¿Acaso tu diminuto cerebro de chucho sarnoso te impide comprender la magnitud de lo que has hecho? - Cada vez que hablaba, remarcaba con fuerza la palabra corona y su tamborilero personal daba un redoble de tambor, que a su vez redoblaba la resaca del mink. - La corona es orden. La corona es justicia. La corona es el único lazo verdadero que une a los que merecen estar en este reino. Nosotros somos los guardianes de su gloria, los defensores de su luz. No puedes apagarla, porque la corona es más que un símbolo: es la historia, es la justicia, es el único camino verdadero. - Concluyó la mujer, dando varios golpes de talón contra el suelo y enarbolando la espada cual dedo acusador hacia el hombre lobo. Si lo que buscaba la capitana Venvendia era crear malestar en el revolucionario que apenas lograba mantenerse en pie frente a ella, lo había conseguido. Orgullosa, contemplaba con satisfacción el rostro compungido del mink, cuyas expresiones de dolor y muecas de desagrado avivaban su amor por la Corona. - Está bien-gara, te entiendo-gara, por favor deja de hablar-gara. - El mink hablaba con toda la paciencia que la resaca le permitía. - ¿Podemos hacer esto otro día-gara? - - ¡No nos vas a silenciar maldito revolucionario! ¡Nuestra voluntad es tan fuerte como nuestra devoción por la corona! ¡Viva la corona! ¡Viva la corona! ¡Viva la corona! - A cada pronunciación de corona, el tambor repiqueteaba y la migraña punzaba. Al final, ni la infinita paciencia del mink pudo soportar tanta bobería. - ¡¿Por qué no te callas?! - Exclamó Lobo Jackson, sus pulmones expulsando todo el aire que contenían en un grito atronador que resonó con fuerza en toda la calle y trajo consigo la explosión de toda su fuerza de voluntad. HAOS602
HAOSHOKU
Haki intermedio
Tier 6
No Aprendida
20
2
El usuario liberara haki en el alcance de su Dominación generando una presión que causara (VOLx1) de Daño Espiritual en el entorno y las personas en él. Pudiendo llegar a causar un Empuje igual a (VOL/5) metros a los que tengan menos Voluntad que el usuario. Si dos usuarios de esta habilidad colisionan, se liberarán rayos negros por el choque, mitigando dentro del área de uno los efectos de la otra restándose entre ellas, sirviendo como una protección para el propio usuario o sus aliados.
Daño espiritual [VOLx1] + [Empuje] [VOL/5] metros
El haki del revolucionario emergió de su ser con una fuerza nunca antes vista. Una onda de energía que alcanzó a los autoproclamados defensores de la corona, mandándolos a volar varios metros hacia atrás hasta que sus cuerpos dieron a parar contra el asfalto. Tan solo la capitana pareció mantenerse en pie, pero sus piernas temblorosas y ojos lacrimosos eran el reflejo de su carácter quebrantado. Sus ojos temblorosos eran incapaces de mantener la mirada de Lobo Jackson, cuyas pupilas ambarinas parecían irradiar un brillo purpúreo que resonaba con un zumbido colmado de energía en sus oídos y su ser. Intentó hablar, pero sus palabras se perdieron en un murmullo incomprensible. Su mano temblorosa apenas lograba sujetar el sable con el que había estado apuntando a Lobo Jackson con tanta decisión. Todo cuanto pudo hacer fue caminar lentamente hacia atrás, tratando de alcanzar a sus compañeros que yacían inconscientes sobre el pavimento. Satisfecho a la vez que harto, Lobo Jackson no se dignó en dirigirle la palabra de nuevo. Todo cuanto hizo fue regresar la Taberna del Largo, buscar un sitio cómodo entre las mesas y acurrucarse entre un montón de mantas y almohadones que encontró, durmiéndose el resto del día. En cuanto a la capitana y sus secuaces, decidieron que sus vidas eran demasiado valiosas para perderlas en una lucha sin sentido, por lo que decidieron dejarse llevar por los vientos de cambio y montar un partido político con el que poder darse a conocer durante las próximas elecciones. RE: [T2] Sofocando los rescoldos de la Monarquía - Moderador OppenGarphimer - 05-11-2024 ¡Recompensas por aventura autonarrada T2!
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