Hace un par de días había llegado a Villa Fosha luego de mi partida de mi isla hogar, sin embargo, parece que los humanos que aquí habitan son de los más repugnantes y crueles; debido al ataque sorpresivo de una bestia marina, mi pequeño bote sufrió daños irreparables y, cuando llegué a la aldea solicitando ayuda y buscando para comprar materiales e insumos, me respondieron con insultos, ataques y desprecio.

El enojo que sentí en ese momento fue enorme, aunque siempre he sentido el rechazo debido a mi especie, no creí que todas las personas del primer pueblo al que llegaría, fueran así; por poco pierdo el control debido a la ira, llegué a pensar en saquear el pequeño pueblo y destruir todas y cada una de las casas, pero recordé las enseñanzas de mi maestro: “Cada ser actúa con base a sus miedos y defectos, no podemos responder de la misma forma”. Luego de eso, en un par de ocasiones intenté hacer contacto con ellos, pero todos acabaron en lo mismo; así que decidí recluirme en el Bosque Salauce mientras encontraba alguna forma de irme.

—¡Más, más, necesito más velocidad!

Decidí entrenar mi respiración y concentración, haciendo cortes en los árboles con mis garras hasta derribarlos, pero no estaba nada contento con mi desempeño, seguía siendo muy lento al momento de ejecutar el ataque. Estaba apilando cada árbol que cortaba, alguna utilidad podría tener después y, a su vez, sembraba 5 árboles por cada uno que cortaba.

—A ver, a ver, monstruo; ¿se puede saber qué estás haciendo? Aún es muy temprano para que salga la luna y te pongas a aullar

Se acercaron unos 4 jóvenes, por su aspecto y actitud parecían ser de los que les encantan buscara problemas.

—¿Qué sucede? ¿Te comió la lengua el gato? No estoy muy al tanto, pero se supone que tú eres el que debía comérselo.

Seguían riendo entre ellos mientras se acercaban a mí.

—No estoy buscando problemas, si no quieren salir lastimados, váyanse.

Ellos dejaron de reír en el acto y pusieron cara de “matones”, como si eso me fuera a asustar; luego, se fueron acercando más mientras tronaban sus dedos con el fin de intimidar. Tenía a los 4 rodeándome y uno de ellos se abalanzó sobre mí con un puñetazo. Rápidamente me desplacé evitando el ataque y quedando a la espalda del que parecía ser el líder.

—No lo repetiré, váyanse o se van a arrepentir.

Sin saber contener la ira, se giró dando una patada, la cual esquivé fácilmente dando un salto, mientras estaba en el aire, los otros dos que no habían participado se acercaron intentando golpearme, a lo que desvié sus puños con la palma de mis manos, haciendo que cayeran debido a la inercia provocada por su “fuerza bruta”. Luego de eso, pasé varios segundos más esquivando sus ataques mientras bostezaba o hacía comentarios para provocarlos; cuando ya me estaba aburriendo, corrí hacia el líder y le di con mi codo en toda la boca del estómago.

—Maldit…

—Tch, Esos tontos de ayer habían servido como distracción, pero ni de cerca fueron un desafío.
Decía para mí mismo mientras comía unas frutas que había recolectado en el bosque, estas sí eran buenas, no como la de ayer, debo admitir que fue mucha incredulidad de mi parte. Una fruta extraña que no había visto antes, con forma redonda y de color blanca, no pude evitar darle un mordisco debido a mi gula, pero el sabor fue espantoso, creo que, ni con todas mis habilidades como cocinero podría hacer que brille o que acompañe ningún platillo decente; me costó quitarme ese sabor de boca y el malestar que me hizo sentir, como si estuviera flotando al caminar o como si me fuera a desintegrar por cualquier golpe.
—Debo aprender a no comer cosas extrañas, pero es que no puedo evitarlo, qué fastidio, Tch.
Les explicaba a unos animales que se asentaron a mi alrededor a los que comencé a compartirle las bayas que tenía, no puedo negar que, si no hubiera conseguido estas deliciosas bayas, estaría pensando comerme a ese conejo a mi lado; pero, por ahora, podía considerarse a salvo. Mientras pensaba qué ejercicios hacer hoy, comencé a escuchar una algarabía y sonidos de detonación provenientes de la villa; pensé en ignorarlo, después de todo, ellos habían actuado super mal conmigo, pero cuando comencé a escuchar los gritos de personas, no pude evitar ir a ver qué sucedía.
—Muy bien, vacíen esas casas, queremos todo su dinero o quemaremos las casas.
Logré escuchar a lo lejos y apuré mi paso, siempre había tenido buena velocidad, pero ahora me sentía como si corriera entre nubes.
—Por favor, somos una villa pobre, no tenemos mucho que ofrecer, tengan piedad.
«Piedad» pensé, «no creí que conocieran esa palabra.
Supongo que ese era el alcalde de la villa, una vez dicho eso logré llegar al centro del alboroto, llamando la atención de ciudadanos y piratas.
—¿Quién eres tú? —preguntó el que parecía ser el capitán.
Eran una banda pequeña, de 8 miembros, sin embargo, no podría yo contra todos con mi nivel actual.
—Eso mismo pregunto yo, si vienen a causar problemas, es mejor que se vayan.
Traté de aprovechar mi aspecto para intimidar, pero pareció no funcionar y uno de los lacayos se lanzó hacia mí con su espada. Fácilmente logré bloquear su ataque con una de mis garras, un segundo lacayo imitó a su compañero, lo que me obligó a usar mi otra mano para frenar su ataque.
—Los mink's son tan idiotas, nunca pueden ver más allá de sus narices.
No entendía la razón de su comentario hasta que, gracias a mi sentido del olfato, pude detectar un tercer pirata apuntándome con el cañón de su rifle. Una vez identificado, solo debía lograr esquivarlo a tiempo.