Invierno del Año 722

Cada vez que el barco se acercaba más y más hacia el Archipiélago más frío había, tanto así que algunos de los nuevos reclutas tuvieron que entrar al camarote. Que qué hacía yo? Pues admirar la hermosura qué era el Archipiélago Conomi, pues no todos los días era lo suficientemente privilegiado como para tener aquellas vistas.

 

Mientras leía mi libro y disfrutaba de aquella brisa pude escuchar al capitán del barco alertando al resto de que pronto pararían en el puerto, pues ya era hora. Yo iría vestido en mi traje de siempre, pero en aquellos tiempos en los que era recluta aún no llevaba mi capa característica en señal de respeto a mis superiores. Luego de que estos nos hicieran formar para dar indicaciones, salimos del barco en fila, con dirección a la base marine en aquél archipiélago, el G-39.

 

De camino al cuartel se podía ver a parejas pasar el tiempo en aquellos campos haciendo picnic. "Ellos... son felices?" Me pregunté a mi mismo, sentí que tal vez aquello era algo que debía de intentar en algún momento, pero no ahora, tenía una misión y esa era escalar en la cadena de mando del Gobierno Mundial cueste lo que cueste.

 

Tras llegar a la base marine, nuestro superior nos hizo hacer una fila para asignarnos alguna misión. Éramos unos 10 agentes reclutas, los cuales habían sido asignados al G-39 para ganar experiencia. Por mi parte, mi camino al ascenso ya estaba planeado, con la ayuda de cierto individuo. Pero para ello debía de actuar como el momento requería de mí.

 

Una vez nuestro superior nos diera la órden de dispersión, cada cual tomó su propio camino, algunos fueron a sus dormitorios, otros a la cocina y unos cuantos a vigilar e inspeccionar las instalaciones. Había una realidad en el evento de nuestra llegada y era que estábamos allí para asegurarnos de que los marines no se salgan del control del Gobierno Mundial.

Por mi parte, no perdería el tiempo en nada de eso, pues en el caso de que realmente hubiera algo fuera de lo normal en la base, todo aquél involucrado ya lo habría tapado o asegurado. Por ello lo mejor que habría que hacer es esperar con cautela. Poco a poco visité instalación por instalación, observando las actividades que había disponibles así como las interacciones entre los marines.

 

 — Parecen muy felices pese a nuestra presencia. — Uno de los agentes con los que llegué al archipiélago había hecho una pausa para hablar conmigo. — Si nuestros superiores nos quieren aquí es por algo, no crees? — Pese a que sus palabras tenían algo de razón no le presté mucha importancia a aquél tipo, por lo que me largué de su lado. "Supongo que el gobierno quiere tener cierta presión sobre los oficiales al cargo de esta base". Las teorías seguían pero la realidad era que aquél sería mi hogar a partir de aquél momento.