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[Común] Los solteros en Tailandia - Versión para impresión

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Los solteros en Tailandia - Ragnheidr Grosdttir - 14-12-2024

El horizonte cambió gradualmente mientras el barco surcaba las aguas agitadas hacia DemonTooth. Ragn observaba la silueta del lugar que emergía a lo lejos, una mole oscura y amenazante que parecía flotar entre la niebla. Había algo en el aire, algo que lo hacía más pesado con cada milla recorrida. El olor a sal y humedad se mezclaba con un matiz agrio que no podía identificar, pero que le resultaba inquietantemente familiar. La forma de DemonTooth se definía con cada golpe de las olas contra el casco. Una isla, aunque llamarla isla parecía insuficiente; era más bien una fortaleza natural, coronada por picos afilados que se alzaban hacia el cielo como colmillos hambrientos. Las rocas negras, erosionadas por los años y los elementos, daban la impresión de estar vivas, respirando junto con el océano que las rodeaba. No había nada acogedor en esa visión, ni en la forma en que las sombras parecían moverse entre las grietas y cavernas, como si el lugar estuviera observándolos.

Ragn no apartaba la mirada. Había algo en esa roca que parecía llamarlo, una voz que resonaba en su interior con una claridad inquietante. No era miedo lo que sentía, pero tampoco calma. Era una tensión contenida, un estado de alerta constante que lo mantenía completamente inmóvil, como si su cuerpo entendiera algo que su mente aún no procesaba del todo. El barco disminuyó la velocidad al acercarse a un pequeño muelle, apenas visible entre las rocas. No había señales de vida, solo el sonido del agua golpeando con fuerza las estructuras maltrechas. Ragn se incorporó un poco más, apoyando una mano en la barandilla mientras observaba cada detalle: las marcas en las rocas, las sombras alargadas que parecían moverse con el vaivén de las olas. Todo le hablaba de un pasado que no conocía, pero que lo invitaba, de algún modo, a adentrarse.

La proa crujió bajo sus pies cuando el barco finalmente tocó el muelle. Ragn se quedó inmóvil un momento más, como si quisiera grabar la imagen en su memoria. DemonTooth no era solo un lugar; era una prueba, un umbral que debía cruzar. Sin esperar más, dio un paso al frente, el eco de sus botas resonando contra la madera mojada mientras el viento frío lo envolvía.

No sabía qué encontraría allí, pero tampoco importaba. Estaba listo para enfrentarlo, fuera lo que fuese.


RE: Los solteros en Tailandia - Umibozu - 19-12-2024

40 de verano del año 724 por la mañana,
Un lugar entre Tequila Wolf y DemonTooth,
Mar abierto.


La visita a Tequila había concluido. Ya tenía la información que necesitaba para mis mapas. Timsy también había aportado su granito de arena pues parecía haber estado previamente en la isla también. Estaba resultando ser de gran ayuda a pesar de su corta edad. Atrás quedaba la maraña de andamios y metal por los que se caracterizaba la isla. Su orografía había resultado ser de los más particular debido a la actividad de la isla.

El barco surcaba las aguas con Rag en cubierta como capitán del barco. Lo hacía siempre mirando al horizonte. Ubben, el bribón de ojos dorados y dueño del salmón que vivía con ansiedad desde la llegada de Timsy al barco, debía llevar el timón de La Alborada. Yo nadaba cerca del navío, pero sumergido, lejos de la visión de cualquiera en la superficie. Tan solo las aves más temerarias que se adentraran mar adentro verían una enorme sombra junto al barco. Timsy estaba agarrado a uno de los radios de mi espalda dejando que lo arrastrase cual rémora. En el avance iba con la boca llena, dejando que la corriente y la velocidad la llenaran de peces distraídos, medusas y todo tipo de animales que ya no verían un día más. Sonreí en mi fuero interno, pues los torneos de pesca empezaban a ser una tradición en el escuadrón Ulykke. Cerré la boca de inmediato, salí a la superficie y escupí con fuerza toda el agua como una ballena medio ahogada.

-¡Eh, vikingo! Te reto a otro torneo de pesca – a veces me sorprendía lo pequeño que era el mundo, pues después de reencontrarme con mi hermanito pequeño descubrí que ya había tenido un encuentro con Rag y Airgid en la isla en la que estos dos vivían. Ocurrió antes de que salieran al mar, conocieran a Tofun y se hicieran revolucionarios.

-Yo también me apunto-lurk.



RE: Los solteros en Tailandia - Ubben Sangrenegra - 28-12-2024

Mañana del 41 del Verano, 724
Puerto - DemonTooth
East Blue

La mañana desplegaba sus colores en el horizonte, con los primeros rayos del sol tiñendo el cielo de tonos cálidos. Aquella noche, sin embargo, Ubben no había estado al mando del timón. Por primera vez en mucho tiempo, el peliblanco cedió esa responsabilidad, sabiendo que tendría algo importantísimo que atender en la isla de DemonTooth. Necesitaba descansar, pero la ansiedad se encargó de robarle cualquier posibilidad de sueño.

Los minutos se alargaron como horas mientras yacía en su camarote, revolviéndose entre las sábanas, incapaz de calmar la mente que no dejaba de maquinar mil situaciones sobre como podría resultar el reencuentro. Finalmente, aceptó la derrota. Con un suspiro resignado, se levantó y decidió aprovechar las horas restantes de la noche para prepararse. Si no podía descansar, al menos estaría listo.

De su guardarropa sacó un traje que no solía usar, reservado únicamente para ocasiones especiales. De corte elegante, sobrio, casi sin adornos innecesarios, se trataba de una prenda que exudaba clase y discreción. La camisa blanca, impecable, descansaba junto a una corbata negra de fina seda. Incluso eligió unas agujas doradas, tan cuidadosamente seleccionadas que parecían haber sido hechas a medida para el conjunto. Los zapatos, relucientes tras una pulida meticulosa, completaban el atuendo.

Mientras revisaba y disponía de todo, sus dorados ojos se posaron en unas viejas partituras; composiciones que nunca lo habían satisfecho del todo. Una idea fugaz le cruzó la mente, y antes de pensarlo demasiado, comenzó a trabajar en ellas. Transformó las hojas en algo que podría parecer extraño para cualquiera que lo observase, pero que para él tenía un significado especial.

Cuando los primeros destellos del amanecer iluminaron el horizonte, y DemonTooth se hizo visible a lo lejos, las ansias ya lo consumían por completo. La calma seguía siendo un bien escaso para el bribón de blancos cabellos, así que decidió probar suerte con algo que solía apaciguarlo, la pesca. Sin molestarse en vestirse, salió a la cubierta vestido únicamente con ropa interior, tomando su caña y lanzando el anzuelo al mar. Pero ni siquiera las olas parecían querer concederle un respiro. Después de un rato de espera, lo único que logró sacar fue un maldito barril. Frunció el ceño al verlo, pero decidió dejar la inspección para más tarde. Tenía cosas más importantes en mente.

De vuelta en su camarote, comenzó a vestirse. La transformación fue notable, y ajustó cada prenda de forma casi obsesiva, se perfumó y aprovechó de pintar su uñas de negro en la mano izquierda, a excepción del anular que pintó dorada y en la derecha todas de color dorado a excepción del anular que pintó negro. Aquello era algo que hacía con tanta poca frecuencia que incluso él se sorprendió de haberlo hecho una vez que se vió al espejo. Por último, tomó su tricornio, ese fiel acompañante que había acumulado más polvo del que estaba dispuesto a admitir, y lo limpió con esmero hasta dejarlo reluciente.

Cuando volvió a la cubierta, estaba irreconocible. Su habitual aspecto simple y funcional había desaparecido, reemplazado por una imagen impecable y refinada. Incluso su rostro, habitualmente marcado por una mueca de cinismo, burla o desdén, lucía una sonrisa radiante que desconcertaría a cualquiera de sus compañeros. En una mano llevaba lo que parecía un ramo de rosas, aunque un vistazo más cercano revelaba que estaba hecho con las partituras que había trabajado durante la noche.

Caballeros— dijo, dirigiéndose a Ragn, Umi y Timsy con un tono alegre, algo poco común en él —Avísenme cuando nos vayamos de la isla. Llevo mi denden mushi; nos vemos— Y con esas palabras, salió caminando campante con la frente en alto, sin siquiera esperar a que el barco terminara de anclar en el puerto. Ella lo estaba esperando en Shimotsuki.

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