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El viento a las afueras. - Hunter D. Alpha - 29-08-2024
Viento agradable, claro que sí. Podrías decir que hoy el clima y el tiempo están bastante agradables. El tiempo era bastante encantador y tú simplemente disfrutabas de él. Bueno, también hacías otra cosa pequeño Alpha. Si, estabas entrenando un poco. Bueno más que nada hacías sombra, ya que no tenías nadie con quien practicar. Te imaginabas escenarios lleno de oponentes y solo te limitabas a esquivar los ataques una y otra vez. Luego te mirabas a ti mismo bloqueando. Buscabas poder ser consiente de todo. Reaccionando una y otra vez a lo que tu cerebro te colocaba como enemigo. Cosa que, a decir verdad no era mucho. Tu viaje apenas había comenzado. En si tampoco podías tener gran imagen en tu cabeza de cosas más allá de simples marineros o borrachos en bares buscado pelea.
Faltaba… algo más.
Habías sudado lo suficiente. Te fijaste en el árbol donde dejaste tu poncho y algunas de tus cosas. Luego miraste nuevamente a tu alrededor. Disfrutabas de la naturaleza. Cerraste tus ojos y pudiste sentirte por un instante cada cosa de ella. Bueno, te habías criado de esa manera. Alguien con amor por la madre naturaleza. Pero a su vez, alguien fascinando por tratar de domar a cada criatura que había en ella. Sonríes, tus convicciones te llenan mucho. Más allá de un pirata, también eres una persona bastante espiritual y mucho más compleja de lo que aparentas. De hecho, lo eres, eso yo lo sé. Pero no todo el mundo se toma el tiempo de conocer realmente a otras personas. Muchos se quedan en la portada del libro antes de leer el contenido.
Aunque… tú eres un contenido algo turbio de leer a veces.
Bueno, ya era momento de seguir con lo tulló. Tomaste to Bo y lo apoyaste al suelo. Luego tomaste el otro extremo con una mano te apoyaste sobre este, quedando encima, con las piernas hacia arriba. Esto era llamado, postura del pilar. Ya era cuestión de controlar tu respiración y concentrarse.
Un error, y te caes.
RE: El viento a las afueras. - Jim - 29-08-2024
Día 12 de Verano
Chimpirimpi pirimchimpin. - Tarareaba alegremente mientras paseaba por las afueras de Rostock, ya había recorrido toda la isla. Había ojeado el cuartel de la marina, visitado el puerto, comprado en el mercado, me había visto envuelto en una pelea de taberna y aprendido sobre como funcionaba la comunidad en su conjunto. Una parada muy nutritiva en el viaje hacia nuestro destino. Caminaba desnudo, con mi carcaj y mi arco a la espalda, la brisa embaucada por olores marinos alimentaba mi olfato y me hacía sentirme como en casa. - Por las barbas de Tina la Jabalí. ¿Qué hace? - Dijo en voz baja mirando como en el horizonte un joven buscaba hacer equilibrios con un bastón. Tenía una melena negra y larga, era bajito para su raza, saqué pecho al darme cuenta pues eso me hacia sentir que media mas de mis 40 centímetros.
Me acerqué acelerando el paso, la curiosidad guiaba mis diminutas patitas hasta posicionarme a unos 5 metros del joven, intente acercarme sin hacer ruido. - ¡WOLA! - Grité de golpe con una sincera sonrisa en el rostro. - ¿Por qué haces eso? ¿Es algún tipo de entrenamiento? - ¡Yo también sabía! Apoyé una punta de mi arco en el suelo manteniéndolo en vertical y de un salto me subí a la parte de arriba con una pata, comencé a hacer equilibrios con las manos manteniendo una estabilidad irregular pero aceptable. [35 AGI] - Mi nombre es Jimbo. - Dijo bajándome de un salto y volviendo a enfundar mi arco. - Jim para los amigos. - Añadí haciéndome el interesante mientras le guiñaba un ojo al joven rapaz. - Soy uno de los mejores tiradores de Isla de Cozia, reconocido mundialmente. - Presumí hinchando el pecho, mentí pero... ¿Quien iba a ver de Cozia por alli? ¡Nadie! ¡Nadie podría desmentirlo!
Estábamos en un camino de piedra que rodeaba la isla hasta el faro, alrededor de este había un surco de tierra de unos 20 centímetros y después verde, verde prado con hierbajos de poca altura, algún árbol suelto, alguna piedra, alguna seta. Un terreno muy despejado, natural y agradable. Era un día cálido cuya temperatura se veía compensada por las brisas marinas, la visibilidad era perfecta y de fondo, se podía escuchar la espuma que producían las olas al chocar contra los acantilados de la zona norte de la isla.
RE: El viento a las afueras. - Hunter D. Alpha - 31-08-2024
La verdad, es que estabas bastante concentrado en lo tuyo. Tanto, que no pudiste darte cuenta de la inclusión de la nueva persona que había llegado. No te lo esperabas, incluso estuviste a punto de perder el equilibrio por un instante. Preferiste dejarte caer sobre tus pies antes de que todo fuera empeorado. Te quedaste mirando a la amable criatura. Era un animal, un suricato. No detectabas ninguna especie de intención letal de su parte. Pero a decir verdad, era primera vez que veías uno hablando. ¡Oh espera! Quizás sea una de esas especies de la cuales tanto te hablo tu padre en sus viajes. Un mink.
- Estoy entrenando, Si. – Respondiste con total tranquilidad. – Pero veo, que eres mucho más experto que yo. – La verdad es que Jimbo parecía ser más entrenado que tú a simple vista. Pararse en un arco no era cosa fácil. Pero este parecía hacerlo fácil a primera vista. – Soy Alpha. No he nacido en ninguna isla, así que no provengo de ningún lugar. – La tranquilidad con la que decías aquello era algo incluso incómodo para mí. Que realmente no te importara no tener un lugar adonde volver era algo un poco… ¿Triste? Bueno para mí lo es, pero para ti no. Después de todo, la madre naturaleza siempre ha sido tu lugar a donde volver.
-Nunca he escuchado de este lugar. – Dijiste mientras sacudías un poco tu cabellera. – Pero si dices ser uno de los mejores, has de serlo. – Luego miraste curioso. – Pero si tú eres uno de los mejores de tu isla ¿Quién es el mejor, entonces? ¿Algún amigo tuyo? ¿Un conocido? - Te daba cierta curiosidad aquello. Más que nada, por cierta cosa tuya que realmente. Cierta manía que tenías en rastrear ciertas cosas.
Cierta manía de ir a por los más fuertes.
El lugar estabas bastante cómodo. Pero, ya estaba siendo la hora de tomar café, mi amigo. Tenías que levantar una fogata y poner a hervir agua para colar el que habías traído. Adicional de poder disfrutar de los panes dulces que tenías. Pero ya como estaban las cosas, no sentaba mal tomar el postre con algo de compañía. - ¿Tienes algo que hacer, Jimbo? – Preguntaste curioso. – Planeo tomar el postre y no me vendría mal alguien con quien platicar de momento. Antes de seguir con mi entrenamiento.