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[D-Pasado] Una horrible decisión... Un poder igual de horrible... - Anmitsu Uguisu - 08-09-2024 Invierno de hace 4 años (El recuerdo al menos) La neblina de la mañana se asentaba sobre el puerto de DemonThooh, envolviendo todo mi mundo en un manto gris que parecía paralelo a mi estado emocional, quizás por cosas del pasado o quien sabe... Ni yo misma sabría como explicarlo. Estaba de pie allí, en un rincón que solía ser mi refugio cuando ingrese a la marina... que tiempos aquellos... Quizás los extraño, pero que en ese instante solo reflejaba la angustia que inundaba mi corazón. Había una sensación de tensión en el aire que me mantenía bastante ansiosa o incluso inquieta, tal vez era un recordatorio constante de que mi razón de ser, incluyendo cada pequeño detalle o placer en mi vida, estaba amenazada constantemente por las decisiones de aquel hombre al que apenas podía llamar padre, o al menos, apenas en mis adentros podía llamar padre. Recuerdo con evidente claridad ese día con una angustiosa que me resulta imposible de describir; tenía catorce años en ese entonces... mi mundo apenas comenzaba a expandirse y, sin embargo, ese horizonte tan prometedor se tornó inmediatamente aterrador en tan solo un instante sin ni siquiera avisar. Sus ojos, fríos como el acero en una noche helada, me atravesaron mientras me ordenaba que comiera la Baku Baku no Mi. - Es solo comida, no te va a matar- insistió Koshiro con severidad, pero yo sabía que había mucho más en juego, porque si no fuera así... Se la daría a ella... Su mirada, de la que alguna vez había buscado aprobación y amor, ahora estaba llena de un claro desdén y una exigencia notable. - Si no te la comes, no tendrás cabida en la Marina - dijo con desdén, y su voz sonó como un eco lejano, cortante y punzante, en ese momento... Mi corazón se detuvo... habia dado todo por unirme a la marina y eso... Eso simplemente fue un break para mi, contrastando con el suave murmullo de las olas que solían proporcionarme consuelo cada que iba a cubierta para contemplar el mar o incluso desde las costas de los muelles. Mi corazón comenzó a latir con fuerza, gritándome como si quisiera escapar de mí para dejar de sufrir por esa desesperación que sentía. Ante su amenaza de dejarme fuera de la marina, siendo un impedimento a mi sueño... siendo un contra a poder conocerla, el calor se me subió a la cabeza y las lágrimas inundaron mis ojos los cuales se tornaron cristalinos y quebradizos como vidrio a punto de romperse, las lagrimas estaban listas para desbordarse por la fragilidad de mi espíritu que de por si ya estaba quebrado. Era evidente que no quería comer esa fruta repulsiva pues sabia que el destino que me esperaba tras comerla no iba a ser el mismo, me encantaba el mar... Sabia lo que pasaba cuando eres maldecido por el poder de una Akuma. Además... su aspecto, una masa viscosa y colorida, prometía un sabor que ,ya sabía, desafiaría todos los límites de mi tolerancia y gusto. ¡Y qué ironía! Yo, que disfrutaba de los dulces y de las pequeñas alegrías de la vida, iba a ser sometida a la cruel prueba de una fruta cuyo nombre hacía eco de una voracidad que jamás había sentido, el solo hecho de tenerla frente a mi me queria hacer correr lejos de ese lugar. Como si eso fuera suficiente, también me sentía atrapada entre mi deseo de ser valorada dentro de la Marina y la realidad de la horrenda elección que se me presentaba, como si ya el trato de Koshiro desde que nací no fuera suficiente. - ¿P-p-por... q-q-qué d-de...berías... forzarme... a... hacer... esto?... N-n-nyan...- mi voz tembló casi como si estuviera por quebrarse cual plato de porcelana cayendo al piso y rompiéndose en múltiples pedazos, una mezcla de desafío y súplica era lo que experimentaba en ese momento, decenas de preguntas atormentando mi mente en tan solo un momento, simplemente eran segundos pero en mis pensamientos eran una eternidad, exigiéndome a mi misma respuestas... Mi Padre... un hombre que nunca había considerado mis sentimientos y simplemente me habia despreciado como si fuera un error... y es que a su percepción lo era... A medida que las palabras abandonaban mi boca, me preguntaba si algún día admitiría mis miedos y deseos, si algún día... me diría aquellas palabras que siempre habia querido escuchar de el, si alguna vez comprendería la grieta que se habia abierto en mi corazón desde el primer momento. Entre nosotros nunca hubo un sentimiento de cercanía... Sin embargo, su expresión imperturbable dejó claro que no estaba dispuesto a reconsiderar lo que me pedía, esta dispuesto a echarme a patadas si así lo queria y era claro que era su intención. Su voz se volvió más baja y fría casi tan helante como el mismo miedo hablándome al oído durante una macabra noche de terror, más amenazante y severa también... Tenia miedo... al menos eso es lo que recuerdo - Mitsu, si no lo haces, estarás fuera de la Marina...- No dudo en decirlo... En ese momento mis lagrimas se salieron por completo, un llanto silente... - Entonces, ¿Qué harás?... Tienes que tomar una decisión... ¿Te quedarás aquí a vivir de pequeños caprichos y dulces ilusiones mientras otros luchan?... ¡La vida no es lo que sueñas!- Sus palabras resonaban en mi mente como campanas de la condena atormentándome aun mas incluso mis piernas habían empezado a temblar, queria correr de allí y refugiarme en mi habitación, señalando el abismo que se abría si desobedecía sus ordenes en pocas palabras, me condenaba a la miseria... Pero... ¿no habia estado viviendo siempre en la miseria hasta ahora? Nunca me vio como hija... Siempre la prefirió a ella... A quien con mucho orgullo llama "Su hija"... Y fue en ese preciso momento que siendo victima y estando atrapada por la presión de sus expectativas y la inminente amenaza de perder el camino que había elegido como miembro de la marina, Fue entonces que la melancolía se convirtió en tempestades dentro de mí que azotaban con mas fuerza que el ataque de un Rey de Mar enfurecido atacando a un Kirin y a King Kong. La dulzura que me había acompañado desde los días más inocentes se torno violenta y rápidamente en una ráfaga de desesperanza que a cada segundo me consumía mas. La idea de ser expulsada de la Marina —mi refugio, mi razón de ser— era algo que nunca podría sobrellevar. Mis manos temblaban con impotencia mientras apretaba mis puños, mis ojos se llenaban de lágrimas las cuales se desbordaban rápidamente. Adaptarse significaba someterse a la amarga realidad de comerme... la Akuma... la Baku Baku no Mi, un acto que parecía absurdo e inhumano si lo pensabas bien. Nunca había matado a una criatura en toda mi vida, y la sola idea de comer algo que transformaba a las personas en seres voraces me hizo sentir náuseas y desagrado a niveles anormales. Era la representación de todo lo que no quería ser, pero... Tenia que tomar mi decisión... fuera como fuera el resultado no seria bueno para mi... - No puedo… Nyan... simplemente no puedo... Nyan- logré murmurar entre sollozos, mientras la tensión en mi pecho se transformaba en un desgarrador grito de impotencia. En mis años de vida siempre había procurado seguir el camino del bien, alejarme del dolor y luchar con mis propios demonios. La zona de confort que había construido con tanto esfuerzo durante estos años se comenzaba a desmoronar como si de un castillo de arena ante el movimiento de las olas playeras se tratase.. ante la mirada fría de mi padre ilegitimo, Koshiro... Sigo pensando que quizás no fue mi mejor decisión... Finalmente y aunque me doliera en ese momento (aunque incluso me sigue doliendo recordarlo), tome aquella fruta con un movimiento casi involuntario casi que obligándome a mi misma y con un peso aplastante en mi corazón, llevé la fruta a mis labios. Cada bocado era una contradicción, áspero y repulsivo, una mezcla de sabor insípido y amargo que se convertía en una amarga traición. La textura, gelatinosa y repulsiva, se deslizaba por mi garganta lo cual me causaba nauseas y escalofríos, y cada bocado se sentía como el rechazo de mis convicciones, me habia traicionado a mi misma solo para... Para no abandonar mi sueño... Queria conocerla... Queria enorgullecerlo... Fui una idiota... Mientras el llanto se convertía en un torrente descontrolado que representaba el gran dolor que sentía por hacer aquello que no queria... Recordé sus palabras "Mitsu... vive tu vida... No hagas lo que otros quieren solo por hacerles felices..." en ese momento... Lloraba por haberle fallado a mi madre... por haber traicionado sus palabras, la abrumadora sensación de pérdida dominó mis emociones, que lamentable ahora que lo recuerdo... ¿Qué parte de mí estaba dispuesta a sacrificar? Entonces mis ojos se desviaron como si estuvieran buscando el horizonte, la marea calmando mi grito interno, un recordatorio de que mi vida era cada vez mas miserable. Tal vez tener la Baku Baku no Mi, aunque me condenara a cargar con sus consecuencias y a ser posiblemente un arma... Ahora tenia que cargar con aquella responsabilidad, en ese momento mire a Koshiro, quien simplemente me veía con frialdad... Sigo lamentando aquel día... De un momento a otro Koshiro se retiro de la habitación dejándome sola... Sin darme cuenta habia caído arrodillada y al llorar, sentí la tensión ceder poco a poco mientras mis orejas se caían sobre mi cabeza, las lagrimas tocaban mi falda, mojándola con ligeras gotas de salinidad mientras mis labios se distorsionaban con tristeza. Este dolor, este viaje... esta condena, aunque nunca podría olvidar lo que había tenido que hacer ese día, esa elección comenzó a ser aquello que seria mi propio castigo... Quizás era por ser un error de Koshiro, pero ya no habia vuelta atrás... Pero en ese momento decidí abrir mis ojos... - Eh? Nyan...- dije al ver la luz del sol golpearme ligeramente el rostro, por lo que veo me habia quedado dormida sin darme cuenta, recorriendo el lugar con la mirada, frente a mis ojos estaba su silueta... una pequeña sonrisa se dibujo en mi rostro- Buenos días Anko-nee- dije con un emoción mientras miraba al horizonte, las olas agitaban el barco mientras estábamos en alta mar, por lo que miraría al cielo con una amplia sonrisa- Fue solo un mal recuerdo...- murmure antes de suspirar y cruzarme de brazos para retirarme a la cocina, era hora de preparar el desayuno... Quizás... Un pan tostado o algo ligero... quien sabe... Tenia bastante tiempo para pensarlo... - Voy a preparar el desayuno... Anko-nee- fue lo ultimo que dije antes de retirarme. Este tema ha sido cerrado. |