Alguien dijo una vez...
Bon Clay
Incluso en las profundidades del infierno.. la semilla de la amistad florece.. dejando volar pétalos sobre las olas del mar como si fueran recuerdos.. Y algún día volverá a florecer.. ¡Okama Way!
[Común] Asuntos de la familia (Priv. Solo)
Megumi D. Mexizuela
Megumi Fushiguro- Shadow Hunter
20 de verano 724

Un destello del sol... El viento soplando con delicadeza... Sin embargo todo se veía borroso, solo podía distinguir una silueta que se alejaba, dándome la espalda... Un cuerpo fornido, un tanto robusto como si hubiera estado años entrenando, no podía recordar que estaba vistiendo, solo podía distinguir a duras penas una camisa negra. Se alejaba a un paso apresurado, o quizás esa era mi percepción de las cosas. Mientras más caminaba más borrosa se volvía su silueta, pero... ¿Por qué me siento... Tan impotente...? Era casi, como cuando pierdes algo importante... ¿Quien era?... No lo sé... O quizás, no lo recuerdo. Pero Dios... Cuántas veces he ¿experimentado esto? Últimamente este "sueño" ya es muy frecuente...

 Sin que me diera cuenta de en que momento lo había hecho, aquella figura desapareció por completo en las lejanías de aquel horizonte vacío. Pero antes de eso pude notar como le daba una sutil vuelta a su cabeza, mirando en mi dirección, casi como si estuviera analizandome o quizás... Memorizandome... Quien sabe... Solo un pequeño susurro en el viento fue lo que me saco aún más de órbita "Serás fuerte, lo sé" de nuevo, siempre lo dice... cuando escuché aquellas palabras sentí un gran escalofrío, ya era un bucle, era como si mi cuerpo me advirtiera de algo... Como si fuera la última vez que vería aquella silueta...

  Y honestamente esperaba que de verdad fuera la última, porque este constante "sueño" ya me tenía exhausto y un poco alarmado por como transcurre... ¿Acaso era de esos espíritus de los que hablaba la madre de mi hermana? No lo sé... Tampoco es como que quisiera descubrirlo realmente... Sin embargo está vez pude variar un poco la situación, o eso me gustaría decir... - Oye, ¡¿Quien demonios eres?!... ¿Por qué siempre te vas?... ¡Responde!... Tsk...- por primera vez, le había dirigido la palabra... Aquella silueta se detuvo un momento, Pero siguió caminando hasta desvanecerse en el horizonte.

 Y tan pronto aquella silueta se desvaneció, abrí mis ojos poco a poco debido a un molesto sonido- ¡¡¡MEGUMI DESPIERTA!!!- si, ese molesto e irritante sonido de la voz de otra persona que solo sabe molestar y perturbar el sueño ajeno... Aunque quizás estoy exagerando... Pero si, hablo de mi hermana. Tsumiki Mexizuela... Una hermosa joven de 21 años, un largo cabello oscuro y ojos Avellanados. Sin darme cuenta, ella estaba justo frente a mi, con los brazos cruzados y una mirada un tanto molesta en los ojos- Levantate holgazán, ya son las 9 de la mañana- si, era un fastidio... 

 - Vale vale... Tsk...- vocifere entre bostezos, lo mejor sería hacerle caso, porque honestamente cuando Tsumiki se pone de caprichosa es un dolor de cabeza de los malos. Me sentaría en la cama para bostezar con pereza antes de seguir la rutina de cada día, ir al baño, cepillarme, lavarme la cara e ir a la cocina. Actualmente me encontraba en la isla Kilombo, si, estaba en casa. Una vez en la cocina, pude ver a Tsumiki con un delantal blanco preparando el desayuno, ciertamente... Más que una hermana, parecía una madre.

 Siempre me regañaba cuando hacía algo mal, se preocupaba demasiado por mi, ya estuviera de misión, entrenando o simplemente estando en mi taller. Recuerdo una vez que me golpeé por error el dedo índice izquierdo con un martillo mientras trabajaba una viga de metal para hacer una espada, fue un dolor de cabeza terrible soportar los regaños de Tsumiki sobre lo poco cuidadoso que yo era. Y así como esa, hay cientos de historias similares... Aunque la verdad, si me ponía a recordarlas me sacaban una pequeña sonrisa...

Éramos una pequeña familia rota... Al final es verdad. Un pequeño suspiro me hizo espabilar de aquel trance en el que me sumergí momentáneamente, por lo que fui rápidamente para sentarme en una de las sillas que se encontraba junto a la mesa- Megumi... ¿Que harás hoy?- preguntaría ella mientras movía enérgicamente una espátula sobre un sartén, parecía estar haciendo un revoltillo o "perico" de huevo. ¿La verdad? Mi respuesta estaba más que clara- trabajaré en el taller de herrería un rato... Supongo... Tsk- si, aquella respuesta era común en el día a día, siempre buscaba una forma de mejorar.

 Mi profesión era la herrería, o bueno, al menos eso intentaba. La verdad es que soy un artesano, buscando perfeccionar el arte de la herrería. Además de ser un cazador, también era un explorador, aunque no es que me guste presumir de eso. Podía hacer una gran variedad de armas y objetos comunes, nada realmente destacable... En fin, eso ya era tema para otro momento. Justo ahora el tema principal era... El desayuno. - Siempre me pregunté... ¿Por qué siempre estás chasqueando la lengua?- aquella pregunta me agarró fuera de base, era interesante que ella lo preguntara... - ¿A qué te refieres? Tsk...- mi respuesta fue casi inmediata, Pero era claro que estaba aburrido y con pocas ganas de hacer cualquier cosa. 

- Ese "Tsk" tuyo, siempre o casi siempre lo haces, chasqueas la lengua al hablar- diría Tsumiki con una pequeña risa enérgica y cómica- Eso no es tu problema... Tsk...- si, esa actitud burlona me irritaba un poco, aunque no era que me disgustara... Quizás por el tiempo que llevaba soportando a Tsumiki ya me había acostumbrado, quien sabe. - Aunque es tierno... Quizás sea un tic verbal- comentó a la par que ponía un plato frente a mi, el desayuno estaba listo y olía excelentemente apetitoso. Huevos revueltos, pan tostado, rebanadas de aguacate (Nota del roler: El que me diga que se llama Palta lo fino, esa Monda es Aguacate ¡Carajo!), rodajas de queso blanco frito y algunas lonjas de jamón. Adicional a aquello un vaso de juego de naranja.

 El desayuno estaba servido, no tardaría mucho en comerme todo, y una vez satisfecho me dirigiría a mi taller de herrería, Un taller que abrí hace unos 3 años, tendría yo 16 años en ese entonces cuando inicie en esto de las artesanías... Haciendo espadas, escudos y otros objetos para la venta al público. Una vez en mi taller, prendería la luz con tan solo darle a un pequeño interruptor en la pared. Habían muchas herramientas que fui comprando o haciendo con el tiempo, no era lo más elegante, Pero si era cómodo, al menos para mí. Sobre una mesa al lado del interruptor estaban colocados un par de tonfas de madera y hierro, una espada del tipo cimitarra y dos filos similares a navajas o dagas. Esas eran mis armas más usadas cuando iba a una misión...

 Un pequeño suspiro marcaría el inicio del día, al menos, en el ámbito laboral, pues el reloj marcaba las 10:30 am y a eso de las 3 pm iría con Tsumiki de compras por el pueblo Rostock, no es que me encantará la idea, Pero no odia negarme tampoco, después de todo debía ayudarla a llevar las cosas. Por lo que tomaría un martillo en mi mano... Un suspiro al trabajo daría inicio.
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