Alguien dijo una vez...
Bon Clay
Incluso en las profundidades del infierno.. la semilla de la amistad florece.. dejando volar pétalos sobre las olas del mar como si fueran recuerdos.. Y algún día volverá a florecer.. ¡Okama Way!
[Autonarrada] [A - T2] Que es ser fuerte?
Henry
Tigre Rojo de la Marina
Día 45 de Verano del Año 724
G-23 
 
Han pasado unas horas desde el asalto al foro por parte de aquellos piratas, los cuales se llevaron a un marine como rehén, Ben. Las alarmas de la base se habían desactivado aún esto no quería decir que todos estuvieran relajados en la base, todo lo contrario, ahora más que nunca se estaba en alerta en caso de que avistar algún otro barco pirata. Las órdenes que dió el suboficial Henry por Den Den Mushi aún se mantenían, pues aún se podía ver a todo un pelotón marine resguardar el faro.
 
Al parecer estos estaban preparando las herramientas y recursos para el reparo del faro de Rostock, pero daba la sensación de que no muchos sabían como repararlo. Era probable que se diera un llamado a esos marines que sepan trabajar con la madera reparando cosas. Por el otro lado, parecía que el sargento Murray estaba realizando los preparativos para lanzar un operativo en busca del marine capturado, operativo en el que seguramente pondrían a Henry al mando.
 
Ante un Kilombo tan afectado como aquél, Henry sintió que debía de estar al lado de aquellos que lucharon tan valerosamente con él, protegiendo el faro hasta el último respiro. Henry se dirigía a la enfermería del G-23, donde se encontraban los hombres de su pelotón en camillas. Cada vez que el joven suboficial recordaba que la mitad de ellos no pudo salir de aquél conflicto con vida este apretaba sus dientes con fuerza, maldiciendo a esos piratas con todas sus fuerzas.
  
 — Suboficial... Hen-henry — dijo uno de los marines en una camilla con una voz extremadamente baja. El suboficial Henry se percató rápidamente de esto, pues este últimamente se encontraba muy sensible ante cualquier movimiento, ruido o fuerte sentimiento, cosa que no podía conprender. — ¿Como te encuentras? — Henry le extendía la mano para que este marine herido pudiera agarrarla en señal de compañerismo.
 
 — ¿Ve-vencimos? — preguntó el marine, a lo que Henry, con una gran sonrisa y sus ojos lloroso asintió, respondiendole al herido. — Hemos vencido compañero, hemos acabado con todos los piratas que pusieron un pie en Kilombo y logramos mantener el faro en alto. — Tras escuchar esto el marine parecía estar mucho más feliz, volviendo a dormir un poco más, tal y como necesitaba.
 
Ese marine era uno de los peores heridos en el lugar, el fue parte del tercer sub-pelotón que se quedó protegiendo el faro, recibiendo metralla y balas desde todos lados. Los demás también presentaban grandes heridas, balas, cortes y moretones por todos lados. El panorama no era muy bonito que digamos. Ante esto Henry se le ocurrió una gran idea, este utilizaría sus habilidades de cocinero para prepararles las comidas a los heridos, ya que actualmente el G-23 está usando gran parte de sus efectivos fuera de la base.
 
Henry caminó hacia la cafetería de la base, donde ya estaba más que acostumbrado a estar. Una vez allí le pidió permiso al Chef Gravy, pues Henry tendría que utilizar una buena parte de su cocina para servirle a todos los heridos. La comida se trataba de su famoso salteado de pollo, el cual tiene la capacidad de llenar cualquier estómago y recuperar las energías en un santiamen. Luego de prepararlas y organizarlas en unas mesas de hierro rodantes estas fueron llevadas y servidas en la enfermería.
 
Las comidas fueron repartidas entre heridos y medicos por igual, pues estos estaban tan cansados por las horas dedicadas a los heridos. Tras todo esto Henry se quedó caminando por los pasillos de la base mientras miraba al suelo. Este se quedó pensativo sobre que haría ahora como miembro de una brigada, tendría que abandonar Kilombo? Tendría que dejar ciertas misiones a otros marines?
 
Las preguntas eran varias pero Henry sabía que era su deber completar las cosas que tenía pendiente en aquella isla. Actualmente habían dos principales amenazas en aquél momento, los criminales en Rostock y aquellos piratas que se llevaron al marine Ben. El suboficial Henry estaba listo para demostrarles a sus enemigos que debiande empezar a temerle por el nombre que se había estado dando, Akaitora (Tigre Rojo).
 
Ante todo aquél caos,  el G-23 se encontraba siendo visitado por agentes del gobierno, individuos trajeados con ansias de capturar a cualquiera que parezca un traidor. Por el resto del día Henry se dirigió al campo de entrenamiento, dónde retó a otro suboficial a una sección de sparring. Este combate fué intenso, tanto así que Henry tuvo que usar lo intangible de sus poderes para poder seguir luchando, pues este aún estaba mejorando su técnica sin usar sus destructivos poderes de lava.
 
Como tal el entrenamiento salió bien, sirviendo como un pequeño evento para que los marines en guardia se distrayeran un poco, quitándose de esas cargas tensas de los hombros.
#1


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