¿Sabías que…?
... existe una isla en el East Blue donde el Sherif es la ley.
[Diario] Una operación delicada
Marvolath
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Sobre este diario


Demontooth
~49 de Verano

El día había sido agotador. La instalación de un implante era un proceso delicado, como todo lo que supone trabajar con el cuerpo humano. A la lista de problemas que pueden surgir durante una operación cualquiera se sumaba el potencial rechazo del huésped hacia la materia desconocida, y la enorme cantidad de conexiones neuronales que permitirán al usuario hacer uso de sus nuevos órganos y de las conexiones para la distribución de energía.

Pero el mayor reto estaba aún por llegar, pues si bien esos implantes habían requerido de toda su experiencia, habilidad, y conocimientos, el que debía de afrontar ahora requeriría, además, de toda su resistencia y voluntad. Sobre la mesa, junto a los frascos donde conservaba los órganos reemplazados, aguardaban tres implantes más. Los suyos.

Llevaba días mentalizándose para la tarea. Había adaptado los implantes a las peculiares condiciones de esta operación. Cada paso había sido calculado al milímetro. Cada dosis de anestesia había sido medida para permitirle ignorar el dolor mientras cortaba, pinchaba, arrancaba, y cosía su propio cuerpo. No era la primera vez que sentiría en su propio cuerpo el dolor de una operación. Y, sin embargo, no podía pasar de la observación a la acción.

- Comienza la operación del paciente número tres. - se dijo en voz baja, tratando de convencerse de que no era más que otra operación - Instalación de implantes visual, auditivo, y protector dérmico. Todo preparado.

Como si no tuviera más opción que obedecer las instrucciones, se puso en pie, dispuso el instrumental junto a la mesa de operaciones, con la adición de un espejo y procedió. Poco a poco notó el entumecimiento, la falta de sensación de su cuerpo. Con cortes limpios fue abriendo camino, desconectando nervios, y retirando lo que sería reemplazado.

- Ver tu propio ojo con un ojo que no es el tuyo. Oír tus palabras con un oído que no es el tuyo. - musitó, con una mezcla de asombro y terror.

Su mente le pedía que parase, un descanso para procesar lo que había hecho y sentido, un momento para tomar aliento antes de lo que tendría que hacer y sentir a continuación. Pero el descanso no estaba contemplado en sus cálculos: alargar la operación supondría aumentar la anestesia, y sabía que con la alteración que había hecho para permanecer consciente no era buena idea. El primer corte fue el más difícil, pero tras extraer la piel de tu antebrazo y reemplazarla por el tejido sintético que había preparado vio complacido el resultado, y se animó a continuar.

Los sonidos de la mañana comenzaban a despertar en el puerto donde estaban atracados, y también despertaron al médico de su ensoñación. No recordaba cuándo había terminado y se había quedado hipnotizado mirándose en el reflejo. Alguien que se parecía a él, pero no estaba seguro de si era él, le devolvía la mirada. El desconocido del espejo y él habían pasado quién sabe cuantas horas conociéndose, haciendo suyos poco a poco los rasgos del otro.

La piel del desconocido era ligeramente más bronceada que la suya, con delgadas líneas de plata que aparecían cuando la luz incidía en el ángulo adecuado.
El ojo, recreado a la perfección pero con una expresión... no, no era la expresión. Era la forma en la que miraba, que no se contentaba con la superficie y penetraba más profundo.
Y el oído. Cerró los ojos, centrándose en los nuevos sonidos que ahora percibía. Notas en los crujidos de la madera que se sumaban a los que ya conocía, formando nuevos acordes. El azote del viento en las velas y de las olas en el casco. Pasos, conversaciones. Una nueva melodía que, junto con el cansancio, lo envolvieron en un profundo sueño.

Resumen
#1


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