[Común] [C-Presente] Compras Navideñas

1 de Invierno del año 724

El invierno había llegado, dejando atrás la brisa otoñal. El suelo de las calles empezaba a verse manchado por una fina capa de nieve blanca, tan blanca y pura como la seda. Era una época del año en la que las temperaturas disminuyen y se acostumbra a ver a las personas completamente abrigadas, protegiendo sus cuerpos del frío inmenso que llegaba a verse durante el invierno. Pero el invierno no sólo era frío y nieve, el final del año siempre estaba marcado por una bonita festividad, llena de armonía, amor y regalos, su nombre es Navidad.

Antes de que sí quiera llegase la Navidad, la gente de todo el mundo ya se encontraba colocando adornos navideños en las fachadas de sus hogares, otros con más energía se dedicaban a adornar otros lugares de su vecindario como faros y banquetas. Entre esa gente, se encontraba la familia Higashiyama, una ya conocida estirpe de herreros en Loguetown que todo el año fabricaban armas y otro tipo de objetos a partir de las materias primas que se podían obtener de la naturaleza. Los Higashiyama también solían unirse a las tradiciones navideñas y tocaba adornar la fachada de la casa principal, y también la de la zona de trabajo, nada podía quedarse sin ese espíritu navideño.

Como en todos los años, algún integrante de la familia salía a comprar los adornos navideños en el mercado más cercano de Loguetown, la familia trataba de no rehusar siempre los mismos adornos de años pasados, pues el crudo invierno acostumbraba a desgastarlos y dejarlos horribles para ser usados nuevamente, además de que gastar tampoco era problema para esa gente. Este año, la encargada de la compra de los adornos era Kobeni, la hija menor de la matriarca, y bueno, ciertamente no había nadie más. La joven estaba desocupada pues no trabajaba tanto en la herrería como el resto, era de esperarse que la familia la vieran como la única y más factible opción para la tarea.

Kobeni se alistó, colocándose su ya característico traje negro del Cipher Pol, cuando se pertenece a una organización como esa, se debe estar preparado porque ni en fechas navideñas termina el trabajo. La peli marrón recogió una lista de adornos, anotados en una hoja de papel con tinta negra, la muchacha le dio una leída rápida a la lista antes de cerrar la puerta de su hogar detrás de ella, suspiró y con eso su misión estaba por empezar. Sus piernas se movieron para llevarla por las calles aledañas a su hogar, mucha gente ya estaba fuera, bien abrigados y algunos con múltiples bolsas de plástico en sus manos, talvez sus regalos o sus adornos, quien sabe, tampoco hacía falta indagar tanto en ello.

Cae la nieve al cambia la época, era algo que muchos sabrían de antemano. El invierno caía y frío se hacía presente y junto a él la nieve cuya vida era tan fugaz e inerte. Apenas el frío azotaba la gente su vestimenta cambiaba, abrigos y bufandas podían ser observadas. Soplaba con fuerza cuando la noche Se avecinaba O al menos esos recuerdos quedaban en la memoria tan vaga... Escasos recuerdos podía poseer del pasado, sin embargo no recordaba una sola Navidad en la que me hubiese sentido amado. Una herramienta, solo así me habían nombrado... Con un suspiro me olvido del pasado. 

 En la mañana había decidido recorrer las calles de la ciudad, Loguetown... Hace algún tiempo me había mudado a esta isla o ciudad... Tengo vagas memorias de cuando me unían los Cipher Pool... Era un niño apenas en aquel entonces, Por lo cual seguía caminando sin rumbo entre la multitud a donde quiera que le diríjase la mirada era capaz de observar adornos coloridos, luces moviéndose de un lado al otro y una panadería atendiendo muchos clientes, apenas era primero de invierno, mis alas estaban debajo de mis ropajes para ser más discretas y aquella llama que solía arder en mi espalda se encontraba apagada...

Debido a mi tono de piel diferencial de mi raza lo que más podía destacar de mi apariencia era mis ojos, rojos como dos rubíes o dos flamas infernales. No había salido por nada en particular, simplemente tenía tiempo libre y quería dar un paseo para despejar la mente, al menos ese era mi pensamiento en el momento en que salí de casa. Hace algún par de años estas épocas solía pasarla sola, desde que mi maestro murió y me dejó en aquella pequeña mansión en la que me crió, no tenía muchos recuerdos de mi infancia más allá de mi entrenamiento 
 
 Pero a mí lo más normal sería salir con mis espadas enfundadas a mi espalda O cintura, Pero hoy me encontraba técnicamente desarmado. Podía sentir como los copos de nieve descendían con delicadeza y se posaban sobre mi rostro O al menos uno que otro, puesto que la mayoría descendían directamente a contra el suelo. Era irónico sentir el frío... Cuando sea algún tiempo me había sumergido ya en el vacío, en casa me esperaban las dos personas que más quería o al menos esa era la ilusión que yo mismo me hacía...

 Dió recorrido a mis alrededores con mi visión, familias caminaban de un lado al otro... Por un momento sentí una punzada en el corazón, quizás fue por la desolación O tal vez la falta de ese amor, o quizás simplemente era la frustración de mi familia y su traición... Un suspiro me habría despertar de aquella evocación, pensé un momento en las personas que estaban en casa... Quizás después les pediría salir a visitar esta plaza... Pero entre todo el gentío... Me fijé en una muchacha, tenía leves recuerdos de en algún momento haber visto su cara... Y su vestimenta me parecía familiar... Cuanto menos la recordara...

La peli marrón empezó a mezclarse poco a poco entre la multitud de gente que caminaba por Loguetown, las miradas indiscretas no tardaron en aparecer sobre ella. Las podía sentir en su cuerpo, talvez, se debía a su extraña forma de vestir en la época que transcurría, todos optaban por salir abrigados y con ropa cómoda, pero ella por el contrario salía vestida con un traje formal y corbata, talvez pensaban que estaba loca. Otros que la miraban ya la podían reconocer de forma sutil, la hija menor de la matriarca de los Higashiyama, la familia de herreros local.

Kobeni trataba de no darle importancia a las miradas, y tampoco a lo que pudieran pensar sobre ella, pero de entre todas, había una mirada más… pesada… Como sí la joven tuviera despertado el Haki de observación, su cabeza giró sutilmente hacia su derecha, notando de donde provenía aquella mirada que, evidentemente, era diferente a las demás. A escasos metros de su posición, estaba un chico de cabellera tan oscura como el ocaso de la noche, con sus orbes rojos mirándola detenidamente como sí la conociera. Por un instante, un recuerdo golpeó la mente de la muchacha, lo había visto en algún lado, no recordaba exactamente en donde, pero algo en aquel muchacho tan atractivo se le hacía familiar.

Normalmente su carácter tímido le impide acercarse a las personas por cuenta propia, pero esta vez era diferente, la curiosidad podía más que su timidez, quería saber y descubrir de dónde recordaba a aquel joven. Con un movimiento sobre sus propios talones, Kobeni empezó a caminar de forma lenta y perezosa hasta él, esquivando a las personas que se cruzaban por su camino de forma amable, obviamente no era el tipo de persona que las retira a la fuerza como muchos otros que había tenido la desgracia de conocer. Por dentro, esperaba que el muchacho no se viera ahuyentado por sus intenciones, pero, por otro lado, ¿Cómo alguien con ese porte tan imponente se vería amedrentado por alguien con el físico de ella? Cuando la distancia ya era muy escasa como para entablar una conversación, Kobeni carraspeó sutilmente para hablarle.

— Ah… Ehhh… Siento que te he visto en algún lado… — Sí, fue directo al grano, podría ser muy tímida, pero el entrenamiento del Cipher Pol serviría de algo para ocultar esa parte de su personalidad por el bien de una misión, y justamente era lo que estaba haciendo en ese momento. Lo que si no podía evitar era bajar el tono de su voz cada que hablaba.

Aquella chica se acercaba en dirección a mí eso es lo que me hacía pensar, por estar distraído mis propios pensamientos no me había percatado de que había empezado su caminata en dirección hacia donde yo estaba, pasos firmes pero aparentemente tímidos golpeaban la nieve constantemente, mi mirada se fijó en ella casi como si me esperara algo de aquella chica. Hurgaba en mi memoria intentando recordarla, pues tenía esa leve sensación de conocerla... Como cuando tienes una especie de deja vu... Se me hacía conocida pero al mismo tiempo enormemente desconocida, como una sombra del pasado... 

 Mientras aquella chica se acercaba más y más a mi posición, aquella hora pesada que mi cuerpo desprendía por pura presencia se hacía cada vez más notoria, era como un pequeño sistema de alerta o quizás ya era costumbre. Por reflejo mis manos se dirigieron a mi espalda para entrecruzarse, allí una posición semi militar, mientras esperaba que aquella chica terminara su recorrido, la nieve caía de a poco y cada copo de nieve formaba una danza tan bella y delicada... Se escucharon a los niños y civiles jugando con la nieve risas y carcajadas risueña por la época típicas de esta época. 

 Fue entonces cuando aquella chica dirigió la palabra, pero su voz era tan suave o débil... Apenas sí había logrado escuchar qué fue lo que dijo- también te me haces conocida... Pero no sé de dónde... Mmm...- un pequeño sonido pensativo, mi respuesta fue casi inmediata ante su pregunta- Me presento De todas formas... Mi nombre es... Andreytsu... Mmm...- murmuraría el Lunarian mientras se lleva la mirada a sus alrededores, sus alas Se mantenían firmemente resguardadas bajo sus ropajes y La flama en su espalda Se mantenía apagada, por su estatura parecía un humano promedio. Quizás era una ventaja haciendo de que realmente no era un humano... Sino Lunarian, aquellos que surcaban el cielo...

 - Pertenezco al gobierno, familia Ryuu, Cipher Pool 4... Mmm...- la familia Ryuu era una pequeña familia resguardada por el gobierno desde hace algún tiempo, habían servido al servicio gubernamental durante generaciones, pero Andreytsu era un Ryuu adoptado por la familia y justo ahora era de los pocos que quedaban de la misma, su padre adoptivo murió hace algún tiempo... Ahora los D. Ryuu te quedaban y estaban dispersos por el resto del mundo, se había dado la misión personal de encontrarlos a todos... 

- la virgen se está peinando... Entre cortina y cortina... Sus cabellos son de oro... Y el peine de plata fina- se escuchaba a la gente alrededor cantar, por reflejo Andreytsu mural levemente aquel villancico...- Pero mira cómo beben los peces en el río... Pero mira cómo beben por ver al dios nacido... Beben y beben y vuelven a beber... Los peces en el río por ver al Dios nacer...- recordaba esa canción... O al menos, ese villancico su padre solía cantarlo en estas épocas... Quizás por eso fue que por reflejo lo murmuró, quién sabe...

La amabilidad en las palabras del joven contrastaba su porte imponente y atemorizante, Kobeni se esperaba un tono más frío y Cortante, pero no fue así. Para su sorpresa, ella también se le hacía conocida a él, esto llenó más de curiosidad a la joven, talvez se habían visto en uno de los entrenamientos grupales del Cipher Pol, talvez se habían visto en alguna misión, o talvez se habían visto en las calles de Loguetown caminando sin más, sin ninguna relación con la organización contra la insurgencia del Gobierno Mundial.

El joven se presentó como Andreytsu de la familia Ryuu, además mencionó pertenecer a la cuarta agencia del Cipher Pol. Kobeni asintió levemente con la cabeza mientras escuchaba sus palabras, había que mencionar que se sentía intrigada por la presencia de un agente en la Isla, hasta ese momento, ella, su familia y el Agente C era el único personal que conocía físicamente de la organización, seguro que, si Andreytsu estaba en el lugar, tenía alguna misión o encargo por parte de algún superior — Yo soy Kobeni, de la familia Higashiyama… Talvez hayas escuchado de ellos, son los herreros locales… Y si no habías escuchado de ellos, pues ahora ya sabes a que nos dedicamos de forma… externa… — Mencionó sin ningún problema al estar compartiendo de forma sutil información confidencial del verdadero trabajo de los Higashiyama, quienes no eran simples herreros.

Una leve brisa invernal empezó a sentirse y golpeó el cuerpo de la muchacha, provocando en ella un leve escalofrío que trató de ocultar al llevar sus manos enguantadas hasta sus brazos, como sí se estuviera abrazando a sí misma. Era como si aquella brisa la hubiera invocado el joven del Cipher Pol 4 con el cántico de su voz — Que frío hace… Yo pertenezco a la quinta agencia… Así que es mi deber preguntar ¿Qué hace un agente de la cuarta aquí? ¿Tienes alguna misión pendiente? — A diferencia de otros agentes, el tono de ella no era para nada autoritario, es más, era amable y curioso. Por un momento, Kobeni se olvidó completamente que debía apurarse a hacer las compras navideñas de ese año.