Horus
El Sol
26-12-2024, 03:03 AM
3 de Invierno, Amanecer
Muelle de Loguetown
El tiempo de espera se me hacía larguísimo. La única razón por la que decidimos venir hasta Loguetown fue poder emprender el viaje hacia el North Blue y descubrir un nuevo horizonte. Pero aún faltaban algunas horas para el viaje, y la espera me estaba causando un aburrimiento mortal.
Jouuuu jojojo, jouuu jojojo
Jouuuu jojojo, jouuu jojojo
Jouuuu jojojo, jouuu jojojo
Jouuuu jojojo, jouuu jojojo
El regalo de Nika será
Lo que os vamos a entregar
Ni la nieve, ni la tormenta nos podrán parar
Simplemente me relajaba tarareando una canción que aprendí de niño, aunque no es extraño escucharla por esta época del año. Al fin y al cabo, eso que la gente llama villancico, las canciones propias de las festividades y la época invernal. Aunque no eran más que canciones como otras cualquiera, llenaban el corazón de las personas y avivaban su júbilo navideño. Aunque en mi caso, era más bien por simple aburrimiento, para distraer mi mente un poco.
Llega el invierno en el mar
Y en la noche escucharás
El sonido de tambores al resonar
A todos los pueblos vamos
Con orgullo visitaremos
Con libertad iremos a navegar
Las cartas con su fulgor
Llegadas a través del mar
Nos indican los sueños y deseos que llevar
Me encontraba tumbado sobre unas cajas, aprovechando el sol del amanecer, un sol muy temprano que a duras penas estaba empezando a calentar el ambiente. Pero justo debía tener la máxima exposición al sol posible para calentar mi cuerpo rápido. Necesitaba estar en forma para colarme en el barco que fuera hacia el North Blue. Conseguir un pasaje gratis no era una tarea fácil. Este no era el plan original; estaba planeando colarme en el barco de una forma más relajada, cuando ya hubiera zarpado. Pero tuve que modificar los planes cuando finalmente vi que el transporte, super económico y experimental, era literalmente algo experimental, puesto que se trataba de viajar por el cielo usando un pulpo como transporte.
El regalo de Nika será
Lo que os vamos a entregar
Libres siempre en el mar
¡Sed soñadores hasta el final!
En trineo hacia vuestro hogar
Por el cielo estrellado volar
Cascabeles en los renos nos harán notar
La Navidad viene ya
Y la fiesta llegará
El sonar de los tambores nos alcanzará
Nunca dejes de soñar
Es momento de cantar
Persiguiendo la estrella que siempre va a brillar
Si había que abordar el barco por el aire para colarse como polizón, solo uno de los dos podía utilizar nuestro as en la manga. Por lo tanto, el otro debería buscarse la vida para colarse en el viaje nada más empezar este. Y por suerte para todos, tengo una cierta labia y facilidad para conseguir lo que quiero, por lo menos alguna cosa que sea negociable.
— Oye, Horus, ¿cómo va la cosa? — mencionaría una voz desde el agua.
Desviaría mi cuerpo acostado sobre las cajas, rotándolo un poco hacia el mar. Quedando ladeado con la cabeza elevada, apoyada sobre mi mano. Las cajas sobre las que me recuesto estaban a duras penas a un par de metros del final del muelle que conectaba con el mar. En las aguas, la cabeza de una hermosa joven de cabellos azules se asomaba, apoyada en la piedra del muelle. Se trataba de Anaka, mi reciente socia.
— Buenos días, Anaka, ¿qué tal descansaste? — le respondería.
— Yo bien, para mí el mar es confortable. Eres tú el que ha dormido en medio de la calle. Sabes, esto no es exactamente como me comentaste — estaba un poco cargada de reproches hacia mí.
— Ya, bueno, pero sabes que los viajes siempre tienen complicaciones y desvíos. Hay que aprovecharlos y aprender de ellos, jejejeje — le respondería alegremente.
— Sí, pero ¿de verdad saldrá bien el plan? — recuperábamos el hilo inicial.
— Desde luego, yo en un rato me aseguraré mi pasaje para el viaje. Tú deberás reunirte conmigo con Isis cuando ya estemos dejando lejos Loguetown — no detallaba el plan para mi parte.
— Bueno, confiaré en que sabes lo que haces. A muy malas, yo sí puedo volver a casa — me respondería la sirena.
— Efectivamente, confía en mí. Te prometí aventuras como jamás imaginaste y las vivirás muy pronto — le guiñé el ojo mientras le decía eso.
Ella se sonrojó un poco y no pudo evitar volver a sumergirse para alejarse de mí. Era tan linda cuando se ponía así de tímida, aunque en otras ocasiones, si me pongo tan coqueto, me golpea sin dudarlo dos veces por pasarme de listo. Teníamos una relación curiosa, pero buena. Me gustaba cómo iban las cosas. No tenía dudas de que el plan por su lado saldría bien; al fin y al cabo, es una chica lista e irá acompañada con Isis, a quien no dudaría en confiarle la vida. Ya lo hice múltiples veces.
Jouuuu jojojo, jouuu jojojo
Jouuuu jojojo, jouuu jojojo
Jouuuu jojojo, jouuu jojojo
Jouuuu jojojo, jouuu jojojo
El regalo de Nika será
Lo que os vamos a entregar
Libertad
Por aquellos que ya no están
Me despido esta vez
El ciclo así será
No os preocupéis
Que la Navidad volverá
El sol comenzaba a elevarse y, tras romper Anaka mi pequeña ensoñación, desperté. Recuperé la canción por donde la dejé y me dispuse a ponerme en marcha. Rodé sobre las cajas hasta dejarme caer de ellas, girando en el aire para aterrizar de pie. Era hora de moverme. No es que estuviera muy lejos de la zona de embarcación, pero tenía que encontrar a alguien a quien ganarme para que me cediera o intercambiara por algo su pasaje para el vuelo. Así que era necesario buscar a candidatos con el pasaje, y todos, evidentemente, se reunirían cerca del punto de encuentro. Cuanto más cerca de la hora, más candidatos. Pero ganarse a alguien requiere un poco de tiempo para hacerlo bien, así que trabajaba con el tiempo justo. Así que simplemente partiría por las calles en busca de la persona adecuada, tarareando la canción.
En libertad os encontrarán
Y una gran fiesta ocurrirá
Por siempre la historia va a continuar
Jouuuu jojojo, jouuu jojojo
Jouuuu jojojo, jouuu jojojo
Jouuuu jojojo, jouuu jojojo
Jouuuu jojojo, jouuu jojojo
Jouuuu jojojo, jouuu jojojo
Jouuuu jojojo, jouuu jojojo
Jouuuu jojojo, jouuu jojojo
Jouuuu jojojo, jouuu jojojo