[Común] [C-Pasado] David y sus ovejas.

Isla Kilombo es una isla de lo más particular e interesante, que a pesar de su pequeño tamaño llegan a suceder historias que pueden marcar a personas por generaciones enteras o dejar su recuerdo como un cuento más escrito en las páginas de la vida. Al encaminarse al sur de la isla la llegada al pueblo Rostock después de mucha caminata en subida y la cuál es motivo para ir en algún vehículo u animal sería inevitable. La zona portuaria principal de la isla y en donde Musashi se encontraba caminando cómodamente y concretamente en la zona del mercado. Buscaba algo de pescado fresco, ignorando que era un pésimo cocinero no podía evitar no intentarlo, para mí era un reto y me encantan los mismos, sin contar que en mi viaje voy a tener que apañarme de alguna manera en temas como ese y muchas más en los cuales no soy experto y los que me hacen desear que ojalá mi padre me hubiese enseñado otra arte y cualidades más allá de la filosofía del filo espada.

— Uhg… Carajo, no encuentro alguno que realmente me apetezca, y parece que el salmón por aquí vuela — Me movía alrededor del mercado totalmente estresado — No quiero volver a tener que cenar más fruta, está siendo un calvario no comer algo de carne — Con todo eso en mente seguía caminando a paso de caracol dejando ver una expresión de cansancio físico, aunque realmente era mucho más mental — Robar comida no supone un reto. . . Debo intentar cocinar algo, de verdad lo necesito — Quería probarme, y necesitaba hacerlo pues era obligatorio si quería seguir con mi todavía virgen viaje.

— Uhg. . . Claro! Cómo no se me había ocurrido?! — Sonriente volví a en mi mismo, tenía una idea clara, una idea que para mí era perfecta, necesitaba cazar. Con una sonrisa comencé a correr a fuera del pueblo y después saltos y escaladas pude ver el primer gran problema y ese era su fauna, la isla era un gran roca llena de acantilados, cuevas y bosques pequeños, lo que hacía que no existiesen realmente los suficientes animales lo que haría que todo esto sin duda durase mucho más de lo que debía durar además de claramente complicarlo mucho más. Con el sol en su punto máximo y haciendo que las gotas de sudor corriesen lentamente por frente hasta caer en mi desgastado kimono yo le encontraba caminando lentamente intentando no ahuyentar a cualquier animal que se atravesase en mi camino y en filo de mi espada.

Me dio tiempo de crear alguna que otra trampa las cuales dejaría con esperanza para así seguir mi travesía por el bosque montañoso en donde me encontraba con el único objetivo de llenar mi estómago. Tan solo a minutos de colocar mi última trampa y continuar con la caminata no pude evitar verme atraído por un fuerte sonido detrás de unos grandes arbustos mi cerebro era claro y exclamaba un gran — BINGO! — Tal vez mi esfuerzo había dado frutos los cuales disfrutar, con mi espada en mano y algo sacado de mi casillas por el hambre salté de manera directa al arbusto con el único objetivo de encontrar mi cena.

Era curioso como funcionaba el destino, siendo a veces moldeable a tus deseos y acciones, mientras que otras veces simplemente va por un camino inesperado que solo se puede comprender por su extraño y desconocido capricho de ser guiado por la suerte.  
 
Esto porque  a veces las situaciones en esta vida podían unir a dos personas que normalmente nunca se hubieran topado si es que pudieran elegir cómo dirigir su destino. Pero antes de adelantarme a los hechos que hicieron a dos piratas conocerse en aquella situación tan improvisada, vayamos un poco más atrás en el tiempo para comprender la razón por la cual todo había acabado en aquella situación
 
Bar "La Última Gota". / Pueblo de Rostock / 1:30 Am.
 
Aun en pueblos pequeños como lo era Rostock, había una vida nocturna que parecía florecer ante el deseo de bohemia y la necesidad de poder disfrutar la noche entre alcohol y la compañía de piratas u hombres con una reputación de dudosa procedencia. Es en ese ambiente en donde comienza aquella historia, en una taberna perdida de la vista de los patrulleros marines, los cuales ya a esas horas parecían estar decididos a abandonar vigilar aquellas zonas por el miedo de no volver a aparecer; después de todo, en un lugar abandonado a la suerte de bandidos y piratas, cualquier cosa podía suceder.
 
Bonez por su parte  se encontraba bebiendo en aquellos momentos, había bebido algo antes de llegar a aquella taberna con alguno de sus compañeros, así que cuando llegó a "La Última Gota", ya se encontraba bastante mareado. Aun así , todo parecía ir bastante tranquilo; la gente seguía en sus conversaciones de borrachos y no había indicios de que se pudiera armar alguna pelea producto de algún cliente que quisiera armar alboroto. El tiempo pasaba rápidamente, seguramente producto del licor que Bonez consumía, mientras que su mente comenzaba a nublarse producto de que poco a poco comenzaba a embriagarse más y más. Las conversaciones, bailes y gente que conoció en aquel momento pasaron a ser solamente recuerdos borrosos y momentáneos, terminando por pasar todo a negro en uno de esos momentos en los cuales Bonez ya ni se acordaba del  número de vasos que había bebido en su momento, haciendo que todo el ruido del bar se difuminara al igual que todo lo demás. 
 
 
Lugar desconocido / Zona exterior de la ciudad / 12:40 Pm.
 
El pirata despertó molesto por el sol del mediodía y el sonido de un grupo de pájaros que se encontraba entonando un molesto canturreo sobre la copa de un árbol. Su cabeza sintió como si fuera golpeada con un mazo, recibiendo el dolor de una jaqueca apenas hizo un amague para poder erguir levemente su cuerpo. Uugh, Dios, creo que es la última vez que mezclo licor suave con destilados más fuertes.  dijo pestañeando unas cuantas veces, saliendo por fin del letargo del sueño e intentar sentarse para acomodar sus ideas. No obstante, eso solo hizo que aquello hiciera que todo el peso de su cabeza fuera retumbara como si  golpearan una campana gigantesca cerca de su cabeza, Grrh joder, no debí haber hecho eso. Susurra para sí mismo antes de sentarse con algo de confusión, dándose cuenta de que estaba rodeado de hojas y ramas de algún arbusto cerca de las zonas más alejadas de la ciudad. Su confusión se mezclaba con el dolor de aquella migraña, moviéndose lentamente mientras se levantaba, solo para ver cómo se encontraba cara a cara con un hombre que parecía dirigirse hacia donde se encontraba él con una katana en sus manos, haciendo que en esos breves segundos Bonez lograra reaccionar lo suficiente para poder saltar a un lado al ver la determinación de aquel hombre con atacarle de aquella manera.  El salto por parte del pícaro fue ágil y veloz a pesar de su letargo gracias al alcohol, alzando la mirada una vez pudo ordenar nuevamente sus ideas y aplacar un poco aquel dolor de cabeza.
 
¡¡¿Estás loco, qué carajo haces apareciendo así de la nada frente a alguien de aquella manera?!! dice con el ceño fruncido a su vez que se mete disimuladamente su mano en la chaqueta en búsqueda de sus cartas, ya que no sabía si es que todo se trataba de un malentendido o si realmente ese tipo estaba intentando cortarle la cabeza por algo ocurrido en la madrugada, lo cual podría ser posible ya que en esos momentos su cabeza aún se encontraba nebulosa.

— Te tengo desgraciado! — Salté hacía los arbustos emocionado por lo que yo creía sería mi aperitivo, almuerzo, cena y capaz postre del día, aunque más equivocado no podía estar. La satisfacción que me iba a provocar obtener una presa y por ende tan solo estar un paso de mi cacería perfecta se vio totalmente interrumpida por la aparición repentina de aquel y en gran parte a la confusión que esto generaba al cancelar mi carecía y la posición tan hostil con la que me presentaba.

— Carajo… — Fue la único que salió de mi boca en conjunto de una expresión de decepción y baja en ánimos ante aquella sorpresa. Me dediqué a ver el cielo mientras él me gritaba, realmente estaba desanimado aún cuando la suave brisa y serenos rayos del sol intentaban animarme; realmente deseaba probarme a mi mismo que era capaz de cazar pero sencillamente se seguía retrasando y mi hambre seguía aumentando con el paso de las horas. — Lo lamento, creí que eras un jabalí o algo de ese tipo que yo pudiese comer — Saludaba con mi mano izquierda mientras explicaba la situación, en paralelo guardaba mi Katana con tranquilidad pues quería transmitir que realmente había sido sencillamente un malentendido y no un intento de asesinato.

— Además vaya reflejos que tienes… Sin duda fue un tajo que no pensé y aún sin preparación previa lo esquivas sin tanta complicación — Añadí pues al recapitular la situación no fue difícil darme cuenta de aquella cualidad la cual era sencillamente un trazo bastante curioso y que despertaba mi interés como guerrero. — Eres un luchador? — Con una sonrisa mínima pero que no dejaba ver mi dientes volví a colocar la mano derecha en el mango de mi katana listo para desafiarlo a un combate pues necesitaba evaluar aquella cualidad y determinar que no solo fue suerte, tal vez aquel hombre realmente era un guerrero de temer y esa sola idea me emocionaba, podía probarme con alguien fuerte y seguir mi camino en busca de la cúspide de la espada.

Sin embargo, hoy era el día de los retrasos o mínimo debía considerarse así después de hoy. Cuando estaba por presentarme y ofrecer mi reto pude distinguir un fuerte aviso proveniente de una de mis trampas, había cazado algo y necesitaba volver rápido al punto donde había dejado la trampa minutos atrás. — Carajo, bien… Yo creo que dejaremos esto para después, lamento el susto pero debo irme de volada! — Agregué para darme vuelta y comenzar a correr en dirección a la trampa. — Me piro vampiro! — fue lo último que aquel sujeto podía escuchar de mi mientras yo comenzaba mi recorrido en dirección a mí nueva presa.

Kilombo no era precisamente la isla que tenia en mente Aku para montar un buen Kilombo, pero a veces no resulta como uno espera, en especial cuando tu medio de transporte no es el mas adecuado, vía barcos pesqueros a cuyos tripulantes intimida para que hagan lo que el quiera, aun así muchos pescadores buscaban soltarlo en la isla mas próxima, no solo por evitar la ira de Aku, sino evitar verse envueltos en conflictos con los marines o algún conflicto entre piratas, que no les atañe, los pillara en medio.
Ahora que estaba en kilombo, debía alejarse del centro urbano para no causar una estampida, era un tipo enorme, así que a le gente le costaba acostumbrarse inicialmente. Era mnejor empezar en las zonas mas agrestes y salvajes, alguien le acabaría viendo, pero iniciaría como una leyenda urbana, un mito, un yokai. Algo en lo que no crees cuando lo escuchas, una historia para asustar a los niños, algo que cuentas en susurros temerosos de que te creyeran un loco. Y si Aku tenia cierta predilección por aparecer en esas historias.

Estaba tan ensimismado en aquellos pensamientos de historias dignas de una pesadilla, que apenas miraba por donde iba, aunque alguna vez había pisado a alguien, y poco le había importado. Pero esto fue diferente, sintió que había aplastado algo que no veía, pero al mismo tiempo lo tenia como atrapado, o atascado seria la palabra exacta, Aku intentaba girar su enorme cabeza para ver mejor con que había dado cuando oyó voces y se giro para encarar su procedencia. Entre los matorrales no era fácil apreciar, pero le pareció identificar, los rasgos que habían aparecido distorsionados en sus pesadillas.

Un kimono, una espada, el aspecto de un guerrero...

-SAMURAI!

Exploto con todo el odio y rencor que fue capaz antes de simplemente inclinarse y arrancar el árbol mas cercano, para tirarlo en su dirección, no tenia mucha puntería, pero esperaba que un objeto voluminoso acabara con su némesis, y de paso con cualquier otra cosa que pudiera alcanzar.

El pirata aún tenía la resaca a flor de piel, haciendo que se intensificara aún más cuando tenía que moverse de un ataque de un extraño salido de la nada. Aun así, parecía que no era alguien que quisiera hacerle daño, lo cual agradecía bastante, ya que no sabía si en medio de su borrachera hubiera hecho alguna locura que hubiera hecho a aquel hombre de cabello largo y barba desaliñada buscar venganza por algo que no podía recordar al estar nublado por el alcohol. Tal parecía que aquel hombre estaba buscando un jabalí, lo cual de todas maneras era extraño, ya que, estando tan cerca de la ciudad, lo normal sería buscar alguna de las promociones de almuerzo que normalmente las tabernas tenían ofrecidas en el exterior de sus establecimientos. Aunque al ver ese aspecto del samurai, era posible que no pudiera costear un plato de comida. 

Pues no, soy un humano a pesar de mi apariencia. Dice claramente, haciendo una referencia a su piel negruzca y ojos rojizos, mientras se acariciaba el entrecejo con los dedos índice y pulgar ante la jaqueca que le había invadido al momento de abrir los ojos.  Aquel cumplido en cuanto a su agilidad le hizo sentirse un poco más orgulloso de sus reflejos y destreza que había desarrollado durante tanto tiempo, sintiéndose algo orgulloso ya que le habían inflado un poco el ego. Pues gracias, siempre me han dicho que tengo pies ligeros. dice en una actitud más relajada y bromista antes de volver a contestarle. No sé si me llamaría a mí mismo un luchador, pero sí puedo decir que puedo defenderme si es necesario. Se tranquilizó un poco más cuando el contrario guardó la katana en su funda, ya que por lo menos estaba más seguro de que no querría cortarle en trozos.

De la nada, se escuchó un ruido metálico como el de una trampa que se cerraba con fuerza, haciendo que de la nada el samurai se pusiera en modo de alerta. Parecía bastante emocionado de haber conseguido por fin una presa, lo cual le había hecho sentir mal por tener que salir a cazar a las afueras de la ciudad para poder comer, aunque antes de que Bonez pudiera hacerle una pregunta, el contrario ya se encontraba despidiendo y corriendo hacia el arbusto a toda prisa. Bonez se quedó extrañado y confundido, rascándose la cabellera debajo de su sombrero de copa, ante toda esa situación que había ocurrido recién levantado de una resaca. 

No obstante, pudo ver detrás de los arbustos a un bulto negro que se movía de manera diferente a cualquier animal silvestre que se encontrara por aquellos lugares, haciendo que Bonez le siguiera con curiosidad para ver qué era aquel animal que ese tipo había atrapado. 
De pronto, un grito se escuchó detrás de los arbustos, uno que parecía ronco y más humano que un sonido que emitiría cualquier animal salvaje, corriendo a toda prisa cuando ve aquel árbol ser lanzado en dirección al samurái. Baltazar tomó carrera hacia donde se encontraba aquel hombre en busca de su presa,  lanzándose con fuerza hacia un costado a su vez que impactaba el costado del cuerpo contrario para quitarlo del trayecto de aquel árbol usado como proyectil.

¡Cuidado!  gritó en voz alta antes de sentir cómo las astillas de madera volaban por todo el lugar y la tierra retumbara después de que ese árbol fuera lanzado con aquella fuerza sobrehumana. ¿¡Acaso sigo soñando, q-que carajos fue eso?! preguntó completamente atónito, aun sin poder asimilar toda aquella situación que verdaderamente parecía irreal.

Y el día de hoy veremos cómo hacer que tu día se ponga patas arriba? Repuesta corta, ten de nombre Takezo o en todo caso si te llamas Musashi también puede servir... Me encontraba en una total carrera en dirección a la última trampa que había colocado, parecía que se había disparado y ofreciendo justo el sonido que yo necesitaba escuchar en aquel momento tan necesitado de comida y totalmente hambriento, incluso habido dejado de lado mi interés por la lucha y mis ansias de mejora con aquel extraño transeúnte de piel oscura por solo buscar a mi presa, tanto así que ni había notado que aquel sujeto estaba detrás de mí corriendo justamente en aquella dirección.

— Uhg... — Fue el momento justo dónde lo noté detrás, ofreciéndole una expresión con algo de disgusto y desconfianza — Si planeas quitarme a mi presa ten por hecho que te mataré, créeme que me esforcé por su captu-... Uh? — Dejé de ver a mi contrario y observé nuevamente el camino, pudiendo sentir como algo se había despegado del suelo, algo como un árbol. Pude escuchar claramente, no hubo duda de que aquel grito que exclamaba la palabra ~ Samurái ~ no era para nada amistoso o un grito de reencuentro entre amigos, era un declaración de guerra, no una fiesta de almohadas.

Mi filo salió de mi cintura y preparado observaba lentamente como aquel gran árbol destruía todo a su paso con el único objetivo de llegar a mí, mi cuerpo estaba tranquilo, relajado como una pluma o una hoja al caer, pero mi mente tenía un objetivo: cortar el árbol. Salté directamente al gigantesco proyectil natural y con una postura ofensiva tenía un tajo preparado y — Pum — Yo estaba en un lado del camino tumbado mientras las astillas volaban por el lugar y el impacto del árbol me hacían saltar suavemente la tierra. Mi tajo fue arrebatado nuevamente por aquel turista que no hacía más que llamar mi atención, lo suficiente como para que me atreviese a preguntar su nombre.

— ¡Carajo! No viste que estaba apunto de cortarlo?! — No sin antes discutir un poco por la oportunidad que perdí gracias a su acto de heroísmo — Al carajo, supongo que ya tendré más diversión — Clavé mi espada en el suelo y limpiaba suavemente mi kimono de cualquier astillas o sencillamente de el polvo generado por el impacto — Mi nombre es Musashi Miyamoto y estoy viajando en busca de convertirme en el espadachín más grande que a pisado la tierra — Puse el filo de mi espada en mi hombro y mientras levantaba mi dedo pulgar no podía evitar una sonrisa que dejaba ver mis dientes en una expresión de confianza — No sé quién eres todavía... Igualmente aprecio mucho tu acto de "heroísmo" solo no lo hagas tan seguido que me arruinas la diversión jeje — Le di la espalda viendo nuevamente en dirección a la trampa.

— Hay algo ahí que me atacó y juro por mi espada que si es algún animal lo voy a cocinar vivo... Jeje, mínimo puedo agradecer de que para levantar a ese árbol debe ser grande! — Mi sonrisa no se borró en ningún momento, tan solo dando suaves estiramientos mientras seguía fijo en mi objetivo — Puedes decidir si seguirme o dormir por... — miré a los lados buscando un lugar en el destrozado terreno — Ahí — Señale un pequeño espacio no tan afectado — Sea como sea te voy a traer un pedazo de carne... Me piro vampiro!— Partí del lugar con rapidez hasta llegar con aquel gigante.

Salí de entre los arbustos y en una posición ofensiva solo podía ver aquel gigantesco contrincante sin poder evitar soltar un — Que carajos — de lo más profundo de mi alma — Así que tú fuiste el que me atacó? — Bajé la punta de mi filo al suelo aunque sin guardarlo solo para hacer una pregunta que se respondiste sola, mi mirada estaba fija en aquel tipo, o cosa, y solo buscaba su respuesta — Fue un grave error, te topaste con Musashi Miyamoto jeje — Levanté mi espada listo para un enfrentamiento — Que esperas? El primer árbol estuvo lejos de impactar — Soltaba una que otra burla antes del inicio de cualquier confrontación, de paso dándole el honor de volver atacar.

Aku nunca habia tenido puntería lanzando cosas, podía levantar cosas pesadas y lanzarlas, pero atinarle a un adolescente huyendo completamente aterrado con una todopoderosa chancla parecía mas fácil en manos de una mujer mayor, que a Aku atinándole a aquellos ratones. Lanzo el árbol y al segundo siguiente dejo de verlos ¿les habría alcanzado? si les dio fue de pura chiripa, aunque eso jamás lo reconocería en voz alta.
-jua jua jua, le di. -aunque si le hubiera dado ¿no habrían gritos de dolor y suplicas? algo no cuadraba, pero eso seria reconocer que no confiaba en su habilidad, y el siempre confiaba en sus capacidades- eso es por que soy demasiado GENIAL lanzando arboles.
Aku no habia fallado el lanzamiento, o bien ellos eran muy rápidos y habían esquivado el árbol, para luego esconderse como los animales temerosos que son, como todos los que temían la furia de un gigante, preferían fingir estar muertos yu esconderse que enfrentarlo, es lógico. Aunque si eso fue así, eso significaba una cosa.
-Entonces no era el Samurái, los ojos debieron engañar al Gran Aku.

Ya Aku estaba por darse la vuelta y volver a sus quehaceres, pues nada mas allí se le habia perdido, pero nuevamente algo le tiro del pie, recordándole que algo se lo tenia atrapado, nada que su inmensa fuerza no se pudiera arrancar, pero resultaba molesto. Fue en este lapsus cuando apareció aquel extraño Samurai nuevamente, parecía que lo del miedo no fuera con el.
— Así que tú fuiste el que me atacó? ... Fue un grave error, te topaste con Musashi Miyamoto
Aku miro a aquel individuo, y sus piro algo aliviado, no era ÉL Samurai, pero si era un Samurai, lo reconocía por la forma de envainar la espada tan marcada que tenían estilo Iaijutsu o Kenjutsu. Pero sabiendo que no era Él Samurai, incluso se permitió sonreír con dientes salvajes y puntiagudos.
- ¿Mushasho Pillamoto? curioso nombre- dijo burlándose de su nombre- Yo soy AKU, REY DE LAS TINIEBLAS, poderoso gigante de las tierras sombrías que los hombres hace tiempo olvidaron.- mientras se presentaba realizaba un gesto solemne, llevando su mano izquierda a la espalda, y poniendo su mano derecha al frente con el puño cerrado en su pecho-azote de los hombres mortales, Maestro de lo Cruel, Portador de la Oscuridad, El Shogun del Dolor y generoso amante, soy AKU.

Después de todo aquel discurso, Aku finalmente rompió su solemne postura para luego alargar su mano derecha para señalar a Musashi.

-Pero no debes temerme, Mushasho- dijo a pesar de que el samurái no habia dado muestras de miedo, sino de asombro- Si juras lealtad a mi causa, AKU te recompensara y cuidara de ti. Solo... ¡Renuncia a tu codigo de honor! ¡júrame lealtad!... y yo cuidare de ti... - una sonrisa salvaje repleta de afilados dientes asomo en su rostro- Como David con sus ovejas.

Siguió de cerca a Musashi al haber visto a aquella extraña figura negruzca aparecer brevemente por los matorrales. Personalmente, no sabía de qué se trataba, pero la curiosidad por averiguar qué era aquel animal que había atrapado aquel espadachín con pinta de vagabundo sin asear. En el momento en el que Musashi le mira de esa manera algo hostil y desconfiada, Bonez alza una ceja sin entender la razón de aquella mirada hasta que terminó por fruncir el ceño al escucharle. No tengo intención de quitarte la presa, no me interesa si deseas comértelo vivo a mordiscos; por mí que te llenes hasta reventar. Pero a decir verdad, me da curiosidad el ver a esa bestia; nose parece a ninguno de los animales que haya visto por estas partes de las afueras de la ciudad..

SAMURAI!


Aquel grito estruendoso resonó por todoel lugarantes de que Binez se adelantara al impacto de aquel árbol con aquel samurai. Por su parte, el espadachín no parecía estar agradecido por la acción de Baltazar de hacerle a un lado; todo lo contrario, parecía molesto porque este le había quitado la oportunidad de cortar aquel árbol por la mitad  con su espada. ¿Cortarlo por la mitad? Con la velocidad que iba esa agradece que te hice a un lado antes de que te quitara la cabeza de cuajo!.
Bonez se quejó por lo bajo mientras que él también limpiaba sus ropas de la tierra que había caído sobre esta producto del árbol que había sido alzado violentamente por aquella extraña criatura que se encontraba detrás de los matorrales. Yo soy Baltazar Bonez, estoy en búsquedade dinero y fama, lo suficiente para poder llegar a dejar una marca en las historias de las leyendas piratas. Dice antes de volver a escuchar al samurai; este parecía bastante determinado en sus palabras, por lo menos se podía notar la seguridad en sus palabras cuando hablaba de su ambición de convertirse en el mejor espadachín, lo cual era algo bastante notable.
Un simple "gracias" bastaba, la próxima vez dejaré que te encargues de los árboles voladores tú solito. Dice antes de que viera como Musashi le ofrecía un lugar en el suelo para dormir, haciendo que le apuntara con un enobo algo cómico en aquella situación. ¡Hey! Que me haya pasado de copas anoche no quiere decir que puedas decirme en dónde echarme una siesta!.
Aquella discusión se vio interrumpida por el interés de ambos por saber qué es lo que había atrapado la trampa del samurai, logrando verse por entre los matorrales una figura oscura y ominosa; parecía la mezcla de un oso y un dragón. La sonrisa de aquella bestia con múltiples colmillos afilados hacía aún más amenazante la figura de aquella cosa que se había de llamar "Aku". No obstante si le sacó un sonoro resoplar de risa por la forma en la que había dicho el nombre de Mushashi, haciendo donque una vez aquel.monstruo termino su discurso Bonez miro de reojo a Musashi.
Parece bastante letrado para ser una simple bestia salvaje del bosque. Aun asi, a pesar de si te lo quieres comer o no, aquella sonrisa me da mala espina. Dice mirando a Aku antes de dirigirle la palabra.
Bueno, "poderoso señor de la oscuridad y las cosas malvadas" ¿qué hace alguien tan poderoso y malévolo en las afueras de Kilombo? Y sobre todo que alguien tan listo y con titulos nobles terminara  cayendo en la trampa de un samurái hambriento. Pregunta con cierta curiosidad Bonez al encontrarse con alguien tan curioso como lo era aquella bestia atrapada en la trampa de Mushashi.

— Jaja! Vengaaaaaa no puedes creer que ese árbol era suficiente como para representar un problema para mí? — Respondí con transparencia y toda la confianza del mundo, no me falta ni un poco de ella, mejor dicho me sobra, demasiado para el gusto común.

— Hmmmh; Baltazar Bones, fama, dinero y el deseo de crear una leyenda? Daleeee si suena justo como mi carta de presentación pirata, bueno, si existiesen de esas capaz deba crear una con esas características, aunque claro en vez de Baltazar que diga Musashi Miyamoto y también agregando que quiero ser el más grande espadachín sobre la faz de la tierra — Sonreía y rascaba mi nuca como si no estuviese alargando de más la conversación de su presentación con mi presentación o bueno sobre una "carta de presentación".

— Jode` y vaya que te gusta que te agradezcan. Bueno, si eso es lo que buscas no veo porque negarme; gracias — Sonreí y di una reverencia, para mí no había un problema agradecer aunque mi mueca de desagrado por no cortar aquel árbol decía otra cosa.

— Como digas! — Dije en respuesta a su disgusto de mi sugerencia en donde podría dormir mientras me alejaba entre salto y salto con la sola dirección de aquella gigantesca criatura. — Tsk — Mi espada se levantó con dirección a él, había enojo en mis ojos acompañados de aquella expresión de seriedad única en mi oscuro semblante — Vuelve a mencionar mi jodido nombre mal y voy a cortarte por la mitad y darte de comer a un chanchos... — No retrocedí ni un centímetro, mi voluntad era firme e inquebrantable, lo suficiente como para amenazar un gigante por burlarse de mi apodo y nombre de mi padre — Después de que compré los chanchos... — el ambiente se volvió a aflojar casi al instante porque como era obvio, yo no era el dueño de una granja de cerdos 

— ¿Aku el rey de las tinieblas? No pareces muy tenebroso sabes?... Eres más como una gran langosta — Realmente tenía hambre, la suficiente como para no coordinar mi palabras o las formas y objetos que mi cerebro no podía parar de percibir como comida. — No crees que te agregaste más jodidos títulos de lo que una presentación debería tener? — Le señalé con mi dedo índice para luego voltear a ver a Baltazar — Uh anota eso, no queremos que la carta de presentación de vea sobrecargada — Le comentaba con una sonrisa en relación a nuestra conversación anterior e ignorando que seguramente estábamos tratando con un tirano gigante emperador oscuro antiguo o algo de ese estilo.

"Parece bastante letrado para ser una simple bestia salvaje del bosque. Aun asi, a pesar de si te lo quieres comer o no, aquella sonrisa me da mala espina."

— Exactooo justo eso dije yo, digo no te ves como un rey oscuro proveniente de una tierra olvidada por la civilización, creo que eres más como un oso muy grande — Volví a compararlo con otra bestia al responder a Baltazar algo influenciado por el hambre — Bueeeno no conozco ningún oso con tan buena sonrisa... O que pueda hablar... Ya no sé si eres un oso o langosta, que carajos eres? — Bajé la punta de mi espada ahora ya más desconcertado por la extraña situación. 

"-Pero no debes temerme, Mushasho-"

— Seeee yooo eh, gracias por avisar? Que carajos te hace pensar que te tengo miedo?! — Volví apuntarle con mi espada al volverme a meter en la situación — Rechazo tu oferta y mejor ofrezco una contraoferta, tu rechaza tu honor y toda la paja y tendrás la protección del mejor espadachín que piso estás tierras — Decía mufandome de su oferta, además de alardear un poco, nada nuevo en mí. — Baltazar tiene un punto, que carajos haces en Kilombo y justo en una trampa para osos — Lo miraba curioso y dentro de mi afianzaba la extraña teoría de que Aku era un gran oso parlante.

Aku observo y escucho mientras su semblante se iba tornando, cada vez mas bestial, probablemente asemejándolo mas a un oso, mientras observaba con furia desmedida como se iban burlando de él, comparándolo con una langosta o con un oso, pero no arremetió de inmediato, fue acumulando su furia, que empezaría a burbujear en sus venas, mientras seguía mirando con sus ojos oscuros las pequeñas figuras que le hablaban, en especial a Bones, en el cual no habia caído hasta que habia empezado a hablar, su furia contra el espadachín que lo hirió en el pasado lo habia cegado momentáneamente, pero ya no.

-Responderé a vuestras preguntas... a la vez... Pues como decís los hombres me han olvidado, pueblan su mundo con luz- Aku alzo las manos enormes hacia el astro rey- Cuando el dios Sol obligo a mi efigie a quedar relegado a la oscuridad, oculto en la sombra y en la niebla para instigar el horror y la sombra, mientras se cubren aterrados en sus mantas- bajo entonces los brazos señalando el lugar, donde mas o menos debería estar el pueblo de Rostock- Meros mortales aterrados de la oscuridad, la niebla y la pesadilla, pobres victimas de mi oscura crueldad, se han atrevido a invadir la oscuridad con su luz artificial- Aku intento cerrar el puño alrededor de la un visible efigie del faro de rostock- ¡MALDITOS! Olvidado mi reino de terror, iluminan la nocvhe, olvidando que vivo en la sombra, quien fue derrotado, pero nunca vencido, retornare de la oscuridad, y me llevaRÉ SU LUZ, PARA DEVOLVER LA OSCURIDAD A SU LUGAR, MI REINO DE TINIEBLAS.

Aku pareció despertar de su lapsus mental de rabia y narrativa para volverse a los dos pequeños con los que habia estado hablando.

-Pero no puedo hacerlo solo, la marina tiene muy vigilado el lugar. SOY muy grande y peligroso... pero incluso las hormigas pueden acorralar a la gigantesca serpiente con números suficientes... Juntos podemos alzar nuestra gloria, recordarles nuestro nombre, y volver a sumir su mundo en la oscuridad. Mi reinado de tinieblas.

Aku sacudió la cabeza, nuevamente, casi se habia olvidado de que le habían insultado. metio la mano en su enorme mochila sacando un impresionante y gigantesco escudo, mientras sus ojos oscuros se volvían a ese samurái presuntuoso que habia osado volver contra él su generosa oferta.
-Cierto... ¿dijisteis algo de una trampa de osos?

Aku, con sus 75 de fuerza tiro de su pierna, arrancando cualquier cuerda, o de cualquier cosa en la que esta esteuviera atado para alzarla en el aire, posicionando su pie encima de aquellos dos insensatos.

Si no os unís a mi... NO ME SIRVEN DE NADA!

Y así Aku, lanzo un golpe, sin arma alguna contra el suelo, con su poderosa fuerza, para probar a aquellos dos ilusos, ver si siquiera estaban a la altura de su maldad.

Impacto Directo

COM101

COMBATIENTE

Ofensiva Activa

Tier 1

9/1/2025

17

1

El usuario encarará de frente a su adversario propinándole un poderoso impacto directo con alguna de sus extremidades, aplicando un [Empuje] de 4 metros.

Golpe Básico + [FUEx2] de [Daño contundente]

Fue: 75 +150= 225

• Destructividad Tier 3: Entre 200 y 299 de Daño. Destruyes una estructura de 10m de radio.