[Diario] [Pasado] Pequeños artistas marciales

Día 35 de Verano del Año 724
 

Aquél había sido un día de mucho calor, tanto así que se podía ver como la tierra se quebraba por lo seca que estaba. Rahel se mantuvo en casa gran parte de la tarde, negándose a poner un pie fuera de su cueva, pues que podría haber tan importante como para pasar por semejantes condiciones. Luego de unas horas el gigantesco lunarian intentó dormir hasta la noche, para así poder cazar a una hora no tan hostil con la vida en la isla. Pero al parecer los astros se habían alineado para no dejar a Rahel dormir, pues de la nada se escuchaban gritos.

 

Rahel se para en la salida de su cueva, intentando reconocer de dónde provenía aquellos gritos. Este estiró sus alas y se lanzó al aire, volando hasta la punto de aquella montaña en la que él vivía, el Colmillo del Oeste. Al llegar al tope de la montaña este, desde el aire, finalmente se daba cuenta de que era todo aquél ruido. Se trataba de un joven humano, el cual parecía estar entrenando bajo semejante calor. Rahel miraba esto con interés, pues ni él mismo salía con tanto calor por gusto propio, siendo este un lunarian.

 

Rahel reconocía el valor y determinación de aquél muchacho desde la altura, observándolo practicar sin descanso alguno. Lamentablemente para ambos un anciano apareció de la nada, aparentemente era el maestro de aquél joven, el cual le estaba dando una reprimenda por entrenar solo y en dichas condiciones. En parte el anciano tenía razón, pues si el joven se desmayaba este quedaría a merced de los animales de aquella isla y Rahel sabía muy bien como estos funcionaban. Luego de seguirlos en silencio, Rahel vió que estos dos humanos pertenecía a un dijo de artes marciales, lo que capturó su curiosidad, deseando poder enfrentarlos algún día.