¿Sabías que…?
... el concepto de isla Demontooth hace referencia a una rivalidad legendaria en la obra.
[Común] [C-Pasado] Entre penas y Canciones... se fueron consumiendo las botellas
Carlo Diego
El Tiburon
Invierno Año 723

Loguetown.. tambien llamada la ciudad Alfa y Omega... pero Porque estamos diciendo esto? Siendo honestos no es relevante para el protagonista de esta peque;a historia. Carlo Diego Armando D Rivera, habia llegado con un espiritu aventurero, emocionado por conocer las tierras fuera de su pueblo, y como era naturaleza humana, se dirigio al sitio mas pacifico y animado para poder convivir con personas que pudieran brindarle informacion sobre esa ciudad: Una Taberna.

La abuela Coco se lo habia dicho una vez "El alcohol forja las relaciones entre hombres mijo, conun amigo o un golpe en la cara, pero usted sabra de que cuero esta hecho el de enfrente"

Y claro, el Tiburon, no se rajaba, si habia que pelear, pelearia, por honor, por la raza y porque queria... faltaba mas. 

"!Fondo, Fondo, Fondo!"

Se escucharon los gritos a su alrededor, cuando, media hora despues de haber entrado a la taberna, dejaba con fuerza el tarro vacio contra la mesa, dejando ver que estaba vacio y ganando un vitore de celebracion cuando el hombre frente a el callo hacia atras sin poder terminar su bebida. Ellos lo llamaban cerveza, era buena bebida, refrescante, aunque muy suave si lo comparaba con el agua ardiente de su tierra. Y lo mejor de todo...

"Para el ganador"

Anunciaron dejando billetes delante de el. Parecia que aqui pagaban si uno era buen bebedor, y en lugar de pagar las bebidas estaba ganando dinero, lo que le hizo reir, animado por el alcohol y el buen humor. 

-!No'mbre!... aqui la raza es a toda madre - solto encantado soltando una enorme carcajada - Y el gran trono donde esta? - Cuestiono refiriendose al sanitario, pues despues de vario tarros de cerveza, habia que dejarlo ir. 
#1
Ubben Sangrenegra
Vali D. Rolson
El bribón de ojos dorados y cabellos blancos había llegado a LogueTown hacía apenas un par de días. La presencia de la Marina en esta ciudad era notablemente más fuerte que en otras islas menos concurridas y de menor peso histórico en el mundo de la piratería. Buscaban capturar a Ubben por crímenes que no cometió. Las acusaciones, cargadas de ambigüedad y falta de pruebas, jamás se aclararían debido a la opacidad y corrupción en la estructura que intentó desmantelar el padre del peliblanco, Roblen Sangrenegra. La Marina, en un acto de represalia, no solo puso precio a la cabeza de Roblen sino que también hizo lo propio con la de su hijo Ubben, pintando a Roblen como el verdadero criminal que, junto a su hijo, pretendía establecer una red de actividades ilícitas dentro de la propia Marina.

Esta vez, Ubben decidió no alojarse en un hostal, como era su costumbre, sino que se acercó a un bar discreto, del cual había obtenido el nombre de su propietario a través de los bajos fondos. El dueño del bar, conocido por su dudosa moralidad y reputación, era el tipo de persona con la que el peliblanco prefería tratar. Ubben, con una sonrisa astuta y una mirada cargada de promesas tentadoras, se dirigió al propietario. -Trabajo para un capo, y hace un tiempo observó tu negocio con buenos ojos... Si tú me ayudas a pasar desapercibido, yo te ayudaré hablando bien de ti, de tu bar y de tus servicios. Pagaré 500.000 berrys, por adelantado.- El bribón sabía bien que en esta situación era un tentador en busca de un acuerdo. Si el propietario aceptaba, se vería involucrado en el mundo oscuro de un capo, una red de la que sería prácticamente imposible escapar sin traicionar a alguien, y aún así, la protección de la Marina podría no ser suficiente.

El dueño del bar pidió tiempo para considerar la oferta mientras continuaba atendiendo a los últimos clientes y echaba a los borrachos de la noche. -No quería que estos secretos se expandieran tan rápido... pero si lo que ofreces es verdad, me vendría bien contar con la vigilancia de un pez gordo,- comentó el hombre, mostrando una actitud curtida y firme. Ubben, consciente de que su frase era una forma velada de presionar, respondió con una sonrisa. -La decisión es suya, buen señor.- El dueño, con una sonrisa confiada, aceptó el trato. -Está bien, acepto. Es una buena suma. La Marina no suele venir por aquí, y si llegan, simplemente métete en la cocina de forma disimulada; yo me encargaré de lo demás.-

Una vez que el último cliente se fue, el dueño del bar le mostró a Ubben un segundo piso accesible desde la cocina. Allí, había tres habitaciones medianas y una cuarta más pequeña, que incluían dos dormitorios, un comedor y un baño modesto. Ubben dejó sus pertenencias y se fue a dormir. Al día siguiente, salió en busca de rumores, oportunidades y subastas en el bajo mundo, aunque sus esfuerzos no dieron frutos significativos. Durante la tarde, cuando la noche comenzaba a caer, un hombre enmascarado y sin camisa entró en el bar, compitiendo en una bebida. El hombre, con una apariencia excéntrica de luchador, preguntó por el baño. Ubben, ayudando al dueño del bar, respondió -Al lado de la barra hay una puerta; ese es el baño. Déjalo limpio, o te haré limpiarlo.-

Viendo una oportunidad para ganar algo de dinero, Ubben decidió organizar una competencia de bebida. -¡Segunda ronda!- gritó sin vacilar. -¿Hay algún valiente dispuesto a desafiar al ganador de la ronda anterior?- Varios hombres lo miraron y un par se acercaron. -La entrada es de 20.000 berries; el ganador se lleva el 80% del pozo y no paga sus jarras, mientras que los demás deben pagar sus jarras y el dinero restante será para la casa por las gestiones del concurso... y sí, me refiero a limpiar el vómito de los perdedores,- explicó el bribón de ojos dorados, causando risas entre algunos y una pronta aceptación de la cuota. Cuando regresó el ganador de la ronda anterior, Ubben vociferó nuevamente -¡Llega el ganador de la ronda anterior! Damas y caballeros, ¡prepárense para comenzar!- mientras colocaba jarras frente a los competidores.

-Las reglas son simples: deben beber una jarra tras otra hasta que ya no puedan más. Si vomitan, se desmayan, lloran, suplican no beber más o simplemente no pueden continuar bebiendo... están fuera,- explicó, mientras el dueño del bar observaba intrigado por el descaro de Ubben al organizar un torneo de bebida sin siquiera pedir permiso.
#2
Carlo Diego
El Tiburon
Innegablemente la taberna habia adquirido un ambiente de fiesta despues de que Carlo habia vencido ya a un par de oponentes en aquel concurso de bebidas. Por supuesto, todo lo que entraba, tenia que salir y era por ello que habia pedido la hubicacion del sanitario, a lo que amablemente, un monocromatico chico de cabello denizo, se habia ofrecido para indicarle donde estaba. Eso si, le lanzo una, quiza innecesaria advertencia sobre la limpieza del retrete...

El rostro del luchador se oscurecio brevemente antes de ponerse frente al hombre que superaba su altura por escasos centimetros. Puso la mano en el hombro del mismo y mirandole a los ojos le susurro. 


-Si tiene problemas para controlar aquello, la abuela coco me dio remedios buenisimos.... no se apene si necesita ayuda... - le calmo, alzando el pulgar como muestra de buena fe. Probablemente el moreno tardara un par de segundos en procesar, que Carlo habia insinuado que el tenia problemas para orinar... o quiza que suponia que tenia problemas de estrenimiento. En todo caso, no se detuvo a esperar respuesta o rpotesta de dicho hombre, despues de todo, la naturaleza lo llamaba... y con Urgencia. 

Ya fuera por idea espontanea o represalia, se habia propuesto a roganizar un torneo de bebidas, poniendo como campeon a destronar al enmascarado Galan que se encontraba desalojando lo que su cuerpo no necesitaba. Y hablando de nuestro heroe, el bar hizo un momento de silencio cuando una voz se escucho desde el cuarto de baño


-Cantando en el bañoooo... Me acuerdo mucho de ti....

Se escucho melodioso cual legendario artista, mientras de fondo se escuchaba como un chorro de agua cayendo en una cubeta... obviamente señal de lo que estaba pasando ahi adentro. Segundos mas tarde se escucho la cadena del retrete y el agua correr  antes de que Carlo saliera secandose las manos con un trozo de papel. 

-Pos hora?... tambien querian entrar? - pregunto al ver que varias miradas estaban sobre el en cuanto habia salido de hacer sus asuntos. 
#3
Dr.Bonez
Dr.Bonez
Siempre Logetown tenía lugares a los que ir y situaciones en las que participar, ya que normalmente era un sitio bastante transitado lo cual hacía que se dieran bastante situaciones interesantes, ya fueran pleitos en bares de malamuerte o conversaciones que llevaban a historias y aventuras piratas con colegas pasados de copas. Claramente todo esto normalmente ocurría en la bohemia nocturna de aquel lugar, en donde parecía que aquel pueblo cobraba una segunda vida después de que se ponía el sol, haciendo que fuera bastante interesante las cosas que ocurrían después de la medianoche.

Esa noche no era diferente a las demás, se podía sentir el ambiente de fiesta en el aire, con el aroma a alcohol y los gritos de los ebrios en cada bar por el cual Bonez se cruzaba. Esta vez el chico de piel negruzco estaba de ánimos, ya que habianlogrado grana un buen poco de pasta en un casino clandestino que se encontraba cerca de la zona sur de la ciudad, centrándose en esos momentos en buscar algún lugar en donde pudiera celebrar aquella buena racha con algo de alcohol y algo más.

El estafador se encontraba paseando mientras fumaba de aquella larga pipa que sostenía entre sus dedos, mirando de reojo la entrada de los bares viendo si ha Ian uno que le pudiera llamar la atención; parecía que cada uno de ellos tenia lo mismo que ofrecer, ya fueraun bar donde habia grupo de piratas deprimidos y silenciados en la borrachera o peleas estruendosa producto de algún malentendido que parecía siempre resolverse a punta de botellazo y sillas rotas en la espalda de algún borracho.

Sin embargo, hubo un lugar que le llamó la atención, ya que desde el exterior pudo ver como un hombre de gran tamaño parecía estar compitiendo en lo que parecía ser una competencia de beber alcohol. Era una buena forma de mezclar dos de las cosas que más le gustaban, así que Bonez decidió adentrarse un poco más en aquel establecimiento para poder ver a los participantes de aquella competencia. 

Antes de que pudiera acomodarse para poder ver bien a los dos participantes, uno de ellos cayó de bruces al suelo, haciendo que solamente un curioso hombre que parecía estar disfrazado como un peleador de lucha libre, estando enmascarado y con un traje bastante llamativo. Este marchó rápidamente al baño, ya que no habia manera de beber toda esa cerveza sin que hubiera la necesidad de sacarlo del sistema.

En eso hizo aparición un hombre que parecía ser quien estaba a cargo de aquella competencia. De cabello platinado y vestimenta pirata con un sombrero negro y una chaqueta que hacia juego reposando en sus hombros, aquel pirata daba las reglas para participar en aquel torneo de bebidas, señalabdo el precio, los premios y el castigo para los perdedores.  

Por su parte no le pareció mala idea apuntarse para enfrentar al campeón, después de todo habia robado un buen poco de dinero y podría ganar un poco más si es que lograba aguantar un poco más. 

Me ofrezco como el próximo contendiente del campeón. Dice alzando la mano antes de que las.miradas fueran a sunpersona, a lo cual el simplemente se sacó su sombrero de copa y dio una pequeña reverencia a los presentes. 

Dr.Bonez a sus servicios, estoy dispuesto a enfrentarme al campeón por el pozo mayor. Dice a Ubben antes de dejar los 20.000 Berrys en la mesa frente a el antes de sentarse a esperar a que Carlo saliera del baño, el cual parecía confundido cuando todos precieron observarle una vez había salido del baño.

Creo que yo seré su próximo contrincante. Dice alzando levemente su sombrero de copa como.una breve presentación para con aquel luchador que estaba saliendo del baño.
#4
Ubben Sangrenegra
Vali D. Rolson
El musculoso enmascarado respondió a la indicación de Ubben de dejar limpio el baño con algo que podría haberse interpretado como una broma o tal vez un juego de palabras. Ubben, el bribón de ojos dorados, simplemente lo miró con una expresión de incredulidad, sus cejas alzándose ligeramente ante la inesperada respuesta. Su mirada se clavó en la del enmascarado, quien se retiraba hacia el baño, y con un tono suave, pero cargado de burla, musitó —Lo decía porque los esteroides suelen causar ese tipo de problemas...— Era evidente que la provocación de Ubben no buscaba una confrontación real, sino más bien satisfacer su curiosidad acerca del tipo extraño que tenía delante, un hombre cuya presencia, medio desnudo y con un comportamiento excéntrico, era tan desconcertante como ridícula. Mientras el enmascarado canturreaba desafinadamente dentro del baño, los otros participantes comenzaron a acercarse a la barra para pagar su cuota de entrada. De repente, un hombre de piel gris y ojos rojos apareció entre la multitud.

La atmósfera cambió en un instante, y el peliblanco no pudo evitar llevar instintivamente una mano al bolsillo donde guardaba sus senbon. La aparición de este individuo no solo era alarmante por su aspecto inusual, sino también por la intensa mirada que proyectaba, una mirada que sugería peligro y desconfianza. Llevaba un sombrero de copa decorado con calaveras, un detalle que parecía presagiar problemas para cualquiera que se cruzara en su camino. Algunos de los clientes más cautos, al ver al recién llegado, decidieron retirarse de la competencia de bebida, murmurando excusas antes de alejarse rápidamente.

Ubben recibió el dinero del hombre de piel gris con un gesto receloso, sintiendo un escalofrío recorrer su espalda mientras le daba un asentimiento breve, indicando que había sido aceptado en la competencia. El ambiente estaba cargado de tensión cuando el hombre enmascarado regresó del baño, y Ubben aprovechó el momento para hacer un anuncio. —¡Ha vuelto el ganador de la ronda anterior!— vociferó con entusiasmo, buscando avivar el ánimo del público. Las miradas se dirigieron inmediatamente hacia el enmascarado, expectantes por ver qué sucedería a continuación. Ubben, aprovechando la atención, señaló a los nuevos participantes: el hombre de piel gris, dos mujeres y dos jóvenes que se habían inscrito para competir.

Estimado, estas valientes... o imprudentes personas, lo desafían a otra competencia de bebida— dijo Ubben, con una sonrisa que no ocultaba su curiosidad por ver cómo se desarrollaría la situación. —¿Aceptará usted el reto?— El dueño del bar, que había estado observando con una mezcla de interés y cautela, comenzó a traer las bebidas, colocándolas frente a los participantes con rapidez. Ubben apenas les dio tiempo para pensarlo. —¡Tomen cada uno su jarra!—instruyó, asegurándose de que todos estuvieran listos —La competencia constará de tres rondas... un pitcher en cada ronda.

Alzó la mano al cielo, creando un momento de anticipación, y luego comenzó la cuenta regresiva. —¡Tres! ¡Dos! ¡Uno!... ¡A BEBER!— Con el grito final, la improvisada competencia de bebida dio comienzo, y el bar se llenó de vítores, apuestas y risas. Los participantes alzaron sus jarras, y el sonido del líquido siendo vertido en las bocas de los contendientes resonó en el aire cargado de expectación.


Estimados, les pediré que lancen cada uno 1d20. Necesitan superar una tirada de dificultad 5, de otra forma, comenzarán a sentir el mal estar del alcohol. Si, converti ésto en D&D (?

Orden de los dados oponentes: Dalia, Joseph, Marianne y Lucian. (En este dado tomaré los dados lanzados por los oponentes).

[ID 1] Ubben Sangrenegra ha lanzado 4 dados de 20 caras. El resultado es:
- Dado 1: 11
- Dado 2: 16
- Dado 3: 7
- Dado 4: 12
#5


Salto de foro:


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