Hay rumores sobre…
... que existe un circuito termal en las Islas Gecko. Aunque también se dice que no es para todos los bolsillos.
[Aventura] T2 - ¡Corre desplumado!
Octojin
El terror blanco
Ren lanza sus cuchillos con toda la desesperación que puede reunir, pero los ves venir y no te preocupan en exceso. Con un simple movimiento, repeles el primero con la katana derecha, y el segundo lo apartas con la izquierda, todo mientras mantienes un porte impecable. No tienes tiempo para esos juegos. El caos que habéis provocado no pasará desapercibido por un tiempo, y ya puedes sentir la presencia de la marina acercándose, oyes pasos en la lejanía. Ese combate debe acabar.

Ren se lanza hacia su katana, su única oportunidad de igualar el campo de batalla. Lo ves moverse y te lanzas a la ofensiva, pero él es más rápido y consigue llegar antes que tú, recogiéndola en un gesto hábil mientras la posiciona defensivamente y choca tu ataque. Tu katana impacta contra la suya justo cuando logra levantarla para defenderse. Pero su defensa es torpe, debilitada por el cansancio y la desesperación. No encuentra rival en tu fuerza, y sientes la resistencia ceder cuando tu hoja roza su brazo, dejando una herida superficial pero lo suficientemente dolorosa como para hacer que su katana caiga al suelo, de nuevo.

Ren cae de rodillas, sujetándose el brazo herido, del cual sale un pequeño río de sangre. te mira, con su rostro hecho una mezcla de miedo y súplica.

— Por favor... no me mates... —su voz tiembla, rompiendo la arrogancia que tenía al inicio del enfrentamiento. Supongo que llegado ese momento, todos tenemos un punto de miedo. Podrías acabar con él ahora si así lo quieres. Siendo tan vulnerable como una presa al borde del colapso. O podrías no hacerlo, está a tu disposición.

Es entonces cuando escuchas el sonido de unos pasos apresurados, quizá a unos cien metros. La marina está cada vez más cerca, pero antes de decidir tu próximo movimiento, el tabernero, el mismo hombre al que Ren dejó inconsciente, se levanta detrás de la barra, aún un poco desorientado.

— Gracias... —murmura, con una mano en la cabeza, claramente aún aturdido— Puedes salir por la puerta trasera. No diré nada, lo prometo. Es lo mínimo que le debo a quien me ha salvado la vida.

Si miras a Ren, indefenso, quizá te de algo de pena. Está suplicando por su vida y parece estar rezando algo. Quizá quieras terminar lo que empezaste, o puede que sea suficiente para ti el saber que eres más hábil que él. En cualquier caso, tienes varios dilemas. El tabernero te ha ofrecido una salida, independientemente de lo que hagas con Ren. En ti está el creerle o no.

Puedes tomar un último parpadeo para recorrer la escena: Ren a tus pies, el tabernero ofreciéndote una salida, y la marina cada vez más cerca. Las pocas historias que me han llegado dicen que el Pavo Real del Océano no suele huir, pero tampoco es imprudente. Es tiempo de evaluar tus opciones. Este humilde narrador sabe que, independientemente de aquello que elijas, el espectáculo debe continuar.

Datos
#11
Mayura Pavone
El Pavo Real del Oceano
El choque final entre las katanas de Ren y Mayura resonó como un eco metálico en la desierta taberna. Aunque el hombre de cabello verde había logrado recuperar su arma, su defensa estaba comprometida por el agotamiento y el miedo. El elegante pirata, con su usual precisión y gracia, desvió su ataque, hiriéndolo en el brazo y haciendo que su katana cayera al suelo una vez más. La herida, aunque superficial, fue lo suficientemente dolorosa como para hacer que Ren se desplomara de rodillas, suplicando por su vida.
 
Mayura observó a su oponente con una mezcla de desdén y curiosidad. La arrogancia inicial de Ren había desaparecido, reemplazada por una súplica temblorosa. "Qué rápido cambia su semblante y actitud, pero sigue siendo hermoso." Pensó para sí mismo, con una sonrisa apenas perceptible en sus labios. La escena era casi patética, pero al mismo tiempo intrigante. Mayura sabía que podía terminar con la vida de Ren en ese instante, pero el acto de matar, aunque necesario a veces, no le ofrecía la misma satisfacción que derrotar y humillar a un oponente.
 
Antes de que pudiera decidir, el tabernero se levantó detrás de la barra, visiblemente aturdido pero agradecido. Sus palabras ofrecieron a Mayura una salida rápida y discreta, una oportunidad para evitar el enfrentamiento con la Marina que se aproximaba. El tabernero sugirió salir por la puerta trasera y Mayura evaluó la oferta rápidamente. La situación estaba llena de posibilidades, pero el tiempo se agotaba, y no podía permitirse un enfrentamiento innecesario con las autoridades.
 
El elegante pirata dejó que el momento se alargara unos segundos más. Sus ojos grises se fijaron en Ren, temblando y vulnerable. Era tentador terminar con él, pero Mayura no se caracterizaba por matar por simple capricho. — Te perdono la vida, querido. Pero que esto te sirva de lección. No estás a mi nivel... aún. — pronunció con una voz calmada y melódica lanzándole un beso y un guiño, como si la situación no fuera más que otro de sus juegos de poder, lanzándole un último golpe en la cabeza con el lado sin filo de la espada buscando dejarlo inconsciente. Con un último vistazo al tabernero, Mayura asintió ligeramente antes de girarse y golpear al tabernero igual que como hizo con Ren antes de enfundar su katana. Antes de irse tomaría lo que fuera que Ren había recolectado en el saco tirado en el suelo, mas no lo verificaría hasta estar en un lugar seguro.
 
El sonido de los pasos de la Marina estaba cerca, pero Mayura ya había tomado su decisión. No era el momento para una confrontación directa con las autoridades. Había obtenido lo que quería: una victoria sobre su oponente y una salida elegante, tal como le gustaba. Aunque, no podía quitarse de la cabeza el cómo Ren y el tabernero inconsciente pintarían la escena al despertarse.
 
Antes de salir, lanzó una mirada rápida al caos que él mismo había ayudado a crear: cristales rotos, muebles destrozados, y un Ren humillado y herido. Una obra maestra de caos, como siempre le gustaba crear. — Algo me dice que el espectáculo esta por continuar. — murmuró para sí mismo con una sonrisa traviesa, antes de irse por la salida trasera, aprovechando la oportunidad que el tabernero le había ofrecido.
#12
Octojin
El terror blanco
Con un movimiento rápido y decidido, lanzas un golpe con el reverso de tu katana directo a la cabeza de Ren, dejándolo inconsciente al instante. Bueno, esa ha sido tu decisión. Ren seguirá vivo, aunque probablemente pase algún tiempo atormentado ante la humillación que ha sufrido. ¿Volverá a las andadas? ¿O se intentará centrar y buscar una vida más estable? Quién sabe, es posible que nos lleguen rumores suyos en el futuro.

Su cuerpo cae al suelo con un ruido sordo, y tú sonríes, satisfecho. La jugada te ha salido a pedir de boca. La lección está dada, y tu mensaje ha sido claro y, a juzgar por el desenlace, eficaz. Sin perder tiempo, repites el movimiento con el tabernero, quien había sido tu aliado momentáneo. Aunque su ofrecimiento fue útil, no puedes arriesgarte a que, en su estado confuso, mencione tu nombre cuando la marina llegue. Pero... Quizá ahora lo haga... El pobre solo te quería ayudar y se lo has pagado golpeándolo. Bueno, lo sabremos pronto. Unos segundos después de tu golpe, él también yace inconsciente tras la barra.

Asegurándote de que nadie te observe, te inclinas y tomas el saco que Ren dejó atrás; su contenido podría ser útil más adelante. Guardas el botín rápidamente y te diriges a la puerta trasera, cerrándola con cuidado tras de ti.

El callejón está oscuro y desierto, y su longitud parece llevarte directamente hacia la libertad. Sigues el camino con pasos ágiles, siempre atento a cualquier ruido que pudiera indicar una emboscada. Pero solo escuchas ruidos comunes y nada parece ponerte alerta. A medida que avanzas, el sonido de la marina entrando en la taberna se vuelve lejano, aunque te imaginas el caos que encontrarán: el destrozo de mesas, los cristales esparcidos y los dos cuerpos inconscientes en el suelo. Pero sin rastro de aquél que ha causado esas dos víctimas. ¿Qué se pensarán? La escena que has dejado es casi una obra de arte, aunque probablemente no sea apreciada por aquellos que la descubrirán.

Al final del callejón, vislumbras el muelle. Algunos marines han comenzado a patrullar la zona, tal vez cerrando las posibles rutas de escape, pero aún no se han percatado de tu presencia. Con un último vistazo, te podrías asegurar de que nadie te esté observando antes de moverte hacia una de las sombras. Y aquí parece terminar tu viaje. Tú decides qué hacer o dónde ir.

La marina, por su parte, se concentra en la taberna y en el caos que dejaste atrás, sin sospechar que el elegante pirata ya ha abandonado la escena. Buscarán por los alrededores, pero has sido rápido y no creo que te encuentren. No al menos si no vuelves, claro. ¿No suelen decir que los asesinos siempre vuelven a la escena del crimen? Ah, no, pero tú no eres un asesino. Entonces me imagino que estarás a salvo.

La noche sigue siendo tuya, y con cada paso, te alejas más de la zona del conflicto, dejándolos con las piezas de un rompecabezas que, sin duda, les llevará tiempo resolver. Al final, parece que el espectáculo realmente está destinado a continuar… solo que tú, Mayura Pavone, estarás disfrutando del próximo acto desde un lugar seguro, tal y como siempre has preferido.

Final
#13
Mayura Pavone
El Pavo Real del Oceano
Mayura avanzó por el callejón oscuro, sus pasos resonando suavemente contra el suelo mientras se alejaba de la escena del caos que había dejado atrás. Cada sombra parecía fundirse con su figura, ocultándolo en el silencio de la noche mientras el eco de los gritos y pasos de la marina en la taberna se desvanecía a lo lejos. Había jugado su papel a la perfección, y la sonrisa en sus labios reflejaba la satisfacción de haber dado una lección, de haber marcado una vez más su presencia en el escenario de esta isla.
 
Con el saco que había tomado de Ren bien asegurado, Mayura contempló brevemente el botín. "Veremos qué escondes más tarde", pensó, guardándolo con cuidado sin abrirlo aún. A fin de cuentas, la noche le pertenecía y podía tomarse su tiempo para descubrir las sorpresas que este pequeño trofeo pudiera contener.
 
Finalmente, llegó al muelle, donde la brisa marina le recibió como un viejo amigo. Los marines rondaban la zona, pero aún no parecían darse cuenta de que el elegante pirata que buscaban ya se encontraba más allá de su alcance. Con un último vistazo rápido, se aseguró de que nadie lo observaba y se deslizó entre las sombras hacia un barco pequeño anclado en la orilla, un mercante que, a juzgar por su aspecto, planeaba zarpar en las próximas horas.
 
Mayura se detuvo un momento, mirando hacia la ciudad que había dejado atrás. En su mente, visualizó el caos que la marina encontraría en la taberna, las expresiones confusas de los soldados y las posibles historias que surgirían a partir de esa noche. La imagen le arrancó una suave risa mientras murmuraba para sí mismo. — Siempre es un placer darles algo de qué hablar. — Sus palabras se desvanecieron en el aire mientras su sonrisa se tornaba más intensa. Había dejado una marca, y el nombre del Pavo Real del Océano resonaría en los rumores de esta isla por algún tiempo.
 
Dio un paso hacia el barco, pero antes de embarcarse, lanzó una última mirada al muelle. Algo le decía que esta historia aún no había terminado. Tal vez volvería a cruzarse con Ren… o quizá alguien más lo buscaría, atraído por las huellas de caos que había dejado en su camino. A fin de cuentas, un espectáculo bien ejecutado siempre merecía una segunda presentación.
 
Con ese pensamiento, subió al barco y se deslizó en las sombras, esperando el momento en que la embarcación zarpara y lo llevara lejos de Rostock. La noche era suya, y la promesa de futuras aventuras flotaba en su mente como un eco persistente.
 
Hasta la próxima, querido Ren… y hasta el próximo espectáculo, Rostock. — murmuró, mientras el barco comenzaba a moverse lentamente, alejándose de la isla que había sido testigo de su última actuación. Y así, Mayura Pavone, el Pavo Real del Océano, desapareció en la oscuridad, dejando atrás un rastro de misterio y anticipación para quienes, tarde o temprano, lo buscarían.
#14
Moderador Yamato
Oden
ÑAM ÑAM, BONITA AVENTURA, ESTOY DESEANDO VER LA SEGUNDA PARTE:

¡RECOMPENSAS POR T2 ENTREGADAS!


Mayura:
  • Berries: 700.000B +  1.000.000B -> 1.700.000B.
  • Experiencia:  521.85 EXP + 60 EXP -> 581.85 EXP.
  • Nikas: 1 + 10 ->  11NIKAS.
  • Reputación: 30 + 20 Reputación negativa -> 50 Reputación.

Octojin:
  • Berries: 15.950.000B + 500.000B -> 16.450.000B.
  • Experiencia: 3502.97 EXP + 60 EXP -> 3562.97 EXP.
  • Nikas: 11 + 12 -> 23 NIKAS.
  • Cofre Gigante.
#15


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