Hay rumores sobre…
... que existe una isla del East Blue donde una tribu rinde culto a un volcán.
[Aventura] Limpieza profunda [T4]
Takahiro
La saeta verde
Si bien su idea había sido buena, lo cierto era que al ser de noche no sería capaz de ver a tres personas montadas sobre un rey de mar. Apenas podía contemplar nada más allá de un par de metros. Trató de agudizar su vista, entrecerrando los ojos como si eso fuera a ayudarle de alguna manera. Sin embargo, fue en vano.

—Como hubiese dicho mi difunto abuelo… —hizo una leve pausa al recordar al anciano, cuyos restos se encontraban enterrados en las afueras de Nanohana. No obstante, no pudo decir nada más, ya que rápidamente fue agarrado por las enormes y fuertes manos de su compañero marino, mientras que él también se aferraba al brazo del gyojin.

Visto desde fuera, posiblemente, se tratara de una escena curiosa, por no decir divertida. Iba pegado como una lapa al brazo de su amigo, mientras que este se deslizaba a una velocidad anormalmente rápida para alguien de su tamaño. ¿En qué momento se había vuelto tan ágil en tierra? ¿Qué clase de entrenamiento había hecho? En fin. Preguntas para otro momento. Todo se movía muy rápido, notando sombras y luces en lugares en los que no debería haberlas. Notaba como la última comida que había entrado en su cuerpo luchaba por salir, así que cerró los ojos y rezó a Cristo Rey para no vomitar sobre el pez. Sin embargo, todo acabó. Con el estómago un poco revuelto, la ropa arrugada y su Kufiya perdido en algún lugar no muy lejano se sentó en el suelo.

—¿Gracias? —le cuestionó, levantándose con las piernas ligeramente temblorosas—. Y si te lo sigues preguntando…, no se veía nada.

Ya calmado, aunque con ganas de echar un poco la papilla todavía, Takahiro se recompuso, adecuándose un poco la ropa y con las manos, intentó peinarse un poco el cabello. Tenía un pelo frondoso y rebelde, pero esperaba que pese a no tener un peine, poder hacer el apaño y continuar guapetón. A fin de cuentas, incluso en una misión como aquella, quizá pueda encontrar alguna jovencita apañada que le gustara el cuscús con cordero. Caminó junto a Octojin hasta llegar a una oquedad en el suelo bastante grande. Parecía un antiguo pozo en desuso. Nada más acercarse, el peliverde ya tenía su haki de observación activado de nuevo, tratando de sentir alguna presencia.

Percepción III
KENB601
KENBUNSHOKU
Haki intermedio
Tier 6
10/10/2024
9
Costo de Haki por Turno
2
Enfriamiento
Permite al usuario percibir con precisión la presencia de otros seres vivos en un área, siendo capaz de apreciar las emociones que exterioricen y de forma superficial las hostilidades que realmente tienen. Así como estimar de forma general quién es alguien más fuerte o más débil que él. Si lo activa puede anticiparse a un ataque obteniendo para ello un bono de +10 [Reflejos].
Área: [VOLx15] metros | +10 [REF]


—Por si acaso, también voy a lanzar esto —El alférez de la marina agarró una piedra del tamaño de la cabeza de un recién nacido—. Vamos a lanzarla y ver si tiene agua, pues… tocará hacer lo nuestro, ¿tú que dices? —sonrió. Y la lanzó al pozo, tratando de escuchar si chocaba contra agua o suelo.

En el caso de que hubiera agua, tocaría lanzarse al pozo para continuar su camino.
#31
Masao Toduro
El niño de los lloros
Iban avanzando en la penumbra despacito y con buena letra, la abeja peliblanca andaba muy absorta en sus pensamientos y preocupada por no hacer ruido como para hacerme caso. No le culpo, después de todo, sabía lo que era tomarse a pecho el trabajo y bueno ser el jefe siempre era una presión añadida.
 
Pero como todas las cosas que van bien, hasta que algo le manda a la mierda o como fue en este caso hasta que escuchas un clic. Aquello generó una situación más tensa que la de Jesús en la última cena, vaya, imagínate montar una fiesta de puta madre en un olivar en la zona más exclusiva de Jerusalén para que llegue un compadre todo roñoso y te la joda, vaya cabrón el Judas. Hablando de Judas, el jodido Ray, se lanza hacia adelante sin mediar palabra, yo haciendo lo propio me impulsé el cuerpo hacia atrás, con el propósito de ya no chocarme con mi compañero que viajaba a una velocidad vertiginosa y complicada de seguir con los sentidos ordinarios, sino con el propósito de no accionar más trampas que pudiera haber más adelante.

Puede que no fuera tan rápido como la abeja, pero yo seguía siendo un portento físico y tenía algo que no todo el mundo tenía, dios estaba de su lado, y si algo había aprendido es que ni Dios(ni Rexona) no te abandona.

Padre nuestro que estás en los cielos santificado sea… comenzó a murmurar, a una velocidad que ni el rapero de su barrio podía seguir, a la vez que iba imbuyendo las partes más sensibles de sus cuerpos, órganos vitales, partes nobles y demás zonas sensibles, tratando de priorizar algo sus antebrazos, los cuales utilizo para enrocarse mientras con las piernas se propulsaban para atrás.

Y entonces, lo sintió, sintió el fervor de su fe y el calor del espíritu santo, que lo arropaba como una madre arropa a su niño, envolviendo a su cuerpo en una especie de aura de escasos centímetros que empujaba el aire que lo rodeaba. Tras aquello el fuego lo engulló, tal vez había conseguido evitar la letal explosión, pero dudaba por lo que veía por sus ojos entrecerrados por el abrasador fuego que pudiera librarse de las llamas de satán por completo.

Tras la explosión solo le quedo que dar una palma de agradecimiento a dios por contarlo para vivir otro día, eso y quitarse el hollín de encima.

Chss, abejita ¿Toh bien por ahí? preguntaría a su compañero en voz baja -Me da que hemos mandado a tomah por culo el sigilo- bromeó jocoso en lo que esperaba a que su compañero volviera para atrás.

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#32


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