Alguien dijo una vez...
Donquixote Doflamingo
¿Los piratas son malos? ¿Los marines son los buenos? ¡Estos términos han cambiado siempre a lo largo de la historia! ¡Los niños que nunca han visto la paz y los niños que nunca han visto la guerra tienen valores diferentes! ¡Los que están en la cima determinan lo que está bien y lo que está mal! ¡Este lugar es un terreno neutral! ¿Dicen que la Justicia prevalecerá? ¡Por supuesto que lo hará! ¡Gane quién gane esta guerra se convertirá en la Justicia!
[Autonarrada] [A - T2] El futuro de la Marina
Henry
El Tirano Carmesí
Verano del Año 724
Día 39
La corneta sonaba con fuerza aquella mañana, los soldados y reclutas se levantaban y preparaban con rapidez. Por mi parte, una vez en uniforme, un soldado se me acerca con una noticia, pues el suboficial Rodgers me esperaba en el patio del cuartel. Ya había transcurrido poco más de media semana desde que empecé a trabajar bajo las órdenes del mayor Rodgers como su subordinado. Pese a ello, no sabía realmente el porqué de su espera en el patio.

Luego de darle el visto bueno al soldado me dirigí al patio sin mucha prisa. Varios reclutas y soldados me empezaban a reconocer por mi trabajo en Rostock, aunque mi menta estaba plagada de dudas e incertidumbre sobre aquél nuevo poder que había obtenido de repente. Sabía que de perder control de ello aquella base sería reducida a cenizas, cosa que no podía pasar.

Una vez en el patio fuí recibido por el suboficial Rodgers, el cual se encontraba en el justo medio del campo de entrenamiento. También me percaté de que decenas de soldados estaban haciendo perímetro alrededor del campo de entrenamiento,  formando un cuadrado gigante. — Recluta Henry, sus acciones en Rostock han demostrado que está sobrecualificado como recluta. Por ello, aquí y ahora, eh decidido ponerle a prueba. Dependiendo del resultado, tendrá una recompensa u otra, por favor no se contenga

Todo aquello me tomó de sorpresa y hasta tardé unos segundos en digerirlo por completo. Lo único que sabía era que iba a enfrentar a mi mayor en aquél momento, el cual sacaba su sable, tomando una pose de combate en contra mía. — N-No me contendré señor — A penas me salían las palabras de la boca por el nerviosismo. Pese a todo, saqué mi katana, tomando una posición de combate.

El ambiente era muy tenso, solos nos mirábamos el uno al otro esperando por quien se moviera primero. Pese a que pasaron unos buenos segundos sin movimientos alguno, el estornudo de un recluta, cual pistola en una carrera, fue el detonante del duelo. Luego de correr unos intensos cinco metros, ambos chocamos nuestras armas con fuerza. Mis brazos empezaban a temblar por el forcejeo, a lo que poco a poco se le unían mis piernas.

Era claro que el suboficial Rodgers no lo estaba dando todo, pero si que no me lo pondría fácil. Al terminar con el choque y dar unos pasos hacia atrás, ambos seguimos a la ofensiva, empezando un intenso intercambio de cortes los cuales a penas pude bloquear y regresar. Justo antes de poder terminar con dicho intercambio, ambos cargamos un poderoso y peligroso corte, los cuales se encontrarían, bloqueandose mutuamente.

Se hacía obvio que mi habilidad con la espada había mejorado después del encuentro con el malandro en los nidos de criminales de Rostock. Mi intuición, reflejos en instintos era mucho más afilados y mis movimientos era bastante más naturales y menos rígidos. Luego de casi unos intensos cinco minutos, el mayor Rodgers subió el puño, en señal de que el combate había acabado.

 — Lo has hecho mucho mejor de lo que había pensado Henry, aquí,  toma esto. — Se trataba de su sable — Vas a necesitarlo, una katana no intimida como lo hace un buen sable — No encontraba las palabras; todo se me hacía muy raro. — ¡Pelotón! ¡En formación! — Tras sus órdenes, todos aquellos soldados que hacían perímetro formaban en filas detrás del mayor Rodgers el cual se encontraba delante mía.

 — ¡Aquí y ahora, le concedo al reculta Henry, por su valentía y acciones, el ascenso al rango de "Sargento de la Marina". — Si no me podía creer que había luchado contra el mayor Rodgers mucho menos me creía que este me había ascendido... a Sargento! 

Pese a que sudaba frío, como se dice por ahí, el suboficial Rodgers prosiguió con su condecoración, ofreciéndome no la distintiva pañoleta azul oscura de los soldados marines, si no que la de color azul turquesa, la cual llevaban los sargentos de la institución. Aquél había sido el día en el que me volvía un marine hecho y derecho.

Había ganando un buen rango, el respeto de la base, un sable (a cambio de mi katana) y la experiencia de enfrentarme al suboficial Rodgers. También había ganado una nueva responsabilidad, pues como sargento, me encargaba de dirigir y supervisar los entrenamientos de los soldados y reclutas, a parte de estar a sólo un rango por debajo del mayor Rodgers.
 
Ahora, como sargento en el G-23, era un individuo que representaba los vivos valores de la marina. Gracias a todo aquello sabía que ya tenía el poder de hacer a los que orquestaron el atentado pagar por sus crímenes, ya sea de una forma u otra. También está la posibilidad de que el suboficial Rodgers me diera dicho ascenso por la información que aquél espadachín asesino escupió en los interrogatorios.
#1
Moderadora Perona
Ghost Princess
¡RECOMPENSAS POR T1 ENTREGADAS!

Recuerda, que hasta nivel 7 no puedes realizar autonarradas de Tier 2:
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#2


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