Son Goku D. Namek
Dr. Goku
01-08-2024, 06:59 AM
**Hola amigos, soy el Doctor Goku** - se decía a sí mismo frente al espejo mientras se arreglaba la corbata y ajustaba los lentes. Goku llevaba una bata blanca y un pantalón tipo cargo de color gris, algo holgado pero bien ajustado a la cintura, donde su cola se enrollaba para no molestar.
Eran las 7 am. Su padre, Bardok, ya estaba listo y preparado para desayunar. Su rutina con él siempre era la misma: comía toneladas de huevos por las mañanas, entrenaba un poco y salía a trabajar a la consulta que quedaba a un par de cuadras de la casa. Mientras tanto, Goku se preparaba unos kilos de carne en su propio hueso y tazones de arroz. Entrenaba a deshora, pero lo compensaba corriendo atrasado todas las mañanas para llegar a tiempo al trabajo.
Bardok solía abrir las instalaciones temprano en las mañanas; a eso de las 8:30 am ya se podía empezar a consultar en la clínica local. No tenían sistema de urgencias, pues no tenían personal para trabajar 24/7. Sin embargo, eran bien conocidos por los abuelitos y la gente del sector. Era una consulta mal remunerada a veces, pero servía para traer comida a la boca. Y como comían en cantidades, realmente no se percataban de lo exitoso que realmente era el negocio.
Como todos los días, Goku ayudaba a los ancianitos a cruzar la sala, apoyaba a su padre en la consulta y aprendía todo lo que podía, aunque no se le grababa nada. Era un cero a la izquierda... ¿Quién pone a un tonto como médico? Bueno, ¿qué se le va a hacer? Las ancianitas del lugar solían traerle dulces o hablar de él, diciendo cómo lo recordaban de niño cuando llegaron a la isla. Bardok estaba orgulloso de él; era un buen discípulo, algo olvidadizo, pero perfecto para hacerse cargo del negocio familiar cuando él se retirase... o al menos, ese era su plan.
Para poder hablar de esta clase de cosas, hay que remontarse un poco al pasado. Goku, en una época jovial de su vida (a principios del año pasado), se enamoró de una princesa, o al menos, eso es lo que cuenta ella, pues era ella la que babeaba por Goku, quien apenas notaba su presencia. Esta jovencita se llamaba Milk. Era morena de piel clara, venía de una familia adinerada, era un buen partido, sabía combatir y amaba ver a Goku meterse en peleas porque sí. Además, tenía una extraña fijación por el hecho de ser el "doctor Goku" quien la atendió ese día que se torció el tobillo dando un paseo por el barrio.
Nada, la mujer se enamoró. Goku no le prestó mayor atención, pero aun así, estuvieron saliendo durante un tiempo. Ella le daba de comer y él su compañía. ¿Qué mejor? Todo un galán. Ni se acordaba de su cumpleaños o su color favorito y ella siempre lo perdonaba, típico.
El asunto es que, obviamente, entre ellos florecería el amor de una manera más... para adultos. Y obviamente, esta parte no la contaremos... pero, como Milk era una mujer bastante recatada y muy pudorosa, no quiso ver más a Goku, terminando con él un día tras unos pocos meses de noviazgo.
Bueno, a Goku realmente no le importó. Él siguió con su rutina diaria y sus quehaceres típicos. Así fue hasta este día, este día que lo cambiaría todo.
Bulma, la muchacha atractiva de pelo celeste y bellas curvas, era quien atendía en recepción. Ella tenía una lista de pacientes, y pues, era alguien muy peculiar en su forma de gastarle bromas a la gente. Solicitó a Goku que fuese al Box número 5. En ese box se encontraría un paciente que le esperaría mientras terminaban de atender a otras personas.
Pero Bulma, ¿por qué tengo que ir yo? Puede ir mi padre - dijo replicando, mientras comía los caramelos que le habían regalado.
Ya, ya, Goku. Ya estás grande, puedes encargarte de esto. Además, es un control rutinario que debes hacer - dijo ella, mientras empujaba al musculoso doctor hacia el área de atención.
Volveremos a retroceder el tiempo... esta vez, en la juventud de Goku. Goku había peleado con un tal Pilaf, alguien con una recompensa. Su estilo de combate no era tan peculiar, pero al menos era más atlético que varios en la isla, y gracias a esto, pudo enfrentarse fácilmente a este maleante de poca monta. Freezer, su casero, fue uno de los testigos de esta pelea. Pudo ver las aptitudes de Goku y rápidamente, utilizando un simple Denden Mushi, llamó a ciertas autoridades para que se hicieran presentes... Goku no lo sabía, pero Freezer antiguamente era un miembro del Cipher Pol, y tras demostrar sus habilidades en combate, su poco intelecto y su gran credulidad, era un aspirante perfecto para ser moldeado a gusto por gente importante y así, poder convertirlo en una herramienta del gobierno a la cual manejar entre los civiles... pero, dentro de esto, él aprendió algo... cuando perteneces a una organización como esta, tu familia, tus amigos, todos son puntos débiles, todos ellos siempre tendrán una diana en su espalda... más vale desaparecer... pero Goku? Goku aun no lo hacía... aun estaba ahí, expectante a tener una vida cotidiana y común y reportarse de vez en cuando, como una especie de agente estático en este pueblo tan cómodo y una vida tan apaciguada que había generado en Tequila Wolf. Es por esta razón, por esta única razón en específico, que cuando Goku ingresó al Box número 5 y vio a Milk sosteniendo a un bebé en sus brazos, simplemente dijo:
- ¡Oh, Milk! ¡Tanto tiempo que no te veía! ¿Cuánto es? ¿Casi un año?
- Diez meses, para ser exactos - dijo la joven Milk.
- ¡Y mira, ya sos mamá!
- Sí, Goku, es lo que pasa cuando una mujer se embaraza. Da a luz luego de nueve meses - dijo, mientras se sonrojaba y ocultaba la mirada.
- Oh, pero qué bonito, cuchi cuchi - dijo, mientras jugaba con un dedo sobre las manitas del bebé.
- Sí... nueve meses... el niño tiene apenas tres meses de vida - dijo entonces Milk.
Para quienes les cueste esta parte: si Milk tiene un hijo de 3 meses y estuvo embarazada 9 meses, el niño fue gestado hace 12 meses. Milk terminó con Goku a los 2 meses de embarazo, cuando se percató de que iba a ser madre, ósea, hace 10 meses atrás.
- Oh, ¿y cómo se llama?
- Pues, igual que su bisabuelo... su nombre es Son Gohan - dijo Milk.
Goku respondió asombrado, con los ojos abiertos de par en par...
- Es... es increíble... dios... ¡Qué... GENIAL! Se llama igual que mi abuelito - dijo, sonriendo de oreja a oreja.
- Así es, Goku, él es...
- ¡Es muy bonito! Y dime, ¿quién es su padre? ¿Lo conozco?
- No, Goku, espera... no estás entendiendo...
- Mira qué cosita más linda, es pura mamá, ¿eh?
- Goku, él es tu hijo.
- ¿Mi hijo? ¿Pero de qué cosas estás hablando, mujer? Yo no tengo hijos, es tuyo - dijo tontamente.
- Es... porque es nuestro hijo.
- ¿Nuestro? Pero si se llama igual que su bisabuelito, es imposible que sea hijo mío.
- ¿Por qué, Goku?
- Porque mi abuelito es el que se llama Gohan.
- ... Goku... el abuelo de un padre es el bisabuelo del hijo.
- ¿Cómo? Ah, no entiendo. Solo sé que tienes una bonita cría entre tus brazos.
- Sí, y mira que tiene cola... como tú.
- Oh, qué coincidencia.
- ¡GOKU, ÉL ES TU HIJO! - gritó Milk enojada.
- Ah, bueno.
Y sí... Goku se enteró de que era padre ese día... dios, qué locura, ¿ahora qué iba a hacer? Simplemente haría lo que mejor sabía hacer en esta clase de situaciones. Se paró, se dio media vuelta, abrió la cortina del box y dijo:
- Adiós Milk, voy a expandir mis horizontes, ya es hora de dejar esta isla, el mar me esta llamando. - decía, mientras se quitaba la ropa de medico a un lado del box y se colocaba sus ropas habituales.
¡¿Pero qué desgraciado?! ¡¿Al menos explica por qué lo haces, carajo?! ¡¿Es porque el Cipher Pol o alguna mamada?! ¡Dilo como es! ¡Dios, harás que yo mismo, quien te narra, odie a este personaje! ¡Ah... bueno, será...!
Es por esta razón que Goku salió corriendo del consultorio, buscó algo que comer en el camino y se dirigió al puerto, en busca de cualquier malandro que le quisiera sacar de la isla gratis y sin costo de envío, un pasaje de ida sin retorno.
Eran las 7 am. Su padre, Bardok, ya estaba listo y preparado para desayunar. Su rutina con él siempre era la misma: comía toneladas de huevos por las mañanas, entrenaba un poco y salía a trabajar a la consulta que quedaba a un par de cuadras de la casa. Mientras tanto, Goku se preparaba unos kilos de carne en su propio hueso y tazones de arroz. Entrenaba a deshora, pero lo compensaba corriendo atrasado todas las mañanas para llegar a tiempo al trabajo.
Bardok solía abrir las instalaciones temprano en las mañanas; a eso de las 8:30 am ya se podía empezar a consultar en la clínica local. No tenían sistema de urgencias, pues no tenían personal para trabajar 24/7. Sin embargo, eran bien conocidos por los abuelitos y la gente del sector. Era una consulta mal remunerada a veces, pero servía para traer comida a la boca. Y como comían en cantidades, realmente no se percataban de lo exitoso que realmente era el negocio.
Como todos los días, Goku ayudaba a los ancianitos a cruzar la sala, apoyaba a su padre en la consulta y aprendía todo lo que podía, aunque no se le grababa nada. Era un cero a la izquierda... ¿Quién pone a un tonto como médico? Bueno, ¿qué se le va a hacer? Las ancianitas del lugar solían traerle dulces o hablar de él, diciendo cómo lo recordaban de niño cuando llegaron a la isla. Bardok estaba orgulloso de él; era un buen discípulo, algo olvidadizo, pero perfecto para hacerse cargo del negocio familiar cuando él se retirase... o al menos, ese era su plan.
Para poder hablar de esta clase de cosas, hay que remontarse un poco al pasado. Goku, en una época jovial de su vida (a principios del año pasado), se enamoró de una princesa, o al menos, eso es lo que cuenta ella, pues era ella la que babeaba por Goku, quien apenas notaba su presencia. Esta jovencita se llamaba Milk. Era morena de piel clara, venía de una familia adinerada, era un buen partido, sabía combatir y amaba ver a Goku meterse en peleas porque sí. Además, tenía una extraña fijación por el hecho de ser el "doctor Goku" quien la atendió ese día que se torció el tobillo dando un paseo por el barrio.
Nada, la mujer se enamoró. Goku no le prestó mayor atención, pero aun así, estuvieron saliendo durante un tiempo. Ella le daba de comer y él su compañía. ¿Qué mejor? Todo un galán. Ni se acordaba de su cumpleaños o su color favorito y ella siempre lo perdonaba, típico.
El asunto es que, obviamente, entre ellos florecería el amor de una manera más... para adultos. Y obviamente, esta parte no la contaremos... pero, como Milk era una mujer bastante recatada y muy pudorosa, no quiso ver más a Goku, terminando con él un día tras unos pocos meses de noviazgo.
Bueno, a Goku realmente no le importó. Él siguió con su rutina diaria y sus quehaceres típicos. Así fue hasta este día, este día que lo cambiaría todo.
Bulma, la muchacha atractiva de pelo celeste y bellas curvas, era quien atendía en recepción. Ella tenía una lista de pacientes, y pues, era alguien muy peculiar en su forma de gastarle bromas a la gente. Solicitó a Goku que fuese al Box número 5. En ese box se encontraría un paciente que le esperaría mientras terminaban de atender a otras personas.
Pero Bulma, ¿por qué tengo que ir yo? Puede ir mi padre - dijo replicando, mientras comía los caramelos que le habían regalado.
Ya, ya, Goku. Ya estás grande, puedes encargarte de esto. Además, es un control rutinario que debes hacer - dijo ella, mientras empujaba al musculoso doctor hacia el área de atención.
Volveremos a retroceder el tiempo... esta vez, en la juventud de Goku. Goku había peleado con un tal Pilaf, alguien con una recompensa. Su estilo de combate no era tan peculiar, pero al menos era más atlético que varios en la isla, y gracias a esto, pudo enfrentarse fácilmente a este maleante de poca monta. Freezer, su casero, fue uno de los testigos de esta pelea. Pudo ver las aptitudes de Goku y rápidamente, utilizando un simple Denden Mushi, llamó a ciertas autoridades para que se hicieran presentes... Goku no lo sabía, pero Freezer antiguamente era un miembro del Cipher Pol, y tras demostrar sus habilidades en combate, su poco intelecto y su gran credulidad, era un aspirante perfecto para ser moldeado a gusto por gente importante y así, poder convertirlo en una herramienta del gobierno a la cual manejar entre los civiles... pero, dentro de esto, él aprendió algo... cuando perteneces a una organización como esta, tu familia, tus amigos, todos son puntos débiles, todos ellos siempre tendrán una diana en su espalda... más vale desaparecer... pero Goku? Goku aun no lo hacía... aun estaba ahí, expectante a tener una vida cotidiana y común y reportarse de vez en cuando, como una especie de agente estático en este pueblo tan cómodo y una vida tan apaciguada que había generado en Tequila Wolf. Es por esta razón, por esta única razón en específico, que cuando Goku ingresó al Box número 5 y vio a Milk sosteniendo a un bebé en sus brazos, simplemente dijo:
- ¡Oh, Milk! ¡Tanto tiempo que no te veía! ¿Cuánto es? ¿Casi un año?
- Diez meses, para ser exactos - dijo la joven Milk.
- ¡Y mira, ya sos mamá!
- Sí, Goku, es lo que pasa cuando una mujer se embaraza. Da a luz luego de nueve meses - dijo, mientras se sonrojaba y ocultaba la mirada.
- Oh, pero qué bonito, cuchi cuchi - dijo, mientras jugaba con un dedo sobre las manitas del bebé.
- Sí... nueve meses... el niño tiene apenas tres meses de vida - dijo entonces Milk.
Para quienes les cueste esta parte: si Milk tiene un hijo de 3 meses y estuvo embarazada 9 meses, el niño fue gestado hace 12 meses. Milk terminó con Goku a los 2 meses de embarazo, cuando se percató de que iba a ser madre, ósea, hace 10 meses atrás.
- Oh, ¿y cómo se llama?
- Pues, igual que su bisabuelo... su nombre es Son Gohan - dijo Milk.
Goku respondió asombrado, con los ojos abiertos de par en par...
- Es... es increíble... dios... ¡Qué... GENIAL! Se llama igual que mi abuelito - dijo, sonriendo de oreja a oreja.
- Así es, Goku, él es...
- ¡Es muy bonito! Y dime, ¿quién es su padre? ¿Lo conozco?
- No, Goku, espera... no estás entendiendo...
- Mira qué cosita más linda, es pura mamá, ¿eh?
- Goku, él es tu hijo.
- ¿Mi hijo? ¿Pero de qué cosas estás hablando, mujer? Yo no tengo hijos, es tuyo - dijo tontamente.
- Es... porque es nuestro hijo.
- ¿Nuestro? Pero si se llama igual que su bisabuelito, es imposible que sea hijo mío.
- ¿Por qué, Goku?
- Porque mi abuelito es el que se llama Gohan.
- ... Goku... el abuelo de un padre es el bisabuelo del hijo.
- ¿Cómo? Ah, no entiendo. Solo sé que tienes una bonita cría entre tus brazos.
- Sí, y mira que tiene cola... como tú.
- Oh, qué coincidencia.
- ¡GOKU, ÉL ES TU HIJO! - gritó Milk enojada.
- Ah, bueno.
Y sí... Goku se enteró de que era padre ese día... dios, qué locura, ¿ahora qué iba a hacer? Simplemente haría lo que mejor sabía hacer en esta clase de situaciones. Se paró, se dio media vuelta, abrió la cortina del box y dijo:
- Adiós Milk, voy a expandir mis horizontes, ya es hora de dejar esta isla, el mar me esta llamando. - decía, mientras se quitaba la ropa de medico a un lado del box y se colocaba sus ropas habituales.
¡¿Pero qué desgraciado?! ¡¿Al menos explica por qué lo haces, carajo?! ¡¿Es porque el Cipher Pol o alguna mamada?! ¡Dilo como es! ¡Dios, harás que yo mismo, quien te narra, odie a este personaje! ¡Ah... bueno, será...!
Es por esta razón que Goku salió corriendo del consultorio, buscó algo que comer en el camino y se dirigió al puerto, en busca de cualquier malandro que le quisiera sacar de la isla gratis y sin costo de envío, un pasaje de ida sin retorno.