Alguien dijo una vez...
Bon Clay
Incluso en las profundidades del infierno.. la semilla de la amistad florece.. dejando volar pétalos sobre las olas del mar como si fueran recuerdos.. Y algún día volverá a florecer.. ¡Okama Way!
[Aventura] [T4] Lo que oculta la nieve
Octojin
El terror blanco
Joder, ¿otra vez? ¿Otra vez os ha liado vuestro capitán? Si yo no me quiero meter, de verdad, pero ya os vale... Os habéis dejado liar de nuevo por el gran Silver. Liante por excelencia y mercader de éxito. Pero bueno, vosotros sabréis cómo salís de esta, la verdad. Yo solo vengo aquí a contar cosas y que vosotros reaccionéis. Ahora, por un módico precio... Le devolvemos la liada al capitán. Tengo el DM abierto. En fin, vamos con lo que vamos...

El cielo sobre Skjoldheim está cubierto de nubes grises que dejan caer un ligero y persistente manto de nieve. Nieve... ¿Eso es divertido? Para los niños al menos sí. La temperatura helada se siente como un mordisco en la piel, pero la escena frente a los recién llegados es lo suficientemente impresionante como para hacer olvidar el frío momentáneamente. ¿De qué está hecha esa gente? Hay incluso algunos con mangas cortas, mientras que la gran mayoría no llevan ni abrigo. Me está entrando frío, de verdad.

El muelle, fabricado con madera gruesa y oscura para resistir el clima extremo, está lleno de actividad. Hombres y mujeres de gran altura, con una musculatura que evidencia una vida de trabajo arduo, van y vienen cargando cajas que, aparentemente, lucen pesadas. Algunos incluso llevan el pescado recién capturado; otros, fardos que parecen contener ropa pesada y abrigada. El aire está impregnado de sal, humo y un leve aroma a pescado, complementado con el crujido de la nieve bajo los pies de los trabajadores y el estruendo de los carromatos que iban y venían.

Más allá del bullicio del puerto, se alzan los hitos que definen a Skjoldheim. En el horizonte, el imponente Salón de Hrothgard se erige como un símbolo de la autoridad local, su estructura de piedra y madera parece diseñada para resistir cualquier tormenta. El tejado, cubierto de nieve, está decorado con grabados y tallados que representan escenas de batallas y mitología local. A su lado, destaca el Astillero, un lugar casi tan grande como el salón, con barcos a medio construir que sobresale como gigantes dormidos entre el caos controlado de los carpinteros. La curiosidad es que los barcos son algo distintos a los que tenéis bien vistos en vuestra vida pirata. Son llamados Drakkar y tienen un estilo completamente diferente. Parecen mucho más rápidos aunque menos preparados para las batallas navales.

Dominando el panorama, el Monte Asgeir se alza con una majestad imponente. Sus picos nevados parecen tocar el cielo, y los rumores decían que en sus profundidades se escondían secretos ancestrales, protegidos por la misma montaña desde tiempos inmemoriales. No sé qué tendrán de cierto esos rumores, pero lo cierto es que llaman la atención, ¿no? A los pies del monte, se pueden prever senderos que serpentean a través de los bosques que lo rodean, ocultando sus misterios bajo una fina capa de hielo y árboles perennes.

A pesar del bullicio del puerto, la atmósfera que reina es de calma casi solemne. Los habitantes de Skjoldheim trabajan con eficacia y poco ruido, sus interacciones son rápidas, prácticas y carentes de adornos innecesarios. Apenas se ven gestos exagerados ni voces alzadas, solo el ruido constante del esfuerzo colectivo, más allá de alguna que otra orden. Todo tiene un orden que parece rozar la perfección.

Entre los trabajadores y locales, la estatura superior a la media es inconfundible. Incluso los niños que corretean cerca de las embarcaciones son más altos que muchos adultos en otras islas. Algunos visten capas gruesas de lana y cuero, con botas forradas para protegerse del frío. Otros llevan armas a la vista, principalmente hachas y espadas, no tanto por ostentación como por costumbre en una tierra donde la supervivencia lo exige.

A medida que la nieve sigue cayendo suavemente, cubriendo los techos y los carromatos, el viento trae consigo retazos de conversaciones en un idioma marcado por una pronunciación dura y gutural, que se os puede antojar sumamente complicado de replicar, si es que quisierais. Sin embargo, los lugareños también parecen cómodos hablando el lenguaje común de los mares, adaptados al comercio y las visitas ocasionales de forasteros.

Yo diría que os podéis encontrar en una encrucijada. Desde donde estáis, veis tres caminos principales que se extendían hacia el interior. Os podéis dirigir al Salón de Hrothgard, donde seguramente os podáis encontrar a las autoridades locales o cualquier información relevante sobre la isla. Otra opción es explorar el Astillero, un lugar lleno de actividad y donde tal vez escuchéis los rumores de los carpinteros y marineros que frecuentan el lugar, aunque parece más un sitio que llame la atención si la madera es tu hobby. Por último, quizá os pudierais aventurar hacia los senderos que llevaban al Monte Asgeir, una elección más arriesgada pero también la más tentadora para quienes buscan descubrir los secretos ocultos de la isla. ¿Qué habrá allí arriba? ¿Qué os encontraréis en la subida?

El frío comienza a calar hasta los huesos, pero la energía del lugar os parece transmitir un desafío que debéis llevar a cabo. Y todo empieza por decidir qué hacer en esta isla. Tenéis varias opciones, y cada una tendrá sus consecuencias. Os diría que votarais, pero al final haréis lo que diga Silver. Así que suerte, camaradas.

Bienvenidos!
#1


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