¿Sabías que…?
... el famoso anime One Piece, del año 1999, está basado en el también famoso manga One Piece. Otra curiosidad es que el autor de ambas obras es Eiichiro Oda.
[Aventura] Campanas Nupciales [Aventura Akuma T5]
Wenzaemon D. Shangrila
Asesino del Ocaso
Da igual en que lugar del mundo nos encontremos, desde las ardientes arenas del desierto más infernal del mundo, a unos gélidos e inhóspitos fiordos próximos al polo norte. El ser humano siempre estaría presente en todos lados sucumbiendo a un deseo ancestral y latente en todos los miembros de su raza, el hambre de poder. Una búsqueda insaciable que caracteriza a todos los seres vivos en la competición constante que supone la jerarquía entre las especies, buscando ser la cima de la cadena alimenticia e imponerse sobre las otras especies sin ser molestados, un instinto animal primordial. Y que era presente incluso en las razas inteligentes y conscientes, las cuales ya no es que simplemente no pudieran librarse de un instinto tan primitivo y ancestral, sino que son los seres que más persiguen el poder aun. Un ser humano es consciente de su debilidad, de su fortaleza y sobre todo es paranoico de contemplar la posibilidad de que algo lo sobrepase y por eso sigue buscando más poder de forma constante e ininterrumpida.

Y en ocasiones estos cruces con el poder nos llegan de la mano del destino o el azar. Una mera coincidencia pone en nuestro camino una posibilidad que no estábamos barajando hasta ese momento y que nos podría hacer dar el siguiente gran paso. O como ocurre en múltiples ocasiones, igual monopolizar ciertos poderes no nos beneficie en nada, pero evite que los usen en nuestra contra. Todo ya depende de como cada cual maneje lo que cae en sus manos y como decida proceder.

Seria en aquella isla cercana al Polo Norte, donde tu Mayura, fuiste golpeado en la cara por el destino. Era un día nublado, con el cielo tapizado de tonos grises y oscuros, el viento del norte azotaba sin ninguna piedad a quienes eran demasiado débiles como para soportarlo, aunque por fortuna aun no iba acompañado de nieve, la cual ya pondría en jaque a los más valerosos guerreros poniendo la resistencia al frio de todos a prueba. Pero nos debemos volver a centrar en el viento y no en la nieve, un viento fuerte capaz de derribar algún barril vacío que anduviera abandonado frente a una taberna, que podría arrastrar a algún niño que no fuera sujeto del brazo de su madre. Y que arrastraba papeles en el aire como el que golpearía tu cara hermoso Pavone.

Espero que no lo lances o rompas de forma brusca producto de un ataque de ira por la cómica escena. Puesto que el contenido de dicho documento era bastante importante, casi podríamos decir que era una valiosa pista hacia un tesoro que albergaba un gran poder. Se trataba de un alabaran de compra de una tienda local "El Buitre Azabache", en dicho documento se menciona la adquisición por parte de dicha tienda de nada más y nada menos que una Akuma no Mi, uno de los diabólicos tesoros del mar tan codiciados y buscados por todos. El documento estaba un poco dañado, tal vez por algunos roces o golpes mientras el viento lo llevaba, por lo que no podías leer el nombre de la fruta que figuraba en él. No obstante si logras leer perfectamente la cifra de mil millones de berries que se ha pagado por dicha fruta, sin duda esa tienda acaba de arruinarse completamente con esta compra, ya puede haber sido la compra de su vida para el hombre.

Es una cuantía exagerada en todos los aspectos, nunca habías visto tantos ceros juntos en una compra en tu vida y mucho menos un producto que llegara a valer tanto. Aunque todo el mundo sabe que las Akuma no Mi son valiosas, esto sobrepasaba por mucho lo que normalmente la gente pagaría por una fruta misteriosa o cualquiera, esto tenia que tratarse de algo muy jugoso y gordo. No se si es lo bastante jugoso como para que te pique la curiosidad, pero sin duda alguna si no es poder lo que buscas, mínimo la fortuna relacionada con dicho producto te deberá interesar seguro. Al fin y al cabo todo pirata que viaja por el mar en esta era busca alguna de esas tres cosas, si no todas, fortuna, fama y poder...

INFO
#1
Mayura Pavone
El Pavo Real del Oceano
Isla Skjoldheim, Mar del Norte, Día 5 de Invierno, Año 724



El viento gélido azotaba el rostro del lujosamente encapuchado Mayura mientras avanzaba por las calles desiertas de Skjoldheim, sintiendo el frío colarse hasta los huesos a pesar de las múltiples capas de ropa que había tomado la previsión de llevar. La isla no parecía ser amable con los visitantes; su clima había sido terrible desde que habían llegado hace dos días, y sus montañas más bien parecían glaciares que advertían que este territorio no era para que cualquiera pudiera sobrevivir en ella. Pero el bello, refinado y único Pavo Real del Océano no era alguien que se dejara intimidar por pésimas condiciones climáticas, su sentido de la aventura y ganas de encontrar aquel barco fantasma que había escuchado en su primera noche al llegar a la isla, le despertaron las ganas de caminar por la misma en busca de más información y desmantelar más secretos.
 
El estruendo del viento y la ocasional sacudida de los barriles vacíos rodando por el puerto parecían conformar la única música de bienvenida, aquella que daba la noticia de que el protagonista había iniciado su aventura. Las calles estaban desiertas, de seguro porque nadie en su sano juicio se quedaría afuera por mucho tiempo con semejante tormenta helada amenazando con desatarse, pero el histriónico pirata no, el continuaba con su paseo disfrutando de las auroras boreales que se podían visualizar en el cielo, pensando en aquel barco fantasma.
 
Afortunadamente, el destino no tenía intenciones de dejarlo vagar sin encontrar nada que le entretuviera además de las bellas luces del cielo. Sin previo aviso, un golpe extremadamente frio en el rostro lo hizo frenar en seco. El sonido del impacto se mezcló con el ruido del viento, y Mayura, con una expresión de indignación más que de sorpresa, arrancó el objeto de su cara con un ademán dramático. — ¡¿Quién osa desafiarme?! — Exclamó impregnando su típica teatralidad en cada palabra. Sin embargo, cuando vio lo que tenía entre sus manos, su furia efímera se transformó en una ceja arqueada de curiosidad.
 
No era más que un simple pedazo de papel, o al menos eso pensó antes de leerlo. Un documento viejo, azotado por el viento y el clima, con las esquinas arrugadas y manchas de suciedad cubriendo algunas partes. No obstante, no era cualquier papel, sino un documento de compra, de una extremadamente interesante. Mayura recorrió con la mirada el contenido, su mente funcionando más rápido de lo que sus dedos enguantados podían alisarlo.
 
"El Buitre Azabache. Compra de… Akuma no Mi. Cantidad: 1,000,000,000 berries ." Todos eran pensamientos fugaces que incrementaban la adrenalina de su cuerpo, haciéndole olvidar completamente el misterio del barco fantasma por un momento, evaluando la posibilidad de poder adicionar una interesante fruta a su colección, una que sin duda su tan querido capitán le felicitaría de una manera especial. El Pavo Real del Océano sintió que su respiración se pausaba por un instante analizando su situación, eran mil millones, no diez, no cien. Sino mil malditos millones de berries, era claro que aquel sujeto había sido estafado, pero también existía la posibilidad de que se tratase de una fruta muy especial.

¡Por todos los cielos! ¿Qué fruta del diablo podría valer semejante fortuna? — Mayura casi dejó caer el papel en la nieve, mientras se preguntaba para sí mismo si podría ser la fruta del pavo real que tanto anhelo durante sus años de vida o si era algo aún mas exótico como una criatura mística o un poder más allá de la comprensión humana. En cualquier caso, como buen comerciante, arqueólogo, aventurero y recolector, Mayura entendía que las Akuma no Mi eran valiosas, pero incluso en el mercado negro, raramente superaban los cien millones, quizás más si se trataba de una Zoan Mitológica o una Logia excepcional. Pero ¿mil millones? Ni siquiera el mismo Mayura, que había pasado por su buena dosis de excentricidades en la vida, podía imaginar qué tipo de poder debía albergar semejante fruto.
 
¿Realmente valía la pena este precio? Y más aún, ¿quién había hecho esta compra? ¿Y qué tan desesperado estaba por obtenerla? Su primera intención fue girarse sobre sus talones y volver con Alpha para informarle de lo que había encontrado, pero algo lo detuvo. Era mejor llegar con la sorpresa y las manos llenas en lugar de simplemente perder la oportunidad dando la noticia del posible tesoro, Mayura era el dedo índice de The Hand of Destiny, era el campeón que destacaba por señalar y actuar a su manera, pudiendo operar perfectamente solo. Por ende, ahora que se encontraba con una oportunidad única y completamente inesperada, no podía dejarla pasar.
 
Mayura dobló el documento con cuidado y lo guardó en su chaqueta mientras retomaba el paso, esta vez con un nuevo objetivo en mente. — El Buitre Azabache, ¿eh…? — Murmuró para sí mismo, con una sonrisa depredadora dibujándose en sus labios. La fortuna y el poder caminaban de la mano. Y si había algo que Mayura Pavone jamás ignoraría, era una invitación a formar parte de la obra más relevante del momento. Ahora solo le tocaba caminar en dirección a ese Buitre Azabache y ver si lograba parar en la tienda que buscaría activamente a pesar de las condiciones climáticas, ya sea preguntando en tabernas, buscando algún o accidentalmente dando con el, encontraría al Buitre Azabache como de lugar. 

Pero no todo pasa como lo esperaba, justo ahí rugió su estomago, sin embargo, afortunadamente andaba con un sashimi guardado y perfectamente empacado, comiéndolo en medio de la calle para inmediatamente terminar, continuar con su búsqueda como lo tenia previsto.


Mayura Pavone ha consumido Sashimi Deluxe. Cantidad restante: 0

Sashimi Deluxe
Sashimi Deluxe (CHF003)
Es una exquisita selección de finas y frescas lonchas de pescado crudo, como atún, salmón y pez toro, acompañadas de pulpo y vieiras. Dispuestas artísticamente sobre arroz, y acompañada con guarniciones de diferentes verduras de temporada ralladas, hojas de shiso y un toque de wasabi. Cada bocado ofrece una experiencia de sabor.
Aumenta +10 [Reflejos] y 25 [Energía Maxima]
Plato - Tier 3



Personaje

virtudes y defectos

pasivas

inventario
#2
Wenzaemon D. Shangrila
Asesino del Ocaso
En efecto se trataba de un gran golpe de destino el hecho de que aquel pedazo de papel rompiera tu actual monotonía. La búsqueda del barco fantasma que tanto tenia obcecado a tu capitán y toda la banda en general, por ahora estaba anclada en un punto muerto a la espera de encontrar algún nuevo hilo del que tirar para seguir la cadena de pistas. Pero encontrar ese hilo en una isla es lo mismo que buscar una aguja en un pajar, es cuestión de paciencia, moverse y esperar el momento oportuno. Al igual que la hora del día puede hacer entrar la luz del sol en el granero suficiente como para que sus rayos se reflejen en la aguja, haciéndola brillar en el pajar, vuestra tripulación deberá moverse y aguardar el momento de encontrarse en el sitio y momento correcto para que el siguiente indicio del barco fantasma se presente ante vosotros.

Y por eso mismo era una grandiosa fortuna para ti el poder abstraerte un poco en una aventura individual y personal en busca de un tesoro, que si lo que dice el alabaran de compra de tus manos es cierto, era francamente jugoso. Una búsqueda de fortuna y poder a partes iguales, sin lugar a dudas esto te podría hacer famoso por el mar del norte, de lograr echarle el aguante a dicho premio. Aunque mínimo te daría una posición muy relevante entre los miembros de la banda, no todos los días un miembro volvía a casa con una Akuma no Mi tan valiosa debajo del brazo, si lo logras y tu capitán es justo, te deberías volver su favorito casi en el acto.

Para lograr tu objetivo tocara ponerse en marcha y avanzar, desde luego que quieto no lograrías nada de nada.  Pero en cuanto intentaste encaminarte hacia el lugar prometido, un instinto de la naturaleza de todo ser vivo hizo acto de presencia en ti, algo inevitable pero notoriamente molesto, el hambre. Un rugido de tus entrañas te advertiría que hacia un buen rato que andabas deambulando sin un objetivo fijo sin darle combustible a ese hermoso cuerpo que tienes, un aviso directo por parte del mismo de que antes de embarcarte a una pequeña aventura tenias que llenar el deposito de combustible. Pero por fortuna contabas con buen platillo de sashimi empacado para comer en momentos de emergencia como estos, que dadas las bajas temperaturas del North Blue no hacia falta mucho para que estuviera perfectamente conservado, de hecho si las temperaturas caen un poco más igual se te congelaba la comida y tenias que buscar como deshacerla, pero por fortuna no era el caso y pudiste llenar tu estomago.

Pudiendo de nuevo retomar la marcha hacia el Buitre Azabache, una tienda encargada de hacer prestamos y ciertos depósitos de objetos a modo de fianza para sacar financiación, aunque también tasaban ciertos artículos y los revendían ellos, el típico negocio que se aprovecha bien de la gente desesperada. Lo que como todo negocio de dicha naturaleza, también hacia tratos con comerciantes del extranjero para conseguir ciertos productos que no se pueden obtener normalmente en la isla, algunos a la vista por su tienda y otros que conviene negociarlos en la trastienda. Un sitio que tiene muchas sombras en su interior a las cuales es mejor no asomarse si uno quiere beneficiarse de los recursos de dicho establecimiento sin acabar perdiéndose en el bajo mundo más oscuro.

El Buitre Azabache era una ubicación de la que era fácil enterarse, no era de extrañar que hasta tu, un recién llegado, la tuvieras ubicada, puesto que todo el mundo rumorea y comenta que si necesitas dinero allí debes ir, si buscas lo que nadie más tiene, allí debes ir, si estas desesperado allí debes de ir. Algo que sin duda encaja en las primeras búsquedas de información de casi cualquier criminal o pirata que acabe pisando la isla. La tienda se encontraba en las afueras de la ciudad, no muy lejos, pero lo bastante para quedar algo resguardada entre arboles y unas primeras formaciones rocosas. Ideal para que quien estuviera interesado pudiera llegar a ella de forma discreta y oculta sin llamar la atención, no obstante habia un camino bien formado que guiaba hasta el lugar, no debía estar ni a cinco minutos andando tranquilamente del pueblo. Un local accesible, pero con opciones para ir discretamente.

Pero en cuanto habrías alcanzado el lugar, la escena que te encontrarías no era para nada la esperada. La estructura de piedra y madera robusta de dos plantas y un gran sótano oculto, que debía estar bien resguardada y oculta entre los arboles, estaba destrozada. La propia casa se encontraba partida por la mitad, como si una persona hubiera abierto una sandia de un golpe de hacha y luego con las manos y una fuerza monstruosa se hubiera separado la estructura abriendo el edifico hasta su sótano en dos, revelando multitud de baratijas, objetos y cajas que habia en el interior del lugar, casi todos destrozados completamente por la brusquedad con la que se destruyo el edificio, parte de la estructura derrumbada cubría las demás cosas. E incluso en medio de todo ese caos, una voz tenue se quejaba de dolor debajo de múltiples vigas de madera y restos de piedra, de los cuales asomaba una mano herida y ensangrentada desde debajo.
#3
Mayura Pavone
El Pavo Real del Oceano
Mayura se sentía afortunado y emocionado por el día que llevaba, primero había conseguido un documento comprado a un panda en la mañana y ahora se encontraba de camino a una tienda que pareció haber comprado una akuma extremadamente rara. Mientras se dirigía al Buitre Azabache, el crujido de la nieve bajo sus botas marcaba el ritmo de su avance, disfrutando de los árboles desnudos gracias al invierno tan frío. Tras tomar el camino más fácil, aquel que no requería de mucho sigilo, pudo visualizar como la silueta de la tienda reconocida entre criminales se empezaba a dibujar ante él.
 
La tienda no fue difícil de encontrar, su reputación la precedía y Mayura, como buen pirata erudito explorador-mercader-aventurero-arqueólogo-comerciante-recolector, sabía que en cada rincón del mundo existían lugares como este, donde la desesperación se vendía a precio de oro y la avaricia se disfrazaba de oportunidad. Desgraciadamente, la escena que lo recibió no era la de un refugio para transacciones clandestinas ni el punto de encuentro de mercaderes ambiciosos. La estructura yacía partida en dos, abierta de manera grotesca como si una bestia colosal hubiera desgarrado su interior con garras monstruosas. Las vigas quebradas sobresalían como huesos rotos, y los restos de cajas, muebles y objetos valiosos quedaban desperdigados en el suelo, algunos aplastados por el colapso del edificio.
 
El Pavo Real del Océano frunció el ceño con visible desagrado, su mano derecha elevándose para apartar un mechón de su cabello antes de posarse en su cintura. Esto no parecía ser obra de un simple robo, era un ataque deliberado, brutal y desproporcionado, algo completamente inusual en este mismo tipo de lugares que solían fungir como ambientes neutros para todo tipo de negociaciones. “¿Acaso habrá sido por lo que me encontré?” Pensó mientras descendía unos pasos más por el sendero que conducía a los escombros, permitiendo que su capa ondeara con la brisa invernal mientras sus ojos analizaban la escena con un destello de aguda observación.
 
Fue al que llegar que lo escuchó. Un gemido, tenue pero inconfundible, resonando de entre los restos del edificio. Su mirada descendió hasta los escombros más cercanos, donde una mano ensangrentada asomaba temblorosa entre las vigas caídas. El elegante pirata ladeó la cabeza con expresión pensativa, dejando que el silencio pesara un instante. — Bueno, esto sí que complica las cosas. — La frase se salió de sus labios con la indiferencia de alguien que no se sorprende fácilmente, aunque su curiosidad ardía en su interior como un fuego latente.
 
Se arrodilló junto a los escombros, sus guantes de cuero rozando la madera quebrada mientras analizaba la situación, tratando de entender lo que había pasado en aquel lugar. — No me malinterpretes, querido desconocido. — Murmuró con un tono casi melódico, apoyando un codo en su rodilla mientras observaba la mano herida. — No soy médico ni buen samaritano, ni nada por el estilo, pero digamos que tu situación me ha puesto en un dilema… porque si alguien ha hecho esto, me temo que lo que busco podría estar en sus manos y no en las tuyas. — Dio un suave golpe con los nudillos contra una de las vigas, calibrando su peso. Si quería información, el pobre desgraciado atrapado debía estar con vida el tiempo suficiente para hablar.

— Dime, ¿sigues lo bastante entero como para darme respuestas? Porque si tienes algo útil sobre la supuesta akuma que compraron a un precio interesante, podríamos llegar a un acuerdo. Si no… — Finalizó encogiendo sus hombros, como si el destino de aquel hombre ya estuviera sellado y el Pavo Real del Océano delataba que no planeaba interferir. Después de todo, no iba a arriesgarse sin motivo, pero si aquel sobreviviente tenía información sobre la Akuma no Mi o el responsable de esta masacre, entonces tal vez, solo tal vez, valía la pena intentar salvarle la vida. De lo contrario, lo dejaría a su suerte e inspeccionaría el local tratando de encontrar algún rastro sobre lo que había sucedido.
#4
Wenzaemon D. Shangrila
Asesino del Ocaso
El panorama que se extendía frente a ti era francamente desolador. Una noticia que no tardaría en correr por la isla como la pólvora estallando. Al fin y al cabo uno de los principales ejes económicos de la isla habia sido completamente arrasado y destruido. Era difícil saber el origen de toda esa destrucción, pero sin duda se trataba de algo equivalente a las fuerzas de la naturaleza, como si un mismísimo tornado hubiera nacido en el interior de la tienda y hubiera destruido la misma para liberarse al exterior, pero claro, eso era improbable a todas luces.

Conforme te acercabas al lugar con sumo cuidado y curiosidad podrías notar mejor los detalles de como la madera que formaba la estructura habia sido quebrada y partida con una fuerza abrumadora, y por la brusquedad que se podía apreciar en la ruptura claramente no era algo accidental como un fallo de estructura o un terremoto que hubiera provocado un fallo en la integridad arquitectónica del lugar, esto era obra de alguien, alguien muy fuerte, bruto y violento. Y seguramente muy grande de tamaño por las formas que podrían ser traducidas como dedos gravados en la madera por la fuerza con la que debieron arrancar la fachada del lugar hacia los lados para abrir como un una calabaza el edificio, algo que para otros habria pasado inadvertido, pero tu ojo agudo de explorador y aventurero te hacia fijar mejor en los pequeños detalles que se ocultan a simple vista.

Con un vistazo rápido del lugar serias capaz de notar como todo habia quedado revuelto o roto por la brusquedad de la apertura, lo que fuera que buscaban debía estar en el sótano, porque rompieron el suelo para llegar a él con cero delicadeza y cortesía, lo cual habia roto aun más cosas y dejado todo en mucho peor estado. Sin duda buscaban algo concreto y les daba igual la tienda y todos los demás productos, igual rebuscando se encontraba algo aun en buen estado aprovechable, pero claro tocaba buscar entre la runa y los platos rotos, que literalmente habia mucha vajilla esparcida en pedazos por el lugar. Un trabajo que todos los vagabundos y sin techo de la isla desempeñarían de maravilla en cuanto la noticia de la destrucción de este lugar llegara a sus oídos. Lo cual seguramente te hacia pensar, que esta destrucción era algo fresca, es decir reciente, al no estar en el pueblo el lugar podía pasar un poco inadvertido, pero difícilmente esto podría haber ocurrido ayer y que nadie se hubiera enterado aun en el pueblo, es probable que el incidente se produjera entre la madrugara y la mañana.

Pero los pensamientos se verían interrumpidos por los quejidos, débiles y sin fuerzas ya, de una persona atrapada bajo la runa, su mano se mostraba visible y cubierta de sangre bajo las vigas de madera y los restos de piedra que actuaban como aislante de la pared. Que hacer era una buena pregunta, alguien frente a ti necesitaba ayuda, pero sin lugar a dudas tu no eras un buen samaritano y mucho menos alguien que fuera a mancharse las manos gratis, faltaría menos. 

Tras analizar un poco la estructura derrumbada te fijarías que era fácil de retirar por partes empezando con las vigas caídas superiores, al menos fácil desde tu posición, para el tipo enterrado bajo todas ellas era imposible, por lo menos habia que retirar unas pocas de forma ordenada como quien desmonta una torre de naipes buscando que no colapse toda la estructura - Ayud... la akuma... se... se la llevo... esa maldita... cerda de.... Magra... Ayúdame... Por favor... Se donde... Se la llevo... - Diría con su voz cortada por la falta de aire que sus pulmones estaban sufriendo, cada palabra que escupia desde debajo las piedras era un sufrimiento, pero reunía todas sus fuerzas para recitarlas, incluso sacándolo de allí era difícil que sobreviva sin algún tratamiento o unos primeros auxilios, aunque seguramente te será fácil de encontrar algo así entre los restos de la tienda a un experimentado aventurero como tu. Aunque tal vez no te interese ayudarlo, ya te dio un nombre, otra persona podría ayudar a dar información sobre la tal Magra; por otro lado desenterrarlo no era tan difícil, podría aportar más información valiosa, de todas formas que podría hacer un hombre herido contra el gran Mayura. Y bueno siempre quedaba la tipica de ayudarlo, sacarle toda la información y luego rematarlo argumentando que era para ahorrarle sufrimiento.
#5


Salto de foro:


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