
Sasurai
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09-02-2025, 02:03 PM
20 de Invierno, Fiordos de Skjoldheim
Sasurai se había integrado más o menos bien en la tripulación del Escuadrón Ulykke, conociendo poco a poco a sus diferentes integrantes y haciendo lo posible por ganarse su confianza. Aún así había algo que le inquietaba, y era la sensación de no aportar nada al grupo. Había tenido la esperanza de que necesitasen un cocinero cuando Umibozu le ofreció ir con ellos, pero la realidad era que su capitán ya sabía mucho más que él de cocina. En el departamento de combate, en caso de que lo hubiese, también parecía claro que el pelirrojo era el peor del grupo. No había visto a los otros luchar, pero solo viendo su equipo y su porte era obvio, y eso sin mencionar que la mayoría eran enormes al lado suyo. Por último estaba la navegación y las tareas del barco, donde de nuevo era un cero a la izquierda, habiendo viajado siempre como pasajero sin tener que hacer nada más que tumbarse a esperar, por lo que no tenía ni idea de cómo hacer correctamente nada de lo que la operación de la nave requería.
Era por esto que el pobre intentaba ofrecer su ayuda y ser de utilidad siempre que podía, temiendo que aunque les cayese simpático, si no aportaba nada, cualquier día lo echasen del barco. No era tampoco un miedo existencial, pues había estado muchos años solo y no le preocupaba volver a estarlo, pero la verdad era que estaba a gusto y empezaba a ver las ventajas de viajar en grupo, por lo que prefería seguir con ellos.
Así pues, se había ofrecido a ir junto con algunos más a buscar provisiones por los fiordos de Skjoldheim, dado que pronto volverían a emprender travesía. Por supuesto tampoco tenía ni idea de cómo sobrevivir o encontrar víveres en un clima como el de la isla, especialmente en medio del frío invierno, pero el treintañero nunca había dejado que la falta de conocimiento le impidiese hacer nada, o cuanto menos intentarlo.
Adentrándose en la nieve con esfuerzo pero con una sonrisa, intentando que su actitud positiva compensase su falta de habilidad, el pelirrojo se encaminaría hacia los árboles más cercanos, suponiendo que donde había vegetación sería más probable encontrar animales o alguna otra cosa que se pudiese comer.
- Bueno, ¿Aquí qué se come? -
Preguntaría dirigiéndose a quienes le acompañasen, con la esperanza de que alguien le diese una pista sobre qué se suponía que estaban buscando.Era por esto que el pobre intentaba ofrecer su ayuda y ser de utilidad siempre que podía, temiendo que aunque les cayese simpático, si no aportaba nada, cualquier día lo echasen del barco. No era tampoco un miedo existencial, pues había estado muchos años solo y no le preocupaba volver a estarlo, pero la verdad era que estaba a gusto y empezaba a ver las ventajas de viajar en grupo, por lo que prefería seguir con ellos.
Así pues, se había ofrecido a ir junto con algunos más a buscar provisiones por los fiordos de Skjoldheim, dado que pronto volverían a emprender travesía. Por supuesto tampoco tenía ni idea de cómo sobrevivir o encontrar víveres en un clima como el de la isla, especialmente en medio del frío invierno, pero el treintañero nunca había dejado que la falta de conocimiento le impidiese hacer nada, o cuanto menos intentarlo.
Adentrándose en la nieve con esfuerzo pero con una sonrisa, intentando que su actitud positiva compensase su falta de habilidad, el pelirrojo se encaminaría hacia los árboles más cercanos, suponiendo que donde había vegetación sería más probable encontrar animales o alguna otra cosa que se pudiese comer.
- Bueno, ¿Aquí qué se come? -
Turnos sin comer: 1/5