¿Sabías que…?
... Eiichiro Oda empezó la serie con la idea de terminarla en 5 años, pero se dio cuenta de que en esos 5 años que la trama ni siquiera llegaba al 50%.
[Común] [C-Pasado] Cuervo de lobos II
Illyasbabel
cuervo de lobos

Illya sintió un escalofrío recorrer su columna al escuchar las palabras del líder. Sabía que su vida estaba a punto de cambiar para siempre, para bien o para mal. Respiró hondo, tratando de calmar el frenético latido de su corazón y la insoportable presión de la incertidumbre. Aunque estaba nervioso, su determinación no flaqueaba, ni mucho menos sus ganas por formar parte. Había llegado demasiado lejos como para retroceder ahora.

 Los cazadores lo observaron con interés mientras el líder lo guiaba fuera de la cabaña. La noche había caído por completo, y el aire frío cortaba como cuchillas a través de la ropa de Illya. Sin luz, salvo por la de las estrellas, apenas discernió las siluetas de los cazadores que lo acompañaban en silencio. Caminaban en fila, siguiendo un sendero estrecho que ascendía hacia lo más alto de las montañas. Finalmente, llegaron a un claro rodeado por altos pinos, un lugar apartado del mundo, donde solo los ecos de la naturaleza rompían el silencio. El líder se volvió hacia Illya y, con un gesto simple, le indicó que se adelantara. En el centro del claro, el suelo estaba cubierto de marcas y cicatrices de viejas y nuevas batallas, aparentemente un lugar de entrenamiento. Parecía un sitio destinado a duelos y pruebas, donde los débiles no tenían cabida.

 Sin decir una palabra, el líder sacó una daga de su cinturón y la lanzó a los pies de Illya. -Tu prueba es simple - dijo, su voz grave resonando en el claro. -Debes enfrentarte a uno de nosotros... Si sobrevives, si demuestras que eres digno de ser llamado cazador, tendrás un lugar entre nosotros.-

 Antes de que Illya pudiera reaccionar, uno de los cazadores, un hombre alto y fornido con una cicatriz que cruzaba su cuello, dio un paso adelante, empuñando una gran espada de aspecto imponente - ¡Ven aquí pequeño cuervo! - Exclamó. Su expresión era seria y no mostraba signos de compasión. Illya se agachó para recoger la daga, sintiendo el peso de la responsabilidad en sus manos. Sabía que la batalla sería feroz y que no habría margen para errores. Se colocó en posición defensiva mientras desplegaba ambas alas para brindarle apoyo en sus movimientos, completamente dispuesto a luchar con todo lo que tenía.

El silencio se hizo pesado en el aire, mientras los dos se miraban fijamente. De repente, el cazador avanzó con la velocidad de un rayo, su espada cortando el aire con un silbido mortal. Illya reaccionó por instinto, esquivando apenas el ataque, mientras su corazón latía con fuerza. Su mente trabajaba a mil por hora, buscando una oportunidad para contraatacar, pero hasta el momento no tenía posibilidades, se preguntaba si esto era un duelo o un dictamen de muerte...

 La lucha se volvió un baile de vida y muerte, con cada movimiento cuidadosamente calculado. Illya, aunque más pequeño y menos experimentado, usó su agilidad y astucia para evitar los golpes letales, buscando brechas en la defensa de su oponente. Sabía que un solo error sería su final, pero también que no podía permitir que el miedo lo dominara.

Finalmente, después de lo que pareció una eternidad, Illya encontró su oportunidad. Con un movimiento rápido y preciso, logró desviar la espada de su oponente y, en un solo movimiento, lanzó la daga hacia adelante, apuntando a un punto vital de su oponente, pero en su sublime movimiento, al mover centímetros la espada de su Rival, dejo que esta se desviara hacia uno de sus ojos y consecuentemente dejar tuerto al pequeño Illya.

El cazador gruñó de dolor, retrocediendo un paso mientras la sangre brotaba de su herida. Pero no cayó. A pesar del dolor, esbozó una sonrisa feroz, y con un último esfuerzo, lanzó un ataque final. Illya, agotado y herido, apenas tuvo tiempo de reaccionar. Saltó hacia atrás, alejándose del alcance de la espada mientras sostenía la sangre de su ojo, y, en un instante de claridad, se lanzó sobre su oponente, derribándolo al suelo gracias a la habilidad de sus alas que le permitieron elevarse, y por sorpresa, caer sobre su pesado rival.

Los dos rodaron por el suelo, luchando por el control. Illya sintió el frío acero de la espada rozar su piel, pero no se rindió. Con un grito de desesperación, logró desarmar al cazador, y finalmente, se encontró encima de él, con la daga apuntando directamente a su corazón.

El claro quedó en silencio absoluto, solo interrumpido por la respiración pesada de ambos. Illya temblaba, no solo por el esfuerzo, sino por la realización de lo que había logrado. El cazador debajo de él lo miró a los ojos, y en ese instante, ambos supieron que la batalla había terminado. Illyasbabel no bajó la daga, pero tampoco la usó. En lugar de eso, se levantó lentamente, dejando que su oponente se incorporara. El líder, que había observado todo el combate, se acercó y asintió con aprobación. -Has demostrado tu valía, pequeño cuervo- dijo, su voz firme pero con un toque de respeto. -Bienvenido al Gremio del Lobo Plateado, a partir de ahora serás nuestro cuervo de lobos... - rio, al mismo tiempo que le asignaba su nuevo apodo. Las palabras resonaron en el corazón de Illya, que apenas podía creer lo que había sucedido. Había pasado la prueba., había demostrado que era digno, ahora, finalmente, era uno de ellos.
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