Hay rumores sobre…
... un algún lugar del East Blue los Revolucionarios han establecido una base de operaciones, aunque nadie la ha encontrado aun.
[Común] [C - Pasado] El dinero viene y va.
Baltazar Bonez
Dr.Bonez
Mientras que el chico de piel ceniza seguia recorriendo las calles a paso apresurado, maldecía por lo bajo en el problema que le había producido un simple ovillo de lana. De igual manera, maldecía que tuviera que haber emputado a un solarian. Después de todo cualquier que solamente tuviera dos piernas tendría problemas con seguirle el paso gracias a su agilidad, pero esto era completamente diferente. Aquel solarían parecia estar decidido en atraparle. El área la cual el contrario podia observar sobrevolando las calles en general era un gran problema para Bonez, sin contar que aquella raza se destacaba por tener una excelente vista, haciendo que se le hiciera aun mas complicado el poder escapar de aquel chico de cabellos dorados.

No obstante, la tarde le daba algo de ayuda, ya que gracias a esos últimos rayos de sol que le entregaba la tarde, lograba verse la sombra de aquel tipo sobrevolando las callejuelas por donde estaba escapando y la manera en la que este aterrizaba en uno de los edificios  cerca de su posicion. A pesar de intentar pasar desapercibido, Bonez podia ver aquella ancha sobra que producia su cuerpo en contraste con el sol, dejandole claro que ahora Gavyn estaba mirandole desde cierta distancia aunque siempre  en movimiento para no perderle de vista. 

De la nada  aquella presencia alada se desvaneció tan rapido como habia aparecido entre los borde de los techos de  la zona de mercaderes, aun asi cuando giro la cabeza de manera breve pudo ver su figura sobre uno de los edificios. Visualizarlo no era difícil, era tan sutil como una gargola sobre casas de barro.  El problema es que era alguien bastante agil, haciendo que fuera dificil estar atento a cada uno de sus movimientos cuando el intentaba pasar entre la gente y dificultarle la vision de su movimineto.

De pronto lo pudo ver claramente,  lo observo por el rabillo del ojo por sobre las telas  que actuaban como techos  de toldos improvisados que se colocaban en del mercado, ahi  se encontraba figura alada de aquel hombre que parecia tenerlo bien vigilado, haciendo que Bonez rápidamente mirara hacia adelante y volviera a maldecir por lo bajo,. "Mierda, desde esa posición tiene una ventaja  demasiado grande" dice a si mismo, antes de ver aquel almacén de aquel anciano que alguna vez ayudo con deshacerse de un grupo de piratas que le pedían  dinero a cambio de no destrozar su local, decidiendo meterse a toda prisa para poder evitar la vista de halcón de aquel tipo. 

Una vez dentro, Baltazar cerro la puerta con fuerza,  suspirando un poco mas relajado mientras que escuchaba a aquel hombre de 46 años acercarse a donde se encontraba el,  puso inmediatamente una cara de preocupación al ver a Bonez respirar de manera tan agitada y haber cerrado las puertas de su local de aquella manera tan brusca.

¿Que sucede Bonez, otra vez con problemas con los tipos de las apuetsas clandestinas? pregunto aquel hombre antes de que Bonez le saludara con una leve reverencia de cabeza tomando la copa de su sombrero a la vez que mostraba aquel gesto.  Hey Fabián,  no es tan malo a decir verdad. pero tuve un altercado con un solarían que ahora parece querer saldar cuentas dice mientras que escucha como de un momento a otro se escuchan las pisadas de Gavyn sobre el techo del local Mierda, esta sobre nosotros dijo para si mismo, entendiendo que él solarian ya sabia donde se encontraba y ahora solo esperaba que saliera para poder caer sobre el aprovechando que parecia estar.

Podria ser que  aquel tipo tuviera ventaja en el aire, pero Bonez era un hombre de calle y conocidos, lo cual parecia serle beneficiosos en aquellos momentos. Hey Fabian ¿Aun tienes  aquella salida que hiciste para traer la mercancia desde el puerto? pregunto en voz tenue al mercader el cual soltó un suspiro con pesadez. 


Joder Bonez. Si no fuera porque te debo el que me ayudaras a deshacerme de aquellos pandilleros que querian el 40% de mis ganancias  te estaria sacando ya mismo de aqui a patadas dice antes de sonreir brevemente y se giraba marchando hacia la parte de atras de donde regreso con un llavero lleno de diferentes llaves, haciendole un gesto con la cabeza para que le siguiera a la bodega subterránea  en donde tenia todo almacenado. 


Lo se, y de hecho me averguenza tener que meterte en esto pero debo pedirte un ultimo favor. Te prometo que esto salda nuestras cuentas. dice tomándole el hombro mientras que el tipo duda por unos segundos antes de sonreir levemente. Ya dime lo que necesitas jodido carbon problematico. dice en un gesto amable con Bonez.

¿Aun estas conectado con los comerciantes de la zona.? Necesito que les hagas una llamada advirtiendo ue hay un ladron solarian por los tejados. Dice mientras que el tipo sorprendido solo asiente mientras que se gira a observar la ventana, no sabia si en realidad fuera verdaderamente un ladron ahi afuera, pero de todas maneras era alguien que mantenia su palabra y pagaba los favores, estando abierto a la idea de ayudar que Bonez pudiera escapar de aquel tipo que le estaba persiguiendo. Esta bien, tu ve hacia el puerto por la puerta de la bodega subterránea, yo le  avisare a los demas sobre aquel tipo que esta afuera, Dice antes de que Bonez le ofreciera una animada y amplia sonrisa, dandole una palmada en su brazo derecho. ¡Gracias viejo, te prometo que la proxima vez que venga te traere unas cuantas botellas de sake!

El chico de piel oscura se despide con aquella actitud  carismatica antes de cerrar la puerta tras de el, mientras que a su vez, Fabian marchaba hacia el Den Den mushi que tenia debajo de recibidor, llamando a los comerciantes para  poder informarle sobre un ladron que parecia estar rondando por los techos de la zona mercaderes, buscando darle tiempo  a su compañero para que pudiera  sacarse de encima a su persecutor-

La habilidad carismatica de Bones le habia librado por el momento de aquel tipo rubio que se habia tomado bastantes moelstias para poder atraparle, aunque pronto se daria cuanta que su buena racha no le duraria mucho. 

Bonez logro salir por aquella puerta subterranea que llevaba a una bodega cerca del puerto,  la cual Fabian usaba para poder transportar con mayor rapidez la mercaderia y liberarse de la constante congestion de las calles  de la zona de mercaderes, haciendo que una vez  Baltazar viera el puerto y oliera el aroma salado del viento marino nuevamente, su mente volviera a un estado un poco mas tranquilo, creyendo que por fin se habia deshecho de aquel tipo que se habia empesinado tanto en perseguirle.

Bueno, creo que sera mejor que me quede en algun bar de aqui cerca y esperar a que aquel plumifero termine cansandose de revolotear por la ciudad, dice con una sonrisa que derrochaba confianza,. Eso claramente hasta que  la expresión de su rostro cambia radicalmente al ver que  se habia encontrado cara a cara con la tripulación de la banda pirata de los "Red Sails". Este grupo pirata en particular tenia bastante rencor con Bonez al ser el culpable de haber destruido su barco en una noche de borrachera. Podría haber sido mera casualidad, pero explícale eso a un grupo de piratas que habia prometido poner tu cabeza en el mascaron de la proa de su nuevo barco. 

No sabia como habia terminado en aquella situacion, se suponia que todo habia salido perfecto, era un plan sin fisura alguna. Pero gracias a los caprichos de la suerte, ahora no solo era un simple solarian quien le perseguia, sino  toda una banda de piratas que  gritaban desenfrenados por la cabeza de Bonez, el cual corria por las calles solo gritando y correindo por las calles de la ciudad, siendo seguido por aquella gran polvareda producida por ese increible numero de piratas que iban tras el.
#11
Gavyn Peregrino
Rose/Ícaro
Hace tiempo no sentía algo de adrenalina corriendo por mis venas, al menos no por una situación relativamente “inofensiva” como la que estaba aconteciendo en este momento, lo último que esperaba al llegar a Kilombo es que un ladronzuelo escurridizo intente robarme, lo logre, pero lo que había alcanzado ni siquiera era el dinero que traía sobre mí, sino la bolsa de papel madera que contenía la compra más reciente que había hecho, ahora que me sentía especialmente inspirado: Un ovillo de lana. Deseaba poder alcanzarlo, quitarle el ovillo que tanto deseaba y me pertenecía, solo para enroscarlo a la altura de su nuca, de modo que la cómoda fibra natural obtenida de una, probablemente, desprevenida y esponjosa oveja, fuese el final para este mocoso que intentaba escapar de mis garras. Definitivamente las esquinas, los callejones, las curvas que elegía, así como los sitios techados ya sea con madera, chapa o toldos, eran opciones de lo más esperables, pero efectivas.

Si quería atraparlo tendría que tomar medidas mucho más drásticas de las habituales. Este hombre puede que no fuese el mejor mentiroso o un ladrón increíble y audaz, pero sin duda era un ratón escurridizo que estaba más que determinado a atrapar. Es por eso que, cuando no salió del almacén, batí mis alas suavemente para elevarme ligeramente, evitando así de forma activa que mis pasos se escuchen contra el metal que cubría la estructura. Peiné con una mirada de lo más veloz el techo y localicé un tragaluz, no era lo suficientemente grande como para dejarme entrar, pero seguro que sí para permitir que vea que había dentro. Me acerqué con movimientos silenciosos de mis alas, colocándome en dirección contraria al sol para que mi sombra no se cuele por el tragaluz y me incliné, bajando el visor de aviador, mientras me posaba lentamente para asomarme.

El eco del lugar grande y no tan vacío trajo a mis oídos una interesante charla:

Cita:. – Hey Fabian ¿Aún tienes aquella salida que hiciste para traer la mercancía desde el puerto?

. – Joder Bonez. Si no fuera porque te debo el que me ayudaras a deshacerme de aquellos pandilleros que querían el 40% de mis ganancias te estaría sacando ya mismo de aquí a patadas.


Esa era la voz de un hombre mayor, sin duda, no podía tener menos de cincuenta años, las inflexiones que se daban típicamente en la voz de las personas mayores aún no aparecían en las de él. Esto me dejaba saber aún más cosas sobre el buen Bonez, resulta que llevaba más tiempo del que esperaba en la isla, entonces sería un local, o alguien que había llegado hace unos años a la isla, buscando algo nuevo, escapando o intentando mejorar su vida. Observé a ambos hablar apresuradamente, lo malo era que la salida y entrada de mercancías que tenía el hombre adulto llamado “Fabián” definitivamente no estaba sobre la tierra. Chico listo. Pero aún tenía una buena referencia: El Puerto. Y ¿Dónde iría un criminal que intenta escapar de su perseguidor? Bueno, a los lugares en los que se sentía más seguro o cómodo, o los menos esperados. Eran múltiples opciones, por lo que debía arriesgarme.

Volví a agitar mis alas con un chasquido de lengua y bajé el visor sobre mis ojos, colocando los auriculares, que cancelaban el sonido del viento al volar, en su lugar. Estaba indignado ¿Yo el ladrón? Que querría robarle a este pequeño intento de ladronzuelo, definitivamente no iba a conseguir nada llevándole la contraria, no, después de todo el hombre que le acompañaba y le prestó las llaves parecía confiar en él, y yo era un desconocido. Un desconocido que llevaba persiguiéndole por un buen rato, buscando lo que era suyo… Me sorprendía que Fabián no se diera cuenta que el bribón moreno estaba engañándolo, quizás se encontraba en negación, pero eso no importaba ahora mismo, mi prioridad era atrapar a Bonez y quitarle lo que era mío. Mis plumas se hincharon por la indignación antes de volver a su estado liso habitual, las acaricié suavemente, acicalándolas para asegurarme de que estaban allí. Maldita sabandija. Ahora que sabía que intentarían perseguirme decidí tomar mi propia ruta de escape, ascendí desde el techo a una altura considerable, suficiente para evitar que los comerciantes intenten alcanzarme y, sin perder tiempo, volé hacia el puerto.

Ahora… Si fuese un comerciante ingenuo que intenta ubicar una puerta secreta en el puerto para eludir cualquier robo ¿Dónde la colocaría? Tan pronto como llegué al puerto me posé en un edificio lo suficientemente alto de la zona de comerciantes, con una vista panorámica favorecedora, era similar a una atalaya para vigías, solo que no había nadie allí, de momento, debían estar en descanso. El olor de la brisa marítima era algo familiar para mi, que convivía con ella casi todos los días. Lo último que esperaba, por supuesto, es que mi presa estuviera siendo perseguida por… Bueno… Una banda de piratas… Esto definitivamente llamaría la atención de la marina, por lo que, para evitar tener un encontronazo con cualquier soldado, seguí a los piratas y Bonez por encima de los techos, escondiéndome de las miradas indiscretas del grupo y del ladronzuelo, en algún momento el moreno subiría y sería mi momento de emboscarlo.

O intentaría otra de las suyas y me arrojaría sobre él, pero, mientras tanto, quería dejar que mástique vidrio.

. - ¿Quién lo diría? La balanza se inclina a mi favor de alguna forma. -Me reí entre dientes, cambiando el ritmo de mi respiración para evitar cansarme pronto.
#12


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