Hay rumores sobre…
... una isla del East Blue donde existen dos escuelas de combate enfrentadas. Estas escuelas hacen especial referencia a dos personajes de la obra original.
[Aventura] [T3] Cerrará la herida, pero quedará cicatriz.
Byron
Hizashi
Antes los comentarios y burlas de sus camaradas por el lapsus mental que arruinó aquella caminata envuelta en gloria, el muchacho no pudo dar una réplica convincente. Su rostro rojo como un tomate por la vergüenza ocasionada, y unos ojos que intentaban evitar la confrontación directa con la de sus propios compañeros, sí, el joven no llevaba nada bien ser el centro de atención por hacer el ridículo. Ante aquella situación inevitable, cuando estos se agotaron de soltar comentarios hirientes sobre lo zopenco que podía llegar a ser, chasqueó la lengua mientras se ajustaba los guantes de cuero, para posteriormente meterlos de forma agresiva en sus holgados bolsillos con un aire de resignación y balbuceo.

- Tch, estos hijos de puta no dan tregua, que listos son ellos, que me siguieron sin más, sin preguntar. ¿Quién es más tonto, el tonto o el tonto que sigue al tonto? Eh listillos de los cojones.- Y tras esto, simplemente siguió al grupo liderado por la hiena, con unos andares que reflejaban lo ofendido que se sentía.

Una vez llegaron a la plaza central de Rostock, el horror estaba presente, protagonizando una escalofriante escena. Un pequeño grupo de personas siendo auxiliados por la tragedia ocurrida, frente a ellos, postrados en el suelo, horrorizados y desprotegidos, con sus ropas teñidas del característico color de la sangre seca. Los sollozos de esa pobre gente erizaban la piel del capitán, la ciudad que simbolizaba su comienzo había sido mancillada por rufianes de poca monta, frunció el ceño molesto y apretó la mandíbula, de haber acabado con ellos antes esto no habría pasado.

Erguido en la plaza, por su lado pasaron dos individuos de avanzada edad, gente local, que cargaban con barreños llenos de agua enturbiada por la sangre. Mascullaban comentarios inconformistas, hartos de la situación que provocaban los bandidos de la zona, las ayudas no llegaban nunca, actos como estos quedaban impunes para la gente de a pie, pues los poderosos no movían sus manos para salvar a los débiles. Escuchó atentamente cada sílaba pronunciada, la frustración implícita en sus palabras, y miró a sus camaradas uno a uno, hasta finalmente pararse en Vesper. Clavó sus pupilas en las suyas, era tan clara la expresión del joven de pelo violeta, que Vesper sabía exactamente que pensaba, todo mientras escuchaba las palabras de Kael y sus dudas.

- Sí, podría decirse que no es nuestro problema de no ser las mismas personas, pero...- Dijo seriamente, con un tono de voz más profundo de lo normal.- Todo apunta que si son los mismos cobardes, aunque, de no serlo, aunque suene egoísta, acabaríamos con ellos también.- Cogió aire.- Esta isla es un símbolo, una ciudad que encarna nuestro comienzo, no permitiré que unos bastardos manchen eso... Este es el lugar donde los piratas Hizashi, nacieron, la gente de esta isla, es nuestra gente.- Miró a Vesper de nuevo, sonriéndole, y asintiendo firmemente.- Así que, a por ellos...

Entonces vio como Baltazar se acercó a aquellos dos ancianos, que miraban extrañados al chico de tez oscura, quizás fuese cosa de su piel, o quizás simplemente se sentían incómodos al encontrarse desconocidos entrometidos después de la catástrofe. Se acercó junto a él, para escuchar lo que su camarada quería conseguir, colocando la mano en su hombro una vez llegó a su misma ubicación para mostrarle complicidad y escuchó atentamente su proposición, para finalmente añadir.

- Disculpen señores, no nos miren así, les aseguro que yo también odio a los entrometidos, pero esta vez seguramente agradezcan una mano amiga.- Dio una palmada en la espalda de Baltazar, con la suficiente fuerza como para casi hacer caer su sombrero.- ¡HIE HIE HIE! ¡Díganme! ¿Son los bandidos de la cueva? Creo que les vendrá bien saber que sus problemas han acabado, esos inútiles no verán el amanecer de mañana.

COSAS DE INTERÉS
#11
Vesper Chrome
Medical Fortress
Decididos acabar con aquellas personas, caminábamos con desdén hacia donde había obtenido información anteriormente, al sur, donde se encontraba aquella cueva que según muchos quien entra, no vuelve a salir, al menos no en una sola pieza. Sentía el apoyo de una familia que estaba dispuesta a darlo todo por mis ideales, y hace bastante tiempo que probablemente era esto lo que necesitaba, en vez de estar negándome a unirme a cualquier tripulación que me proponía irme a navegar el mar con ellos. Pero justo ahora no había trabas mas que la que estamos dispuestos a resolver este día, y eso era lo único importante.
 
En nuestra caminata parecida a una película de High School Music, nos encontramos con unos ancianos que llevaban al parecer agua un poco sucia, pero aquel olor era evidente, para una Hiena como yo, era sangre y evidentemente algo había pasado, me parecía haber conocido a esos ancianos de antes, al final llevo cuatro años viviendo en este pueblo. Pero aquellos heridos, la verdad es que no los conocía de nada. —Abuelo Charles, Abuelo Fredrick, ¿Qué pasó aquí? — Les pregunté a los ancianos tras haberlos reconocido. Me había acercado suficiente a ellos como para que me reconocieran de inmediato.
 
—Tranquilo Kael, nos dirigimos al sur de todos modos. — Le respondí a mi compañero de tripulación. —He vivido en este pueblo durante poco mas de cuatro años, no pienso irme y dejar las cosas asi como están, al final de cuentas, los bandidos de este pueblo son la misma mala calaña que los marines que lo habitan. —  Bonez ya se había acercado hablar con ellos también, y antes de poder brindar mi ayuda él lo hizo, le dediqué una sonrisa psicótica como esas que me encanta dar, en mis ojos solo había una sed de venganza digna de una maldita hiena desesperada, pero la diferencia es que ahora no estaba solo. —Eso es Bonez, nosotros nos encargaremos de ese problemita antes de partir. — Ese hombre y yo a pesar de ser tan diferentes, tenemos tantas cosas en común que era irónico.
 
Y ahí se encontraba nuestro capitán, dando su discurso de siempre, era algo icónico de él, ya era algo que le permitíamos hacer, al final de cuentas, mientras nos lidere bien, le seguiré hasta la muerte, pero no es necesario que el lo sepa. —Por supuesto ricitos de plata, tienes toda la razón, esta isla es donde nacen los piratas Hizashi y donde una hiena se hizo por primera vez, de una familia. — No intentaba ser cursi ni nada por el estilo, pero la realidad era eso, y justo ahora tenia la sensación de que debíamos hacer algo para acabar con aquellos bandidos, de lo contrario las cosas se pondrán peor, hoy fueron estos forasteros, pero en el futuro pueden ser esos ancianos, y la marina evidentemente no está por hacer nada en su contra.
 
—Charles, Fredrick, nosotros nos vamos a encargar de eso, pero, ¿Creen que realmente fueron ellos? — Pregunté a los ancianos con un tono de tranquilidad, pero claro, estaba acumulando todo dentro de mí, para desatar la ira contra los malditos que han causado muertes y problemas constante en todo Rostock.
#12
Drake Longspan
[...]
Drake Longspan observaba la escena con la mandíbula apretada, los ojos fijos en los heridos. La rabia burbujea por debajo de su calma, pero mantiene el control. Un niño, tranquilo a pesar de las heridas, lo hace recordar su propia infancia, aquellos días en los que todo parecía estar fuera de su control, cuando el miedo era la única compañía.

No le sorprendió ver ese tipo de dolor en las personas. Lo había visto demasiadas veces, y es lo que le motivaba en gran medida a seguir, lo que le empujaba a dar cada golpe en la vida. Pero esta vez no es solo él el que pelea. La gente a su alrededor tiene algo que ver con él. Algo en su interior le dice que, por fin, algo debe cambiar.

Hace un gesto con la mano, como quitándose el pensamiento de encima, y se aproxima a la gente herida sin prisa, pero con decisión. Sus ojos recorren sus rostros, no solo buscando respuestas, sino también registrando las señales de lo que ocurrió, analizando las huellas del enfrentamiento.

Sus vendas se tensaron al igual que sus músculos.

Esto no es solo un asunto de unos malnacidos más. Aquí hay algo más grande que no podemos ignorar. ¡Oi!

Su mirada luego se centra en el niño, intentando no mostrar que algo en su interior ha sido tocado. No es fácil ver a un crío tan sereno en esa situación, mucho menos a uno que, probablemente, ha vivido algo similar a lo que él vivió.Vuelve su mirada hacia el capitán, casi de manera instintiva, como si buscará en él la señal de lo que deben hacer a continuación.

¿Cuál es el siguiente paso, desplumado?

En cuanto dice eso, su rostro grave y su mirada fija y rojiza se centran en los ojos del pequeño. Algo en esa calma inexplicable, en ese comportamiento tan ajeno a la edad del niño, le arrancó un suspiro. Sin pensarlo, se quita una de las vendas más limpias y mejor conservadas de su equipo. La envuelve con rapidez y la extiende hacia el niño, dejándola caer sobre su hombro.

No te va a quitar todo el dolor, pero al menos te va a ayudar con las heridas.

Con un último vistazo al niño, Drake vuelve a centrarse en lo que realmente importa ahora. Con un leve movimiento de cabeza, se acerca al capitán, su tono claro y decidido.

Capitán, ¿qué hacemos ahora? 

Esta vez su voz fue directa, sin adornos. La ira por lo que ha sucedido en el pueblo burbujea en su interior, pero aún así esperaba una orden, la señal de su líder. Kilombo había sido también su hogar durante muchos años, pero estaba dispuesto a seguir ordenes hasta el final.

Resumen
#13
Gavyn Peregrino
Rose/Ícaro
Levanté la mano para acercar la solapa de la chaqueta de aviador hacia mi rostro, cubriendo mis labios que se crisparon hacia arriba ante el arrebato de molestia del ahora capitán de la tripulación y el rosa que floreció en un rápido rojo, pintando sus mejillas pálidas con facilidad pasmosa. No lo diría aunque me preguntaran, pero resultaba divertido molestar a algunos de los tripulantes, tenían reacciones muy divertidas en lo que a mí respectaba, y sembrar el caos también estaba a la orden del día. Podía replicar fácilmente quien era el tonto en esta situación y… Nikkei aun llevaba ese puesto, de momento, después de todo realmente no lo estaba siguiendo ciegamente, simplemente estaba viendo hasta donde llegaba, e incluso si lo siguiera, era más por desconocimiento, lo que me hacía un ignorante, no un tonto, es decir, todavía estaba a tiempo de cambiarlo.

Recogiendo los hombros con desenfado ante el balbuceo del hombre de cabello lila, continué caminando detrás del grupo, esta vez siguiendo la dirección de Chrome, quien realmente tenía idea de a donde íbamos, por supuesto, si no había problemas en el camino nadie podía estar satisfecho, especialmente no si nos encontrábamos lidiando con una banda de asesinos y ladrones, al parecer. La escena al llegar a la plaza central de Rostock no era más que desalentadora, el gentío que se agitaba por las calles lucía completamente aterrorizado, muchas de las personas que conformaban la muchedumbre se encontraban ayudando a un pequeño grupo de personas que no estaban en el mejor estado, por decirlo de forma amable. Su ropa estaba mancillada por la sangre al igual que sus rostros, por los cuales descendían hilos del mismo líquido espeso y carmesí que bajaba lentamente por los pómulos, trazando ríos de sangre.

El grupo herido estaba conformado por tres mujeres, dos hombres y un niño, todos lucían como si les hubieran dado una paliza, y escuchar su historia volvió más reveladora la situación, además que trajo recuerdos para nada deseados a mi mente, guardé las manos en los bolsillos de mi chaqueta, apretando los puños para mantenerme al margen de la situación, de momento, necesitaba pensar racionalmente, no actuar de forma impulsiva. Recopilé la información, no solo aquella que dieron las víctimas, sino también mis compañeros… Suspiré de forma exasperada por dentro. Mis ojos se posaron en cada una de las personas del grupo de comerciantes, fijándome en el niño particularmente, estaba demasiado tranquilo para la situación traumática que habían vivido hace no poco tiempo, quizás era el shock, pero resultaba algo extraño además ¿Qué hacía un grupo de comerciantes de Dawn vendiendo pieles al otro lado del East Blue? Literalmente su isla se encontraba en el otro extremo del mapa.

La intervención de Bonez sería de utilidad en esta situación, a pesar de las miradas que estaba recibiendo el moreno, no estaba seguro de porqué, después de todo, en este momento, se presentaba como una persona simpática, no como el ladronzuelo que realmente era. Lo pensé con detenimiento y supuse que la mayoría del pueblo se conocía, mientras que Bonez era un extraño, al igual que el resto de nosotros, excepto Chrome y Longspan, quienes parecían haber vivido por varios años en la isla. En pocas palabras, desconfianza por la situación que pasaron los comerciantes y por la aparición repentina de personas que no tenían idea quienes eran, sino fuese por la presencia del doctor y el brazos largos, podríamos ser confundidos con facilidad con aquellos que robaron y golpearon a estas personas.

. – No quiero ofenderte, Nikkei, pero en realidad podrían ser grupos separados, acaban de decir que no vieron ni escucharon llegar a los asaltantes. Aunque la ubicación coincide con la que Chrome nos mencionó. –Murmuré al capitán– Pero podríamos ayudarlos, de todos modos, las personas a las que busca Chrome no se van a ir pronto de la isla probablemente, y podríamos obtener una pista en el proceso.

El inconformismo con los bandidos y la marina era notorio, no solo en Chrome y Longspan, sino en los pobladores en general, y evidentemente no estaban haciendo un buen trabajo si un grupo de asaltantes de esta calaña se les escapaba en una isla que poseía una base de la marina en toda regla…

Desvié mi mirada nuevamente a los comerciantes, para preguntarles con tono de preocupación y confusión– Disculpen, no quisiera abrumarlos, pero Rostock no es precisamente un punto de comercio, está un poco lejos de Isla de Dawn ¿No les supuso más problemas llegar hasta aquí para vender las pieles? Más aún con lo que les ha sucedido ahora.

No quería abrumar al grupo de comerciantes con más preguntas, pero me sentía algo desconfiado por la situación, es decir, más desconfiado de lo habitual. Rostock no era un pueblo grande, la isla no era un punto comercial, viajar de Dawn hasta aquí era un inconveniente demasiado grande para vender solo pieles y ¿Qué grupo de comerciantes no planea con anticipación por si acaso se les roba? En algún lugar debían hospedarse y guardar algo para estos casos… O definitivamente eran un grupo que se formó recientemente. Aunque tampoco podía indagar mucho sin ofender a las personas, sin mencionar que la tripulación ya había decidido ayudar. Sin duda estaba molesto por la inacción de la marina y la situación en la que estaban estas personas, pero algo me olía mal… Y no era toda la sangre.

Lo que me llevaba a pensar ¿Por qué maltratarían tanto a un grupo al que le querían robar? A menos que se defendieran, pero por lo que estaban contando, no era el caso, sino que les habían pedido a todas luces que les quiten solo el dinero y no las mercancías.

Información
#14
Atlas
Nowhere | Fénix
Vaya, se os ve un grupo bastante preocupado por el devenir inmediato de la gente que habita en Rostock y en Kilombo en general. ¿Acaso sois de esos piratas que realmente ansían solo la libertad propia sin pisotear a los demás? Si es así, a muerte con vosotros y, si no, tampoco importa demasiado. Yo sólo estoy aquí para conduciros por esta historia que lleva a la formación definitiva de vuestro grupo, ¿no?

Sea como sea, parece que Vesper tiene bastante claro que puede tratarse de los mismos bandidos y, aun en caso de que no lo fuesen, parece sensato al menos explorar la posibilidad. Le han dado una buena tunda a los mercaderes, desde luego, y no parece muy buena idea tener —en el peor de los casos— dos grupos de violentos malhechores acechando en los caminos. Varios de vosotros os aproximáis a los ancianos para intentar obtener algo más de información. Los abuelos se detienen en cuanto escuchan la voz de Vesper. Le conocen de la zona y confían en él, lo que disipa cualquier duda que pudiesen tener con respecto al resto del grupo.

—Nosotros no les hemos visto —dicen al tiempo que hacen saltar sus miradas de uno a otro de vosotros—, pero la descripción que ha dado esta pobre gente encaja a las mil maravillas con la de esas sabandijas. Han dicho que eran por lo menos doce, lo que también casa con los ataques que nosotros recibimos en el pasado, y además ha sido por la zona en la que suelen actuar. ¿Que podría tratarse de otro grupo? Pues sí, pero lo más probable es que sean los mismos desgraciados de siempre.

Mientras los viejos hablan y vosotros comenzáis a intercambiar opiniones, el muchacho al que Drake le ha tendido su venda la aferra con fuerza al tiempo que os mira. Mantiene esa actitud calmada que os comenté antes y, para sorpresa de todo el que le esté mirando, no usa la tela para cubrirse herida alguna. No la emplea para limpiarse el polvo o la suciedad o para que absorba parte de la sangre que mancha su atuendo. No, contra todo pronóstico se levanta, la ata en torno a su mano, muñeca y antebrazo derechos y lanza un puñetazo al aire. Es el débil golpe de un crío poseído por la frustración y la indignación, pero carga la decisión y el ímpetu de un verdadero guerrero. No sé a vosotros, pero a mí me interesaría seguir la trayectoria de ese muchacho en el futuro.

Gavyn, por su parte, no habla con los abuelos y decide indagar un poco más en el motivo de que los comerciantes estén en esa zona en concreto del East Blue. Desde luego, no es el lugar más intuitivo para iniciar una ruta comercial. Una de las mujeres que tienen el labio roto es la encargada de contestarte:

—Ha habido muchísima actividad en esta isla durante todo el verano, mucha más de la normal. No es la ubicación que mejor nos pilla con respecto a nuestra isla natal, lo sabemos, y la actividad mercantil aquí no es la más intensa del East Blue. Sí, todo eso lo sabemos, pero con tanto trasiego de personas confiábamos en encontrar aquí una nueva posibilidad de mercado. Nuestros competidores de Dawn normalmente no vienen hasta tan lejos, así que creímos ver una oportunidad... Pero nos lo han quitado todo. Nuestro plan era, nos fuese bien o mal, hacer un pequeño tour de vuelta a Dawn en el que intentar vender todo lo que nos sobrase. Sería un viaje largo y difícil, pero sobre el papel debía reportarnos suficientes beneficios como para que nos mereciese la pena. No había intenciones ocultas por nuestra parte, señor, si es lo que insinúa o se cuestiona.

Sus palabras son francas y directas y, al menos en apariencia, nada hace pensar que esté mintiendo, aunque bien podría tratarse de una mentirosa consumada y experta en el arte del engaño. La impresión que te dé, por supuesto, la dejo a tu interpretación. En cualquier caso, la mujer sigue hablando, esta vez mirando al doctor:

—La verdad es que no sé si les puedo decir algo que sea de interés. Íbamos por el desfiladero y nos asaltaron después de engañarnos con un carro situado en medio del camino. Había dos personas intentando empujarlo sin éxito y, cuando nos acercamos para preguntar qué les pasaba e intentar ayudarles, un montón de arcos y lanzas aparecieron en lo alto del desfiladero. El resto ya lo sabéis.
#15
Kael
El Fantasma del Mar
No daba crédito a la escena que estaba viendo. Éramos piratas, no marines, ¿para qué demonios íbamos a ayudar a ayudar a esta gente?. Para eso está la marina o las milicias locales. Nuestro objetivo era ir al Grand Line y conquistarlo todo por el camino, y en cierta manera, devolver parte de la paz que yonkous como Salazar habían roto allá por donde había pasado al derrotarle y reclamar para nosotros su territorio. Y ese era nuestro propósito aquí, había una persona en concreto a la que estábamos buscando y debíamos castigar o incluso matar, ¿que resulta que pertenece a un grupo? mejor incluso, así hay menos ratas en las alcantarillas al terminar el día pero a diferencia de las opiniones de mis compañeros esta isla no era nuestro territorio, por lo que no deberíamos si quiera preocuparnos por su bienestar, sólo por nuestra misión con Vesper, nada más.

Estaba con mi pelea interna hasta que vi que Vesper se refería a dos ancianos por sus nombres y hablan con él como si le conocieran toda la vida, de cómo Drake interactuaba con un niño preocupándose en cierta medida por él y como Gavyn intentaba sacar información al respecto. En otro momento me hubiera cruzado de brazos (metafóricamente claro, por la falta de un brazo) por este comportamiento e incluso me habría hasta enfadado por ello, pero llevaba ya un tiempo con la tripulación y por suerte estaba aprendiendo a ser otra persona mejor y no era el que era antes, aunque el camino podría llegar a ser bastante largo. -Se preocupan por la gente como yo me preocupaba por mi mujer - concluí en mi cabeza y suspiré.

Asi que simplemente levanté los hombros a lo "de perdidos al río" y escuché y dejé hablar a la mujer y reflexionandolo mientras lo decía se me ocurrió una especie de plan que comenté al grupo: - Se me está ocurriendo un pequeño plan pero no sé hasta que punto podría funcionar. La idea es pedir un carro prestado, o bien que Drake consiga reparar alguno e ir para allá y caer en su trampa a propósito. Hacer una emboscada a su emboscada. Podríamos poner una lona en el carro y fingir que son cosas de valor para intentar llamarles su atención, e ir Drake y yo por ejemplo conduciendo la carreta que somos los que menos podríamos salir dañados, y mientras vosotros rodeáis la montaña a la cima del desfiladero, especialmente Gavyn que puede ir volando, para encargaros de la gente con flechas y lanzas una vez piensen que ya nos tienen derrotados y bajen la guardia. Lo único es... Vesper, ¿tenías tu otra forma cuando ocurrió todo eso años atrás?, si el que venimos a buscar te ve podría reconocerte e intentar escapar, pero si no tenias tus poderes podríamos intentar engañarles si vas al combate directamente transformado.

Era un plan muy simple, pero hacer una emboscada en medio de un desfiladero era el plan más básico que podrían tener unos ladrones, y por su efectividad, parecía que no eran muy listos si esa era la estrategia que utilizaban. Aunque viendo la situación de la gente cercana, aunque fuera una estrategia muy básica claramente era efectiva para ellos. Con suerte si vamos Drake, Gavyn o yo delante no podrían hacernos mucho daño, o incluso ir yo solo conduciendo la carreta, pero no sabría decir hasta qué punto los enemigos sospecharían de esa situación puesto que estarían al tanto de que la gente supiera de ellos y que un loco vaya solo por una zona conocida por haber peligros significaba o que era un loco o que era una trampa hacia ellos.

Resumen de todo
#16


Salto de foro:


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