Hay rumores sobre…
... que existe una isla del East Blue donde una tribu rinde culto a un volcán.
[Autonarrada] [Tier 2 - Hato y Lobo] ¡Que vienen los realistas!
Lobo Jackson
Moonwalker
Lobo Jackson, el detective improvisado y bailarín a tiempo completo, observó con ojo analítico las manchas de sangre. Por triste que parezca, la sangre no parecía fuera de lugar en ese callejón tan siniestro y apartado. Un pequeño refugio para el crimen, cuna de la malicia y, a veces, escondite para realizar actos indecentes lejos del ojo público donde las únicas palabras que resuenan entre sus paredes son unos graznidos que se asemejan a un pato engullendo salami.

El lobo divisó sin dificultad la huella sangrienta que se alejaba del escenario del crimen en dirección opuesta, haciendo que el mink se inclinase hacia atrás con una posición invertida de 180º, quedando su rostro bocarriba y mirando de al revés.

- Alguien pasó por aquí no hace mucho... Y parece que tenía prisa, viendo la distancia entre las huellas. - Pensó Jackson, girándose como una cobra que se retuerce sobre rama de árbol hasta quedarse nuevamente recto. - Vemos hacia dónde nos lleva ese rastro. - 

A continuación, el mink sacó el pequeño carocolófono del bolsillo interno de su estilosa armadura, pulsando el lateral del caparazón para transmitir. 

- Aquí Lobo Alfa, siguiendo una posible pista-gara. De momento nada nuevo-gara, cambio y corto-gara.

Con aquella pequeña transmisión informó a su camarada Hato. Le transmitiría más información si encontraba un nuevo rastro o pista, pero por ahora esperaría a su respuesta.

Acercando al morro hasta el suelo sin llegar a tocarlo, el mink utilizó su olfato lupino para seguir el aroma de la sangre y sus huellas. Andaba por el callejón con los brazos hacia atrás, como un buitre que intenta despegar, hasta que sus pasos le llevaron hacia una de las avenidas principales de la ciudad. El ajetreo causado por los ciudadanos en su ir y venir traía sin cuidado a Jackson, que siguió con la cara cerca del pavimento y haciendo aspavientos con los brazos, causando que la gente se apartase tras su paso y le mirase con extrañeza.

Algunos se preguntaban si aquel extraño licántropo era el héroe del Oykot del que tanto habían oído hablar, pero sus miradas parecían poseer una extraña capacidad magnética en el mink. Cada vez que alguien se quedaba mirando a Lobo Jackson, este se giraba con agilidad para dedicarle un guiño o un gesto repleto de carisma. El Lobo no podía permitirse dejar de lado a sus fans ni durante los tiempos más aciagos.

El morro del lobo se topó contra una puerta de madera bien lustrada justo cuando la última huella despareció en el felpudo adyacente. Tan solo hizo falta un vistazo para darse cuenta del lujo que presentaba aquel hogar de ostentosa fachada, el sitio perfecto para refugiar a la creme de la creme de la burguesía.

- Así que el asesino o testigo es un ricachón, ¿eh? Pues se va a entrar como me abra la puerta en persona. - Pensó mientras su mano agarraba la aldaba de bronce y la golpeaba tres veces contra la puerta y mantenía la concentración de su mantra.

Pero el oído fino de Jackson tenía otros planes. Su afinidad musical pronto captó el tono en fa menor, una triste tonalidad asociada con la pasión y la melancolía que despertó un profundo sentimiento en el corazón del mink. Sin proponérselo, la otra mano había alcanzado su guitarra y empezado a tocar suavemente un tono que iba al ritmo del golpeteo de la aldaba.

Su talón derecho golpeaba el suelo al ritmo mientras que su cuerpo se inclinaba despacio hacia adelante y hacia atrás. Era una melodía suave y extremadamente sencilla que se repetía con tonos prolongados, una pequeña expresión de tristeza por el asesinato que se mantenía fresco en la memoria del mink. Como si la inspiración quisiera dedicarle una última despedida a ese joven cuyo cuerpo vio marcharse en una camilla improvisada, Jackson empezó a tararear con suavidad acompañando la canción con su voz.

La belleza de la melodía pronto empezó a captar la atención de los viandantes. Cuanto más tiempo pasase el dueño del hogar sin abrir la puerta, más gente se acumularía alrededor del umbral de su casa.

Resumen y datos
#11
Hato of peace
Angel Beta
Estando cercas Hato de la casa pudo admirar la hermosa residencia estaba bien cuidada aún después de los estragos de la revuelta, la revolucionaria llama a la puerta dándole un par de golpes ligeros, uno de los guardias rápidamente habría la puerta se trataba de un hombre alto no tanto como Alistair pero se notaba que supera a la revolucionaria por veinte centímetros aproximadamente, con bastante gomina en el cabello y con las orejas horadadas ese par de pendientes lo delataban.

Aparentemente su compañera era una joven con una impactante cabellera rubia de complexión delgada, su rostros inspiraba ternura más por sus alegre mirada más parecida a una adolescente que a una mujer -Si una niña así es guardia debe tener habilidades a distancia- pensó por unos segundos Hato, los guardias invitaron a pasar a la revolucionaria -Si no soy una molestia con gusto entró- la rubia entraría a la residencia.

Sin más dilación la rubia explicó que quería hablar con el dueño del lugar por qué había pasado algo con uno de sus empleados, mientras hablaba se pudo notar que había un piano con la tapa abierta, una charola con galletas y tres tazas -Que raro no se escucha música pero el piano está listo-.

La joven de cabellera dorada pregunto que empleados luego su compañero comentó que no tenían empleados y que no tenían ningún tipo de criados en su procesión, no parecían sentir nervios o intenciones asesinas por parte de la guardias pero ese Si se le hizo un poco extraño. Hato estaba apunto de hablar cuando escuchó su caracol transmisor -Disculpen denme un segundo- de su bolsillos sacó un DenDen mushi morado con alas en su caparazón, su compañero Lobo Jackson informado que seguía una posible pista -Aqui Angel Beta, entendido, confirmo estoy en la residencia, reuniré información luego te informo, cambio- ella colgó su DenDen mushi y lo guardó en su chamarra.

-Disculpen la molestia- comentó algo apenada la revolucionaria que inició nuevamente la conversación -Este… a si, hace un par de horas un joven fue atacado a unas cuantas calles de esta residencia, después de interrogar a los testigos y conocidos de la víctima comentaron que el joven llevaba un par de semanas trabajando aquí- la Skypian los miro extrañada a los guardias y con un tono dudoso comentó -O acaso ustedes no trabajan aquí?- ella esperaba alguna respuesta de ellos.
Percepción II
KENB401
KENBUNSHOKU
Haki básico
Tier 4
4/11/2024
7
Costo de Haki por Turno
2
Enfriamiento
Permite al usuario percibir con precisión la presencia de otros seres vivos en un área, siendo capaz de apreciar las emociones muy fuertes que exterioricen como un sufrimiento fuerte o un gran instinto asesino, etc. Si lo activa puede anticiparse a un ataque obteniendo para ello un bono de +5 [Reflejos].
Área: [VOLx12] metros. +5 [REF]

Haki: 172 / 200


Resumen
#12
Zane
-
Dice que todo aquel que busca la verdad nunca se conforma con las primeras respuestas, y ese es el caso de nuestra querida Hato, que se encuentra dentro de la casa de la familia Serresiete. Observas con todo lujo de detalles la casa, es un casoplón con todas las de la ley, aunque decorada de manera muy minimalista para ser personas de dinero. El salón es bastante amplio, de unos cincuenta metros cuadrados, con un sofá bastante grande, de cunas cuatro plazas, una mesa con capacidad para seis personas, una chimenea y el piano. Las paredes están decoradas con fotografías que parecen caseras, es decir, que las han hecho los miembros de la casa. Al pasar el pasillo que te llevó al salón pudiste ver tres puertas: una que da a un baño, una que da a un posible sótano y una que lleva a la cocina. A la izquierda, justo antes de la entrada del salón, una escalera que lleva a la planta de arriba.

Si te lo estás preguntando… no, no hay ninguna presencia más en la casa. Por cierto, se han presentado, pero has olvidado como se llaman. Qué rollo esto de ser tan olvidadiza, ¿verdad?

—Siuuuh no se preocupe usted, siiiuuuñorita —te dice el hombre, que parece que no sabre pronunciar correctamente las palabras que comienzan por la sílaba si—. Estaremos aquí.

Cuando terminas de hablar con el detective bailarín, observas que la joven esta nerviosa y no para de mirarte. Ves en sus ojos incertidumbre y confusión, como si no entendiera que estaba pasando. El hombre, por su parte, se queda mirándose fijamente en un espejo, parece que se quiere mucho a sí mismo.

—No entiendo a que se refiere —te dice la muchacha, que parece más confusa que antes.

—Creo que ha habido un error —interviene el hombre—. Nosotros no trabajamos aquí, o sea, vivimos aquí porque siiiiuumos los dueños de la casa —hace una pausa—. Y como le hemos dicho antes, no tenemos trabajadores. Mi sueldo no da para tantos lujos. Apenas puedo mantener la casa que heredé de mis padres, que en paz descansen.

—Un momento… —La joven entonces se aproxima a una de las paredes y coge una foto—. ¿Es este el joven al que habéis encontrado? —pregunta, con los ojos a punto de romper a llorar y las manos temblorosas. Si te fijas en la foto con detenimiento sí, es él. Un joven alto, de cabellos castaños y cara de buena persona, sentado junto a la muchacha en el asiento del piano—. Decidme, por favor, que no es Marce…

—Como va a ser Marce, siiuuuu ha estado aquí hace menos de una hora —vuelve a intervenir el padre—. Es imposiiuuuuble.

¡Vaya! ¿Ahora como le dices a esta joven que el muerto es el de la foto? Se trataba de su profesor de piano y, por la combinación de sentimientos que notas en su interior: duda, miedo, sufrimiento, esperanza… un conjunto de emociones que te hacen empatizar mucho con la joven, puede que algo más. Si te centras, puedes notar que en el vientre de la joven hay algo parecido a una presencia en curso. En tal caso, la joven se desmaya y el padre te dice que le ayudes a tumbarla en el sofá. Tras eso, puedes intentar sacarle algo más de información sobre el muchacho o, simplemente, marcharte de allí en busca de Lobo.

Y hablando de Lobo, el mejor bailarín del mar del este. Después de pegar en la puerta, notas con tu haki que se acerca una persona. Al principio no notas nada con tu haki, pero en cuanto abres la puerta percibes miedo por parte del hombre. Es un sujeto de unos treinta años, bien vestido, aunque descalzo. ¿Qué extraño no?

—¿Qué es lo que desea libertador? —te pregunta con cierto retintín en sus palabras—. Los seres como usted no son bienvenidos a esta casa —Y dicho eso, cierra la puerta en tu cara.

Hay gente en las afueras que lo ha visto todo, algunos parecen contentos, pero otros tachan al señor Buonanotte de maleducado. Entonces, se acerca una mujer, bastante musculosa y con cara de mal genio.

—Este tío siempre igual —te dice hablando con desprecio hacia el tal Buonanotte—. No te preocupes, señor Jackson —su tono de voz cambia al referirse a ti—. Yo me encargaré de que te deje entrar. Viene por lo de la plaza, ¿verdad?

La mujer, entonces, empieza a golpear el metal de la puerta con brío y gana, una vez tras otra, en un intervalo de un segundo entre cada golpe. Estuvo así casi medio segundo hasta que Buonanotte abrió.

—¿Qué demonios quieres, Lucinda? —pregunta el viejo.

—¡Qué seas educado con los que nos han liberado de la opresión de esos malditos patanes! —le grita—. Eso quiero.

Y dicho eso, tras lanzarte una sonrisa, se va. Parece una mujer de armas tomar, quizá podríais reclutarla…, o quizá no.

—Dime, ¿a qué diantres has venido libertador? —te pregunta el hombre, nuevamente con retintín en su tono de voz y recochineo.

Si te guías por tu olfato durante un breve instante, lograrás oler sangre dentro de la casa. Puedes entrar por la buenas, aunque no creo que el hombre te deje, o tal vez por las malas… Aunque en este caso, si alguien te ve, quizá se forme algún pifostio.

¿Qué haces detective-bailarín-revolucionario? Y usted, ¿portadora de malas noticas Hato?
#13


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