Alguien dijo una vez...
Iro
Luego os escribo que ahora no os puedo escribir.
Tema cerrado 
[Aventura] [T5] ¡Corre desplumado! (Parte 3)
Octojin
El terror blanco
El silencio que queda tras tus palabras es tan denso que parece llenar cada rincón de la sala. Porter se queda inmóvil, con los ojos fijos en los planos frente a él, pero su mente claramente está a kilómetros de distancia, quizá rebobinando en el momento en el que decidió poner todo esto en marcha. Porque sí, has conseguido que se replantee abortar la operación. Por un instante, parece intentar procesar lo que le has dicho, sus manos se tensan sobre la mesa y su mandíbula se aprieta. No obstante, cuando levanta la mirada para responderte, te has ido, dejando tras de ti un aire de misterio y una sala llena de tensión.

Porter abre la boca como si fuera a decir algo, pero la cierra de nuevo, frustrado. Sus ojos se clavan en los papeles con una mezcla de duda y determinación, como si estuviera luchando contra un enemigo invisible en su mente. Desde fuera parece querer dar un puñetazo sobre la mesa y reventarla en mil pedazos, rajar los planos y tirar todo su trabajo al traste. Pero no, respira un par de veces e intenta mantener la calma. Sin lugar a dudas, tus palabras han calado hondo, desestabilizando su aparente confianza en el plan. A solas, con el eco de tus comentarios resonando en su cabeza, Porter se hunde en sus pensamientos, repasando una y otra vez cada detalle del golpe. Intenta encontrar más momentos confusos, escenarios no pensados e incluso traza en su cabeza un plan de fuga alternativo al que ya tiene en mente. Creo que alguien no dormirá en toda la noche.



Tú, mientras tanto, sales del edificio con un aire de satisfacción que pocos podrían igualar. Has sido sincero, algo que te pidió el propio cuerpo y seguramente también tu mente. La ciudad está viva, vibrante incluso en las horas más tranquilas del día. Vodka Shore nunca descansa; es un lugar donde el tiempo parece detenerse, y la opulencia se muestra sin vergüenza. Decides aprovechar estas horas libres, un tiempo perfecto para recuperar fuerzas y disfrutar de los placeres que ofrece este paraíso.

Para serte sincero tienes demasiadas posibilidades. Quizá decidas comentar con una comida ligera en el hotel. El menú es extenso y está diseñado para satisfacer incluso los paladares más exigentes, algo que tu, por supuesto, apreciarás en todo su esplendor. También tienes una multitud enorme de vinos, un repertorio que satisfacería al más exigente enófilo.

Por otra parte, podrías dar un paseo. Las calles están llenas de vida, con turistas bien vestidos paseando por las tiendas de lujo, apostando grandes sumas en los casinos o simplemente disfrutando de la playa. Todo este espectáculo me da a entender por qué amas este tipo de escenarios: son una mezcla perfecta de caos y glamour, un lienzo en blanco para que alguien como tú lo llene con su particular estilo. Qué pena no poder vender luego ese lienzo. O quizá sí que puedas...

En cualquier caso, es evidente que tus palabras han dejado una marca en Porter, y aunque él es fuerte, incluso el hombre más sólido puede tambalearse si se le da el empujón adecuado. Quizá es momento para reflexionar sobre lo que has dicho y la oportunidad que representa este golpe. ¿Es esta tu oportunidad de dejar una marca más profunda? ¿De transformar un simple atraco en un espectáculo inolvidable? Algo me dice que en tu mente es así, lo que no sé es cómo encajará esto en la de Porter o el resto de los integrantes del golpe.



Es el momento del golpe. La sala donde habíais quedado ya está llena de actividad cuando llegues, si es que decides finalmente ir. Como antes, serías el último en llegar, pero siendo el comodín, no creo que te digan nada. El actor principal de un reparto se puede permitir esta serie de lujos, ¿no? Porter, Tyren, Jeneva y Mek se preparan meticulosamente. Sus expresiones son serias, cada uno concentrado en su tarea, la cual en el global, será igual de importante que el resto. Al menos sobre el papel. Porter parece más centrado que antes, aunque notas un leve rastro de nerviosismo en sus movimientos. Quizá aún está procesando tus comentarios del día anterior.

Vuestra coartada es tirar de un carromato e ir repartiendo sacos a los restaurantes cercanos. Al llegar a la entrada del casino, todo ocurre rápido. Mek, el luchador, carga un saco de frutas hacia un puesto cercano, mientras tú y el resto esperáis junto al carromato. Es solo una fachada, pero lo suficientemente convincente para evitar levantar sospechas. Entonces, ocurre. Los Den Den Mushi de monitoreo cierran sus ojos, y sabes que el plan está en marcha.

Las cámaras se apagan, y con ellas, la sensación de calma. Tienes exactamente un minuto y veinte segundos antes de que la señal sea restaurada, tal y como contaron al inicio del plan. Otto da la orden con un gesto decidido, y todos corren hacia la puerta del casino. La pregunta ahora es: ¿te unes al espectáculo o eliges tu propio camino?

Esta es la primera nota de lo que promete ser una sinfonía caótica. Y tú, Mayura Pavone, decides cómo tocarla.

Contenido Oculto
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#11
Mayura Pavone
El Pavo Real del Oceano
Tras su salida de la sala, Mayura decidió aprovechar el día para comer algo, tomarse unos vinos y descansar en su habitación hasta que cayera el sol. Una vez llegó la hora de la puesta decidió salir a las calles y disfrutar de la noche sin estropearse. Durante su caminata, podía sentir la brisa fresca nocturne acariciando su hermoso rostro y moviendo su gran melena con cada paso por las bulliciosas calles de Vodka Shore. A pesar del caos organizado que lo rodeaba, con luces de neón parpadeando y el sonido de risas y apuestas resonando en cada esquina, su mente seguía aferrada a las palabras que había dejado caer en la sala con Porter. Un golpe como este era una oportunidad única, no solo para llenarse los bolsillos, sino para dejar una marca imborrable en un lugar donde la opulencia era el pan de cada día. Pero ahora que la cuenta regresiva había comenzado, solo una cosa importaba daba vueltas por su mente; cómo jugaría sus cartas en la sinfonía que estaba a punto de comenzar. Por consiguiente, no pudo hacer mucho durante su paseo más que irse a descansar un poco antes de la media noche y esperar en su habitación hasta el momento pautado.
 
Al llegar a la sala pudo sentir como estaba impregnada de una tensión palpable. Mayura, como siempre, hizo su entrada con un aire teatral, sus pasos resonando en el suelo mientras se acercaba al grupo. Vestía con una elegancia impecable, y una sonrisa tranquila que escondía la emoción que sentía al borde del caos. — Espero no haberlos hecho esperar demasiado. — comentó con su tono característico mientras tomaba asiento con la gracia de un bailarín, pues si bien había llegado de ultimo tampoco habían sido más que unos pocos minutos después de los demás. Tras recorrer la sala con una mirada pudo notar la seriedad en los rostros de los demás miembros del grupo lo cual le arrancó una sonrisa sutil. Porter, aunque concentrado, parecía más nervioso de lo que había mostrado antes, mientras que Tyren y Jeneva revisaban sus herramientas y equipos con precisión casi ritual. Mek, por su parte, se mantenía en silencio, ajustando sus guantes mientras lanzaba miradas fugaces hacia Mayura. La tensión era evidente, pero para Mayura, esto solo añadía más sabor a lo que estaba por venir, al parecer la primera fase de su plan había dado frutos y ahora solo quedaba ser el comodín perfecto que ajuste la balanza donde desee.
 
El plan comenzó con la calma calculada y pasos que Porter había prometido. Disfrazados como repartidores, el grupo se movió con naturalidad hacia el casino, cargando sacos y actuando como si fueran parte del bullicio cotidiano de la ciudad. Mayura, siempre consciente de su entorno, no pudo evitar notar las miradas que atraían, algunas curiosas, otras completamente indiferentes. Su papel era claro; ser el comodín, adaptarse y brillar cuando fuera necesario. Cuando las cámaras se apagaron, el cambio en la atmósfera fue inmediato, la falsa calma dio paso a una sensación de urgencia que electrizó el aire. Porter lideró el avance hacia las puertas del casino, donde todos le siguieron con los ojos cerrados. Mayura, por su parte, se detuvo por un breve instante, dejando que el grupo avanzara unos pasos antes de decidir su próximo movimiento.
 
"El espectáculo apenas comienza", pensó, mientras observaba el majestuoso edificio del casino y a sus compañeros acercarse. Sabía que Porter esperaba que siguiera el plan al pie de la letra, pero el Pavo Real del Océano no era alguien que se conformara con un papel secundario, no obstante, debía esperar al momento indicado para ejecutar su propio plan como comodín. Por consiguiente, Mayura se aseguró de que sus armas estuvieran bien escondidas debajo de su disfraz y se lanzó a correr con sus compañeros hasta alcanzarlos y seguirles el ritmo. Por ahora se limitaría a andar con ellos y servir como soporte en lo que se presentara, sin hablar ni hacer ruido, ni llamar la atención, una actitud sin duda muy poco usual para el Pavo Real del Océano.
#12
Octojin
El terror blanco
El grito ensordecedor de la alarma llena el aire apenas cinco segundos después de que cruces las puertas del casino. Es tan fuerte que parece sacudir el suelo bajo tus pies. De reojo, notas cómo un hombre se queda a escasos centímetros de ser aplastado por el cierre automático de las puertas. La situación se torna caótica de inmediato: los clientes y empleados del casino, desconcertados por el sonido, comienzan a moverse de un lado a otro como si estuvieran atrapados en un incendio. Gritos, murmullos y pasos apresurados llenan el ambiente, mientras el eco de la alarma parece amplificar la confusión.

Porter no pierde el tiempo. Su mano se alza en un gesto firme para dirigir al grupo hacia un pasillo a la izquierda, ignorando el caos que se despliega a su alrededor. La puerta que señala tiene un cartel que dice PRIVADO, un lugar que claramente no está destinado al público. Por el camino, tendrás que esquivar, al igual que tus compañeros, a varias personas que corren desorientadas, y de vez en cuando sentís el roce de algún codo o hombro en el tumulto.

Al llegar a la puerta, Tyren se arrodilla sin decir palabra y comienza a trabajar con la cerradura. Su concentración es absoluta, y el sonido metálico de la ganzúa moviéndose en el mecanismo es casi tranquilizador en medio del caos. Porter, Marek y Jeneva se colocan estratégicamente, cubriendo los posibles ángulos de ataque con una coordinación que indica que han ensayado esta parte más de una vez. Mientras tanto, Vayne parece estar al borde de un ataque de pánico. Sus ojos no dejan de moverse, y su voz trémula interrumpe el tenso silencio.

— ¡Esto no estaba en los planes! —exclama, señalando hacia el lateral derecho del pasillo. — Dos Den Den Mushi funcionando perfectamente allí… ¡otro justo encima de esta puerta! — Su dedo apunta hacia el caracol sobre sus cabezas, siendo su mirada casi suplicante, como si esperara que alguien confirmara que todo está bajo control. — ¡Y uno más en la entrada principal, mirando directamente hacia nosotros! — Añade, con un tono cada vez más agudo y frenético. — ¡Nos han visto, lo saben! ¡Todo esto es un desastre, estamos atrapados!

El nerviosismo de Vayne comienza a calar en el ambiente. Aunque Porter y los demás mantienen la compostura, es imposible ignorar la tensión creciente. Marek lanza una mirada severa a Vayne, mientras Jeneva parece contener las ganas de decirle algo que probablemente no sería nada amable. Por su parte, Tyren sigue trabajando, aparentemente ajeno al drama que se desarrolla a su alrededor. El clic sutil de la cerradura liberándose pone fin a las palabras de Vayne, aunque su respiración agitada y su mirada ansiosa no disminuyen.

— ¡Ya está! —anuncia Tyren, levantándose rápidamente y abriendo la puerta. Porter es el primero en cruzar, seguido por Jeneva y luego Tyren, que entra con una rapidez sorprendente para alguien que acaba de arrodillarse durante varios minutos. Marek se gira hacia ti y Vayne, haciendo un gesto apresurado con la mano.

— ¡Rápido! ¡Dentro, ahora! —gruñe con impaciencia, sus ojos se encuentran fijos en el pasillo detrás de vosotros dos.

Vayne titubea, mirando una vez más hacia los Den Den Mushi que acaba de señalar. Su nerviosismo es casi palpable, pero Porter, desde dentro de la sala, le lanza una mirada de pura determinación y extiende el brazo, gesticulando con fuerza para que ambos se apresuren.

— ¡Vamos! —exclama con una voz que no admite discusión.

El eco de pasos en el pasillo confirma que alguien se acerca. Probablemente seguridad del casino, alertados por la alarma y el caos. Marek cruza la puerta justo antes de que las figuras comiencen a aparecer al fondo del pasillo.



Me imagino que una vez dentro de este plan, decidirás cruzar la puerta. Si es así, Vayne lo hará justo después de ti, y Porter cerrará la puerta con un golpe seco, girando la llave con rapidez. Su rostro está tenso, pero su mirada se encuentra fija en el grupo, evaluándolos como un líder experimentado. Aunque sus movimientos son precisos, puedes notar que tus palabras de la noche anterior aún pesan sobre sus hombros. No dice nada inmediatamente, pero su postura lo delata: está pensando en lo que viene, y probablemente en cómo manejar lo inesperado.

Vayne se recarga contra una pared, jadeando como si acabara de correr un maratón.

— No podemos seguir así… Nos tienen vigilados. — murmura, con su voz casi ahogada por la tensión.

— Tranquilo, Vayne — le corta Porter con un tono firme, aunque no severo —. Sabíamos que esto podía pasar. Ahora necesitamos mantener la calma — Mira al resto del grupo, asegurándose de que todos estén atentos. —. Estamos aquí, ¿verdad? Eso es lo que importa.

Porter gira hacia ti. Aunque su rostro intenta transmitir confianza, no puedes evitar notar un destello de incertidumbre en sus ojos.

— Gracias por moverte rápido — te dice en un tono bajo, casi para que solo tú lo escuches. Luego da un paso atrás, dirigiéndose al centro de la sala —. Todos saben lo que tienen que hacer. Ahora vamos a completar esto como lo hemos planeado.

¿A qué se refiere con que todos sabéis qué hacer? Nadie se mueve y los ojos parecen estar fijos en ti. ¿Acaso acaban de usar el comodín Mayura Pavone? Ufff... Si ya en el primer problema tiramos del comodín... Pero bueno, es un comodín de gran nivel. Confío en él.

La sala es una sala que tiene toda la pinta de ser un pequeño almacén. Hay varias estanterías, llenas de cajas que a su vez contienen distintos enseres, desde papeles a material de oficina, algunas tienen incluso cartones de un bingo. Pero no parece haber nada más. Bueno, cosas típicas como una lámpara sobre vosotros, una mesa con algunos cajones sobre la que hay algunos papeles de contratos adjudicados a proveedores, un sistema de ventilación que parece no estar funcionando ahora mismo, una ventana opaca en un lateral —que si te lo preguntas, no se puede abrir, quizá esté fija—,  y un carrito que parece usarse para transportar las cajas.

La tensión en la sala sigue siendo palpable, pero hay algo casi tranquilizador en la manera en que Porter retoma el control. Mientras él habla, el eco de pasos afuera se desvanece. Por ahora, están a salvo, pero el tiempo apremia, y el verdadero espectáculo está por comenzar.

Cosas

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#13
Mayura Pavone
El Pavo Real del Oceano
El sonido ensordecedor de la alarma había encendido el caos, pero para Mayura, aquello no era más que un preámbulo a lo que realmente disfrutaría; el espectáculo. Mientras cruzaba las puertas del casino, con el grito agudo de la alarma llenando el aire y el tumulto de personas chocando entre sí, su sonrisa permanecía tan intacta como su porte impecable, siempre asegurándose de no perder nada con ninguno de esos roces casuales que algunas veces podían ser oportunistas aprovechando para robar. El elegante pirata estaba deleitado, no era que no comprendiera la gravedad de la situación, sino que la obra había tenido un inicio inesperado e intenso, y el comprendía perfectamente que un artista multifacético, como él, siempre se luce bajo presión, sobre todo cuando la obra brindaba sorpresas desde el momento inicial.
 
Cuando el grupo llegó a la sala privada, Mayura observó con paciencia teatral cómo Tyren trabajaba en la cerradura, como si disfrutara del tenso preludio de una obra maestra. Vayne, por otro lado, estaba al borde del colapso, y el Pavo Real del Océano no pudo evitar alzar una ceja con desdén disfrazado de preocupación. "Un vigía tan frágil", pensó, mientras sus ojos se clavaban en los Den Den Mushi que Vayne señalaba frenéticamente evaluando la posibilidad de destruirlos. Pero, justo cuando posó sus manos en dos de sus katanas ocultas, Tyren finalmente abrió la puerta y Porter los instó a entrar, Mayura, fiel a su papel como comodín, dejó que el resto del grupo pasara primero, asegurándose de que todos estuvieran a salvo antes de seguirlos con un paso apresurado, no, no entraría antes que Vayne pues no se permitiría que este dudase de continuar con el plan, lo empujaría de ser necesario. Justo antes de cruzar el umbral, lanzó una última mirada al pasillo detrás de ellos, como si quisiera grabar en su memoria la caótica escena y todos los detalles relevantes que acababan de abandonar.
 
Una vez dentro, el ambiente cambió. La sala, aunque aparentemente segura, era tan insignificante que casi parecía una broma. Las estanterías llenas de cajas, los papeles desordenados y el carrito viejo no parecían encajar con la grandeza que Mayura esperaba de un golpe como este. Sin embargo, en lugar de mostrar decepción, dejó que una leve sonrisa jugara en sus labios mientras sus ojos grises escaneaban la habitación. Sabía que el verdadero valor de un espectáculo no estaba en el escenario, sino en cómo los actores lo utilizaban. Mientras Vayne jadeaba contra la pared y Porter intentaba calmar al grupo, Mayura se acercó al centro de la sala con un aire de serenidad casi insultante, disfrutando de tener todos los ojos sobre él. Sus movimientos eran fluidos, como si estuviera caminando por una pasarela en lugar de un almacén abarrotado. Al escuchar las palabras de Porter, dirigió una mirada juguetona al líder del grupo, respondiéndole solo un guiño coqueto.
 
Si me necesitan para improvisar el próximo acto, solo díganlo. Después de todo, un comodín no solo se usa en emergencias, también puede ser la clave para convertir un desastre en una obra de arte. — Dijo con su tono teatral lleno de arrogancia, mientras sus dedos acariciaban el borde de una de las cajas más cercanas, como si estuviera buscando algo interesante en su interior. Sin esperar respuesta, se giró hacia Vayne, inclinándose ligeramente hacia él con una sonrisa que era a la vez reconfortante y un recordatorio de quién estaba realmente en control. — Vayne, querido, respira. — murmuró, su voz baja pero firme. — Muéstranos por qué estas aquí, no te conozco, pero si Porter confía en ti es porque algo has de tener. Debes mantener una compostura digan de un vigía. — Terminó con un guiño antes de girarse nuevamente hacia Porter.
 
Con un movimiento elegante, Mayura se acercó a la mesa central, sus dedos rozando los papeles y contratos mientras hablaba, esta vez dirigiéndose al grupo en general. — Ahora, si me permiten un momento de reflexión... — comenzó, su tono tan casual que casi parecía una conversación en una cena de gala. — No podemos ignorar que estamos siendo observados. Y aunque eso añade un toque de dramatismo a nuestra pequeña obra, también significa que debemos ser rápidos y, sobre todo, creativos. — Alzó un papel cualquiera de la mesa, observándolo con fingido interés antes de dejarlo caer nuevamente. — Quizá encontremos algo aquí que nos dé una ventaja inesperada. A veces, los detalles más insignificantes pueden ser las claves para grandes éxitos. Así que empiecen a buscar, esto es un almacén quizás haya registros de los cambios recientes de los últimos meses o alguna información que nos sea útil o nos hable del botín. — Sus ojos volvieron a encontrarse con los de Porter, brillando con una mezcla de desafío y confianza. — Porter, querido haré todo con el estilo que esperas del Pavo Real del Océano. Ya estamos improvisando y es mi especialidad, si no encontramos nada interesante tocará abrirse el camino por las malas. — Concluyó, retirando su disfraz revelando que siempre anduvo con su elegante ropaje y sus tres katanas, a su vez dejando que sus palabras colgaran en el aire para luego reclinarse contra la mesa con sus brazos cruzados emanando la elegancia y sonrisa tan encantadora como siempre.
 
La tensión en la sala seguía siendo palpable, pero Mayura, con su actitud despreocupada y su habilidad para captar la atención, parecía haber conseguido al menos redirigir parte de esa energía hacia un propósito más útil. Ahora solo quedaba ver cómo Porter y el resto del grupo respondían a su oferta de improvisar en este acto caótico. Estaba más que claro el cómo actuar, si nadie seguía la sugerencia de buscar pues no haría nada mas que evaluar la situación y replantear el como usar a todos como carnada de una manera sutil. Pero, si alguien mostraba el más mínimo signo de hostilidad, desenvainaría solo dos de sus tres espadas respondiendo de manera amenazante. En cambio, si todos decidían seguirle y trabajar en equipo el se pondría a buscar cualquier cosa que pueda ayudarles en la sala, no solo en las cajas o papeles, también en el suelo, las paredes y los techos, con suerte encontrarían algo que los ayude, ya sea guardado en el almacén o algo tan sencillo como una vía de escape alterna a la puerta.
#14
Octojin
El terror blanco
El caos que había iniciado en el pasillo parecía haberse quedado afuera, al menos por un instante. Dentro de la sala, tus palabras parecen ejercer una especie de encantamiento sobre el grupo. Incluso Porter, visiblemente frustrado por la situación, asiente lentamente, como si estuviera procesando lo dicho y encontrando en ello un punto de apoyo para mantener el control. El resto del equipo sigue su ejemplo, algunos de mala gana, pero lo hacen. Incluso Vayne, quien aún respira con dificultad y mantiene la espalda contra la pared, comienza a calmarse.

El grupo se dispersa por la sala, buscando entre papeles, contratos y registros en las cajas apiladas. El lugar tiene ese olor a polvo y papel viejo que indica que nadie ha limpiado o tocado esos documentos en mucho tiempo. Eso quizá es una pista de que cualquier cosa que encontréis ahí quizá no está actualizada. Si, tal y como tus compañeros, decides indagar un poco entre cajas y estantes, encontrarás fichas del casino, cartas de juego y nóminas de empleados, pero nada de verdadera utilidad. Todo parece inútil en el contexto del golpe que intentáis ejecutar.

Porter se mantiene cerca de la mesa central, con las manos revolviendo los papeles con un aire cada vez más tenso. Su rostro no muestra el mismo aplomo que al inicio; hay líneas de preocupación en su frente que incluso su actitud de líder no puede ocultar. Todo parece ir desmoronándose. Vayne, por su parte, sigue sentado en el suelo, manteniendo sus ojos clavados en un punto indefinido mientras intenta normalizar su respiración. No parece ser de mucha ayuda en este momento, pero al menos ya no está distrayendo al grupo con sus nervios.

Es Jeneva quien, al no encontrar nada útil entre los documentos, decide cambiar de enfoque. Con un movimiento ágil, comienza a inspeccionar las paredes y el techo de la sala. Sus ojos recorren cada rincón, buscando algo que los demás podrían haber pasado por alto. Su determinación es evidente, y mientras el resto sigue buscando entre el desorden, ella se concentra en encontrar alguna salida o acceso alternativo. Intenta levantar el techo por si hay un falso techo encima, mira si alguna zona de las paredes está hueca... Y sigue un proceso meticuloso intentando ver alguna pista que responda a la pregunta que todos os estáis haciendo: ¿Cómo diablos salís de ahí?

Pasan más de dos minutos antes de que Jeneva se acerque nuevamente a la mesa. Da dos fuertes palmadas, captando la atención de todos en la sala.

— Bueno, muchachos, parece que no hay nada aquí que nos sirva directamente — comenta empleando un tono pragmático y sin rodeos —. Pero encontré dos posibles salidas — Señala hacia una ventana al fondo de la sala. —. Esa ventana da a otro lado diferente al de la puerta principal. Podríamos romperla, aunque no tengo idea de a dónde nos llevará, ni si el ruido alertará a alguien — Hace una pausa, dejando que todos procesen la información antes de señalar hacia un conducto de ventilación en el techo. —. La otra opción es meternos por ahí. Pero, al igual que con la ventana, no sabemos exactamente a dónde va, y no todos entramos por ahí. Es un tiro a ciegas en ambos casos — concluye, cruzándose de brazos mientras espera las reacciones del grupo.

El silencio que sigue a sus palabras es denso, interrumpido solo por el sonido de Vayne ajustándose en el suelo y el ocasional crujido de las cajas mientras alguno de los otros sigue revisando. Porter se frota el mentón, claramente ponderando las opciones, pero no parece dispuesto a tomar una decisión inmediata, se le ve visiblemente dudoso, incluso perdido. Marek, quien ha estado en silencio la mayor parte del tiempo, lanza una mirada significativa hacia la ventana, como si ya tuviera su elección hecha, o quizá está intentando ver a través de ella, pero me parece que es algo imposible a no ser que tenga rayos equis en la vista.

Recapitulemos. La ventana, aunque más rápida, implica una ruptura ruidosa que podría alertar a cualquiera en las cercanías. Por otro lado, el conducto de ventilación ofrece una salida más sigilosa, pero también es más lenta y arriesgada, especialmente teniendo en cuenta que los conductos no son lo suficientemente amplios para todos y, al menos dos personas, se quedarían ahí. Porque no contemplamos una división, ¿no?

La situación parece estar en un punto de inflexión, y el grupo espera alguna dirección. Incluso Porter, quien habitualmente toma las decisiones, parece estar dejando espacio para que alguien más proponga el próximo movimiento. Desde luego si había dudas con su capacidad de improvisación, las está solventando: es cero. El ambiente tenso de la sala es un recordatorio constante de que el tiempo no está a su favor, y que cada segundo que pasan deliberando es un segundo más cerca de ser descubiertos.

Jeneva mira a Porter, luego a Mayura, como si esperara que alguno de los dos hiciera el primer movimiento.

— Vamos, no podemos quedarnos aquí para siempre — dice, con un tono que mezcla impaciencia y determinación —. Decidan rápido. La ventana o el conducto. Pero lo que hagamos, tiene que ser ya.

Todos esperan, y el silencio vuelve a caer en la sala, interrumpido solo por el lejano eco de la alarma, recordándoles que cada decisión que tomen ahora podría definir el éxito o el fracaso de todo el golpe.
#15
Mayura Pavone
El Pavo Real del Oceano
El silencio en la sala era como una cuerda tensa a punto de romperse, y Mayura no podía evitar disfrutar del peso de la atención que parecía recaer sobre él. Era el tipo de situación en la que un verdadero artista sabía brillar, y el Pavo Real del Océano nunca perdía una oportunidad para robarse el espectáculo. Con un movimiento fluido, se apartó de la mesa donde había estado apoyado y comenzó a caminar lentamente por la sala, dejando que el sonido de sus pasos resonara contra las paredes.
 
Querida Jeneva, agradezco tu pragmatismo. — Dijo con una sonrisa ligera, aunque su tono dejaba entrever la gravedad de la situación. — Pero antes de decidir, déjenme plantearles algo. — Sus ojos grises recorrieron el rostro de cada miembro del grupo, pausando un segundo más en Porter, como si lo retara silenciosamente a recuperar el control que parecía haber perdido.
 
Mientras se acercaba a la ventana, su mente no podía evitar analizar las posibles ramificaciones de su plan. "Claro, siempre existe la posibilidad de que alguien vea a través del 'accidente'. Pero ¿qué sería de la vida sin un poco de riesgo? Y, además, ¿cuándo ha fallado el Pavo Real en un acto tan bien orquestado?" Pensó mientras se reflejaba la chispa de emoción con un brilló en sus ojos grises; Mayura disfrutaba de la presión, porque sabía que el caos era su elemento natural que le permitía improvisar a la perfección.
 
Se detuvo frente a la ventana, posando una mano sobre el marco. — Esta ventana es una salida rápida, claro. Pero, como bien dices, Jeneva, romperla alertaría a cualquier guardia cercano. A menos que… — Hizo una pausa teatral, girándose hacia el grupo con un destello en sus ojos. — ...lo hagamos parecer parte del caos que ya hemos generado. Una explosión controlada, algo que confunda aún más a los guardias. Si creen que es un accidente, tal vez podamos aprovechar el caos para movernos sin ser perseguidos de inmediato. — Con un giro elegante, se acercó al conducto de ventilación, inclinándose ligeramente para inspeccionarlo. — Y luego tenemos esta opción… sigilosa, sí, pero también lenta y limitada. No todos cabemos, y si se dan cuenta de que estamos aquí, quedaremos atrapados como ratas en una trampa. No es exactamente el final glorioso que imagino para mi participación en esta obra, ¿saben? — Añadió, su tono burlón arrancando una mirada de impaciencia de Jeneva.
 
Posteriormente, Mayura regresó al centro de la sala, girándose hacia Porter con una sonrisa que mezclaba confianza y desafío. — Mi propuesta es esta: usamos la ventana. Pero en lugar de simplemente romperla y huir como amateurs, hacemos que parezca un accidente. ¿Ven esas cajas? — Señaló hacia un montón de cajas apiladas cerca de la ventana. — Las apilamos aquí, cerca del marco, como si estuvieran mal colocadas. Luego, las derribamos "accidentalmente" contra la ventana. El ruido será inevitable, pero si alguien pregunta, parecerá un simple error causado por el caos que ya está ocurriendo afuera. Una distracción, no una alarma. — Mayura se cruzó de brazos, analizando la reacción del grupo.

No es perfecto, lo admito. Pero es rápido, nos mantiene juntos y, con un poco de suerte, nos da el tiempo suficiente para salir antes de que se den cuenta de lo que realmente estamos haciendo. — Sus ojos se encontraron con los de Porter, su tono cambiando ligeramente a uno más serio. — La decisión final es tuya, querido. Pero si me preguntas a mí, prefiero un acto bien ensayado y convincente que una improvisación torpe y lenta. — Dicho esto, Mayura dio un paso atrás, dejando que el grupo procesara sus palabras. Mientras esperaba, sus manos jugueteaban con el mango de una de sus katanas, un recordatorio sutil de que estaba listo para cualquier cosa, incluso si el plan tomaba un giro inesperado.
 
"No importa qué decidan, yo estaré listo para moverme en cualquier dirección. Pero lo interesante será ver cómo reaccionan… ¿Quién mostrará lealtad? ¿Quién se hundirá en la duda? Cada movimiento suyo es una pieza en mi tablero." Pensó repasando una y otra vez las diferentes rutas, aunque para él la estrategia ya estaba clara.
 
Con un movimiento calculado, Mayura regresó al lado de Porter, inclinándose ligeramente hacia él. — El verdadero valor de una obra, querido, no está en su perfección, sino en su impacto. Confío en que no desaprovecharemos este momento. — murmuró en un tono apenas audible con una sonrisa llena de picardía, dejó entrever más de lo que dijo en palabras. "Mientras los demás muevan las piezas como buenos peones en este tablero, yo me aseguraré de que el rey y la reina sean los únicos que queden en pie al final de esta partida." Pensó ya ansioso por saber que movimientos realizaran sus compañeros, listo para descartar a cualquier pieza que entorpeciera el proceso.
 
Finalmente, se giró hacia el grupo y alzó ambas manos en un gesto teatral. — Entonces, ¿qué dicen? ¿Jugamos? — invitó a los demás con un tono ya despreocupado y completamente relajado, mostrando que se sentía como pez en sus aguas. En el fondo, sabía que cada movimiento les acercaba al caos o al éxito, y no había nada más fascinante para Mayura que bailar en el filo de la navaja.
 
En caso de que no hubiera objeciones y procedieran con el plan planteado, Mayura no ayudaría en la ejecución más que como un director dispuesto a dirigir desde la zona más segura detrás del escenario, dejaría que todos se expusieran primero antes que él. El elegante pirata tenía claro su papel como comodín, comprendía que su trabajo era reemplazar cualquier pieza que fallara. Por supuesto que tampoco olvidaba que su plan era que los demás fueran capturados o asesinados solo para que él y Porter compartieran el botín solo esperaba que su encuentro anterior ya haya dado frutos como para entender las intenciones del Pavo Real del Océano.
#16
Octojin
El terror blanco
El silencio que siguió a las palabras de Mayura fue tan denso que parecía absorber incluso el ensordecedor eco de la alarma que aún resonaba débilmente desde fuera de la sala. Todos los ojos estaban fijos en Porter, quien permanecía inmóvil, con el rostro simbolizando una máscara de concentración. El peso de la decisión recaía sobre él, y aunque intentaba mantener su fachada de líder inquebrantable, los segundos que tardó en responder dejaron claro que incluso él estaba calculando los riesgos con cuidado. Estaba claro que no era una decisión sencilla, desde luego, pero tener ese peso... Al final pasa factura.

Finalmente, Porter dejó escapar un suspiro, como si liberara la tensión acumulada en sus hombros, haciendo ver que había tomado una decisión. Una que podría o bien condenaros a todos, o hacer que el plan siguiese vivo... Por el momento. Asintió con la cabeza, primero lentamente, luego con más decisión.

— Muy bien, lo haremos a tu manera, Mayura — dijo, con voz firme pero con un matiz de aceptación que no pasó desapercibido para nadie. —. Apilad esas cajas junto a la ventana. Hacedlo rápido y con cuidado. — ordenó, señalando hacia el montón que había indicado el elegante pirata.

El grupo se puso en movimiento casi de inmediato, como si la decisión de Porter hubiera despejado cualquier duda que pudieran tener en su interior. Desde luego el grupo es fiel a las ideas de Otto. Se mueven sin pensar en exceso las repercusiones de cada una de las acciones que les mandan, y eso tiene tanto su parte positiva como una negativa. Pero por el momento, gana lo positivo.

Jeneva lideró la tarea, demostrando una eficiencia práctica al coordinar cómo se apilaban las cajas y cuántas debían poner por cada columna. Mek, con su imponente fuerza, levantaba las más pesadas sin esfuerzo aparente, mientras Tyren, aún algo nervioso, se limitaba a seguir instrucciones sin levantar la vista del suelo. Incluso Vayne, quien parecía más tranquilo después de las palabras de Mayura, se levantó de su rincón para ayudar, aunque todavía lanzaba miradas cautelosas hacia la puerta con cierta constancia.

Tú, por tu parte, te dedicas a observar desde un lado, con los brazos cruzados y jugueteando con los dedos sobre tu katana y una sonrisa de satisfacción. Te han hecho caso. El caos organizado es una obra de arte en sí misma, y saber que tu plan estaba en marcha quizá te proporcione un placer sutil que solo alguien como tú podría comprender.

En cuestión de segundos, las cajas estuvieron listas, apiladas junto a la ventana en una estructura que parecía lo suficientemente precaria como para justificar un "accidente". Porter se posicionó junto a la pila, sosteniendo una barra de hierro que había encontrado entre el desorden provocado por tanto movimiento de cajas. Sus ojos se cruzaron con los de Mayura, y por un instante, hubo un entendimiento tácito entre ambos: esto tenía que funcionar. Había tanta confianza que, fracasar, no era una opción.

Porter levantó la mano, empezando a contar con los dedos. Uno. Dos. Tres. Con un movimiento brusco, empujaron las cajas al unísono, y Porter, aprovechando el estruendo del impacto, golpeó el cristal con la barra de hierro. El vidrio se rompió con un estrépito, cayendo en pedazos hacia el exterior. El sonido resonó en el pasillo cercano, mezclándose con los ecos de la alarma y los gritos distantes, como si fuera una nota más en la sinfonía caótica que habían desatado.

— ¡Vamos, rápido! — gritó Porter, haciendo un gesto urgente hacia la ventana. Uno a uno, los miembros del grupo comenzaron a cruzar, ayudándose entre sí para no tropezar con los bordes irregulares del marco. Mayura, a ti te toca espera tu turno con paciencia, permitiendo que todos salgan de allí antes que tú. Es lo que tiene ser el comodín.

La nueva sala a la que accedéis es otro almacén, similar al que habían dejado atrás, pero más espacioso y ordenado. No había nadie a la vista, al menos por el momento, y una puerta abierta al fondo parecía prometer una salida. Porter fue el primero en avanzar, señalando hacia el pasillo que se extendía más allá de la puerta.

— Ahí está nuestro objetivo. — dijo, su tono cargado de determinación.

Sin embargo, cuando el grupo se asomó al pasillo, la escena que encontraron hizo que todos se detuvieran en seco. Doce guardias estaban formados en un semicírculo, con unos uniformes impecables reflejando las luces brillantes del casino. Uno de ellos, más alto y con una insignia distintiva en el pecho, sostenía un Den Den Mushi portátil, hablando con alguien en un tono bajo pero urgente.

— Tuvimos suerte — murmuró Porter, aunque su expresión decía lo contrario —. Están ocupados. Si nos movemos rápido, podemos pasar sin ser vistos — Sus ojos se volvieron hacia Mayura, y la confianza que había mostrado antes parecía tambalearse ligeramente —. Pero si hay que lidiar con ellos... bueno, ya sabes qué hacer. — añadió, dejando claro que confiaba en la habilidad del Pavo Real para manejar la situación si era necesario.

El ambiente se tensó aún más mientras el grupo consideraba sus opciones. Los guardias, aunque distraídos, seguían siendo un obstáculo formidable, y el margen de error era bastante alto. Cualquier ruido, distracción o movimiento en falso, y los guardias captarían su atención. Mayura, realmente puedes sentir la mirada de Porter sobre ti, como si esperara que tomaras la iniciativa. El Pavo Real del Océano sabe que este es su momento, su oportunidad de demostrar por qué es el comodín del grupo.

El caos estaba servido, y Mayura estaba listo para añadir su toque maestro a la obra. La pregunta ahora era simple: ¿cómo jugaría su carta en este acto crucial del espectáculo?
#17
Mayura Pavone
El Pavo Real del Oceano
El caos tenía una extraña manera de acomodarse perfectamente a los deseos de Mayura. Con los brazos cruzados y una ligera sonrisa jugueteando en sus labios, observaba cómo el grupo seguía las instrucciones de Porter con la precisión de un coro bien ensayado. Cada movimiento, desde Jeneva liderando la tarea, Mek levantando cajas como si fueran plumas hasta Vayne quien por fin había decidido del de utilidad. Todo era parte de una obra maestra que, aunque caótica, le pertenecía en esencia por ser el directo que la orquestaba.
 
Desde su posición estratégica, Mayura se limitó a supervisar con una actitud relajada pero siempre alerta, sus ojos grises recorriendo cada detalle de la sala. Podía sentir cómo el aire se cargaba de tensión, el eco distante de la alarma afuera y los murmullos casi inaudibles del grupo mientras trabajaban. Aquello era más que un simple golpe; era un espectáculo, y él era el artista principal.  — Excelente, queridos, así es como se crea una distracción con estilo. — comentó en tono bajo, aunque lo suficientemente alto como para que los presentes pudieran escucharlo. Sabía que sus palabras podían sonar condescendientes, pero también que era su manera de asegurarse de que nadie olvidara quién realmente tenía el control.
 
Cuando las cajas estuvieron apiladas junto a la ventana, Mayura se mantuvo ansioso jugueteando con sus katanas desde el mismo punto estratégico. Del mismo modo, sus ojos revelaban una concentración implacable, no sabía que podían encontrar al momento de romper la ventana por lo que estaba preparado para accionar. El momento de la verdad llegó cuando Porter comenzó a contar. Mayura observó el movimiento con una mezcla de expectativa y satisfacción, como si estuviera viendo el clímax de una obra que había dirigido desde las sombras.
 
Uno… dos. ¡Tres! El estruendo del cristal rompiéndose fue seguido por un caos momentáneo, el sonido de las cajas cayendo y el vidrio haciéndose añicos se mezclaron con el eco de la alarma. — Magnífico. — murmuró Mayura para sí mismo mientras observaba a los demás comenzar a cruzar la ventana. Como el comodín que era, esperó pacientemente su turno, asegurándose de que todos estuvieran a salvo antes de seguirlos con un movimiento ágil, sus katanas bien aseguradas y listas para cualquier eventualidad que pudieran encontrar.
 
La nueva sala era una suerte de respiro breve antes del siguiente acto. Más ordenada y silenciosa, ofrecía un contraste evidente con el caos que habían dejado atrás. Sin embargo, Mayura sabía que esa tranquilidad era solo temporal. Cuando Porter señaló hacia el pasillo, el elegante pirata no pudo evitar arquear una ceja, intrigado por lo que podría venir a continuación. Fue entonces cuando los vieron, doce guardias, perfectamente formados, con uniformes impecables y una presencia que dejaba claro que no serían fáciles de eludir. Mayura observó la escena con calma, analizando cada detalle, desde la postura de los guardias hasta el tono bajo de la conversación que el que parecía ser el líder mantenía con su Den Den Mushi.
 
El comentario de Porter lo sacó momentáneamente de sus pensamientos, las palabras resonaron en la mente de Mayura, pero en lugar de incomodarlo, le arrancaron una ligera sonrisa. Porter había depositado su confianza en él, y aunque el peso de esa responsabilidad podía intimidar a otros, para Mayura era simplemente otra oportunidad de brillar. — Claro que sé qué hacer, querido Porter. — respondió con su característico tono tranquilo, aunque esta vez había un filo en sus palabras, un recordatorio de que, aunque elegante, también era letal. 
 
Muy bien, queridos, parece que la situación requiere un poco más de... creatividad. — comenzó, girándose hacia el grupo con una sonrisa confiada. — Escuchen con atención, porque este será un acto que requerirá precisión única. — Mayura extendió una mano hacia Porter y continuó. — Vamos a dividirnos en dos grupos. Grupo A: Porter, Jeneva y Tyren. Ustedes son esenciales para llegar a la caja fuerte, y su seguridad es nuestra prioridad. — Luego señaló hacia Marek, Vayne y finalmente a sí mismo. — Grupo B: Marek, Vayne y su querido Pavo Real del Océano. Nosotros nos encargaremos de despejar el camino. — Dio un paso hacia la puerta que conectaba con el pasillo, dejando que su mirada se fijara en los guardias al otro lado.
 
Esto es lo que haremos. El grupo A esperará aquí, completamente escondidos y listos para moverse tan pronto como demos la señal. Grupo B tratará de infiltrarse sin ser detectado. Sé que es casi imposible, pero esperaremos a que el sujeto del Den Den Mushi termine su aparente llamada. — hizo una pausa, volviendo su mirada hacia Porter y asegurándose de que el líder entendiera la importancia de este paso. — Si ese sujeto tarda demasiado o la espera se vuelve insostenible, actuaremos. Marek, Vayne y yo nos movilizaremos para llamar la atención y tratar de derribarlos de un solo golpe. La prioridad será neutralizar al hombre con el Den Den Mushi; no podemos permitir que llame refuerzos. — Mayura ajustó el borde de su chaleco, dejando que su voz descendiera a un tono más serio.
 
Si el intento falla, y no logramos neutralizarlos rápidamente con nuestros ataques, los atraeremos hacia aquí, al almacén, donde podremos emboscarlos entre ambos grupos. Esto no solo nos dará la ventaja del terreno, sino que también nos permitirá mantener a salvo al grupo A mientras completan su tarea principal. — Volvió a cruzar los brazos, permitiendo que sus palabras se asentaran en la mente de los presentes. — Ahora, queridos, recuerden: cada movimiento debe ser preciso. Este no es solo un golpe, es un espectáculo, y nosotros somos los protagonistas. — terminó con una sonrisa afilada, su confianza irradiando como un faro en medio de la tensión.
 
Mayura dejó que el grupo procesara su plan mientras sus ojos volvían al pasillo y desenvainaba sus tres espadas. Ya podía sentir la adrenalina correr por sus venas, el tipo de emoción que solo se encontraba en el filo entre el caos y el control. Este era su momento, y estaba listo para dar el siguiente paso en esta obra maestra de intriga y peligro. Por lo que no perdió mas tiempo y dio inicio con el plan, ya seria cuestión de Vayne y Marek si decidian seguirle, Mayura sabia como actuaria en cualquier caso, y con suerte sus compañeros permanecerían tan cerca de el que pudiera "accidentalmente" dejarlos fuera de juego con el mismo ataque que utilizara para los guardias dependiendo de la situación.


Continuación del Plan


pasivas


[spoiler=Estadisiticas] 
La energía la restare en base a la acción realizada dependiendo de si usa el tatsu maki por acercarse o el onigiri por ser visto antes de acercarse.
#18
Octojin
El terror blanco
El grupo escucha atentamente tus palabras. Vayne parece más inquieto que nunca, moviendo las manos en aspavientos, sus ojos recorren el entorno como si buscara una salida que no existía. Marek, en contraste, asiente con firmeza, su confianza en tus palabras es clara, aunque no dice nada. Porter cruza los brazos, manteniendo su mirada fija en los guardias al otro lado, procesando tu plan mientras el resto del equipo espera su decisión.

No debe ser fácil tomar una decisión así, de esa manera. Y menos para un tipo aparentemente meticuloso que se está viendo obligado a improvisar cada cosa que hace. Finalmente, Porter asiente, con su rostro reflejando una clara determinación.

— Está bien. Lo haremos a tu manera, Mayura. Pero ten en cuenta que no hay margen para errores — dice, con un tono firme pero confiado. Señala a los demás. —. A sus posiciones. Marek, Vayne, seguid a Mayura y aseguraos de que podamos avanzar. El resto, preparados para moverse en cuanto recibamos la señal.

Vayne parece resignado, pero acepta, su respiración irregular mientras se prepara para el movimiento pone nervioso a los demás, pero qué van a hacer. Los cuarenta segundos que esperáis se sienten como una eternidad, el tipo con el Den Den Mushi sigue hablando, con un tono sumamente bajo pero constante. Lamentablemente no puedes escuchar lo que dice. Mientras los demás guardias se mantienen en sus posiciones, aparentemente ajenos a vuestra presencia, Marek estira sus brazos y piernas, preparándose para salir en cuanto digas.

Finalmente, el hombre cuelga su Den Den Mushi, guardándolo en su cinturón. Es el momento. Te adelantas, con Marek y Vayne siguiéndote de cerca. Los pasos son cuidadosos, tus movimientos calculados, y el grupo avanza lentamente por el pasillo en dirección hacia los guardias. Pero entonces, un pequeño ruido. El pie de Vayne golpea ligeramente una caja en el suelo, y el sonido, aunque leve, es suficiente para llamar la atención de uno de los guardias.

— ¡Alarma! — grita, girándose hacia vosotros. La reacción es instantánea.

Con un movimiento fluido, desenvainas tus espadas y lanzas un ataque repentino que te hace dar un potente salto al frente y recorrer una gran distancia en poco tiempo. El filo de tus armas corta el aire, impactando a los dos guardias más cercanos antes de que puedan reaccionar. Uno de ellos cae al suelo con un grito ahogado, mientras el otro retrocede tambaleándose, con el uniforme desgarrado y la sangre manchando el suelo.

Los cinco guardias que estaban en el centro se defienden con dificultad, y tus cortes alcanzan a algunos, pero otros logran esquivar parcialmente el ataque. Sus movimientos son torpes, sorprendidos por tu velocidad, pero mantienen sus posiciones, alzando sus armas con intención de contraatacar.

Los cinco guardias más alejados tienen tiempo suficiente para reaccionar. Forman una línea defensiva, sus espadas desenvainadas os miran con respeto y ya se encuentran totalmente listos para enfrentarse a ti. El hombre que llevaba el Den Den Mushi, atrapado en el centro del caos, lo deja caer al suelo y alza su espada, poniéndola entre tú y él. Su expresión es de determinación mezclada con sorpresa.

— ¡Mayura, cuidado! — grita Marek mientras se lanza hacia los dos guardias que has herido primero. Con una fuerza impresionante, los placa contra la pared, haciendo que sus armas caigan al suelo. Los golpes que sigue propinándoles son contundentes y empiezan a neutralizarlos.

Giras la cabeza rápidamente para buscar a Vayne, pero no está. Ha desaparecido, dejando un hueco en la formación que no puedes ignorar. El caos de la situación no te da tiempo para cuestionarlo demasiado; los guardias te rodean, y estás en el centro de todos ellos.

El líder de los guardias avanza hacia ti, con la espada brillando bajo las luces del pasillo. Se le ve muy confiado, incluso se toma un par de segundos antes de hablar.

— ¡Ríndete ahora! — ordena, pero su tono refleja más preocupación que autoridad. Sabe que no estás dispuesto a entregarte sin luchar.

Mientras te preparas para el próximo movimiento, tus ojos captan el Den Den Mushi tirado en el suelo. Si uno de los guardias lo recoge, podrían llamar refuerzos, complicando aún más la situación. Aunque sinceramente, creo que no es el mayor de tus problemas ahora mismo. El tiempo se convierte en tu enemigo, y cada segundo cuenta.

Porter y los demás están esperando la señal para avanzar, pero ahora todo depende de cómo manejes a los guardias, que te rodean en círculo. El caos es absoluto, pero para alguien como tú, el caos es solo otro escenario en el que brillar. ¿Qué harás a continuación?
Contenido Oculto
Contenido Oculto
#19
Mayura Pavone
El Pavo Real del Oceano
El grito de alarma cortó el aire como un cuchillo, y Mayura, en lugar de dejarse intimidar, simplemente dejó escapar una risa suave y arrogante. El caos a su alrededor no fue un obstáculo; es solo uno de sus escenarios previstos. Con un movimiento fluido, se deslizó como un bailarín al borde de su primer acto. — Queridos míos... parece que el espectáculo comienza antes de lo esperado. — Murmuró, más para sí mismo que para los presentes, aunque el volumen es suficiente para que los guardias más cercanos lo escuchen, sus rostros torciéndose en una mezcla de confusión e irritación.  Mayura se lanzó hacia adelante, con una precisión que pareció más arte que violencia. Su objetivo era claro: los guardias más cercanos que aún intentan procesar lo que acaba de ocurrir. El impacto es inmediato; uno cae con un grito, su arma deslizándose de sus manos, mientras otro retrocede tambaleándose, una herida superficial pero suficiente para desconcertarlo.
 
Sin embargo, el terreno dio rápidamente un cambio inesperado, no solo por la desaparición de Vayne a la que no le daría mucha importancia ahora debido a que su vida estaba en juego. Sino porque el líder de los guardias avanzó con una postura firme hacia el elegante pirata que ahora se encontraba rodeado por la formación de los guardias de seguridad mientras cerraban el círculo a su alrededor cada vez más, sus ojos grises se mantuvieron recorriendo cada detalle con la precisión de un estratega. Afortunadamente, el Den Den Mushi yacía tirado en el suelo, un pequeño pero vital elemento que podría inclinar la balanza en su contra si los refuerzos eran llamados. Así es, un pequeño y potente objeto que Mayura no permitiría que tocasen en ningún momento.
 
Rendirme, dices... — Mayura sonríe, inclinando la cabeza con un gesto teatral, sus espadas brillando bajo las luces. — Lo siento, querido, pero no puedo. Sería un desperdicio interrumpir esta obra maestra en su clímax. — Su voz era suave, casi burlona, pero sus ojos reflejaban una intensidad que dejaba claro que estaba listo para el desafío. Decidió actuar con rapidez y estrategia pues no había tiempo que perder.


 — ¡Torbellino Real! — vociferó con firmeza, aun con sus armas en mano y su tercera espada entre los dientes, girando con la gracias de cual bailarín sobre la punta de su pie derecho, liberando una poderosa ráfaga de aire con forma de torbellino que buscaba no solo destruir el Den Den Mushi del suelo, sino dañar a todo lo que quedaba dentro del rango de su técnica, entre ellos los guardias de seguridad y el líder que tenía en frente.

Tatsu Maki
SAN501
SANTORYU
Ofensiva Activa
Tier 5
14/11/2024
60
Costo de Energía
3
Enfriamiento
El usuario girara sobre sí mismo con sus tres espadas liberando una poderosa rafaga de aire cortante a presión que rotará alrededor del usuario expandiéndose como un tornado cortante que se expandirá hasta 6 metros de radio alrededor del usuario y alcanzará los 15 metros de altura, causando una [Hemorragia leve] a todos los afectados. Ittōryū: Si se utiliza una sola espada en esta técnica tendrá una [Penetración] de 70 de Daño. Nitōryū: Si se utilizan dos espadas en esta técnica su área será de 8 metros de radio y su altura de 20 metros rotando a +5 [Tasa de Acierto]. Santōryū: Si se utilizan tres espadas en esta técnica su área será de 10 metros de radio y su altura de 25 metros. Su multiplicador aumentara [+0,3],
Golpe Básico + [FUEx3] de [Daño cortante]


 — ¡Porter, es ahora o nunca! ¡Avancen mientras despejamos el camino! — exclamaría con todas sus fuerzas, asegurándose de que su voz resonara por encima del caos y del ruido del torbellino creado.
 
En medio del caos, Mayura analizó el entorno con sus ojos grises como bisturís. La confusión en las filas enemigas, el aire cargado de tensión, y su propio dominio del escenario eran herramientas que no pensaba desperdiciar. "Un buen artista siempre controla su público." Pensó mientras evaluaba sus próximos movimientos. Justo antes de terminar de girar, aprovecharía el impulso del giro para ir directo por la garganta del líder de los seguridad, buscando realizar un corte limpio y preciso con sus tres espadas.  

 
Cizaña
ESP101
ESPADACHíN
Ofensiva Activa
Tier 1
10/10/2024
22
Costo de Energía
1
Enfriamiento
Se trata de un simple pero rápido tajo con el arma buscando encajar un corte con la mayor profundidad posible, causando +10 de daño de [Colisión].
Golpe Basico + [FUEx2] de [Daño cortante]


Mayura simplemente se concentraría en mantener la atención de los guardias, su danza letal continuaría con cada corte que fuera necesario para abrir paso. En el peor de los casos, la llamada al grupo A también serviría para que se unieran al combate en caso de que los seguridad quedaran en pie, lo que si estaba más que confiado en que ese Den Den Mushi en el suelo y cualquier otro del que no se haya percatado en ese pasillo ya no serían un problema.

Datos Tecnicas


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#20
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