¿Sabías que…?
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[Aventura] ¿Un rival digno? [T2]
Ragnheidr Grosdttir
Stormbreaker
El despacho en el área abandonada del cuartel de la marina tiene un aura inquietante y descuidada. Las paredes están manchadas por la humedad y el paso del tiempo, mostrando restos de pintura azul marino que se descascara en algunos puntos. El mobiliario es austero, un escritorio de madera envejecida con marcas de cortes y quemaduras, una lámpara de escritorio que apenas ilumina con su débil bombilla amarillenta, y dos sillas cochambrosas que crujen al sentarse. Una ventana enrejada deja pasar la luz grisácea del exterior, con vistas a un patio lleno de escombros. Sobre el escritorio, un cenicero repleto de colillas y papeles desordenados refleja la tensión en el aire. Este es el despacho al que tienes que venir. Has recibido una llamada de un marine citándote justo en este lugar.

Romin Contróy se encuentra sentado en una esquina de la mesa. Este hombre es un veterano, evidente por sus años reflejados en el rostro curtido y la postura rígida. Lleva un uniforme blanco de gala con impecable pulcritud, aunque el entorno no parece digno de tal despliegue. Su pecho está adornado con numerosas medallas que cuentan historias de batallas, misiones exitosas y sacrificios, destacando una cruz dorada con un ribete azul, probablemente otorgada por un acto heroico en alta mar. Su cabello, corto y gris, está perfectamente peinado, y sus ojos, de un azul gélido, observan a su interlocutor con cautela y desconfianza. Tiene un porte digno, pero la forma en que aprieta la mandíbula y tamborilea los dedos sobre la mesa denota su incomodidad por tener que tratar con un agente como William Hardgore. — ¿Va a tardar más? ¡De qué coño vais! — Vociferó con malas palabras.

Sups es con quién habla. A diferencia del oficial de la Marina, este individuo parece moverse como una sombra. Su figura es delgada pero firme, y su traje negro parece haber sido hecho a medida, ajustándose perfectamente a su cuerpo. Lleva guantes negros de cuero y unas gafas oscuras que ocultan sus ojos, lo que dificulta leer cualquier emoción en su rostro inexpresivo. Una pequeña insignia, apenas visible en su solapa, delata que pertenece a alguna división secreta del Cipher Pol, aunque su rango es indeterminado. Su presencia es fría e intimidante, como si siempre estuviera evaluando a los demás, esperando cualquier signo de debilidad. — La espera es un losa que podemos soportar, caballero. — Habla en un tono bajo y cortante, dejando claro que no está acostumbrado a recibir órdenes, solo a ejecutarlas. Su simple postura, relajada pero alerta, muestra una confianza que bordea la arrogancia. Él es el encargado de citarte aquí. Un hombre que cuando supo de ti, quiso conocerte en persona al instante.

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#1
William Hardgore
Agente Hardgore/El Sabueso
Personaje

Día 47 de Verano del Año 724
 
Eran las cinco de la mañana y el sol aún no había salido pero el agente Hardgore ya de encontraba despierto. Este realizaba una sección de calentamientos mientras leía su libro, su más grande obsesión en los últimos años. Este dormía en unos de los dormitorios para soldados de la marina en el G-31 . Aprovechando la mañana, William salió de su dormitorio ya en traje con su capa negra de bordes blancos, acompañado de su libro en su mando izquierda. 
 
Artista Marcial Iniciado
ARM300
ARTISTA MARCIAL
Pasiva
Tier 3
22/11/2024
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Este se dirigía a la cafetería de la base, pues había escuchado que sus desayunos eran bastante famosos. Al pedirse un sándwich y un café este se sentó en una de las muchas mesas que habían en la cafetería. Fue entonces cuando un marine se paró al lado de William y le dejó saber que le querían en cierta oficina. William subió la ceja derecha en sorpresa, pues no se esperaba que alguien lo requiera tan temprano.
 
El joven William había sido ascendido al Cipher Pol 4 recientemente gracias a sus excepcionales habilidades. En esta agencia William sería instruido en el arte de la inflirtacion y el asesinato, cosa que ya sabía de antemano pero que no hacía daño aprender algo más. Luego de terminar su desayuno con paciencia este se levantó y se dirigió hacia dicha oficina recorriendo los pasillos de la base mientras seguía leyendo quel libro de apariencia tenebrosa. 
 
Al acercarse a la oficina William pudo notar el poco mantenimiento que se le había estado dando a esta aunque eso no fue un obstáculo para entrar por aquella puerta. Justo antes de entrar el joven Hardgore pudo escuchar dos voces, una gritaba, como si estuviera quejándose mientras que la otra era calmada y misteriosa. Al entrar a la oficina William analiza a los dos sujetos en esta reportándose como de costumbre.
 
 — Agente Hardgore reportándose. — anunciaba William de lo más calmado notando cierta impaciencia por parte del tipo de traje blanco. Lo único que quería William era acción, sentir la adrenalina del momento mientras se escabulle con un objetivo en mente, desatar una masacre silenciosa.
 
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#2
Irina Volkov
Witch Eye
El ambiente en la oficina parecía cargado de tensión desde el momento en que William cruzó el umbral. La humedad del lugar hacía que el aire fuera denso, y las miradas de los dos hombres lo atravesaron como dagas, cada uno analizándolo de forma distinta. El oficial de la Marina, con su impecable traje blanco, se levantó de golpe al escucharlo hablar, golpeando la mesa con ambas manos en un gesto de frustración. Su rostro enrojecido y las líneas marcadas en su frente mostraban que la paciencia no era una de sus virtudes. —¡Por fin llegas!— Dijo el hombre de uniforme, señalándolo con un dedo como si quisiera perforarlo. —¿Sabes qué hora es? Te llamamos porque necesitamos respuestas, no porque queramos que desayunes tranquilamente en nuestra cafetería. Esto no es un juego, agente.— La última palabra la escupió con un marcado desdén. Era gracioso, por que objetivamente era muy pronto, pero aquellos dos habían empezado el día hace mucho tiempo. Mientras tanto, el hombre de negro permaneció sentado, en una postura imperturbable. Su rostro era casi una máscara inhumana detrás de las gafas oscuras, y un leve movimiento de su cabeza indicó que estaba tomando nota del comportamiento tanto de William como del oficial. Finalmente, con una voz que contrastaba con los gritos, habló.

Tranquilo, señor. Los agentes de Cipher Pol no funcionan bajo nuestras reglas de disciplina naval. William Hardgore ha llegado en el momento que considera adecuado, y por lo que veo, tiene… potencial.— Su tono era tan frío como el filo de un cuchillo. Se giró hacia William, inclinando la cabeza con un gesto casi imperceptible, como si lo estuviera desafiando. —Agente Hardgore, espero que su reciente ascenso sea indicativo de sus capacidades. Esto no será un paseo, y no toleramos errores. ¿Tiene algo que decir antes de que entremos en materia?— A diferencia del marine, se veía en este una actitud mucho más elegante, firme sí, pero respetuosa. Romin bufó, cruzando los brazos con gesto iracundo, mientras William permanecía estoico. Su mirada viajó de uno a otro, tomando nota de cada detalle, las medallas brillantes y el rostro acalorado del oficial, las manos enguantadas y la quietud casi depredadora del hombre de negro. Finalmente, su voz resonó con la misma calma que lo caracterizaba, aunque su tono dejó entrever un toque de desafío.

El hombre de la Marina apretó la mandíbula con tanta fuerza que el crujido de sus dientes casi se oyó en la sala. Sus puños se cerraron, y por un momento pareció que iba a replicar de nuevo, pero se contuvo, soltando un bufido como si quisiera liberar toda la frustración acumulada. Su mirada se desvió hacia el hombre de negro, esperando algún tipo de reprimenda hacia el recién llegado, pero no encontró lo que buscaba. El misterioso agente del Cipher Pol simplemente alzó una ceja tras sus gafas oscuras y cruzó los dedos frente a su boca, formando un gesto que parecía mitad burla, mitad aprobación. —Directo al grano, entonces. —Murmuró el hombre de negro, inclinándose apenas hacia adelante. Su tono seguía siendo helado, pero había un leve tinte de curiosidad, como si estuviera probando hasta dónde llegaría la audacia del joven agente. —Eso me gusta. Pero recuerda, Hardgore, no estás en un juego de niños. Aquí no es solo tu vida la que está en riesgo. Hay piezas en movimiento, y si una falla… todo el tablero se derrumba. Quiero ver si puedes bailar en esa cuerda floja sin caerte.

El hombre hizo una pausa deliberada, dejando que sus palabras se asentaran en el aire como una amenaza velada. En ese momento, el marine resopló con desdén, girándose hacia la ventana mugrienta y cruzando los brazos, claramente harto de la atmósfera tensa y de la actitud del agente. El despacho volvió a quedar en silencio por unos segundos, salvo por el sonido de una gota cayendo de alguna tubería rota en el techo. Era como si el lugar mismo respirara esa tensión contenida, un reflejo de los temperamentos que chocaban en la sala. Finalmente, el hombre de negro se enderezó y deslizó un sobre sellado hacia el centro de la mesa. —Dentro de este sobre están los detalles de tu misión inicial. —Anunció con calma, ignorando por completo la mirada de desaprobación del marine. —Es una tarea que evaluará tus capacidades reales en infiltración y neutralización. El éxito no es negociable.— Romin, sin girarse, dejó escapar un comentario seco por encima del hombro, como si no pudiera quedarse callado. —Espero que todo ese aire de superioridad no te haga fallar, agente. Porque si fallas, no habrá desayuno que te salve.— El hombre de negro apenas reaccionó al comentario, pero sus labios formaron una ligera curva, una sonrisa gélida que no alcanzaba sus ojos. Sus dedos golpearon la mesa una vez, marcando el final de la conversación.

Estos hombres, que parecen todo lo contrario que gente corriente, están aquí, evaluando lo que haces y dices. Tal parece que cada uno espera una cosa de ti y de que te han asignado una particular misión. ¿Estás listo?
#3
William Hardgore
Agente Hardgore/El Sabueso
La llegada del joven agente parecía crear un ambiente aún más pesado del que ya había. Detrás de la mesa y con poca paciencia estaba aquél oficial de la marina el cual no paraba de gritar y de demostrar su inconformidad. Este parecía algo más aliviado con el agente Hardgore allí aunque no era excusa para volver a criticar su tardía en un asunto de importancia.
 
Mientras que aquél oficial de blanco uniforme se sentaba y levantaba de su silla según su estado de ánimo, el agente del gobierno no se movía de su silla analizando al joven agente. Este último decidió hablar ante el show que estaba creando el oficial. También resaltó el potencial de William sabiendo que había sido ascendido recientemente aunque dejó bien claro que se esperaba mucho de dicho potencial.
 
Antes de poder ir directo al grano aquél viejo agente le preguntó a William si tenía alguna duda. — Ninguna señor — en realidad si que había una duda en la mente de William y esta era el porqué de aquél lugar, que acaso la marina no usaba a sus reclutas para limpiar lugares así? En fin, nada de gran importancia para el joven agente a parte de la identidad de aquél otro miembro del Cipher Pol.
 
William también analizaba al tipo de traje negro con sutiles miradas preguntándose si habría coincidido alguna vez con su padre, cabecilla de la familia Hardgore. Fuera de aquellas pequeñas curiosidades que rondaban por su cabeza, William ansiaba salir de cacería pues esta era la principal razon por la que se trasladó desde ciudad Cocoyashi hasta Loguetown. 
 
Luego de otro tenso momento en el que aquél oficial quería que media base marine se diera cuenta de lo enojado que estaba el agente del gobierno exclamó que iría directo al grano. Este explicó que habían otras piezas en juego y que si una fallaba, todas lo hacían, así que esperaba que el agente William se tome aquél asunto con seriedad. 
 
Aquello último tras una breve pausa empezaba a sonar como toda una amenaza ante la más mínima posibilidad de fallar dicha misión. El oficial marine se levantó de su asiento, girandose hacia aquella mugrienta ventana. Luego de otros tensos segundos el agente del gobierno toma y desliza un sobre sellado por aquella mesa hasta llegar a William asegurándo que dentro se encontraban los detalles de su misión.
 
El oficial, aún con los humitos altos amenazó de una forma burlesca al joven Hardgore, dejándole claro que si fallaba no habría desayuno capaz de salvarle. William dejó ver una jovial y clara sonrisa en respuesta al comentario del oficial, pese a que no se trataba de nada más que de una sonrisa falsa de la cual aquél tipo trajeado se habrá dado cuenta. — Su misión no podría estar en mejores manos. — dijo William antes de tomar aquella carta y salir de aquél lugar, transformando una de sus uñas en una afiliada garra para cortar el envoltorio de la carta y poder leerla en paz.
#4
Irina Volkov
Witch Eye
La oficina quedó en un silencio extraño tras la partida de William, como si el aire mismo hubiera decidido tomarse un respiro luego de soportar tanta tensión acumulada. El oficial de la Marina dejó escapar un resoplido irritado y se giró de nuevo hacia la mesa, dejando caer su peso sobre la silla con un golpe seco. Su expresión mostraba una mezcla de alivio y cansancio, aunque su orgullo herido seguía latiendo con fuerza. —Ese chico... tiene demasiada confianza para alguien tan joven. —Gruñó mientras tamborileaba los dedos sobre la mesa. Luego lanzó una mirada fugaz al hombre de negro, buscando algún tipo de reacción o confirmación de que su malestar estaba justificado. —Espero que sepa lo que hace. No necesitamos más líos con los civiles por culpa de un agente inexperto.— El hombre de negro no respondió de inmediato. Permaneció en su asiento, con los dedos cruzados frente al rostro, su mirada oculta tras las gafas. Finalmente, se inclinó hacia atrás en la silla, dejando que un leve sonido de los muelles del mueble llenara el espacio. Sus labios se curvaron en una sonrisa casi imperceptible, pero no había calidez en ella. —¿Demasiada confianza? —Repitió con un tono burlón, ladeando ligeramente la cabeza. —Yo diría que tiene la cantidad justa. No olvidemos que la arrogancia a menudo es la mejor máscara para el miedo. Aunque… —Hizo una pausa, como si estuviera saboreando las palabras antes de soltarlas.— Sería interesante ver cuánto de esa confianza queda si las cosas se complican.

El oficial bufó y desvió la mirada, cruzando los brazos con irritación. No le gustaba el tono del hombre del Cipher Pol, como si todo fuera un experimento para él, un juego de sombras y apuestas. Sin embargo, sabía que no tenía autoridad para cuestionarlo. Mientras tanto, William avanzaba por los pasillos de la base, su capa negra ondeando ligeramente a su paso. La carta ahora abierta reposaba en su mano izquierda, y sus ojos recorrían las líneas escritas con detenimiento. La misión parecía sencilla a primera vista, una infiltración en un pequeño puerto controlado por contrabandistas que habían estado moviendo armas de forma clandestina. Sin embargo, los detalles contenían matices que delataban la complejidad de la tarea: nombres que no coincidían, rutas alteradas de último momento y menciones a contactos desconocidos que podrían complicar el panorama.

William, sin embargo, no parecía inquieto. Mientras caminaba, su sonrisaNo era una sonrisa de satisfacción o tranquilidad, sino una que reflejaba pura anticipación. Para él, esta misión no era una carga ni un obstáculo; era una oportunidad, un escenario donde podía desplegar sus habilidades y probarse a sí mismo. Una cacería. Al pasar por un grupo de marines que conversaban en voz alta, su figura llamó la atención brevemente, pero él no les dedicó ni una mirada. Su enfoque estaba en el contenido de aquella carta y en lo que le esperaba al otro lado de las líneas enemigas.
#5


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