Hay rumores sobre…
... que existe una isla del East Blue donde una tribu rinde culto a un volcán.
[Aventura] [T5] Salvar al soldado Ben
Raiga Gin Ebra
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El Archipiélago Conomi se alza en el horizonte, desde la cubierta puedes ver cómo sus islas interconectadas por puentes y bulliciosos puertos iluminados por la actividad constante de barcos y ciudadanos que abren el camino de vuestra misión. El ambiente idílico del lugar contrasta con la tensión que pesa sobre tus hombros. La misión es clara: rescatar al soldado raso Ben sin ceder al chantaje de los piratas. Sin embargo, no tienes mucho tiempo; las 24 horas para el intercambio pasan más rápido de lo que quisieras.

Al llegar al G-39, la base marine situada en la tranquila aldea de Goza, te encuentras con un despliegue de actividad febril. Los oficiales discuten tácticas en el interior, mientras los soldados se preparan para cualquier eventualidad. La verdad es que parece un caos mayor desde dentro que desde fuera. El tiempo apremia y se nota. El sargento Murray, visiblemente tenso tras la situación en Kilombo, te recibe en su despacho. Una mesa llena de mapas del archipiélago y un Den Den Mushi parpadeando constantemente dejan claro que cada detalle está bajo escrutinio.

—Suboficial Henry, necesitamos un plan —dice Murray, sin rodeos—. Sabemos que los piratas quieren realizar el intercambio en algún lugar del archipiélago, pero no sabemos si tienen aliados aquí o cuál será su estrategia exacta. No podemos dejar que se salgan con la suya, pero tampoco podemos poner en peligro la vida del soldado Ben.

Te señala el mapa sobre la mesa, con varios lugares marcados en la ciudad de Cocoyashi, la aldea Goza y Coral Town.

—Ellos aún no han especificado el punto exacto del intercambio, pero han dejado claro que debe ser en territorio neutral. Sospechamos que lo harán en algún lugar público para dificultar una ofensiva directa. Quiero que lideres un equipo de reconocimiento y planifiques nuestra estrategia. Necesitamos alternativas, y las necesitamos ya —Murray toma aire, visiblemente cansado—. Esto debe resolverse de una vez, y tú eres el hombre para este trabajo.

Para esa misión que te encomiendan, te entregan un equipo reducido para moverte con rapidez: tres marines experimentados que han trabajado contigo antes. Entre ellos está el Alférez Barrat Kuda, un gyojin cuya experiencia en combate y conocimiento táctico lo convierten en un aliado valioso. También te acompaña la cabo Elena, experta en infiltración y comunicaciones, y el sargento Lukas, un francotirador con vista de águila.

Juntos comienzan a recorrer los posibles puntos de encuentro. En la Ciudad Cocoyashi, el mercado bullicioso y el museo marítimo destacan como lugares propicios para el intercambio debido al constante flujo de personas. En la Aldea Goza, la taberna del Teniente Smith, conocida por su ambiente relajado, parece un lugar estratégico donde podrían pasar desapercibidos. Sin embargo, Coral Town es un caso especial. Los gyojins tienen una relación cercana con los marines y es poco probable que los piratas se arriesguen a ir allí, aunque sigue siendo una posibilidad remota.

Kuda toma la palabra mientras señalan el mapa, al menos ellos parecen tener algo claro lo que quieren hacer, otra cosa es que esté bien o no.

—Si los piratas son listos, intentarán mantenernos lejos de cualquier terreno que podamos controlar fácilmente. Cocoyashi sería su mejor apuesta, pero si saben que tenemos ojos en todas partes, podrían optar por un lugar más discreto, como los puentes que conectan las islas.

Elena, mientras tanto, analiza las posibilidades de emboscada.

—Si quieren sorprendernos, podrían usar el mercado o el muelle de Cocoyashi. Lugares amplios, llenos de civiles, nos limitarían. Pero si optan por algo como la taberna, podríamos aprovechar las entradas limitadas para colocar francotiradores.

Lukas asiente mientras limpia su rifle. Parece el más callado de todos, aunque está bastante pendiente de lo que se dice.

—Si me dan una posición elevada, puedo cubriros sin problema. Solo necesito saber dónde estará el objetivo.



Tras horas de deliberación, debes enviar un informe preliminar a la base. Tu propuesta debe incluir varios caminos. Cómo harías el intercambio, dónde, si harías alguna distracción para el rescate y un plan B, una operación de fuerza total si todo sale mal.

Murray revisará los planes detenidamente y te dará una respuesta rápida.

Las 24 horas están contando. El peso de la misión está sobre tus hombros, pero no puedes permitirte fallar. Se lo debes a los tuyos.

Holaaaa
#1
Henry
Tigre Rojo de la Marina
Personaje
 
Uniforme de Henry
Día 47 de Verano del año 724
 
El viento nos empujaba decidido a llevarnos a nuestros objetivo, el archipiélago Conomi. El viaje había sido de lo más relajado posible, ningún monstruo marino nos quiso devorar y ningún soldado se tuvo que despedir de su almuerzo por la borda. El avistar gaviotas nos daba la señal de que estábamos cerca, así que se nos dió la órden de preparar las cosas para el desembarco.
 
El suboficial Henry, motivado y decidido a rescatar al soldado raso Ben observa la hermosura del archipiélago Conomi desde la proa del barco, contemplando el entrar y salir de otros barcos y el movimiento de los ciudadanos en las islas. Lamentablemente no había mucho tiempo antes que el límite dado para rescatar al soldado Ben se acabe. Sabiendo esto, Henry se bajó de la proa del barco y empezó a cargar gigantes cajas de materiales y armas desde los almacenes para luego almorzar algo de lo que este se había preparado, saltado de pollo.
 
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Una vez en el G-39 era imposible quedarse unos segundos en shock por el movimiento de marines en la base, los cuales quedaban pálidos ante las discusiones de oficiales los cuales intentaban elaborar un plan con el cual proceder. El suboficial Henry recibía una notificación por parte de un soldado que el Sargento Murray le esperaba en su despacho. Una vez allí, Henry pudo notar el aire de estrés que invadía el lugar, Murray estaba sentado detrás de una mesa repleta de mapas los cuales dejaban ver cada detalle del archipiélago.
 
 — Sargento
 
Al llegar y posicionarse frente a aquella mesa el suboficial Henry realiza un saludo marcial en respeto a su mayor. El sargento Murray le deja saber que no tienen idea si estos piratas cuentan con aliados o donde tienen resguardado al soldado Ben. Murray procede a señalado distintos puntos de interés en el mapa para luego dejar en claro cual sería la misión del suboficial. 
 
Henry debería de liderar un pequeño grupo de experimentados marines los cuales le ayudarían a crear toda una estrategia que resulte en el rescate del soldado Ben y en el menor daño colateral posible. Esta no sería una misión fácil, pues estos piratas no eran unos tontos y sabían como evitar un ataque a gran escala de la marina.
 
En clara señal de cansancio, el sargento Murray aclara que es Henry la personaje indicada para dirigir dicha operación y que contará con los siguientes individuos para apoyarle; Barrat Kuda, un alférez gyojin, la cabo Elena y el sargento Lukas, todos y cada uno de ellos habían trabajado a la par del suboficial Henry por lo que sería más facil coordinarse. Antes de poder salir a la misión de reconocimiento, el suboficial Henry se toma unos segundos para estirar sus brazos y piernas, pues siempre venía bien antes de combatir el peligro.
 
Artista Marcial Iniciado
ARM300
ARTISTA MARCIAL
Pasiva
Tier 3
23/11/2024
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Una vez listos el grupo de cuatro marines se dirigió a cada punto de encuentro planificando sus futuros movimientos. Ante esto, cada miembro del grupo dió su punto de vista ante la situación. — Es casi obvio que buscarán un lugar plagado de civiles para complicarnos la vida, estos piratas ya nos han enfrentado y han perdido muchos hombres, dudo que se lo estén tomando a la ligera. — Henry seguía observando los potenciales puntos de interés.
 
 — Tendremos que mantener vigilancia en todos los puntos de interés sin que los piratas se den cuenta, así podremos posicionar muestras tropas en un punto medio, listas para tomar sus posiciones. — El primer obstáculo sería el averigua la zona exacta donde estarían los piratas y que tan rápido podrían nuestras tropas posicionarse. — La estrategia en general será crear un grupo de inflirtación liderado por Elena, el cual nos informará de la ubicación del Ben, si es que no la sabemos hasta entonces y esperará a que los francotiradores eliminen a los piratas alrededor de este.
 
 – El campo de batalla puede cambiar cien veces así que tendremos que estar preparados para lo imposible, por eso necesitamos asegurar al soldado Ben rápidamente. — El suboficial Henry empieza a escribir su informe y todos los detalles de como procederán en la operación de rescate.

Informe:
1. Lugar de encuentro: La opción más efectiva y segura es enviar a dos solados con un Den Den Mushi a vigilar todas y cada una de las zonas de interés mientras estos se ocultan esperando a ver cualquier movimiento pirata para así avisarnos. 
 
2. Las tropas necesarias para esta operación deben de estar listas en todo momento para ser desplegadas en cualquiera de los puntos de interés, en caso de que alguno de los grupos de vigilancia no responda cuando se deba se tomará como que fueron eliminados por dichos piratas. Cuando se sepa la zona exacta yo mismo asignaré rápidamente las posiciones de cada grupo.
 
3. Hay cuatro grupos en total para esta operación, uno de infiltración encabezado por Elena, uno de francotiradores liderado por Lukas, el primer pelotón de choque el cual yo llevaré y un segundo pelotón de choque liderado por Kuda en caso de ser necesario tanto para reforzar el primer pelotón o a los demás grupos.
 
4. Proceder: El primer pelotón se presentará en la zona sin mostrar  señales de hostilidad, aparentando ser todo lo que tenemos para dicha situación. Mientras que una conversación ocurre, Elena y su grupo de inflirtacion nos dará intel sobre la zona y la posible ubicación de Ben. Este grupo no podrá actuar hasta que los francotiradores de Lukas no limpien la zona donde Ben se encuentra, reduciendo los chances de que lo puedan matar. Cuando estos dos primeros grupos se muevan y Elena tenga al soldado Ben asegurado entonces una batalla entre el primer pelotón y los piratas empezará. Muy probablemente el pelotón de Kuda sea enviado a posicionarse entre Ben y los piratas, haciendo de los piratas un sándwich.
 
5. Detalles: Todo será susceptible a cambios por lo arriesgado de la operación. El proceder de los dos primeros grupos puede cambiar drásticamente dependiendo de la situación. Dos pelotones y los soldados indicados para los dos primeros grupos sería todo lo necesario.
 
Inventario
Stats Actualizados
#2
Raiga Gin Ebra
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El despacho de Murray está cargado con el aroma del café que sostiene mientras lee tu informe. Huele francamente bien. ¿Será que tiene un café premium por su status? Seguramente, quizá le puedas preguntar en otra situación. Sus ojos recorren cada palabra con atención, pero su ceño ligeramente fruncido delata sus pensamientos. Tarda un momento en levantar la vista hacia ti, dejando la taza sobre la mesa con un suave "clink".

—No me parece mal plan, Henry, pero hay algo que no termina de convencerme —comienza, entrelazando sus manos frente a él. Hace una pausa, como si escogiera cuidadosamente sus palabras—. Antes de desarrollar estos puntos, necesitamos saber dónde demonios están. Si no conseguimos esa información, ninguno de estos movimientos podrá ejecutarse correctamente.

Se pone de pie y comienza a caminar de un lado a otro, dejando ver su corpulenta figura que proyecta sombras sobre los mapas extendidos en la mesa.

—Lo primero es lo primero: tenemos que ser más agresivos en la infiltración. Hay que peinar todos los muelles, cada rincón donde pueda haber actividad pirata, y asegurarnos de que sus movimientos no pasen desapercibidos —Te señala con el dedo, en un gesto más reflexivo que acusador—. Si encontramos su barco, lo demás será sencillo. Podremos vigilarlo y dar con el lugar donde pretenden realizar el intercambio. Esa es la clave, y eso es lo que tenemos que priorizar. Francamente, no creo que hayan sacado a Ben del barco; debe seguir siendo su carta de negociación, su "tesoro", por así decirlo.

Creo que todo lo que dice Murray puede tener sentido, ¿no? Su enfoque más directo puede ser la clave para descubrir la ubicación de los piratas, pero es tu momento de rebatirle algo si quieres. Sin embargo, no puedes evitar notar cierta inquietud en su tono y en la manera en que sus pasos resuenan sobre el suelo. El peso de las bajas anteriores y el estado crítico del soldado Ben parecen haber dejado huella en Murray, que está visiblemente nervioso y más involucrado de lo que lo estaría en cualquier otra misión. Aunque bueno, puede tener todo el sentido del mundo si lo piensas. ¿Cuántas veces habrán raptado a un marine? Me imagino que no muchas. Sea lo que sea que le pase a Ben, saldrá en las noticias.

El bullicio en la base G-39 no cesa. Marines corren de un lado a otro con informes y mapas, preparando sus equipos y recibiendo órdenes para comenzar la vigilancia en los puntos clave. Los rumores comienzan a filtrarse entre los soldados, alimentando la incertidumbre. Uno de ellos se detiene junto a ti mientras revisas un mapa.

—Suboficial Henry, dicen que los piratas han comunicado que llamarán cuando queden doce horas para el intercambio —te dice en voz baja, como si temiera que el mensaje fuera escuchado por otros.

La información no ha llegado de manera oficial, y no puedes basar una estrategia en un simple rumor, o eso te dirían tus superiores. Sin embargo, si fuera cierto, podría ser una ventaja para ajustar el tiempo y las posiciones. Igual deberías preguntar a algún superior si eso es verdad y actuar en consecuencia.

En cualquier caso, te toca poner algo de orden entre los marines. Varios grupos de marines comienzan a desplegarse en las áreas clave. En los muelles de Ciudad Cocoyashi, donde el constante tráfico de barcos podría esconder un movimiento pirata. En el mercado bullicioso, con marines encubiertos entre los civiles. Y en los puentes que conectan las islas, puntos estratégicos para detectar cualquier llegada sospechosa. Pero si bien es cierto que hay bastante despliegue, todos han ido a puntos obvios para atracar un barco. No creo yo que los piratas sean tan poco inteligentes de dejar el barco en una zona tan obvia, ¿no? O sí, vete a saber. Uno no se puede fiar de los piratas en general.

Por su parte, la aldea de Goza también recibe atención especial. La taberna del Teniente Smith es vigilada discretamente por un pequeño grupo, mientras que los restaurantes y almacenes cercanos son revisados constantemente.

Coral Town, aunque menos probable como escenario para el intercambio, no se descarta del todo. Se envía un pequeño grupo para mantener presencia en los alrededores, evitando llamar la atención de los gyojins y ningyos que habitan allí. Aunque siendo "aliados", quizá habría que tomar otra estrategia.

Mientras tanto, Murray sigue evaluando cada movimiento, asegurándose de que no queden cabos sueltos. Su nerviosismo no disminuye, pero parece confiar en que tu liderazgo será crucial para que esta operación termine con éxito.

La cuenta atrás continúa, y las piezas se mueven en el tablero. La tensión en el ambiente es casi palpable. Quedan 20 horas para el posible intercambio.

Contenido Oculto
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#3
Henry
Tigre Rojo de la Marina
Luego de evaluar los puntos de interés y completar el informe nos dirigimos de vuelta a la base para así informar al sargento Murray de todo lo que tenemos hasta ahora y de la estrategia que se tenía en mente. Una vez en la base y entregado el informe me ubiqué al otra lado de la mesa en la que estaba sentado Murray.
 
El olor a café era evidente, se trataba de uno fuerte y de buena calidad. Aquello eran cosas que le fascinaban a Henry, pues su pasión por la cocina y todo lo relacionado con esta era notoria. Pese a que el joven suboficial estuvo a nada de preguntarle por dicha bebida este se contuvo, pues parecería más bien una falta de respeto en dicha situación. Al levantar su mirada conectando con la de Henry y dejándo su tasa en la mesa, este empieza a dar su opinión sobre el informe.
 
Este parecía inconforme con una parte en especifico del informe, pues Murray aseguraba que para que la operación pueda llevarse a cabo correctamente debíamos saber de antemano dónde se ocultaban esos piratas. Henry asentía ante aquellas palabras pues en estos temas toda información es clave para asegurar una victoria absoluta. El sargento se pone de pie, caminando de un lado a otro mientras su sombra tapaba mapas enteros.
 
Este sugería llevar a cabo una inflirtacion con mayor efectividad, peinando cada rincón de importancia en la isla dónde estos piratas puedan tener tu barco escondido. Sus puntos eran totalmente válidos, por su parte, Henry miraba los mapas mientras escuchaba a Murray. — Concuerdo con usted, sargento. Creo que nuestra mejor apuesta será desplegar ya sea a soldados con vinculares o a francotiradores para explorar desde las distancias. A su vez me gustaría proponer al alférez Kuda para patrullar las aguas del archipiélago, me parece que él será la clave para encontrar el barco pirata.
 
El suboficial Henry seguía concentrado en los mapas, trazando con su mente sus posibles movimientos. — En cuanto las tropas de reconocimiento avisten el barco enviaremos a Elena y a su grupo a infiltrarse en la zona de interés previo a que estos salgan de su barco, así el equipo de inflirtación no correrá peligro y podrán ejecutar su labor de una mejor manera. — El plan de Henry no solo era sólido, si no que también buscaba el bienestar de sus propios hombres.
 
Henry notaba la preocupación en el aire proveniente del sargento Murray. El suboficial se llevaba una mano a la cara, masajeando sus cejas para evitar la acumulación de estrés. — Ciertamente estos piratas si que saben como tocarnos las narices. Yo mismo me encargaré de rostizar a la mayoría de estos. Por cierto sargento. — Henry hace una pausa volviendo a mirar al mapa del archipiélago. — Una vez tengamos localizado el barco pirata y estos lo abandonen tendremos que movernos rápidamente y capturarlo, hay que evitar cualquier escape de estos piratas. — 
 
 — Acompañado de esto me gustaría sugerir que se prepare un barco en el hipotético caso de que consigan algún método de escape alternativo, ya estoy harto de que huyan así como así. — A pocos segundos de decir esto un soldado se detenía al lado del suboficial Henry, dejándole saber que los piratas llamarían a 12 horas del intercambio. Henry decide comunicarle esto a Murray en voz baja, lamentando que no tengan algún Den Den Mushi especial en aquél momento.
 
Henry se mostraba decidido a estar varios pasos por delante de aquellos piratas, apretando su puño mientras se imaginaba como este derretiría a tanto pirata como hubiera. Este se dirige al sargento Murray ante aquél nuevo pedazo de información extraoficial. — Debemos de actuar rápido y encontrar su barco antes de que puedan llamar. Recomiendo encarecidamente la estrategia que propuse sargento, el despliegue de Kuda por el mar y de soldados con material de reconocimiento por el archipiélago sería nuestra mejor apuesta.
 
Estábamos a 20 horas del intercambio y teníamos que venir con un plan sólido que pudiera calmar las aguas en la base y con el cual proceder con seguridad.
#4
Raiga Gin Ebra
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El sargento Murray permanece sentado, con la mirada fija en el techo de su despacho, claramente sumido en sus pensamientos. Tiene una pose pensativa que invita a reflexionar a los demás, tranquila y con la mirada perdida, como si la solución estuviese ahí arriba. Sus dedos tamborilean sobre la mesa con un ritmo lento y constante mientras escucha cada una de tus palabras con atención. El olor del café aún impregna el aire, pero el silencio que sigue a tu propuesta pesa como una losa. Por un instante, crees que el tiempo se detiene mientras esperas una respuesta.

Finalmente, Murray asiente, con lentitud. Baja la mirada hacia ti y deja escapar un suspiro profundo. Se levanta de su silla, apoyando las manos en el escritorio, y se acerca hacia donde estás. Por un momento te podrías pensar que se va a ir de la habitación, pero nada más lejos de la realidad. Con un gesto firme pero amistoso, te da una palmada en el hombro.

—No es fácil esta situación, Henry —dice con voz grave y cansada—. Pero estás proponiendo cosas con mucho sentido. Lo más importante es proteger a Ben, a los nuestros y, sobre todo, a los civiles de la zona. Nadie tiene que pagar por esos malnacidos.

El peso de sus palabras resuena en la habitación. Sabes que su principal preocupación no solo es Ben, sino también el bienestar de todos aquellos que puedan verse envueltos en esta situación y que, lamentablemente, sabemos que es más que posible. No hay espacio para errores, porque cualquiera de ellos puede significar la muerte de pobres civiles.

Murray toma su Den Den Mushi con la destreza de alguien acostumbrado a manejar crisis y lo gira entre sus dedos antes de activar la conexión. La caracola emite el característico "clack-clack-clack" mientras establece la llamada.

—Aquí Murray, necesito hablar con el alférez Kuda. 
—¡Sargento! Aquí Kuda, ¿qué ocurre? —responde una voz firme pero tranquila al otro lado del Den Den Mushi. 
—Kuda, deja lo que estás haciendo y patrulla las aguas del archipiélago. Encuentra ese maldito barco pirata. Si lo localizas, no intervengas, solo infórmame de inmediato. Quiero ojos en ese barco, ¿entendido? 
—A la orden, señor. Me pondré en marcha de inmediato. —El sonido del Den Den Mushi cortándose indica que Kuda ya está en camino, sin perder un segundo.

Murray no tarda ni dos segundos en activar otra línea. Esta vez, su tono es más directo y autoritario. 

—¡Soldado Erika! —la voz de Murray retumba en la pequeña habitación— Necesito que coordines varios grupos de búsqueda en toda la isla. Quiero soldados revisando cada muelle, cada almacén y cada zona sospechosa en busca de esos piratas. No dejes nada al azar. Además, avisa a Elena: debe estar preparada con su equipo de infiltración. Si encontramos el barco, quiero que actúen rápidamente. Tenemos que conseguirlo.

—¡A la orden, sargento! —contesta Erika, mientras el sonido de sus botas y la actividad a su alrededor confirman que ya se está movilizando.

Murray cuelga y te observa con seriedad. Hay algo de alivio en su mirada, como si tu presencia le ayudara a calmar sus propios nervios. O quizá sean tus ideas, o una mezcla de ambos. En cualquier caso, Murray asiente y suspira, como si se hubiera quitando un peso de encima.

—Henry, a ti te dejo otra tarea importante. Necesitamos un barco pequeño y rápido para cuando las cosas se pongan feas. No quiero que esos piratas tengan la más mínima oportunidad de huir. Busca a Gorgo, tiene contactos en el muelle que pueden facilitarnos lo que necesitamos. Está en su despacho. Es un tipo bastante amigable y simpático, así que no te costará encontrarlo. Pregunta a algún recluta si no sabes dónde está su despacho, todos los de aquí lo conocen. 

Con un gesto, te indica que puedes marcharte, y el sargento vuelve a sentarse, tomando su taza de café, ojeando el mapa y pensando si realmente se están dejando alguna zona sin ojear. Mientras sales de la habitación, puedes oír cómo murmura para sí mismo.

—Malditos piratas... siempre tocando donde más duele.



La base G-39 está en pleno frenesí de actividad cuando sales del despacho de Murray. Los marines corren de un lado a otro, armados con mapas y equipos de reconocimiento, listos para patrullar cada rincón del archipiélago. Todos parecen completamente decididos a encontrar a los piratas, pero ninguno sabe realmente por dónde empezar. Menos mal que hay un plan. Con tanto movimiento no te será difícil preguntar a algún recluta dónde se encuentra el despacho de Gorgo.

No creo que tengas ningún problema con él. Seguro que te recibe amablemente y no te pone problemas. Parece que Murray ha aceptado todas tus propuestas, ¿no? Igual es momento para pensar qué hacer después de todo esto.

Cosas
#5
Henry
Tigre Rojo de la Marina
Mis ideas parecían invadir la mente del sargento Murray, el cual, sentando en su gran silla, miraba fijamente al techo de la base. Era un momento de meditación profunda en el cual este debía de analizar los pros, los contras y cada ínfimo detalle que se haya podido dejar fuera de consideración. Aún se podía oler aquél aroma a café, aunque la velocidad con la que el sargento bebía de su taza dejaba que poco de ese aroma siguiese impregnando el lugar.
 
Por momento parecía que este saldría de la habitación, pero en realidad solo quería felicitar al suboficial Henry y a su apoyo en aquella misión. El condecorado oni le daba una palmada en el hombro al suboficial Henry, el cual se sentía orgulloso de tener semejante reconocimiento por su esfuerzo. Murray le decía a Henry lo complicado de la situación y de como su prioridad Aún recaía en 3 partes; salvar al soldado Ben, proteger las vidas de los demás marines y asegurarse de que ninguna vida civil se vea malamente afectada en dicho operativo.
 
La marina era un organismo encargado de llevar justicia a todos los rincones de este mundo, siempre contando con el buen criterio de sus hombres. Era algo que Henry aprendió a las malas hace un tiempo atrás, aprendiendo de ello, volviéndose el marina que era hoy en día. Al rato se podía ver a Murray tomando un Den Den Mushi, este llamaba al alférez Kuda para asignarle su nueva misión.
 
Luego de que Kuda recibiera su misión, el sargento activó otra línea, esta vez se ponía en contacto con la soldado Erika. Con esta última la órden era algo más compleja pero necesaria, tendría que reunirse y coordinarse con varios grupos de búsqueda para asistir a Kuda y encontrar aquél barco pirata. Luego de terminara con las llamadas el sargento Murray parecía más aliviado, ya sea por la presencia o ideas del suboficial Henry.
 
Pero aún había más, el sargento tenía una misión para Henry. La misión era simple, esta tenía como principal objetivo el evitar el escape de los piratas de aquella isla, era algo que no debía de suceder por segunda vez. La órden era encontrar al Marine Gorgo y preguntarle por un pequeño barco el cual podrían utilizar para neutralizar a un navío más grande. Henry, entendiendo su misión, hace un saludo marcial hacia el sargento Murray, saliendo de la habitación con rápido caminar, pues no había tiempo que perder.
 
Al salir de la habitación se podía escuchar a Murray hablando solo, maldiciendo a los piratas, esto hizo a Henry algo más pensativo sobre su decisión de subir de rango en un futuro. Si algo estaba claro era que entre mayor sea tu rango más responsabilidades habrían así que no era hora de sembrar dudas en uno mismo y mejor concentrarse en el presente. 
 
 — Humm... disculpa, sabe dónde puedo encontrar el despacho de Gorgo? — Henry, ante la duda le habló a una soldado que parecería moverse por la base. — ¡Claro que si! Siga recto y gire hacia el segundo pasillo a la derecha, allí encontrará el despacho del oficial Gorgo. — En una situación en la que el tiempo apremia era de mucha ayuda las direcciones. — ¡Muchísimas gracias! — gritaba el suboficial Henry mientras corría a toda máquina hacia la oficina de Gorgo.
 
Una vez allí el joven marine tocó la puerta con seguridad. — Adelante. — Era una voz no muy profunda pero de un tono bastante calmado y amable, lo que era una bendición en tiempos como este en aquella base. — Soy el suboficial Henry señor, enviado por el sargento Murray, vengo con una petición. — El oficial era un joven de unos 24 años, bastante alto, de pelo castaño y sonrisa tan jovial como amable, este llevaba unos espejuelos que ajustaba a cada rato. — Oh claro claro, entre por favor, escuché que Murray trajo de sus mejores hombres para acabar con dicha amenaza, dígame, en que puedo ayudarle? — 
 
Aquél tipo sonaba capaz de solucionar todos los problemas del mundo desde su oficina. — Claro — Henry entró a la oficina para tener una charla más privada con el oficial. — Murray me dijo que usted tenía contactos en el puerto y que sería capaz de prestarnos un pequeño y rápido barco en caso de que los piratas decidan escapar. — El oficial escuchaba con atención, con sus manos cruzadas y codos encima de la mesa. — Suena a un gran plan preventivo y por supuesto que ayudaré.
 
Este tomó su Den Den Mushi y realizó una llamada, aparentemente a alguien del puerto. — Claro, si... perfecto. Listo, le haré saber a Murray en cuanto tengamos el barco, si necesita algo más aquí estaré. — Este se despedía con una sonrisa, como si estuviera dándo animos para completar dicha operación. — Perfecto, gracias por su ayuda, oficial Gorgo. — Henry se despedía con otro saludo marcial, aunque esta vez dirigiéndose hacia la zona de planificación.
 
Una vez allí este reunió a los que serían los encargados de esperar a los piratas en aquél pequeño barco. — Bien, haré un inventario de los materiales que necesitarán y un plan más o menos específico de lo que harán. Hay dos posibles situaciones en las que serán llamados a partir, en la primera habremos rescatado al soldado Ben y su misión será hundir el barco en la segunda y poco probable situación estos escapan con Ben, aquí estará prohibido hundir el barco. Quiero que en silencio se pongan a un lado del barco pirata y lancen unas sogas con ganchos para poder subirse a este y detener al barco pirata destruyendo su timon o de la mejor forma que vean.
 
Al terminar con su plan los demás soldados le saludaron en señal de comprensión, tomando el inventario que el suboficial Henry les había hecho.
#6
Raiga Gin Ebra
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La calma aparente que reinaba en la base comienza a desmoronarse mientras te alejas del despacho de Gorgo. No sabes muy bien que ha pasado, pero cuando entraste todo estaba relativamente tranquilo, la gente trabajaba sin más, con cierto nerviosismo por la situación, pero todo parecía relativamente controlado. Sin embargo, ahora todo es una tajo de nervios y caos a partes iguales.

Al principio, solo notas a algunos marines moviéndose con mayor rapidez de lo habitual, algo que puede ser concreto de un pelotón destinado a una misión en concreto. Sin embargo, en cuestión de segundos, el ambiente cambia drásticamente: la base se convierte en un hervidero de actividad. Soldados corren de un lado a otro, algunos portando mapas, otros con armas listas y voces que se alzan para dar órdenes o transmitir información. La tensión en el aire es palpable y no terminas de entender qué ocurre. Pero parece algo importante, sin duda.

Yo que tú me tomaría unos segundos para observar el caos creciente. Algo ha cambiado, y no parece ser una simple reorganización. Tus sentidos se agudizan, y entonces lo ves: Murray sale de su despacho a toda velocidad con una potencia digna de alguien como él, con una expresión grave en su rostro. En cuanto te ve, ajusta su dirección y se dirige directamente hacia ti, caminando con pasos firmes y decididos.

—Henry —dice con un tono apresurado pero firme, apenas alcanzándote—, Kuda acaba de encontrar el barco. Está en los alrededores de los muelles principales, algo oculto. Parece que no hay mucho movimiento a bordo, pero no podemos arriesgarnos. Vamos a mandar a un pelotón a infiltrarse dentro. ¿Quieres liderarlo? —pregunta, mirándote directamente a los ojos, como si buscara asegurarse de que estás listo para el desafío.

El peso de sus palabras cae sobre tus hombros. La misión que parecía avanzar lentamente ahora se acelera de manera vertiginosa. No hay tiempo para dudas ni para vacilaciones. Murray espera tu respuesta mientras los marines alrededor continúan movilizándose, la maquinaria de la Marina está en pleno funcionamiento para dar respuesta a esta nueva información.

La tensión crece con cada segundo que pasa, y sabes que tu decisión marcará el siguiente paso en esta operación crítica. Pero es eso, tu decisión.

Si dices que no, no pasará nada. Murray se girará y buscará a otro marine para liderar el operativo. Si por el contrario, dices que sí, te asignarán un pelotón de treinta marines armados y podréis dirigiros hacia la ubicación del barco.

Cosas
#7
Henry
Tigre Rojo de la Marina
Luego de la visita al despacho del oficial Gorgo era hora de volver a la sala de mapas. En su camino de vuelta a aquella habitación, Henry notó como el ambiente aceleraba a un ritmo inquietante, marines corrían de un lado a otro con armas, recursos y mapas. Todo aquello era señal de que algo había pasado o estaría por pasar por lo que esto hizo click en la mente de Henry quién también decidió apurar el paso.
 
Las órdenes de oficiales se podían escuchar desde los pasillos, la cosa parecía ser seria. Todo aquello preocupaba a Henry, al cual no le gustaba la rapidez con la que pasaban las cosas. De camino a la oficina de Murray, Henry pudo ver a este salir de la misma, con un paso acelerado. Este finalmente se dió cuenta de la presencia del joven suboficial, yendo en su dirección y aclarandole la gravedad de la situación.
 
Se trataba del barco, el alférez Kuda había localizado al barco pirata, este estaba cerca de los muelles principales, algo oculto, como oara evitar que el ojo común los vea. El sargento Murray le ofrecía a Henry la oportunidad de dirigir un pelotón de inflirtación, liderando alrededor de 30 hombres en aquél operativo. Ante esto Henry no pudo evitar sentirse fuera de lugar, pues este no contaba con que darían la órden de inflirtarse en el barco.
 
Para el suboficial Henry todo aquello era una táctica demasiado desesperada, además, este sabía que sus habilidades harían un caos tremendo dentro de aquél barco, lo que le hizo recordar al incidente del viejo silo, en Rostock, dónde decenas de rebeldes murieron. Las manos de Henry temblaban por el alto riesgo que este representaba en aquél barco y en lo desesperado de aquella táctica.
 
Henry sabía que debía de oponerse ante la órden de su mayor cosa que le hizo tragar saliva previamente. – ¡Sargento Murray, disculpe mis formas pero esa órden nos pondrá a todos en peligro! — Henry, saludándo de forma marcial en señal del más alto respeto le decía a su superior que este estaba haciendo lo incorrecto al tomar aquella orden. — Si enviamos un pelotón al barco estaríamos jugando en la palma de los piratas, poniendo en riesgo a 30 hombres sin saber que hay allí dentro señor. — 
 
Henry estaba decidido a que las cosas se hicieran con sensatez y cabeza fría. — Mientras tengamos el barco ofrecido por el oficial Gorgo y al alférez Kuda dudo que este pueda escapar del archipiélago, por el momento debemos de actuar con sensatez, dándole prioridad a la recopilación de información mi sargento. Ya que sabemos la ubicación de dicho barco deberíamos de proceder según el plan. — Henry sabía de la gravedad de sus acciones, arriesgandose incluso a ser degradado por no llevar a cabo las órdenes que le son dichas, pero si el se había unido a la marina era para hacer lo correcto. 
 
Por favor, déjeme dirigir a las tropas hasta el punto de interés más cercano y ahí poder tomar a los piratas por sorpresa, como lo teníamos planeado.
#8
Raiga Gin Ebra
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Murray se detiene en seco al escuchar tus palabras. El caos que lo rodea parece desvanecerse por un momento mientras te dirige una mirada que no deja lugar a dudas: está furioso. Esa no era la respuesta que esperaba, desde luego. Ya no la negativa, sino todo el cuestionamiento a su decisión. Sus labios se tensan en una línea fina, y sus ojos parecen perforarte mientras se toma un par de segundos en medio del tumulto para procesar lo que acabas de decir.

Con un gesto brusco, deja escapar un suspiro frustrado y, aunque su tono no sube demasiado, la severidad en su voz corta como una hoja afilada.

—¿No ves que nos estamos jugando la vida de Ben, Henry? —dice, cargando cada palabra de tensión— No hay tiempo para juegos ni para planes que no sabemos si funcionarán. ¡Ya tenemos el barco localizado! —Hace una pausa, ajustándose el cinturón con un movimiento impaciente antes de continuar— Vamos a entrar y a ver si está Ben. Kuda ha dicho que no parece haber mucho movimiento. No podemos perder más tiempo.

Sin esperar una respuesta, Murray se gira rápidamente y se dirige hacia otro marine, uno de los oficiales que parece estar coordinando las tropas. Sin duda tiene claro qué hacer, la verdad. Y va a ir con ello hasta el final. Desde tu posición, puedes escuchar fragmentos de su conversación, instrucciones claras y concisas que no dejan espacio para objeciones. En cuestión de segundos, el oficial se pone manos a la obra, organizando al pelotón de infiltración, que parece preparado para lo que será su nuevo destino.

El grupo de treinta marines aparece en el pasillo, armados y listos para el despliegue. El oficial al que Murray dio las órdenes toma la delantera, liderando al grupo hacia los muelles. La energía en sus pasos refleja la urgencia de la misión, y en un abrir y cerrar de ojos, se pierden entre la multitud que se moviliza por la base. Sin duda, van a cumplir la misión que Murray les ha puesto. O al menos lo van a intentar. El sonido de sus botas resuena en el pasillo, y te quedas parado, solo, viendo cómo la operación sigue adelante sin ti.

Es un momento extraño. La actividad frenética a tu alrededor contrasta con la pausa que sientes en tu interior. La decisión de Murray ha dejado claro que no tiene tiempo para cuestionamientos, pero esa misma decisión te ha relegado a un segundo plano. Quizá sea un buen momento para reflexionar, para pensar en cómo puedes ser útil en este punto de la operación. Porque sigues siendo útil, ¿verdad?

Tus pensamientos son interrumpidos por una voz familiar. Al girarte, ves a Gorgo caminando hacia ti con una expresión algo preocupada. En una mano sostiene un Den Den Mushi, como si acabara de colgar después de intentar contactar con alguien.

—Henry, he intentado comunicarme con Murray, pero no me coge el Den Den Mushi. Supongo que está demasiado ocupado con todo este lío —dice con su tono jovial habitual, aunque hay un leve matiz de inquietud en su voz.

Se detiene frente a ti y suelta un pequeño suspiro antes de continuar.

—En fin, lo importante es que ya tengo el barco. Está en el muelle seis. Es pequeño, rápido y perfectamente funcional. Solo hay un detalle: aún tiene los símbolos de la Marina en las velas y en el casco. Si queremos usarlo para una misión discreta, hay que quitarlos antes de zarpar. Y otro inconveniente más, solo tiene un cañón. No creo que sea problema, porque es muy veloz y en alta mar podréis abordar el barco enemigo, pero te lo digo para que lo tengáis en cuenta.

Gorgo se encoge de hombros, como si ese pequeño inconveniente no fuera nada grave, y te da una palmada en el brazo.

Quizá puedas pedirle a alguien que se encargue de eso mientras tú decides qué hacer. Ahora mismo, parece que todo el mundo está corriendo de un lado a otro, pero seguro que encuentras a un par de manos libres. O puedes ir tú mismo, claro. Pero he notado cierta fobia a subirte a un barco antes... Igual soy yo, fíjate.

Gorgo se despide con un gesto rápido y desaparece entre el ajetreo, dejando la responsabilidad del barco en tus manos. El muelle seis no está lejos, y seguramente encontrarás a alguien dispuesto a encargarse de retirar los símbolos de la Marina, pero aún queda la pregunta más importante: ¿Qué puedes hacer ahora para ser útil?

Mientras los marines avanzan hacia el barco pirata y Murray supervisa el plan con la intensidad que lo caracteriza, el margen de acción parece reducirse. Sin embargo, sabes que el éxito de esta misión depende de cada pequeño detalle. Puede que el barco rápido sea la clave para una posible persecución, o tal vez debas buscar una manera de apoyar al pelotón desde una posición diferente.

La operación sigue en marcha, y aunque el caos a tu alrededor no cesa, el tiempo apremia.
#9
Henry
Tigre Rojo de la Marina
El sargento Murray se detuvo, mirándome con una cara de enojo, como maldiciendo que estuviera en desacuerdo en dicho momento. Este no se esperaba toda aquella negativa por parte de uno de los que más confiaba en aquella misión. Este parecía algo punto de explotar, aunque teniendo una misión urgente que atender parecía evitar que esto pase. Este soltó un suspiro cargado de frustración antes de reprocharle por no querer rescatar al soldado Ben rápidamente.
 
Este se giró hacia un oficial el cual estaba coordinando a otras tropas. Desde lo lejos se podía escuchar de lo que estaban hablando, parecía que sería aquél oficial en encargado de realizar aquél operativo en lugar de Henry. El grupo de 30 marines llegaba al lugar, preparado para inflirtarse en aquél barco e intentar rescatar a Ben. Estos marcharon hacia aquél lugar con rapidez, cosa que hizo un poderoso click en la mente del joven suboficial, Henry. 
 
Este últimamente se sentía orgulloso de su papel en la marina, uniéndose a una brigada y liderando un papel esencial en la resistencia del faro de Rostock. Pero aparentemente nada de eso era suficiente... nunca lo era. En la mente de Henry el sargento Murray estaba siendo demasiado descuidado, poniendo a muchos en peligro, cosa que le hacía rabiar. Esto le hacía entender que la única forma de hacer lo correcto era teniendo el poder, ya sea el poder bruto o el militar, este era necesario para ser escuchado.
 
Henry, en su pequeña rabieta interna dejó escapar algo de aquél calor infernal, aunque este paró en seco al esuchar a una voz recientemente familiar. Esta se trataba de la voz del oficial Gorgo, el cual parecía haber estado llamando a alguien desde su Den Den Mushi. Este traía noticias, aunque al no estar Murray por el lugar decidió comunicarselo al suboficial Henry.
 
Se trataba del barco que Murray había pedido. Este estaba listo, era pequeño y rápido pero solo contaba con un cañon. Pese a que de primeras parecía ser uja buena noticia, el oficial Gorgo advirtió que este tenía símbolos de la marina por todos lados, así que se tendrían que cambiar previo a una inflirtacion. Gorgo soltó un suspiro y se largó del lugar, dejándo aquél barco en manos de Henry.
 
El joven marine, pese a estar profundamente frustrado por la reacción de su mayor, estaba decidido a hacer lo correcto. Con la noticia de que tenían un pequeño y veloz barco esperando en el muelle número 6 Henry tomó su Den Den Mushi y se puso en contacto con el equipo de reconocimiento original, Elena, Lukas, Kuda y él. — Os necesito en el muelle número 6, el barco qué el sargento Murray pidió está allí y tenemos que prepararlo para un posible abordaje al barco pirata, os quiero a los tres allí y rápido.
 
Henry debía de actuar con lo poco que se le había dado desde un principio, aquello era una situación a la que todo marine debía de estar preparado. Este se adelantó hacia el muelle número 6, sacando cubos de pintura para eliminar los símbolos de la marina mientras que el resto llega al muelle.
#10


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