Alguien dijo una vez...
Crocodile
Los sueños son algo que solo las personas con poder pueden hacer realidad.
[Aventura] [Aventura - T2] La bestia y la Caza
Alistair
Mochuelo
No es el mejor momento para los habitantes de Isla Kilombo. Sí, las cosechas abundan, el sol brilla como siempre, y la comida no falta en los platos de nadie; al menos no que se conozca al público en general, es mas fácil descartar la presencia de los hambrientos y los enfermos que encontrar cómo darles de comer. Pero no, en esta ocasión no se trata de algún fenómeno político o natural en cualquiera de sus maneras lo que tiene en jaque a la población local. Más concretamente, a los comerciantes que viven de las ganancias que obtienen en su día a día. No es que estén viviendo con lo mínimo, preocupados de cómo pagarán por sus bienes básicos, pero tampoco reúnen sumas millonarias con la compraventa de su mercancía. 

No, en este caso... Son bandidos. El clásico problema que enfrenta cada esquina del mundo que no pueda considerarse una utopía -o cuente con una fuerza policiaca propia extremadamente efectiva-. Demasiado cobardes como para ser piratas zarpando a terreno inexplorado a los largo de los cuatro Blues, pero demasiado problemáticos como para conseguir un empleo fijo que le retribuya un capital para vivir como un ciudadano digno. 

La voz ya ha pasado de ida y vuelta múltiples veces por el pueblo de Kilombo, pero parece que nadie les toma demasiado en serio, ni siquiera la Marina: Varios comerciantes ya han sido víctimas de ataques de parte del mismo grupo de criminales que, de manera insistente, atacan las caravanas de los mismos propietarios una y otra vez como si estuviesen cuatro pasos por delante. Parece que todos los reclutas de buen corazón han quedado estacionados en otra isla, o quién sabe, puede que alguien se esté encargando de sofocar los rumores hasta volveros nada más que un chiste mal contado. 

Como sea que sea, el escenario es en extremo irregular: Incluso si se tratasen de genios, que sepan en cada ocasión la ruta que tomarán y el equipamiento de la seguridad contratada hace que el grupo de mercaderes sospeche insistentemente de una amenaza interna dentro del grupo, alguien que se está repartiendo el botín con esas ratas de alcantarilla y está hábilmente ocultándolo a los demás. Un buen actor, a falta de un mejor descriptor. Por eso, han decidido de manera "unánime" (pues al menos un culpable habrá, y ha accedido a regañadientes) contratar ayuda externa, alguien que tenga suficiente corazón para detener a los asaltantes sin caer en las dulces palabras del traidor entre los mercaderes. 

Ahí es donde entras tú, Sowon. Uno de tus días que parecía especialmente estático repentinamente dejó de serlo cuando una llamada llegó a tu Den Den Mushi; al observarlo, el molusco adoptaría la apariencia de un señor con un monóculo en su ojo derecho, cabello solo en los costados y la zona posterior (alopecia pura y dura), y un bigote bien poblado. Al molusco se le ha pasado imitarle la papada al hombre regordete al otro lado de la llamada, pero bueno, es un Den Den de los pequeños así que tendrá sus límites. 

Buen día. ¿Es este el número de la espada a sueldo conocida como Sowon? — Sea que repartieras tu número de antemano de manera pública para ofrecer tus servicios como escolta, o cualquiera de sus tareas derivadas, o que en su defecto no tengas ni la mas mínima idea de cómo narices han conseguido tu número, algo que debes saber es que son mercaderes pudientes, no por sus ganancias sino por sus conexiones y experiencias. Si quieren encontrar a alguien indicada para un trabajo, un par de chasquidos de dedo y unas cuantas peticiones mas tarde, llegarán a quien quieren. Pero, por otro lado, no tienen el ego de los mercaderes en islas más adineradas, así que no hablarán con tanta arrogancia como para parecer desagradables. Quizá solo de vocabulario un poco... Arcaico. 

El hombre al otro lado de la linea espera por su respuesta, y de encontrar una positiva, continúa hablando. — Hemos escuchado rumores sueltos de usted, y necesitamos que nos ayude con un problema de bandidos. Verá, nuestras caravanas van días enfrentando el mismo problema: Asaltos una y otra vez, no conseguimos dar paso a un solo lote sin que los bandidos en cuestión nos lo arrebaten. — Pausa un segundo, soltando un suspiro fácilmente audible. No es difícil ver cómo el problema empieza a llegarle a los nervios, y la desmotivación estaba mantenida a raya solamente por no hablar del tema. Algo que se rompió al momento de explicar la situación, predeciblemente. — Nos gustaría saber si estaría interesada en lidiar con nuestro problema. Inicialmente como una escolta de un solo individuo, pero con la adición opcional de capturar y traernos a los bandidos antes de entregarlos a la Marina. Por supuesto, el servicio tendrá una recompensa en función a su éxito con su tarea de escolta, y un extra si consigue capturar a los bandidos. — Nuevamente, el hombre pausa, esta vez para confirmar tu respuesta. 

Si le respondes afirmativamente, hablará una última vez. — Por favor, acérquese al bazar Maguru's al norte de Kilombo. Allí podremos hablar personalmente, y tendrá a su disposición toda la información de la que disponemos con respecto a los malechores. Lo que sea por cerrar este desastroso capítulo cuanto antes... — Finalmente, cuelga la llamada. 

El Bazar Maguru's es un pequeño sitio que, fiel a su nombre, es un mercado de todo tipo de bienes a la vista. Solo que, a diferencia de otros bazares, tiene unos cuantos lujos estéticos por aquí y por allá que le dan una adición de "experiencia premium" al lugar, además de tener un techo sólido en vez de un trozo de tela (O peor: El sol dejándose directamente sobre la cara de los presentes). Quienes lo dirigen saben bien lo que hacen.

Pero a diferencia de un día normal, ves que no hay una sola alma en el lugar en disposición de comprar, atribuido principalmente a la falta de bienes en exposición. Conoces más que suficiente de la situación como para unir los puntos y, utilizando tu astucia, deducir el contexto de inmediato. 

Las únicas almas que puedes ver en el lugar son tres individuos reunidos en el centro del bazar, absortos en conversación y completamente ignorantes de tu llegada (y la de cualquier otro) al sitio.

Notilla Off
#1
Sowon
Luna Sangrienta
Personaje


Verano Día 52

La isla Kilombo escondía siempre alguna historia a los ojos de los turistas, historias de gente trabajadora pero también de carroñeros quienes viven como zánganos alimentando sus recursos en base de robar el trabajo honesto de otros. Esto solo era una parte de los verdaderos problemas que azotaban la isla desde su fundación, pero a diferencia de otros, era uno de esos a los cuales buscarle una solución era sencilla. A diferencia de la via política o incluso diplomática, contratar a una guerrera a sueldo no significaba mucho para aquellos comerciantes con cierta riqueza. Un nombre, se estaba haciendo popular entre la gente de Rostock, las historias de una guerrera cuya espada había destrozado los días de gloria de varios criminales y piratas recordados por haber atormentado a los puestos de mercaderes.

— ¿Bandidos? Entiendo, veo que al menos la idea de llevar mi número pegado a la espalda funcionó. ¡Bwahahaha! Cuente conmigo para llevarlos, aunque debatiremos al vernos como quiere que los entregue si en una pieza o varias. ¡Me pongo en marcha! —

Sowon anotó la dirección del lugar y el nombre del bazar al norte, para su fortuna era un terreno conocido. La Oni acostumbraba a supervisar los bazares, compraba sus bienes en algunos y realizaba favores en otros incluso utilizando su altura para promocionar algunos puestos. El sol del verano se alzaba, pero era sorprendente lo vacío que estaba el lugar, se suponía que estaba cerca de la hora pico aunque tampoco se apreciaban muchas cosas expuestas. Agachó la cabeza para no chocar con el techo de madera, su altura le hacía ver las cosas de una manera peculiar.

— ¡Ustedes tres! Deben ser los que me llamaron, Shinozaki Sowon a sus servicios. ¿Qué sabemos de esos parásitos? ¿Quién viene conmigo? ¿Debo traerlos vivos o prefieren sus cabezas? Por cierto, el techo está un poco apretado y eso que estoy en cuclillas... ¡Los espero en la sombra de ese edificio! —

Se presentó chocando sus largos cuernos contra el tejado y gateando hacia afuera del tejado para levantarse y dirigirse a la sombra de  uno de los edificios circundantes del bazar. Donde se cruzó de brazos mientras examinaba en profundidad el lugar, parecía un bazar en aspecto más opulento y exótico que el de la plaza de Rostock, destacando en la calidad de la madera y los techos de cada puestecillo. Incluso visto desde su altura parecía un pequeño tapón de madera rodeado de una jungla de concreto.

— Supongo que atacan las caravanas porque desde aquí pueden huir en varias direcciones, incluso si los atacan a mitad de camino, es una mina de oro para una ruta comercial pero sin seguridad es nadar en un mar de tiburones... —

Reflexionó en silencio al desviar su mirada al camino principal desde donde partían las entregas y llegaba la mercancía, cualquier comerciante soñaría con esa posición al Norte de la Isla y con caminos directos a Rostock, el cuartel de la marina e incluso otros poblados pequeños de Kilombo que constituían una red comercial inmensa. Ni hablar si lograban conectar con el puerto e importar mercadería a otros sectores, el beneficio era evidente e intuía que le pagarían bien en caso de cumplir todas las expectativas. De momento, esperaba por las instrucciones, el calvo había dicho que tenían toda la información relevante y tampoco había notado nada sospechoso en su pequeño camino hasta llegar al Bazar. Los bandidos, suponía, operaban cerca de los cruces en las rutas y a lo mejor estaban estacionados en algún pueblo. No parecía una misión compleja, pero siempre mantenía el respeto al tener que entrar en el terreno de algún enemigo, hasta los días más rutinarios pueden esconder sorpresas inesperadas.

Inventario

Virtudes y Defectos
#2
Alistair
Mochuelo
La aparición de los atronantes pasos entremezclándose con los escasos sonidos naturales en el ambiente anuncian la llegada de la persona que los mercaderes habían esperado expectantes. Con tal anuncio previo atrayendo su atención, el posterior llamado verbal, por supuesto, no falla en llamar la atención de los tres hombres que esperaban el arribo de la Oni. "Menos mal que el anuncio iba en serio" se decían a sí mismo, no porque no se la tomasen en serio sino porque su terrible situación les había implantado un deje de pesimismos que había infectado sus pensamientos y palabras. Era un destino terrible para un mercader, que usaba su astucia y su lengua de plata para valerse en el mundo donde quien no tenía fuerza debía de tener astucia para mover imperios. Y quien no tuviera ninguna de las dos, debía escudriñar métodos para obtener dinero de donde no hubiera para continuar viviendo una vida que pudiera mostrarse ajena a los sucesos a su alrededor.

¡Si, por supuesto! Hemos sido nosotros tres. Los mercaderes del Bazar Maguru's a su servicio. Aunque creo que en esta ocasión es usted quien está a nuestro servicio. — Escuchas salir una risilla nerviosa del hombre que te está dirigiendo la palabra, digno de una tos incómoda si fuese una linea mala que hubiera soltado en medio de un evento de comedia stand-up. El pobre usualmente usaría una buena cantidad de carisma para llevar una conversación de manera fluida y amena, pero lleva tantos días estresado por lo mismo que haría llorar a una piedra cuando su objetivo fuera hacerla reír, o siquiera disfrutar de su compañía en general. No, claramente no la está pasando bien. Pero por suerte, tu labor como escolta -y cazadora, si lo prefieres- hará que el grupo pueda nuevamente tener una noche plácida sin estrés de por medio. Los hombres te siguen al lugar que comentas sin problema; lo que sea por lidiar con el problema cuanto antes. 

En referencia a los hombres, el que te dirige la palabra es el mismo que te ha hablado por el teléfono, algo que notas en la similitud prácticamente idéntica de voces, siendo la diferencia explicable por la distorsión natural de una llamada a través de un Den Den Mushi. Un señor regordete, algo bajo, con un monóculo en su ojo derecho. La parte superior de su cabeza está completamente carente de pelo, digna alopecia a temprana edad, y un bigote generosamente poblado. Quien está a su derecha es otro hombre, su "segundo al mando", extremadamente delgado y alto (dentro de los estándares de su raza); las pequeñas alas visibles en su espalda te indican que se trata de un Skypian. Por último, el último de los tres se trata de un Jujin, su única evidencia siendo una cola larga y calva además de unas orejas circulares que apenas son visibles; su herencia seguramente es de alguna especie de roedor, pero eso no es un detalle ni relevante ni urgente. O tal vez lo sea para ti, siempre puedes preguntarte a riesgo de que te mire mal de narices. Está difícil preguntarle por su raza sin llamar rata a su padre o madre, pero tu verás.

Como sea que sea. Lo que sabemos de esas pequeñas ratas- — Si estuviste atenta, verás que al Jujin le acaba de temblar una oreja. Parece que no se lleva bien con la palabra. — Mis perdonas, Frederick. Esos maleantes siempre se presentan en grupos variables, no parece que siempre se presenten todos. Puede ser que el resto del grupo se oculte en las cercanías o simplemente sean así de desordenados, pero si la información de la investigación es precisa y sus físicos son tomados como guía, hay un total de cinco. Solo tenemos dos datos guía: El cabecilla que nunca lleva cubierto el rostro, de cabello plateado y una cicatriz grande en la mejilla, y un compañero suyo que tiene un tic de rascarse la palma de la mano izquierda con las uñas de la misma mano. No tenemos muy claro porqué, solo que es un gesto que hace muy seguido, en especial cuando mira oro. Es... extraño, pero queremos pensar que toda información es de utilidad. — Al finalizar sus palabras, te entrega un sobre sellado con toda la información que te acaba de comentar. Un pequeño resumen el cual podrás consultar en cualquier momento que necesites, tal que puedas asegurarte de estar lidiando con la persona correcta. Después de todo, es importante recordar que no estás operando ni en nombre de la Marina ni como un oficial de la justicia. Estás bajo contrato de mercenaria, y las cosas pueden tornarse feas muy rápidamente. Lo mejor es que, antes de biseccionar a alguien de pies a cabeza, estés segura de que lo haces con la persona correcta para no ganarte un problema, o diez. 

Pues... No exactamente, señorita Sowon. No roban la mercancía cerca de aquí, sino que la interceptan en las rutas de transporte entre la productora y el bazar. Es de lo mas extraño, saben el recorrido de la caravana y las horas porque siempre planean emboscadas elaboradas para interceptarlas. No solo eso, sino que mas de una vez han llevado equipo extremadamente específico para neutralizar las defensas que lleva. No sabemos cómo, pero sospechamos que hay un topo entre el grupo. También sabemos que no somos los únicos afectados, pero somos de lejos los mas afectados y de quienes más conocen aparentemente. Lo único que podemos suponer es que usaron el oro de nuestras caravanas para mejorar sus métodos y así expandir sus operaciones. — Te explica todo a la mejor de sus capacidades, pero todo lo que conoce se limita a la información que han reunido por él. Si no fuera por sus contactos, seguramente estaría completamente a ciegas con respecto a los problemas a enfrentar. 

Lo único que tenemos con certeza es que, si tenemos razón, el siguiente ataque va a ser... Aquí, en esta zona verde a unos 300 metros . En unas dos horas seguramente. — Al son de sus palabras, el hombre saca un pequeño mapa de las zonas rurales de Kilombo, señalando con una X y su dedo índice el punto específico. — Es un cargamento de joyería bastante valioso. Estamos seguros que no se resistirán a la oportunidad. Pero... Si este cargamento tampoco llega, puede que debamos contemplar declararnos en bancarrota. Las perdidas que causaría en conjunto con las deudas actuales nos sofocarían demasiado como para recuperarnos en menos de una vida. — 

Tienes un lugar, una hora específica y la información necesaria. Puedes intentar rascar mas información si te apetece, pero como se mencionó antes, el hombre no es ninguna clase de scout. Te ha compartido toda información confiable que ha podido -y le conviene hacerlo-, el resto serían especulaciones sin mayor fundamento.
#3
Sowon
Luna Sangrienta
Suspiró al escuchar las palabras de los mercaderes, al verlos de cerca no parecían humanos al menos no todos, pudo notar que algo le ocurría al viejo rata cuando escuchaba esa palabra supuso que era porque todos le llamarían así. Su mirada se posó en quien había tomado la palabra, miraba el contenido mientras las palabras comenzaban a seguir una línea tal como las instrucciones del sobre, lo guardó entre su armadura para tenerlo a mano cuando necesitase refrescar su mente. La descripción del cabecilla, junto con la del otro sujeto le resultaron ideales sencillas y simples de recordar, como siempre los peces gordos tenían esa manía de darse a conocer para salir bien en sus carteles. Asintió ante la idea de un informante, observó a su alrededor, parecían estar solo esos tres solos. Su rostro se tornó en una sonrisa salvaje, como si su presencia en el asunto podría ser crucial para destapar al dichoso topo entre los comerciantes. Tal como había intuido, las rutas de los comerciantes debían estar siendo saboteadas desde dentro, podría ser un trabajador o incluso alguno de los tres para quedarse con todo el bazar mientras los otros perdían sus ganancias.

— Si el soplón está entre ustedes esos tipos sabrán de mi presencia, si es uno de los trabajadores se llevarán una buena sorpresa. Aunque, no puedo juzgarlos si alguno de ustedes es un soplón, a lo mejor están amenazados y es cuando llego para cortar esas cadenas que los unen de raíz. Han sido muy amables, pero desde este momento me encargaré por mi cuenta, volveré con esos dos o con lo que quede de ellos... después de todo, no me han dicho como los quieren. —

Bromeó mientras se ponía en marcha al lugar marcado, no tenía sentido rascar más información, tenía el lugar, la hora y la mercancía ponerse en marcha de inmediato le daría un margen de espera en lugar de llegar después del ataque o en el momento preciso. La Oni caminó por el terreno, siguiendo el camino pero oculta entre la maleza y los árboles para no ser tomada por sorpresa. El lugar escogido para la espera fue a unos dos metros del camino, observando desde el bosque en busca de cualquier movimiento sospechoso. Los criminales por lo general utilizaban escaramuzas para sus ataques, esperando el momento en el cual la caravana circulase por un terreno complicado y aquella parte del camino parecía la peor para que algo pasara por encima. Los rastros de barro y piedras todavía se agrupaban alrededor de un pequeño charco, si se ponía a pensar como un criminal era el punto perfecto para saltar a robar cualquier cosa que se hundiese en aquella trampa natural.

— Hmm... No parece demasiado complicado asaltar algo que ocurra en este punto, me pregunto si estas rutas fueron elegidas adrede por alguno de esos comerciantes para facilitarles el trabajo. —

La Oni observó la posición del sol, todavía le quedaba algo de tiempo hasta el horario que le habían indicado, se cruzó de brazos mientras comenzaba a pensar una manera de sorprender a los bandidos. Observó una pequeña elevación que le permitiría una mejor vista, por lo cual comenzó a escalar y pudo notar el camino. No había obstáculos desde su posición y el camino, siendo ideal para tener un punto vigía desde el cual ver llegar a las hormigas que quisieran detener el paso de las carretas.
Contenido Oculto

— Ahora, solo queda esperar a que el sol se ponga justo en mi espalda... —

Suspiró mientras se mantenía alerta, la emoción de aquella lucha prometida solo inundaba su cuerpo y una de sus manos ya estaba colocada en la empuñadura de su arma, lista para desenvainar y saltar al combate desde su posición a unos cinco metros del camino y con una vista privilegiada gracias al terreno y su altura. Se quedó quieta, como si fuese una estatua, junto a aquel arbusto improvisado que había colocado a su lado solo para darle más inmersión a la escena y que realmente pareciese una estatua que lentamente estaba siendo consumida por la propia naturaleza.
#4
Alistair
Mochuelo
Tu comentario sobre "darle una buena sorpresa" al soplón es uno que no pasa desapercibido en lo absoluto, pero tampoco ves que incite la reacción de ninguno como para poder siquiera darte una pista de quién podría tratarse. Son comerciantes, se ganan la vida de cara al público y su control emocional está muy por encima del promedio; si además uno de ellos es el soplón que lleva saboteando operaciones financieras por debajo de la mesa desde hace un tiempo, estará más que mentalmente preparado para resistir la tentación de reaccionar a amenazas siempre que sepa que no se dirigen a él de manera personal. 

Es difícil, pero no imposible. Pero no es como si te estuviesen pagando por delatar al soplón, sino por mandar un mensaje a quien mueve los hilos tras bambalinas: Que ahora tienen una forma de contestar a los intentos de sabotaje, sin importar su desconocimiento por la identidad del traidor. Y siempre que tengan la posibilidad de contestar, no se quedarán de brazos cruzados mientras su negocio levantado con sangre, sudor y lágrimas se viene abajo. No han vivido tanto tiempo como para caer por la malicia de un solo individuo.

Los mercaderes ríen un poco nerviosos al escuchar tu broma, pues una buena mayoría ha vivido toda su vida en la gran ciudad y desconocen de la violencia que transcurre mas allá de las delimitaciones políticas de su lugar de nacimiento. Aun así, la mirada que te dan luego de la carcajada te deja en claro que no se lo toman para mal en lo absoluto, sino todo lo contrario: Te ven como una Oni en la cual pueden depositar sus esperanzas y confiar en que todo saldrá bien, una mercenaria capaz de manejarse a si misma y a una situación caótica que pueda aparecer frente a ella. Y, por como han ido los casos anteriores, están bastante seguros de que así será. Lo que cambia esta vez es que no envían a personal de toda la vida, sino a una persona con la fuerza para convertir tres casas en fila en escombros sin sudar. 

Como mencionamos en medio de la llamada, nos gustaría idealmente que fuesen llevados a la justicia en una pieza. Preferiríamos que no asociaran al Bazar Maguru's con sangre derramada, sería una muy mala imagen para el negocio y... Dentro de todo, no buscamos responder pérdidas con muerte. Ahora, si los culpables responden con violencia letal, se escapa de nuestras manos que se produzcan víctimas en defensa propia. No valoramos la vida de criminales por encima de nuestro propio personal, sea vitalicio o por prestación de servicios. Dicho de otra manera, Señorita Sowon... Tráigalos con vida en la medida de lo posible, pero ponga su seguridad por encima de la de ellos. — Dichas esas instrucciones, los tres te entregan sus buenos deseos y te dejan ponerte manos a la obra. 


El terreno en el que te encuentras es relativamente simple. Una pequeña zona con vegetación por todos lugares, un rudimentario camino de tierra en el que no hay una sola presencia de árboles y, en contraste, bastantes árboles en ambos lados para hacer que el sendero principal resalte todavía más. Un sitio bastante lineal, realmente. Lo que hace la zona idónea para robar un cargamento es que el sector es especialmente conocido por ser una zona lluviosa, por lo que es normal que los terrenos se vuelvan fangosos y relativamente complicados de transitar, sobre todo con cargamentos pesados como puede ser -lo adivinaste- joyería. Es imposible intentar huirle a un competidor bípedo, cuadrúpedo, o cualquier cosa que no use ruedas para moverse en esas condiciones, y cualquier persona armada hasta los dientes con vestimenta o equipamiento pesado sufrirá uno de dos destinos: O se hundirá en un charco de lodo hasta los tobillos, o cualquier movimiento medianamente brusco provocará que caiga de culo directamente. Es posiblemente uno de los terrenos menos ideales para una Oni alta vestida en armadura como tú, pero estoy seguro que te las ingeniarás divinamente. 

Desde tu nueva posición privilegiada, una considerable cantidad de minutos mas tarde de reposicionarte y fingir ser una estatua, el momento que persigues con anhelo finalmente empieza a ocurrir en frente de ti. La carreta cubierta, hecha completamente de madera y tela, empieza a ser asaltada. Cuatro figuras encapuchadas y con abrigos que los cubren de pies a cabeza aparecen de entre las arboledas, dos de ellos cargando armas de larga distancia que parecen de alto calibre; sus siluetas son bastante genéricas. Y al lado de estos, aparecen otros dos más: Un hombre de estatura media pero bastante fornido, cabello plateado y una cicatriz en su mejilla lo delata como el cabecilla, y a su lado una figura larguirucha lo acompaña. Esta sí está completamente cubierta, así que salvo su altura, no obtienes un solo detalle de quién se trate. 

Algo que además puedes notar es que falta uno, pues se supone que eran cinco según el informe. ¿Habrá faltado a otro día de robo? Con lo repetitivo que ha sido, no sería sorpresa. 

Condiciones especiales de terreno difícil


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#5
Sowon
Luna Sangrienta
La mujer esperó con paciencia el momento oportuno para soltar la trampa, pudo ver a los bandidos acercarse a la carreta, tras haber estudiado el terreno del camino la mejor optativa era quitarlos del camino y asustarlos con una sorpresa para revelar a cualquier enemigo oculto entre los árboles. Los troncos rodaron colina abajo, con el ruido de una avalancha, desprendiendo algunas rocas en su violento recorrido y cayendo en picada con restos de rocas, la trayectoria parecía calculada para no dañar la carreta si no embestir a los maleantes y servir de barricada para separarlos de la ubicación del botín. Divide y vencerás, eso decía un antiguo refrán de su familia y si lograba dividir las fuerzas de sus oponentes podría disfrutar de una gran cacería. Se deslizó colina abajo, aprovechando el largo de su espadón no tenía que pisar el terreno fangoso, al poder atacar desde los costados con una fuerza descomunal, sus ojos brillaron en una tonalidad roja mientras con un grito de guerra se hacía presente. Deseaba acabar el combate con la menor cantidad de movimientos posibles, cargando con ambas manos, para una entrada tan inesperada como brutal. A fin de cuentas le habían permitido hacer lo que quisiese, siempre que argumentase que había sido en defensa de los pobres empleados de la carroza y eso estaba haciendo.

Destrozo del Oni
131U401
ÚNICA
Ofensiva Activa
Tier 4
21/11/2024
41
Costo de Energía
2
Enfriamiento
Sowon gira su enorme espadón para impactar con un corte lateral en su oponente, siendo capaz de emplear la fuerza centrífuga para que la potencia del golpe sea difícil de evadir. [Inevitable]
Golpe básico + [FUEx2,6] de [Daño cortante]

Refuerzo III
BUSO601
BUSOSHOKU
Haki intermedio
Tier 6
19/11/2024
10
Costo de Haki por Turno
2
Enfriamiento
Permite al usuario recubrir medio cuerpo y múltiples armas con haki, tornándose estos de un color oscuro y brillante como el metal, siendo capaz de golpear los cuerpos de todo tipo de Akumas. Obteniendo un bono de +30 en los daños que aplique el Haki y +15 [Resistencia] ante daños y efectos. (En caso de querer recubrir solo pequeñas zonas del cuerpo, inferiores a la mitad del recubrimiento máximo el coste bajara a la mitad)
+30 en los daños físicos desde área afectada y +15 [Resistencia] ante daños y efectos en el área recubierta.


Utilizando su impulso, la imponente mujer giró sobre su cuerpo justo antes de tocar el camino, dejando que su enorme espadón descendiese brutalmente contra el cabecilla del grupo. Ataca al rey y ganarás la partida, derrota al Rey y sus soldados perderán toda voluntad de seguir luchando. La hoja se había tornado completamente negra mientras el golpe caía como un enorme barrido lateral que poco o ningún margen dejaba para ser evadido, una sonrisa salvaje se apoderó del rostro de la Oni mientras esperaba viendo en cámara lenta como su enorme espada se abalanzaba sobre la presa con una sed y un sonido desgarradores. 

— Se ve que ustedes son los que han estado tomando cosas que no les pertenecen, pero no crean que podrán seguir con esa vida cuando han entrado en mi territorio. —

Sowon saltó hacia atrás luego de emplear su golpe de presentación, se mantenía al margen del camino, aprovechando la distancia para realizar dos cortes de advertencia si algún bandido deseaba avanzar pese a su brutal entrada. La Oni no era tonta, había visto que el terreno le dificultaría luchar con comodidad por ese motivo se mantenía fuera del mismo y atacaba desde los costados aprovechando el tamaño de su arma y su gran altura para acechar como un lobo hambriento a cada paso.

— Si no quieren morir, mejor será que se entreguen, pero si gustan volverse uno con mi espada... Estaré encantada de recibirlos. —

Apuntó su arma hacia el cabecilla, su objetivo era claro, el primero en su lista y al primero que eliminaría, si los demás deseaban rendirse y dejarse apresar no debería gastar energía en ellos y seguramente el gran poder demostrado había servido para infundir cierta cautela en sus corazones alterados por la codicia.

Vida: 1070 / 1070

Haki: 305 / 310

Energia: 443 / 484

Pasivas

Mates
#6
Alistair
Mochuelo
El sonido de madera crujiendo es uno que el grupo delictivo en un inicio hace mayor caso, pues es un sonido relativamente común de escuchar en una zona tan boscosa como la que rodeaba el camino despejado; árboles podían caer uno tras otro por leñadores locales, por la vejez de la propia madera -pues no estaban tan industrializados como para arrasar con un bosque entero sin que uno u otro cayera por su edad y peso-, o incluso por la propia fauna que habitaba las zonas verdes, queriendo construirse un hogar, o utilizarlo para otra de sus tareas. Eran tantísimas cosas que costaba contarlas con los dedos de la mano.

Lo que ninguno de los cuatro presentes se esperó es que ese ruido no solo no se fuera al cabo de unos segundos, sino de que empezara a escucharse cada vez más fuerte. Peor todavía: Que sonara como si la superficie de madera estuviese en constante golpeteo con algo, rodando, resquebrajándose... ¡Que les habían arrojado unos troncos encima! Si tuvieras alguna capacidad visual por encima del promedio, no te habría costado discernir el careto de sorpresa que han puesto todos los presentes participantes del robo que se estaba efectuando, pues de todas las cosas que estaban esperando recibir, unos proyectiles del -literalmente- tamaño de árboles no estaba en la lista. 

Era una idea creativa, aunque muy arriesgada. ¿Qué porqué? Porque, con mercancía presente en el sitio, la trampa que utilizaste en beneficio de tu ofensiva rápidamente podría ponerse en tu contra. Con barro de por medio, la fluidez de la sustancia fácilmente habría podido reducir la fricción en el lugar y arrastrar a los troncos mas lejos de lo que tenías planeado, presentando el peligroso accidente de llevarse la carreta por delante. Para sumar más al problema, siendo que los bandidos han salido de las arboledas que estaban directamente a cada lado del camino, esto significa que los sujetos están horizontalmente posicionados en la misma altura que la carreta; no hay manera de darle a uno con un objeto tan grande sin llevarse el otro de por medio. 

Un chasquido de la lengua proveniente del cabecilla es audible solo para quienes están inmediatamente a su lado, claramente de molestia. No solo tiene una idea de la fuerza a la que se enfrenta tras presenciar esa muestra con los troncos, sino que además ha visto que está contra alguien que no se cortará en lo absoluto con sus acciones. 

El hombre se posiciona entre los proyectiles y la caravana, dispuesto a darles cara no porque tenga el mas mínimo interés en defenderla sino porque será un coñazo sacar la mercancía si está debajo de escombros y astillas, por no mencionar que una buena parte seguramente se hundiría por su peso en el terreno que les rodeaba. Su idea era entrar y salir pronto de allí, pero en vista de los sucesos ocurridos, parece que no saldrá como querían. Gajes del oficio, como decían. Un día se ganaba, otros no tanto. 

Reuniendo todas sus fuerzas y asumiendo una posición que -piensa- le mantendrá estable, el hombre propina un poderoso puñetazo recto que consigue parar en seco el primer tronco. Astillas vuelan por todos lados, y lodo salpica a algunos de los presentes en la colisión. Lo que no tiene en cuenta, no obstante, es que los bloqueos posteriores golpean al tronco por detrás y mandan toda esa energía cinética hasta él, provocando -en suma con el terreno inestable bajo sus pies- que se deslice hasta caer tan dramática como cómicamente sobre su propio culo, algo que hubiese provocado una buena carcajada en cualquier otro contexto.

En esta ocasión, este cómico resultado es lo único que impide que le biseccionen de lado a lado por el enorme espadón de la poderosa protagonista que ha bajado por la colina y apuntado directamente al cabecilla, llevándose por delante troncos y piedras como si fuesen mantequilla contra el acero de su imponente arma. Por este día nada más se ha salvado, pues de otra manera, habría sido una horrífica escena de sangre y entrañas volando por todos lados. 

Pero, en un giro irónico de guion, nuestra protagonista sufre el mismo destino que el cabecilla sin capucha, siendo arrastrada por la fuerza residual de su poderoso ataque y el peso de su propio cuerpo -combinado al de la armadura- hacia una posición insalvablemente inestable, y cayendo sin piedad hacia el suelo. Por supuesto, con la resistencia que la chica lleva encima, aquello no sería más que un cosquilleo incómodo y el posterior lavado de su preciada armadura. Nuevamente, gajes del oficio.

Tus palabras de amenaza no pasan desapercibidas para ninguno de los presentes, que solo se disponen a observarte nerviosos mientras te clavan dagas con las miradas. Quienes tienen armas de alto calibre -visualmente comparables a rifles- no dudan en apuntarte, un movimiento que pronto sigue la tercera figura encapuchada desenfundando un arma de corto alcance, una flintlock de múltiples recámaras -algo inusual- con acabados dorados. Quien quiera que sea, le gusta llevar lujos encima. 

Para entonces, el líder apenas encuentra tiempo para ponerse de pie, intentando sacarse algo de la suciedad de encima -sin ninguna suerte de conseguirlo- y mirándote directamente a los ojos. Incluso después de tu caída, reconoce el peso que tienen tus palabras, incluso más que sus lacayos, y traga saliva ante la amenaza. En cualquier contexto sería un hombre muchísimo mas bocón, verbal hasta la médula y entregando su peso en agresión y burlas. Pero no esta vez. Dentro de sus circunstancias, es un líder mas apto de lo que aparenta. 

Observas duda en su mirada, pero un momento después levanta su puño cerrado derecho hacia arriba, mirando al cielo, una seña que no te indica absolutamente nada hasta que ya es demasiado tarde; una granada de humo aparece repentinamente frente a ti -habiendo llegado desde un ángulo ciego en medio de la arboleda sin ruido alguno de por medio-, estallando con fuerza y cubriendo completamente el campo visual de la carroza con sus contenidos que imposibilitan ver mas allá de tu propia nariz. Asimismo, aunque no puedes verlo, escuchas otros tres Clicks que suenan idénticos a la primera granada; es seguro asumir que han reventado otras tres en alguna parte, así que es seguro asumir que la nube resultante cubrirá una distancia generosamente molesta. 

Desprovista de visión y sin poder conocer el estado de la situación mas allá de deducciones probables, lo mejor sería pesar tus prioridades y abordarlas una a la vez; ni el más poderoso héroe podrá hacer todo a la vez, y aunque nadie te detiene de intentarlo, recuerda que intentar hacer de más puede causar que incumplas con el mínimo necesario. 

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#7
Sowon
Luna Sangrienta
Vaya caído se había dado al intentar dejar un mensaje, aunque su orgullo de mercenaria saldría algo magullado no había tropezón que no fuese caída, o caída que no fuese tropezón. Lo que la Oni había sentido es que había dado una buena advertencia a su alrededor y ahora podría enfocarse en proteger a la carreta sin tener que molestarse por las hormigas que seguramente intentarían algo o habrían intentado dejarle en aquel lugar lleno de humo para atacar la carreta. Se apoyó en la misma mientras se concentraba para usar su percepción y localizar las probables auras de sus enemigos, la idea era sencilla, tener una idea de su situación y no moverse de la seguridad de la carreta la cual era lo más valioso que los comerciantes querían recuperar. Quizás no lograse atrapar o despedazar a los bandidos pero dudaba que tras haber rozado el filo de la muerte volviesen a intentar robar por esos lugares, el cabecilla se habrá llevado el susto de su vida y lo había visto en sus ojos cuando su espada por poco le parte a la mitad. Pero ahora, había que centrar la mirada en el horizonte o al menos en el humo, concentró sus sentidos tomando con firmeza la espada al levantarse y colocando ambas manos en la empuñadura, para demostrar una elegante pero desafiante postura junto a una sonrisa, el barro la suciedad apenas había alterado su carisma.

― Oigan, comerciantes, no se preocupen me contrataron para que lleguen a salvo. Me disculpo por la estruendosa llegada pero creo que les he dado un buen susto. ¡Bwahahaha! Avanzaremos despacio una salgamos de esta neblina podremos continuar. Si se acercan a mi rango los voy a repeler y además, si los tontos intentan dañarnos puedo tomar medidas mucho más dolorosas. ¡Están advertidos! Esta carreta está protegida por Sowon Shinozaki, orgullosa Oni descendiente del clan mercenario de mayor prestigio en mi natal Onigashima. ¡Entreguen sus armas o salgan del camino si no quieren sentir la caricia de mi acero! ―

Advirtió utilizando un tajo horizontal frente a ella con dos intenciones, una era intentar con el potente corte despejar el área circundante a la carreta y la otra era claramente enviar una advertencia si todo lo anterior no había bastado. El corte era rápido, letal e incluso más fuerte que el anterior, la gigantesca mujer lejos de parecer agotada o humillada por su caída se había levantado con incluso más poder que anteriormente y dejaba en claro que no estaba de broma. Si bien se estaba dedicando a la protección y custodia del elemento principal, no escatimaría en recursos a la hora de defenderlo o defenderse a sí misma. Los bandidos podrían salir corriendo, con los bolsillos vacíos y el orgullo magullado pero vivos o intentar cruzar el rango de la espada de la Oni quien pese a estar cegada parecía conocer los puntos cercanos al girar la cabeza en algunas direcciones antes de que algún ruido llegase.

Percepción II
KENB401
KENBUNSHOKU
Haki básico
Tier 4
22/11/2024
7
Costo de Haki por Turno
2
Enfriamiento
Permite al usuario percibir con precisión la presencia de otros seres vivos en un área, siendo capaz de apreciar las emociones muy fuertes que exterioricen como un sufrimiento fuerte o un gran instinto asesino, etc. Si lo activa puede anticiparse a un ataque obteniendo para ello un bono de +5 [Reflejos].
Área: [VOLx12] metros. +5 [REF]


― Iniciemos con esto, tengan cuidado, puede que haya troncos delante pero los puedo cortar sin problemas. No creo que puedan atreverse a atacar, pero no bajen la guardia. Están a salvo mientras nos mantengamos cerca. ―

La mujer indicó con una sonrisa mientras se apoyaba en la carreta para no perderla de vista, si bien podía ver el aura era mucho más seguro mantenerse lo más pegada a la misma, su mera presencia pondría de manifiesto a los bandidos que no había opción era enfrentar a la muerte o dejarlo ya que la advertencia había subido mucho su nivel. A lo mejor los anteriores resultaban personas de doble moral sobornados, otros podían ser aventureros novatos pero esa gigantesca mujer estaba hecha de otra pasta y apenas se dignaría a cruzar palabras con ellos si no se retiraban o entregaban por las buenas. Ya había utilizado un poderoso ataque como presentación y a juzgar por su actitud no era ni de cerca lo mejor que podría utilizar. Como un fiel escudo defensor, la mujer exploraba el terreno con la espada, apartaba los troncos y luego se colocaba a un costado, manteniendo una marcha cuidadosa y nunca dejando que la carreta se adelantase más que el rango máximo de sus cortes, era como tener a un escudo personal guiando el camino de un ciego. Como si fuese el perro que cuidaba la cabaña de un viejo, aquel que era manso y adorable pero no tenía remordimientos a la hora de enseñar los colmillos al peligro.

Vida: 1070 / 1070

Energia: 443 / 484

Haki: 300 / 310


resumen
#8
Alistair
Mochuelo
Silencio, estruendos, y luego más silencio. Lo que en inicio fue una zona completamente envuelta en la quietud de ruidos forestales y el sonido de las armas de los asaltantes preparándose rompió cualquier neutralidad en el ambiente con la estruendosa entrada de una fuerza de la naturaleza personificada en el cuerpo de una Oni con un espadón capaz de partir una casa en dos sin mucho esfuerzo. Troncos rondaron, golpes fueron arrojados, personas cayeron al suelo e hicieron un desastre higiénico de armaduras, pero como si fuera una constante del universo que sin falta forzaba su presencia, todo regresaría a su estado primigenio: Al de la quietud total, antecediendo la presencia de múltiples granadas de humo estallando en la zona y envolviéndola en su totalidad. Los ojos ya no eran sentidos que fuesen confiables en el campo de batalla, por lo que recurrir a métodos alternativos para guiarse se había convertido en una necesidad. Al menos si no querían acabar con un puñal en la espalda, por supuesto. 

Pero los ladrones eran más listos de lo que se les daba crédito. Con la misma rapidez que habían arribado a la escena, se habían encargado de solucionar su predicamento; como se había advertido, venían mas que preparados para cualquier eventualidad. Aunque en su cabeza pensaron que serían capaces de escabullirse con algunas joyas en mano, pero ni eso en este caso; ninguno estaba dispuesto a perder un brazo, o una pierna -o que el universo no quisiera, la cabeza- por un manojo de Bellys que podrían compensar en un futuro. Siempre habría un día más, pero por este día al menos, habían sido derrotados y forzado a huir con la cola entre las patas y las manos vacías. 

Tus intentos iniciales de dispersar el humo por medio de cortes al aire en conjunto con el aire corriendo por el lugar son exitosos, moviendo el obstáculo visual con varios segundos de demora hasta finalmente conseguirlo, pero eventualmente consiguiendo desplazarlo y permitiéndote recuperar tu sentido de la vista en toda su gloria. Un primer vistazo a los alrededores te permite ver que los malhechores ya no están en tu rango visual, pero nunca se sabe: Puede que estén esperando debajo de las piedras por una oportunidad para dar un golpe ratero y, al menos, no salir con tanta pérdida del lugar.

Tu sentido de la precaución ha tomado una buena decisión, pues consigues encontrar al instante las posiciones de los bandidos en el momento que consigues invocar tu poder espiritual para visualizar una porción considerablemente grande del bosque, como si pudieses estar en cada centímetro de éste a la vez, una especie de omnisciencia estrictamente sensorial que muchos encontrarían envidiable a falta de una palabra mayor. Quienes dicen por ahí que el Haki no era una fuerza digna de reconocer es porque nunca en sus vidas le habían dado una buena prueba que les deje con el mal sabor en boca después de soltar tal menosprecio. 

Tu capacidad de percepción te indica lo siguiente: Excluyendo la presencia del conductor y la tuya -y la de los pocos animales con suficiente como para destacar con tu Haki de Observación-, das con cinco entidades en el lugar. En grupos de a dos -y uno en solitario-, se han dispersado en direcciones tan diametralmente opuestas como les es físicamente posible, separándose lo más que pueden de cada uno de los grupos. Lo que es una forma complicada de decir: Cada uno ha agarrado por su lado en direcciones diferentes y apartadas, así que una persecución para atraparlos a todos a la vez es imposible. Parece como si lo hubiesen ensayado con tiempo, pero ya sabes cómo funcionan los bandidos: Lo primero es entrenar el escape, y lo segundo el atraco. El que va solo ha agarrado una carrerilla impresionante y tomado una distancia que hace sospechar el uso de algún equipo especial, mientras que los otros dos pares están a una distancia mas creíble pero difícil de alcanzar de cualquier manera. Salvo que alguno te deba un pastón importante, no hay una razón de peso para no dejar la molesta tarea a las fuerzas locales luego de reportarlos. 

Segundos de inacción y falta de eventualidad mas tarde... Nada. Mas allá de un grupo de aves que ha levantado el vuelo en la lejanía, ni sonidos de alerta, ni acciones, ni nada que demande a tu cuerpo mover el mas mínimo músculo de tu postura de preparación. Para bien y para mal (lo segundo porque no has tenido oportunidad de encajarle un buen derechazo a alguno de los ladrones, pero ya llegará el momento eventualmente), conseguiste detener el robo que estuvo a punto de concretarse con una sorprendente eficiencia. Tu advertencia ha sido idónea y, destrozos ambientales de lado, lo has conseguido realizando el menor daño posible a la mercancía, a los encargados de la carreta y a tu persona. 

Muchas gracias, señorita. Pensaba que esa gentuza iba a salirse con la suya de nuevo... — Te dice una voz cansada, a quien ahora tienes el tiempo y la atención para analizar sus características: El conductor, un hombre mayor de edad con un sombrero de paja poco definido -algunos hilillos caen por el lado-, una barba larga y frondosa, y con una postura encorvada producto de la labor que realiza con constancia diaria y pocos días de descanso. Es un veterano que ha vivido una larga vida y solo quiere transitar por una vida pacífica hasta su último día, poco sorprende que no haga resistencia en esos eventos; músculo no le falta por la carga que arrastra a mano, pero sabe que pelear contra gente así solo trae más problemas a largo plazo. A su lado, una chica que insistentemente se inclina frente a ti, un gesto de agradecimiento algo exagerado que desborda agradecimiento a pesar de su falta de palabras, ¿una muda quizá?

Usted es quien Weathley mencionó que enviaría, ¿verdad? — Continúa la voz cansada, arrojando un nombre -que desconoces- de la forma mas casual. Sería correcto asumir que se trata de uno de los comerciantes del Bazar Maguru's, pero mas allá de eso, estás corta de información (eres libre de preguntar, pero sería capítulo de relleno en tu serie). — Entiendo que será parte de su contrato, pero déjeme pedírselo de todas maneras. ¿Podría por favor darnos una mano y escoltarnos hasta el lugar de destino? Nunca hemos visto problema alguno además de los que ya ha ahuyentado, pero nunca está de más asegurarse... — El hombre espera tu respuesta, y en caso de que sea afirmativa, procede a colocarse nuevamente frente a la carreta para tirar de ella mientras que la chica muda se sube al interior de la carreta, buscando verificar que los bienes estén enteros en el camino. 

Enhorabuena, has sido un viento de cambio en la vida de ese par de personas, y de los comerciantes cuyo negocio más que seguramente se salvará gracias a tu intervención. ¡Y mas rápido de lo que han montado esa carreta seguramente!

Off
#9
Sowon
Luna Sangrienta
La tensión duró unos segundos, al parecer los movimientos de la espada bastaron para espantar a los pobres ladrones quienes debieron retirarse a buscar otras víctimas menos afortunadas. Su respiración se relajó tras el pequeño altercado, aunque seguía con su espada en mano su postura era mucho más relajada consciente de que el peligro se estaba alejando segundo a segundo, paso a paso hasta que su vista quedó despejada no debían bajar la guardia aunque podían darse unos segundos de relajación tras la frontal confrontación. Dudaba que los bandidos pudieran llegar muy lejos, con su presencia inminente esas rutas habían dejado de ser seguras para ellos, a lo mejor el líder pudo ver la luz por unos segundos cuando su enorme espada rozó el aire frente a su mejilla, era una advertencia que de seguir así no tendría tanta suerte la próxima vez que se viera las caras ya fuera con ella u otra mercenaria que buscase unas monedas para continuar con su vida. Los pensamientos de Sowon volvieron a la carreta y al hombre que ahora hablaba, observó la misma para comprobar que no se había volcado nada y que los bienes seguían donde debían estar, ignorante de su suciedad y preocupada por la mercancía, solo se relajó al notar que ninguno de esos bandidos le había echado el diente al botín casi por fortuna había actuado a tiempo para evitar el cierre del Bazar que le había contratado. 

— Con ella tiene el gusto, no me molesta escoltarlos hasta el bazar, como bien sabe la seguridad de los clientes es la prioridad del bazar y el pequeño problema de los bandidos está por solucionarse. Espero no haberlos asustado, espero que entienda que aquella entrada era necesaria para espantar definitivamente a quienes se aprovechan de los trabajadores, no suelen entender sin una muestra de la diferencia abismal entre dos fuerzas opuestas ya que creen estar por encima de las leyes... ¿Weathley? Debe ser uno de esos hombres del Bazar aunque recuerdo más el nombre de Frederick aunque no me haga caso soy mala recordando nombres... —

Se presentó sacudiendo un poco de polvo de sus hombros, riendo al escuchar el nombre de quién había contratado el servicio, la mujer conocía solo el nombre de uno de los tres hombres y habían hablado encarecidamente de lograr la escolta ya que la marina podría encargarse de atrapar a los bandidos una vez ahuyentados. Si bien la rubia se rascaba la cabeza intentando recordar algún nombre más, les quedaba un pequeño trayecto para identificar o ponerle una cara al misterioso nombre que el anciano acababa de soltar, tampoco era algo que le quitase el sueño al saber que la entrega era tan importante era de esperarse que varios hombres involucrados en la mercancía hubieran contratado otros mercenarios a lo mejor sobornados o derrotados por los bandidos antes de arribar al lugar. Su espada marcaba el camino, pese a la imponente apariencia de la Oni, su actitud casual y su predisposición en ayudar a apartar troncos o mantener la mercancía en el lugar si encontraban un bache hacían su presencia una compañía bastante amena.

— Como sabrá esta entrega es muy importante para el Bazar Maguru's donde realmente se preocupan de la seguridad de los involucrados, no es bonito que esos bandidos estuvieran cerca por eso me enviaron pero puede contar conmigo para defenderlo. El camino a partir de aquí es mucho más sencillo de transitar, descuide estuve viendo la zona cuando venía en camino y si tomamos esta ruta llegaremos en unos minutos, si necesita algo no dude en decirme. Mi prioridad es su seguridad y la de la señorita claro está. —

La Oni guiñó un ojo a la chica muda mientras continuaba liderando el camino, un poco de promoción nunca venía mal y Sowon era alguien de palabras sinceras que a la hora de vender un producto o referir a alguien que le había tratado bien se convertía en una buena promotora. Alzó la mirada tras atravesar la pequeña colina,  el bazar ya era visible a lo lejos y la mujer pudo ver a uno de los comerciantes esperando en la entrada al parecer no podía contener la emoción en cuanto vio que la carreta esta vez llegaba en una sola pieza, a lo mejor era la primera entrega en meses que llegaba en su totalidad y eso solo significaba que los días del Bazar Maguru's estaban muy lejos de terminar, todo gracias a ese llamado casual que derivó en la mejor inversión que alguien desesperado podía hacer.
#10


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