Hay rumores sobre…
... una isla del East Blue donde existen dos escuelas de combate enfrentadas. Estas escuelas hacen especial referencia a dos personajes de la obra original.
[Común] [C-Pasado] Cuervo de lobos
Illyasbabel
cuervo de lobos
[Hace 48 años (676) se formó el Gremio del Lobo Plateado fuera del East Blue, quince años después ( 691) aparece Illya]

Fueron tres años largos, luego del  trágico asalto que vivió, donde perdió a su familia adoptada, y quedo a la deriva sin rumbo alguno. Illya se dedico a buscar a los miembros de una reciente y aclamada organización nombrada como El Gremio del Lobo Plateado, en sus pocas expectativas de vida consolido aquella meta, la cual le serviría en un futuro para buscar venganza, y según lo que había escuchado, eran bien pagos, por lo que estaba dispuesto a buscarse un lugar en el gremio, no importaba que lo vean como un niño, aunque apenas tuviera quince años su carácter ya estaba bien forjado.

 Así empezó su búsqueda, de un lado a otro, haciendo viajes por el East Blue, escabulléndose por pasillos y callejuelas, en muchas ocasiones cruzaba pequeños trayectos volando, hasta que por fin dio con una pista clave. Aprendió a moverse con sigilo, a observar y escuchar más de lo que hablaba. Durante esos años, perfeccionó sus habilidades, enfrentándose en ocasiones a pequeños grupos de bandidos que se posaban en su camino o ayudando, siempre que podía, a la gente común, pero esto no era muy a menudo, prefería no meterse en asuntos ajenos. Aunque sus victorias eran solitarias, cada una de ellas le acercaba un paso más a su objetivo.

 Illya había recorrido ya numerosas islas y pueblos en el East Blue, persiguiendo rumores del tal agrupación, que parecían desvanecerse en cuanto se acercaba. Sin embargo, su tenacidad era inquebrantable, cada fracaso lo fortalecía más en su determinación, además, ya no tenía nada que perder. Fue entonces que dio con uno de sus viejos integrantes, pura casualidad y gracias a una pista clave es que se encontró con uno de ellos, identificable por su porte y vestimenta.

 Había llegado a una pequeña Isla cercana al Red Line por una corazonada, siguiendo un rastro de rumores que hablaban de un grupo de cazadores que operaban en las sombras, eliminando a piratas y criminales de manera implacable. En una muy austera taberna, al borde del pueblo, un viejo marinero, con más cicatrices que historias por contar, mencionó algo que hizo que los ojos del pequeño Illya brillaran. -Dicen que en las montañas al norte de la isla... hay un lugar donde los lobos cazan, y no me refiero a los de cuatro patas - dijo el hombre, mientras tomaba un trago de su vaso. -Se rumorea que esos cazadores no son de los que aceptan a cualquiera, pero si logras llegar a ellos... podría ser que te encuentren digno joven cuervito ha! ha! ha!- Illya escuchó con atención cada palabra del viejo. Sin perder tiempo, agradeció y se dirigió hacia las montañas, donde el aire se volvía frío y el terreno rocoso y escarpado. Durante días, ascendió por senderos apenas visibles, cruzando ríos de agua helada y soportando vientos cortantes, en su astucia, decidió no usar sus alas para no ser visto.

Finalmente, en una noche sin luna, llegó a un claro oculto entre las montañas. Las luces de una pequeña cabaña de madera se veían a lo lejos, y en su corazón, Illyasbabel supo que había llegado al lugar correcto. Se acercó con cautela, sabiendo que un solo paso en falso podría costarle la oportunidad que había buscado durante años. Frente a la cabaña, un hombre de aspecto fiero, con una cicatriz que atravesaba su rostro, salió a recibirlo. No dijo nada, solo lo observó con ojos que parecían ver más allá de la apariencia, como si estuviese preparado para no sorprenderse de nada. Tras lo que pareció una eternidad de silencio, el hombre asintió levemente, como si reconociera algo en Illya que lo hacía digno de ser escuchado. - ¿Qué buscas aquí, muchacho?- preguntó el hombre con voz grave, aunque no había hostilidad en su tono cada silaba resonaba en el ambiente . - ... - Las palabras no salieron de su boca, no sabía que decir, la escasa reacción de aquel hombre lo había sorprendido, estaba acostumbrado a recibir cualquier tipo de insultos producto de su tan extraña naturaleza, lo menos que esperaba era un recibimiento cálido, a tal punto de suponer que todo era un trampa. 

 Atinó a tomar el mango de su espada mientras lo desafiaba con su mirada, pero aquel hombre siquiera se inmutaba, - ¿Eso es lo que quieres? - Preguntó nuevamente, sabiendo que Illyasbabel no estaba allí por un duelo. - ...No...- respondió Illya, cual niño regañado. Soltó el mango de su espada y dio unos tímidos pasos de hacia el frente, demostrando una forzada simpatía con el sujeto. - Yo... Yo... ¡soy un cazador! - Exclamó con fuerza mientras continuaba mirándolo con su mirada desafiante.

 El hombre lo miró por un largo momento, un silencio incomodo pero sincero, luego, con un gesto casi imperceptible, le indicó que lo siguiera. Illya lo hizo, esta vez más confiado, entrando en la cabaña, donde lo esperaban otros cazadores, hombres y mujeres que lo miraron con una mezcla de curiosidad y desconfianza. Dentro de la pequeña y cálida choza, el ambiente era oscuro y tenso, iluminado solo por el fuego crepitante en una chimenea en la esquina, por lo que apenas pudo diferenciar rostros y gestos. Las paredes de madera estaban cubiertas con mapas, armas y algunos trofeos. Los cazadores allí reunidos compartían una bebidas ocupando el silencio de manera abrumadora para el pequeño Illya, uno de ellos, con voz más aguda, atinó a burlarse de él, - Oye... oye... ¿Qué demonios es esto? ¡JAJAJA! O DEBERÍA DECIR...! ¿¿QUE CUERVOS ES ESTO?? - continuó riendo solo en su fatal burla ante las oscuras alas del joven Lunarian. Sintió cómo todas las miradas se posaban sobre él, escrutándolo, juzgando cada uno de sus movimientos. No había duda de que estaba ante un grupo peligroso, y supo que no podría engañarlos ni impresionarles con palabras vacías, tampoco se atrevería a cuestionar las burlas del otro sujeto. El hombre que lo había recibido, que parecía ser el líder, se dirigió a los demás sin apartar la vista de Illya. -Este muchacho dice ser un cazador- dijo, su voz firme y autoritaria, en respuesta a ello, una tercer voz, esta vez la de una mujer, habló. - Si ha llegado hasta aquí por lo menos tiene resistencia... de hecho... me recuerdas a alguien pequeño cuervo...-  Se ruborizo ante tan pequeña muestra de apoyo, y le dio el pie para hablar ante ellos, - Vine hasta aquí para unirme al gremio del lobo plateado - Sus palabras salieron con una fluidez impecable, tal punto que siquiera tuvo tiempo de pensar lo que había dicho, pero al fin y al cabo, estaba diciendo la verdad.

La mujer, con ojos afilados como dagas, se adelantó un paso. -Deberás demostrar lo que vales- sugirió, su tono impregnado de desdén. -Si quiere unirse a nosotros, que lo haga a través del fuego y el acero, como todos los demás - El líder asintió, y sus labios se curvaron en una leve sonrisa, apenas perceptible, - Bien - dijo, volviendo su atención a Illya. -Esta noche, te enfrentarás a una prueba, si sobrevives, podremos hablar de unirte al gremio.-
#1


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