Hay rumores sobre…
... que en cierta isla del East Blue, hubo hasta hace poco tiempo un reino muy prospero y poderoso, pero que desapareció de la faz de la tierra en apenas un día.
[Aventura] [Aventura - T1] Rumbo a Loguetown
Galhard
Gal
Los fuertes vientos llevaron la embarcación de Muken a las costas de Logue Town, una vibrante ciudad llena de comercios. Desde luego, era un lugar bullicioso y lleno de vida. Las calles estaban repletas de comerciantes, marineros y aventureros de todos los rincones del mundo. Muken, siendo un aspirante a aventurero con sueños de encontrar y vivir aventuras que le hicieran superar sus propios límites, navegaba su pequeña embarcación hacia el puerto. Era su primera visita a esta legendaria ciudad, y su corazón latía con emoción.

Mientras Muken se preparaba para amarrar su barco, algo inusual captó su atención. Flotando cerca de la popa, había una botella de vidrio. Intrigado, la recogió y vio que contenía un pergamino enrollado. Rompió el sello y desenrolló el papel, descubriendo un mensaje desesperado.

Ayuda, me han secuestrado. Me llevan en una tartana llamada “La Gula Ominosa”. Están zarpando ahora. - Alyssa.

El joven aventurero sintió un escalofrío recorrer su espalda. No podía ignorar este llamado de auxilio. Sin perder tiempo, quitó rápidamente el amarre de su barco y con gran preocupación miró al horizonte, buscando con la mirada algún indicio de "La Gula Ominosa". Finalmente, divisó una tartana de velas rojas que se alejaba lentamente del puerto. En ella podía discernir a tres hombres, todos con un aspecto que recordaba la estampa clásica de los piratas de cuentos, incluso uno de ellos tenía una pata de palo. Si Muken afinaba la vista un poco más, podía ver cómo dos de ellos forcejeaban para mantener tumbada a una chica de pelos dorados que habían sometido con el uso de cuerdas.

La situación era crítica. Muken se dio cuenta de que debía actuar con rapidez, pero también con cautela. El bullicio de la ciudad seguía alrededor, pero su mente estaba enfocada en el barco que se alejaba y en la joven en peligro. Su corazón latía con fuerza mientras consideraba sus opciones. Tenía que encontrar una manera de liberar a Alyssa y de enfrentarse a los piratas si fuera necesario.

Los sonidos del puerto y las conversaciones de los marineros se desvanecieron en el trasfondo mientras Muken fijaba su mirada en "La Gula Ominosa". Sabía que, en algún lugar de su mente, se estaba formando un plan, una estrategia para rescatar a Alyssa y enfrentar a los piratas. Con determinación y coraje, Muken se preparó para el desafío que tenía delante.
Ahora Muken debería decidir qué hacer y cómo actuar.
#1
Muken
Veritas
Personaje


Muken se balanceaba sobre la cubierta de su pequeña embarcación, el viento marino despeinando sus cabellos mientras la espuma blanca rompía contra el casco y la inmensidad del océano lo envolvía en un silencio abrumador solo interrumpido por el crujido de la madera y el suave chapoteo de las olas, sus ojos acostumbrados a la oscuridad de las noches en alta mar se perdían en el horizonte buscando cualquier señal de tierra. Muken se aferró al timón, los nudillos blancos por la tensión del mar embravecido, parecía querer engullir su pequeña embarcación, en medio de esa tormenta de emociones y de elementos sacó de su bolsillo un pequeño envoltorio y con dedos temblorosos lo abrió, para luego dejar escapar un suspiro. Era un caramelo duro de un color azul intenso que recordaba al mar en un día tranquilo, sin pensarlo dos veces lo llevó a la boca y lo mordió con suavidad, el crujido fue como una señal de esperanza en medio de la desesperación, el sabor dulce y agridulce al mismo tiempo lo transportó a su infancia, a los largos días de verano que pasaba en la playa con su abuelo. Recordó cómo él le contaba historias de marineros valientes que surcaban los océanos en busca de aventuras. Siguió masticando lentamente mientras tenía sus ojos cerrados, la imagen de su abuelo sonriendo se superpuso a la furiosa tormenta que los azotaba, se sintió pequeño e insignificante ante la inmensidad del mar, pero también fuerte y determinado, el caramelo era más que un simple dulce, era un ancla que lo conectaba a sus raíces, a su pasado y a su futuro. Con renovado vigor volvió a tomar las riendas de su embarcación listo para enfrentar lo que el mar le deparara.

Los fuertes vientos arrastraron la embarcación de Muken hasta las costas de Loguetown, un hervidero de actividad que inundaba sus sentidos. El aroma a mar salado, especias exóticas y madera recién trabajada lo envolvían incluso antes de pisar tierra firme. Las calles empedradas, vibrantes de vida, estaban repletas de comerciantes regateando, marineros entonando canciones marineras y aventureros compartiendo historias de sus viajes. Edificios de madera con fachadas coloridas se alzaban a ambos lados de la calle principal, mientras que los barcos de pesca balanceaban sus mástiles en el puerto.  Preparando las amarras para asegurar su embarcación un objeto flotante capta la atención del joven, era una botella de vidrio balanceándose suavemente sobre las olas, intrigado se acercó y la examinó con detenimiento, el corcho estaba perfectamente sellado, como esperando a ser descubierto. Con dedos temblorosos lo extrajo y destapó la botella, dentro un pergamino amarillento se encontraba enrollado con cuidado y con el corazón acelerado Muken desenrolló el papel y comenzó a leer el mensaje. –“Ayuda, me han secuestrado. Me llevan en una tartana llamada “La Gula Ominosa”. Están zarpando ahora. - Alyssa. ”-  Muken se volvió hacia el mar mientras su ojo escudriñaba el horizonte por curiosidad y tras unos segundos puedo divisar el navío sin muchos problemas - ¿La gula ominosa? – leyó a la distancia forzando su vista. Esta era una tartana de velas carmesí como una mancha sangrante en el mar la cual llamo su atención rápidamente, en donde a bordo de esta se podía divisar fácilmente cuatro figuras que se movían con torpeza, pero tras prestar un poco más de atención y algo de suerte Muken pudo observar mejor y divisar con más claridad a un hombre con cierta vestimenta que lo asemejaba a un clásico pirata (de facciones duras y una que otra cicatriz). Pero lo que logro mover el espíritu heroico del joven fue cuando observo que dos de esas figuras eran hombres y se encontraban forcejeando para mantener tumbada a una chica de pelos dorados que al parecer se encontraba amarrada.

Muken sin dudarlo un instante ajusta los rifles a su espalda y con un grito desafiante al viento da la vuelta a su navío y va en busca de "La Gula Ominosa". El Joven se apura para acortar la distancia entre ambos barcos aprovechando la velocidad de su embarcación para acercarse a la tartalea enemiga por un costado intentando acortar distancia por uno del punto ciego y usar el factor sorpresa a su favor.  El joven se encuentra agachado y apuntando con el rifle de largo alcance hacia Gula Ominosa en busca del mejor ángulo para disparar y matar de manera rápida al navegante, timonel o cualquier enemigo que lo vea. En caso de que nadie este navegando o lo descubra acercándose, el joven cambiara su arma de larga distancia a una de media distancia, para así dar una rápida ráfaga de balas sobre las velas del navío enemigo desmantelarlas y reducir la velocidad de la tartana pirata, todo esto ocurre mientras el joven intenta estar fuera de la vista de los piratas. –Es como decía el abuelo, mata primero pregunta después. - pensó Muken mientras esperaba para entrar en acción, los enemigos no sabían que un perro loco los había olfateado y ahora estaba tras de ellos.
 
Contenido Oculto
#2
Galhard
Gal
La rápida maniobra de Muken a la hora de mover su embarcación fue exitosa, pese a la dificultad que suponía aquella gesta. Aprovechando de nuevo los vientos que antes habían llevado a Muken a Logue Town, este, logró que la embarcación pusiera con rapidez rumbo hacia donde se dibujaba la mancha carmesí en el mar que por las riñas internas se había dejado de mover y se encontraba ahora parada, agitándose de un lado a otro no muy lejos de las costas de Logue Town. La fortuna quiso que ningún tripulante de la tartana se diera cuenta de que Muken y su embarcación se acercaban, algo que iba a jugar a favor de nuestro aventurero, los gritos y el forcejeo de la muchacha tenían toda la atención de los dos acompañantes del navegante que, con tanto movimiento en la tartana apenas podía controlar el timón adecuadamente.

-¡Idiotas!- Gritó el navegante -¡Os dije que la ataseis bien antes de zarpar!- Furioso luchaba contra los zarandeos de la embarcación -Si es que no sabéis hacer nada bien, como no podamos venderla como esclava o pedir un buen precio de rescate El jefe nos va a...-Suspiró antes de terminar la frase, viendo con frustración a sus dos compañeros incapaces de reducir a una simple muchacha y poder asegurarla a uno de los palos de la embarcación pese a que estaba siendo una riña de dos contra uno. 

Gracias a aquella riña interna, Muken, logró pasar completamente desapercibido y apuntando con su rifle, rápidamente disparó al furioso navegante en el pecho, no fue una herida mortal pero si algo dejaba en claro era que el navegante estaría fuera de combate durante unos instantes. Tras escuchar el tiro, los dos acompañantes del navegante alzaron su mirada hacia Muken y su embarcación. -Maldición- Exclamó uno de los dos tras ver el humeante rifle de Muken -Olvida a la cría, encarguémonos primero de ese desgraciado.- Añadió el segundo mientras que las embarcaciones se ponían en paralelo. Ahora el combate sería un abordaje de los piratas hacia Muken, el cual deberá defenderse de el dúo de enemigos. Uno de ellos llevaba una espada y el otro iba con un par de pistolas. Muken debería pensar una estrategia para luchar en su embarcación
#3
Muken
Veritas
VIRTUDES

 
BOOOM!- al disparar él joven observa como un tiro impacta fuertemente directo al pecho del enemigo, dicho echo causo que apareciera una leve sonrisa en el rostro de Muken quien no perdió de vista a sus enemigos y tampoco el tiempo, pues apenas disparo empezó a cargar su arma nuevamente, preparándose para el abordaje.  Ahora ya solo quedaban 2 enemigos claro, eso si no había nadie más escondido en la barcaza.

-Tengo que aprovechar el choque para incapacitar a uno o las cosas se pondrán feas- pensó Muken, mientras observaba como un espadachín y un tirador se acercaban a la orilla de su propio barco esperando que los dos navíos estén en paralelo para abordar, pero estos no esperaban la sorpresa que tenía preparado el joven tirador. Mientras que el enemigo esperaba un acercamiento tranquilo Muken tenia pensado otra cosa, al golpear primero al navegante los demás no sabrían que la velocidad con la que se acercaban los navíos era algo anormal y al momento de llegar el impacto los dos navíos provocaron un gran estruendo junto a un temblor que desconcentraría a cualquiera, cosa que Muken aprovecharía. Apunto y disparo sin piedad contra el espadachín, directo a la rodilla -Estilo Veritas, primer principio un hombre no resistirá sin firmeza. – eso pensó para sí mismo, divagando un nombre para su futuro estilo de pelea.

Tras dispararle al espadachín Muken suelta su primera arma y toma la segunda, para luego dar rápidos saltos y moverse hacia la izquierda del tirador tomando distancia mientras gritaba -¡¡¡AL PISO MIERDA!!!- sacando pecho y apuntando ahora su arma de larga distancia, el objetivo del joven es intimidar al rival con sus 200cm de altura y sus 50cm de lanza plomo que estaba siendo apuntado a su cabeza. Cualquier movimiento extraño que sintiera el joven este ya estaba preparado para su siguiente acción.

Los disparos, el impacto de los barcos y los gritos eran parte de la siguiente estrategia de Muken, intentando llamar la atención de algún otro barco para recibir ayuda por si las cosas se complicaban.

RESUMEN
#4
Galhard
Gal
El impacto entre los dos navíos resonó por toda la bahía, sacudiendo a ambos bandos y dejando un eco en las aguas que rodeaban a Logue Town. El disparo certero de Muken alcanzó la rodilla del espadachín, quien cayó al suelo con un grito de dolor, su espada soltándose de su mano mientras intentaba contener la hemorragia. Sin embargo, la situación estaba lejos de resolverse.

El tirador, lejos de intimidarse por los 200 centímetros de Muken, mostró una sonrisa torcida mientras su mirada se volvía aún más aguda.-Si fallamos en secuestrar a esta niña nuestro efe nos matará igualmente, así que prefiero irme dando guerra.-Espetó y con un rápido movimiento, disparó ambas pistolas en dirección al joven aventurero, obligando a Muken a retroceder para esquivar las balas. El tirador, experto en combate a corta distancia, no perdió el tiempo y se lanzó al abordaje, saltando con sorprendente agilidad a la embarcación de Muken.

Mientras tanto, el espadachín herido, aunque debilitado, no estaba completamente fuera de combate. Con una mueca de determinación, comenzó a arrastrarse hacia su espada, mostrando que aún tenía la voluntad de luchar. Muken tenía que actuar rápidamente, no solo para neutralizar al tirador, sino también para impedir que el espadachín se recuperara.

El tirador, con un par de movimientos rápidos, sacó un cuchillo que llevaba oculto en su cinturón y lo lanzó con fuerza hacia Muken, buscando aprovechar cualquier apertura en su defensa. Al mismo tiempo, el espadachín herido, con la espada de nuevo en mano, hizo un último esfuerzo por levantarse, tambaleándose mientras intentaba mantener el equilibrio.

Muken, aunque lograba esquivar el cuchillo por poco, sentía la presión incrementarse. Los gritos del espadachín herido mezclados con el sonido de los disparos comenzaban a atraer la atención de otros barcos en las cercanías. Sin embargo, la ayuda aún estaba lejos de ser una certeza, y Muken se encontraba ahora en una situación crítica. El tirador, con una mirada asesina, avanzaba sin tregua, y el espadachín, aunque herido, no parecía dispuesto a rendirse fácilmente.
El joven aventurero sabía que cada segundo contaba. Debía decidir rápidamente cómo neutralizar a ambos o enfrentarse a un combate que podría volverse mortal en cuestión de momentos. Con el tirador cada vez más cerca y el espadachín levantando lentamente su arma, la batalla estaba lejos de terminar.
#5
Muken
Veritas
La advertencia de Muken no había llegado a nada, incluso así el enemigo ataco con dos disparos, los cuales fueron esquivados fácilmente por el joven, el cual se movió para salir de la línea de fuego. No podía pelear contra los dos, así que para asegurar volvió a dispararle al espadachín, pero esta vez a una zona critica para terminar con su vida. –Boom- resonó el rifle, mientras la bala viajaba directo a la cabeza del espadachín. Sin tiempo a esquivar el cuchillo del enemigo, puesto que uso ese tiempo para disparar al espadachín, Muken se mueve su cuerpo rápidamente para ser golpeado por los cuchillos en el hombro y así evitar cualquier daño grabe a su cuerpo.

Ahora la cosa estaba mas pareja, era un uno contra uno y los dos tiradores estaban en el barco opuesto. El enemigo había saltado hacia el navío de Muken, pero Muken se había movido ahora hacia el navío de su enemigo, todavia estaban en punto muerto. La respiración del joven se sentía pesada, su sangre caía desde su brazo izquierda, esta era la primera vez que sangraba por una herida. Para evitar el avance del enemigo empieza a disparar un tiro tras otro, mientras se mueve a una zona de respaldo, un barril o un poste servirían para cubrir su cuerpo. Los tiros del joven son apuntados mayormente al pecho del enemigo. 

RESUMEN
#6
Galhard
Gal
El eco de los disparos resonaba en el aire mientras Muken y su enemigo intercambiaban balas con una ferocidad que pocos podrían haber imaginado en un simple enfrentamiento en alta mar. La brisa marina llevaba consigo el olor a pólvora y la tensión crecía con cada segundo. Muken, ahora sangrando por el hombro, sentía el dolor agudo que le recordaba la gravedad de la situación. Sin embargo, no podía permitirse flaquear. Su entrenamiento, aunque breve en comparación con algunos de los veteranos del mar, le había enseñado a mantener la calma bajo presión.

El tirador enemigo, viendo a Muken moverse hacia el navío contrario, apretó los dientes y devolvió cada disparo con precisión, pero la distancia y el movimiento constante dificultaban que ambos lograran un golpe certero. Muken, por su parte, disparaba metódicamente, apuntando al pecho del enemigo en un intento de debilitarlo, mientras buscaba cobertura tras los barriles y postes de la tartana.

Cada disparo de Muken acercaba más la resolución del combate, pero su oponente no era fácil de abatir. Con una agilidad sorprendente, el tirador enemigo esquivaba y se deslizaba entre los obstáculos, aprovechando cualquier abertura para contraatacar. Muken sintió una bala rozar su costado, rasgando su ropa y dejando una fina línea de sangre en su piel, un recordatorio de lo ajustada que estaba esta lucha.

El enfrentamiento estaba en su punto álgido. Ambos tiradores sabían que la próxima bala podría decidir el resultado de esta batalla. Los pasos de Muken eran firmes, su mente calculando cada movimiento, cada posible cobertura, mientras el enemigo se desplazaba para acortar la distancia entre ellos. La tartana, ahora transformada en un campo de batalla improvisado, crujía bajo el peso de la tensión.

En medio de la refriega, Muken escuchó un ruido diferente, un leve quejido que venía del interior de la tartana. Era Alyssa, la joven prisionera, que aún luchaba por liberarse de sus ataduras. El enemigo pareció distraído por un instante, su atención dividida entre Muken y la chica, lo que le dio al joven aventurero una oportunidad que no podía desperdiciar.

Aprovechando ese breve segundo de duda en su oponente, Muken cambió su estrategia. Se movió rápidamente hacia una mejor posición, ganando terreno y preparándose para lo que sería su próximo y decisivo movimiento. El sonido de la respiración pesada y el latido acelerado de su corazón resonaban en sus oídos, mientras el desenlace de esta batalla se acercaba.
#7
Muken
Veritas
- ¡PAFF! ¡PAFF! ¡PAFF! ¡PAFF! ¡PAFF ¡PAFF! ¡PAFF! ¡PAFF! ¡PAFF! ¡PAFF! ¡PAFF! ¡PAFF! ¡PAFF! -

A lo viejo oeste, tiros de un lado a otro sin parar se podían escuchar en alta mar, era solo cuestión de tiempo que uno de los dos tiradores diera el golpe de gracia. Cubriéndose con los barriles Muken podía escuchar como la madera era destrozada con cada bala que impacta sobre su protección, un solo error y una de esas balas podría sacarle la vida. -seep- un pequeño trozo de metal caliente disparado por el enemigo, logro rasgar la ropa del joven tirador, el cual también había recibido un pequeño rose en su piel, pero debido al alto nivel de adrenalina el dolor no llegaba aun al cerebro de Muken, quien no se dejó ganar terreno y siguió disparando.

-mmm..- -mmm…- Bajo todo el estruendo Muken llego a distinguir un ruido extraño en sus cercanías, por lo que dio un vistazo rápido a su alrededor, -aquí esta- pensó el joven mientras observaba a la joven que había venido ayudar, -Tranquila, ya termino- le dijo Muken con confianza a la joven chica que se encontraba atada.

Inhalando una gran bocanada de aire Muken despejo la mente, -ahora o nunca-, saltando hacia atrás sin darle la espalda a su enemigo el joven tirador exhala el aire de su boca y efectúa un tiro solido en dirección a su enemigo, este estaba apuntado a su cabeza para que todo terminara de una vez.

Resumen
#8
Galhard
Gal
El disparo resonó como un trueno en medio de la tensión que llenaba el aire, y por un instante, todo pareció detenerse. La bala de Muken atravesó el espacio que los separaba, surcando el aire con una precisión letal. El enemigo no tuvo tiempo de reaccionar; el proyectil lo alcanzó justo en la cabeza, provocando que cayera pesadamente al suelo de la tartana. Su cuerpo se desplomó con un sonido sordo, y el arma que había empuñado se le escapó de las manos, rebotando inofensivamente en la cubierta.

Muken se quedó quieto un segundo, con la respiración agitada y el corazón latiendo desbocado en su pecho. El viento marino acariciaba su rostro, trayendo consigo el olor salino del mar mezclado con la pólvora que aún flotaba en el ambiente. Su vista permaneció fija en el cuerpo del pirata caído, asegurándose de que no volvería a levantarse. Había terminado. Había ganado.

Soltando un suspiro de alivio, Muken bajó el arma, dejando que sus hombros se relajaran por primera vez desde que había empezado el enfrentamiento. La adrenalina que lo había mantenido en pie comenzaba a disiparse, y con ella, el dolor de las heridas sufridas se hizo más evidente. Sintió la quemazón en su hombro, donde el cuchillo había dejado su marca, y el ardor del rozón en su costado. No eran heridas graves, pero le recordaban que la batalla había sido real, que había estado al borde del abismo.

Sin embargo, no había tiempo para lamentarse o descansar. El suave quejido de la joven prisionera le devolvió a la realidad. Alyssa, aún atada, lo miraba con ojos llenos de gratitud y temor, como si no pudiera creer que todo hubiera terminado. Muken se acercó a ella con cuidado, sus pasos resonando sobre la madera de la cubierta. Se agachó y con manos firmes, aunque temblorosas por el esfuerzo, comenzó a desatar las cuerdas que la mantenían cautiva y mientras sentía cómo las cuerdas aflojaban y finalmente caían al suelo suspiró aliviada.

Una vez liberada, la joven se abrazó a sí misma, aún en estado de shock. Muken la observó por un momento, y luego desvió la mirada hacia el horizonte. Allí, en la lejanía, pudo distinguir los mástiles de varios barcos que se acercaban rápidamente. Eran navíos de Logue Town, atraídos por el estruendo del combate. La visión de esos refuerzos le provocó un nuevo alivio, sabiendo que ya no estaban solos.

El agotamiento comenzaba a hacer mella en él, pero Muken sabía que aún tenía que asegurarse de la seguridad de Alyssa. Volvió a centrar su atención en ella, ayudándola a ponerse de pie. Ambos se dirigieron hacia la borda, esperando a que los barcos llegaran. El sonido de las olas contra la tartana era ahora el único ruido en el aire, un contraste absoluto con el caos que había reinado momentos antes.

Los primeros marinos saltaron a la tartana, sus expresiones de alarma cambiando rápidamente a alivio al ver que Muken y Alyssa estaban vivos. Las manos de los rescatistas se movieron rápidamente, asegurando la situación y llevándose al enemigo abatido para confirmar que ya no representaba una amenaza.
Muken, con el peso de la batalla aún sobre sus hombros, se permitió un pequeño y cansado suspiro de satisfacción. Había cumplido con su misión. Alyssa estaba a salvo, y los marineros de Logue Town se encargarían de llevarlos de vuelta a tierra firme. Pero en el fondo de su mente, sabía que este era solo el comienzo de su camino.

Las aventuras que buscaba lo estaban encontrando, y él no podía estar más decidido a enfrentarlas, sin importar cuán duras fueran.
#9
Muken
Veritas
Al terminar todo el alboroto, la chica había sido traída a la isla sana y salva, por lo que Muken navego lentamente con su navío manchado de sangre de regreso hacia el muelle. Sacando un caramelo de su bolsillo, este lo desenvuelve y se lo lleva a la boca, hacia un tiempo ya que no comía uno, el sabor era riquísimo y su sabor a frutilla activaba sus papilas gustativas. 

Una vez piso tierra el joven tirador decidió descarozar en una posada cerca de su navío, al cual mando arreglar y limpiar con carpinteros de la isla.
#10


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