Hay rumores sobre…
... una plaga de ratas infectadas por un extraño virus en el Refugio de Goat.
[Común] [C-Presente] Encuentros revolucionarios
Asradi
Völva
12 de Invierno del 724

Hacía años que no se asomaba a las costas de Skjoldheim y en invierno eran especialmente hermosas. Al menos para ella. El Jörmungandr Fjord no estaba demasiado lejos y era terriblemente tentador. ¿Seguiría el clan viviendo y creciendo en las inmediaciones? ¿Estarían bien? La aurora boreal se reflejaba en sus ojos celestes, las estrellas destellando, lejanas, en el cielo plagado de colores fantasmagóricos. Las almas les vigilaban, a todos los habitantes de ese lugar. Asradi bajó un segundo la cabeza, en señal de respeto. Siempre había estado ligada a estas cosas y el volver, de una manera u otra, a casa, hacía que su corazón temblase de la emoción.

A las costas que la habían visto nacer y crecer, como quien dice.

Pero no se encontraba ahí solo por eso. Sino a encontrarse con alguien a quien hacía tiempo que no veía. Alguien que se había convertido en un amigo para ella, a pesar del poco trato que habían tenido en el pasado. Pero la ayuda y la colaboración en Oykot, con ellos, habían sido cruciales para derrocar a la monarquía que allí se apostaba.

El Sindicato. O, más bien, era con Lobo Jackson con quien se habia citado en ese lugar. Era irónico. Un viejo amigo y el regreso a sus raíces. En el amplio manto nocturno, las estelas de un color verde fantasmagórico de las auroras boreales danzaron al compás del suave viento invernal. Un viento gélido que hacía arremolinar sus cabellos de manera hipnónica, como un oscuro manto. Ataviada con algunas cuentas tribales en el cabello oscuro, y un manto de pieles sobre los hombros, que cubría la fisonomia superior de su cuerpo, Asradi disfrutaba de esa ligera espera. Su cola estaba al descubierto, y ella apoyada en ella, como un humano normal lo haría sobre sus piernas. La luz de la luna se reflejaba en las escamas plateadas de su cola de tiburón, arrancando delicados brillos. En una imagen que resultaba casi irreal, como sacada de otro mundo.

Los ojos celestes de Asradi viajaron suavemente por los alrededores. Estaba segura de que ese era el punto de encuentro. Revisó entre sus cosas, en la mochila que siempre llevaba consigo y donde traía, mayoritariamente, sus enseres médicos, hierbas y otros utiles, y comprobó que los documentos que Lobo le había solicitado estuviesen allí.

Parece que está todo en orden. — Sonrió ligeramente para si al pasar un par de páginas y ver que, efectivamente, todo estaba correcto. Tras eso, volvió a resguardarlos dentro del sobre y, posteriormente, en la mochila que ahora recolocó a su espalda.

Ahora solo restaba esperar.

Nota
#1


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