¿Sabías que…?
... existe la leyenda de una antigua serpiente gigante que surcaba el East Blue.
[Autonarrada] [T4] ¿Vikingos y barcos?
Rocket Raccoon
Rocket
Tal como decía Skein, mis trazos se veían más limpios, más seguros. Me pasé una garra por la barbilla, fingiendo analizarlo con un aire de absoluta profesionalidad. -Dales un par de días más a estas manitas y estaré decorando tablones mejor que cualquiera de ustedes. Joder eh- dije con una sonrisa torcida, volviendo a cruzarme de brazos. Mi tono era puro descaro, pero mis orejas se movieron ligeramente al escuchar su respuesta sobre los barcos. No los vendían a cualquiera, no porque no pudieran, sino porque no querían. Eso me llamó la atención. 'Pero como no aprovechan este negocion y estas habilidades casi naturales que tienen...' Pensaba y le daba vueltas al asunto en mi cabeza. 

-Así que no les gustan los cañones, ¿eh? Joder eh.- dije, entrecerrando los ojos con curiosidad. -Prefieren ir y pelear a lo clásico supongo, cara a cara. Vaya, son más bravos de lo que pensaba. Joder eh. Si no les gustan los cañones y las armas pesadas en una embarcación, pues mejor no vean mi submarino jajaja, joder eh- Bromeaba aquí en lo ultimo. No quería ni tenia la intención de meterme con su cultura, sus razones tendrán para no exportar esto más allá de estas frías costas, y no iba a ser yo quien les moviera de ahí.

Me giré para ver los barcos en construcción, cada uno con sus runas, su historia grabada en la madera. Había algo en todo eso que me hacía entender por qué no los soltaban así como así. Para ellos, no eran solo barcos.

-¿Y qué hay de las otras islas? Joder eh- pregunté, girándome de nuevo hacia Skein. -Dices que prefieren explorar y comerciar. Entonces, ¿con quién suelen hacer negocios? ¿A qué sitios llegan estos barcos? Porque si hay algo que tengo claro, es que nadie construye algo así solo para dejarlo atracado en su propia costa.- Inunde e inunde de preguntas y más preguntas al gigantón que tan bien se había ofrecido a ser nuestro maestro en este arte de las runas, y bueno, debía aprovechar este momento pues. Parecía, o creía haber hecho buenas migas con Skein.

Crucé los brazos y eché un vistazo al submarino mientras el tipo alto lo inspeccionaba con ese aire de devoción. No pude evitar sonreír un poco al ver la fascinación en su cara. Al menos alguien por aquí tenía buen gusto. -Claro que es una joya, joder eh.- Dije con un toque de orgullo, golpeando el casco con los nudillos. -Y créeme, ha pasado por cosas peores. Si pueden dejarlo como nuevo, me caen bien. Joder eh- Le sonreía al final de cada ''joder eh'', no quería que se lo tomaran a mal.

Pero, claro, la cosa no iba a ser tan fácil. Al escuchar lo del robo de metal, solté un suspiro y moví las orejas con fastidio. Siempre tenía que haber un problema, ¿no? Aunque, siendo sinceros, la parte de los piratas no me molestaba tanto. Cuando el tipo nos propuso el trato, me quedé callado un momento, echando una rápida mirada a John para ver su reacción. Él no tenía problema en aceptar, obviamente, le gustaba patear traseros como al que más. Pero, como siempre, tenía que sacar algo extra 'Hehe, todos en El Sindicato somos la misma verga, hehe'. Pedir los planos de sus barcos… No era mala idea. Por mí, mejor, más material para trastear.

-Así que unos piratas los están jodiendo, ¿eh? Joder eh- dije, rascándome la barbilla y volviendo a llevar mis manos a la boca para soplarlas y transmitirles algo de calor. Volvíamos a estar afuera, y aquí sí hacía un poco más de frío.  -¿Y los han dejado hacer eso sin más? ¿No tienen defensas, trampas, algo para evitar que les sigan robando? Porque si estos idiotas siguen viniendo, es que o son demasiado buenos… o ustedes demasiado confiados. Joder eh- Mi tono no era de burla, pero sí de curiosidad genuina. No tenía sentido que una gente que hacía barcos tan impresionantes se dejara pisotear así. -Pero bueno, da igual, joder eh.- agregué, haciendo un gesto con la mano. Piratas, asalto, recuperar el metal… Suena como un buen calentamiento para el día. 

-Nos encargamos de esto, recuperamos su metal y ustedes nos dejan el submarino como nuevo, joder eh. Ahora, sobre los planos…- me giré hacia John con una ceja levantada—. No es mal trato, joder eh.- Hice una pausa, dejando que la idea flotara un poco en el aire.

-Así que… ¿Tienen alguna información extra sobre estos piratas? ¿Cuántos son? ¿Cómo es su campamento? ¿Alguna idea de si tienen cañones apuntando a la entrada o si vamos a encontrarnos con una panda de borrachos dormidos? Porque prefiero ir preparado. Joder eh.- Me conseguí alguna mesa por ahí que estuviera cerca, quizás sobre la misma habría algún que otro utensilio o herramienta con la que poder observar bien mis artilugios y también mis armas. Me tomé mi tiempo, quizás unos cinco o diez minutos preparándolos para la ocasión.

Resumen
#21
Octojin
El terror blanco
El hombre que os ha estado guiando sonríe ante las palabras de Rocket, no con burla, sino con una especie de respeto divertido. La actitud confiada del pequeño mapache le resulta, cuando menos, intrigante. La coletilla final no parece gustar tanto, pero a los presentes ya les resulta incluso graciosa. No muchos forasteros se muestran tan relajados en Skjoldheim, y menos cuando están en presencia de sus constructores más hábiles.

—Hacemos negocios con muchas islas, pero sobre todo con las más cercanas —responde, inclinándose para desenrollar un mapa algo gastado por el uso —. Ivansk, Rakesh y el Polo Norte suelen solicitarnos barcos. Algunos para el comercio, otros para la exploración. En ocasiones, incluso para llevar a cabo misiones más específicas.

Con un dedo grueso y curtido, repasa el mapa y os muestra los lugares por los que habéis pasado. Primero señala el centro de la ciudad, donde el mercado y las calles bulliciosas daban vida a la isla. Luego, su mano se desliza hasta el astillero, el lugar en el que ahora os encontráis. Y finalmente, su dedo se detiene en un punto cercano al mar, un poco más alejado.

—El problema no es que nos roben en tierra firme —dice, frunciendo el ceño—. Atacan a nuestro proveedor en mar abierto. Hemos intentado escoltar los cargamentos, pero parecen conocer las rutas mejor de lo que deberían. Solo atacan cuando no hay escolta, como si tuvieran información sobre nuestros movimientos.

Si habéis seguido su dedo en el mapa, podéis ver que el asentamiento de los piratas está a unos quince minutos andando. No es una distancia especialmente grande, lo que significa que los ladrones no tienen miedo de operar cerca del astillero. La cuestión es, ¿por qué no han ido antes a por ellos?

Uno de los hombres que ha permanecido en silencio hasta ahora se acerca un poco más, cruzándose de brazos con aire pensativo.

—Los tipos son piratas de poca monta —comenta, con una voz bastante grave y con un toque de desprecio—. No creo que os suponga un problema acabar con ellos. Sin embargo, no sabemos dónde guardan el metal...

Hace una breve pausa antes de miraros de arriba abajo. Parece estar evaluándoos, sopesando si podéis encargarlos con facilidad o si tendrá que buscar otra solución. Finalmente, se encoge de hombros y suelta con tranquilidad una frase hacia vosotros.

—Vosotros decidís si queréis un enfrentamiento directo o una emboscada.

Antes de que podáis responder, otro de los carpinteros llega con un rollo de pergaminos en la mano. Lo sostiene con cuidado, como si contuviera un conocimiento importante, y se lo enseña a John con un gesto solemne.

—Tendréis los planos si venís con el material robado. Palabra.

Son planos de drakkar, los característicos barcos de los skjoldr. A primera vista, se puede notar la complejidad de su diseño, su estructura pensada para la velocidad y la resistencia en el mar. No son naves imponentes en tamaño, pero cada línea del boceto habla de una construcción precisa, optimizada para moverse con eficiencia en cualquier condición.

Los hombres esperan vuestra respuesta. Es evidente que no cuentan con los recursos suficientes para reparar el submarino sin su metal, pero su confianza en que podéis solucionar el problema es innegable. La oferta está sobre la mesa: recuperar el cargamento y asegurar la reparación de la nave... con el plus de recibir unos valiosos planos a cambio.

Si, como finalmente habéis dicho, decidís ir, no encontraréis ningún impedimento por el camino. Podéis ir bordeando la playa, hasta que, tras unos diez o quince minutos, dependiendo del ritmo que adoptéis, veréis una especie de asentamiento. Hay alguna que otra hoguera a medio apagar, un par de casas de gran tamaño y otras tantas de uno bastante más reducido.

Veréis a un par de tipos haciendo guardia, y algún que otro hombre caminando por la zona, llevando sacos de un sitio a otro. Una gran bandera pirata ondea en el centro del asentamiento.

Bueno, vosotros decidís cómo queréis hacer esto. ¿Os infiltráis? ¿O empezáis con los palos?
#22
Rocket Raccoon
Rocket
La sensación de hermandad que había ahí dentro me envolvía con cada minuto que pasaba hablando con esta gente. Éramos demasiado diferentes, tanto en cultura como en aspecto. Pero la labor de constructores de grandes naves capaces de hacernos llegar a unas nuevas tierras, nos unía y nos hacía compartir algo bastante bonito. Unas simples runas que ellos las hacían ver mágicas, unos simples planos de sus drakkar. Madera y sogas por doquier. Las herramientas y utensilios. Todo era común para los presentes, y ya casi nos hablábamos como si nos conociésemos de toda la vida.

-¿El Polo Norte? ¿Hay más gente viviendo en un lugar más frío que este? Joder eh- No había ninguna duda ante mi sorpresa. Ese lugar me había llamado la atención, pero no sabría exactamente para qué. ¿Quería ir a un lugar más frío que este? No lo creo, definitivamente no iba a estar de entre mis cinco destinos turísticos preferidos. Pero la adrenalina de la aventura y la exploración de lo desconocido, creo que me podía más. De todos modos, eso sería tema para otro momento. Unos piratas estaban molestando a esta gente. Unos piratas iban a ser impactados por las balas de mi gran rifle de alto calibre. 

-Tranquilos, esta hermosura hará el trabajo sucio. Joder eh- Observé a los demás, mientras terminaba de poner todos mis artilugios en orden y dentro de la mochila. -Todo listo por acá John. Pongámonos en marcha pues. Joder eh.-

Llegamos al lugar indicado, donde la brisa helada me golpea en la cara mientras observamos el asentamiento pirata desde una pequeña elevación de la playa. Entre el sonido de las olas rompiendo contra las rocas y el crujido de la nieve bajo nuestras botas. Porque sí, aquí también había nieve. Las había en todas partes, joder. Mis orejas se mantienen atentas a cada movimiento allá abajo. Dos guardias en la entrada, piratas paseando con sacos en los hombros, hogueras que todavía humean. Un campamento funcional, pero relajado. No parecen estar en alerta. Perfecto, era el tipo de situación ideal para una emboscada como la que estábamos planeando hacer. Intenté localizar rápidamente un lugar donde poder escondernos mientras tanto.

'Hey Cortana, es hora de la vaina, así que pendiente mi reina.' Intenté hacer conexión con la IA que manejaba mis circuitos internos y que hacía que todo fluyese como debía. Tras un segundo de acudir a ella, esta respondería.
'Cortana despierta. ¿Qué tenemos esta vez?'
'Un trabajo simple, por lo menos a ojo es lo que parece. Atacar a un campamento de piratas de poca monta. Así que estate atenta.' 
'Entendido, aquí estoy para cuidarte de tus locuras. No te excedas.' 
 
Miro de reojo a John, que sigue con los brazos cruzados y la mandíbula apretada. -A ver compa...- murmuro, con las manos en la cadera. -No soy idiota. Sé que estás deseando bajar ahí y repartir hostias como si fuera un festival de fuegos artificiales. Joder eh- Giro el cuello, soltando un pequeño chasquido con la mandíbula antes de apuntar con un dedo hacia el asentamiento. -Casi siempre soy el de los planes y esas vainas. Esta vez te lo dejaré a ti. Joder eh. Así que lo dejaremos en tus manos. ¿Cómo quieres hacerlo?-  

Espero un segundo, pero antes de que responda, levanto una mano para frenarle. -Pero escúchame bien. Si decides que nos metemos de cabeza, tú te llevas la atención. Llamas la fiesta, haces que esos idiotas se centren en ti… y yo, mientras tanto, busco una forma de flanquearlos. Les damos por ambos lados y antes de que puedan reaccionar, ya habrán mordido el polvo. Joder eh.- Sin saberlo y sin darme cuenta, o a lo mejor sí, hehe. Ya había casi que trazado un plan. Bajo la mano y le miro con confianza. Agarraba mi arma, el fusil de gran calibre, y le guiñaba el ojo.

-Ahora, si por algún milagro decides que prefieres infiltrar, puedo hacerme cargo de eso. Soy pequeño, rápido, y más escurridizo que una rata en una cocina. Joder eh.- Cruzo los brazos y le dedico una sonrisa confiada, dejando que la decisión recaiga en él. Porque sé que, al final del día, si John quiere una pelea, la vamos a tener sí o sí. Solo depende de si la jugamos con cabeza o si nos metemos en la boca del lobo con una granada en cada mano. Estaba listo para cualquier situación, siempre estaba listo. -Pero antes, déjame tomarme unas ricas sodas. Joder eh-

Rocket Raccoon ha consumido Combustible. Cantidad restante: 1

Combustible
Combustible (COMB001)
Combustible que alimenta el sistema de energía y recarga la batería de todos los implantes tras consumirse. Puede ser personalizable.
Recarga la batería de todos los implantes
Arsenal - Tier 2



Cosas

Resumen
#23
John Joestar
Jojo
-Tranqulizate Rocket, no tengo intención de tirarme ahí por las buenas, al menos no en este momento- le respondí a Rocket en voz semi baja.
A veces pienso que Rocket está mas loco de lo que parece, y mira que ya de por si lo parece, pero me gusta, seguramente este mapache y yo nos haremos mejores amigos en algún momento, quizá algún dia charlando, me cuente su pasado, quien sabe, quizá conectemos.
-Rocket, creo que lo mejor es que dejes KO a esos dos gilipollas de ahi, eres pequeño y rápido, no croe que tengas problemas, pero ten claro esto, si se alertan y hacia peleas...espeor que no te contengas y lo des todo eh- dije mientras le mostraba el puño a rocket para que lo chocase con el suyo -Ten en cuenta que no sabemos que nos vamos a encontrar, y no me apetece salir de aqui sin un brazo o una pierna, o muerto, directamente, no puedo permitirmelo, asi que nos infiltraremos todo lo que podamos, si nos pillan, nos lanzamos a dar golpes como si no hubiera un mañana, al final esto es el juego de tronos, o ganas, o mueres. Al menos eso decia mi padre-
Con los pirata hay que andarse con ojo, muchos han obtenido Akuma no mi, y no soy un plato de buen gusto, aunque rocket y yo dominasemos el Haki, no creo que fuera buena idea andarse dando de lechs sin estrategia con gente que, no se, podia controlar la luz, el fuego, el agua, convertirse en una amalgama de los tres, quizá en un buda de oro gigante, ser de lava... es correr peligro por correrlo, y además sin mucha salida posible, los nativos de aqui no esque fuesen a ayudar como nos advirtieron antes asi que. -Dale Rocket, haz tu magia-
#24
Octojin
El terror blanco
El asentamiento pirata es un conjunto irregular de edificios de madera y piedra, dispersos a lo largo de una bahía cada vez más nevada. Hay algunas hogueras apagadas, restos de barriles esparcidos y unas pocas tiendas de campaña cerca de la playa, indicando que este lugar no es solo un escondite temporal, sino una base establecida desde hace un tiempo. A pesar de que parecen piratas de poca monta, han conseguido instalarse con cierta comodidad.

Dos piratas están apostados a la entrada principal del asentamiento. Llevan chaquetas gruesas y bufandas de lana, lo que indica que no están acostumbrados al frío de la isla. Uno de ellos se apoya en una lanza improvisada, tallada en madera con una punta de hierro oxidado. El otro, con los brazos cruzados, resopla con hastío, claramente aburrido de su turno de vigilancia.

—Joder, que aburrimiento —se queja el primero, pisando la nieve con fastidio—. Nadie viene por aquí nunca. ¿Para qué demonios tenemos que hacer guardia? 

—Para que no nos pase lo que le pasó a la banda de Drekker —le responde su compañero, girando el cuello con pereza—. ¿No recuerdas? Un grupo de cazadores de recompensas llegó de la nada y les reventó el escondite en cuestión de minutos.

—¡Bah! Esos eran unos idiotas —gruñe el primer guardia, escupiendo al suelo—. Además, nosotros no tenemos precio por nuestras cabezas. Nadie se va a molestar en venir aquí a jodernos.

—Eso es lo que dijeron ellos antes de que los metieran en una celda —responde el otro, con un tono más serio—. Pero en fin… No me pagan lo suficiente para preocuparme.

A lo lejos, varios piratas caminan en fila, cargando pesados sacos sobre sus hombros. Se dirigen hacia una casa de madera más grande que el resto, con un techo inclinado cubierto de nieve. Entran en ella sin dudarlo y, tras unos segundos, la puerta se cierra con un leve crujido. No vuelven a salir.

El hecho de que transporten los sacos con tanto cuidado sugiere que su contenido es valioso. ¿Será ese el metal robado? Desde fuera, la casa no parece especialmente distinta a las demás, pero lo cierto es que su estructura es más sólida y parece mejor mantenida. Quizás almacenen algo importante dentro. O puede que sean sacos sin importancia. Los único que habéis visto es que tenían cierta dificultad para cargarlos, lo cual probablemente sea porque el saco es pesado, y que lo han llevado a una casa concreta, de la cual no salen. Quizá estén haciendo recuento, o colocándolos en algún sitio. El caso es que solo podéis intuir qué es, lo cual es un proceso divertido pero poco veraz.

Sin embargo, hay otra edificación que llama más la atención. Un poco más al fondo del asentamiento, casi pegado a la bahía, se levanta un edificio considerablemente más grande que los demás. Se asemeja a un almacén, con gruesos tablones de madera reforzados y una gran puerta de doble hoja. En cualquier ciudad no tendríais muchas dudas de que es un almacén de algo, pero en ese asentamiento no podéis poner la mano en el fuego. Desde la distancia no es posible saber qué guardan en su interior, pero por la forma en que la estructura está construida, podría tratarse de su depósito principal.

Las opciones son claras. Si lo que buscáis es recuperar el metal robado, probablemente la mejor apuesta sea la casa donde han desaparecido los piratas con los sacos. Sin embargo, si quieren asegurarse de qué más puede haber en este asentamiento, el almacén parece una opción interesante. Tal vez guarden más bienes saqueados, quizás provisiones, armas o incluso información útil. O puede que nada, ¿quién sabe?

Pero antes de decidir qué hacer con esos edificios, hay un problema inmediato: los guardias. No parecen particularmente atentos, pero si se les deja en su puesto, cualquier ruido o movimiento sospechoso podría alertarlos. John te ha pedido que hagas tu magia, Rocket, así que no seré yo quien te frene. Pero tened en cuenta que cualquier ruido quizá saque al resto de tipos que hay ahí dentro. Y no sabéis ni número ni fuerza.

Sin embargo, si se les elimina, ya sea de forma sigilosa o directa, el camino quedará libre para explorar el campamento a placer. Si, en cambio, se intenta pasar sin ser detectados, habrá que encontrar una ruta alternativa para rodearlos o buscar un ángulo desde donde entrar sin ser vistos.

Lo único seguro es que, ahora mismo, el momento es ideal para actuar. La patrulla de cargadores ha desaparecido dentro del edificio y el resto de los piratas parecen demasiado cómodos en sus tiendas y barracones para prestar atención a su entorno.

Es ahora o nunca.
#25


Salto de foro:


Usuarios navegando en este tema: 1 invitado(s)