Hay rumores sobre…
... una bestia enorme y terrible atemoriza a cualquier infeliz que se acerque a la Isla Momobami.
[Aventura] [t2] Sacando la basura (Diana Kari)
Aku
Señor de las tinieblas
Oykot era una isla esplendorosa, hasta en los pequeños detalles, muchos de sus tejados y fachadas tenían decoraciones o emotivas referencias al océano que tanto les había dado, pues antes de la central eléctrica, era la grasa de ballena y otros bienes de la pesca los habían convertido su isla y le habían dado su actual gran esplendor, las casas buscaban llamar la atención con pinturas de azules claros, las tiendas usaban coloras claros u oscuros para dar un indicio de que tipo de mercancía se vendia en cada local, de sus extraños y lujosos bienes, especias o incluso artilugios que se habían encontrado en islas alejadas de este mar. Sus gentes vestían hermosas telas amplias y cómodas que los hacían ver como un hermoso pueblo mediterráneo. Los Esplendorosos mercados al aire libre donde compraban y vendían pescado de todo tipo, incluso algunas especies del North Blue, gracias a las nuevas rutas comerciales que se habían abierto en los últimos eventos, donde cocineros expertos compraban y cocinaban para lujosos restaurantes o incluso para la familia real de Oykot.

Lujos… que están fuera de la mayoría. Pues mientras una mitad de la isla esta en alza, la otra decae.

Pero un cazador como tu, no viene a darse lujos, así que, tras cruzar un puente de madera desvencijado, sin duda has llegado a la zona este de la ciudad, una parte pintoresca, humilde y antigua, a tu vista se alzaban grupos de chabolas de madera podrida mal alineadas que se extendían hasta el final de la isla y que se comían cualquier hermosa vista o paisaje, sus gentes, de sucias y zarrapastrosas telas, seguramente no solían ver la ducha que no fuera el mar, los que vestían mejor, con prendas de cuero viejas, eran los más peligrosos, enarbolaban cuchillos con miradas afiladas, ladrones, matones, contrabandistas, cazadores de los bajos fondos, y a saber… Pero lo que mas habitaba esta zona eran los marineros, los cazadores de ballenas, los pesqueros, los tripulantes de los más ricos, ellos eran los que habían levantado esta isla, ellos eran los que salían a cazar las ballenas que enriquecieron a los comerciantes, que vendieron su grasa a precios mas altos, esos marineros pescaban el pescado que vendían en sus tiendas, comían en restaurantes, y a pesar de todo, estaban en antros malolientes con paja con olor a orín, vistiendo ropas que a poco se fundirían con su piel comida por la sal y el sol que los ha quemado.

Pero si de algo era fiable un marinero, es para dar información, eso si consigues superar la barrera de la desconfianza, pues miraban a los extraños y extranjeros con caras fétidas y malhumoradas. Nunca sabes cuando alguien quiere robarte tu mundo. Tu medio de vida. Tu barco. O incluso la vida.

Uno de los mejores lugares para los marineros podría ser el local habitual de la zona, un lugar mugriento, con paja por todo el suelo, del cual salía un fuerte olor a meado, en su interior no era menos desagradable, con gente inconsciente en las esquina por beber demasiado, que por tener no tenían ni pantalones, un pintoresco lugar con sillas y mesas que parecían tallados con restos de un naufragio, donde se vendía alcohol rebajado con agua (o esperemos que sea agua), económico para cualquier bolcillo, a marineros, ciudadanos y extranjeros por igual, el cual localmente llamaban "meados".

-¡UN MEADO POR AQUÍ!- gritaba un viejo marinero, mucho mejor vestido que otros muchos, pero con una extraña mirada detrás de enormes ojeras que le daban cierto aspecto de lunático a punto de contar su batallita de la semana- Ya os lo podéis imaginar... ya habíamos capturado a la ballena, cuando de repente... ¡Apareció! Whaler y sus malditos malhechores, llegaron nos quitaron la presa, el barco, y si les dejamos, los calzones. Yo y el viejo Jhon pudimos sobrevivir huyendo del barco en un barril... Pero el resto de nuestros compañeros... - ante esas palabras guardo unos segundos de silencio, antes de decir- Sin duda culpa de la marina, les pone Wanted, y luego se queda de brazos cruzados. ¡NO hacen nada!
Un viejo, aun mas viejo que el primero, pero con un aspecto deforme y mirada extraña pone la mano delante de su bebida.
-Ya vale Vieho, no podemos hacer nada. Whaler es muy fuerte... y es peligroso llegar a su guardia. Pocos se atreverían a enfrentarlo, menos entrar en la bahía de los sueños rotos, sin navegantes tan experimentados como nosotros que los guíen.
-¡Maldijo hijo de caballa! a este paso va a matar a todas las ballenas ... y de paso nuestros trabajos.
Nuevamente gente inocente volvía a sufrir el ataque de los criminales, las fuerzas del orden no hacían mucho para detener a estos criminales mas allá de pedir que si los ven denuncien, pero nada cambia, de día a día, a no ser que alguien se arriesgara a hacer algo que marcara la diferencia, y aunque ciertamente habia algo ligeramente sospechoso en este par de viejos marineros bocazas que no los hacia dignos de confianza, sus jetas no estaban en ningún Wanted que se los pudiera reconocer.

Jhon el tuerto

Vieho


¿Qué haces ahora cazadora?
#1
Diana Kari
Wild Huntress
31 de invierno del 724.

¿Cuántos días habían pasado desde que me viajaba sola buscando criminales para satisfacer mi necesidad de perseguir una presa? Había tenido que separarme de mi compañero porque un coto de caza tan grande como un mar cardinal ofrecía objetivos tan variados que no logramos ponernos de acuerdo en cuál sería el siguiente paso. Era difícil ir por ahí sin alguien que te cuidara las espaldas, especialmente cuando quien te cuidaba las espaldas era un excelente navegante que hacía que el trayecto de una isla a otra fuera rápido y más que nada gratis, porque el pagar los servicios de Stanman y además mejorar mi armamento hacía que esta profesión no fuera de lo más rentable del mundo.

En esta ocasión había llegado al reino Oykot, tenía entendido que la división de clases ahí estaba mucho más marcada que en otras islas así que más de algún criminal de reputación podría estarse camuflajeando entre la gente de los barrios pobres y ya sea que fuera la marina la que pagara o algún ricachón lo importante era que seguramente haría un buen dinero en este lugar. La llegada fue bastante agradable, si bien el servicio de Stanman era caro lo cierto es que era eficiente y por lo general, si la isla a que te transportaba tenía más de uno, te dejaba en el mejor puerto. Y el puerto de la parte bonita del reino era fácilmente de los más limpios y organizados que mis ojos habían visto, si algún día quería retirarme de la caza y dedicarme a comer más de lo que debería y pasar la mayoría del tiempo sentada rascándome la panza definitivamente regresaría al “alto” Oykot.

Emprendí mi camino hacia los barrios bajos, preguntando direcciones a cualquiera que se cruzara en mi camino, la mayoría fue amable, alguno que otro se comportó grosero rechistando que no tenía tiempo para darme indicaciones, pero todos me advirtieron que lo mejor era no acercarse a aquel lugar ni por accidente especialmente porque llevaba pocas ropas. Así que antes de adentrarme en aquél despreciable lugar me aseguré de entrar en una de las tiendas de vestimenta pidiendo una capa con capucha aunque fue difícil encontrar una que no estuviera demasiado adornada, tanto que el tendero tuvo que rebuscar en unas cajas que tenían prendas listas para desechar para encontrar una capa negra bastante arrugada por la cual no terminó cobrándome.

Lo que no podía ocultar debajo de una capa era mi enorme lanza que de alguna manera u otra haría que las miradas terminaran centrándose en mí aunque por un motivo bastante diferente. Mi avanzada me llevó a un lugar de calidad… no, no había manera de que ese lugar y la palabra calidad estuvieran en una misma oración. A pesar de que toda la zona se veía bastante jodida y que el olor era algo desagradable ese local resaltaba en el mal sentido, pero al menos había suficiente movimiento como para que pareciera un sitio necesario de visitar.

La imagen que se dibujó en mis ojos apenas entrar en aquel lugar fue algo lamentable, no creía que pudiera conseguir una cacería que realmente fuera un reto para mí o cuando menos fuera lucrativa pero cuando escuché que alguien pidió un “meado” para después quejarse de un tal Whaler, no reconocía el nombre ni mucho menos a los hombres que estaban hablando de él pero traté de prestar la mayor atención posible a sus palabras para ver si de ahí pescaba algo de información. El vejete mencionaba la lista de cosas que Whaler le había hecho a él y a sus compañeros hasta que dijo la palabra mágica; “Wanted”. Si este tal Whaler tenía una recompensa por su cabeza entonces mi viaje había valido la pena.

-Si que pueden hacer algo, pueden llevarme frente a él y puedo cobrar el wanted por su cabeza y así ustedes recuperarán su trabajo y obtener la satisfacción de la venganza o lo que sea.- les diría poniéndome a sus espaldas. –Si lo que dicen es cierto lo único que necesito es que me den la información de este hombre y que me lleven a él, de lo demás me encargo yo.- continuaría, quitándome la capucha y enseñando una gran sonrisa ante el posible reto que se avecinaba.

Inventario
#2
Aku
Señor de las tinieblas
Viejo y Jonhy detuvieron su charla, interrumpidos por una joven de aspecto joven y salvaje, pero también aventurera, aunque fuera por esa linda capa de aspecto nuevo y recién comprado, en un barrio tan pobre y lúgubre, esos detalles no suelen pasar desapercibidos. 

Vieho, examinó a la joven, como haría cualquier hombre que examina el pescado de la pescadería, lascivo, quedándose con los detalles, sacando como siempre suposiciones precipitadas y basadas en viejos creencias o supersticiones.

—¿Una mujer que hace el trabajo de un hombre? Jajaja … Agua coge con red, quien confía en palabras de mujer. - incluso cuando la lanza intimidaba, y se podía observar su armadura- No es por menospreciar, gran Guerrera, pero Whaler no es un tipo a quien cualquiera pueda enfrentarse ¿Verdad Jhonny?
 
Jonás el tuerto, miró a Diana de forma diferente a como la habría mirado cualquier hombre, mujer a niño, encaró a Diana, pero no quedaba claro si lo estaba mirando, con un ojo muerto y el otro blanquecino, ni siquiera quedaba claro si la estaba Observando siquiera, peros sus palabras fueron claras y concisas, la veía.

—Te equivocas Vieho, ni tres hombres como Whaler podrían con esta mujer. 
—Pardiez, no te creo. ¿Me dirás que esta mujer es más fuerte que Silver?
—Más fuerte que el piojin que subió a nuestro barco, en aquel entonces.

Vieho volvió a mirar a Diana, pero esta vez lo hizo con más respeto, reconocimiento y precaución, casi incluso con cierto brillo de miedo en su mirar.

—Incluso así, ya lo dice el dicho "La mar y la mujer de lejos se han de ver". No me pienso arriesgar.

Jhonas miró a Vieho, como un decir, por qué los ojos del tuerto nunca miran a donde debería estar mirando, pero finalmente suspiro.

—Estamos en un punto muerto, tu y yo no podemos con Whaler, ella le puede de sobra, pero no llegar sin un hábil navegante. Y Si ella se va, no recuperamos el barco.

Vieho se revolvió en su asiento, antes de finalmente tomar su jarra de "meado" y bajarse la de un trago antes de decir.

—Vale, pardiez, pero… seguiremos la tradición marinera.

Vieho empezó a apuntar sacar papel, una pluma de gaviota y tinta, con los cuales empezaría a escribir una pequeña lista de peticiones. Mientras esto ocurría, Jhony se volvería a Diana.

—Lamento la escena, mi viejo compañero está chapado a las viejas costumbres- irónico viniendo del más viejo de los dos- incluiremos … algunas cosas como pago extra, para evitar … maldiciones marineras.

Vieho tendió el pequeño trozo de papel, que apenas cubriría la palma de la mano de la cazadora de piratas.

—Reúne estas cosas, y te llevaremos a tu recompensa, gratis, aún así, que sepas que me estoy arriesgando.

Diana Kari no tendría que aguantar todo esto, bien capaz sería de encontrar a cualquier otro marinero en otro lado, ciertamente no encontraría tan fácilmente a Whaler, pero ya sabía su localización ¿No? Esa "bahía de los sueños perdidos" solo necesitaba que alguien la llevara ahí y ya luego buscar, incluso si era una aguja en un pajar, a lo mejor pagaba algo de dinero, pero no tendría que ponerse a buscar cosas para contentar a un viejo cascarrabias supersticioso.

—Si encuentras lo que te pido, ve al puerto Esté, allí estaremos esperando.

Jonas y Vieho, recogieron sus cosas, para dirigirse a puerto dejando a Diana con la lectura de la extraña lista de cosas a reunir.

Lista: 
  • Cuerda (cáñamo o seda)
  • Dos berries, en moneda vieja
  • cubo viejo (madera o metal)
  • un animal vivo (gaviota, gato, cabra, tortuga, gallina, cuervo, cangrejo o pato)
  • Un fetiche marinero a elección (un ancla, un timón, hilo rojo, una cruz de madera, herradura, concha ornamental, diente de tiburón, estrella de mar, brújula (funcionalidad opcional), aro de metal (hierro, oro, plata o bronce),  un mechón de pelo de una virgen o una copa de vino rebosante.)
  • Lechuga.

off



Si Diana llegaba al puerto con la lista que le habían pedido, encontraría un puerto de mala muerte, con un astillero de baldosas de madera por la cual no deberías andar descalzo si no querías clavarte astillas, y peor aún, los balandros del lugar, meros barcos pesqueros, eran lugares de mala muerte, que apenas podían considerarse un navío. Pero al menos se asemejan a uno, el "barco" de Vieho y Jonny, era un bote salvavidas, en el que cabrían 2 personas a lo sumo, tal vez 4 algo pegados.

Aunque dado que sabía que les habían robado el barco a estos dos, tal vez debió verlo venir.
#3
Diana Kari
Wild Huntress
Personaje

Desafortunadamente estaba acostumbrada a que más de un viejo pensara que por ser mujer tenía alguna especie de desventaja frente a cualquier tipejo que se me pusiera en frente, a decir verdad la mayoría del tiempo eso me jugaba a favor ya que él imbécil machista era al que tenía frente a mí solía ser mi presa pero también existían raras ocasiones en las que la persona que dudaba de mis capacidades eran las mismas que tenían que confiar en mí para realizar el trabajo y en esta ocasión en particular ese era el caso. Por mi mente cruzaron muchas palabras poco amigables para responderle al viejo ese, pero la verdad tuve que morder el interior de mi mejilla para que no salieran de mi boca las palabras que me hicieran perder la oportunidad de encontrarme con una presa formidable.

Para mi suerte esa manera de pensar no era compartida entre los dos viejos y al menos uno de ellos fue capaz de darse cuenta de quién era quien estaba frente él, aunque no podía estar completamente segura de que eran sus ojos lo que me estuviera percibiendo ahí. De cualquier manera, uno de ellos había convencido al otro de que yo era una fuerza a respetar, o incluso temer al ser comparada con un par de personas cuyo nombre ni siquiera me cruzaba por la cabeza. Aun así el viejo que tenía las ideas retrogradas no estaba del todo convencido de hacer el esfuerzo de llevarme frente a mi objetivo, al menos hasta que se hiciera una especie de ritual para evitar quien sabe qué, no entendía y tampoco tenía intención de entender la lógica detrás de lo que un par de octogenarios creían.

Uno de los viejos me extendió una lista con varios objetos que tenía que llevar al puerto Este, la mayoría eran objetos que podría conseguir con facilidad aunque estuviéramos en una zona tan jodida como lo eran los barrios bajos de Oykot, y aunque realmente no tenía la necesidad de seguir las instrucciones de esos viejos la verdad es que parecían ser los que más información podrían tener sobre mi objetivo. –Bien, los veré ahí.- les diría en un tono desinteresado después de leer la lista completa. No tenía intención de dejar que pasara mucho tiempo para buscar lo que necesitaba; quería cobrar la cabeza de Whaler para financiar un futuro viaje hacia el North Blue, pues si mis contactos no fallaban ahí se encontraba un hombre capaz de darme las direcciones hacia una de las legendarias akuma no mi que abundaban en el Gran Line, tal vez eso era lo que necesitaba para dar el siguiente paso y comenzar a cazar presas que eran conocidas por todo el mundo.

Salí casi volando de aquél lugar de mala muerte y comencé a mirar en todas direcciones sin detener mi avance; lo primero que encontré fue un cubo de madera afuera de una de las viviendas de ahí, seguramente alguien lo extrañaría pero a la velocidad a la que iba y la capucha que aún tenía puesta pocos serían capaces de identificarme. Lo siguiente fue la cuerda, que un hombre acababa de enredar de manera casi perfecta para después darle la espalda haciendo que tomarla prestada no fuera muy difícil, de ahí me crucé con un pequeño puesto de verdura de apariencia… no muy apetecible, pero lo que más me llamó la atención fue el hecho de que era atendido por una joven que no parecía haber alcanzado la mayoría de edad así que seguramente no habría tenido su primera experiencia con un hombre o alguna otra mujer, así que puse varias monedas en la mesa para comprarle una lechuga y después ofrecerle un extra por un mechón de su cabello. La joven no dudó ni un segundo en aceptar mi propuesta, al parecer las monedas brillantes escaseaban por ahí, lo cual hizo mucho más fácil que aceptara cambiarme un par de berries brillantes por un par de berries sucios y viejos. Mantuve el mechón de cabello en la mano y todo lo demás lo metí en el cubo de madera y ahora solo quedaba encontrar a un animal vivo. Sospechaba que ese animal sería sacrificado por alguna estúpida razón que se habría inventado un descerebrado hace muchísimos años y que al día de hoy ese par de vejestorios seguiría, así que no me dignaría a darle caza a un animal para un ritual de sacrificio; tendría que comprarlo o conseguirlo de alguna u otra forma. Consideraba que la mejor decisión era acercarme a cualquier persona que tuviera gallinas o algo por el estilo y ofrecer una bolsa de monedas para ahorrarme la explicación de qué tanto valor sentimental tenía el famélico animal y así lo hice, no mucho después de alejarme de la pequeña que tenía el puesto de verduras dejando lo único que necesitaba hacer el dirigirme en dirección al puerto del Este y finalmente iniciar el viaje en busca de quien era mi objetivo.

El puerto al que recién llegaba era un lugar completamente diferente al primer puerto que había visto en la isla, ni siquiera parecían pertenecer al mismo mar con lo diferente que eran entre sí. Pero bueno, no había ido a la isla a apreciar la vista si no a cortar la cabeza de alguien y recibir dinero por eso. El bote, si podía llamarse así, de los viejos solo era un pequeño bote salvavidas, el espacio sería bastante reducido en cuanto me subiera ahí y quien sabe cuánto tiempo nos tomaría llegar hasta nuestro destino, pero cada segundo que desperdiciara pensando en supuestos era un segundo perdido. –Encontré todo lo que necesitábamos, o eso creo. Si no pues tendremos que hacer lo posible con lo que traje.- les diría mientras dejaba el cubo de madera con las cosas, sujetando aún a la gallina y el mechón con una mano y mi lanza en la otra. –También quiero toda la información que tengan sobre Whaler, con lujo de detalle para saber qué es lo que tengo que esperarme.- continuaría  esperando que pidieran la gallina que parecía estar inquietándose. 

V&D

Off
#4
Aku
Señor de las tinieblas
Jhon como siempre fue el primero en ver como se acercaba Diana Kari, así que aviso a su Vieho para que estuviera preparado, el cual estaba ya quitando su único amarre cuando llego la cazadora, dejando que ella fuera la primera en hablar, mientras examinaba superficialmente lo que traía.
-Yo mismo te contare todo lo que necesitas sabes sobre Whaler y sus hombres. pero antes... veamos que nos has traído.
Vieho cogió la cuerda, la lamio, probó su sabor y la aprobó justo antes de empezar a atársela a su propia cintura en el proceso, mientras Jonas tomaba el cubo y en el mismo puerto llenaba la cubeta con agua marina, la cubeta no parecía estar en el mejor de los estados, y aun así, los marineros parecieron aprobarlos, Vieho echo un ojo al siguiente objeto, el fetiche marinero.
-¿Pelo de virgen? no hay nada mas sospechoso que el pelo de virgen... ¿Cómo se que no es el pelo del culo de un mono?
-Vieho, si alguien va a saber que es una mujer virgen, es una mujer.
-Lo admito, eso tiene sentido Jonas.
Y en un acto un tanto asqueroso, empezó a enrollar el pelo alrededor de su lengua, seria una escena perturbadora de no ser por la otra escena que sucedía, pues el tuerto, habia agarrado la gallina y habia empezado a ... ¿estrujarla? ¿la estaban sacrificando por aplastamiento o que? desde luego la gallina se quejaba.
-¡cOOOckkoOOOcooOOO!
Por suerte, resulto que no se trataba de un sacrificio, al menos, de uno ordinario, y al momento siguiente, la gallina estaba dentro de la barca ilesa aunque algo perjudicada mientras Jhon sostenía un huevo recién puesto, inmediatamente con la mano libre, retiró el sombrero de la cabeza de vieho, y empezó a peinarlo? pero mientras eso sucedia , el Vieho miraba de manera desencajada a Diana mientras miraba el ultimo objeto, como si le hubiera insultado y escupido en la cara.
-me cago en la puta... La lechuga esta pocha- se volvió a mirar a Jonay que aun sostenía el huevo y volvía a mirar la lechuga- la lechuga esta pocha.
-No empieces vieho, que seguro que sirve...-dijo Jhon mientras rompió el huevo sobre la cabeza de su amigo, de forma que la yema y la clara quedaban suspendidas entre el pelo alineado que habia peinado jhon- todo lo demás esta bien
-la lechuga esta pocha- repitió el viejo marinero como atrapado en un bucle  mientras sostenía la lechuga examinándola, mientras se dejaba meter a la barca, y jon ataba el otro extremo de la cuerda a la proa de la barca.- la lechuga esta pocha... la lechuga esta pocha... la lechuga esta pocha

El viejo termino de atar la cuerda, he hizo un gesto para que Diana subiera, mientras Viejo seguía examinando la lechuga como si viera su destino en ella, o algo así, por que parecía enfadado, pero no era un enojo que echara en cara a Diana, sino que se encaraba a la propia lechuga como si fuera "su" culpa. Jhonathan parecía cansado así que abrió un pequeño compartimiento donde parecía que estaban guardando las provisiones del viaje.
-Las zanahoras están re-bien... el calabacín esta fresco también- dijo registrando los alimentos de su interior, saco un pimiento al que alguien habia arrancado un mordisco, hace algún tiempo, lo olio y comento- este pimiento se puede comer, y los tomates los compramos ayer, esta cebolla esta en buen estado y eso que la compramos en el el puerto de aquí al lado.
Vieho con los ojos enrojecidos miro a su compañero despectivamente
-Pero esta lechuga esta perjudicada ¡No me sirve ni para sandwich ni ensalada!

Y justo en ese momento, asomo la gallina, la traída por Dianba, la cual empezó a picotear la lechuga, en manos de Vieho, estaba claro que a al gallina si le gustaba la lechuga tal y como estaba, a lo que le viejo suspiro le dejo la lechuga a la gallina y procedió a sentarse, en el barco, quitarse las botas y meter las patas de uñas sin cortar durante meses en el cubo de agua salada, todo ello intentando no derramar el huiebo crudo de su cabeza.

-las dos monedas...

Finalmente el ultimo ingrediente, las dos monedas viejas fueron bañadas en el cubo bajo los pies del marinero quien luego las deposito en medio de la barca, mojadas, pero brillando al sol al ser recién lavadas.
-bueno, se ha hecho todo lo posible, esperemos que el mar este de nuestro lado, ya que hemos pagado el peaje, luego en solo debo permanecer así hasta llegar a alta mar.

Finalmente el viaje POR FIN podía comenzar, Vieho, Jhonay, Diana y gallina empezaron a alejarse del puerto, se podria decir muchas cosas de Jhon y vieho, pero verlos remar con sus propias manos y que la pequeña barca avanzara, todo ello sin que el vieho derramara el huevo en su cabeza y con los pies en una cubeta de agua, daba un indicio de que eran realmente experimentados marineros y no solo viejos que se les iba la fuerza por la boca. 

Y entonces ocurrió, algo extraño, como si se hubieran puesto de acuerdo, mientras remaban, ambos viejos empezaron a cantar ¿o era una narración? era extraño he hipnótico verlos moverse casi como si fuer algo, medianamente, sobrenatural. En esas palabras narraron la información

Cuenta las leyendas marineras, que en la isla de Oykot hay un pequeño cabo, que casi nadie conoce, quien empieza navegando y aun no ha demostrado su Valia, no lo quiere encontrar, y a aquellos experimentados que no tienen nada que demostrar, no les interesa encontrarlo, jamás.
A ese cabo lo llamamos la bahía de los sueños rotos, donde los sueños mueren y descansan pudriéndose en el mar. dicen que la niebla no abandona jamás ese lugar, para que las almas en pena puedan guardar su vergüenza final.
Un joven ballenero, heredo el ballenero de su padre, y para demostrar su Valía, corrió detrás de la ballena blanca, la bestia mas mítica en estas aguas, si la logras capturar te vuelves leyenda en estos mares.
Pero hace un tiempo, la bestia mítica ADVERSIDAD, fue derrotada por un grupo de piratas de Silver D. Sy...
-Esa es otra historia, no confundas a la cazadora... Ahora la bahía de los sueños rotos estaba vacía y la ballena se escondió allí de su cazador
él la persiguió, dispuesto a cazar a la criatura, y reclamar el titulo de cazador mítico de los 4 mares.
Estalló una tormenta
Y el barco choco, encallo y medio se hundió
Alma en pena ahora se haya atrapado en la bahía de los sueños rotos, usando su viejo barco como fortaleza inexpugnable donde nadie lo puede alcanzar. Espera paciente a que su caza vuelva a aparecer. 
Así, según la leyenda nació Whaler, el eterno cazador, alma en pena y violento malechor
Ataca a todo marine, hombre, mujer o niño que cruza su territorio, su arpón no conoce el perdón
De marinero a pirata, de cazador a malhechor, en busca de su blanca presa sin descanso, no quiere que nadie se la arrebate.

únete a él, como otro malhechor
huye de él, o muere
pues él, hasta que no la alcance
U otro lo alcance a él
No descansa en paz, otra alma que la bahía se ha de cobrar.

y la extraña actuación termino, mientras Vieho se asomaba al mar y limpiaba su cabeza en la superficie del mar, atrayendo a pequeños peces que darían cuenta de los restos del huevo y limpiarían su pelo, Jhon en cambio tomo el cubo y devolvió el agua al mar dejando ya la cubeta vacía en la proa de la barcaza. Solo deteniéndose a tirar de Vieho, para que algo que habia en el agua no le arrancase la cabeza, sin duda buscando comerse a los peces pequeños que se alimentaban de su pelo.

-Todas las medidas anti maldición completadas, rumbo a la bahía de los sueños rotos.



Diana Kari no tuvo que preguntar cuanto faltaba, o por donde estaba ese lugar, pues se haría evidente cuando viera una extraña niebla, una como nunca habia visto antes, densa y espesa, pero inamovible, como si fuera una isla en el mar, la cual recibía con manos espectrales de niebla poco densa, que les invitaban a entrar a sus entrañas, y en vez de alejarse como gente cuerda, se adentraban hacia ella ¿En que momento habia aparecido esa niebla? Seria difícil decirlo, pues surgiría en un despiste, en un momento en que mirabas a otro lado u simplemente cuando por fin volviera la atención adonde debía tenerla, simplemente estaría ahí, esperándoles, dándole un aspecto algo sobrenatural, como si estuviera viva, y hubiera venido a recibirlos a sus entrañas.

Cruzar el inicio de la niebla apenas notarían gran diferencia

Pero, tras adentrarse en la profundidades de la niebla, seria difícil adaptar la vista, pues la iluminación se apagaba rápidamente, la visibilidad se reducía y los ruidos se atenuaban, incluso podría decirse que a la cazadora le costaba mas oler a los malolientes marineros que tenia apenas a un brazo de distancia, como si la humedad le dificultara el olfato, pero a medida que se adentraban fue mas fácil adaptar la vista, el primer signo de peligro, vino al notar que la marea apenas se movía, como si del mar hubieran dado a un lago con mas quietud, los olores de salitre, estaban mesclados con otros extraños olores, podredumbre, madera descompuesta, oxido y otras cosas desagradables, pero también olía a vida, algas, mariscos, a algo viejo.

Poco a poco fue mas fácil ver, a medida que el ojo se adaptaba a la niebla, grandes rocas pasaban a su lado, en medio del mar, mientras los viejos simplemente remaban entre ellas como si lo hubieran hecho muchas veces antes. En ese momento supo que habia hecho bien en confiar en esos viejos ¿Qué otro loco se habría atrevido a adentrarse allí? a lo mejor la hubieran dejado en otro lado, obligándola a tener que cruzar esas rocas ella misma.

-Sombreros fuera- dijo viejo quitándose el sombrero, siendo el único con sombrero- una muestra de respeto a los difuntos.

Inicialmente esto podría ser confuso, hasta que diana percibió aquel cabo que colgando tuvo que esquivar con la cabeza, siguiendo la cuerda mohosa con la mirada, vería por que la luz se habia apagado de golpe, sobre sus cabezas, no solo habia niebla, podía ver perfectamente la cubierta de un barco, un barco que del revés, habia formado un arco natural entre las rocas, como si fuera un portón de entrada. No habia rastro de quienes habían tripulado ese navío, aunque ya sobre el habían fracturas, algas y crecimientos marinos, dando a entender que algún día ese navío caería hecho pedazos, si lo hiciera ahora, lo haría sobre sus cabezas hundiéndolos en un instante.

Jhon y Vieho no parecían tener temor, ya sea por sus protecciones "supersticiosas" o por que hubieran hecho eso ya antes. Incluso la gallina no parecía asustada, aunque posiblemente ella no entendiera su posición en este momento entretenida con la lechuga. Una vez cruzado el umbral, pocos barcos enteros serian vistos, muchos solo serian trozos de madera atrapados entre las rocas, partidos por la mitad o medio hundidos en el mar sobresaliendo partes como las velas y el casco, como si la profundidad fuera muy pequeña en algunas zonas, gracias que iban en una barcaza.

Junto a los restos de los barcos, también habían restos humanos, muchos solo eran objetos, armas oxidándose entre las piedras, telas raídas, pero también habían restos óseos, incompletos, como si el mar hubiera zarandeado los cuerpos hasta hacerlo trocitos, desperdigando los cuerpos por toda la bahía ... sin duda no seria una visión bonita para cualquier gyojin que nadara bajo el agua, la cual por cierto también se veía muy oscura, algo fangosa y revuelta. Ni siquiera los gyojin podrían pasar fácilmente por ahí.

Pero algo perturbaría todo ese aspecto desolado, natural y de cementerio de barcos.

Pues una zona mas adelantada, habia una zona cual laguna, que estaba rodeada completamente de restos de barcos, como si alguien hubiera usado todos esos restos para construir algo ¿Un puerto? o algo similar. Habían usado el palo mayor de algún parco para formar pasarelas con madera vieja y podrida, que claramente habían reforzado varias veces, habían antorchas, lámparas, y gente en ese puerto, y lo mas importante habia un barco, uno pequeño, viejo y desgastado, pero funcional al fin y al cabo.

-mir, ese es nuestro barco, el Hope II
-Y eso que parece un castillo, mal hecho, debe ser la guarida de Whaler

Detrás del puerto, habia lo que parecía la parte de popa de un gran galeón, como si el barco se hubiera partido por la mitad, y alguien hubiera logrado reflotar la zona para alzar el lugar y anexionarlo a las rocas, sin duda pudiendo usar los camarotes del mismo, como si fuera un castillo improvisado, no seria difícil hallar el camarote del capitán, si es que Whaler estaba ahí.
-como procedemos ¿rescatamos el barco o vamos directamente a por Whaler?

La cazadora tenia opciones, aun no les habían visto, tenia el factor sorpresa, podía atacar el puerto, o incluso escalar la popa y alcanzar el camarote del capitán, lo que si podía ver es al menos 5 personas por el puerto, dentro de la popa no sabría decir, pero seguramente habían mas. ninguna parecía fuerte, muchos de ellos parecían fantasmas de náufragos muertos de hambre, a los cuales Diana podría vencer con una mano a la espalda. Pero siempre existía el riesgo que tomaran el barco y huyeran, o hicieran alguna treta si Diana los ignoraba, por otro lado pelear con chusma podría alertar a whaler y hacer mas difícil la cacería.

¿Qué haces a continuación?
#5


Salto de foro:


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