Alguien dijo una vez...
Donquixote Doflamingo
¿Los piratas son malos? ¿Los marines son los buenos? ¡Estos términos han cambiado siempre a lo largo de la historia! ¡Los niños que nunca han visto la paz y los niños que nunca han visto la guerra tienen valores diferentes! ¡Los que están en la cima determinan lo que está bien y lo que está mal! ¡Este lugar es un terreno neutral! ¿Dicen que la Justicia prevalecerá? ¡Por supuesto que lo hará! ¡Gane quién gane esta guerra se convertirá en la Justicia!
[Aventura] [T2] El Holandés Volador
Arthur Soriz
Gramps
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3 de Invierno, Noche
Año 724

El invierno había sumido a Skjoldheim en un ambiente gélido, despiadado. Las costas de la isla se hallaban cubiertas por capas de cristales de hielo... señales de tormentas pasadas que hasta día de hoy no se habían derretido. El frío era cruel, poniéndoles la piel de gallina y haciendo que sus cabellos danzando contra el viento quedasen completamente congelados en cuestión de minutos... previamente mojados por la tormenta que habían logrado sobrevivir por los pelos gracias al esfuerzo de los marineros y el pulpo volador de la señorita Zepelli; había que sacarse el sombrero por esas nobles criaturas.

El viento aullaba con una furia incontenible arrastrando consigo la sal del mar y el frío de los glaciares cercanos. Afortunadamente... un pueblo pesquero es lo que les había recibido ante la caída abrupta de ese pulpo volador que les había cargado a través de los mares hasta el North Blue.

Las embarcaciones que se encontraban atadas en el puerto parecían desgastadas por años de batalla contra las olas y temporadas enteras de pesca para poder sobrevivir un invierno más. Frente a ustedes se encontraba un pueblo de construcciones bajas y sólidas se extendía desde la costa ofreciendo un refugio frente a la tormenta que parecía avecinarse. Las casas de techos inclinados estaban hechas de madera robusta y piedra, con sus pilares adornados con runas talladas en antiguos símbolos.

El humo que salía de las chimeneas se disipaba lentamente en el viento y las ventanas, iluminadas por una suave luz naranja, eran pequeñas señales de calidez en medio del frío polar que envolvía el paisaje. A pesar de las adversas condiciones las luces dentro de las casas parecían reflejar la vida que aún persistía allí.

El viento cada vez más feroz cortaba la piel como cuchillas de hielo y la noche comenzaba a desplazar el día rápidamente. El cielo, cubierto por un manto de nubes densas apenas permitía que se distinguieran las luces de las auroras boreales que bailaban en el cielo encapotado. A lo lejos entre la bruma de la nieve y el viento se alzaba la figura de una taberna. Era un refugio, sin duda, y a juzgar por el calor que emanaba de su interior, un sitio donde se podía encontrar consuelo y descanso. No había tiempo que perder.

Si no desean convertirse en estatuas de hielo la única opción era apresurarse hacia ese refugio. Dentro encontrarían una cálida bienvenida... o, al menos, eso sería lo mejor que les pudiera pasar.


off
#1
Hunter D. Alpha
Kurogami no Alpha
Cualquiera pensaría que esto era el fin. Pero para ti, esto es solo el comienzo. Un nuevo ecosistema donde podrías encontrar algo interesante para entretenerte. Para cazar. Sin duda alguna esto era algo que realmente disfrutabas como nunca. Y, no estabas solo, un día como hoy te acompañaba tu campeón, con el objetivo de explorar y reconocer el terreno. Normalmente era trabajo de cualquier otro miembro de una tripulación dejarle esa tarea. Pero tú como capitán, eso te da igual. Quieres ver por ti mismo si vale la pena o no perder el tiempo en este lugar. Aunque por los tiempos que hacen, es imposible hacerse a la mar. Lo correcto sería darse un tiempo prudencial y esperar que la tormenta se calmase. Los planes van de acuerdo como se había prevido y, todo marcha bien.

Y mientras ojeas que tu petaca de café, piensa lo increíble de como todo va sobre ruedas.

-¿Vas bien? – Preguntas a Mayura quien está acompañándote con calma. Justo ahora no era prudente usar a Suzaku en un terreno tan hostil como este. Tu plumífera no está acostumbrada a temperaturas tan bajas y, era lo mejor dejarla en el barco junto al resto. Bien cubiertos y calentitos. Por otro lado, tú te aseguraste de ir bien abrigado y listo para cualquier cosa. Después de caminar y enfrentar un rato la naturaleza, a lo lejos se puede ver una taberna. Una buena señal, no estaba nada mal la idea de ir e investigar un poco. Señalas a Mayura en la dirección que deberían seguir y, prosiguen intentando llegar al lugar. Sabías que tu campeón deseaba estar en un lugar más cálido, ya que seguro le desagradaba la idea de que la humedad dañara su cabello. Pero, por cualquier cosa que pudiera ocurrir, decides activar tu haki de visión. Querías saber cuántas personas estaban cerca. Si les habían detectado y, saber qué tipo de emoción en contra de ustedes. Incluso si lograbas atravesar y llegar a la taberna, al entrar, aun lo mantendrías.

No se puede bajar la guardia en tierras desconocidas.


Personaje

Virtudes

Inventario

Haki utilizado
#2
Mayura Pavone
El Pavo Real del Oceano
Tremenda sorpresa se había llevado tras lanzarse al Mar del Norte como reencuentro de su tripulación, una gran tormenta desvío el trayecto haciéndoles aterrizar en quien sabe que isla. Pero eso no era problema para el grupo, la Mano del Destino era tan interesante como adaptable, sobre todo nuestro querido protagonista, el índice y campeón de la mano, elegante, histriónico y extremadamente bello… el Pavo Real Del Océano.
 
Tras la llegada, el inquieto y curioso Mayura logró convencer a su capitán, Alpha, de acompañarle a disfrutar del paisaje y realizar un levantamiento de la zona. Ya tenían un rato aguantando las ventiscas, el frio insoportable, pero Mayura se enfocaba en algo más… la belleza de las auroras boreales y el cómo, para su sorpresa, hacían juego con sus ropajes, en especial aquella capa verdeazulada con detalles dorados que ondeaba con su característica teatralidad marcada con firmeza en cada paso que daba. Sin embargo, no todo podría ser bueno, a pesar de preferir el frio antes que el calor gracias a su debilidad natural ante el calor, la ventisca actual se metía algo extremadamente importante y que su capa no podía cubrir del todo, su larga y perfectamente cuidada cabellera, una extensión de su belleza que siempre debía mantener impecable.  
 
Voy sobreviviendo, Capitán… — Respondió con su inconfundible tono melodioso, elevando un poco la voz para que Alpha lo escuchara entre el ruidoso viento. — Pero me temo que mi espíritu se encuentra al borde del colapso. Estas auroras están casi tan espectaculares como yo, pero… ¡mi pobre cabellera! — Exclamaría ansioso, con una expresión mezclada entre fastidio y dramatismo, viviendo su propia obra de teatro. En situaciones normales, el frío era un inconveniente menor para alguien de su temple, pero el clima de esta isla sumado a la tormenta se había convertido en un desafío personal.
 
Mientras caminaban, observó con ojo crítico el pueblo que aparentaba ser pesquero debido a los detalles que había por aquí y por allí. Las viviendas robustas y rúnicas le daban un aire de fortaleza a la aldea, un recordatorio de que sus habitantes habían aprendido a convivir con la naturaleza en su versión más despiadada, lo que significaba que estaban preparados para todo, incluyendo el clima actual. — Curioso lugar… no tiene nada exótico, pero hay algo en su arquitectura que sugiere historias antiguas. Esos símbolos… — Murmuró más para sí mismo, permitiéndose unos segundos para admirar las talladuras en los pilares de las casas antes de verse interrumpido por un acto de su capitán. Alpha señaló la taberna a lo lejos, desenfocando a Mayura completamente de aquellos misteriosos símbolos, permitiéndose dejar escapar un suspiro teatral.
 
¡Ah, por fin un rayo de esperanza en esta tundra infernal! — Exclamó dando un salto de emoción, ahorra corriendo como cualquier niño en un parque de diversiones. Después de todo, la discreción no era su especialidad, y el Pavo Real del Océano tenía la costumbre de convertir cualquier situación en un espectáculo. — ¡Vamos Alpha! ¡Mi pelo no aguanta más! — Finalizaría animando a su capitán, mientras se adelantaba para entrar a la taberna con prisa, pero elegancia en su andar.

Personaje

virtudes y defectos

pasivas

inventario
#3
Arthur Soriz
Gramps
Cuanto más se aproximan a lo que vendría siendo el Mjødhall de este pueblo pesquero, se empieza a escuchar la música sonar, las voces estruendosas en una cacofonía que ya deja en claro el estado de ánimo tan alegre de la gente en su interior incluso viviendo en un clima tan cruel como este. Skjoldheim no perdona, y ustedes serían las próximas víctimas si no se apuraban en entrar. Cuando abren las puertas, el frío se cuela en el interior pero también reciben una bofetada del más delicioso calor que hayan vivido nunca. Es abrasador, pero también acogedor. Las miradas les indican que se apuren en cerrar las puertas, y una vez lo hacen pueden ver frente a ustedes la hermosura que es este salón. Una taberna que sirve también como centro de reuniones comunitario. Está claro que esta gente es muy unida, muchas familias e incluso niños están aquí, divirtiéndose un rato y socializando.

Ustedes, que son forasteros, no son recibidos de mala gana. De hecho, hasta sonríen ampliamente con el ímpetu de hacerlos sentir bienvenidos... no parece ser que reciban muchos visitantes... aunque últimamente han habido excepciones.

¡Oigan, ustedes! —exclamó un hombre tras la barra. Cuando viran la mirada hacia este es que ven a un hombre corpulento, de estatura elevada, con barba frondosa de color negro y una cabellera lacia medio suelta con un par de trenzas a los costados. Posee una sonrisa sumamente afable, cálida incluso, que podría decirse los invita a acercarse. Si deciden aproximarse, no solamente ya tienen servidas un par de jarras de hidromiel tibia, pero también un plato con pan caliente y un poco de carne ahumada servida.

Me imagino que han llegado con la tormenta, como tantos otros lo han hecho últimamente. —mencionó el hombre. — Soy Torfi, por cierto... bienvenidos al pueblo de Blaskogar, ¿en qué les puedo ayudar, chiquillos? Seguramente tienen mucho frío, así que beban y coman, que tienen que entrar en calor cuanto antes.

Comentó el hombre, mostrando una afable sonrisa. Era casi paternal incluso, siempre contento, atendiendo gente, sirviendo nuevas jarras de hidromiel y lavando las que ya habían sido usadas para ponerlas en circulación de nuevo. Se notaba que el establecimiento estaba bien cuidado, incluso la gente cantaba estando aquí bastante cómodos. Era más que obvio que esta gente si les hacían las preguntas correctas les contarían prácticamente todos los secretos, o al menos rumores de esta isla. Al final de cuentas, sí que veían a algunos ancianos regados por allí, y este hombre, Torfi, también se veía como alguien que podría saber sus historias con lujo y detalle.

Varios niños jugueteaban en el salón, disfrutando de estar junto con sus amigos, a veces echándoles unas miradas de reojo a ustedes, en especial a ti Hunter, al parecer tan joven. Cualquiera pensaría que el papá es Mayura a estas alturas. Pero Torfi se daba cuenta que no era así, ya había visto a mucha gente de apariencias diferentes... sabía diferenciar cuando estaba tratando con niños, o con adultos. Aunque, no se salvaban de que les dijera "chiquillos" porque, estaba claro, él era mucho mayor que ustedes dos.
#4


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