[Autonarrada] ¿Por que intento hacer cambiar a la gente Parte 1 [PASADO]

Oh Gallis… Pelirroja rencorosa que vienes a mi memoria en determinadas ocasiones de mi pasado, aun te recuerdo añorada y deseada en aquella sucia y custodiada celda por varios de mis subordinados payaso, un dia de tantos los que llevaba en mi mazmorra del navío. Nunca obtuve de ti lo que quise en ese momento ni tu de mi, ambos lo sabiamos pero continuamos intentando cada acalorada noche donde mis herramientas y juguetes jugaban en esas ocasiones con tu cuerpo produciendo ciertos estimulos como medios placenteros de… Tortura por su puesto ¿Que te pensabas? Un dia una gran cantidad de voltios recorriendo el cuerpo, un segundo dia la extracción de una uña del pie y de la mano, otro tercer dia juegos mentales y desagravios por tal de hacerte ver que tu Capitan de la Marina te abandonó a mis manos, sin deseo alguno de recuperarte dejandote sola en este mundo en manos de un desalmado como yo, tu amado y querido Joker ¿No era lo que tanto deseabas? Ambos lo deseabamos y aqui estas, tras llevar ya un mes en mi celda nadie vino a buscarte, nadie hablaba de ti y mucho menos iban a querer venir a por ti.

En esta ocasión mi moralidad, mi filosofía y mi política sobre intentar cambiar a Gallis, moldear su mente para acabar sometiéndola y destruir sus ideales para imponer los míos. Desde el principio he luchado contra los Marines y el Gobierno, principalmente los primeros y aquellas personas de positiva moralidad, que se preocupan por salvar a la gente e intentar apresar a un Pirata para llevarlos a prisión mediante un burdo intento de re-insertarlos en la sociedad, re-educarlos y se volvieran mejores personas. Eran capaces de incluso por tales intentos indirectamente y subconscientemente de sacrificar a ciudadanos en peligro, con lo sencillo que es matar y así eliminas el problema. ¿Cuántas ocasiones habrá tenido un Marine de eliminarme cuando fingía entregarme y les salía rana? Quizás esta fue una de las situaciones a las que Gallis acabó en mi celda, tras un encuentro con su tripulación y por una artimaña mia lograba sobrevivir, aunque no lograra mi cometido de hacerme con el Cuaderno del Dr Llendez, cuyas investigaciones pérdidas son importantes para mis deseos alquímicos. Sin embargo para mi supervivencia lograba escudarme atrapando a Gallis, gracias a mi artimaña. Ese ideal de los compañeros de no abrir fuego a través de ella, me permitía sobrevivir y por ende a futuro seguir haciendo maldades, entre ellas que vidas ciudadanas se perdieran ¿Cuánto le costó a la justicia su pésimo ideal?

En algunas de nuestras deseadas y acaloradas sesiones teníamos testigos o ayudantes en mis labores diplomáticas con la cautiva donde uno de estos súbditos cometía un ligero error que causaba la oportunidad de Gallis la pelirroja por tal de liberarse de sus ataduras.  Algo que acababa de suceder ese momento, ella tumbó con suma facilidad a mis esbirros payasos, incluso se tomaba la libertad con cierto ego de decirme que ahora podríamos hablar tranquilamente, como si tuviera la situación bajo control y acabó tendida en el suelo mediante un disparo de mi taser. Con lo sencillo que habría sido para ella, no de solo noquearlos, sino además ejecutarlos, reduciendo permanentemente mis efectivos en el barco teniendo que buscar otros dementes por ahí para seguir bajo mis desquiciadas y locas órdenes. No solo eso, sino además de intentar atacarme a mí, cosas que no sucedió y yo solo pude reír como sucedía todo aquello y no habría prestado ninguna resistencia porque igualmente habría sabido cómo salir de esa situación; pero me defraudó una vez más con su moralidad de Marine sin tratar de arremeter contra mí, queriendo pues ella salir de aquí sin segar ninguna vida.

Esa actitud, esa filosofía suya era la que iba a cambiar, iba a tener que sacrificar mínimamente ese ideal para salir de aquí. Iba a tener que matar, o hacerlo realmente bien o costandole mucho esfuerzo y tiempo para no lograr matar a nadie sin salir ilesa. Todo tiene un precio, matar es fácil y sencillo, para algunos les remuerde la conciencia, les quita el sueño, hay quienes acaban traumatizados por una o dos muertes, incluso los accidentales; pero para mi cuando ya perdía la cuenta de la gente que había matado directa e indirectamente, dejaba de tener interés para mi, tal era la normalidad en mi que había ocasiones que ni miraba a mi posible presa antes de ejecutarla.

BANG! Como era esta ocasión, la cabeza de mi subdito payaso reventado contra el suelo de un balazo de mi revolver en la celda de Gallis.

¿Pero por qué? Una simple muestra de desapego total por mis subordinados, ya vendrían más, pero una muestra total de mi locura a ojos de la linda fémina que debía comprender que no había ningún tipo de esperanza para ella.