Alguien dijo una vez...
Iro
Luego os escribo que ahora no os puedo escribir.
Abismo tormentoso
Gautama D. Lovecraft
El Ascendido
Siddharta Gautama


Durante aquel vistazo por aquella pequeña brecha en el barco, pude ver como un tipo iba agigantándose mientras era empujado brutalmente contra la parte del barco donde me encontraba. Sin dudarlo, me lancé hacia mi izquierda aunque su cuerpo se clavó unos metros más allá, hacia la derecha, pero quería evitar todo lo posible el impacto.

Por lógica, aquello no respondía a ningún tipo de razón. Crecer de esa manera hasta llegar a los 4 metros, era algo tan impensable como quizá normal en aquel escenario de ensoñación. Comprendía que la escena se las traía consigo, a cada cual de los actores que la componían más particular. En mí, no dejaba de generarse un debate interno entre la obtención de esas extrañas canicas que tanta discusión generaban, así como el pasado cataclismo que había acabado conmigo, con aquella tierra de hielo y por suposición, con toda vida que hubiera en aquel paraje helado, ¿Podría correr la misma suerte aquella gente y esa zona? ¿Qué tan importante eran las canicas? Me incorporé, un plan se empezaba a dibujar por mi mente mientras sacaba los guanteletes y comenzaba a calentar mis muñecas y mis dedos, aunque intentaría llevar unas buenas intenciones al realizar mi aparición, desconocía las del resto.

Artista Marcial Iniciado
ARM300
ARTISTA MARCIAL
Pasiva
Tier 3
7/8/2024
Podrás realizar un calentamiento durante un post para ganar +5 [Agilidad] y +5 [Fuerza] por el resto del tema. Este calentamiento se considerará como [Canalizar].

Preparado y con las palabras definidas en mi cabeza, salí por la parte derruida de la proa del maltrecho navío mientras seguía haciendo movimientos circulares con las muñecas. Levanté mis brazos hasta adquirir una postura de en cruz (†), para transmitir una apariencia profética que pudiera llamar la atención de todos los presentes y alertarlos. Puede que me tomasen por un lunático, que pasaran de mí o se me echasen encima, puede también que sembrase el pánico allí porque me tomaran en serio, que el caos se adueñase más si cabe de ellos, pero vi necesario propagar aquella información para que no cogiera a nadie de imprevisto, y sin desviarme tampoco de mi meta.

- ¡¡DESVIADES Y DELIRANTES DESCONOCIDEEES!! -

Clamé a los 4 vientos, para que todos me pudieran escuchar. Con la barbilla ligeramente levantada, y los brazos en horizontal, seguía moviendo las muñecas y haciendo extensiones de los dedos. Aquello, según mi percepción, me daría un voto que reforzase la creencia de lo siguiente que tenía que decir, y si esta no estaba muy desvariada, así sería, a no ser que causara el efecto inverso con tanto movimiento.

- Vengo desde el más allá con un mensaje importante para todes les mujeres, hombres, niñes, gyojens, pandes o gigantes.... ¡¡¡¡¡¡EL APOCALIPSIS ESTÁ PRÓXIMO!!!! -

Grité a pleno pulmón lo último, quizá, el más próximo a mí que era el panda parlante quedaría atónito ante tal noticia. Fui levantando levemente más y más los brazos un par de grados hasta cierto punto(como si fuera una Y), mi intención era generar un silencio tenso, acaparar sus miradas y oídos, mi minuto de fama.

- La ruina... LA RUINA..... ¡¡LA RUIIIINNAAAAA VAAA A VENIIII!!! -

[Imagen: d659b2962b3df41913a983eab3f998577fcdd641.gif]

Con un tono sumamente dramático grité para alertarlos del cataclismo que yo mismo había vivido en mis carnes, sin tener una noción fiable del tiempo que había pasado desde entonces, pero con la voz de la experiencia poseyéndome para transmitírselo a esos pobres desdichados, mientras mis muñecas seguían rotando y mis dedos extendiéndose y contrayéndose para enfatizar mi mensaje.

- Y en forma de una tormenta calamitosa, barrera con destrucción toda vida que se encuentre a su paaaaa... ¡!¡!¡! -

Y ahí fue cuando inevitablemente, una intensa y traicionera corriente de aire me zarandeó. Lo sentí como si un cañón de viento me hubiera acertado de lleno, impidiéndome terminar las últimas palabras que tenía que comunicar. El profeta que veían, podría ser la mayor pantomima que pudieran presenciar, o un desafortunado zahorí que había sido derribado.

Cualquiera como fuera aquellas conjeturas que pudieran tener hacia mí, salí despedido hacia el panda que se encontraba a mi costado izquierdo, chocaría contra él de frente, haciéndome el afortunado favor de que no fuera más allá por el viento y fuera arrastrado. Por su corpulencia y peso, puede que ni se inmutara, o puede que cayera, de lo que si que estaba seguro era que su mullido pelaje me hizo no dañarme tan estrepitosamente y la caída al suelo no resultase más aparatosa.

Me quedé tendido tras la caída tras rodar un par de veces por el suelo, quedando a unos 3 metros del gran osito, avergonzado por aquel acto tan ridículo que pudiera haber protagonizado. Sin embargo, desde allí, alcé la mano pidiendo ayuda, en este caso, el más cercano era el del amigo peludo.

- Por favor... ayúdame a incorporarme, menudo tropiezo -

Le imploré, buscando que pudiera levantarme, aunque el golpe me había dejado casi fuera de juego, además de que por otro lado, no sabía si el panda se mostraría colaborativo o simplemente se iría de ahí, dejándome tirado.

resumen

notas
#31
Airgid Vanaidiam
Metalhead
Personaje


Puede que hubiera sido un acto impulsivo, disparar de aquella manera al tiburón. Aunque bien era cierto que había procurado no apuntar a una zona demasiado vital, la reprimenda de Asradi no tardó en llegar. Le había advertido varias veces antes de que disparase, pero la ignoró. ¡Estaban en peligro! ¿Es que no lo entendía? Conocía a la sirena, quizás no lo suficiente, sabía que era buena pero no podía ser así de ingenua. Ella misma solía ser bastante maja y agradable, pero eso dentro de una situación normal, no una como la que estaban viviendo en ese momento, en un lugar extraño rodeadas de personas desconocidas y potencialmente violentas. El mundo le había enseñado a Airgid que si no quería que la vacilaran tenía que ser la de los huevos más grandes. Pero puede, solo puede, que se hubiera pasado un poquito.

Continuaba en el suelo, sin poder moverse por culpa del viento, observó al tiburón sangrando y con una expresión confundida. La mujer frunció el ceño, dejando de apuntarle por un momento. Le escuchó insinuar que debería controlarse la lengua y respetar a los demás, algo que le habían dicho taaantas veces en la vida. Airgid respondió de una forma muy elegante, sacando la lengua y bufándole. No le volvería a atacar, no si no veía intenciones por su parte de buscarla, pero eso no quitaba que no le hiciera gracia en absoluto aquel tiburón. Pero... ¿y las bolsas? Se dio cuenta en ese momento de que ya no estaban en el mismo sitio, evidentemente, el viento las había arrastrado, alejándolas unos cuantos metros hacia su izquierda. Las encontró visualmente, no estaban demasiado lejos, por lo menos. No podía olvidarse de ellas, si tan solo el puto viento parara un poco... ¿Qué coño?

¡Un tío saltó y se robó una de ellas! — ¡OYE, TÚ, TRAE ESO PA'CÁ! — ¿Quién se creía que era? ¡Ella se había jugado el pellejo por quitarle las bolsas a esos dos tipos! ¡No él! No había derecho en el mundo para hacer eso... Robar a la ladrona... A quién se le ocurría. Intentó levantarse, pero seguía sin poder hacerlo. — ¡Como me levante te va a fartá campo pa' corré! ¿¡Me ha oío, cabesa pinsho!? — El viento estaba siendo definitivamente, un problema demasiado grande, demasiado frustrante. ¿No iba a parar nunca? Además que no siempre soplaba desde el mismo lado. Un puto caos.

Aunque intentaba no quitarle el ojo de encima al pelirrojo ladrón, era inevitable que el tío gigante que decrecía de tamaño no le llamase la atención. ¿Era eso también producto de el extraño sitio donde se encontraban? El caso es que empezó a lanzar ideas al aire de que quizás alguien estaba manejando toda esa situación, un ser malvado o algo así. Ideas para Airgid, demasiado espirituales. Rodó los ojos, poniéndolos en blanco durante un momento. El joven, que fue capaz de incorporarse y adecentarse a pesar de tener la ropa medio rota le preguntó a ella directamente qué era lo que opinaba al respecto. — Ezo e' una shuminá, a vé, ¿quién va a queré jugá con nohotro'? ¿Un dió? ¿Un demonio? Tais tós emparanoiaos perdío. — La verdad es que a Airgid todo eso le sonaba a un cuento de fantasía. O quizás es que aún estaba a la defensiva, sin terminar de fiarse de nadie, y no quería mostrarse vulnerable o ligeramente dubitativa, eso podía significar debilidad.

Otro pobre diablo fue arrastrado por el viento, bocarriba, elevó los dos brazos para intentar llamar la atención de los presentes. La mujer le escuchó, total, tampoco se podía mover, poco podía hacer más que hablar. El chico dijo cosas bastante curiosas. Lo primero es que habló de Asradi y de ella como si fueran sex symbols salidas directamente de sus fantasías más privadas. La rubia no pudo evitar soltar una risa divertida por lo inesperado y repentino que resultaba una confesión así. Una pena que el chaval no fuera su tipo. Pero lo siguiente que mencionó fue realmente interesante, y es que aseguró haber muerto hacía apenas unos minutos. Y que había vuelto ahí, justo con ellos. Era cierto que había aparecido de una forma muy extraña y repentina, pero... ¿cómo vas a morir y luego revivir como si nada, recordándolo todo y con el mismo cuerpo? — ¿Te ha' golpeao en la cabesa? ¿Que é eso de que ha' muerto? ¿Qué tas fumao? ¿Te queda argo pa' compartí'? — Soltó otra risa y le guiñó un ojo en un gesto de complicidad y cachondeo. La verdad es que todo era tan raro queno les juzgaba por dejarse llevar por las teorías más locas y conspiranoicas. Primero uno diciendo que si les manipulaban, ahora este decía haber renacido o algo así. Solo faltaba que apareciera el mismo niño jesús con la paloma para darles un mensaje celestial o algo así.

Y como si ella misma lo hubiera invocado con su mente, apareció... alguien o algo que como mínimo, podía pasar por profeta. Haciendo una extraña pose en forma de cruz, moviendo las muñecas de forma hipnótica y gritando mientras transmitía el mensaje del apocalipsis. Era imposible apartar la mirada de él. ¿Llevaba peluca? A pesar de sus palabras, a Airgid no se la convencía tan fácilmente, ella era una mujer de ciencia, todo eso del fin del mundo... Simplemente no se lo creía, no así. — Vaya frikaso... — Susurró por lo bajini, haciéndose gracia solo a ella misma. Y ocurrió algo inaudito. A la vez que aquel iluminado era arrastrado por una corriente de aire, Airgid sintió que el viento dejaba a su cuerpo tranquilo. Que dejaba de presionarla contra el suelo. Que podía levantarse. Y no dudó ni un segundo.

Se levantó de un salto, ágil como un gato. Por un momento sintió el deseo de ir corriendo a por la bolsita perdida, o a por el pelirrojo con pelo de pincho, pero... — Qué coño. — Le dio la mano a Asradi, ayudándola a que se levantase. — Amono a bu'cá una salida o argo, e'toy ha'ta er coño de e'te sitio. — La verdad es que ya sentía que en cualquier momento otra ráfaga trataría de tirarla.

Resumen y demás
#32
Asradi
Völva
No sabía como pero los dos se habían calmado. Al menos de momento. Le echó una mirada seria al gyojin tiburón. Sí, quizás lo de boqueroncito no había sido muy acertado por parte de Airgid. Pero es que también ellos serían estúpidos si se dejasen provocar por cualquier palabra que saliese de la boca de alguien de la superficie. De todas manera, decidió dejarle en paz. Básicamente porque el hombre alado elevaba al tiburón cual aguilucho lo hacía con un salmón, por los aires. Esa sí era una vista curiosa.

Intentó levantarse, aunque el viento seguía soplando fuerte. Y no solo eso, seguía llegando gente y gente. ¿Qué era eso? Ni que hubiesen abierto un buffet de comida gratis y todo el mundo hubiese decidido brotar, cual margarita, en ese lugar. No, eso no era normal. También entendía la reticencia de Airgid con aquella situación. ¿Un dios? ¿Un demonio? Podía ser. En los mares se encontraban cosas extrañas. Y, a veces, hasta las leyendas cobraban vida.

No lo sé, no sé de qué se trata todo esto. Pero entre el viento y la situación, es lo único cuerdo que se me ocurre para no volverme loca. — Emitió un suspiro cansado.

Se acomodó el pelo, que se le había revuelto con tanta caída y tanta ventolera. Ni en una tormenta marina había tenido tantos problemas para mantener el equilibrio.

De todas maneras y por simple precaución, mantenía ahora una mano en la empuñadura del látigo que pendía de su cintura. Era más bien un arma defensiva, que solo sacaba cuando era necesario. En realidad, Asradi no era una mujer extremadamente belicosa. A no ser que le tocasen las narices. Como el tipo con sus fantasías guarras.

Inténtalo y te juro que te arranco los dedos de un mordisco. — De hecho, frunció el ceño ante el que había mencionado eso. — Y no tendrás nada que hacer los miércoles. — ¿En serio? ¿Qué estaba pasando en ese lugar y con esta gente?

También se fijó en el pelirrojo. De hecho, lo contempló durante un buen rato. No era únicamente humano, ¿sería un mestizo? Los ojos azules de Asradi se afilaron ligeramente cuando se toparon con los de Yoshiro, sobre todo cuando vió que se hacía con una de esas bolsas. Y, como no, Airgid le increpaba al respecto.

Y, entonces, la situación continuó volviéndose bizarra. La expresión de Asradi fue una de total estupefacción cuando apareció aquel... aquel...

No sé que he bebido antes de acostarme, pero ha debido de ser bueno. — Musitó para sí misma, con los ojos bien abiertos, parpadeando totalmente incrédula y viendo el llamativo espectáculo de quien se hacía llamar El Profeta. O algo así.

¿Era quizás una divinidad venida a menos? O un loco. No. Seguramente todo eso era a causa del hongo que había probado la noche anterior para un narcótico en el que estaba trabajando medicinalmente.

Sí, seguramente era eso. Estaba todavía en drogas. Esa sí era la explicación más lógica que podía darse ahora mismo.

No se percató de que el viento había amainado un poco hasta que sintió la voz de Airgid dirigiéndose a ella. Aceptó la mano de la rubia y se puso en pie, sacudiéndose un poco la arena de las piernas escamadas.

Tienes razón, este lugar es una locura. De todas maneras... — Se volvió unos momentos hacia los demás. — Nosotras vamos a ver si encontramos una salida. Si queréis colaborar, sin manos largas... — Enarcó una ceja, recalcando la frase con ese gesto. Y con manos largas se refería también a que ni se les ocurriese tocarles las bolsitas. — … Supongo que sois bienvenidos.

El que quisiera unirse, claro. Luego, se centró en Airgid, a la que miró con más atención.

¿Estás bien? No ha llegado a herirte, ¿verdad? — Sí, era una preocupona a veces en ese aspecto.

Resumen
#33
Yoshi
Yoshi
Antes de que el viento empezara a causar desastre apareció un tipo rubio que diría algunas cosas interesantes. Al parecer el también tenía la sospecha de que todo era un sueño ya que aquellas mujeres estaban más buenas que el pan, además que se había muerto hace poco (al igual que Yoshiro) y esto posiblemente por qué se encontraba en el continente de hielo que fue destruido de un momento a otro.

Ahora un "profeta" apareció hablando de forma un poco rara sobre el apocalipsis, Yoshiro no le creía, pues, si este fuera el fin del mundo estuviera en su casa o al menos en el cielo después de morirse del frío. Supuso que era alguien que ya se había volvido loco después de un tiempo en esta extraña ilusión compartida o no sé que webonada.

En fin, el viento llegó para hacer estragos y la gente empezó a caerse, apareció un gigante y Yoshiro logró tomar una de las bolsas. La mujer rubia lo miró y le reclamó por sus acciones-¡Ladrón que le roba a ladrón tiene 100 años de perdón!-una frase que oyó una vez entrando a una taberna, había querido repetir esa frase desde hace tiempo pero no habia tenido la oportunidad.

De pronto sus ojos nuevamente se cruzaron con la chica tiburón que había intentado ser más pacifista pero también guardaba una personalidad bastante fiera. Los ojos rubí de Yoshiro se quedaron sumergidos con aquel bello azul del iris de la chica pero tuvo que dejar de mirarla ya que su bufanda acabaría saliendo volando por el viento.

¡Ey, vuelve!-esa bufanda era bastante personal y no quería perderla. Así que metió su mano en la bolsita que robo para tomar la canica y guardarla en su propia bolsa pero no había nada.

¡Te mintieron, las bolsas no tienen nada!-Yoshiro tiró la bolsa para que el viento se la llevara, sentía las fuerzas para ponerse de pie así que lo hizo. El tiburón y el águila estafador quisieron huir pero el tiburón era demasiado grande para que su compañero se lo llevara volando.

Déjenme unirme a ustedes. Quiero una oportunidad para luchar contra él-apuntó al gran tiburón blanco mientras le pedía a las chicas ser equipo. Si, les intentó robar hace poco, pero estaba dispuesto a ayudarlas ahora.


resumen
#34
Panda
JANAI
El panda quedaría aturdido en el suelo derribado por el intenso viento. Como estaba aburrido, no hacia otra cosa más que oxidar el barco para hacerse espacio para salir y también para intimidar un poco, de forma tal que aquellas personas no digan, "uy un panda adorable vamos a robarle" No, el era un panda oxidador, nadie se atrevería a meterse con alguien así o eso pensaba panda.

El viento había derribado a varias personas, entre los protagonistas estaban la rubia con metralleta, la chica con aleta, el tiburón y su amigo alado, y otros no tan protagonistas pero que hacían su parte también. Un chico vivo, de dientes afilados que panda recordaba haber visto no hace mucho estaba allí robando las bolsas aquellos sujetos dejaron en un intento de apaciguar las aguas. Por desgracia una bala de la rubia impacto de forma efectiva en el brazo de aquel ser anfibio.

-¿uy estas bien tiburonsin? Pregunto panda preocupado, que siempre era amable, aun con desconocidos.

La chica con aleta de tiburón también intentaba detener la pelea, ¿pero lograría hacerlo? Parecía que la rubia estaba decidida a atacar y robar bolsas y el tiburón también era un fiero cazador.
Un espectáculo algo extraño sucedió después ya que el ser alado intento volar con aquel pez enorme sobre sus patas. Al igual que panda, los animales son en general bastante pesados y aquel tiburón no era la excepción, pero quien era el para juzgar, si querían volar que vuelen.
El chico gigante se hizo más pequeño y comenzó a preguntar si alguno recordaba como llego allí.
Cita:¿Alguno recuerda por qué hemos venido a parar a este lugar? ¿O qué motivo teníamos para venir?
-Mm no estoy seguro- Respondió Panda, mientras sacaba algo de bambu que le quedaba y comenzaba a masticar.

-Seh en efecto, creo que deberían dejar de pelearse por tonterías y ¿Por qué esta cosa es tan valiosa?- Pregunto panda a los extraños.

-¿Se puede comprar comida con esto? ¿o un buen barco al menos para salir de aquí? ¿Y donde diablos estamos?- Preguntaba panda, que tenia muchas dudas, a ver si alguno tendría las respuestas que el buscaba. Pero daba la impresión que la mayoría estaba con las mismas interrogantes que el.

Panda, dejo de oxidar un rato para tratar de incorporarse y mirar al resto.
Byron, que había caído del cielo hacia un rato, también decía que se trataba de un sueño. ¿pero podía ser posible un sueño tan realista? Los sueños de panda generalmente se trataban de comida, pero nunca tuvo uno con tantos seres extraños y exóticos, con incluso un tiburón sangrando por ahí, parecía mas bien una película bien dirigida, aunque de trama confusa.

En eso, otro sujeto salió desde atrás del barco y comenzó a profetizar:

Cita:- Vengo desde el más allá con un mensaje importante para todes les mujeres, hombres, niñes, gyojens, pandes o gigantes.... ¡¡¡¡¡¡EL APOCALIPSIS ESTÁ PRÓXIMO!!!! -

-Quee!!, ¿apocalipsis?, nah este esta loquito- Dijo panda sin dudar, que no podía comerse un verso tan extraño. Tal como era esperable, el panda quedo atonito ante tal declaracion.

Cita:- Por favor... ayúdame a incorporarme, menudo tropiezo -

-Como no rey, para eso estoy- Dijo panda tendiendo su pata al hombre y haciendo fuerza para levantarlo. 

-Igual en serio, ¿Qué te fumaste?, igual admito que este lugar no es muy normal que digamos. - Le respondió

La rubia seguía bastante molesta con el vulgar ladronzuelo de bolsas y no dejaba de dar miedo con sus armas, que por lo visto eran bien reales y poderosas.

Asradi dijo que buscaría una salida y que cualquiera que no robe bolsas seria bienvenido.

Panda asintió ante tal gesto de cordura y madurez, y accedió a seguirles, parecía que finalmente la pelea se había calmado, por lo menos por un rato.

-Buena idea, por cierto soy Panda, con gusto colaborare con ustedes... siempre que no me disparen jeje- Dijo Panda con algo de temor por la rubia.

El pelirrojo después de robar la bolsa y decir que no tenia nada, intento hacer equipo con las chicas... algo raro después de que les robo en frente de sus narices y todo para enfrentarse a ese temible tiburón ¿Por qué no lo hacia solo?. Panda sabia además que esas bolsas no deberían estar vacías ya que la suya estaba llena, pero no contradijo a Yoshi. Lo más probable es que aquella chapa este en algún lado, ya sea con el tiburón o oculta en el mismo pelirrojo.

-Oye chico si quieres pelear, ve y pelea, no necesitas involucrar a estas damiselas en peleas de hombres, además ese tiburón ya esta herido, no será una batalla justa ni honorable pero bueno yo no meteré, prefiero buscar una salida - Dijo panda.

Resumen
#35
Illyasbabel
cuervo de tiburón
Ambos aterrizaron a 10 metros de la escena principal, sus alas apenas soportaron el peso de los dos, descendieron justo a espaldas de Airgrid, en este punto, Illyasbabel, ignoraba los comentarios de los demás, salvo por uno de ellos, que se esforzaba en advertirles sobre su inminente destrucción, más haya de ello conservo su postura calma y le dedico unos momentos a su compañero. - Estoy de acuerdo - respondió al Gyojin, - lance la bolsa, pero veo que aún no la han agarrado, ahora que lo pienso, lo mejor será recuperarla, o por lo menos conseguir una - Illya observó con detalle la herida de Octojin - ¿Puedes continuar? déjame llevar la delantera esta vez...- dijo mientras observaba a la joven con metralletas y desenvainaba ambas espadas.

 Ahora su semblante había cambiado a uno más serio, inclino levemente su cabeza, para luego dar un salto impulsándose con la gracia del vuelo hasta llegar a espaldas de Airgrid, una vez allí y de un solo movimiento impulsado, finalizaría su estocada sobre su objetivo. - ¡hey! - exclamaría en su embestida.

Cuchillada
ESP201
ESPADACHíN
Ofensiva Activa
Tier 2
9/8/2024
33
Costo de Energía
1
Enfriamiento
Una estocada que el usuario realiza al mismo tiempo que realiza en un solo paso un [Dash] de hasta 8 metros en los que busca ensartar a todo lo que encuentre a su paso con la punta de su arma, llevando consigo a su víctima con un [Empuje] en caso de conectar hasta el final del recorrido del Dash.
Golpe Basico + [FUEx2,2] de [Daño perforante]

Camino del Espadachín
ESP200
ESPADACHíN
Pasiva
Tier 1
8/8/2024
Incompatible con "Camino de la Brutalidad"
+5 [Destreza]


 Aprovecharía el caos y las posibles distracciones para ejecutar su ofensiva y esperaría a que el Gyojing lo cubriera de otros posibles ataques, sin demasiado tiempo que perder, el viejo Lunarian ponía manos al asunto, nada personal, pero no estaba dispuesto a recibir una bala. A partir de entonces ocupo la vanguardia del ataque. En caso de que alguien buscará atacarlo, su objetivo cambiaría, lo más sensato sería mantenerse atento.

OFF
#36
Octojin
El terror blanco
El viento rugía con una ferocidad que Octojin apenas recordaba haber experimentado antes. Cada ráfaga parecía querer arrancarle todos y cada uno de los trozos de madera al ya desgastado barco, cuyo casco crujía y gemía bajo la presión de la tormenta que se estaba formando. Las conversaciones a su alrededor, aunque llenas de vida y discusión, se veían a menudo ahogadas por el chillido del viento y el golpear de las olas contra el costado del barco.

El humano que había quedado atrapado en la estructura del barco, se debatía en un intento por liberarse. Su lucha por desengancharse y la subsiguiente caída al decrecer en tamaño atrajeron la atención de todos, incluyendo la de Octojin. Observó con una mezcla de asombro y preocupación cómo Hyunn finalmente caía al suelo, colgando de su gabardina desgarrada por el esfuerzo.

Por otro lado, se había colado en la zona un pato extravagante, parecía completamente absorto en sus propias reflexiones y exploraciones. Sus comentarios sobre las peculiaridades del entorno y su constante búsqueda de pistas o artefactos le daban un aire de detective privado, aunque uno bastante peculiar debido a su apariencia y comportamiento.

El escenario seguía siendo caótico. La situación se volvía cada vez más tensa y confusa, y las personalidades presentes no hacían más que añadir a la complejidad del drama que se desarrollaba. Por allí había otro humano más, que a juzgar por sus comentarios parecía sumido en sus propias fantasías y ensoñaciones, en las cuales debería estar revolcado por el suelo, solo que en vez de por una ráfaga de viento, hubiera sido intencionado y en vez de piedras y astillas, tendría a las dos mujeres a su lado. Su reacción, aunque inicialmente distante, pronto se convertía en una participación más activa a medida que la realidad de su entorno se hacía más palpable.

En medio de este caos, otro personaje, esta vez en un sentido quizá más estricto de la palabra, se autoproclamaba como un profeta, irrumpía en escena con advertencias apocalípticas y gestos dramáticos. Sus palabras, aunque cargadas de gravedad, eran recibidas con escepticismo y, en algunos casos, mofa. Octojin no pudo evitar sentir una punzada de irritación ante la pomposidad del hombre, pero también una curiosidad subyacente sobre la verdad detrás de sus declaraciones.

Quizá el que más importancia le daba a aquellas canicas era joven pelirrojo, después de haber robado una de las bolsas tan disputadas, ahora proponía una alianza, un cambio de táctica que Octojin encontró sorprendentemente audaz, aunque algo desesperada.

La mujer del extraño acento parecía que había parado la hostilidad. Al menos hacía el gyojin. Dejó de apuntarle y su rostro parecía algo menos tenso. Aunque bueno, al escualo no se le daba demasiado bien leer el rostro de los humanos. ¿Por qué gesticulaban tanto?

La idea de una salida o de una resolución pacífica parecía cada vez más lejana. A su alrededor, los distintos seres seguían debatiendo, luchando y teorizando, cada uno atrapado en su propio dilema o motivado por sus propias ambiciones y miedos.

El panda, cuya presencia había sido casi cómica al principio, ahora parecía una de las voces más razonables, sugiriendo una colaboración y ofreciendo un sentido de camaradería que Octojin encontraba tanto refrescante como necesario en ese momento de crisis.

Lo cierto es que la situación allí era un microcosmos de conflictos, misterios y alianzas improbables, y a medida que Octojin observaba y escuchaba, se daba cuenta de que cada decisión, cada acción tomada por los presentes, podría tener consecuencias imprevistas en ese extraño y tumultuoso viaje en el que todos se habían embarcado sin querer ni recordar.

El tiburón había sido desplazado a regañadientes por Illyasbabel. Que finalmente, tras un desgaste inútil, decidió dejar al gyojin en tierra mientras el se movía con mayor facilidad. Evitó disculparse por pesar tanto. A veces tenía complejo por ello, ser una mole de cuatro metros y doscientos kilos a veces tenía inconvenientes, y que te levanten a pulso era uno de ellos. Lo cierto es que tendría que poner una reclamación a aerolíneas Illyasbabel si es que salía con vida de aquel sitio. Aunque no había comprado billete, el vuelo había dejado mucho que desear.

—Estoy bien, no te preocupes. Ha sido un disparo de nada… —comentó el gyojin a la par que se llevaba la mano a la herida, de la cual salía algo de sangre—. Yo creo que deberíamos huir, porque…

Y entonces, Illyasbabel se lanzó al ataque. El gyojin se llevó las manos a la cabeza y pensó que hacer. ¿No se había dado cuenta que la tensión hacia ellos había disminuido? Aunque el ambiente no era para nada el idílico, y no había bandos claros, la huida hubiera sido la mejor opción.

—¡Vamos a parar de darnos de hostias y buscar una salida! Yo creo que deberíamos…

Pero antes de que acabase la frase, el viento pareció tomar vida propia. Una ráfaga particularmente fuerte golpeó a Octojin, lanzándolo de vuelta hacia el casco del barco. El impacto fue brutal, y por un momento, todo lo que pudo ver fueron estrellas danzando ante sus ojos. El gyojin se sacudió la cabeza, tratando de recuperar sus sentidos, mientras el barco seguía sacudiéndose violentamente bajo la tormenta de viento, que ahora arreciaba con una intensidad cada vez más creciente.

Desde el suelo, Octojin observó al grupo, intentando divisar las actitudes de los presentes, e intentando incorporarse sin éxito. 

—Hasta los huevos del puto viento —exclamó desde el suelo—. Prefiero otro puto disparo que estamparme otra vez —finalizó con un tono más suave. De otro modo, quizá lo tomaban muy literal.

resumen
#37
Norfeo
El Poeta Insomne
[Imagen: 2706b68e5048e07ab8f5cbc2c909ecb2.png]


En un archipiélago de islas flotantes suspendidas en lo alto, donde las corrientes de aire y las distorsiones gravitaciones mantienen las tierras en el cielo, tres jovencitos de un color peculiar y una estatura muy baja, iban saltando de isla en isla flotando por el aire como si se encontraran en el espacio, saltaban y saltaban buscando ascender hasta las islas más altas mientras hacia unas pequeñas paradas revisando su mapa con las indicaciones. Su ascensión los llevo hasta lo más alto de Oniria, en las nubes, allí habria una isla un poco particular que quedaba oculta entre las nubes. Y una vez la habían alcanzado los tres se colocarían en un extremo de la misma dando saltos allí repetidas veces hasta que harían inclinar la misma.

En dicho islote se encuentra un lago de una claridad inusitada. Este lago se forma por la condensación de las nubes que pasan rodeando la isla, alimentándolo con una constante y suave lluvia. Al inclinar dicho islote una cascada se formaría cayendo cerca de los combatientes formando una cavidad en el suelo donde caía, hasta que el agua se acumulo en gran medida. Las aguas de este lago son tan transparentes que parece no tener fondo, reflejando perfectamente el cielo azul y las estrellas por la noche. Tras eso los tres pequeños seres amarillos descenderían flotando sujetando entre los tres un cartel que clavarían al lado del lago recientemente formado:

Su eminencia el majestuoso e idílico  Norfeo el Magno,
decreta que cualquier ofrenda que se realice en su nombre será altamente recompensada,
mas su gracia no caerá sobre los soñadores que no dediquen sus plegarias al Poeta Insomne.

El tormento caerá sobre los impuros,
que se tornarán anacoretas en su camino de penitencia y vergüenza,
tras su caída del heroico camino que deambulan.


OFF
#38
Yoshi
Yoshi
De pronto un panda le habló a Yoshiro cuando intentó entablar un pacto de alianza con las chicas ¿Era el mismo Panda parlante que conoció anteriormente? Nah, debía ser otro, solo que todos los pandas se parecen.

En ese momento algo extraño ocurría encima de los presentes, algo que nadie pudo haber previsto... una isla se daba la vuelta y soltaba su agua en catarata. Pero de pronto el viejo alado resignado por no poder llevarse a su amigo se alzó en vuelo para reposicionarse y caer en picada contra la chica rubia, Yoshiro al poseer buenos reflejos empezó a recopilar el agua de la atmosfera en su puño, se interpuso entre la chica y el anciano para con un golpe ascendente repeler su espada con un disparo de vapor que elevaría al hombre alado.
Wanto Giri
kgy301
GYOJIN KARATE
Ofensiva Activa
Tier 3
15/8/2024
34
Costo de Energía
2
Enfriamiento
Un impacto ascendente en que el usuario buscará trazar un gancho mientras golpea el vapor que rodea a su objetivo para elevarlo por los aires del impacto causando [Empuje] hacia arriba un máximo de 10 metros con el fin de dejarlo expuesto mientras cae.
Golpe Básico + [FUEx2,6] de [Daño Contundente]
¡Venga, luchemos!-Yoshiro ya estaba acostumbrado a pelearse en sus sueños así que se sentía motivado en entrar a una pelea. Pero los pequeños hombrecitos que ocasionaron el nacimiento de la nueva cascada colocaron un cártel que Yoshiro no iba a leer por estar viendo a la chica tiburón.

Deberíamos usar la cascada para subir nadando. Juntos podríamos cargar a tu amiga-las chicas se querían ir y tal vez esa era buena opción. Si subían y luego usaban el feroz viento para "planear" hacia otra zona podrían escapar... O morir en el intento. No se sentía tan mal después de todo.

Si las chicas se negaban él si lo intentaría, quería al menos subir un poco para poder alcanzar a aquel hombre con alas, esta pelea no se podía quedar a medias.
Datos
#39
Illyasbabel
cuervo de tiburón
La situación se vio súbitamente interrumpida por el impacto de una gran ola a pocos metros de donde estaba el grupo, justo en el momento que Illya buscaba realizar una ofensiva, este fue arrastrado bruscamente por uno de los tantos ríos que se generaron tras la explosión de la cascada celestial. A estas alturas ya nada lo sorprendía, sino más bien al contrario, illya gozo ciertamente el refresco producido por el agua mientras esta lo arrastraba unos cuantos metros. 

 Fueron cosa de segundos durante los cuales el agua se dividía en cientos de ríos arrastrando gran parte del barco y modificando considerablemente el ambiente, al poco tiempo y con un ritmo natural sorprendente, los ríos, poco a poco, cederían en su cauce, dejando, a cambio, un hermoso lago que los acaparaba en su profundidad. 

 Su actitud cambio notablemente al recordarse así mismo que todo aquello era un sueño, por lo que decidió relajarse mientras se incorporaba lentamente. Recordó las palabras del profeta entusiasta por lo que decidió escucharlo una vez más, aparentemente poseía información valiosa. Alisto sus alas de un sacudón para terminar de quitarse el agua de encima y luego se elevó por los aires, apenas unos metros, los suficientes como para divisar al resto de la gente. 

 Con una mirada de sorpresa pudo notar como tres sujetos amarillentos descendían por la cascada, por lo que decidió advertirles al grupo anterior. Voló hasta alcanzar al sujeto que vaticinaba un apocalipsis.- ¡ HEY ! - gritó con todas sus fuerzas mientras sacudía los brazos, esperando que el resto del grupo lo escuchara, luego advirtió sobre la presencia de los tres sujetos. - ¡Tenemos compañía! - Rápidamente alcanzo al profeta buscando conversar con él, en el camino intentaría ayudar a cualquiera que este en aprietos, apoyándose con su vuelo para ello, semejante cascada abría arrastrado a más de uno, por lo que se decidió a colaborar con los desconocidos, inclusive con la rubia temeraria.

 Una vez llegado con Siddharta  y el resto del grupo intentaría hacer las paces si era necesario y tomaría una actitud relajada. Mientras descendía hasta el suelo aprovecho para guardar sus espadas como muestra de paz y a encender un cigarro. - Vaya vaya - dijo mientras suspiraba, - ¿Sabes a que viene todo esto? Pareciera que han dejado un mensaje para nosotros - dijo mientras observaba al grupo pero más especialmente a Siddharta, ya que parecía estar al margen de la situación, - Si esto es el fin, por lo menos hagámoslo en paz... ¿ No les parece? - volteó para observar a la mujer rubia y a su acompañante cuasi sirena buscando la confirmación de su parte, al fin y al cabo estuvo cerca de atacarla, por lo que su confirmación sería valiosa.
#40


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