¿Sabías que…?
... existe una tribu Lunarian en una isla del East Blue.
Tema cerrado 
[Aventura] [Aventura T3] Un velo rojo
Rengetsu D. Tenji
Príncipe Ciego
Se había formado un pequeño tumulto de personas y curiosos, súmale que cuando alguien simplemente viera la escena y no supiera que estaba ocurriendo sencillamente se sumarian al grupo de gente por curiosidad o quizá estaban regalando algo, al fin y al cabo el ser humano es cotilla por naturaleza. Aunque el marine Takahiro supo gestionar bien su actitud y palabras para calmar un poco la situación. Aunque mentir no estuviera bien y el mismo no se sintiera cómodo haciéndolo había ocasiones en que la mentira era para conseguir un bien mayor.

- Ah bueno si aun hay gente trabajando - Diría un hombre que ya por el desinterés se retiraría - ¡Mary haz el favor de volver a la cama que me levanto a las 5 de la mañana! - Gritaría un hombre a la cotilla de su esposa desde la ventana - Pues haga el favor de decirle a los obreros que vigilen el ruido que no son horas - Le diría un señor mayor también comenzando a retirarse de la escena - Es un orgullo contar con ustedes - Le diría un hombre de mediana edad mientras le saludaba imitando el saludo militar - Que mono va este chico siempre - Diría una anciana con su cigarrillo marchándose.

Se había disipado más de la mitad de las personas que se habían reunido y paulatinamente se irían apagando luces de la calle. No obstante algunos persistían en el lugar, era pocos ya pero más obstinados pidiendo explicaciones - Pues queremos hablar con el capataz, no puede ser que se hagan obras a estas horas - Diría uno - Yo no termino de fiarme, eso sonó como una explosión, que andan haciendo exactamente? - Al pobre marine le toco la peor parte. Pero justo entonces una llamada entraría en su Den Den de parte de Atlas, era una llamada para tranquilizar a Taka, pero si los civiles llegaban a oírla podrían ponerse más nerviosos, por otro lado la naturaleza de esa llamada daba a entender que igual harían falta refuerzos para los dos investigadores.

De nuevo en el interior de los astilleros, ambas vigas habían caído haciendo un pequeño estropicio, pero nada que no pudiera anticipar y eludir con facilidad el hombre zángano, pudiendo adentrarse en el interior de las instalaciones con facilidad. No tardando mucho en ser acompañado por su compañero Ray, quien se había preocupado por el estado de su camarada y habría corrido saltando por encima de las vigas caídas con su arma en mano adentrándose también en el interior de aquellas instalaciones.

Una vez dentro encontrarían otra sala de gran tamaño, en la que en una primera instancia no se vería casi nada dado que esa habitación carecía completamente de ventanas y no tenia más acceso que la gigantesca puerta entreabierta por la que pasaron. De un momento a otro al notar su entrada unas luces se encenderían, revelando el interior de la sala. Allí podrían ver a simple vista una figura metálica inmensa que se posaba sobre los railes como un guante, siendo una maquina que no se parecía en lo más mínimo a ningún barco que los dos marines pudieran haber visto. Aunque Atlas como estaba algo versado en la artesanía le podía sonar lo que estaba viendo con algún articulo o descripción sobre un vehículo inventado en el South Blue hace no muchos años por el ingeniero Mountain D. U. Aunque evidentemente jamás se había visto como tal uno de esos en el East Blue.

Vehículo Extraño


- Vaya, vaya, parece que tenemos a unos curiosos que se han colado para husmear donde no les llaman y... ¿Qué demonios es esa criatura horrible? - Diría un hombre que vestía un elegante traje blanco mientras señalaba al zángano gigante. Él y otros dos hombres trajeados estarían en el extremo opuesto del taller a unos 30 metros de los dos marines y la entrada - Bueno, sea como sea, es mejor que no haya testigos y más con esa cosa, así que muchachos... Disparen - Una orden sencilla con la que los dos hombres que acompañaban al hablador que parecía el cabecilla alzarían sus dos armas de fuego apuntando uno a cada marine y dispararían. Dos proyectiles saldrían de las armas de fuego con un pequeño estallido, de seguir en llamada Atlas con Takahiro, el marine en el exterior podría llegar a escuchar las armas, de lo contrario en el interior del taller como estaban, se perdería el sonido sin salir al exterior salvo por aquellos con buenos oídos.

Cabecilla Misterioso
Sicarios


OFF
#21
Ray
Ray
La oscuridad rodeaba todo, siendo casi imposible ver nada al no haber la más mínima cantidad de luz natural a su alrededor. Sin embargo pronto varias luces se encendieron, mostrando un descomunal vehículo mecánico que se adaptaba a la perfección a las vías. Su enorme tamaño y su color negro brillante le daban un aspecto ciertamente sobrecogedor, y más teniendo en cuenta que un simple huérfano del Reino de Oykot como Ray no había visto nunca antes nada parecido. Miró a Atlas con expresión curiosa, como queriendo preguntarle si él sabía lo que era aquella gigantesca máquina.

Entonces una voz atrajo su atención. Un hombre ataviado con un elegante traje de un impoluto color blanco se dirigía hacia ellos, llamando además criatura horrible al peliblanco. Este no pudo evitar sentirse ofendido. Si bien el híbrido entre zángano y ser humano en el que estaba transformado no era algo que habría esperado que su interlocutor supiera identificar, no era ni mucho menos un ser tan feo. O al menos a él no se lo parecía, aunque era cierto que las personas tendían a pensar que todos los artrópodos, y en particular los insectos, eran bastante poco agradables a la vista.

No tuvo mucho tiempo para pensar en ello de todas formas, ya que aquel hombre no tardó en ordenar a sus dos subordinados que se encargaran de los dos intrusos. Sus hombres, dos tipos vestidos con trajes negros y con pinta de sicarios, portaban cada uno un arma de fuego que alzaron hacia ellos.

Sus enemigos apretaron el gatillo tratando de acabar con ellos, pero entre que la distancia entre ambos era considerable y que no les habían pillado ni mucho menos desprevenidos los reflejos y la velocidad del zángano le permitieron reaccionar a tiempo para tratar de evitar el proyectil dirigido hacia él. Alzó el vuelo en dirección hacia arriba y hacia delante, intentando al mismo tiempo apartarse de la trayectoria de la bala y recortar distancias con sus oponentes. Acto seguido cambió bruscamente de trayectoria, descendiendo en picado sobre el que tuviera más cerca de los dos y aprovechando la velocidad de su vuelo en caída para buscar asestar una patada de arriba hacia abajo con todas sus fuerzas. Buscó impactar con el talón sobre el rostro de su enemigo, pues era consciente debido a sus conocimientos de anatomía como médico de que si conseguía romper su nariz o una de sus órbitas además del daño infligido desorientaría a su oponente y reduciría notablemente su capacidad de apuntar con precisión en los siguientes disparos que intentara realizar.

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#22
Atlas
Nowhere
Nota
Personaje
—¿Se puede saber qué es esto? —pregunté, incrédulo, aún sin haber cortado la comunicación a través del molusco que asía con la mano que no portaba la naginata—. Es como un tren... gigante, ¿no? ¿Cómo demonios ha llegado esto a parar aquí? —añadí para mí mismo, dándome cuenta a continuación de lo estúpido de mi pregunta. Lo más probable era que no lo hubiesen transportado desde a saber dónde hasta Loguetown, sino que se hubiesen dedicado a construirlo durante las últimas semanas mientras tenía lugar el proceso de remodelación de los astilleros. Aquella respuesta abría el camino a un sinfín de nuevas preguntas: ¿por qué tanto secretismo con la simple construcción de un tren? ¿Qué pensaban comunicar con el tren? Si a alguien se le había ocurrido usarlo para servir de conexión entre islas, ¿cómo demonios iban a hacer que un tren —y más uno de semejante envergadura— flotase encima del mar? Si no iba a ir por el mar, ¿acaso podría hacerlo por el aire? ¿Pero cómo? ¿Estaría pensado simplemente para comunicar diferentes puntos de la isla? Aquello último era del todo improbable, porque no explicaría las dimensiones de aquella obra maestra de la ingeniería ni el misterio que rodeaba su concepción.

Como si alguien hubiese estado en mi mente escuchando las disquisiciones que se sucedían sin cesar, como si esa persona sintiese la acuciante necesidad de detenerlas en seco, una voz desconocida llegó hasta mis oídos. Aquel tipo de piel blanquecina e impoluto traje me devolvió a la realidad con un sopapo de amenaza. Sí, la amenaza encarnada por los dos tipos que le acompañaban. Como si de una función teatral se tratase, todo el escenario estaba sumido en completa oscuridad en el momento de nuestra entrada. Acto seguido, las luces se habían encendido para revelar un decorado capaz de hacer al espectador preguntarse qué venía a continuación y formular rápidas hipótesis en su mente. Por último, los protagonistas hacían acto de presencia para comenzar a desarrollar la acción.

A pesar de lo teatral del contexto, el sujeto se mostró bastante parco en palabras. La apariencia de Ray debía suponerle una amenaza, y el hecho de que ambos nos hubiésemos plantado allí sin que lo esperasen era algo que debían borrar. ¿Algún sabotaje? Imaginaba que sí, porque no imaginaba —al menos en aquel momento— cómo tres personas podrían plantearse siquiera robar semejante trasto, de a saber cuántas toneladas de peso, en medio de la noche... Mucho menos sin ser vistos o que nadie se diese cuenta.

En cualquier caso, los intrusos no tardaron en tomar la iniciativa y ponernos contra las cuerdas. A la orden del trajeado ambos acompañantes alzaron sus armas en nuestra dirección, apuntando hacia nosotros y abriendo fuego un instante después. Reaccioné como pude, soltando de manera instintiva el Den Den Mushi pero sin caer en cortar la conexión, y esgrimí mi arma interponiendo férreos tajos en la trayectoria que consideraba debería realizar la bala disparada. Aun así, mi capacidad de reacción no fue suficiente y no pude desviar completamente la bala, sufriendo una herida en mi hombro izquierdo que me obligó a liberar un grito ahogado al no esperarla.

La sangre goteaba por uniforme, tiñéndolo de un brillante rojo que dejó claro a cualquier —por si no lo estaba ya— que la ofensiva había logrado en buena medida lo que se proponía. Pero si alguien pensaba que con eso iba a ser suficiente para derribarme estaba muy equivocado. Apenas había comenzado a sangrar cuando pasé a la ofensiva. Fijando al que me había disparado como objetivo, inicié un desplazamiento tan rápido como pude. Cuando apenas quedaban diez metros hasta él —suponiendo que nada me lo hubiese impedido antes— me impulsé con toda la potencia que pude reunir, proyectando mi arma hacia delante con la intención de hundir uno de sus extremos en su muslo derecho para impedir cualquier maniobra por su parte y neutralizarle.
Flujo Metálico
ESP102
ESPADACHíN
Defensivo
Tier 1
8
Costo de Energía
1
Enfriamiento
Espadachín I - 5 Destreza
Usando su arma el usuario trazara unos movimientos rápidos buscando desviar las ofensivas que hayan lanzado algún tipo de proyectil en su contra de hasta cierto daño, desviando la trayectoria de dichos proyectiles para evitar el daño, pudiendo redirigirlos hacia un nuevo objetivo que se encuentre a sus laterales o espalda, respetando siempre el alcance restante del proyectil.
[DESx1,9] de Daño Mitigado
Cuchillada
ESP201
ESPADACHíN
Fisica
Tier 2
21
Costo de Energía
1
Enfriamiento
Espadachín II - 5 Destreza - 5 Fuerza
Una estocada que el usuario realiza al mismo tiempo que realiza en un solo paso un impulso de hasta 10 metros en los que busca ensartar a todo lo que encuentre a su paso con la punta de su arma, llevando consigo a su víctima con un [Empuje] en caso de conectar hasta el final del recorrido.
Golpe Básico Arma Filo + [DESx2] de [Daño perforante]
Vida: 310 / 325
#23
Takahiro
La saeta verde
El peliverde mostraba su mejor sonrisa, mientras por dentro tenía ganas de mandar a varear aceitunas a más de uno de aquellos insolentes ciudadanos. Era exasperante tener que lidiar con personas cansinas, cotillas e impertinentes, sobre todo a esas horas de las noches. No obstante, era una parte importante de su precioso oficio. Algunos de ellos se habían marchado convencidos, incluso la señora Marisa, que era de las ancianas más simpáticas de toda la isla.

—Usted sí que va mona —le respondió el marine, sonriente—. Si yo tuviera treinta años más y usted treinta años menos… —bromeó, guiñándole un ojo como solía hacer cuando se la encontraba—. Que pase buena noche.

Sin embargo, no todo iba a ser tan fácil. Unos pocos ciudadanos se quedaron en la entrada de la obra, postrados de brazos cruzados como porteros de una discoteca de mala muerte del centro de cualquier ciudad. No se movían ni un ápice y observaban detenidamente cada uno de los movimientos del marine, cuya paciencia se iba acabando con cada segundo que transcurría.

—¿Usted se cree que el capataz de una obra va a venir a trabajar de noche? —le preguntó Takahiro, cuyo semblante se torno serio y más duro—. La información que os voy a dar no tendría que darla, pero si os vais a quedar más tranquilo y nos vais a dejar trabajar lo haré —trató de llamar la atención de los ciudadanos, pero entonces… sonó el den den mushi—. Reclaman mi atención —les dijo—. Si son tan amables, esperen un segundo aquí. ¿De acuerdo?

El marine se alejó unos metros, sin apartar la vista de los transeúntes. Activó el den den mushi, controlando el sonido para bajarlo y que no se escuchara mucho. La discreción era parte de su trabajo y no quería que ninguno de aquellos cotillas escuchara nada que pudiera poner en juicio su mentira.

—Todo bien —le respondió el marine, suspirando justo después—. Tengo a unos cuantos vecinos especialitos por aquí, pero nada que no pueda lidiar. Dadme un par de minutos. ¿Y a vosotros que tal os va?

Pero entonces, desde el den den mushi, Takahiro escuchó unos disparos. Se escucharon de forma muy tenue, casi en la lejanía, pero eran proyectiles. El marine colgó de pronto y suspiró. Tenía que quitarse a los ciudadanos de allí, porque si no lo hacía y se veían envueltos en una batalla sería una desgracia.

Se volvió hacia la entrada, esta vez con una actitud más seria e imperante. Él era la ley y los ciudadanos tenían que cumplirlas, así que fue claro y conciso.

—Miren ustedes —dijo en voz alta—. Por vuestra culpa me ha caído una reprimenda —les explicó, clavando la mirada sobre el que había dicho que no se fiaba de su explicación—. Así que voy a ser claro. Mañana el capataz responderá todas las preguntas, dudas, quejas o sugerencias que tengan a partir de las diez de la mañana. Y si no están conformes, les ruego que vayan al cuartel general y busquen a la capitana Beatrice Montpellier —dijo, esperando que al mencionar a la figura de autoridad de la camina quedaran conformes—. Y sólo voy a repetirlo una vez más, váyanse a sus hogares. Porque si tantas ganas tienen de estar aquí prestasen voluntarios para el turno de noche en la obra y así me ahorro tener que venir yo —El marine les hizo una pequeña reverencia militar y se dio media vuelta para ir hacia donde estaban Atlas y Ray, pero no sin antes darse una vuelta y decirles algo más—. ¡Ah, se me olvidaba! —dijo, acercándose de nuevo—. Voy a salir de nuevo en quince minutos, como vea a alguien husmeando dentro lo detendré por desacato a la autoridad y me encargaré personalmente de que cumpla una preciosa condena de servicios públicos, aunque yo tenga que pringar junto a él para ver cumplido ese castigo.

Tras eso, si todo había salido bien, el marine pondría dirección hacia el lugar donde debían estar Ray y Atlas. En el caso de que los ciudadanos se hubieran marchado, iría corriendo hasta entrar en la carpa, en el caso de que no iría a paso rápido, pero no tanto como para que los ciudadanos se alertaran. Fuera como fuere, entraría dentro y se dispondría a ser el factor sorpresa en el caso de que hubiera algún grupo enemigo cerca.
#24
Rengetsu D. Tenji
Príncipe Ciego
Takahiro fue un poco tajante con los últimos rezagados del vecindario, aunque ya eran los típicos cuatro histéricos que en el vecindario tampoco contaban con demasiadas simpatías así que el hecho de que se fueran refunfuñando no era muy problemático, era altamente probable que uno o dos efectivamente siguieran su recomendación de ir directamente a pedir explicaciones en esos momentos a la capitana de la base naval o mínimo poner una reclamación. Ya se vería luego si alguien les hacia el más mínimo caso, pero eso ya eran tramites burocráticos que un pobre funcionario tendría que soportar. 

Por su parte el marine había recibido una llamada de sus compañeros y la misma quedo interrumpida con el brusco sonido captado por el caracol cal caer al suelo, al mismo tiempo que unos disparos eran captados, algo que sin duda alarmaría al joven de cabellos esmeralda o por lo menos le pondría en conocimiento de que sus compañeros requerían de ayuda. Y comenzó a adentrarse raudo hacia el interior de las instalaciones tras soltar la amenaza de desacato a la autoridad.

Por otro lado en el interior del taller...

Dos balas salieron impulsadas tras un pequeño estallido de pólvora de los rifles que portaban ambos sicarios. Las balas avanzarían a gran velocidad por la sala dirigiéndose una hacia cada contrincante. El hombre abeja, más conocido como Ray,  eludiría con suma destreza el impacto certero de la bala dejando que la misma chocara fútilmente contra las puertas metálicas, mientras el joven marine no perdía el ímpetu para su ofensiva, por otro lado su compañero demostrando que era más partidario del tanqueo que de la elusión encajo el disparo sobre su hombro aunque intento bloquearlo, siendo el pobre victima de un leve daño aunque casi logra pararlo por completo, aunque nada que no pudiera soportar.

Ambos pasarían rapidamente a la ofensiva, siendo el hombre zángano el más veloz, que buscaba descender sobre uno de los dos tiradores - Ha, buen intento criatura - El hombre de un sutil movimiento con su mano con el que aprovecho para ajustar su sombrero blanco, haría aparecer una cúpula de una sustancia marrón solida que pararía el impacto de la patada en seco dejando apenas unas pequeñas gritas en la sustancia que al choque liberaría un aroma a cacao - Ocuparos del otro muchachos, no sois rivales para un usuario de akuma no mi - Proclamaría el hombre que no vio venir por el muro que formo la estocada imparable de Atlas que tras encajar el daño con toda su tenacidad ahora placaba con su naginata esa estructura destrozándola en pedazos hasta lograr clavar levemente su arma en la pierna del hombre que le disparo - ¡Ves, ayúdale! - El hombre apartaría a su sicario para que enfrentara al hombre de la naginata, mientras él encaraba al hombre pájaro en lo que los restos de su defensa caían por el suelo desmoronados.

Kinder Joy


El sicario que fue protegido por su jefe aprovecho la apertura para apuntar su rifle hacia Atlas mientras realizaba un tiro indiscriminado contra el torso del rubio desde una corta distancia. Mientras el otro sicario tras recibir el daño de la naginata, aunque amortiguado gracias a la cúpula, se reincorporaría y con un poco de desfase de unos tres segundos buscaría un rápido disparo sin prepararlo mucho hacia la pierna del joven. Ambos obedeciendo a su jefe buscaban el dos contra uno.

Disparo Incapacitador
TIR101
TIRADOR
Físico
Tier 1
10
Costo de Energía
1
Enfriamiento
Tirador I - 5 Puntería
El usuario realizará un disparo rápido con su arma apuntando a una de las extremidades de un objetivo con el fin de dificultar el atacar.
Golpe Básico Arma Distancia+ [PUNx1,9] de [Daño perforante]


Mientras que el cabecilla se encontraba frente a frente con el hombre zángano con la ventaja de tres metros que le había dado su cúpula - ¡Parece que será una batalla entre usuarios criatura oww! - Exclamaría mientras chasqueaba sus dedos hacia delante lanzando una pequeña ráfaga de esferas de cacao contra el hombre abeja que buscarían estallar en esquirlas de chocolate por la zona.

Schoko-Bones


Pero lo peor de todo seria que cuando Ray se diera cuenta, tras la estela del ataque la figura de un segundo hombre como el primero se había formado a su lado, aunque este estaba hecho íntegramente de chocolate, pero replicaba perfectamente su silueta y ropa con el dulce alimento - Un caballero no se mancha las manos, envía a otros a librar las batallas, ataca mi Chocollanger Owww - El doble se interpondría entre Ray el el hombre trajeado como si estuviera listo para luchar, igual no era buena idea ignorarle.

Kinder Bueno


Aunque cuando ambos marines parecían estar en una clara inferioridad numérica la caballería estaba por llegar. Un destello verde había irrumpido en la recepción, cruzando la misma como una centella aprovechando la puerta que abrió Atlas, para irrumpir en el anden como alma que lleva el diablo, identificando sin perder el tiempo la entrada a la acción por la puerta marcada con las vigas caídas, permitiendo a Takahiro adentrarse en la sala donde estaba la lucha y el tren. Un nuevo contendiente entra en la ecuación.

Estadísticas Cabecilla Misterioso
Estadísticas Sicarios
Mapa de Lucha


OFF
#25
Ray
Ray
La sorpresa se adueñó del rostro de Ray cuando, tras unas palabras del hombre de traje blanco, una capa de una sustancia marrón extraordinariamente dura apareció en su trayectoria y se interpuso en su ataque, deteniéndolo. Parecía por su aspecto chocolate, pero su dureza hacía que costase pensar que se tratara de eso. No obstante la aparición de Atlas, quien consiguió con su espada destruir la barrera y herir al tirador, fue providencial, igualando las tornas por un momento.

Sin embargo pronto el líder ordenó a sus subordinados que se encarasen con el rubio mientras él quedaba frente a frente con el marine de pelo blanco, con la ventaja eso sí de la altura. Así que se trataba, como él mismo, de un usuario de akuma no mi. Aquello añadía una dificultad a tener en cuenta al combate, pues los usuarios como ellos según le habían explicado no eran especialmente frecuentes en el East Blue, y su presencia solía asociarse a eventos importantes ya que contaban con un gran poder. Pero no iba a dejarse intimidar. Es por eso que cuando su oponente le disparó múltiples bolas de aquella sustancia marrón el joven estaba preparado.

El gran radio del ataque evitó, eso sí, que el marine pudiera esquivarlo por completo. Pese a que su gran velocidad resultaba increíblemente útil a la hora de librarse de ataques sencillos, una ofensiva que abarcaba tanto espacio era otra cosa. Y es que a pesar de que en cuanto el hombre del traje blanco disparó se movió con celeridad hacia su izquierda para tratar de apartarse de la trayectoria de los proyectiles, no lo logró del todo. Las dos bolas más laterales se acercaban hacia Ray, que solo tuvo tiempo de cruzar ambos brazos ante sí para amortiguar el impacto en la medida de lo posible y evitar además perder su posición debido al mismo.

Guardia alta


Para su sorpresa, cuando la explosión de las pequeñas bolitas se hubo disipado se encontró con que su oponente ya no estaba solo. Un clon de sí mismo hecho del material que producía se había situado entre ambos, aparentemente protegiendo a su creador. Algo le decía que ignorarlo y centrarse en el hombre de traje blanco no era la mejor de las ideas, y que probablemente sería mejor quitarse de en medio cuanto antes a aquel doble, por lo que sacó de su bolsillo sus nudilleras y se las puso. De esa forma aumentaría el poder de sus puñetazos y se haría menos daño al impactar si la sustancia de la que estaba hecho resultaba ser más dura de lo que esperaba.

Buscando destruirlo antes de que pudiera tener tiempo de reaccionar se lanzó sobre él con todas sus fuerzas mientras cargaba el puño izquierdo para coger impulso. Cuando estuvo lo suficientemente cerca intentó descargar un impacto directo con dicha extremidad lo más violentamente que fue capaz de hacerlo, apuntando al centro del pecho del clon. Tenía que ganar tiempo para que sus dos compañeros, ya que Takahiro también había entrado en la sala, derrotaran a los sicarios sin más interferencias de su líder. Y para ello tenía que mantenerlo entretenido, por lo que no podía perder más tiempo del estrictamente necesario en ocuparse de su doble de chocolate.

Impacto Directo
#26
Atlas
Nowhere
La sorpresa por el escudo de chocolate que el trajeado creó para proteger a los tiradores sólo fue superada por la satisfacción que sentí al romperlo. Tras ofrecer más resistencia de la que cabría esperar de... bueno, algo como el chocolate, éste se resquebrajó, cedió y se rompió para que mi naginata pudiese ensartar el muslo de aquel tipo. No era ni mucho menos una herida mortal —ni lo pretendía—, pero sí parecía lo suficientemente importante como para impedir que el sujeto campase a sus anchas.

Un «te pillé» quiso acudir a mis labios, pero no me dio tiempo de enunciarlo cuando un ruido a mis espaldas me avisó de que Taka se acababa de incorporar al combate. Cuantos más fuésemos, más probabilidades tendríamos de salir victoriosos y con menos daños. Era aritmética básica, al igual que la apreciación que acababa de hacer el trajeado sobre las capacidades especiales que tanto Ray como él estaban demostrando. Esas mismas que los tiradores y yo no exhibíamos... ¿Me sorprenderían de repente con algo de ese estilo? Esperaba que no. En cualquier caso, las órdenes del misterioso trajeado eran claras: los de las grandes armas de fuego debían ocuparse de mí, mientras que él lidiaría con el abejorro.

Obedeciendo sus órdenes, cuando quise darme cuenta los dos tipos comenzaban a apuntar sus armas en dirección a mí. El primero fue aquél que no había resultado herido. No sabía si por el tamaño del arma, que dada su forma y características parecía estar orientada a cumplir sus funciones a mayor distancia, o porque estaba más que prevenido de lo que los tipos tenían pensado hacer, cuando el primer tirador se dispuso a encañonarme el centro del pecho fui capaz de reaccionar mucho mejor que la ocasión anterior —cuando habían disparado desde una distancia considerablemente mayor—.

Sin extraer la naginata del muslo del segundo tirador, empleé la zona central de la misma para intentar interponerla en la trayectoria de su arma de fuego y, con ello, evitar que apuntase a mi pecho. No obstante, no tuve posibilidad de hacer nada para evitar el segundo disparo, que, prácticamente a quemarropa, acertó de pleno en mi pierna derecha. La sangre salió disparada de mi pierna, que perdió su fuerza durante un segundo y me obligó a apoyar buena parte de mi peso en la hoja aún clavada en la pierna de mi enemigo. Un gemido ahogado de dolor escapó de entre mis labios. Pero no, aquél no era el momento para detenerme a lamerme las heridas. Eso podría significar mi fin. Dudaba mucho que me fuese a ser posible caminar con normalidad por el momento, pero por fortuna tampoco necesitaba hacerlo. Tenía a ambos enemigos al alcance de mi mano y uno de ellos se encontraba literalmente clavado por mi arma. Era una posición inmejorable para neutralizar a uno de nuestros oponentes. Confiaba en que Taka pudiese iniciar al mismo tiempo una ofensiva contra el otro, el que me había intentado agujerear el pecho.

Por mi parte, extraje al fin el filo de mi arma del muslo del sujeto y me dispuse a pasar de nuevo a la ofensiva. En primer lugar lancé un tajo horizontal en dirección a su abdomen para, inmediatamente después, realizar un rápido giro de muñeca, levantar el arma por encima de nuestras cabezas y trazar un veloz corte descendente que, de no ser detenido, trazaría una línea vertical cuyo inicio estaría a nivel de la clavícula izquierda y su final... La verdad es que no tenía muy claro dónde podría acabar. Lo que sí sabía era que de momento no quería cargar con la muerte de nadie sobre mis espaldas, aunque hubiesen intentado acabar conmigo. Fue por ello que, a pesar de lanzar el corte con decisión, intenté infligir heridas capaces de inutilizar al enemigo pero no de acabar con él.
Nota

Cizaña
ESP101
ESPADACHíN
Fisica
Tier 1
13
Costo de Energía
1
Enfriamiento
Requisito: Espadachín I - 5 Destreza
Se trata de un simple pero rápido tajo con el arma buscando encajar un corte con la mayor profundidad posible.
Golpe Básico Arma Filo + [DESx1,9] de [Daño cortante]
#27
Takahiro
La saeta verde
Su instinto le decía que la capitana Montpellier iba a regañarle en cuanto volviera al cuartel, ya que la probabilidad de que alguno —o algunos— de los vecinos fuera a visitarla por la mañana para pedirle explicaciones era bastante alta. A la capitana no le gustaba que le hicieran trabajar de forma innecesaria, pero esa situación era el pan de cada día. En otras circunstancias, el peliverde habría esbozado una sonrisa en su rostro al pensarlo, pero la preocupación que sentía por sus compañeros opacaba cualquier otro sentimiento que no fuera el de preocupación. Había escuchado disparos y eso no era normal. Les habían atacado sin lugar a dudas.

«No os preocupéis mis niños, que ya voy va para allá», dijo el espadachín para sus adentros, mientras de manera completamente inconsciente, casi por instinto, su mano se aferró con fuerza a la empuñadura de su katana y se deslizaba a gran velocidad por aquella instalación gubernamental.

La recorrió lo más rápido que pudo. Todo se encontraba repleto de polvo y con materiales de construcción distribuidos por todos lados; nada fuera de lo común. Sin embargo, pasó por el lado de dos grandes vigas de metal que estaban tiradas sobre cajas de materiales, completamente destrozadas por su peso. «¿Qué diantres ha pasado mientras estaba fuera?», pensó el peliverde.

Frente a él parecía estar ya su destino: una puerta entreabierta desde donde se podía escuchar el inconfundible sonido de la batalla. En otros tiempos le habría dado miedo cruzarla, pero no era el caso. Al hacerlo se topó con toda la acción. Ray en su forma de abeja mutante estaba luchando contra un sujeto con un discutible sentido de la moda. ¿Un traje blanco en una isla como aquella? No era lo ideal, mientras que Atlas parecía estar en peor posición luchando contra dos sujetos.

Lo impactante de todo es que había un tren en aquel lugar. ¿Sería eso lo que querían aquellos maleantes? A saber. Takahiro se recorrió gran parte de aquella sala, cuya longitud era aproximadamente de treinta metros y, en cuanto estuvo a la distancia adecuada, flexionaría su pierna derecha y se impulsaría hacia uno de los contendientes de Atlas, concretamente al que consideraba más deshonroso de todos: el que tenía un arma de fuego —el Nº1 según la imagen—, tratando de ensartarle el pecho con la espada, retorciéndola justo antes de sacarla mediante una patada en el torso del hombre.

—¿Me echabais de menos? —preguntó el peliverde, colocándose en guardia media, sujetando su katana con ambas manos.

OFF (preguntita)


Espadachín Novato
ESP200
ESPADACHíN
Pasiva
Tier 2
+5 [Destreza].

Cuchillada
ESP201
ESPADACHíN
Fisica
Tier 2
21
Costo de Energía
1
Enfriamiento
Espadachín II - 5 Destreza - 5 Fuerza
Una estocada que el usuario realiza al mismo tiempo que realiza en un solo paso un impulso de hasta 10 metros en los que busca ensartar a todo lo que encuentre a su paso con la punta de su arma, llevando consigo a su víctima con un [Empuje] en caso de conectar hasta el final del recorrido.
Golpe Básico Arma Filo + [DESx2] de [Daño perforante]
#28
Rengetsu D. Tenji
Príncipe Ciego
La situación se tensaba por momentos. Un tercer marine llegaba a la escena del combate contemplando una situación en la que era complicado describir si los criminales se encontraban acorralados en el fondo de aquel taller sin ninguna vía de salida, o por el contrario estaban teniendo un ligero dominio de la situación gracias a su superioridad numérica, pero esa pequeña ventaja estaba a punto de dar un giro con la aparición en escena de Takahiro.

El marine de cabellos verdes llego justo para ver como sus compañeros recién habían sufrido algunos daños al encontrarse en una situación desfavorecedora, siendo Ray ligeramente acribillado por una salva de esferas de chocolate... Y Atlas sufriendo un feo disparo en la pierna que le pondría las cosas difíciles si tuviera que salir corriendo, pero habiendo salvado gracias a su arma un ataque peligroso de su segundo adversario. Aun con todo ambos prevalecieron e iniciaron un rápido contraataque hacia sus enemigos.

Ray se colocaría unas nudilleras en sus puños denotando que ahora iba a ir en serio. Acelerando para propinar un golpe directo con todas sus fuerzas contra la figura humanoide de chocolate con el fin de hacerla pedazos, a lo que la estatua respondería con la misma intención buscando contactar un golpe con su dulce puño contra el de Ray, colisionando ambos por unos instantes, no antes de que la figura de chocolate se le desmoronara dicho brazo resquebrajándose hasta alcanzar parte del hombro de la estatua. Aun así la misma alzaría al instante su dedo índice de la mano zurda como si preparara algo, al fin y al cabo es una figura de chocolate que ni siente ni padece dolor como para no poder tener un rápido contraataque - Buen golpe, pero al fin y al cabo el Chocolate es un tanto frágil, es más merito de tu fuerza o de su flaqueza? - Diría el hombre intentando desmeritar a Ray.

Por otro lado Atlas se habria enfrascado en la idea de incapacitar al sicario contra el que ya había logrado conectar un ataque antes. Desclavando su arma del muslo del hombre para buscar conectarle un tajo horizontal, el cual a duras penas el hombre lograría chocar su arma contra el filo, buscando un bloqueo que se quedaría en un intento de amortizar el tajo, logrando que no se clavara tan profundamente, pero dejándolo vendido ante el autentico ataque que llovería sobre el como un castigo divino ejecutando un poderoso tajo que mandaría al hombre al suelo con una herida bastante fea en su torso perdiendo su arma larga. Aun en el suelo, el sicario aun consciente sacaría un arma de su chaqueta, un revolver corto más apto para una lucha a corta distancia, aunque el gran golpe recientemente sufrido le repercutía y necesitaba unos segundos para recuperarse en los que buscaba reincorporarse y ponerse en pie.

Pero quien si estaba perfectamente para asistir a su hombre casi al instante de ver como recibía ese tajo, seria su jefe el cual gozaba de la tranquilidad y la posición para observar toda la escena y analizarla. Extendiendo al igual que su clon de chocolate el dedo índice hacia Atlas formándose alrededor del mismo un cumulo de chocolate girando - ¡Insolente, no trates así a mis hombres! - En el índice tanto del clon como del cabecilla se formaría delante un taladro de chocolate girando del tamaño de un puño que saldrían disparados con gran velocidad apuntando directamente al abdomen de ambos marines buscando causar unas heridas algo feas en los mismos, el clon disparando a Ray y el hombre disparando a Atlas.

Kinder Delice


De forma casi simultanea habria alcanzado al grupo Takahiro, quien busco ocuparse del ultimo sicario para que no interfiriera en las otras peleas con una estocada rápida hacia él, aunque para su desgracia el hombre que lo habria visto venir desde el otro extremo de la sala habria disparado con su rifle contra el filo de la espada que lo estocaba para desviar el mismo y aminorar su impacto, logrando así que el tajo en su contra apenas le rozara la cintura de forma muy leve.

Pasando ahora este hombre tomaría con firmeza su arma apuntando a Takahiro dado que el daño fue bastante leve contra él. Y centrando su tiro en el plexo solar de Takahiro mientras ignoraba completamente su entorno, el hombre volvería a realizar un poderoso disparo buscando incapacitar al nuevo rival antes de que fuera demasiado problemático.

Centrar Tiro
TIR201
TIRADOR
Buff
Tier 2
22
Costo de Energía
1
Enfriamiento
Tirador II - 10 Puntería
Apuntando con su arma hacia un blanco, centrando su atención y dejando de percibir bien sus alrededores durante la ejecución de esta acción salvo de su objetivo, el usuario centrara su atención completa en su objetivo, logrando encadenar junto a esta técnica alguna acción ofensiva contra su objetivo, adquiriendo su adversario una desventaja de -5 [Reflejos] para reaccionar y la ofensiva tendrá un incremento de daño.
[+15 Daño Perforante]
Disparo Incapacitador
TIR101
TIRADOR
Físico
Tier 1
10
Costo de Energía
1
Enfriamiento
Tirador I - 5 Puntería
El usuario realizará un disparo rápido con su arma apuntando a una de las extremidades de un objetivo con el fin de dificultar el atacar.
Golpe Básico Arma Distancia+ [PUNx1,9] de [Daño perforante]


Los marines atacaron con agresividad, pero los mafiosos no estaban dispuestos a dar su brazo a torcer contraatacando. No obstante tras sus ofensivas el cabecilla llevaría su mano al suelo comenzando a formar bajo ella un cumulo de chocolate.
Contenido Oculto
Estadísticas Cabecilla Misterioso
Estadísticas Sicarios
Mapa de Lucha


OFF
#29
Takahiro
La saeta verde
El joven marine de cabellos verdosos se encontraba repugnado y, de cierta manera, alterado por tener que enfrentarse a una persona que blandía entre sus manos a un arma a distancia; y era algo que se notaba en su rostro. Un atisbo de asco en su gesto de seriedad ante aquel combate, que, seguramente, se le iba a complicar más pronto que tarde. No obstante, también era consciente de que tenía que mantener la concentración y la compostura para terminar pronto con el maleante.

Antes de que su ataque diera en su objetivo, es decir, en el pecho de aquel hombre, el silbido ensordecedor de una bala cortó el aire, golpeando con una excelente puntería sobre el filo de su katana, logrando desviándola hacia un lateral. Lo que iba a ser una estocada mortal se convirtió en un mero arañazo en la cintura. El peliverde tuvo que afrontar que se encontraba frente a una persona bastante hábil, pese a tener un estilo de combate deshonroso. Tras ello, tan solo pudo recular un par de pasos antes de que el sicario volviera a las andadas.

Con una habilidad bastante notable, alzó su fusil apuntando a su zona central. Instintivamente, era consciente que un disparo a esa distancia iba a ser muy complicado evadirlo en su totalidad, es por eso que realizó una serie de movimientos circulares con su espada, tratando de golpear la bala y desviarla hacia un lateral. Con suerte el proyectil sería desviado por completo, con infortunio le golpearía en una zona no letal.

Flujo Metálico
ESP102
ESPADACHíN
Defensivo
Tier 1
8
Costo de Energía
1
Enfriamiento
Espadachín I - 5 Destreza
Usando su arma el usuario trazara unos movimientos rápidos buscando desviar las ofensivas que hayan lanzado algún tipo de proyectil en su contra de hasta cierto daño, desviando la trayectoria de dichos proyectiles para evitar el daño, pudiendo redirigirlos hacia un nuevo objetivo que se encuentre a sus laterales o espalda, respetando siempre el alcance restante del proyectil.
[DESx1,9] de Daño Mitigado


Independientemente de lo que ocurriera, el espadachín enfundaría su espada y respiraría profundamente, fijando su mirada sobre la de su oponente. Flexionaría sus piernas y volvería al ruedo, impulsándose con velocidad hacia su oponente, agarrando el mango de su katana de forma inversa, tratando de aprovechar el impulso y la fuerza ganada con la velocidad generada para trazar un poderoso tajo ascendente apuntando a la articulación de su oponente para que no pudiera sujetar el rifle, para luego dar un salgo a un lado y volver a enfundar su espada. Respiraría profundamente de nuevo, y seguiría aferrándose a su empuñadura.

«Battojutsu»

Battojutsu
U77001
ÚNICA
Pasiva
Tier
Cada vez que Takahiro realice un ataque o una defensa ha de enfundar su espada, sin embargo, a medida que lo va haciendo su concentración en el combate va en aumento, aferrándose al mango de la misma en un estado mental que le hace estar centrado únicamente en el combate. De tal manera, que por cada turno que se encuentre centrado y desenfunde y enfunde su arma, aumente su capacidad ofensiva.
▶ Aumento en +5 en Destreza y +5 en Agilidad.
▶ Aumento en +10 en Destreza y +5 en Agilidad.
▶ Aumento en +10 en Destreza y +10 en Agilidad.
▶ Aumento en +15 en Destreza y +10 en Agilidad.
▶ Aumento en +15 en Destreza y +15 en Agilidad.
▶ Aumento en +20 en Destreza y +20 en Agilidad.

Las limitaciones del estilo son las siguientes:
▶Su área de concentración es de 1 metro de radio.
▶Es obligatorio que enfunde y desenfunde para ganar una carga —siempre con intención bélica—.
▶Puede desplazarse para hacer ofensivas en desplazamientos.
▶Si pierde la concentración, es decir, si pierde el modo focus en el que se encuentra, pierde las cargas.
▶Solo se puede ganar una carga por turno.


Datos
#30
Tema cerrado 


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