Alguien dijo una vez...
Bon Clay
Incluso en las profundidades del infierno.. la semilla de la amistad florece.. dejando volar pétalos sobre las olas del mar como si fueran recuerdos.. Y algún día volverá a florecer.. ¡Okama Way!
[Evento] Lo que el rio se llevó
Qazan
Qazan
Había conseguido mandarle a volar gracias a aquella estrategia, Parecía que se había hecho bastante daño lo que me sorprendió gratamente. Luego sacudirse un poco parecía haberse enfadado, supongo que a nadie le gusta que le mojen la ropa. El pequeño gnomo se estaba envalentonando con los ojos inyectados en sangre y repletos de ira inventó una nueva estratagema.

Esta vez no hacía más que amargar constantemente el ir a atacarme apurando hasta el último momento para volver a retroceder, esto me hacía bastante complicado poder predecir sus movimientos, ya que en cualquier momento podía dejar de ser un mago para pasar a ser un golpe real y certero. Mis opciones eran más bien escasas, así que traté de ganar hasta el más mínimo centímetro de terreno, dando un paso hacia atrás cada vez que le veía echarse hacia mí, de esta manera, gracias al poco, espacio que ganaba tal vez podría tratar de realizar un contrataque en el momento en que fuese a lanzar su ataque.

Algo está mal con aquel gnomo, quiero decir, ¿De verdad su plan era atacarme con un cazamariposas? Aquella cosa que portaba la mano me daba muy mala espina. Por sus reacciones, parecía saber sobre mi especie, así que ¿Porqué lanzarse a atacarme con un objeto tan inútil? Tal vez y al igual que pasaba conmigo, había la posibilidad de que aquel objeto no fuese un cazamariposas realmente. Para mi desgracia, no tenía el tiempo suficiente para descubrir la verdad de una manera segura, tocaba pasar algo más brusco.

Tras un par de magos más se avanzó a por mí esta vez, cogiendo más impulso que las anteriores veces. -Ahí viene-. Dije tras tener claro cuál iba a ser mi siguiente movimiento. Me era totalmente imposible esquivar estocada a tiempo, sin embargo, aquello no tiene porque ser un sacrificio en vano. Sin pensarlo, dos veces, di un salto hacia delante, a la vez que lanzaba un terrible puñetazo hacia el gnomo.

El plan era tan sencillo como absurdo, ya que no tenía manera de esquivar su golpe al menos se llevaría un buen derechazo por mi parte. Gracias a que me abalancé para lanzarme golpe, el suyo no llegó a alcanzar toda su potencia y aún a pesar de que me atravesó toda la grasa del costado, tuve toda la fortuna de que no alcanzase ningún órgano. Tenía razón, aquello menos una red de pesca podía ser cualquier cosa.

Aquel derechazo se sentía bien, fuerte, duro, compacto. Aun siendo movimiento suicida era mi mejor baza si quería salir con vida de aquel enfrentamiento. - Parece que esto nos ha dolido a los dos eh.- Dije mientras escupía sangre por la boca jadeando como un animal.

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Impacto Directo
COM101
COMBATIENTE
Físico
Tier 1
15
Costo de Energía
1
Enfriamiento
Combatiente I 5 Fuerza
El usuario encarará de frente a su adversario propinándole un poderoso impacto directo con alguna de sus extremidades.
Golpe Básico CaC + [FUEx1,9] de [Daño contundente]
#11
Galhard
Gal
En las Montañas del Lamento, donde el frío viento aullaba a través de los pasos montañosos y la neblina envolvía la escena como un manto inquietante, Galhard, en su diminuta forma de gnomo, se levantó tambaleante tras recibir el brutal golpe del cangrejo gyojin. El dolor atravesaba su cuerpo, recordándole la ferocidad del oponente al que se enfrentaba. Sin embargo, su mirada, ahora endurecida por la determinación, no vaciló. A pesar del daño, no se dejaría intimidar.

Cada respiración era un esfuerzo, cada movimiento una batalla contra el dolor, pero en su interior, la furia se mezclaba con una calma extraña. Galhard sabía que estaba en desventaja física, pero también sabía que la astucia y la determinación podían ser tan poderosas como cualquier fuerza bruta.

Se enderezó con dificultad, notando el sabor metálico de la sangre en su boca. El cangrejo gyojin, igualmente herido, jadeaba a unos pasos de distancia, su costado perforado por el ataque del gnomo. La herida era profunda, pero no mortal, y ambos lo sabían. Sin embargo, Galhard, con su espíritu indomable, decidió no ceder un centímetro más.

—Sí, dolió —murmuró con voz ronca, cada palabra cargada de un desafío silencioso—pero he sobrevivido a peores cosas.—
Con el cazamariposas aún en mano, Galhard adoptó una postura defensiva, sus ojos fijos en su oponente. Sabía que la clave en este enfrentamiento no sería la fuerza bruta, sino la capacidad de resistir, de adaptarse y de esperar el momento adecuado para golpear.

—No eres el único que sabe pelear sucio—añadió, un ligero rastro de ironía en su voz mientras un hilo de sangre se deslizaba por la comisura de sus labios.
Decidió cambiar su estrategia. Si un enfrentamiento frontal no era la respuesta, entonces lo sería la táctica y la paciencia. Aprovechando el terreno irregular de las montañas y las sombras que lo rodeaban, comenzó a moverse en un patrón impredecible, manteniéndose a una distancia prudente pero siempre al acecho, buscando una apertura, un error en la defensa del gyojin.

Cada paso era un recordatorio del daño que ambos habían sufrido, pero también una afirmación de su resolución. Galhard no estaba dispuesto a rendirse, no importaba cuán dolorosa o difícil se volviera la lucha. La canica seguía siendo su objetivo, y cada segundo que pasaba acercaba la confrontación a su desenlace.
Mientras observaba al gyojin con ojos calculadores, Galhard sabía que este juego mortal aún no había terminado. Todavía quedaban movimientos por hacer, y él, a pesar de todo, no estaba dispuesto a perder.

El viento ululaba a su alrededor, llevando consigo los ecos de los lamentos de las montañas, como un recordatorio constante de la gravedad de su situación. Pero en medio de ese caos, Galhard se mantuvo firme, sabiendo que la verdadera batalla no solo se libraba en el campo físico, sino también en la mente y en la voluntad.
—Esto aún no ha terminado —murmuró para sí mismo, preparándose para lo que vendría a continuación, volviendo a chocar golpes preparando para colisionar esta vez con una de las tenazas del rival

Cuchillada
ESP201
ESPADACHíN
Fisica
Tier 2
21
Costo de Energía
1
Enfriamiento
Espadachín II - 5 Destreza - 5 Fuerza
Una estocada que el usuario realiza al mismo tiempo que realiza en un solo paso un impulso de hasta 10 metros en los que busca ensartar a todo lo que encuentre a su paso con la punta de su arma, llevando consigo a su víctima con un [Empuje] en caso de conectar hasta el final del recorrido.
Golpe Básico Arma Filo + [DESx2] de [Daño perforante]


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#12
Nagaki
Medusa
La bruma se desliza entre los árboles, envolviendo el bosque en un manto de misterio. Me encuentro oculta tras un tronco grueso, observando lo que parece ser una feroz pelea entre un gnomo y un cangrejo gigante. La adrenalina recorre mis venas; nunca había presenciado algo así antes. Cada golpe, cada grito, se siente visceral, y me aferro a la corteza del árbol, nerviosa pero fascinada.

De repente, un movimiento a mi lado me distrae. Me giro y, con el corazón en la garganta, me encuentro con una figura que me deja helada. Es un rostro idéntico al mío, una aparición flotante con ojos vacíos que me observan con intensidad detrás de una roca cerca del río. La figura, etérea y pálida, me llama por mi nombre con una voz que resuena en mi mente. -¿Navori? - Sus labios se mueven, pero el sonido que emana no parece humano. Es un eco de mi voz, un reflejo distorsionado de mis propios pensamientos.

El impacto de esa visión me paraliza por un momento.Ese rostro inconfundible me quita el aliento; no puedo ser yo, no puede ser real. Pero ese rostro… me resulta tan familiar, como un espejismo en la penumbra, y las sombras que la rodean parecen bailar de forma inquietante. Sin pensar, un grito se escapa de mis labios, un alarido tan grande que se podría escuchar a kilómetros a la redonda:

-¡KYAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!
Reacción de Nagaki al ver a Juuken


Sintiéndome atrapada entre la pelea y el horror de lo que estoy viendo, me lanzo a correr hacia el combate lo más rápido que puedo. Contra eso podría luchar, contra un fantasma idéntico a mí no. Mis pies golpean el suelo húmedo del bosque, y el aliento me falta, mientras el eco de ese “Navori” resuena en mi mente, como un eco que se niega a desaparecer. 

Paso a través de la pelea por detrás del gnomo mientras intenta descargar un golpe contra el cangrejo. Aprovechando que están distraídos, les quito a ambos sus bolsas con las canicas de un tirón y sigo corriendo hacia el río. Mi velocidad es tal que parece que estoy caminando sobre la superficie del agua los primeros metros hasta que no puedo más y me lanzo al río y dejo que la corriente me lleve río abajo a la máxima velocidad posible, aprovechando mis habilidades de gyojin.

- ¡No puede ser! ¡No puede ser! ¡Fantasmas no! ¡Tengo que correr! 

En el agua, aprovecho la distancia extra que les saco para hacer un calentamiento ligero mientras la corriente me empuja y así poder ir aun más rápido bajo el agua y estar preparada si el fantasma se le vuelve a aparecer. El gélido abrazo del agua me reconforta, pero la imagen espectral sigue anclada en mi mente, recordándome que el verdadero peligro aún acecha, y no se detendrá.

Artista Marcial Iniciado
ARM300
ARTISTA MARCIAL
Pasiva
Tier 3
Calentamiento, si calienta un post gana +5 [Agilidad] y +5 [Fuerza].

Resumen de turno

Vida de Nagaki


Personaje
#13
Juuken
Juuken
La cosa tal vez no saliera tal y como lo esperaba, mi intención era que la chica pez me ayudase a comprender lo que estaba sucediendo allí, si me había transformado en ella era probable que ella supiese algo, o por lo menos pudiera saber algo al respecto de todo aquello. Lejos de lo que yo pensaba, lo ocurrido fue algo completamente distinto.

Su cara lo decía todo, y si por si no fuera suficiente ese grito ahogado y estridente era más que suficiente para darse cuenta que igual se había llevado el susto de su vida al verme ahí. Su cara se descompuso completamente y comenzó a echar a correr, hacia donde estaba precisamente el cangrejo bailando él solo.

Aunque ahora que lo veía todo mejor en perspectiva no parecía bailar, había una figura minúscula a su alrededor, o estaban jugando juntos o esa criatura estaba intentando cazar al enano. Fuera como fuera, Nasaki iba directa hacia ellos, podría ser peligroso. Eché a correr hacia allá cuando me di cuenta que igual era muy peligroso.

-¡Espera Masaki!

Me di cuenta que ella directamente corrió entre ellos, les robó unas bolsas y echó al mar corriendo. Maldita sea, tal vez yo tenía aspecto de pez, pero ni siquiera sabía nadar, aunque no me hundiese por mi poder del demonio seguramente me hundiría igual... Pero los cangrejos son buenos nadadores, y si tenía una bolsa, de lo que parecía ser una de esas canicas que aquel extraño ser de largas orejas quería conseguir, debía ser alguien con conciencia. ¿Había hombres pez de esa forma?

Qué complicado se me hacía correr con esa especie de tentáculos tocándome directamente contra las piernas, parecía que no sabía ni andar. Llegué hasta ellos apurado, tenía la misma forma de la muchacha, como se llamase, tal vez se creyesen que dijera que era su hermana o algo así por el estilo, y como les había robado podrían tener razones de peso para querer ir a por ella. Llegué directo a ese cangrejo y le pedí ayuda.

-Por favor señor cangrejo, tiene que ayudarme a llegar a mi hermana. -Ahora venía un problema, por qué pedirme ayuda a un hombre pez para nadar, siendo yo otro.- Yo, em... Me he hecho daño en la pierna, no puedo nadar. Por favor ayúdame. -Miré al enano, ahora debía convencerle a él para que no me quisiera atacar a mí también.- Ya no merece la pena seguir peleando, se ha llevado las bolsas, ¿no?

Esperaba que surtiese efecto, tenía que conseguir hablar con ella a ver si sabía algo relacionado con lo que estaba ocurriendo aquí. Tal vez podría preguntar a estos dos que estaban ahí luchando, pero algo me decía que sería mejor hablar con ella, debía significar algo que tuviera su aspecto.

Aguardé la respuesta de ese cangrejo, que no sabía si me estaba mirando a mí, a mi supuesta hermana o al enano ese con el que se estaba peleando, puse cara de suplicar ayuda y aguardé por lo mejor.

DATOS
#14
Shy
"Shy"
Personaje


Y de nuevo, luz.

Shy se halló en un paraje montañoso. Miró a todas partes, deseando en secreto que aquello fuera la otra vida. Para decepción del joven cazador, no lo era. Ame no estaba allí. Sentía todos y cada uno de los huesos, músculos y cartílagos que componían su cuerpo, y por la forma en que dolían, imaginó que seguía vivo. Aún seguía notando frío, como si no hubiera abandonado aquel yermo gélido. Dio un par de pasos dubitativos. ¿Qué camino debía tomar? Con tanta montaña, sierra y cordillera, era imposible ver una vía de escape clara.

Como si el destino hubiera planeado aquella serie de encontronazos, pronto un estridente chillido entró en los oídos de Shy. El cazador, que ya de por sí tenía muy buen oído y cierta sensibilidad a los ruidos altos, no pudo evitar encogerse y taparse los oídos mientras esbozaba una visible mueca de dolor. Una vez cesó aquel infernal onomatopeya, que bien podría haberse tratado del canto de un ave rapaz, Shy volvió a empuñar sus agujas de combate. Aquello sí que auguraba un peligro para alguien. Ame habría rescatado a esa persona. 

Una joven de cabello azul pasó cerca de Shy. "Y con esa facilidad de ignorarme que tienen todos siempre, sí" pensó, al ver que no reaccionaba a él pese a estar en su campo visual. "Eso sí, viendo cómo grita, creo que tiene cosas más importantes que atender. No sé qué de un fantasma. Razón de peso para desgañitarse de esa manera, desde luego."

Al alzar la cabeza, arqueó la ceja. Una muchacha similar... No. ¿Igual? Se encontraba unos metros más arriba. Shy se preparó, pensó en una decena de frases amenazantes, aferró con fuerza sus agujas. Y, sin embargo, lo único que emergió de su boca fue un confundido:

-¿Qué ha pasado?

Ojalá haber podido poner un tono más hostil, pero Shy se sentía verdaderamente estupefacto. Cuando vio a la otra joven pasar, necesitó unos cuantos minutos para asumir lo que estaba ocurriendo, tiempo más que suficiente para que el joven pusiera tierra de por medio. Shy se encogió de hombros. Con sus dedos, rozó la bolsa de las canicas. Aún tenía una.

"Pues a ver cómo salgo yo de aquí" pensó, poniendo los brazos en jarras.

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#15
Qazan
Qazan
El sabor a sangre envolvía mi boca, aquella herida en el costado Dolía con mucha intensidad, aunque no era nada en comparación a los castigos físicos que había recibido durante su adolescencia. El pequeño gnomo también parecía muy resentido después del tremendo derechazo que se había llevado, se quejaba de dolor y aún demostraba una gran determinación al querer seguir enfrentándome de manera directa.

Luego de aquel encontronazo habíamos abierto distancia entre ambos, el pequeño trataba de recurrir a la misma estrategia de antes, mantener la distancia para luego en un ágil movimiento realizar su ataque. Nuevamente trató de moverse de manera aleatoria, aunque luego de haber visto por primera vez estos movimientos me había acostumbrado a ellos, por otro lado, confirmé que aquel cazamariposas era más bien algún tipo de arma filosa. 

Con todo aquello en mente no podía permitirme otra estocada directa, de lo contrario, mi vida correría grave peligro. Aunque tampoco es que tuviese muchas más alternativas, ya que por la velocidad a la que se movía, me sería muy complicado evitar un ataque a los órganos.

El pequeño justo iba a realizar su ataque cuando de pronto una medusa gigante se interpuso entre ambos y entre tanta confusión, la muy descarada de un ágil y rápido movimiento me arrancó la bolsa con la canica para justo hacer lo propio con el cazabichos. Cuál fue mi sorpresa al ver que la muy bruja echaba a correr rio abajo, sino ver una segunda medusa idéntica a la primera.

La medusa con voz absurdamente masculina nos pidió ayuda tanto a mí como al gnomo. Y la verdad es que razón no le faltaba, nuestra disputa había comenzado por aquellas dichosas canicas, pero la medusa velocista había decidido terminar por su cuenta el enfrentamiento. Aquello era demasiada información que procesar, ahora, quería mi canica de vuelta. - ¡Corre medusa a travestí, sube a mi caparazón!-. Le dije a la medusa a la par echaba a correr detrás de la velocista. 

Avanzado un par de metros, se me ocurrió un plan infalible para darle caza a la ladrona. - ¡Gnomo corre, salta a mi pinza!-. Luego de advertir al pequeño, eche mi puño hacia atrás para lanzar un nuevo derechazo en dirección a la medusa. Si justo en ese momento el pequeño ser realizaba un salto sin dudas, le recortaría muchísima distancia a aquella maldita ladrona y podría darle caza. Ahora todo dependía del gnomo.

Luego de lanzar el gnomo seguir corriendo como alma que lleva el diablo, tratando de darle caza por el río. A lo que de pronto comencé a notar aquella viscosidad encima de mi caparazón. - Oye tú, que las canicas son importantes y eso, pero espero que todo eso que me has puesto en la cabeza solo sean tentáculos, de lo contrario, yo mismo te arrancaré uno a uno todos los apéndices que te cuelgan-. Le dije recordando brevemente que perfectamente podría estar restregándome sus genitales por la cabeza.

Impacto Directo
COM101
COMBATIENTE
Físico
Tier 1
15
Costo de Energía
1
Enfriamiento
Combatiente I 5 Fuerza
El usuario encarará de frente a su adversario propinándole un poderoso impacto directo con alguna de sus extremidades.
Golpe Básico CaC + [FUEx1,9] de [Daño contundente]

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#16
Galhard
Gal
Galhard, en su forma de gnomo, apenas tuvo tiempo para reaccionar ante la rápida sucesión de eventos. La situación había escalado de un duelo extraño con un cangrejo gigante a una confusión aún mayor con la aparición de la medusa, y para rematar, la desaparición de las canicas en manos de la gyojin. La bruma espesa y las sombras de las Montañas del Lamento parecían envolverlo todo en un caos absoluto.

Mientras observaba cómo el cangrejo comenzaba a perseguir a la ladrona río abajo, escuchó la oferta del crustáceo para ayudarlo a recortar distancia con la gyojin. Galhard no era alguien que confiara fácilmente en medio de una batalla, pero la lógica de la situación era clara: sin las canicas, no tenía sentido seguir luchando entre ellos.

La oportunidad de que el cangrejo lo lanzara como proyectil era una opción arriesgada, pero en ese momento, Galhard no veía otra salida. El deseo de recuperar su canica y poner fin a esa absurda pesadilla lo motivó a seguir adelante con el plan del cangrejo.

— ¡De acuerdo, amigo cangrejo! ¡Vamos a recuperar lo que es nuestro! — exclamó con la determinación reflejada en su voz, ignorando el dolor punzante de sus heridas.

Con agilidad, corrió hacia el cangrejo y, en el momento preciso, saltó hacia la pinza extendida. Sintió la fuerza del impacto cuando fue lanzado hacia adelante, el viento aullando en sus oídos mientras volaba a través del aire, cerrando rápidamente la distancia entre él y la gyojin. Con los ojos fijos en su objetivo, se preparó para aterrizar cerca de ella, decidido a aprovechar la sorpresa y arrebatarle las canicas de vuelta.

El tiempo parecía ralentizarse mientras se acercaba. Sabía que tendría solo una oportunidad. Con su pequeño cuerpo endurecido por la batalla, y con la adrenalina corriendo por sus venas, Galhard estaba listo para luchar hasta el final para recuperar lo que le pertenecía.

A medida que se acercaba al río, preparó su cazamariposas, ahora más que una simple herramienta, un símbolo de su lucha en esa extraña pesadilla. Tenía que ser preciso, rápido y, sobre todo, implacable. Sabía que el cangrejo estaría justo detrás de él, y juntos tenían una oportunidad real de recuperar sus canicas y, quizás, finalmente entender cómo salir de esa situación.

Cuando estuvo lo suficientemente cerca, se lanzó hacia la gyojin con toda la fuerza que podía reunir, decidido a no dejar que escapara esta vez.
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#17
Norfeo
El Poeta Insomne
[Imagen: f8b117f9f5f0d4f3f4f214cc3fb1e90f.jpg]


En lo alto de una cordillera imponente, entre desfiladeros y picos escarpados, una pareja de extraños seres amarillentos avanzaban por los picos con seguridad, anqué manejando sus equipamientos con cuidado para que no cayeran montaña abajo. Estos seres estaban avanzando buscando una cierta cordillera en el que comenzar a trabajar siguiendo sus instrucciones. Una vez alcanzaron la cima correcta comenzaron a usar una extraña maquina que iba picando la piedra por todo el lateral de la cordillera arrastrando a los seres con la gran fuerza y retroceso de la maquina mientras la roca iba saliendo disparada y pulverizada por todas partes.

Una vez terminaron y el polvo se disipo se alzaría una escultura tallada en la roca, representando el rostro de un héroe olvidado. De la boca de esta figura, fluye un chorro constante de agua fría y pura, alimentado por un río subterráneo que atraviesa las entrañas de la montaña. Descendiendo como un rio de corrientes rápidas por la montaña, hasta alcanzar un pequeño nicho formado en las rocas que debería haber sido un barranco, pero ahora se estaba sedimentando el agua y formando un pequeño lago en la montaña de aguas puras e inmaculadas casi tan brillantes como el oro. Los pequeños seres bajarían con su maquina dando rebotes hasta el lateral del lago, dejando el artefacto clavado en la roca y pegando un trozo de madera con un mensaje en el:

Su eminencia el majestuoso e idílico  Norfeo el Magno,
decreta que cualquier ofrenda que se realice en su nombre será altamente recompensada,
mas su gracia no caerá sobre los soñadores que no dediquen sus plegarias al Poeta Insomne.

El tormento caerá sobre los impuros,
que se tornarán anacoretas en su camino de penitencia y vergüenza,
tras su caída del heroico camino que deambulan.


OFF
#18
Nagaki
Medusa
Vida de Nagaki

Mientras la corriente me arrastra, mi mente divaga entre el pánico y la incredulidad. La figura espectral, ese eco de mí misma, no dejaba de llamarme, resonando en mis pensamientos con una claridad inquietante. "Navori…". Su voz era un susurro en el viento, una brisa helada que me recorría la nuca. Pero, ¿quién era? ¿Por qué se veía exactamente como yo? La mera idea de enfrentarme a un aspecto de mí misma me llenaba de miedo.

A medida que el río me lleva, mis sentidos se agudizan y busco respuestas entre la vorágine de pensamientos. La escena del combate entre el gnomo y el cangrejo resuena en mi mente. El estrépito se convierte en un eco de la batalla por mi propia identidad. - No puedo pensar en eso ahora - me repito, aferrándome a la idea de que debo sobrevivir, que debo seguir adelante.


Sonido capta mi atención:
Cita:
Su eminencia el majestuoso e idílico  Norfeo el Magno,
decreta que cualquier ofrenda que se realice en su nombre será altamente recompensada,
mas su gracia no caerá sobre los soñadores que no dediquen sus plegarias al Poeta Insomne.


Vi como el cangrejo furioso, se abalanza hacia el río con sus pinzas afiladas. Adrenalina pura inunda mi cuerpo mientras me doy cuenta de que he cortado todos mis enlaces con el pasado al lanzarme al agua. Si ellos logran perseguirme, podría quedarme atrapada entre dos fuerzas irreconciliables: el deseo de luchar y el miedo que hay en mi interior.

Pero esa voz... es como la que había escuchado en La Tundra. Me pedía que hiciera una ofrenda. - ¿Y si se refiere a...? -  Dije para mis adentros.

Siento cómo el agua me envuelve, y con un movimiento rápido y decidido, comienzo a nadar de nuevo a la superficie. Cada brazada me aleja de la locura que he dejado atrás, mientras el pensamiento de entrar en combate me llama.

Sin embargo, no podría alejarme del eco de mi propio nombre. A medida que me muevo hacia la superficie, tengo la sensación de que la figura en la playa sigue observándome. Hay algo en su presencia que me inquieta, algo que grita que está conectado a mí. 

Tras haber llegado casi a la superficie, mis sentidos se calman. La imagen del cangrejo, la ruidosa pelea del gnomo, y la aparición de ese rostro idéntico se desvanecen como burbujas de aire. Aquí no hay ecos, solo la serenidad del agua que gotea y el suave susurro del río que fluye afuera. Sin embargo, el peso de la realidad me golpea de nuevo. ¿Quién era esa figura? Sentí que podía perderme, que podía ser atrapada por algo más allá de mi control.

El tiempo parece detenerse mientras me dejo llevar por mis pensamientos. Reflexiono sobre la lucha que va a ocurrir a continuación, la batalla por la supervivencia. ¿Acaso el gnomo se convertiría en aliado o en enemigo? Lo único que sé es que no puedo quedarme aquí para siempre. El mundo fuera de el agua, por aterrador que parezca, es donde realmente debo enfrentarme a mis miedos.

Respirando profundamente, salgo como un relámpago del agua en dirección al cangrejo, eligiendo el momento justo para controlar la corriente del río y mi propia fuerza y habilidad gyojin para atacar a mi objetivo. Me habían atacado y ahora me toca a mí ir a por ellos. El destino me está esperando y el eco de mi verdadero yo sigue resonando en lo profundo de mi ser, desafiándome a abrazar la realidad de lo que soy. Tenía que atacar.

- Norfeo el Magno, he aquí mi ofrenda - digo atacando al cangrejo (Qazan).

Picadura de Medusa
U41201
ÚNICA
Cuerpo a Cuerpo
Tier 2
23
Costo de Energía
1
Enfriamiento
Al pulsar rápidamente uno de los nervios de la extremidad del enemigo, se genera una onda de choque que recorre su agua corporal, causando un gran daño y entumecimiento en la zona afectada durante 1 turno.
Golpe básico + [FUEx1,9] de daño contundente.

Calculo para daño


Inventario

Personaje
#19
Juuken
Juuken
El cangrejo me respondió con una voz muy efusiva que me subiera en su caparazón, no lo dudé ni un instante, parecía que había hecho un amigo, aunque no estaba del todo seguro de las intenciones del mismo. Aunque me llamo de una forma extraña que no terminaba de deacifrar. Conforme subí le prefunté.

-¿Medusa travesti? ¿Qué es eso?

Conforme avanzamos un poco vi que el cangrejo se detuvo unos instantes y se quedaba mirando al enano. Sin pensarlo demasiado le sugirió que saltara a su pinza, cosa que el enano hizo directamente, tras lo cual extendió esa pinza con fuerza, como dándole un puñetazo al aire.

Esa pequeña criatura enana salió despedida hacia adelante como una bala, me quedé asombrado, esos dos estaban peleando entre ellos hacía solo un momento y ahora estaban luchando juntos para recuperar esas canicas. Realmente parecía algo importante de veras.

El enano fue lanzado, pero lo que no sabía era adonde. ¿Se había equivocado el cangrejo en lanzarlo? Igual no veía bien, porque lo había lanzado hacia adelante, pero la gyojin no estaba allí, realmente no tenía idea de dónde estaba ella, pues ahora no la veía, pero ese enano caería solo al agua.

El cangrejo conforme mandó a volar a ese pequeño pareció inquietarse un poco, le note moverse y al momento me inquirió algo que no entendía. ¿Qué era un apéndice?

-¿Por qué hablas tan raro, cangrejo?

Estaba arrodillado encima de él, saqué mi espada y me quedé esperando, no veía ni al enano ya ni a la chica en la cual me había transformado.

Lo que sí noté fue el viento, y la voz que trajo consigo nuevamente. En tierra firme uns polvareda se estaba disipando. Parecía que nuevamente estaban ocurriendo cosas extrañas. Esas voces que arrastra el viento, por un momento me recordaron lo que había ocurrido antes de despertar allí.

Recordé ese páramo helado, esa voz que vino junto a la tormenta, ese ser de orejas enormes. Algo en las voces de la montaña me recordaban a esa extraña voz. Entonces lo recordé, algo gordo va a pasar, algo nos va a fulminar. 

Me levanté con la espada en ristre, esperando a que algo viniera directo a por mi, como la última vez, aunque ahora no habían aparecido esas nubes de tormenta, era extraño. Tal vez lo que ocurra sea distinto. Miré a la costa, ahi habia algunas figuras donde el polvo se había disipado, pero no alcanzaba a distinguir gran cosa. Mire hacia el cielo y exclamé con fuerza.

-¡Vamos, muéstrate cobarde! ¡Sigo aquí! ¿A qué esperas?

Tan solo quería provocarle, esa persona era quien estaba detrás de todo, seguro, el dueño de esa voz fantasmal, tenía que preguntarle un par de cosas y averiguar que estaba ocurriendo allí como fuera.

Pensaba advertir a los que allí estaban, aunque solo el cangrejo me podía escuchar en este momento, cuando de pronto se tambaleó con fuerza. Comencé a perder el equilibrio, debía fijarme allí como fuera, no podía caer al agua. Rápidamente con mi arma lo que hice fue arrodillarme y clavarla con fuerza en el suelo, para así mantener un punto de apoyo y no caer a lo que podría significar mi muerte.

La hoja entró con un sonido de crujir de caparazón. Mi actual azulada piel se quedó completamente blanca durante unos segundos. Había olvidado, que no estaba en tierra firme.

-Uy, lo siento señor cangrejo.

Probablemente ahora volvería a moverse algo más brusco y violento, ciertamente tendría todo el derecho a echarme de allí, pero debía pelear, no podía caer al agua. Aunque no me hundiese no sabía nadar.

DATOS
#20


Salto de foro:


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