¿Sabías que…?
... existe la leyenda de una antigua serpiente gigante que surcaba el East Blue.
[Común] [C-Pasado] La Marine y el Cazador [Priv. Yoshiro]
Anko
Médica Despiadada
Continuación de Aquí
10 de Verano

Un bonito ambiente amistoso empezó a formarse con aquel grupo reunido por el destino, aunque la marine y el cazador eran quienes estaban llevando las riendas de la situación, hablando y acercándose más que Jo y Mitsu. Los ojos de la Jujin estaban enfocados en el dango que el cazador pelinegro sostenía entre sus manos, sus instintos felinos la mantenían enfocada en aquellas bolitas que Jo disfrutaba con encanto.

Cuando los oídos de Anko escucharon la propuesta de Yoshiro, no pudo evitar sentirse ligeramente sorprendida y nerviosa a la vez. Era la primera vez que un joven la invitaba a tomar algo, si bien no era la gran cosa, por su mente pasaban las historias que había escuchado y leído en días pasados sobre ese tipo de situaciones, muchas veces, el comienzo de algo más allá que una simple amistad. Pero no siempre debía ser así, el destino sería el encargado de llevar eso a donde tenga que ser llevado.

Al ver que Mitsu estaba enfocada en Jo, decidió aceptar la propuesta del cazador. Una situación muy curiosa, dos integrantes de la marina y dos cazadores, cada chica marine se quedaba junto a un chico cazador. — Acepto. Espero sea el mejor café que pueda probar —. Dijo la peli marrón en un tono bromista mientras empezaba a caminar junto al pelirrojo, usando ese tono para calmar un poco aquella sensación de nervio que estaba sintiendo en ese momento.

El sonido de la suela de sus botines chocando con el suelo de tierra y piedras, junto a un leve golpeteo metálico de las Katanas en su cintura, se podían fusionar con sus voces durante el camino, creando un ambiente agradable, por alguna razón, para una buena conversación que parecía ser prometedora. Anko seguía a Yoshiro, caminando a un lado de él mientras sus ojos exploraban la zona por donde caminaban, a pesar de haber vivido en esa isla la mayor parte de su vida, no podía evitar deleitarse con la frescura que la zona selvática causaba en ella, un lugar natural para el disfrute de todos.
#1
Yoshi
Yoshi
Anko tenía un "no sé qué" que le atraía a Yoshiro y era difícil de explicar ¿Sería su peinado recogido y lentes? Ese toque de señorita de biblioteca era claramente una señal instintiva de que sería una chica madura e inteligente ¿Quizás era su aura maternal al proteger y animar a su hermana con una suave sonrisa? El toque materno era algo que Yoshiro desconocía y quizás su instinto también encontraba ese atributo atractivo para una potencial pareja, todo quieren que su esposa sea una excelente madre ¿No? Yo digo que si. 

Sea lo que sea, algo había inspirado al muchacho a invitarla a estar solos los dos, tomando como excusa ir a por un café ¿A las mujeres les gusta? Pues, parece que si, ya que Anko aceptó su propuesta-Lo hacen genial, ya verás-contestó convencido, quizás solo había ido una o dos veces pero le habia gustado y aunque Anko tambien es nativa de la isla Yoshiro rezaba por qué aún no haya probado el nuevo café con leche de almendras y extracto de vainilla que se inauguró hace una semana.

Yoshiro llevaba su hacha y mochila-canasta encima pero se había dado cuenta de eso hasta que se acercaron al bosque para un atajo y cortó una planta con su arma-... ¿Debería dejar esto en casa y vestirme para la ocasión?-preguntó inocentemente mientras miraba a Anko, ella poseía sus espadas pero estas parecían combinar perfectamente con su outfit simple pero elegante, mientras que Yoshiro simplemente estaba más listo para una caseria que para una cita... ¿Se le podía llamar esto cita?

Mi casa no está muy lejos del lugar, podría vestirme para tí antes de llegar allá-mencionaría animado con la idea mientras posaba su hacha en su hombro para descansar un poco su brazo que debía cargarla todo el viaje, un acto que a decir verdad lo hacia mas por costumbre que por necesidad real.

Ahora la decisión recaía en Anko y esto cambiaría el flujo de la historia, por un lado podrían continuar recto hasta la cafetería y esperar a que la gente ignoren sus armas y el pecho desnudo del joven. Y por otro lado, podían tomar un desvío para visitar la casa del chico y prepararse para una tarde en compañía en la cafetería mucho más normal ¿Pero la simple idea de visitar la casa de un desconocido sería muy problemática para Anko? Al final de cuentas, Yoshiro es un chico que vive solo...
#2
Anko
Médica Despiadada
Aquel dúo avanzaba a paso lento y tranquilo, decididos a llegar hasta la cafetería que mencionaba Yoshiro. Durante su trayecto, el joven lanzó la interrogante a la sargento sobre si debería vestirse para la ocasión y dejar sus herramientas en su hogar. Esto dejó levemente sorprendida a la chica, ¿el cazador quería verse presentable para ella? O ¿simplemente quería estar más cómodo? Esa y otras preguntas pasaron por la mente de Anko, no podía negar que aquello le generó un pequeño sentimiento de nerviosismo.

Y claro, todo se intensificó cuando seguidamente, el pelirrojo mencionó explícitamente, sus intenciones de ponerse presentable para ella, respondiendo la primera pregunta que la marine se hizo mentalmente. Su cabeza se giró levemente para mirar directamente a aquellos ojos carmesíes, pertenecientes a un Hafugyo que esperaba su respuesta. — Bueno… Sí te quieres vestir para mí, no tengo problema —. Dijo la peli marrón un poco más calmada, ocultando su leve nerviosismo, porque claro, no le gustaba mostrar mucho ese lado de ella, pues siempre fue vista por otros como alguien serie e intimidante, aunque no fueran sus intenciones.

— Eso sí, nada raro Yoshiro… Cualquier movimiento extraño y yo misma te mandaré a un calabozo de la marina —. La voz de la joven llevaba un tono bromista y juguetón, tratando de mantener un ambiente agradable, pues no sabía cómo reaccionaría el chico al insinuar que podría arrestarlo, posiblemente se tomará a bien la broma, pero ya tenía experiencias pasadas en las que la gente considerada “inferior” temían un poco de ella. Pero su comentario no precisamente sería una broma, cualquier cosa extraña y ella estaba decidida a entrar por breves movimientos en servicio para cumplir su labor.

— Muy bien, guíame hasta su hogar, fortachón —. Dijo la chica antes de sonreír y reanudar su andar tranquilo y relajado, dejando que el cazador la llevara hasta su casa para que el pudiera vestirse adecuadamente. Talvez, si todo salía bien, la próxima sería turno de Anko de ponerse algo bonito para explorar algún restaurante junto a Yoshiro. Al final de todo, no parecía mal tipo, pareciera ser que ella no se había equivocado cuando le mencionó a su hermana Jujin que era alguien amable.
#3
Yoshi
Yoshi
Yoshiro había logrado invitar a Anko a tomar un café en un sitio que conocía, el muchacho esperaba que fuera del agrado de la chica y hacerla pasar un día agradable pero al darse cuenta de su apariencia y que llevaba un hacha consigo decidió que debía ir a casa para verse más presentable para ella. 

Anko por su parte no tuvo problema con la idea de ir a casa de Yoshiro (aparentemente) aunque si lanzó una amenaza en tono de broma para que no se pasará de listo el chico, ella era una mujer que servía a la Marina y sabía muy bien cómo usar su oficio para deshacerse de gente altanera.

No, no, no planeo nada raro. Solo cambiarme de ropa y seguir con nuestra...-Yoshiro no sabía aun si llamar eso cita asi que se quedó pensando en otro termino-¿Reunión de amigos?-no, no sonaba bien, pero fue lo mejor que se le ocurrió.

Muy bien, sígueme lindura-diría el muchacho bromeando mientras caminaba al frente, si Anko lo llamó fortachon él debía decirle de algún modo parecido aunque ¿Lindura estaba bien? Quizás debió usar algo más sutil.

Yoshiro guió a Anko hasta su hogar en el muelle, una casa de madera con una vitrina de vidrio que dejaba ver su interior, a simple vista se podían ver algunos sombreros y ropa por un lado, algunos collares en la mesa de recepción y algunas herramientas y armas en la zona derecha. Así es, la casa de Yoshiro también era su tienda de artesanías y taller personal, todo lo que una vez fue de su padre ahora era suyo y trataba de mantenerlo funcionando. Atrás de su hogar estaba una zona del muelle donde pescaba y había una Tartana un poco vieja en su espera para surcar el mar.
Bueno, aquí estamos-diría mientras abría la puerta-Bienvenida. Toma asiento ¿Quieres algo de agua o usar el baño?-Yoshiro no solía tener visitas así que no sabía cómo ser un buen anfitrión-Si quieres puedes dejar tus espadas aquí-señaló a un balde con herramientas dónde pondría su hacha.

Yoshiro pasó por unas cortinas que llevaban al interior del hogar y se dirigió a su habitación para intentar darse una ducha muy rápida y ponerse algo más cómodo, un poco de desodorante y listo. Yoshiro regresó con Anko, ahora llevaba unos pantalones color café, zapatos de cuero, una camisa blanca y una chaqueta negra con el cuello hacia arriba para ocultar sus branquias. También llevaba un brazalete pero su cambio más significativo era su cabello, aún estaba algo húmedo y ya no era puntiagudo, de hecho estaba caído y casi tapaba sus ojos.

Ta-daaa. Listo-diría el muchacho mostrándose ante la chica, intentó no vestirse demasiado formal pero si lo suficiente para no darle pena ajena a Anko por salir con un chico salvaje.

Podemos irnos-aclamó con una mirada pícara mientras tomaba sus llaves, era tiempo de ir a la tan esperada cafetería.
#4
Anko
Médica Despiadada
El ser llamada “lindura” también era algo nuevo para ella, parecía ser que su pequeña salida con Yoshiro estaba trayendo nuevas experiencias a su vida, después de todo, una vida llena de entrenamiento y estudios por parte de Anko la mantenían ocupada la mayor parte del tiempo, por lo que no tenía mucha oportunidad de salir o divertirse, siendo pocas las veces en las qué había obtenido aquella oportunidad. Obviamente, aquel pequeño cumplido la hizo sentir feliz de alguna manera, no sabía por qué, talvez sólo sea el sentimiento de ser halagado.

Anko siguió nuevamente al cazador hasta su hogar en el muelle. Lo primero que notó fue que la pequeña casa de madera estaba equipada con sombreros, herramientas y armas por todos lados, tenía que admitir que en cuanto vio eso, no pensó en un hogar común y corriente, aquella estructura podría ser algo más, talvez un negocio de artesanías, esto por las herramientas y materiales que se podían apreciar a simple vista. Anko desconocía completamente la ocupación de Yoshiro como cazador, pero al menos, ya podría intuir que el chico se trataba de algún artesano.

La peli marrón fue invitada a pasar y ella agradeció el gesto con una sutil reverencia antes de ingresar, dentro, fue cuestionada sobre sí requeriría algo como tomar agua o ir al baño. — No, gracias. Así estoy bien, yo te espero —. Dijo la joven mientras le tomaba la palabra al cazador y depositaba sus espadas en aquel balde que estaba siendo también ocupado por herramientas de fabricación. Ella tomó asiento mientras esperaba a Yoshiro. Su mirada curiosa continuaba explorando la casa de su anfitrión, siempre era bueno cambiar un poco de aires y conocer personas nuevas, aunque ella era un poco novata en socializar.

Los minutos pasaron, la espera no fue larga ni tediosa y finalmente el joven apareció, su vestimenta era totalmente diferente a la que llevaba momentos atrás, se trataba de un estilo bastante casual y llamativo para el ojo humano, aquella elección de prendas hacía ver a Yoshiro como una persona ruda, sin duda, un estilo que se podría decir, era del gusto de la marine. — Hey… Te ves genial, hombre —. Su puño dio un suave y sutil golpe al hombro del Hafugyo para afirmar su comentario. Posteriormente, tomaría sus armas de filo nuevamente y las equiparía en su cintura, ocultándolas levemente con su gabardina marrón.

— ¡Bien! Esta… reunión de amigos, promete bastante, debo decir que está superando mis expectativas —. Sin más, ambos partieron de la casa en el muelle de Yoshiro en dirección a Shimotsuku para visitar aquella cafetería que tanto presumía Yoshiro. Las palabras de Anko no eran mentira, se la estaba pasando bien en compañía del medio tiburón que había conocido momentos atrás, aún cuando solo habían caminado poco y compartido pequeños comentarios durante su caminata.
#5


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