Alguien dijo una vez...
Rizzo, el Bardo
No es que cante mal, es que no saben escuchar.
[Aventura] [Tier 2] Coco Loco (Akuma no Mi)
Rengetsu D. Tenji
Príncipe Ciego
El cangrejo ermitaño había dado toda su explicación, poco más y contaba toda su vida desde que nació hasta el presente y no es que sea un veterano de guerra aunque a veces se intente comportar como tal, pero sin duda no son un par de añitos nada más. El punto de la cuestión fue que logro sincerarse tanto con Jimbo como para que al parecer este confiara por fin en su palabra, una suerte la verdad, dado que Crispó aunque sabia pelear un poco no seria rival para Jimbo si solo estaba armado con cocos, necesitaba reponer su suministros militares para poder dar una batalla a alguien, ese jabalí del mar lo dejo sin munición de ningún tipo y solo podía defenderse golpeando cocos que guardaba en su caja con sus pinzas. Pero afortunadamente Jimbo era un sol de persona.

Pero el joven suricato hizo un apunte interesante a la conversación. Claramente los cocos que habían comido eran muy diferentes y la posibilidad de que solo el de su hermano estuviera maldito era muy posible - ¿Dices que solo mi hermano quedo maldito? - El mismo observaría de nuevo ambos cocos - Lo cierto es que en su día lo pensé, pero si en efecto estaba maldito y el mar me tragaba nunca podría ayudar a mi hermano por eso no lo intente y decidí esperar a conseguir un barco - Una decisión sabia en su día, estaba solo y no contaba con ninguna opción para salvarse, si por lo menos hubiera tenido una cuerda para atarse a la palmera otro gallo cantaría, pero estaba con escasos recursos - Esta bien señor Jimbo, confiare en usted, si puedo contar con su ayuda si algo malo pasara intentare comprobar si estoy maldito, un miembro del tercer escuadrón de artillería del ejercito abisal no puede temer al mar.

Con la supervisión de Jimbo, el crustáceo se aproximo al agua y poco a poco, pero con paso seguro, se fue adentrando al agua. No pareció notar nada en una primera instancia, pero su hermano tampoco se vio afectado al principio fue cuando se sumergió más. Tragando un poco de saliva el pequeño ser avanzo un poco más y se fue sumergiendo cada vez más en el agua, hasta que su caja blindada se hundió en el agua...

Unos segundos de suspense se hicieron presentes hasta que de repente y con gran velocidad, Crispó emergió del agua nadando alrededor de la isla con gran soltura y velocidad a pesar de cargar con esa gran caja en su espalda - ¡Tenias razón Jimbo! - Proclamaría mientras cortaba las olas con su nado dejando los reflejos de la luna impactando contra las gotas que salían como si a su paso dejara una estela plateada - ¡No estoy maldito!
#11
Jim
Hmpf
El cangrejo pareció atender a razones, no era un ser tonto ni mucho menos, simplemente parecía ser alguien dedicado a su causa y cauto a la hora de dar pasos, literal y figuradamente. No lo podía culpar, la vida es algo que debemos valorar en primera instancia y meterse en el mar sin tener la seguridad de que puedes flotar es algo a tener en cuenta. Por suerte, ahí estaba yo. Si yo supervisaba y estaba atento para sacar al cangrejo podíamos hacer la prueba de flotación que poco a poco empezaba a coger forma.

Crispón accedió y rápidamente corrí y salté hacia nuestro navío intentando no hacer ruido para no despertar a Misty y a CD, cogí un cabo y volví. Até el cabo a la palmera y luego se lo entregué a Crispon. ¿Por que? Yo no era un tipo fuerte, a duras penas podría arrastrar a aquel ser, mucho menos con esa gran mochila que llevaba a la espalda. Le expliqué al crustáceo que debía de atarse la cuerda al cuerpo para que si sucedía algún altercado poder despertar a mis compañeros y tirar entre todos para sacarlo de las profundidades, ellos eran realmente fuertes. - Vamos Crispon. Confío en ti, todo saldrá bien. ¡Saldremos a flote! - Me agarré a la cuerda, volvía a ojear la palmera desde abajo en busca de algún coco de peculiares características y espere. Con desconfianza y nervios Crispón fue profundizando poco a poco, dejé caer mi peso en la cuerda sin utilizar toda mi fuerza, de ese modo si una corriente tirase de el yo estaría ya en tensión.

Y entonces ocurrió, un éxito rotundo, mi deducción era la correcta. Tan solo Crispin había sido maldito, al parecer por esa extraña fruta que había consumido. ¿Las frutas malditas? Aquella historia de la vieja, todo esa mitología captaba mi atención pero no había tiempo para divagar, estábamos de celebración. - ¡Bravo Crispon! ¡Por la falda del Hinokami! Ahora puedes nadar y surcar los mares. - Me acerque rápidamente hasta la orilla y me senté frente a el. - ¿Qué? ¿Qué se siente al no estar maldito? - Le pregunté con una sonrisa de oreja a oreja.

Personaje
#12
Rengetsu D. Tenji
Príncipe Ciego
Crispó tenia la seguridad y confianza en las palabras de Jimbo, junto con el cabo que el mismo le paso y le entrego de buena fe para que pudiera tener alguna forma de volver a tierra si algo salía mal y no fuera simplemente tragado en la inmensidad del mar a la espera de ser devorado por alguna bestia marina gigantesca como el jabalí de hace unas semanas. Y el éxito fue abrumador, ahora el crustáceo demostraba que era un gran nadador y podía surcar los mares como si nada con sus propios medios incluso cargando con su caja de suministros a la espalda.

Tras surcar las aguas por unos minutos el cangrejo militar volvió a la costa del islote para reunirse de nuevo con su nuevo compañero Jimbo - Jimbo, le debo la vida, desde ahora sepa que puede contar con este miembro del tercer escuadrón de artillería del ejercito abisal para lo que necesite - El cangrejo haría el saludo militar hacia Jimbo muy respetuoso - Me agradaría poder celebrar esto con usted pero la vida de mi hermano esta en juego, así que debo partir de inmediato para buscarlo antes de que alguna criatura marina se lo intente comer, pero antes de irme... - El cangrejo entro de nuevo en su caja quedando por unos momentos - ¿Dónde demonios lo deje...? - Cualquiera pensaría que ahí dentro había un mundo entero para estar tarando tanto en encontrar algo - ¡Aja! - De golpe la caja daría una sacudida y esculpiría de su interior un pequeño cofre, saliendo Crispó tras de ella - Bien, no es mucho pero me gustaría agradecerle su ayuda buen Jimbo - El crustáceo dio un toque al cofrecito y se abrió el mismo - Son algunas monedas que encontré con mi hermano mientras viajábamos por el mar y algunas cosas curiosas que encontré, también guarde el otro coco de forma extraña que habíamos encontrado con mi hermano, se lo entrego con gusto - Le extenderia el cofrecito con todas las cosas en su interior a Jimbo.

Coco raro

- Bueno, no hay tiempo que perder, mi hermano me necesita, mucha suerte con su viaje señor Jimbo y ya sabe, si algún día requiere de mi ayuda pregunte por el Tercer Escuadrón de Artillería del Ejercito Abisal, trasmítales el mensaje y me lo harán llegar - Repitiendo el saludo militar de nuevo, el crustáceo ermitaño se adentro al mar de nuevo a toda prisa - ¡Voy a salvarte Crispín!

OFF
#13
Jim
Hmpf
La felicidad en los gestos y el nado de Crispón eran evidentes, parecía estar disfrutando de su chapuzón como el hambriento que prueba su primer bocado en una semana. Lo seguí con la mirada disfrutando de su alegría a través de la empatía, una capacidad que cada vez desarrollaba con mayor soltura, al poco tiempo volvió hasta la orilla. Agradeció con total solemnidad mi ayuda, yo estaba ligeramente sorprendido nunca nadie había sido tan amable conmigo. - Crispon, que sepas que te ayudaré si te vuelvo a ver. Espero poder hacerlo viéndote junto a tu hermano. - Le extendí la mano, estaba dispuesto a ponerla entre las garras de su temible agarre, confiaba en el. Poco después comenzó a buscar algo en su infinito almacén, logrando tras una ardua búsqueda sacar un cofre que abrió sin dilación. - No es necesario... - Dije casi previendo ya la insistencia del soldado.

El cofre contenía monedas y una extraña fruta que según Crispon explicó, era similar al coco que había ingerido su hermano pero con alguna característica aparentemente diferencial. Me quedé mirándolo embobado bajo la luz de la luna, lo analizaba desde una escasa distancia mientras oía pero no escuchaba las palabras de Crispon. Sus curvas me hipnotizaban, el misterio sobre su maldición creaba un halo atractivo y el posible poder que representaba hacia de imán para mi curiosidad. - Pero Crispon. ¿Por qué me lo das? ¿Si me como esto no volveré a nadar no? - Levanté la cabeza. ¡Mierda! Se había ido, podía ver su estela a lo lejos, dejé el cofre en la arena y rápidamente me subí a la roca para, desde la altura, agitar la mano despidiéndome de tan curioso ser, había ganado un amigo. La verdad que había sido una pena no poder ficharlo para tripulación, el hecho de que perteneciese a un organismo como la marina me tranquilizaba, era alguien leal a la causa y eso se ganaba mi respeto.

Descendí de nuevo a la arena y me senté frente al coco, perfectamente colocado en el centro del cofre. Apoyé mi codo derecho en la rodilla y mi cabeza en la mano derecha mientras lo observaba y reflexionaba al respecto. ¿Que diría CD? Se cauto, ten cuidado, el destino es importante. Algo así, seguro. ¿Que diría Misty? ¡VAYA PEDAZO DE COCO! ¡O TE LO COMES TU O ME LO COMO YO! Joder, era el ángel y el demonio. Uno me instaba a ser cauto y pensar en el futuro mientras que el otro me incitaba a vivir el momento. Un pequeño detalle me hizo tomar una decisión, Misty sería capaz de comérselo en cualquier momento en uno de sus arrebatos emocionales, si eso ocurría no seré yo quien decida, sino su incontrolable capacidad de generar el caos. 

¡De una!

Me dije a mi mismo para agarrarlo con la diestra, darle un primer bocado con mi mandíbula bien abierta, masticarlo un par de veces y darle un segundo bocado de manera inmediata sin aun conocer su sabor. Tragué el primer bocado y saboreé el segundo. - ¡Puag! - Tosí un par de veces escupiendo trozos semi masticados del pseudo-coco. Sabía fatal, insistí a desgana un par de veces pues no estaba seguro de como funcionaba la extraña maldición. Su sabor era tan extraño que me sentía hasta mareado. ¿Cómo le iba a explicar a los chicos aquello? Tendría que ser en otro momento, ahora la prioridad era llegar al barco, hacer un ruido para despertar a CD y fingir estar dormido, como un niño que disimula tras haber cometido una travesura. El tema de comprobar la flotabilidad lo dejaríamos para otro momento.

Resumen
#14
Moderador Sengoku
Sengoku el Buda
¡Aventura Finalizada!
Recompensas:

Rengetsu D. Tenji (Narrador): 55 de Experiencia | 3 Nikas | 300.000 Berries
Jimbo (Jugador): 55 de Experiencia | 3 Nikas | 600.000 Berries | 15 de Reputación
#15


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