Alguien dijo una vez...
Rizzo, el Bardo
No es que cante mal, es que no saben escuchar.
[Evento] Lo que el rio se llevó
Lobo Jackson
Moonwalker
Su descenso siguiendo el curso del riachuelo pronto se vio interrumpido por una nauseabunda llamada de atención que atacó su olfato sin piedad. Un aroma repulsivo que venía desde otro lado de la colina, arrastrado por el viento junto a los llantos y quejidos que resonaban entre aquellas miserables montañas de cumbres escarpadas. 

- ¡Puaj! ¿Cómo es posible que pueda oler algo tan asqueroso a través de esta máscara-gara? - Exclamó. Una expresión de angustia parecía verse reflejada en arrugas sobre sus metálicas facciones.

Lleno de curiosidad por descubrir el origen de la peste, subió una pendiente cercana y asomó la cabeza, donde apenas sus dos ojos brillantes podrían ser vistos desde la lejanía como dos luciérnagas frente al cielo encapotado. Ante él se desplegó un panorama que daba a un descampado cercano sobre el que se encontraban reunidas varias personas de aspecto singular. Robot Jackson observó la escena desde aquel punto de vista privilegiado, a unos 20 metros de distancia y 20 de altura sobre aquella pequeña colina que hasta ese momento le mantenía oculto.

- ¿Pero qué...? ¿Quiénes son esos-gara? Un momento... - Afinó la vista, haciendo que sus ojos se iluminasen con varios destellos analíticos. - Esos números flotando sobre sus cabezas, esos laureles dorados-gara... Deben de ser esos de los que hablaba la voz, los sirvientes de aquel quien se cree un supremo y se da aires de divinidad-gara. -  

Contempló desde lo alto a los miembros del séquito divino. Los fieles seguidores de aquel presunto dios eran: un colosal hombre tiburón con más músculos que cabeza, una hermosa rubia con un buen rifle entre las manos, un pelirrojo mitad arenque cuya piel parecía estar hecha de roca... ¿Y también una sirena? Y un... ¿Padre soltero... Con un enorme hijo amorfo cuya madre debía de ser un limón mutante...? Y... ¿Eso era un pato con un pico mentón capaz de atravesar un iceberg de lo grande que era y que llevaba una escopeta...? ¿Y u-una caca andante...?

- Sí, definitivamente ese tipo de seguidores son los que se merece ese lamentable intento de dios-gara... - Dijo para sí mismo con cierto desagrado de los adversarios contra los que se imaginaba que habría de luchar.

Se mantuvo agazapado tras la colina con ojo avizor, observando los movimientos del extraño grupo que parecía se movía de un lado para otro hasta que, de pronto, el tiburón pareció dar órdenes de atacar hacia un punto mientras que él mismo y la hez andante salieron en dirección al bosque para lo Robot Jackson imaginó que sería un ataque. Aun así, la situación numérica seguía a favor de sus enemigos y lo más lógico sería marcharse para no luchar en desventaja, aprovechando que todavía no había sido descubierto para planear una táctica más elaborada.

Pero él no era un cobarde.

Se puso de pie sobre aquella colina solitaria, envuelta en la penumbra del cielo tormentoso, y emergió lentamente con pasos firmes y decididos. Su figura, alta y heroica, resaltaba su aspecto de guerrero vestido con la majestuosa armadura argéntea decorada con líneas escarlata. La lluvia seguía cayendo sobre él a merced del viento huracanado del lugar, pero nada podía opacar su brillante coraza. Y cuando alcanzó el punto más alto de la colina se detuvo, girándose sobre los talones y adoptando una espectacular pose de batalla: el pie derecho adelantado, los brazos extendidos y su mirada puesta en el horizonte con aire desafiante.

De pronto, como si el cielo quisiera responder a su desafío, un rayo cayó con fuerza abrumadora a sus espaldas, iluminando la escena con un destello cegador. Su atronador estruendo sacudió la tierra, pero Robot Jackson permaneció inmóvil e inmutable, y la épica silueta de su cuerpo recortó contra el fulgor del rayo proyectando su larga sombra sobre la colina hasta el grupo de seguidores de Norfeo, como si se tratara de un reflejo de su determinación. 

Fue en ese instante cuando, utilizando toda la fuerza de sus pulmones, habló con una voz potente y robótica desde lo alto de la colina en dirección al grupo de luchadores laureados:
- ¡Atentos, seguidores del falso mesías-gara! No importa cuán fuerte os creáis haber hecho con un poder prestado, aquí se acaba vuestro camino. ¡Preparaos para ser derrotados-gara-

Datos
 
Aspecto onírico actual

Resumen
#51
Ray
Ray
A su alrededor el caos comenzó a tomar lugar. En el lugar al que habían llegado parecía existir mucha menos armonía entre sus habitantes que la que habían experimentado en el terreno ventoso del que provenían. En lugar de haberse organizado siguiendo los designios de Morfeo, las personas presentes en aquel lugar parecían estar demasiado ocupadas enfrentándose entre ellas. Ray se frotó las manos, pues ya podía ver a su bando como el ganador de la batalla incluso antes de que esta empezara. Más aún contando con el poderoso tiburón.

Este se metió en el agua, lo que asustó al joven. Como usuario de los poderes de una Akuma no mi el líquido elemento tenía unos efectos nada agradables sobre él, pudiendo llegar a resultar tremendamente peligrosos. No obstante, aunque no supo por qué, el gyojin le mantuvo alejado del agua en todo momento.

Dio la sensación de que el híbrido tan solo necesitaba refrescar su cuerpo ligeramente antes de la contienda, pues pocos segundos después volvió a tierra firme. Entonces miró a Ray y le indicó que había llegado el momento de demostrar su valía. Delante de ellos, en línea recta, una especie de gigantesca medusa con ciertas características antropomorfas había golpeado a un humano que parecía encontrarse agotado tras el combate. En ese momento sintió cómo se movía, aún sobre la enorme mano de Octojin, que cogió impulso para lanzarle como el marine le había sugerido momentos antes. Se hizo una bola para reducir su diámetro lo máximo posible y facilitar el lanzamiento, y se dejó hacer.

Cuando se quiso dar cuenta se encontraba en el aire, avanzando a gran velocidad hacia el humano renqueante que acababa de ser golpeado por la medusa. La velocidad a la que se movía era tal que costaba cambiar de posición rápidamente, por lo que fue estirándose de forma progresiva hasta adoptar una posición completamente horizontal, con ambos puños hacia delante. Liberando su poder, se transformó en el aire en un ser mitad humano y mitad zángano. Sus alas brotaron a su espalda, y comenzó a batirlas tan rápido como fue capaz tratando de aumentar aún más la velocidad de su propulsión. Según se iba acercando a su objetivo la adrenalina se iba adueñando más y más de él. Las nudilleras refulgían tenuemente en sus dedos con un brillo letal mientras, cuando estuvo lo suficientemente cerca, añadió su fuerza a la del lanzamiento efectuado por el gyojin tratando de ejecutar un impacto directo sobre su enemigo mediante el que buscaba acabar con él.

Impacto Directo
COM101
COMBATIENTE
Físico
Tier 1
15
Costo de Energía
1
Enfriamiento
Combatiente I 5 Fuerza
El usuario encarará de frente a su adversario propinándole un poderoso impacto directo con alguna de sus extremidades.
Golpe Básico CaC + [FUEx1,9] de [Daño contundente]


Cosas
#52
Byron
Hizashi
Byron seguía de cerca el avance de sus compañeros, había preguntado por la situación, pero estaban tan metidos en su locura y devoción que sus palabras cayeron en vacío. No le dio mucha importancia, después de todo, todos los acontecimientos que habían presenciado sus ojos hubiesen hecho plantearse su propia existencia hasta el más cuerdo de los seres. Desde unos metros atrás observaba el joven al grupo sectario que avanzaba raudo con determinación, ¿él también había estado inmerso en aquella vorágine de locura? Quizás el morir también había tenido una ventaja extra, aparte de deshacerse del saco de heces que era su anterior cuerpo, había esclarecido su mente, hasta un punto de sentirse casi despierto, apartando sin dificultad el aura poco cuerda que se regocijaba bañando al grupo.

Siguieron el cauce de un río, sorteando a su paso las cada vez más pequeñas rocas flotantes que poco a poco se iban integrando en la montaña como si formaran parte de un elaborado puzle que rompía las leyes de la física. Desenvolviéndose con soltura, bajaron por estas con toda la elegancia que podía tener un alborotado grupo que seguía los deseos de un dios ególatra.

Las intimidantes y poderosas montañas se abrían paso ante ellos, envolviéndolos antes de que pudieran darse cuenta, adentrándose cada vez más y más en su interior. Aquellas formaciones rocosas se elevaban hasta al cielo, pareciendo por su afilada forma, que querían desgarrar las mismas nubes, como si se tratasen de unas violentas garras pertenecientes a un poderoso golem de piedra. Estas naturales formas contrastaban, y a su vez eran adornadas, con construcciones elaboradas, templos concretamente, que parecían pertenecer a una antigua civilización. Más restos de humanidad en otra de las zonas, como aquellos barcos de las cumbres, ¿quizás eran los recuerdos que utilizaba la cabeza de Norfeo de forma inconsciente a construir ese mundo?

Prosiguiendo con su camino no pudo evitar que las dudas afloraran en su mente dispersa. Por desgracia se veía totalmente fuera de lugar con el grupo que había compartido aquellas catastróficas desdichas, su corazón se encontraba plenamente bendecido simplemente con seguir los designios de aquella odiosa deidad. Pensar en ello los fortalecía y los animaba a conseguir su propósito. Desde luego Byron se sentía de una forma distinta, quizás en el pasado había sido preso, igual que el resto, de los deseos de aquel grandioso ser, más ahora era capaz de apartar sin esfuerzo la inmersiva aura que emanaba del resto de los presentes. Quizás, el morir anteriormente había sido una ventaja, después de todo su mente se vio esclarecida y por ello había escapado del embrujo.

Aun así, el chico de pelo violeta solo estaba elucubrando, al haber sido ignorado no tenía todo el contexto de la situación pues nadie se la había explicado, todo lo había sacado de las alabanzas que sus acompañantes lanzaban al dios mientras llevaban a cabo su cruzada. Lo que si tenía claro el zagal, es que quizás no se encontrase capacitado para derrocar a ese dios de su trono, pero no se convertiría en un corderino manipulable, no formaría parte de su juego, y si encontraba alguna forma de truncarlo, así lo haría.

El final de las frías aguas del río los llevó a un claro. Los rayos del Sol se posaban sobre su piel bendiciéndolo de forma sincera, sin forjar una deuda entre ambos, ese era el único dios al que Byron serviría. Alumbraba ubicación elevada, iluminando las distintas rutas por las que podían llegar otros individuos a aquel lugar.

Llegada la calma todos parecieron esperar, sedientos de acción, listos para actuar en su sectaria guerra santa. A lo lejos, aparecieron dos personas. Sin dudarlo, y con unos escasos comentarios por su parte, el enorme tiburón lanzo a uno de los hombres que cargaba con su cuerpo como si fuese su munición personal. Y sin dar espacio a la reacción, corrió lo más rápido que pudo hasta el campo de batalla, bajando de la cumbre en la que se encontraban mascullando indicaciones a la mujer rubia.

Byron se quedó atónito, definitivamente aquellos con los que hacía equipo se habían vuelto locos, hasta tal punto de atacar antes de saber las intenciones de estos. Ciertamente era fácilmente asumible que todos se encontraban bajo el influjo del dios que movía cuidadosamente sus hilos para que todos los presentes en aquel sueño llevasen a cabo una titánica batalla.

- En fin... Veré lo que puedo hacer...- Murmuró a los que quedaban del grupo.

Chasqueó la lengua con impotencia mientras desenvainaba su espada y descendía la cumbre lentamente con desgana hacia el campo de batalla. No se apresuró en su cometido, aún estaba barajando en su cabeza las opciones para frustrar su plan, más estaba en blanco, así que procuró acercarse lentamente a aquellos dos fieros con la intención de prestarlos apoyo en caso que lo necesitasen.

DATOS
#53
Yoshi
Yoshi
Y la pelea empezaba, Octojin no perdió el tiempo y lanzó al pequeño con olor a mierda como una bomba apestosa contra un chico que ya se veía algo herido, mientras que el tiburón se lanzaba al combate contra otro sujeto.

Yoshiro no se quería quedar atrás y cuando escuchó a un raro hombre robot amenazarlos se lanzó al ataque, corriendo a cuatro patas como si se tratara de algún animal disminuyó la distancia entre él y el robot para absorber agua de la rica atmosfera humeda del lugar en su puño para realizar un golpe devastador al cuerpo del robot.
Gyojin karate ogi: Buraikan
kgy801
GYOJIN KARATE
Ofensiva
Tier 8
96
Costo de Energía
3
Enfriamiento
60 Fuerza
El usuario concentra toda el agua del ambiente en su puño para amplificar la potencia de este y evitar que el golpe se propague, dado que la intención del impacto es íntegramente destruir a su oponente y que el agua penetre en su cuerpo destruyendo el mismo con el impacto. Si dicho golpe logra conectar causará una [Fractura] integral en todo el esqueleto de la víctima y le dejará una [Hemorragia media] interna.
Golpe Básico CaC + [FUEx3,6] de [Daño contundente]

¡Veamos quién es el derrotado!-si su ataque impactaba con éxito el cuerpo de aquella heroica figura sería destruida desde adentro, fracturando sus ¿Exoesqueleto metálico? Y creando una fuga de aceite (sangrado)

Jōki no eikyō
kgy300
GYOJIN KARATE
Pasiva
Tier 3
Las técnicas del estilo emplean el elemento agua en ellas, con lo cual serán capaces de golpear a los usuarios de Akuma no mi que normalmente contarán con ciertas inmunidades con normalidad. Por otro lado, siempre que se encuentre en el agua o en un ambiente con una alta presencia de la misma y por lo tanto humedad sus técnicas causan +50 de Daño adicional y costarán -5 Energía (Hasta un máximo de 5 Energía).
nuevas stats

resumen
#54
Balagus
-
Personaje


Aspecto onírico de Balagus


Órdenes vociferadas en cubierta. Reprimendas y exabruptos hacia los grumetes haraganes. Las pisadas del oni retumbando contra las planchas de madera, haciéndolas crujir sin misericordia, y una pregunta que volvía a salir de sus pulmones a todo volumen: ¿Dónde está el capitán?

Balagus se dejó caer contra el mástil principal, deslizándose hasta dar con el suelo. El cansancio y el calor habían comenzado a hacerle mella. Sólo necesitaría descansar un rato para recobrar las fuerzas, y, a fin de cuentas, la tripulación no era tan necia como para no saber mantener el barco a flote durante unos cuantos minutos sin su supervisión, ¿no?

Y de pronto, lluvia. Lluvia fría, amarga, dolorosa. Arrugó el gesto, pues no había visto ninguna señal de lluvia o tormenta en el cielo. Refunfuñando, empezó a removerse para tratar de incorporarse cuando, aullando cual llanto agónico como si no fuera el mar lo que atravesaba, un viento, aún más gélido que las finas gotas de agua, se coló en su espina dorsal.
 
El cansancio se evaporó por arte de magia, y nada le impidió ya plantar los pies en el suelo y abrir los ojos. A su alrededor ya no había barco, sino el saliente traicionero de una escarpada montaña, incrustada entre una extensa cordillera de otras como ella, con antiguas ruinas surgiendo desde la piedra aquí y allá como setas de un tronco viejo. Él tampoco era el mismo: sus manos y dedos se habían vuelto verdes, y no quedaba rastro ni de sus imponentes colmillos, ni de sus tupidas melenas y barbas, ni de sus ropas de pieles: en su lugar, sólo le asomaban dos extrañas trompetillas de los lados de la cabeza, y llevaba encima una camisa de lino blanca y sucia, media chaqueta sin mangas roída y mugrienta de algún tipo de piel de reptil, unos pantalones demasiado pequeños para mis piernas, y unas botas desgastadas que ya eran sacos de cuero con cuerdas más que botas.


Y, aunque sorprendido y anonadado por el descubrimiento, no tardó en hacerse a ello con un encogimiento de hombros.
 
- Pues vale. ¿Qué hay para cenar? –
 
Pensó que todo aquello podía ser una mera alucinación, fruto del calor. O algún sueño que me hubiese abordado al caer rendido. O podía ser que toda la vida hubiera estado soñando y que esto fuera la realidad. Se rascó la cabeza con un gesto despreocupado, sintiendo que empezaba a dolerle de pensar tanto. Al menos, su hacha seguía fielmente colgada a su espalda. Solo que ya no era un hacha, sino una rama resistente de gran peso y tamaño.
 
- Oye, mientras siga sirviendo para reventar a la gente, me vale. –
 
Muy despacio, fue tanteando el terreno con los pies para asegurarse de que el saliente podía aguantar su peso. Entre su ropa encontró una bolsa con una misteriosa canica dentro. Mirarla era casi hipnótico, y sentía que, de alguna forma, tenía una especial relevancia, y que necesitaba hacerse con más de ellas. Además de esto, un número “uno” en rojo flotaba sobre su cabeza como si nada, acrecentando su corazonada.
 
Bufó con la nariz, pensando en que ya iba estando bien de ver cosas raras. Sin embargo, las extravagancias siguieron atormentándole cuando oyó unas voces resonando entre las montañas. Alarmado, se ocultó rápidamente entre los peñascos que le habían dado refugio, y miró más allá.
 
En lo alto del monte más cercano, un grupo variopinto, con aspecto de importantes y con brillos dorados en la cabeza, comenzaron a bajar, uno detrás de otro. Balagus esperó a que todos hubieran pasado, y salió de su escondite.
 
Ya estaba poniendo los pies sobre el inestable borde del saliente, cuando una última silueta apareció de improviso. La sorpresa y la alarma le pillaron en mal momento, y el oni perdió su punto de apoyo.
 
- ¡OH, MIERDA! –Fue todo lo que pudo gritar, antes de caer rodando sobre la grava de la ladera.

Resumen
#55
Galhard
Gal
Personaje


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Volviendo sobre los pasos que había dado anteriormente en su retirada pudo contemplar como los entes que había perseguido de vuelta a las montañas de los lamentos se habían posicionado, Nagaki seguía en su forma aterradora, enfrentando aún a Hyun, Galhard se sentía en deuda con ese humano ya que probablemente si no hubiera atacado a Nagaki, la misma habría evitado la retirada que planeó hacia las cumbres, lleno de confianza y dando pequeños saltitos fue ganando altura en una formación rocosa, la cual, en su cima, le hacía ser algo más visible pese a su escaso tamaño en forma de Gnomo.


—Oi oi oi ¿Quien se atreve a ignorar mi presencia y huir? Si esta gente venida de las cumbres desean pelear y han formado una alianza entre ellos ¿¡QUE MENOS QUE HACER NOSOTROS UNA!?— Hizo especial hincapié en su grito, tratando que no solo fuese escuchado por nagaki en su forma de pesadilla , Hyun, Kael con aspecto de Salazar Stone y Atlas que parecía ser ajeno a los "Sectarios de Norfeo" —¡SI NOS MATAMOS ENTRE NOSOTROS ELLOS TENDRÁN LA VENTAJA!— Continuó, abandonando esta vez la formación rocosa donde había subido para tener más visión y fue acercándose hacia donde la contienda parecía que iba a tener lugar, necesitaba aliados y pese a que desease luchar con todo su ser contra Salazar sabía que, si los demás habían hecho una alianza, él era la mejor baza que podía obtener como aliado, no era un todos contra todos. 

Mientras la adrenalina seguía corriendo por sus venas y el eco de su grito resonando en las montañas, continuó su avance hacia donde había visto a Kael reparando en en la figura de un enorme gyojin tiburón ataviado con una ropa tribal que lanzó a quien podía esperar que fuese un aliado suyo hacia la ubicación de Nagaki y también en una chica rubia con un extraño traje azul ajustado.

Sabía que los recursos que llevaba en su mochila podían ser cruciales en la próxima batalla. Los diales de impacto, de propulsión, de fuego, de agua, de bola y de nubes que tenía guardados eran su as bajo la manga, y no dudaría en utilizarlos cuando fuera necesario pero necesitaba antes saber si los demás se iban a prestar a una alianza y también debía encontrar un lugar estratégico para la pelea.
#56
Airgid Vanaidiam
Metalhead
A Airgid le emocionó comprobar cómo no solo habían sido Asradi, Octojin y ella los que se aventuraron en busca de la otra zona y de sus enemigos. También se acabaron uniendo el pelirrojo, el pato, el chico de cabellos violetas y el profeta acompañado de su querido Carlito. Eran un grupo más que decente. Aguardaron con paciencia solo unos minutos. Era la calma antes de la tormenta. Todos parecían entusiasmados por demostrar el poder con el que Norfeo les había bendecido, ella la primera, esbozando una sonrisa ladeada, pícara. Asintió ante las palabras del tiburón. Quién iba a poder imaginarse que acabarían aliándose, ellos dos precisamente, que empezaron con tan mal pie. Pero fue exactamente gracias a aquel disparo que el gyojin se ganó el respeto de la rubia, demostrando que la venganza no le cegaba, que sabía perdonar a los que se equivocaban, que tenía incluso sentido del humor. La verdad es que le había sorprendido de forma bastante positiva. Ojalá pudiera seguir conociéndole.

Entonces la mujer pudo detectar la presencia de un hombre de cabellos rubios que se acercaba a la posición de su grupo. Sin corona de laurel. Un infiel. El tiburón mandó a que alguno de los presentes fuera a por él, sin especificar a nadie en concreto. Tampoco es como si Octojin fuera de repente el líder... pero no, no iba a discutir con él, no en medio del territorio enemigo.

De repente, Octojin tomó a ese niño pequeño de pelo morado y de apestoso olor y lo lanzó con todas sus fuerzas contra un tipo que observó a la distancia. Se le habría escapado una risotada si no hubiera sido capaz de mantener la concentración. Tenía que estar seria, atenta a todo. Resultaba difícil con distracciones así, pero no podía permitirse ni un segundo bajar la guardia. Y menos cuando ahora el gyojin la llamó a ella directamente para que le cubriese mientras avanzaba, para que disparase a cualquier cosa que se moviera a su alrededor. Airgid simplemente asintió con la cabeza y alzó el rifle hasta la altura de sus ojos, pendiente de cualquier movimiento, preparada para disparar ante cualquier atisbo de amenaza. Con el dedo en el gatillo. Avanzó tras el tiburón, unos metros más alejada de él, mirando hacia todas direcciones.

Cubriéndole las espaldas a Octojin, observó cómo sin decir nada, lanzó un ataque hacia un humano que se escondía sin tener en cuenta el olfato de un tiburón hambriento. A su alrededor, pudo ver cómo todos se enzarzaban en combate, cómo iban apareciendo los demás infieles. El pelirrojo se lanzó al ataque contra lo que parecía ser un robot; un tipo de enormes proporciones trató de acercarse a ellos pero cayó rodando colina abajo; el rubio, no se olvidaba de él; un... ¿gnomo? No parecían especialmente fuertes... y nadie se había lanzado a atacar al rubio. Así que decidió que ella misma lo haría. Corrió hacia él sin mediar palabra, acercándose cuerpo a cuerpo. ¿Qué clase de tiradora era ella, buscando el contacto con su enemigo? Una muy especial. Encontrándose frente a él, giró el rifle rápidamente con la intención de propinarle al rubio un golpe directamente en la cara con la culata del arma, y al mismo tiempo, al colocarla en su posición original, regalarle un disparo al pecho.

Resumen

Ataque

Stats
#57
Hyun Yeon
Tsubaki no Ken
Mi respiración era errática. El brazo herido me temblaba. El tiempo pasaba y no había una respuesta de Norfeo. Mi estado de salud tampoco mejoraba. Las cosas estaban empeorando por momentos. Todo lo que podía hacer ahora era seguir intentando atraer la atención de Norfeo antes de que el frío me matase.

Entonces, algo llamó mi atención. El ruido de algo atravesando el aire a gran velocidad. Me giré en esa dirección, pero el dolor y el entumecimiento me impidieron reaccionar. Una criatura mitad humano mitad insecto se abalanzaba sobre mí con el puño en alto, volando a gran velocidad.

La velocidad que llevaba y la fuerza del golpe me estampó contra un árbol cercano. El potente golpe me derribó al suelo. Tosí con esfuerzo y noté algo cálido y ferroso en mi boca: sangre. Escupí torpemente y levanté la vista hacia mi atacante - ¿Por... qué? Ni siquiera me quedan ca... canicas - alcé lentamente la mano y señalé el cero sobre mi cabeza - No lo entiendo.

Noté mi visión nublarse. Una sensación de mareo me superó y apenas noté cómo me derrumbaba. Me sumí de nuevo en la inconsciencia y volví a morir.

resumen y cosas varias
#58
Asradi
Völva
Personaje


Asradi contempló en silencio como comenzaban todos a reunirse. O, al menos, los adeptos que habían decidido seguir a Octojin como máximo representante de Norfeo. La verdad sea dicha, ella no era tan creyente, pero el gyojin tiburón era una excelente protección en eses momentos, así que le convenía tenerlo de su lado. Y, además, Airgid también estaba en el meollo de la cuestión. Era su mejor amiga ahora mismo, así que no iba a dejarla de lado en una situación como aquella. Sin mencionar que se estaba divirtiendo a lo grande con todo ese desmadre.

¡Cubridme! — Alzó, entonces, la voz en general, aunque concretamente a los de su grupo. Ella se iba a exponer ahora mismo, pero valdría la pena.

No se adelantó a atacar con los demás, sino que se quedó a una distancia media donde sus aliados pudiesen escucharla. Como sirena, tenía unos cuantos truquitos bajo la manga. Sobre todo ahora que habian aparecido más personas ajenas al grupo al que ella pertenecía.

Extendió los brazos a los costados, en una postura casi mesiánica. El cabello, que ahora tenia suelto, se agitaba suavemente con la fría brisa de aquellas montañas. Un frio que le atenazó durante unos momentos, arrancándole una expresión de dolor, pero eso no era impedimento, no minaría su voluntad.

Entonces comenzó a cantar.

La voz hipnótica y apabullante de Asradi se alzó en un canto melódico, en algún antigüo idioma. Cualquier ajeno a ella no le entendería, pero aquellos que fuesen bendecidos por el favor de la sirena, sí podrían hacerlo. Dejando que las voces de antaño fluyesen a través de los labios de la pelinegra y, al mismo tiempo, se adentrasen en sus aliados, susurrándoles palabras, fortaleciéndolos.

Inspirándoles, como si alguna especie de guerreros o héroes antigüos se tratase.

Curiosamente, el viento comenzó a soplar a medida que la voz de la sirena continuaba, pudiendo escucharse a varios metros a la redonda. No solo eso, sino que como si hubiese invocado a los espíritus de los ancestros guerreros, una especie de coro de voces fantasmales, fuertes, brutales y graves, parecían acompañar el canto de Asradi.

Técnicas usadas

Resumen y datos de batalla

Stats Actualizados


#59
Silver
-
Personaje

Aspecto Onírico


La marcha hacia el siguiente territorio fue rápida y decidida, el grupo avanzaba como una fuerza imparable a través del aire enrarecido de las Cumbres del Destierro. Silver, en su forma felina, se movía con agilidad, manteniéndose cerca del grupo mientras la energía vibrante de la extraña joven que cantaba le recorría el cuerpo, incrementando su fervor combativo.

Finalmente, las Cumbres dieron paso a un terreno nuevo y aún más inhóspito: las Montañas de los Lamentos. Ante él se alzaba una vasta cordillera, con picos que rasgaban el cielo como garras de un gigante. Las voces aullantes del viento resonaban entre los pasos montañosos, mezclándose con los murmullos de aquellos que habían perecido en este traicionero lugar.

“Vaya sitio deprimente...” pensó, sintiendo un escalofrío que no tenía nada que ver con el viento gélido que barría las laderas.

No fue solo la helada bienvenida la que lo incomodó. Cada paso que daba parecía robarle un poco de su fuerza vital, como si las montañas estuvieran drenando su energía. “Algo no está bien... Este lugar está chupándome la vida.” Apretó los dientes, resistiendo la sensación de agotamiento que se apoderaba de su pequeño cuerpo.

Pero no había tiempo para lamentarse. Apenas llegaron a las montañas cuando se toparon con el grupo enemigo. Al frente de su propia partida, el hombre tiburón se lanzó a la carga sin dudarlo, lanzando a uno de sus acompañantes como si fuera un proyectil hacia los desprevenidos oponentes. El caos se desató de inmediato, con gritos y chispas de energía llenando el aire.

Syxel no perdió el tiempo y se preparó para unirse a la batalla. Sus ojos felinos se enfocaron en una figura que acababa de caer rodando por la ladera cercana. Un ser verde, corpulento y ridículamente familiar, con una gran rama a la espalda. “¿Será uno de los suyos? ¡Perfecto! Vamos a ver de qué está hecho.”

Pero antes de que pudiera lanzarse al ataque, una ráfaga de viento repentina y violenta lo golpeó, derribándolo de nuevo. Rodó por el suelo, cubierto de polvo y grava, mientras su diminuto sombrero volaba peligrosamente cerca del abismo.

¡Jodido viento! —gruñó, levantándose rápidamente y sacudiendo el polvo de su pelaje por segunda vez—. No hay manera de que me dejen tener un poco de estilo en este lugar.

Con la energía de la joven cantante todavía corriendo por sus venas, recuperó la compostura y se lanzó hacia el ser verde, el cual parecía estar en una posición vulnerable tras su caída. La distancia entre ambos se acortaba rápidamente, y Silver ya preparaba su primer movimiento, confiando en que la sorpresa jugaría a su favor.

El viento seguía rugiendo y el aire helado mordía su cuerpo, pero nada de eso importaba. Solo había una cosa en la mente del capitán pirata en ese momento: recuperar la energía que esas malditas montañas le estaban robando, y tal vez, conseguir una de esas canicas de su inusual oponente.

Resumen
#60


Salto de foro:


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