Alguien dijo una vez...
Crocodile
Los sueños son algo que solo las personas con poder pueden hacer realidad.
¿Nos conocemos de algo, amigo?
Hunter D. Alpha
El Gran Cazador
La verdad es que hoy hacia un día muy tranquilo. Si, bastante tranquilo. Incluso tú te estabas sorprendiendo del mismo, Alpha.  Lo único que podías tener en mente, era el hecho es que tu taza de café estaba un poco… vacía, ya que te la habías terminado sin darte cuenta de nada. Bueno, no era menos de esperarse, ya que estabas un poco aburrido a decir verdad. Digamos que esta isla… otorga más tranquilidad de la que acostumbras. Bueno, es normal supongo, después de todo se encuentra una base de la marina justo aquí. Aunque tú no le dabas mucha importancia aquello, tú seguías en lo tuyo.

- ¿Podría darme otra taza de café? – Miraste con tranquilidad al encargado desde tu asiento, en la barra. Este simplemente te dio el visto bueno y con suma tranquilidad volvió a rellenar tu tasa. Tú simplemente te quedaste tranquilo disfrutando del fuerte aroma. Por otro lado, y me atrevo a decir que es un poco temerario de tu parte, pero el beber el café sin azúcar es algo que si o si debe ser bastante duro. De vez en cuando lo he hecho, y te diré que dependiendo de la cosecha puede tener un sabor agradable o no. Pero en tu caso no es así, sin importar la calidad de este, tú lo sigues bebiendo sin endulzarlo.

No había mucha gente en el local. Algo agradable para ti. Aunque después de todo hay un lugar y tiempo para cada ocasión y… en esta oportunidad buscas gozar de la tranquilidad. Das un sorbo. Te preguntas muchas cosas. Demasiadas, pero ninguna que sea realmente importante. Pero lo que si resulta curioso es la hora. Una ojeada al reloj y te das cuenta que es medio día. Suspiras y te preguntas un montón de cosas más. Vamos, que incluso yo me pregunto por qué tanto piensas. Aunque finalmente llegas a una conclusión.

Simplemente, te relajaste. Nada más.
#1
Galhard
Gal
Galhard entró en el local con su andar tranquilo, observando el lugar con curiosidad mientras sus ojos se adaptaban a la tenue luz del interior. Había algo en la atmósfera de esa pequeña cafetería que lo hacía sentir a gusto de inmediato. Tal vez era la falta de bullicio o la suave melodía de fondo que acompañaba los murmullos de las pocas personas que se encontraban ahí. A diferencia de las tabernas y bares ruidosos a los que estaba acostumbrado en sus viajes, este lugar ofrecía una paz que le resultaba refrescante.

Se acercó a la barra y tomó asiento en un taburete vacío, a un par de espacios de distancia de Alpha, a quien apenas reconoció de las descripciones vagas que había escuchado de otros. No era del tipo que juzgaba a las personas de inmediato, prefería observar y dejar que las acciones hablaran por sí mismas.

Galhard pidió su bebida habitual, un té negro fuerte con un toque de limón, una pequeña tradición que había adoptado en sus días en la marina. Mientras esperaba, dejó que su mirada vagara por el local, apreciando la simplicidad del lugar. En silencio, observó cómo el encargado servía otra taza de café a Alpha, notando la expresión tranquila en el rostro del hombre. Era evidente que disfrutaba de la calma, de un momento de respiro en medio de lo que imaginaba podría ser una vida agitada.
Cuando su té llegó, Galhard tomó un sorbo, dejando que el calor del líquido se extendiera por su cuerpo. Disfrutaba de esos pequeños momentos de pausa, en los que podía permitirse reflexionar, aunque fuera solo por un breve instante. Quizás, en ese lugar, compartiendo el mismo espacio de tranquilidad que Alpha, ambos encontrarían un breve alivio del caos que usualmente los rodeaba.

Finalmente, decidió romper el silencio que compartían, pero de una manera que no interrumpiera la calma que ambos parecían valorar.
—El café sin azúcar tiene su encanto, ¿verdad?—comentó Galhard con una ligera sonrisa, sin esperar realmente una respuesta profunda, pero dejando abierta la posibilidad de una conversación. Después de todo, en esos momentos de tranquilidad, incluso una pequeña charla podía ser bienvenida.—¿Nos conocemos de algo? Tu cara me es muy familiar— Finalizó mientras miraba al joven.
#2
Hunter D. Alpha
El Gran Cazador
El momento de tranquilidad fue interrumpido por una persona que a simple viste lucia mayor que tú. Alto, por supuesto. Tampoco es que  fuera muy difícil encontrar a cualquier persona que fuese más alto que tú. Aunque tu altura nunca ha sido un complejo para ti. Algo positivo que debemos añadir de ti. Eso hace notar tu confianza, algo bastante positivo.

-El café tiene sus cosas. – Respondiste con total tranquilidad. – Pero el azúcar ya es otra cosa. – Mostraste cierta incomodidad al nombrarla. – No me desagrada, pero no deja de ser un veneno del cual lentamente adelanta tu muerte. Y tristemente, es uno de los pocos venenos que el cuerpo humano no está diseñado para adaptarse. – Diste un suspiro – No es como el veneno de una serpiente o escorpión. Simplemente… es algo de lo cual nadie puede adaptarse, y lo más peligroso es lo adictivo que es.

Normalmente eres de hablar poco, pero este tema en particular te llama. Al igual que la azúcar, la sal también la consideras un veneno. Aunque eres consiente que solo la gente que realmente sabe cocinar, encuentra un equilibrio para que aquello no sea un problema. No es tu caso, cocinar no es una de tus virtudes. Si es por ti, simplemente cocinas todo sin usar condimento alguno. Colocando lo que tienes que colocar al fuego para que este se cocine… hasta llegar al punto exacto que sea comestible. Después de todo, lo importante es sobrevivir sin importar que.

Y mucho más si estas en un mundo como este.

- No creo conocerle, caballero. – Respondiste con total tranquilidad. – Pero digamos que nunca es un mal día para conocer a alguien nuevo. Solo el destino sabe por qué nos cruza con otras personas – Dijiste señalando la silla de tu costado, invitándole a tomar asiento. – Soy Alpha, un placer.

Y después de presentarte… simplemente sonreíste.
#3
Galhard
Gal
Galhard dejó escapar una breve risa ante la respuesta de Alpha, su tono aún amigable pero con una pizca de curiosidad.—No esperaba una respuesta así. Sé que el azúcar puede ser dañino, pero... ¿No lo es también la cafeína?— respondió mientras daba un sorbo a su té, dejando que el calor del líquido lo relajara aún más—. Creo que tanto el azúcar como la cafeína no dejan de ser perjudiciales, aunque han sabido camuflarse bien por sus usos en la sociedad como fuentes de energía para estar activo.

Galhard hizo una pausa, observando cómo Alpha parecía meditar sobre el tema, casi como si estuviera analizando cada palabra que se decía. Era evidente que ambos tenían una forma distinta de ver el mundo, pero eso solo hacía la conversación más interesante.

—Tampoco es que mi bebida no esté exenta de cafeína —continuó Galhard, moviendo la taza en un gesto casual —Aunque no sería tan radical como para compararlos con venenos más virulentos. Supongo que todo depende del equilibrio, ¿no? Al final, la vida se trata de encontrar un balance, incluso en las cosas pequeñas como estas... Aunque no puedo negar que el azúcar es muy adictiva, culpable soy de caer en sus garras— Finalizó aceptando la invitación de Alpha, Galhard tomó asiento a su lado, apreciando la cortesía del gesto. Era un hombre directo, eso estaba claro, y la conversación prometía ser más interesante de lo que había anticipado en un principio.


—Soy Galhard, un placer conocerte también —dijo, correspondiendo a la sonrisa de Alpha con una expresión relajada —Tienes razón, el destino tiene formas curiosas de cruzar caminos, a veces nos presentan a un buen amigo, otras veces a un fuerte rival y en ocasiones... También enemigos. ¿Qué te trae a este tranquilo rincón del mundo, si no es indiscreción preguntar?—

Mientras hablaba, Galhard dejó que su mirada vagara brevemente por el local, captando los pequeños detalles de su entorno, antes de volver a centrar su atención en su interlocutor. La conversación se sentía como un intercambio tranquilo, casi filosófico, en medio de la calma del día, y eso era algo que Galhard valoraba.
#4
Hunter D. Alpha
El Gran Cazador
-En parte lo es. – Respondiste tranquilo. – Pero tiene lo suyo. Es muy útil para despertarte cuando tienes problemas con el mal despertar. – Como tú, por ejemplo. Que tienes un pésimo problema cuando te despiertas. Cada vez que lo haces es un calvario para ti hacer que tu cuerpo se active. El café solo logra que sea menos tedioso el hecho de tener que despertar. Bueno, gusto le tienes al dormir.

Pero despertar ya era otra cosa.

-El equilibrio ya está.- Afirmaste. – Pero a veces nosotros como humano intervenimos un poco para que este deje de estar.  Pero eso no quiere decir que no este. La madre naturaleza  se encargar de dar vida a todo. Todo cumple su siclo. Árboles, animales, el océano y seres humanos. Aunque nosotros podemos llegar a ser más… problemáticos.

Si, eras muy consciente del daño que podíamos llegar a hacer la madre tierra. Y eso era algo que no te agradaba del todo.  Tú querías que todo siguiera el curso de la vida. Que la madre tierra se encargara de mantener todo en equilibrio. Pero en tu caso, tenías algo dentro de ti que afirmar. Siempre nace una especie para mantener a raya a otros. Depredador y presa. Un equilibro normal del asunto de la vida. Si… prefieres llamarlo de esa manera. Pero eres muy consiente que en este mundo existen criaturas de todo tipo. Y tú… has decidido caminar un camino de cacería donde te lleve a explorar y conocer cada una de ellas. Ya sea humano o animal. Ya que para en este mundo no existen buenas o malas personas, sino que solo existen buenas presas.

Y llegara un momento… en que la madre tierra debería encargarse de colocar a una criatura que se intente encargar de ti.

- ¿Y en esta ocasión que eres, Galhard? – Preguntaste como si nada. – A mí no me trae nada del otro mundo a esta isla. Solo exploro y veo si hay algo interesante que pueda llamar mi atención. Aunque… también me preparo para ir a otros lugares en un futuro. Pero aún tengo tiempo, la paciencia siempre apremia al final.
#5
Galhard
Gal
Galhard escuchó con atención, notando el cambio en el tono de la conversación. La forma en que Alpha hablaba sobre el equilibrio y la madre naturaleza resonaba con una cierta melancolía, pero también con una firme convicción. Había algo casi filosófico en sus palabras, como si estuviera explorando verdades profundas que iban más allá de las simples interacciones diarias. Galhard tomó un momento para considerar su respuesta, sabiendo que la conversación había tomado un giro más serio y reflexivo.

—El equilibrio dices... Oi oi...Diría que es algo que puede cambiar mucho —respondió Galhard, su voz tranquila, pero con una nota de seriedad. —Somos parte de ese ciclo, nos guste o no. A veces, nuestras acciones alteran ese equilibrio, y otras veces, simplemente estamos cumpliendo con nuestro papel en él—Galhard se detuvo un momento, mirando su taza de té antes de continuar, quien diría que de un encuentro tan fortuito nacería una conversación de esta naturaleza

—¿Qué soy en esta ocasión? —repitió la pregunta con una pequeña sonrisita, como si estuviera reflexionando sobre la profundidad de esa cuestión. —Supongo que en este momento, soy un aventurero observador en busca de aprender y entender mejor este mundo junto a las personas que lo habitan. Mi papel puede cambiar, dependiendo de la situación, pero siempre trato de mantenerme fiel a lo que considero justo y necesario.—
Galhard sabía que la vida era un juego de equilibrio, uno en el que las líneas entre el depredador y la presa podían volverse borrosas. En su carrera como marine, había visto de todo: personas que habían perdido su camino, criaturas que seguían sus instintos, y lugares donde la naturaleza misma parecía estar en conflicto con las acciones humanas.

—Explorar y prepararse para lo que venga es parte de ese ciclo también —continuó, mirando a Alpha con una expresión más seria. —La paciencia, como dices, es crucial. A veces, la mejor acción es no apresurarse, sino esperar y observar, para tomar la decisión correcta en el momento adecuado aunque mentiría si no dijera que hay ocasiones donde la impulsividad guía nuestros movimientos.—
Galhard sabía que en este mundo, la paciencia era una virtud subestimada. Pero también era consciente de que, cuando el momento llegaba, era necesario actuar con determinación y claridad. Y aunque Alpha parecía estar en un viaje más personal y quizás solitario, Galhard no podía evitar sentir un cierto respeto por su enfoque.
#6
Hunter D. Alpha
El Gran Cazador
-Es cierto.- Respondiste tranquilo. – Muchos aún no saben cuál es su papel dentro de este. Pero… me alegra darme cuenta que las personas en su mayoría, tienen la respuesta de simplemente vivir tranquilos, buscando la felicidad. – Sonreíste un poco melancólico. – Eso es respetable. Aunque otros tengamos como respuesta otra cosa.

Cada quien como él lo dice tiene su papel aquí.

La conversación estaba siendo amena para ti, Alpha. De hecho, levantaste la mano y pediste al cantinero que trajera una botella de licor de café. Bueno, esperabas que tu extraño gusto por el café no fuera un problema para tu compañero de plática. Pero bueno, quizás para el probar algo nuevo fuera de lo común no sería de mal agrado para este.

-Así que un aventurero… ¿Has aprendido algo en tus viajes? – Preguntaste curioso. – Yo también soy alguien que espero que con el tiempo... mi viaje y la paciencia me brinde lo que busco. Aunque no puedo dar por sentado que ocurrida. La vida en sí misma es curiosa. – Dijiste mientras serbias con mucha calma y un poco de licor para ambos en un par de vasos que habían dejado en la mesa. Le colocaste su bebida a él y luego la tuya la tenías en la mano ya. – Salud. – Buscaste chocar tasas con él para brindad. Luego, diste un profundo trago a tu licor de café. A tu gusto, estaba bastante bueno y estabas bastante feliz por ello. Te serviste un poco más y luego volviste a mirar a tu compañero.

- Existen muchas tierra que no he podido explorar aun, pero espero hacerlo pronto. Esta isla es mi primera parada y no he podido averiguar mucho. Esperaba encontrar alguna especie de animal interesante, la cual pudiera poner mi interés en ella.  – Suspirate un poco. – Pero no he podido averiguar nada.

Un poco lamentable eso, pero es la verdad.
#7
Galhard
Gal
Galhard escuchó atentamente mientras Alpha hablaba, notando el tono melancólico y reflexivo que impregnaba sus palabras. La conversación había tomado un giro inesperado, alejándose de la trivialidad inicial para sumergirse en temas más profundos y filosóficos. El marine, con su taza de té negro con limón en la mano, reflexionó sobre lo que había dicho Alpha, comprendiendo que ambos, a su manera, estaban buscando algo en este vasto mundo.

Tienes razón—, dijo finalmente, su voz calmada mientras giraba ligeramente la taza en su mano, observando cómo el líquido oscuro se arremolinaba dentro. —Muchos buscan simplemente vivir en paz, encontrar la felicidad en las pequeñas cosas de la vida. Pero para otros, como nosotros, hay algo más que nos impulsa a seguir adelante. Es una búsqueda, una necesidad de comprender el mundo y nuestro lugar en él.

Galhard dio un sorbo a su té, disfrutando del sabor fuerte y cítrico que ofrecía. La calidez de la bebida contrastaba con el frío de sus pensamientos, pero le ayudaba a centrarse, a encontrar las palabras adecuadas para continuar la conversación.

—En mis viajes, he aprendido que el equilibrio es frágil—continuó, su mirada fija en la mesa frente a él. —La naturaleza siempre encuentra una manera de restablecerlo, pero los humanos... bueno, somos complicados. Tenemos el poder de alterar ese equilibrio, a veces para bien, pero muchas otras veces para mal. Tal vez sea parte de nuestro papel en este ciclo, pero es un papel que debemos entender y manejar con cuidado.

Cuando Alpha le preguntó sobre lo que había aprendido en sus propias aventuras, Galhard dejó escapar una pequeña sonrisa. —He aprendido que no siempre hay respuestas fáciles—, dijo, sus ojos brillando con una mezcla de serenidad y determinación.—Cada sitio que visito, cada persona que conozco, me enseña algo nuevo. A veces son lecciones duras, pero necesarias. Y lo más importante, he aprendido que la paciencia, como dijiste antes, es clave. Hay momentos para actuar y momentos para esperar. Saber cuándo hacer cada uno es lo que realmente marca la diferencia.—

Galhard se inclinó ligeramente hacia adelante, interesado. —No soy un gran bebedor de café, como ya habrás notado—, comentó, levantando su taza de té en señal de preferencia. —Pero la idea de probar algo nuevo siempre es bienvenida. Salud—, añadió, levantando su taza para brindar con Alpha, a pesar de la diferencia en sus bebidas.

El marine observó a Alpha mientras hablaba de sus propias exploraciones, comprendiendo que, a pesar de sus diferencias, ambos compartían un deseo común de descubrir más sobre el mundo. —Es cierto que esta isla puede no haber ofrecido lo que esperabas—, respondió Galhard, pensando en sus propias experiencias. —Pero a veces, los lugares más tranquilos tienen secretos que no se revelan a simple vista. Tal vez aún encuentres algo que te sorprenda aquí. O tal vez, este es solo el comienzo de algo más grande. El mundo es vasto, y siempre hay más por descubrir, más por aprender.

Galhard terminó su té, sintiendo que la conversación había tocado un punto importante. —En cualquier caso, te deseo suerte en tu búsqueda—, concluyó, con una mirada sincera hacia Alpha. —Y quién sabe, tal vez nuestros caminos se crucen de nuevo en otro rincón de este vasto mundo. Hasta entonces, seguiré aprendiendo y explorando, esperando que ambos encontremos lo que buscamos. Aunque dime ¿Tienes algún sueño o ambición?—
#8
Hunter D. Alpha
El Gran Cazador
-La naturaleza es magnífica… - Afirmaste eso con una gran sonrisa. Para ti no había nada mejor que eso. Cada especie en este mundo ya sea planta o animal tenía un propósito y un por qué. A ti eso te encantaba muchísimo. Te fascinaba a tal punto, que podrías pasar horas explorando y buscando cada cosa de una isla. Aunque, eso también despierta cierto lado de ti. Ese lado que anhela ponerse a prueba contra aquellas especies más feroces y probar que podías cazarlas. Buscando añadir tu trofeo a la colección.

Cada trofeo… es una victoria.


-Depende de cada quien la respuesta puede ser fácil o no. – Respondiste sin más. – Bueno, tampoco puedo decir que yo tenga todas las respuestas. Apenas tengo veinte años. No he vivido lo suficiente para decirte eso. Pero creo que dependiendo del nivel de responsabilidad de cada quien, las respuestas pueden ser claras o tras veces no. – En tu caso, las respuestas pueden ser más sencillas. Por ahora, solo velas por ti y solamente por ti, joven pirata. Pero has de ser sincero en el asunto que dependiendo de la situación, tendrás que pensar mejor las cosas. Vamos, que seguramente no siempre estarás solo. Quizás si… quien sabe.

La vida es misteriosa y no siempre tenemos la respuesta.

- Espero tengas razón. – Respondiste. – Quizás tenga que buscar en esos lugares ignorados y poco vistos. Quizás… deba fijar mí vista un poco más. – Fue la respuesta más honesta que pudiste dar. - ¿Qué si tengo un sueño? – Pensaste un momento en aquello. – En parte, he comenzado a vivirlo. Viajo con el afán de poder conocer a todas las criaturas y cazar a las más feroces. Claro, no con fin de lucrarme. Con tan solo tener un trofeo de cada una me basta y me sobra. – Tu sonrisa se marca aún más. Claramente eras consiente que con todo tipo de criaturas, también se trataba no solo de animales. Cuando usabas el término todo, literalmente te referías a todo.

Un cazador… en toda regla.

- Aunque lo bueno es que mi ambición no liga a las personas tranquilas. – Dijiste dando otro trago a tu licor. – Ellos solo tienen que enfocarse en vivir y ser felices. A los fenómenos como yo nos toca nos toca destacar entre demonios. – Suspiraste. – No pude pedir una mejor vida.
#9
Galhard
Gal
Galhard escuchó atentamente mientras Alpha hablaba con pasión sobre la naturaleza y su deseo de cazar a las criaturas más feroces del mundo. La intensidad de sus palabras, la claridad en sus objetivos, y la juventud que aún marcaba su visión del mundo le resultaron fascinantes. Mientras Alpha exponía su perspectiva, Galhard se permitió un sorbo de su té negro con limón, dejando que el sabor amargo y cítrico se mezclara con sus pensamientos.

—Es interesante lo que dices—respondió Galhard después de un momento de reflexión, con una voz calmada, pero cargada de curiosidad— La naturaleza tiene su propia forma de equilibrio, y en ese sentido, tu deseo de cazar y coleccionar trofeos es, en cierta medida, parte de ese ciclo. Cada cazador tiene su presa, y cada presa tiene su cazador. Es un juego eterno, que a veces se vuelve más complejo cuando entran en juego los deseos y ambiciones humanas.—Meditó un poco, continuando el movimiento de su taza de té, ahora vacía.

Galhard dejó que sus palabras se asentaran un momento antes de continuar, mirando a Alpha con una mezcla de respeto y una ligera sonrisa que sugería que estaba a punto de hacer una pregunta que podría desvelar algo más sobre su interlocutor.

—Pero dime—empezó, su tono más inquisitivo —cuando hablas de cazar a las criaturas más feroces, ¿incluyes también a las personas fuertes? Aquellos que han grabado su nombre en la fama de los mares, que son temidos y respetados por sus habilidades y poder… ¿Ellos también entran en tu lista de presas?—
Era una pregunta cargada de implicaciones, una que podría revelar si Alpha veía el mundo solo como un cazador de bestias o si también contemplaba enfrentarse a los desafíos humanos que el vasto océano le podía ofrecer. Galhard sabía que en su vida como marine, había encontrado personas que, en muchos sentidos, eran más peligrosas que cualquier criatura. Y aunque respetaba a aquellos que seguían un camino diferente al suyo, también comprendía que el mundo de los mares estaba lleno de desafíos que iban más allá de la naturaleza.

—Porque, en los mares, no solo hay criaturas salvajes. Hay personas que se convierten en leyendas, en símbolos de poder, justicia, o terror. Cazar a una bestia es una cosa, pero enfrentarse a alguien que ha dominado su destino, que ha forjado su camino a través de la fuerza y la voluntad, es un tipo de desafío muy diferente —añadió Galhard, dejando que sus palabras flotaran en el aire, esperando ver cómo Alpha respondería a esa nueva dimensión de su conversación.
Su mirada se mantuvo firme, pero abierta, mostrando que estaba genuinamente interesado en la respuesta de Alpha, sin juzgar, solo explorando las profundidades de su filosofía como cazador.
#10


Salto de foro:


Usuarios navegando en este tema: 26 invitado(s)