Son Goku D. Namek
Dr. Goku
03-09-2024, 04:40 PM
En el puerto de Logetown, donde siempre hay lío y movimiento, un tipo con el pelo alborotado y cara de no saber ni dónde está parado se mezclaba con la multitud. Se llama Goku, o al menos eso creía el, porque, la verdad, no se acordaba de mucho. Su mente era un caos, una tormenta de recuerdos que no encajaban. Lo único que tenia claro es que era un agente del gobierno, que Piccolo era su mentor y mejor amigo, y que, de alguna manera, sus conocimientos médicos son sorprendentemente altos. Lo demás, es un enigma.
El sol empezaba a bajar, un hermoso atardecer, tiñendo el cielo de tonos anaranjados y la luz empezaba a amainar, cuando Goku se detuvo frente a una taberna... Algo en ese lugar le resultaba familiar, como un déjà vu, pero no lograba identificarlo. De repente, un hombre vestido de negro aparece de la nada, como una sombra que se desliza entre la gente. Su voz es tan firme como su mirada, que perfora a Goku sin vacilar - Es hora de que retomes tu misión - dice sin rodeos. Sin esperar una respuesta, le entrega un sobre con un sello rojo, el emblema del Cipher Pol, Goku lo abre y encuentra dentro instrucciones para una nueva fachada, pero al leerlas, algo le hace ruido. Este nuevo papel que debe interpretar... le resulta familiar. Demasiado familiar.
El hombre, vestido de manera formal y con facciones tan normales que apenas llamaba la atención, parecía diseñado para ser olvidado al instante. La gente a su alrededor comenzaba a dispersarse lentamente, dejando el lugar menos concurrido, pero Goku seguía allí, parado frente a esa taberna falsa, sosteniendo ese papel que le dictaba su nombre, su propósito y su vida actual. Le indicaba con quién debía vivir y dónde debía asentarse como agente gubernamental. Su misión: infiltrarse en la sociedad, aprender sobre las personas, integrarse en este nuevo lugar y esperar instrucciones. Si alguien peligroso aparecía, debía eliminarlo. Su nuevo alias: Doctor Gokun.
Gokun... - repitió Goku en voz baja - Será tu nombre clave, Goku. Los agentes Freezer y Bardok nos informaron sobre tu mala memoria y cómo debíamos intentar mantener las cosas 'parecidas' para ti. Tsk, qué fastidio, ni que fueras tan importante - dijo el agente, visiblemente irritado por la situación. - Bueno, como sea, deberás ir a vivir con el nuevo agente Bardon, quien tomará el puesto de tu padre en esta isla. Vivirás junto al agente Abueliton. Mañana empezarás a trabajar, la secretaria será la agente Bulman, tendrás a tu casero llamado Freezen. En resumen, tu equipo será exactamente igual al que tenías en Tequila Wolf antes de que los abandonaras - continuó el hombre, claramente molesto. Se quitó el sombrero, revelando un tercer ojo en su frente - Mi nombre es Ten Shinhan, pero gracias a ti, deberás llamarme Freezen a partir de ahora, ¿entendido?
La cabeza de Goku comenzaba a dar vueltas. Esos nombres... esos malditos nombres... los conocía desde hace mucho tiempo, desde toda una vida. Esto era detestable, sin embargo, el se dio cuenta de que siempre fue un agente gubernamental. Pero, ¿quiénes eran realmente sus padres? ¿Quién era realmente su abuelito? ¿Para qué fue entrenado? Poco a poco, sus recuerdos comenzaban a regresar, recordando quién era y quién había sido.
De repente, interrumpió a Freezen - Gohan... mi abuelito se llamaba Gohan, no Abueliton... - dijo, mirando el papel, para luego sonreírle a Ten - Y no es necesario que todos cambien sus nombres, se supone que esta es una nueva vida, ¿no? tratemos de llevarnos bien, Ten Shinhan... mejor me presento como es debido - dijo extendiendo su mano y sonriendole felizmente - Hola, ¡Soy Goku!
Su mirada estaba vacía, carente de emociones o empatía. Goku, un agente cuya mente había sido moldeada desde la cuna, era una de las apuestas más ambiciosas del gobierno, la apuesta para crear al soldado perfecto... ahora, en una nueva vida con nuevos compañeros y una fachada tan simplista y minimalista, la nueva vida de Goku empezaba en esta isla, en la famosa Logetown, en busca de una libertad que realmente nunca tendría. ¿Cuál seria su siguiente misión? si es solo vivir entre la gente, seria lo mejor... pero por ahora, solo restaba esperar.
En su nuevo hogar, Goku se encontró con Bardon, interpretado por Vegeta, un Mink mono al igual que él y su abuelito, Muten Roshi. Desde el primer día, esos dos no dudaron en hacerle la vida imposible. Parecían salidos de una historieta o de un anime de masiva producción, con sus personalidades exageradas y sus constantes payasadas.
La secretaria, la hermosa Lunch, era un espectáculo aparte. Una muchacha de pelo azul rizado y curvas que hacían girar cabezas, pero Lunch tenía algo peculiar, un genio explosivo. A veces llegaba con el pelo teñido de rubio, otras de un azul casi morado, pero lo más extraño era que cada vez que cambiaba su color de cabello, también lo hacía su personalidad. Un minuto era dulce y amable, y al siguiente, una tormenta andante. Goku nunca sabía qué esperar de ella.
Vegeta, por su parte, era un tipo que no tenía idea de medicina. Perdía los estribos con facilidad y no tenía ni un gramo de madera para ser el dueño de una consulta médica. Era como un volcán a punto de estallar en cualquier momento. Y luego estaba Roshi, interpretando el papel de un viejo verde, siempre tratando de verle las pantaletas a las muchachas, pero eso último... bueno, no parecía ser solo actuación. ¡Dios! ¿En qué se había metido Goku? Esta vida, no... nunca iba a ser una buena vida. Pero, a pesar de todo, logró adaptarse en poco tiempo.
Goku sabía que esta nueva vida estaba destinada a ser un caos, pero de alguna manera, se las arregló para encontrar su lugar en medio de toda la locura. Quizás no sería la vida ideal, pero al menos tenía un objetivo, una misión que cumplir, y poco a poco, sus recuerdos volvieron a él, con la excepción de lo ocurrido el día de su muerte. Solo quedaba por ver cuánto tiempo podría mantener la farsa antes de que todo se viniera abajo.
El sol empezaba a bajar, un hermoso atardecer, tiñendo el cielo de tonos anaranjados y la luz empezaba a amainar, cuando Goku se detuvo frente a una taberna... Algo en ese lugar le resultaba familiar, como un déjà vu, pero no lograba identificarlo. De repente, un hombre vestido de negro aparece de la nada, como una sombra que se desliza entre la gente. Su voz es tan firme como su mirada, que perfora a Goku sin vacilar - Es hora de que retomes tu misión - dice sin rodeos. Sin esperar una respuesta, le entrega un sobre con un sello rojo, el emblema del Cipher Pol, Goku lo abre y encuentra dentro instrucciones para una nueva fachada, pero al leerlas, algo le hace ruido. Este nuevo papel que debe interpretar... le resulta familiar. Demasiado familiar.
El hombre, vestido de manera formal y con facciones tan normales que apenas llamaba la atención, parecía diseñado para ser olvidado al instante. La gente a su alrededor comenzaba a dispersarse lentamente, dejando el lugar menos concurrido, pero Goku seguía allí, parado frente a esa taberna falsa, sosteniendo ese papel que le dictaba su nombre, su propósito y su vida actual. Le indicaba con quién debía vivir y dónde debía asentarse como agente gubernamental. Su misión: infiltrarse en la sociedad, aprender sobre las personas, integrarse en este nuevo lugar y esperar instrucciones. Si alguien peligroso aparecía, debía eliminarlo. Su nuevo alias: Doctor Gokun.
Gokun... - repitió Goku en voz baja - Será tu nombre clave, Goku. Los agentes Freezer y Bardok nos informaron sobre tu mala memoria y cómo debíamos intentar mantener las cosas 'parecidas' para ti. Tsk, qué fastidio, ni que fueras tan importante - dijo el agente, visiblemente irritado por la situación. - Bueno, como sea, deberás ir a vivir con el nuevo agente Bardon, quien tomará el puesto de tu padre en esta isla. Vivirás junto al agente Abueliton. Mañana empezarás a trabajar, la secretaria será la agente Bulman, tendrás a tu casero llamado Freezen. En resumen, tu equipo será exactamente igual al que tenías en Tequila Wolf antes de que los abandonaras - continuó el hombre, claramente molesto. Se quitó el sombrero, revelando un tercer ojo en su frente - Mi nombre es Ten Shinhan, pero gracias a ti, deberás llamarme Freezen a partir de ahora, ¿entendido?
La cabeza de Goku comenzaba a dar vueltas. Esos nombres... esos malditos nombres... los conocía desde hace mucho tiempo, desde toda una vida. Esto era detestable, sin embargo, el se dio cuenta de que siempre fue un agente gubernamental. Pero, ¿quiénes eran realmente sus padres? ¿Quién era realmente su abuelito? ¿Para qué fue entrenado? Poco a poco, sus recuerdos comenzaban a regresar, recordando quién era y quién había sido.
De repente, interrumpió a Freezen - Gohan... mi abuelito se llamaba Gohan, no Abueliton... - dijo, mirando el papel, para luego sonreírle a Ten - Y no es necesario que todos cambien sus nombres, se supone que esta es una nueva vida, ¿no? tratemos de llevarnos bien, Ten Shinhan... mejor me presento como es debido - dijo extendiendo su mano y sonriendole felizmente - Hola, ¡Soy Goku!
Su mirada estaba vacía, carente de emociones o empatía. Goku, un agente cuya mente había sido moldeada desde la cuna, era una de las apuestas más ambiciosas del gobierno, la apuesta para crear al soldado perfecto... ahora, en una nueva vida con nuevos compañeros y una fachada tan simplista y minimalista, la nueva vida de Goku empezaba en esta isla, en la famosa Logetown, en busca de una libertad que realmente nunca tendría. ¿Cuál seria su siguiente misión? si es solo vivir entre la gente, seria lo mejor... pero por ahora, solo restaba esperar.
En su nuevo hogar, Goku se encontró con Bardon, interpretado por Vegeta, un Mink mono al igual que él y su abuelito, Muten Roshi. Desde el primer día, esos dos no dudaron en hacerle la vida imposible. Parecían salidos de una historieta o de un anime de masiva producción, con sus personalidades exageradas y sus constantes payasadas.
La secretaria, la hermosa Lunch, era un espectáculo aparte. Una muchacha de pelo azul rizado y curvas que hacían girar cabezas, pero Lunch tenía algo peculiar, un genio explosivo. A veces llegaba con el pelo teñido de rubio, otras de un azul casi morado, pero lo más extraño era que cada vez que cambiaba su color de cabello, también lo hacía su personalidad. Un minuto era dulce y amable, y al siguiente, una tormenta andante. Goku nunca sabía qué esperar de ella.
Vegeta, por su parte, era un tipo que no tenía idea de medicina. Perdía los estribos con facilidad y no tenía ni un gramo de madera para ser el dueño de una consulta médica. Era como un volcán a punto de estallar en cualquier momento. Y luego estaba Roshi, interpretando el papel de un viejo verde, siempre tratando de verle las pantaletas a las muchachas, pero eso último... bueno, no parecía ser solo actuación. ¡Dios! ¿En qué se había metido Goku? Esta vida, no... nunca iba a ser una buena vida. Pero, a pesar de todo, logró adaptarse en poco tiempo.
Goku sabía que esta nueva vida estaba destinada a ser un caos, pero de alguna manera, se las arregló para encontrar su lugar en medio de toda la locura. Quizás no sería la vida ideal, pero al menos tenía un objetivo, una misión que cumplir, y poco a poco, sus recuerdos volvieron a él, con la excepción de lo ocurrido el día de su muerte. Solo quedaba por ver cuánto tiempo podría mantener la farsa antes de que todo se viniera abajo.