¿Nos conocemos de algo, amigo?

Su pregunta sonó en tu cabeza, joven pirata. Un par de veces si te soy sincero. Y no puedo evitar decir que tu reacción fue una única. Tu sonrisa se marcó mucho más. Era como si te imaginaras a ti mismo en un escenario donde te estabas enfrentando a todo aquello que él decía. Desde animales sumamente imponentes y poderosos, hasta seres humanos que forman parte de la leyenda de la actualidad. Si, joven pirata, estabas emocionado y feliz de vivir tu sueño. Para ti, era más importante el camino que el mismo destino.

Porque si no eres capaz de disfrutar el camino, cuando llegues a la meta te sentirás vacío.

-¿Qué es un pirata? Un pirata es aquel individuo que busca poder, fama y riqueza. Navegantes del más que buscan llegar a su objetivo sin importar el costo o a quienes puedan dañar. ¿Qué es un marine? Un escudo del pueblo, alguien que busca justicia y proteger al débil ¿Pero qué hacen cuando los nobles de la red line vengan arruinan vidas por simplemente tener “juguetes”?. ¿Qué es un revolucionario? Aquella persona que busca ir en contra de una idea. Aquellas personas que buscan romper las cadenas de este mundo simplemente buscando luchar contra los “Dieses” de este mundo. ¿Qué son los Cazadores de recompensas? Solo son personas que buscan ganarse el pan de cada día cazando personas peligrosas. Y por último… ¿Qué es el gobierno mundial? Son simplemente basura que se ocultan tras sus reliquias y títulos inmerecidos.

Diste un profundo trago al licor de café, joven pirata. Aquellas palabras te habían dejado seco un poco. Pero todo aquello que decías, tenía un por qué.

-Todo aquello no tiene importancia ante mis ojos. Por qué ante mi… solamente puedo ver presas, Galhard. – Le miraste directamente a los ojos por un momento. Estabas emocionado, como si se tratase un niño pequeño a la espera de un regalo nuevo. – Porque para seres como yo. La cacería ocupa el cuerpo mientras que la mente resuelve el resto. Y no le temo a la muerte. – Sonreíste muy contento. Sintiendo regocijo en aquello. – Cuando muera… habrá sido porque esa ha de ser mi cacería final.

Galhard escuchó atentamente las palabras de Alpha, notando la intensidad en su voz y el brillo en sus ojos. El joven pirata, a pesar de su juventud, parecía tener una visión del mundo clara y definida, una que no estaba sujeta a las etiquetas o facciones comunes. No podía evitar preguntarse si realmente todos los que caminaban por el sendero de la cacería compartían esa visión tan desenfrenada y sin remordimientos.

—Entiendo lo que dices—respondió Galhard después de un momento de reflexión—. La cacería es, en esencia, una forma de vida para algunos, quizás tus presas compartan contigo esa visión y, aunque para mí no lo sea de la misma manera, respeto la convicción que pones en tus palabras.—

Galhard sostuvo la mirada de Alpha por unos segundos más, captando esa emoción que casi lo hacía parecer más un depredador que un simple pirata. Pero no era su lugar juzgar las motivaciones de otros, al menos no en ese momento. Cada persona tenía su camino, y aunque los de ellos dos parecían ser diametralmente opuestos, ambos compartían algo en común: el deseo de seguir adelante, de enfrentar lo que se les presentara con firmeza.

—Todos tenemos algo que nos impulsa —continuó Galhard, con un tono más calmado—En mi caso, es la justicia. Aunque entiendo que esa palabra puede sonar vacía en ciertos contextos, yo la veo como una guía, algo que me recuerda por qué me levanto cada día para seguir luchando. Quiero dejar un mundo mejor para el futuro y hacer por el bien lo que mi familia quería que hiciese con mis obligaciones, sé que soy una gota de agua en un océano, pero por ahora mi vista y enfoque me trazan un camino que debo seguir—
Hizo una pausa, permitiendo que las palabras resonaran un poco antes de proseguir.

—No te voy a decir que no respeto tu enfoque, porque lo haces desde una perspectiva honesta. Pero siempre he creído que la caza de presas, ya sean animales o personas, debería tener un propósito más allá de la mera satisfacción. Si solo cazamos por cazar, ¿en qué nos convertimos?—
La pregunta quedó en el aire, no necesariamente esperando una respuesta inmediata, pero Galhard sabía que Alpha reflexionaría sobre ello.

—Al final, lo que define a una persona no es solo lo que caza o lo que persigue, sino lo que hace con lo que encuentra en su camino.— 

-Justicia… - Algo podías intuir. – Entonces… supongo que ya puedo intuir tu profesión, amigo. – Una risita se escapó de ti, como si algún secreto fueras descubierto. Aunque al final no era nada más que eso, especulaciones tuyas hasta que él lo confirmase. – Realmente incluso yo suelo no comprenderme a mí mismo a veces, Galhard. Sabes… no es que disfrute matar. Bueno, dependiendo el concepto. Si matas a un animal, tengo la obligación de consumir su carne en señal de respeto. Pero en cuanto a un ser humano… es diferente ¿Sabes? Me imagino en un escenario donde un amigo se pueda volver un objetivo de mi cacería, pero puedo querer derrotarlo mas no matarlo. Pero claro, tomaría mi trofeo. Ya sea su arma, bandera o algo simbólico que pueda tener en mi colección.  Pero la verdad… matar dependería mucho de ciertas cosas.

Comenzabas a notarte molesto mientras imaginabas cosas. Poco a poco ahondabas más en tu ser buscando respuestas. Hablar con tu acompañante estaba siendo bastante de provecho para ti. Como si te ayudara a conocerte más a ti mismo. – Puedo imaginar cómo derroto a un enemigo… a mi presa. Imagino que me decepciona… que no me hacen dar todo de mi… que no me llevan a mi limite. ¿De qué me sirve dejar vivo a un enemigo… que simplemente no logro satisfacerme? – Suspiras profundamente, te estabas comenzando a calentar de más y el punto no es llegar a eso, pequeño. – Perdón… se me va un poco la cabeza en tonterías. Pero al final, yo decido si vale la pena matar o no.

La última pregunta te dejo un poco pensativo la verdad ¿Tu lo hacer por hacerlo, Alpha? La verdad es que no. Pero bueno, eso lo sabemos tú y yo. Pero… aprecias mucho aquellas palabras que comparte contigo tu compañero de tragos.

- Lo importante no es la meta. Lo importante es disfrutar el camino.

Galhard pidió otra taza de su bebida que fue servida rápidamente y tomó un sorbo de su té mientras escuchaba con atención las palabras de Alpha. Había algo en la forma en que se expresaba, en la crudeza de su pensamiento, que lo dejaba reflexionando. Entendía la complejidad de su compañero, su perspectiva sobre la caza y la vida, y esa misma reflexión le llevó a considerar su propia visión del mundo.

—Lo entiendo —respondió Galhard, manteniendo un tono calmado —No todos ven las cosas de la misma forma, y el hecho de que te tomes el tiempo de pensar en eso ya dice mucho. Matar, para algunos, es una simple acción… pero para otros, puede ser un proceso más profundo, más simbólico. Entiendo lo que dices sobre los animales y la justicia de consumirlos en respeto. Los seres humanos, sin embargo… es un terreno diferente. A veces no es cuestión de matar o no matar, sino de lo que representa cada acción.—

Galhard se detuvo un momento, observando cómo Alpha se sumía en sus pensamientos, casi dejando que la conversación lo devorase. El marine, acostumbrado a lidiar con decisiones difíciles, sabía que no había respuestas fáciles cuando se trataba de justicia, supervivencia y el peso de las decisiones. Lo había vivido en carne propia y había visto a otros caer bajo ese mismo dilema.

—Pero también hay algo en dejar que la fruta madure —añadió, haciendo un paralelismo con lo que Alpha parecía estar explorando en su mente —A veces, cuando encuentras a un enemigo, o a alguien con potencial, no siempre es necesario tomar la decisión de inmediato. Hay casos en los que es más interesante, incluso más satisfactorio, ver hasta dónde pueden llegar. Dejarles con vida, permitir que se desarrollen, que alcancen su máximo potencial… Y entonces, cuando la fruta esté madura, es cuando decides si vale la pena cosecharla o no.—

Su mirada se volvió más seria mientras daba otro sorbo al té.
—Es como lo que decías antes… no siempre se trata de llegar a la meta, sino de disfrutar el camino. A veces, dejar a alguien vivir es parte de ese camino. Te permite ver qué son capaces de hacer, cómo evolucionan. Y, llegado el momento, si el enfrentamiento ocurre de nuevo, será aún más intenso. No porque sea una cuestión de vida o muerte, sino porque has permitido que esa persona alcance su verdadero límite.—

Galhard sonrió ligeramente, pero no de manera alegre, sino con la calma de alguien que ha pensado mucho en esos dilemas.
 —Y claro, también está la cuestión de si ellos logran llegar a tu nivel, si te desafían de la manera que esperas. Ahí es cuando, creo, se define si el enfrentamiento tiene sentido o no.—

Sus palabras te dejaron nuevamente pensativo. Realmente él tenía un punto fuerte y concreto. Compartías mucho su opinión. De hecho, te hace reconsiderar alguna que otra cosa dentro de ti. Pero por otro lado, existe el escenario final que creo que ni tu ni el están tomando en cuenta.

El escenario más curioso.

- ¿Y qué ocurre cuando estás muy alto y quieren venir a por ti? – Diste un sorbo más a tu botella – Creo que en ese escenario, solo toca una cosa. Por qué a decir verdad, no creo que alguien que no sea realmente fuerte venga por alguien fuerte. – De hecho, incluso para mí eso tiene mucho sentido, Alpha. Al menos no todos son lo suficientemente locos como tú, como para ir contra un oponente que lo supere, en búsqueda de auto superación. – Creo que cuando llegue a un punto donde yo este bastante alto de muchas maneras. Yo no tendré que ir a por nadie y todos vendrán a por mí. – Sonreíste pensando en eso. Esa idea te gustaba mucho más. – Si… ser el más fuerte para que los mas fuerte vengan a por mí ¿Tu qué opinas, Galhard?

El escenario más divertido para ti. Una luz al final del túnel. Un camino que seguir hasta llegar al punto donde quieres. Llegar a ser tan fuerte que simplemente te conviertas, en aquella criatura descansando en su madriguera y que aquellos quieran venir a por ti. Aquellos que crean estar listos para derrocarte. Claro, estamos hablando de un futuro que no sabemos si es posible. Pero es divertido pensar que ha de pasar si llegas hasta tal lugar. Es un camino largo hacia el futuro y apenas estamos comenzando, pequeño. Pero… es lindo imaginar y soñar cosas como si fuéramos siempre niños pequeños.

Después de todo, soñar siempre es y será gratis.

Galhard escuchó atentamente las palabras de Alpha, su mente captando las profundas reflexiones sobre la fuerza y el desafío. Las ideas de Alpha, que giraban en torno a alcanzar la cima y esperar a que otros vinieran a retarlo, resonaban de una manera curiosa en él. Aunque sus caminos eran diferentes, esa búsqueda de superación y enfrentarse a rivales dignos era algo que ambos compartían en algún nivel.

—Es una idea interesante —respondió Galhard después de tomarse un momento para pensar —Alcanzar un punto donde todos te miren como el objetivo final, donde los fuertes te busquen porque eres el reto que todos desean superar. Es un camino que suena poderoso, pero también algo solitario ¿No crees? Yo al menos me sentiría algo solo si no cuento con aliados —Hizo una pausa, observando cómo el vapor se elevaba de su taza de té—Aunque supongo que depende de lo que cada uno busque. Si tu meta es que los demás vengan a ti, tiene sentido que te prepares para ese tipo de vida.—

Galhard se inclinó ligeramente hacia adelante, mostrando un interés genuino en lo que Alpha planteaba.
—Pero te diré algo, Alpha. Siempre he creído que ser fuerte no solo es cuestión de derrotar a los demás o de esperar a que te busquen. La verdadera fortaleza, al menos como la veo yo, también radica en poder ayudar a otros a ser fuertes—Galhard hizo una breve pausa, recordando algunas de las enseñanzas que había recibido durante su tiempo como marine —Me gusta pensar que si algún día llego a ser lo suficientemente fuerte, no solo será para que los demás me desafíen, sino para poder hacer una diferencia real en este mundo.— tomó otro sorbito al té mientras disfrutaba de la conversación

Galhard sonrió, con la calma de quien ha encontrado un propósito más allá del simple combate.
—Claro, no estoy diciendo que no disfrute un buen desafío —agregó con una ligera risa —Pero si todo se reduce solo a pelear, no estoy seguro de que me sentiría completo. Creo que la clave es encontrar ese equilibrio entre el poder y el propósito. Es divertido imaginar cómo sería llegar a ese punto donde todos te buscan, pero también creo que hay más caminos para alcanzar lo que realmente queremos.— Reflexionó mientras decía esto, Galhard se acomodó en su silla, sintiendo que esa conversación con Alpha era más que solo una charla casual mientras daba vueltas a la taza de té

Bueno, a decir verdad él tiene razón. Existen muchas maneras de ser fuertes. En tu caso, eras consiente de que tu comino podría llegar a ser uno solitario en caso. Pero a su vez, algo te decía que eso podría llegar a cambiar. Después de todo, la vida en si es curiosa. Podrías estar viajando solo como de repente podrías estar lleno de compañeros. Tu simplemente puedes centrarte en ti mismo y ser tú mismo. La honestidad es algo que realmente recalca tu personalidad.  

Y ser tú mismo, es algo que sobresale de ti mucho más.

- Ya la compañía llegara. – Dijiste, sin darle muchas vueltas al asunto. – El tiempo lo dirá. – Mirabas la botella de licor con suma tranquilidad. Estabas pensando en lo divertido que sería tu viaje. Las personas que podrías conocer y un sinfín de cosas más. Realmente le estabas comenzando a coger el gusto a esta cosa. Eres una persona simple, con gustos simples y metas simples. Nunca has pretendido darle vuelta mucho a las cosas. Solo te preocupas por cosas muy puntuales y solo luchas por satisfacer tus necesidades. Pero a la vez conocías que las responsabilidades que podrían llegar a ti con el tiempo y cargos que llegaras a ocupar.

No eras alguien ignorante, de eso te lo aseguro.

- Supongo que cada cabeza es un mundo. – Le miraste nuevamente. – Creo que lo más agradable de todo, es poder encontrar a alguien con quien platicar e intercambiar ideas. Sin necesidad de buscar quien tenga la razón o no. Lo más maravilloso de una conversación, es el poder ver el punto de vista de otra persona y, aunque no lo compartas, respetarlo. – Das un último trago, vaciando la botella. – La ignorancia es la peor arma de todas. Y yo odio las armas disfuncionales.

El conocimiento es poder, amigo. El saber cosas te hará más fuerte, al mismo tiempo que te permitirá lograr tus cosas. Darte más herramientas y recursos. Un viaje que busca un propósito único. El lograr encontrar un lugar en donde cosechar el principio de tu todo.

Si, definitivamente no suena nada mal.

Galhard escuchó con atención, dándose cuenta de la serenidad que emanaba de las palabras de Alpha. En su simpleza, había una profundidad que resonaba con él. Era verdad, cada cabeza es un mundo, y encontrar a alguien con quien compartir ideas sin la necesidad de imponerse sobre el otro era un raro y preciado regalo.
Con una sonrisa tranquila, Galhard llevó su taza de té negro con limón a sus labios, tomando un sorbo mientras meditaba la respuesta. El calor del té le recorrió el cuerpo y el aroma cítrico le ayudaba a mantener la mente despejada.

—Sabes —empezó Galhard, dejando la taza sobre la mesa— siempre he creído que el viaje no se trata solo de alcanzar un destino. Como dices, es curioso cómo la vida puede cambiar en un instante. Hoy podemos estar solos, y mañana… mañana podríamos estar rodeados de aliados, o incluso de enemigos. Pero, ¿no es eso lo que lo hace interesante? La incertidumbre, las sorpresas que nos aguardan a la vuelta de cada esquina. —Su tono era reflexivo, pero no pesado. Había una ligereza en sus palabras que reflejaba una aceptación genuina del camino que estaba tomando.

Miró a Alpha con una chispa de curiosidad en los ojos, consciente de la sinceridad con la que el pirata hablaba. Se notaba que no era un hombre de excesivas complicaciones, algo que Galhard respetaba. La simplicidad, después de todo, era a veces más difícil de conseguir que la complejidad. La vida en la Marina le había enseñado que, en un mundo lleno de reglas y jerarquías, las cosas más sencillas podían ser las más valiosas.

—El poder —continuó, volviendo a la reflexión anterior— no siempre viene de las armas más afiladas ni de los puños más fuertes. A veces, viene de la capacidad de entender el mundo que nos rodea, de adaptarnos a él y de encontrar nuestro propio camino sin perdernos en la confusión. Hay quienes buscan la fuerza en el combate, en la confrontación... pero hay otra clase de fuerza, una que nace de la claridad de mente, de saber quién eres y hacia dónde vas. Eso, amigo mío, es un poder que no se puede arrebatar fácilmente.—

Galhard hizo una pausa, observando el entorno a su alrededor. El bullicio del lugar continuaba, pero él y Alpha estaban en su propia burbuja, inmersos en una conversación que trascendía lo cotidiano. Los viajes, los caminos por los que cada uno transitaría, se entrelazaban en ese instante, aunque sus destinos fueran distintos.

—Y sí, Alpha, estoy de acuerdo contigo. Cada conversación, cada intercambio de ideas, es una oportunidad para aprender algo nuevo. No se trata de quién tiene la razón, sino de quién está dispuesto a escuchar, a abrirse a otras perspectivas. —Sonrió, recordando las numerosas veces que había tenido conversaciones similares con sus camaradas en la Marina. Algunos entendían esta filosofía, otros no. Pero él siempre había valorado el diálogo por encima de la imposición— En cuanto a la ignorancia... —dejó escapar una risa ligera — es cierto, es la peor arma de todas. No porque sea inútil, sino porque destruye más de lo que construye. Aquellos que eligen ignorar el conocimiento, se niegan a crecer, y en última instancia, eso los debilita.—

El marine se estiró un poco en su asiento, sintiendo cómo los músculos de su espalda se relajaban tras el peso de la conversación. Estaba disfrutando más de lo que esperaba. La compañía de Alpha, aunque provenía de un mundo diferente al suyo, resultaba refrescante.

—Así que sí —concluyó, tomando la taza nuevamente— la compañía llegará cuando tenga que llegar, como dices. Y mientras tanto, el viaje sigue, lleno de oportunidades para aprender y crecer. Al final, todo se reduce a cómo decidimos caminar por el camino que nos ha tocado. Yo prefiero hacerlo con los ojos bien abiertos, listo para lo que venga. Y si alguna vez ese camino nos lleva a cruzarnos en circunstancias diferentes, tal vez ni siquiera seremos las mismas personas que somos ahora. Eso es lo fascinante.— Añadió finalmente tras rotar de nuevo la taza de su té.

Galhard levantó su taza en un gesto amistoso, brindando en el aire por el futuro incierto y las posibilidades que aguardaban en él.
—Por el viaje, entonces —dijo con una sonrisa — y por lo que aún no hemos descubierto.—