¿Sabías que…?
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[Común] [Pasado] Un Pirata Un Tanto Peculiar
Vesper Chrome
Medical Fortress
Invierno, Día 11
Año 724
Pueblo de Rostock
 
Me encontraba en el muelle como era costumbre, usualmente aparecían pacientes que viajaban en barco, algunos de ellos preferían no ir a un hospital, sino verse con un doctor por fuera, a veces era mucho mejor que tener que agendar una cita, o que simplemente te dejen en una cama sin saber que tanto tienes que hacer, porque al final de cuentas, aventurarse al mar, es un reto, uno en el que tienes que tener mucha voluntad para decidirte hacerlo, sea como mercader, marine, incluso hasta pirata, los mismo revolucionarios, todo aquel que se aventura al mar debe tener una voluntad inquebrantable, un sueño, algo por lo que luchar.
 
A pesar de que en algún momento me tildé a mí mismo como pirata, mas bien por que me aventuré al mar, y no por otras cosas, dejando claro de lado las veces que me enfrenté a soldados de la marina, simples soldados, porque conozco el poder de aquellos que pueden ostentar títulos de mayor categoría. Me cuestionaba a mi mismo si de verdad debería ser un pirata, pues no he hecho nada que implique que lo fuera, y si en algún momento lo hice fue hace casi cuatro años cuando robe la Neko Neko no mi: Modelo Hiena, sin siquiera saber que era esa fruta. Miraba el océano desde aquel muelle donde transcurría el tiempo y los marines, mercaderes y alguno que otro noble iba y venia con frecuencia.
 
Tengo que ser cien por cien honesto conmigo mismo, si quiero salir a navegar el mar, conocer nuevas islas, y los tantos métodos de medicina que hay en los mares cardinales, pero como lo haría solo, a penas puedo moverme en el mar con un barco, moriría antes de poder llegar a otra isla, necesito una tripulación o como mínimo un navegante que pueda ayudarme a salir de estos lares, ya han pasado cuatro años desde que me asenté en Isla Kilombo, y no es que me vaya mal, pero salí de mi isla natal para devorar el mundo, para convertirme en un verdadero pirata y un doctor con gran renombre, quedarme aquí es una deshonra para mi y para todos los que en su momento apoyaron la loca idea de un adolescente por irse al mar aun sabiendo los peligros que eso supondría.
 
Rápidamente mis pensamientos fueron interrumpidos cuando un barco mercante habia llegado, este no era precisamente pequeño, por lo que probablemente habría muchas personas en él y quizás encuentre algún paciente para atender, seria lo mas movido que ha pasado en la ultima semana, pues la verdad isla Kilombo se ha vuelto muy segura por los marines, que al parecer no son tan egocéntricos ni corruptos como aquellos que visitaban mi isla natal.
#1
Hunter D. Alpha
El Gran Cazador
¿Días? ¿Semanas? Incluso tú mismo perdiste la cuenta de cuanto llevabas viajando desde el comienzo de todo. Te encuentras hoy en día aquí Alpha, viajando con total tranquilidad en este barco mercante. Te diría cosas como que te espera una aventura épica y te enfrentaras a cientos de desafíos. Que encontraras especies extrañas que domar e incluso podrás devorar. Porque si algo te caracteriza a ti, es el hecho de buscar un desafío que sea digno de ti una y otras vez.  No por el afán de ser el más fuerte que todos.

Sino por ser más fuerte que tu yo anterior.

El gran cazador… un pirata con un apodo así resulta un poco extraño. Mucho más viéndote a simple vista, a simple vista no resultas una gran amenaza por tu tamaño y apariencia. Pero bueno, la vida te ha dado esto a ti, y tú no eres alguien mal agradecido con la ella.

Pero por otro lado, esto también tiene un por qué. Eres un pirata que no dudara en cazar a quien sea con tal de encontrar la satisfacción que tanto buscas. Luchar dándolo todo mientras tratas de encontrar ese algo que solo tú sabes que es. Sonríes, mientras estas durmiendo en una hamaca. Dan aviso que han llegado. Tú abres los ojos y sonríes sin más. Preparándote para una nuevo dia.

Otro… posible gran día.

Sales a cubierta. Respiras profundo llenando tus pulmones del tan maravilloso aire. Das unos cuantos saltos cortos y te dispones a ojear desde lejos la isla. Llamativa e incluso curiosa. Te preguntabas si allí podrías encontrar alguna especie de animal el cual valga la pena cazar. Una presa la cual valga la pena. Algo por lo cual tengas que usar tu fuerza. Porque si, a diferencia de muchos otros, tu no cazas con armas filosas o con pistolas. Tú usas la fuerza y objetos contundentes. Un cazador algo particular. Lo preferías así, ya que para ti la piel era mejor tenerla en un buen estado sin tener que mancharla con la sangre, ya que te daba mucho fastidio tener que limpiarla. Aunque cuando tocaba hacerlo, se tenía que hacer.

Cosas de la vida.

Al llegar, te dispusiste a caminar un poco, el muelle estaba hecho un desastre. La gente caminaba en toda dirección. Tú estabas algo distraído por el bullicio, y bueno, ya era hora de ir buscando donde encontrar tu café. Pero… espera un momento. Tropiezas con alguien, Alpha.  Quizás en un descuido no te diste cuenta que estaba frente de ti, pero igualmente creo que él estaba algo distraído al igual que tú.

-Disculpe. – Dijiste con total tranquilidad. – No fue mi intención.
#2
Vesper Chrome
Medical Fortress
Mis pensamientos habían sido interrumpidos cuando un hombre unos pocos centímetros más pequeño que yo tropezó con mi persona, levanté la mirada solamente para poder observarle mejor, claramente no era un paciente, parecía estar en excelentes condiciones, pero por alguna razón he de conocerle, me parece que lo había visto antes, quizá en otra isla, quizá en otro pueblo, o probablemente en otra vida. —Ten más cuidado niño. — Comenté antes de levantarme para observarle un poco mejor.
 
—¿Es tu primera vez en esta isla? — Tenía bastante curiosidad por alguien como él. Parecía bastante joven, pero según mi perspectiva, era alguien interesante. Esos ropajes extraños, ese cabello largo, una persona extraña, sí, pero no en el mal sentido; más bien alguien intrigante, digno de investigar un poco. Al final de cuentas, uno nunca sabe con quién o qué se va a encontrar al salir al mar, así que es conveniente hacer conocidos en tierra firme. Me acerqué un poco más, observando sus reacciones. A pesar de su aspecto, mantenía una compostura tranquila, casi como si el bullicio de la isla no lo afectara en lo más mínimo. Pero había algo en su postura, en la forma en que sus ojos se movían por el lugar, que me hizo pensar que no estaba tan cómodo como aparentaba.
 
—Pareces fuera de lugar, aunque lo disimulas bien —añadí con una sonrisa un poco tosca, esperando alguna reacción que me diera más pistas sobre su verdadera naturaleza. —¿De qué lugar vienes? —pregunté con un tono casual, aunque sabía que mis preguntas ya estaban empezando a penetrar en terrenos más personales. Sabía que las personas como él no hablaban mucho, al menos no compartían información innecesaria, pero tenía que hacerlo hablar, quien sabe si al final es alguien con quien puedo navegar fuera de este sitio.
 
—Hay honesto niño, me parece que estás huyendo de algo... o de alguien. —Di un par de pasos alrededor suyo, evaluándolo con la mirada. Era difícil descifrar qué lo hacía tan intrigante. Quizá era su forma de mantener la distancia, su habilidad para ocultar lo que en realidad estaba pensando. O tal vez eran esos pequeños detalles: el desgaste en sus ropas, sus manos firmes pero desgastadas, como si hubieran sostenido armas o realizados trabajos duros en algún punto. Quizá esté huyendo de un pasado, de una persona, de piratas o marines en su defecto, quien sabe, pero algo estaba claro, ahora, este hombre parecía ser prometedor.
 
—Me estoy quedando en una posada, si gustas, puedo llevarte allí. — Terminé explicándole al chico. Si aceptaba lo guiaría hasta el gran perezoso, sino, pues no le molestaría más y dejaría que continuara su camino, al final de cuentas parezco un pueblerino molesto, y eso me recuerda a la primera vez que llegue a esta isla, ese día yo también estaba a la defensiva, pero por la paciencia de algunos pude mantenerme tranquilo y conseguir un lugar donde dormir, comer y algún que otro trabajo en particular.
#3
Hunter D. Alpha
El Gran Cazador
“¿Niño?” Pensaste. Claramente niño no eras. Bueno, en apariencia si lo eres, después de todo no muy alto eres y tu apariencia no te apoya para lucir mucho más adulto. Pero no fuera algo que te afectara de alguna manera, simplemente te limitaste a levarte tu ceja izquierda mientras observabas con tranquilidad a la persona delante de ti. Que a simple vista… te resulto un individuo… normal.

Ya que tus instintos te muestran un hombre, pero no sientes algo más.

- Acabo de llegar. – Respondes con tranquilidad. Luego sus comentarios fueron… curiosos. Realmente no te sentías del todo asi. Estas en una isla. Un puerto. Una ciudad. No estabas tan fuera de lugar como el creía. Para ti, mirar alrededor es algo cotidiano, algo simplemente rutinario para ti. Los cazadores siempre hacen eso. Tratar de acostumbrarse a cualquier terreno, este civilizado o no. La ciudad, océano, el bosque, la montaña. Para ti, todo es igual a lo mismo.

Todo se limita a un terreno de caza.

- Provengo de alta mar. Y me dirijo a un lugar donde solo los demonios tienen derecho a entrar. – Una total verdad. Ya que tú no has nacido en ninguna isla en particular. De hecho, para los que conocen tu historia saben que has nacido en medio del océano. Así que si, no provienes de ningún lugar. Aunque cuando el menciono que estabas huyendo, la reacción más natural en ti fue fijar la mirada en sus ojos. Una mirada tan profunda y tan vacía. Una mirada que solo demostraba una coca.

Tu carencia de miedo.

- Huir no se me da bien. – Respondiste. – Además huir no tiene nada de divertido. – Su comentario de la posada te vino como anillo al dedo. De pronto, volviste a estar más tranquilo. Pensabas que era posible que allí tuviesen un buen café del cual se pudiera disfrutar. - ¿Tienen buen café? – Preguntaste. – Si lo tienen, no veo por qué no ir a ese lugar que me recomiendas.
#4
Vesper Chrome
Medical Fortress
—¿Un lugar donde solo los demonios pueden entrar? — Observe al niño con cuidado antes de continuar el paso y le brinde una mirada digna de alguien que había estado toda su vida odiando al prójimo. —¿No te estarás refiriendo a mi hogar, o si? — Comenté con total naturalidad ante las palabras del muchacho. No puedo evitar pensar que si viene de alta mar quizás sea un pirata, pero con esas pintas no es como si fuera uno demasiado peligroso, quizá no de momento.
 
Las próximas palabras que salieron de la boca del chico fueron realmente interesantes, huir no se le daba bien, ¿Entonces solo me había dado a mi esa impresión? No estaría huyendo de el mismo y de su forma de ser o pensar, quizás sean cosas mías, quizás solo se me ha pasado un poco lo de ser doctor y ahora quiero ser psíquico. Caminé un poco delante de él, de todas formas, a mi es quien me toca guiarlo, pues al final de cuentas yo fui quien le dijo de ir a la posada si es que quería pasar el tiempo en algún lugar que no sea alta mar. La verdad es que el día parecía que iba a pasar bastante tranquilo, de no ser por aquel grito que se escuchó una vez salimos del puerto.
 
¿Un disparo? ¿En Rostock? Los marines solían estar por doquier, como era posible que se haya escuchado un disparo y tras eso el grito ensordecedor de una mujer, no era lejos, de hecho, parecía ser detrás de los locales y tiendas de artículos de botes y pesca que se encontraban a la entrada del puerto. Corrí hacia el sitio, la posada no estaba muy lejos y en ella si que trabajan unas cuantas chicas a las cuales debo estar agradecido por todo el apoyo que me han brindado en estos años, lo mínimo que podría hacer es verificar que todo estuviera bien con ellas. —Oye, niño, volveré de inmediato. — No esperaba que este fuera detrás de mi ni nada por el estilo, pues es muy mío ir a repartir golpes cuando es necesario y apenas ando conociendo a esta persona, así que no hace falta que le invite a repartir peñas.
 
Doble en la esquina como si fuera un caballo sin forma de detenerse, a toda prisa, para poder correr una calle mas adentro y encontrarme con aquella escena, un hombre tirado en el piso con exactamente una bala atravesando su rostro. Los de alrededor solo especulaban mientras mi cara cambiaba drásticamente. —Háganse a un lado idiotas. — Dije mientras me movía hacia la multitud para ver mas de cerca la escena. —Soy doctor. — Aclamé mientras me ponía de cuclillas para revisar el pulso del hombre, pero con tremendo regalo atravesando su rostro evidentemente no podría sobrevivir. La mujer que parece ser su acompañante no podía ni siquiera hablar del Shock, pero la cosa estaba siendo un poco mas evidente de lo normal, la mafia Mink de Kilombo.
 
—Tsk! Esos malditos Minks. — No pude evitar refunfuñar mientras me levantaba. La verdad es que no me importunaba que hagan lo que quieran, al final son la mafia, pero justo en la calle de la posada, eso simplemente haría que no llegaran clientes frecuentes por pensar que estas calles son demasiado peligrosas y eso ya de por sí es una molestia. —Oye niño, esa que esta en la esquina es la posada que te hablé, yo iré a resolver un problema con esos minks. — Comenté al joven que me había encontrado.
#5
Hunter D. Alpha
El Gran Cazador
Tú permaneciste en silencio. Solo le seguías sin decir alguna palabra mientras te guiaba hacia el sitio que él conocía. Aunque pareciera que tu acompañante fuera una persona un poco… curiosa para ti, no quitaba el hecho que estaba siendo amable contigo. Bueno, no tenías nada que perder realmente. Tampoco es que cocieras a muchas personas, esta es tu primera parada y realmente te estabas tomando el tiempo de disfrutar de lo que veías alrededor mientras caminabas. Que, si muy bien parecía un pueblo muy normal como cualquier otro, sí que tenía su encanto. Un lugar agradable para ti, Alpha.

Aunque… no todo es lo que aparenta.

Un escenario bastante tétrico se pintaba frente a ti. Una persona en el suelo con un disparo en la cabeza, personas por doquier murmurando mil cosa y, una chica shock. Suspiraste sin mas y simplemente ladeaste la cabeza de un lugar a otro y olfateaste profundamente. Buscabas cualquier rastro que pudiera darte una pista. Pero solo podías oler pólvora, sangre y algo mas. No te seria muy difícil seguir el rastro. Pero, algo te decía que las cosas deberían tomarse con calma.

-¡Hey!- Tomaste del brazo al Doctor antes que se le ocurriera siguiera retirarse. – El trabajo de un doctor no es solo sanar las heridas físicas. Tienes una paciente allí. – Le señalabas con la mirada a la chica. – Ademas, ella podría decirte exactamente quien fue. – Dijiste mientras sacudías tu nariz. – Un buen cazador se toma su tiempo antes de cazar a su presa. Asi que te recomiendo tomar a la chica, ir a la posada y que la calmes. Ella podría decirte que ocurrió – Luego le soltaste sin más y procediste a caminar en dirección a la posada. – O eso, o puedes ir a morir sin más, sin cumplir tu deber como doctor.

Avanzaste sin más hasta llegar a la posada. Te sentaste en una de las mesas libres y te pediste una taza de café. Al servírtela, te dispusiste a disfrutar de ella mientras en tu mente tratabas de recordar que animal en particular te recordaba ese olor que olfateaste. Pero algo si tenías seguro, no era olor a Mink. Era olor a un animal.
#6
Vesper Chrome
Medical Fortress
Cuando me disponía a caminar en dirección a donde sabía que estaba uno de los bares manejados por esos mafiosos, justo en ese momento el chico me tomó del brazo, no pude evitar sorprenderme, este muchacho que ni siquiera me conocía de nada me detuvo, quien tiene el descaro de detener a alguien que apenas acaba de conocer, sin siquiera saber sus mañas, sus pensamientos y sus habilidades. Tan solo voltee y mis ojos se transformaron en los de un animal, miré con ira al muchacho y escuche esas palabras que quizás hubiera pensado que me iban a herir el orgullo como médico. —¿Qué tengo una paciente allí? ¿Sabes algo de medicina muchacho? ¿Al menos sabes algo de Psicología? — Este chico quería hablar de como tenía que hacer mi trabajo, como si yo fuera un médico incompetente, cuando en realidad se exactamente qué hablar con ella no es lo correcto, al menos no ahora. —Quienes entran en el estado de Shock suelen confundir las situaciones con cosas que no pasaron realmente, ¿Lo entiendes niño? — Sabía exactamente como hacer mi trabajo y en verdad no necesito que un mocoso como ese me diga que hacer. 

 

En parte tiene razón de que ella podría darme detalles de que ocurrió, sin embargo, en su estado actual no puedo confiar en que sus palabras tienen sentido, no quiero tener que recorrer el lugar en busca de algo que ella quizás haya visto o que no esté segura de haber visto al cien por cien al responsable, existe la posibilidad de que hayan sido demasiado rápidos o que simplemente hayan disparado desde la distancia, pero si no hablo con ella tampoco sabré esos datos de suma relevancia. —Tú no tienes por qué decirme como debo cazar muchachito, ni mucho menos como hacer mi estúpido trabajo, así que mantente al margen sobre lo que me pase por los huevos hacer. — Es cierto que parecía un jovencito incompetente, pero ni siquiera sabe quién soy o porque hago las cosas y es incómodo que alguien más joven esté queriendo decirte que hacer sin saber cómo están las cosas por estos lares.  

 

Habia algo de sentido en sus palabras, así que una vez soltó mi brazo seguí a la chica hacia el interior del bar, por más en shock que se encuentre esa chica, sigo sin ser bueno para conectar con las personas, soy demasiado frio y directo, eso en más de una ocasión se ha convertido en un verdadero problema. Una vez ingresamos en el local le pedí a la chica que tomase un asiento mientras ordenaba un café para ella, vi como el chico de antes también se sentaba en otra mesa a pedir la misma bebida, justo como le habia comentado antes de todo este incidente. No tardaron demasiado en hacerme llegar la susodicha bebida.  

 

—Puedes tomarla, mujer. — La verdad es que el don de la palabra no es lo mío, no puedo simplemente intentar ser amable, eso es algo que a mí no me sale en absoluto siempre tengo esas palabras o frases predefinidas como si me hubieran programado de ese modo, y para mí no está mal pues es la forma en la que me siento como hablando y soy incapaz de lanzar una sola mentira. Tienes alguna idea de que fue lo que pasó ahí fuera? — Esperé a que diera al menos un sorbo del café para lanzar la pregunta no quería parecer aún más frio de lo que ya puedo ser, aun así, ella no parecía estar lista para hablar, así que me dispuse a mirar al nuevo chico, la verdad que algo tenía con ese chico que me hacía enojar.  

 

Oye tú, si tú, Muchachito, la próxima vez que me detengas, te arrancaré el brazo, justo como lo haría una hiena, tengo pendiente. —Voltee hacia la mujer para ver como seguía, yo realmente no podré calmarla, no tengo frases que sirvan para ese tipo de cosas, así que solamente me costará esperar que se calme un poco por si sola y pueda darme la información que requiero.  
#7
Hunter D. Alpha
El Gran Cazador
El reacciono de una manera bastante gruñona. La verdad es que no era de esperarse que fueran reaccionar de buenas a primeras ante tus comentarios. Y obvio, claramente no sabías nada de psicología. Pero es el trabajo de un doctor atender a un paciente de cualquier tipo cuando este lo requiera.
 
Y en este caso, era necesario.

Observaste desde lejos como el trabajaba. Tú tomabas tu tasa mientras tus ojos se fijaban en como este ejercía su trabajo. A decir verdad, se notaba de leguas como la amabilidad de este hombre no era el mejor de su fuerte. Pero no le podías quitar el mérito de que lo estaba intentando. Tú simplemente haces caso omiso de sus palabras e insultos. Perro que ladra no muerde, después de todo. O quizás si lo hiciera en este caso, pero no importaba. Si él era lo suficientemente inmaduro como para caer en la locura en vez de la razón, mucho podías sacar conclusiones de él.

Además… tu olfato te dice que algo en el no cuadra.  

Diste un suspiro. Te levantaste de la mesa y te acercaste hasta llegar a donde estaba el y la mujer. Le tomas de la mano con delicadeza a la dama y le miras a los ojos con ternura. – Respira profundo. Tomate tu tiempo. – Buscabas darle alivio con tus palabras amables. – El doctor también está tratando de ayudarte ¿Verdad doctor? – Le preguntaste mientras sonreías amablemente para él. – Eso que mencionaste antes sobre los posibles causantes del incidente, suena bastante interesante. – Dijiste mientras tu sonrisa se marcaba aun mas. – Quizás pueda darte una mano o dos con eso, doctor.

Curiosa la situación en la que te encontrabas joven Alpha. Una posible cacería se avecinaba al final del túnel. Una damisela en apuros y, un hombre con claros problemas de control de ira. Las cosas se comenzaban a poner interesantes.

Y eso era algo que agradecías.
#8
Vesper Chrome
Medical Fortress
Según yo, este muchacho que había llegado y con el cual cometí el error de ser amable, estaba buscando las mil maneras de hacerme volver loco, ahora se había tomado el atrevimiento de acercarse a la mesa donde me encontraba intentando hacerle un interrogatorio a la mujer, sin embargo, gracias a mis grandiosas (Nulas) habilidades de conversación no he podido hacer mas que alterar su llanto y probablemente alterar mucho mas su dolor.  Se acercó y parecía tener todo bajo control, es más pareciera que él había sido un psicólogo en algún momento de su vida, o al menos tiene una gran experiencia tratando con locos, si no es que el mismo es uno de ellos.
 

Hice un gesto de incomodidad rodeando los ojos ante sus palabras. Por supuesto, solo intento ayudar. — En verdad quería que la mujer me diera alguna información, si habían sido los Mink esos que pasan todo el tiempo como puros mafiosos o si tal vez habían sido las mismas personas que en el pasado asesinaron a mi pequeña Shiori, de ser así, tendría muchísimas cosas por las cuales partirle su madre a esa gente, sean Mink o no. Al escuchar la proposición del jovencito no pude evitar pensar por qué ese muchacho que había llegado hace apenas unos minutos a la isla quería ayudar en un asunto que probablemente no le convendría para nada y menos si en verdad se trataba de la mafia Mink.
 

—Es normal ver a unos minks mafioso por estos lares, desde la muerte de Cheetony las cosas se han puesto patas arriba, como si los Mink no tuvieran nada que los detenga, como si no hubiera leyes. — Mientras hablaba esperaba alguna reacción por parte de la mujer al escuchar sobre estos humanoides que siempre están entre nosotros, y no soy racista, pero al menos los que están en Rostock son un peligro para los habitantes.  —Básicamente es una mafia, en todo el sentido de la palabra, son mafiosos, mueven sustancias que ni siquiera vale la pena mencionar y no les tiembla la mano para asesinar a cualquiera. — Mis palabras eran claras, aunque pueda que a esta mujer les duela, tenia que ser directo con mis palabras para que, aunque con dolor en su corazón pueda hablar sobre que ocurrió, si es dejado a la marina, simplemente la mafia desaparecerá como siempre y todo quedará impune.
 

—Si crees poder seguirme el paso, adelante niño, solo tenemos que ir directo al casino donde se ocultan los de la mafia. — Con ir allí seria mas que suficiente, se que esa especie es bastante fuerte, pero si en algún momento tuviera que temerles seria en las noches de luna llena, cuando estos entran en su forma Sulong, ahora mismo no tengo no le temo, seria ir allí, golpear a tantos como pueda y luego preguntar si uno de ellos fue el que cometió el delito. Ahora que Cheetony no estaba, no eran mas que unos simples animales sin un alfa que los controle.
#9
Hunter D. Alpha
El Gran Cazador
-Entiendo. – Respondiste al recibir la información que el doctor te había brindado. – La verdad no esperaba que la ciudad estuviera plagada de mafiosos. Me habían hablado que era un sitio tranquilo. – Dijiste mostrándote un poco engañado ante las historias de los que habían dicho que Isla Kilombo era uno de los sitios más seguro en este parte del mar. Aunque no siempre puede cierta lo que la gente puede decir, Alpha.

Incluso acá la publicidad puede ser engañosa.

Miraste nuevamente al doctor. Parecía tener bastante seguridad sobre sí mismo con respecto a sus capacidades. Pero eso genero otra incógnita dentro de ti ¿Qué gana es de todo esto? ¿Por qué buscar un conflicto directo con la mafia? ¿Acaso tenia complejo de súper héroe? ¿Acaso estaba loco? Las preguntas no paran de llegar a tu cabeza una tras otra. Pero al final de cuenta, no estaba en ti criticar el por qué el hacia las cosas. Cada cabeza era un mundo y el tuyo era muy diferente al de muchos.

Pero este hombre… te causa mucha curiosidad

- Puedo asegurarle que daré mi mejor esfuerzo. –Le dijiste. – Aunque necesitare un segundo para prepararme. – Te dirigiste al encargado del lugar. - ¡Disculpe! ¿Podría llenarme esta petaca de café, por favor? – El encargado se dispone a cumplir con tu petición mientras tanto tu comienzas a calentar para prepararte. No tenías idea de cuáles eran las posibles capacidades de tu compañero de esta aventura. Pero aun así, tu no eras de subestimar a nadie. Además, algo dentro de ti te dice que algo muy divertido está a punto de ocurrir.

Algo que incluso tu no esperas que ocurra.

-Esto listo. – Dijiste ya habiendo calentó y con tu petaca de café cargada. – Ella podemos dejarla aquí, estará segura. Le sigo el paso, usted es el guía.
#10


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